Está en la página 1de 217

del SILENCIO

Rae B. Lake
JAMESON
Wings of Diablo MC – Sede New
Orleans 01
 

Sinopsis:
Jameson
Nada me importa. Nada más que mis hermanos y mi club. Esas
son las únicas dos cosas en mi vida que me importan.
Mi ex se aseguró de que nunca confiaría en otra mujer y Celine
no es una excepción. El problema es que… ella tampoco confía en
mí.
Después de ser raptada, acicalada y obligada a ser el juguete más
nuevo de Thomas, puedo entender por qué.
Vi su fuerza en la orilla de un río, con las manos esposadas y un
vestido roto, mientras luchaba por su vida, y no ha dejado de luchar
desde entonces.
Mi presidente ha dado la orden de protegerla hasta que
controlemos la amenaza, pero eso significa que debo dejar que
Celine entre en las partes más oscuras de mí.
Lo que no esperaba era que ella se sintiera como en casa, y ahora
no puedo dejarla ir.
 
☠️ Descargo de Responsabilidad☠️
Este libro incluye varios acontecimientos gráficos traumáticos que
pueden ser preocupantes/desencadenantes para algunos lectores. Se
aconseja prudencia.
 
Capítulo 1
Jameson
 
—¡Tú, pedazo de mierda falso! ¡Cuando te ponga mis putas
manos encima, lo juro por Dios!—ladro mientras acelero mi moto. El
viento y la lluvia ligera me salpican dolorosamente la cara mientras
sigo a Christian. Solo queríamos hablar con él. No, en realidad, iba a
romperle las malditas manos por tratar de engañar a nuestro club.
Solo que realmente queríamos hablar con él primero. Debe saber que
si lo agarro le voy a romper la maldita cara, porque en el momento
en que me vio caminando hacia él en el mostrador de cambio se
largó. Ahora está en su coche averiado tratando de superarme. Mi
moto podría alcanzarlo fácilmente sin ningún problema, pero estaba
lloviznando y las carreteras estaban resbaladizas. Lo último que
quiero es terminar derrapando mientras trato de alcanzarlo.
Acelero y me acerco a él, pero la ventanilla del conductor se abre.
Instintivamente me desvío detrás del coche. Va a intentar
dispararme. No era tan jodidamente grave, pero ahora, en lugar de
golpearlo, voy a tener que volarle la puta cabeza. Me agacho,
acercándome lo más posible al cuerpo de mi moto cuando algo
pequeño, brillante y rojo sale volando por la ventanilla.
—¿Qué carajo? —Miro brevemente al suelo y casi me río a
carcajadas cuando veo que está tirando fichas por la ventanilla. Las
mismas fichas de póquer que había estado falsificando y con las que
había estado estafándonos, las está usando como arma—. Tú, tonto
de mierda. —En el fondo de mi mente, me pregunto si cree que al
deshacerse de la evidencia significa que no lo perseguiremos o si
realmente está tratando de lastimarme con grandes trozos de fichas
de plástico. De cualquier manera, no tengo tiempo para esta mierda,
Archer me estaba esperando en la casa club hacía al menos una hora.
Como vicepresidente de la sede de Nueva Orleans de los Wings of
Diablo, es mi trabajo hacer las cosas rápido y silencioso. Christian no
debería estar dándome tantos problemas.
Lanza otro lote grande de fichas por la ventanilla, caen en un
charco frente a mí. Conduzco sobre ellas, pero en el instante en que
lo hago, sé que es la maldita decisión equivocada. El plástico
resbaladizo acompañado de la lluvia que ya está en la carretera hace
que mi neumático delantero se deslice hacia un lado.
—¡Mierda!— En un instante me veo cayendo. Iba a estrellarme,
por culpa de unas malditas fichas de póquer.
La moto se desvía de un lado a otro antes de que pueda
controlarla. Chirría hasta detenerse y Christian se aleja a toda
velocidad. Respiro hondo tras mi experiencia cercana a la muerte.
Creo que es justo que Christian también la tenga.
—A la mierda con esto—gruño, mientras ardo en deseos de
perseguirlo y alcanzarlo en un santiamén. Si quiere ser un puto
imbécil, entonces lo trataré como a un puto imbécil. Miro a mi
alrededor asegurándome de que no hay policías en la zona y saco mi
pistola. Puede que lo tengan todo atado con la policía allá en la sede
madre, pero aquí en Nueva Orleans el Wings of Diablo MC está en la
lista negra del jefe de policía. Disparo a la rueda trasera de Christian
y lo oigo gritar mientras su coche, que va a toda velocidad, empieza
a dar bandazos. El maldito cabrón sigue intentando escapar.
—No me vas a perder, Christian. Solo detén el maldito coche
antes de que te mates—le grito al hombre desde una distancia
segura. Sus gritos y el chirrido de las llantas me hacen saber que no
está manejando bien el vehículo. Si sigue con esta mierda va a dar un
vuelco, entonces tendría que desenterrar su cuerpo de entre los
escombros y explicarle a Archer por qué tuve que matarlo. Ya era
bastante malo que tuviéramos que vigilar cada jodido paso con la
maldita policía local y andar por ahí con cadáveres ciertamente no
era para sonreír radiantemente.
—¡Maldición solo detente! ¡Cabrón hijo de puta!—vuelvo a gritar
cuando escucho el segundo neumático trasero estallar y veo chispas
saliendo por la parte trasera del coche. Instantáneamente freno y
retrocedo para no quedar atrapado en la estela del coche fuera de
control. Está sobre las malditas llantas en este momento. El coche se
desvía una vez más y finalmente patina hasta detenerse en la tierra
al costado de la carretera. Me acerco a su ventanilla y meto la mano.
Se encoge pensando que lo voy a lastimar. Tiene razón.
Lo golpeo con todo lo que tengo en la parte de atrás de la cabeza,
como a un niño descarriado.
—¡Eres un estúpido de mierda! ¿Vale la pena perder tu puta vida
por un par de malditas fichas de póquer? ¿Cuál diablos es tu
problema?—le grito; él simplemente se sienta allí llorando como un
bebé. Obviamente, no es un criminal empedernido—. Cierra la puta
boca con toda esa mierda del llanto. Vuelve a poner este maldito
coche en la carretera y sígueme.
—No... no puedo... por favor no me mates. No tenía otra opción.
Pongo los ojos en blanco y vuelvo a mirar al coche.
—No voy a matarte, maldita sea. Pero si intentas huir de nuevo,
te prometo que lo haré. —Lo miro a los ojos para que sepa que estoy
diciendo la verdad. No voy a estar aquí afuera persiguiendo a este
hijo de puta todo el maldito día.
—Está bien. Está bien, ya voy. —Él asiente con la cabeza. Salgo a
la calle y espero a que él haga lo mismo. Es un viaje lento ya que no
tiene gomas traseras, pero al menos las chispas de su coche iluminan
el cielo. No puedo esperar para volver a la casa club y escuchar esta
mierda.
Finalmente, después de montar por lo que parece una eternidad,
llegamos a la casa club. El gran edificio de metal ha sido mi hogar
durante algunos años y no lo haría de otra manera. Este lugar y las
personas que están adentro son mi familia, mi unidad. Esta gente
significa jodidamente todo para mí.
Estaciono la moto y camino hacia el costado del coche de
Christian. Todavía está allí lloriqueando como una maldita niña.
—¡Por el amor de Dios, cállate! Joder, sabes lo que hiciste... hazte
cargo de tus putas decisiones como un hombre.
—Por favor, no, no puedo. Te prometo que no lo volveré a hacer.
Encontraré otra manera. No tuve otra opción. Van a destruir mi vida
si no vuelvo con este dinero. Por favor, tienes que entender. Por
favor—me ruega y una parte de mí está jodidamente intrigada por lo
que está diciendo. ¿Quién diablos tiene un control tan jodido sobre él
que está dispuesto a enfrentarse a nosotros? ¿Alguien lo metió en
esto? Tendré que asegurarme de estar en la habitación con Yang
cuando lo interrogue. Yang es mucho mejor en esa mierda que yo. Yo
solo quiero darle puñetazos en la cara hasta que hable. Si no lo hace,
al menos tendré la satisfacción de saber que lo golpeé y le hice tragar
los putos dientes. Yang usa métodos muy diferentes.
—Vamos. No tengo todo el maldito día. —Estiro la mano, lo
agarro por el cuello y tiro de él hacia las puertas delanteras del club.
Arrastra los pies a cada jodido paso del camino.
—Por favor—vuelve a suplicar.
—No soy yo a quien necesitas suplicar, chico, vas a querer
guardar toda la fuerza que te queda para Bones. No es un hombre
muy indulgente. —Me río aún más fuerte cuando Christian
comienza a gimotear y llorar más fuerte. Probablemente piensa que
Bones lo va a torturar. Él podría. Oh bueno, entonces ese es su
problema.
Voy a abrir la puerta principal pero Yang la abre primero desde
adentro y me encuentra en la entrada.
—Me encargaré desde aquí. —Se estira y agarra al hombre.
—¿Qué diablos? ¿Hay alguna razón por la que no me dejes
entrar?—le pregunto, listo para saltar por su garganta en un jodido
instante. Soy el VP, no hay nadie en este maldito lugar que pueda
impedirme hacer algo excepto el maldito Archer.
—Sí, hay una razón. Tienes asuntos de los que encargarte,
Jameson.
—¿Asuntos? ¿De qué jodidos asuntos tengo que encargarme?
Porque la última vez que lo comprobé, el hombre del cuello al que te
aferras es mi puto asunto.
p
—Sí, bueno, tienes más asuntos. —Se encoge de hombros y señala
detrás de mí.
Me giro, mis ojos siguiendo la dirección que está señalando.
Tengo que entrecerrar los ojos para ver lo que quiere decir, pero
cuando veo el cabello rubio ondulado, sé exactamente quién es.
Esa perra.
 
Capítulo 2
Jameson
 
—¿Qué mierda estás haciendo aquí? ¡Te he dicho un millón de
jodidas veces que dejes de aparecer por aquí!—le gruño a Monica,
todo mi cuerpo se estremece con jodida rabia. La odio. Joder, la odio,
pero tío la amaba. Monica es mi ex esposa. Era a la que le había
enviado todos mis malditos correos electrónicos cuando me
movilizaron. Era con quien me había masturbado cuando estuve en
el campo durante jodidos meses y meses. Era con quién había
pensado que iba a tener mis hijos. Era todo para mí, pero yo no era
lo mismo para ella. Llegué temprano a casa después de un tour de
ocho meses y la encontré en la cama con el maldito gerente de la
tienda de comestibles. Ella lo había estado follando cuando yo estaba
luchando por mi vida, tratando de asegurarme de regresar a casa
con ella en una maldita pieza.
—No me hables de esa manera, Jameson. Solo quería venir a
verte, ¿es eso tan malo? ¿Puedes culparme? Te extraño. —Ella trata
de empujar sus manos alrededor de mi cuello, pero la detengo de
inmediato. No quiero que me toque, joder.
—Me importa una mierda si me extrañas. Hemos jodidamente
terminado. Recuerda que firmé todos los putos papeles y te di todo
el dinero que querías. Ahora lárgate de mi vida. —La miro por un
segundo y me giro para irme. Espero que entienda el maldito
mensaje esta vez.
—¡James, por favor! —grita y puedo escuchar las lágrimas. Las
escucho incluso antes de darme la vuelta.
—¿Por favor qué, Monica? ¿Qué diablos quieres de mí? —Me
acercó y la agarro con fuerza por los brazos—. ¿Cómo diablos puede
estar aquí llorando en mi cara después de que me hiciste pedazos
porque no pudiste mantener las putas piernas cerradas?
—Solo quiero que me hables... Por favor, Jameson. Eres todo lo
que tengo. Sabes que lo eres. Lo jodí. Soy una persona tan horrible.
Solo quiero compensarte. Quiero que me perdones.
Sacudo la cabeza, qué puto descaro.
—Bien, estás perdonada—le digo sin rodeos. Tal vez esta maldita
táctica funcione.
—Te conozco, Bull. Se necesitará mucho más que eso para
perdonarme. Dime lo que tengo que hacer, Jam. Te necesito. Te
extraño mucho. Por favor…— Ella trata de rodearme el cuello con
sus brazos otra vez, pero esta vez no la detengo—. Te deseo mucho.
Muchísimo—susurra mientras presiona sus labios brillantes contra
los míos. Me besa y gime como si fuera el mejor puto beso que ha
tenido en su vida. No puedo decir lo mismo. De hecho, se siente
como nada más que dos peces muertos moviéndose contra mi cara.
Ella se retira después de unos segundos, con una pequeña sonrisa en
su rostro.
—¿Estás a punto de jodidamente terminar?—le pregunto, no hay
nada que haya ganado aquí para que tenga esa repugnante sonrisa
en su puta cara.
—¿Por qué eres tan frío conmigo, Jameson? Soy tu esposa.
—¡Ex! Eres mi ex esposa, porque no pudiste esperar hasta que
llegara a casa del infierno para encontrar una polla para montar—le
grito en la cara, ni siquiera molesto por el hecho de que se está
alejando de mí. Debería estar jodidamente asustada de mí. Si yo
fuera cualquier otro hombre y hubiera entrado en esa escena, la
habría matado. En lugar de eso, simplemente le di una paliza y lo
dejé salir de mi casa. Monica y yo habíamos tratado de permanecer
juntos después de eso. Ella trató de convencerme de que era un error
y que realmente me amaba. Me había contado toda su triste historia.
Se sentía sola y necesitaba a alguien en la cama… un cuerpo cálido,
nada más. Podía entender eso ya que yo también estaba solo. Quería
que nuestra mierda funcionara, así que incluso después de
encontrarme con esa mierda, me quedé con ella. A pesar de eso, cada
vez que levantaba el teléfono y no sabía con quién estaba hablando o
q y q
cada vez que saludaba a algún hombre en la calle, lo cuestionaba.
Todo en lo que podía pensar era en cuántas veces lo había follado
mientras yo sufría como una pequeña perra queriendo volver con
ella. Después de unos pocos meses, comencé a resentirla. No había
forma de que volviera a confiar en ella. Una vez que esa confianza se
fue, también lo hizo la maldita relación. Solicité el divorcio y le di la
mitad de todo lo que tenía para que se largara de mi vida. Ella hizo
exactamente eso también. Hasta que descubrió que yo estaba en los
Wings of Diablo. Ahora quiere intentar que volvamos. Ahora que
sabe que estamos haciendo banca con el casino, quiere volver a ser
mi mujer. A la mierda con eso y con ella. No puedo confiar en ella.
—¿Estás tratando de decirme que crees que alguna vez habrá
alguien que te conozca mejor que yo? ¿Eh, Jam? Crees que todo esto
es mi culpa, me dejaste sola todo ese tiempo. Te fuiste a un tour tras
otro. Nunca preguntando ni por un segundo por lo que yo estaba
pasando—me grita y clava su dedo en mi pecho.
Quiero arrancarme el puto pelo. ¿De verdad está tratando de
decirme que dejar que otro hombre la follara en nuestra cama fue mi
culpa? Esta perra está más loca de lo que pensaba si ese es el caso.
—Entonces deberías haberme malditamente dejado. Podrías
haberme llamado, enviado un jodido correo electrónico, una carta,
mierda, malditas señales de humo. Deberías haber terminado antes
de que llegara a casa y tuviera que entrar y ver esa mierda. Eso es lo
que deberías haber hecho. Si realmente te preocupabas por mí como
sigues diciendo que lo haces, ¡entonces eso es exactamente lo que
habrías hecho!
—Jameson, solo escucha… —Se acerca a mí otra vez, pero
retrocedo.
—¡Monica! Te voy a decir esta mierda una puta vez más. Apártate
de mí. Mantente lejos de mi club y lárgate de mi vida. No te quiero,
y nunca volveremos a estar juntos. No me importa una mierda lo
que tengas que decir. ¡Así que vete a la mierda! —La miro fijamente,
e incluso a través de los ríos de lágrimas que corren por su rostro, no
desisto. No hay nada que pueda decirme o hacer que me haga
cambiar de opinión. Tuvo su oportunidad y la cagó. Una vez que
pierdes mi maldita confianza, eso es todo.
—Jameson, por favor—suplica de nuevo, pero me doy la vuelta y
me dirijo a la casa club, dejándola a ella y a su maldito quejoso culo
gimiendo en el jardín delantero. No tenía tiempo para su mierda.
Tenía asuntos más importantes que atender con mis hermanos.
 
Capítulo 3
Jameson
 
—Lo juro... no puedo decíroslo. No quiero ningún problema con
vosotros. Nunca lo quise, pero esto fue lo único que se me ocurrió
hacer. —Christian está sentado en la trastienda, con lágrimas y
mocos corriendo por su rostro. Yang y Rags se paran sobre él, pero
por el aspecto de las cosas, todavía ni siquiera lo han golpeado.
—¿Todo bien afuera? —Yang se vuelve hacia mí, él sabe cómo me
pongo después de que Monica decide hacerme una visita. La mujer
siempre me pone nervioso. Si hay algo que puedo decir sobre ella es
que es muy perseverante. No importa cuántas veces le diga que se
vaya a la mierda, sé que volverá. Puede ser en una semana o un
maldito mes, pero estoy seguro de que ésta no será la última vez que
sepa de ella. Regresará.
—Sí. Todo está bien. ¿Qué pasa con este pedazo de mierda? ¿Qué
te está diciendo?
Yang se ríe y se vuelve hacia él.
—No mucho, solo lo he estado escuchando lloriquear como una
maldita niña.
—No me lastiméis, por favor—llorisquea Christian de nuevo.
—¡Oye, cierra la boca! —Una voz dura recorre la habitación.
Asomo la cabeza y miro a Archer. Ni siquiera sabía que estaba aquí.
No es raro que aparezca en los interrogatorios, pero no esperaba que
apareciera en éste. Por lo general, todo lo que sucede con el casino
nos lo deja a nosotros. Archer no es el hombre más grande, pero
llama la atención. Él tampoco tiene que gritar. Solo el tono de su
maldita voz suele ser suficiente para que los bastardos hagan lo que
él quiere que hagan.
Christian trata de darse la vuelta y ver quién está hablando, pero
no puede ubicar a Archer. Sin embargo, detuvo el llanto, lo cual es
una puta bendición.
Archer camina por el lado opuesto de él. Christian es tan
malditamente asustadizo que casi salta de su puto asiento cuando se
gira para verlo tan cerca.
—Dame una razón por la que no debería matarte ahora mismo.
Dime por qué debería dejarte salir de aquí.
El rostro del hombre se desmorona instantáneamente como si
fuera a comenzar a llorar de nuevo.
—Y si vuelves a empezar con esa mierda, te juro que te pondré
una maldita bala en la boca solo para que te calles. Deja de llorar y
habla. —Archer retrocede y cruza los brazos sobre el pecho.
—Ok, ok, lo siento. No estoy acostumbrado a esto. Lo siento. —
Christian intenta recuperarse.
—¿Quién diablos te está haciendo falsificar nuestra mierda?—le
pregunta Rags.
—No puedo decírtelo—responde Christian.
Archer saca su arma y se la muestra.
—Creo que podrías estar un poco confundido, ¿crees que tienes
una opción? O nos dices lo que queremos saber o te matamos. No
hay término medio. Te sientas aquí asustado de que alguien más
pueda matarte cuando somos nosotros los que te apuntan con un
arma en la cabeza. Ahora intentemos esto de nuevo.
—¿Quién es?—dice Yang.
—¿Puedes prometer que no dejarás que me atrape?—pregunta
Christian. Puedo ver que lo dice en serio. A quienquiera que tenga
miedo, realmente le teme.
—No puedo prometerte una mierda, pero te prometo que no te
mataré—dice Archer.
—Bien, bien. Es René—dice Christian y todo su cuerpo cae, como
si toda la tensión se hubiera drenado de su cuerpo.
—René, uf... ¿por qué ese jodido hombre sigue apareciendo? —
Miro a Archer, que está de pie atrás mirando al techo. René es
alguien que ha estado en nuestro radar desde hace bastante tiempo.
Dirige una especie de club clandestino de boxeo. Parece que le está
yendo bien. Excepto que más y más personas están desapareciendo o
en aprietos, porque están en deuda con René.
—¿Qué es exactamente lo que quiere contigo?—pregunta Yang.
—Necesito darle cincuenta mil dólares. Tengo que llevárselos el
sábado o me va a obligar a desviar los medicamentos que son para la
comunidad. Quiere venderlos en el mercado negro, medicamentos
para el cáncer y cosas así. Si hago eso, perderé mi licencia y mi
trabajo.
—¿Qué mierda? ¿Qué diablos va a hacer con esa mierda? Quiero
decir, ¿cuánto cuesta realmente el medicamento que él cree que
venderlo en el mercado negro realmente va a significarle mucha
ganancia?—pregunto sin entender realmente la necesidad de
medicamentos contra el cáncer.
—¿Estás bromeando? Hay ciertos medicamentos que pueden
costar diez mil dólares cada uno. La mayoría de las veces el seguro
se encargará de eso, pero hay otras veces en que las personas tienen
que pagar sus medicamentos de su bolsillo. Si ellos pueden
obtenerlo a través de fuentes clandestinas, definitivamente lo harán.
Escucha, tengo familia, hijos. No puedo ir a la cárcel y si le doy el
medicamento, no hay forma de que no me atrapen. El sistema es a
prueba de fallas y mi firma estaría por todas partes.
—Entonces, ¿pensaste que vendrías y nos estafarías en su lugar?
—pregunta Yang.
—Era la única otra opción, tus fichas son muy sencillas. No me
llevó mucho tiempo hacer las réplicas. No lo volveré a hacer.
Encontraré otra manera. —Christian asiente con la cabeza y cuando
ve que nadie está buscando sus armas, continúa—. Puedo ayudarlos,
puedo hacer otras cosas. Solía ser un falsificador, pero no lo he hecho
desde hace mucho tiempo. Podría hacer cosas como esa, si lo
necesitarais.
—Mmm, no lo sé. Parece que René te tiene atrapado. No sabemos
si vas a vivir lo suficiente como para sernos de alguna utilidad. —
Yang se encoge de hombros y se aleja.
—Rags, quédate con él, asegúrate de que no tenga ideas—ordeno
y el resto de nosotros salimos de la pequeña habitación trasera. No
había nada más que Christian nos fuese a dar. Era un jugador de
bajo nivel, solo hacía lo que sabía hacer para asegurarse de que su
familia todavía lo tuviera cerca. Por supuesto, había escogido el
jodido blanco equivocado. Aunque realmente no puedo culparlo por
hacer lo que tenía que hacer para asegurarse de que cuidaran de su
familia. Yo haría lo mismo por mis hermanos.
—¿Qué opinas?—me pregunta Archer mientras Yang y yo
salimos de la habitación.
—Creo que el bastardo está diciendo la verdad. No hay manera
con todo ese llanto de que crea que está tratando de engañarnos.
Está asustado y ésta era su salida.
—Entonces, ¿estás diciendo que deberíamos dejarlo ir después de
que nos robó? ¿Qué dice eso sobre nosotros? ¿Qué pueden
vencernos fácilmente?—pregunta Yang y sus ojos se lanzan hacia
Archer.
Nuestro presidente era callado y sereno, pero probablemente
también era una de las personas más peligrosas que había conocido
en mi vida, uno de mis amigos más cercanos y un hermano de
armas.
Archer era un francotirador del ejército y yo era su localizador.
Íbamos a todos lados juntos y también nos metíamos en toda la
mierda juntos. Él sabía todo sobre Monica y cómo yo quería tener
hijos algún día cuando terminaran todos mis tours. Sí, nunca la
engañé, pero Monica tenía razón cuando dijo que la dejé sola para ir
de tour en tour. Algo sobre la libertad, cuando no nos estaban
disparando, me tenía hipnotizado. No me di cuenta de que tenía
tanto efecto en ella. Supongo que no la conocía tan bien como
pensaba.
A Archer, por otro lado, lo conocía muy bien. Sabía cuántas veces
rebotaba su pierna cuando tenía que usar el baño, lo que significaba
cada maldita exhalación larga, que había visto algo antes de saber
qué era, y también sabía que él disparándole a aquella niña le había
roto una parte que nunca volvería. Cuando dejó la unidad, no se lo
reproché. Sabía que se estaba muriendo por dentro y que no había
forma de que pudiera hacer su trabajo.
—Estoy diciendo que podemos mostrar un poco de misericordia
—responde Archer.
—¿Misericordia? Él nos robó—repite Yang.
—Lo sé. Pero tenemos más de lo que necesitamos y ahora
tenemos más información. Sabemos que nuestras fichas deben
cambiarse porque se falsifican fácilmente. Tenemos una nueva
conexión con alguien que es un maestro de la falsificación.
Honestamente, si no fuera por el hecho de que el hombre era tan
jodidamente asustadizo, nunca nos hubiéramos dado cuenta de que
estaba engañándonos. Esas fichas soy perfectas. —Archer dice lo que
piensa e incluso si Yang quiere ir en una dirección diferente, no va a
suceder. Archer puede haber pedido nuestra opinión, pero en esta
situación, no iba a usarla.
—¿Qué quieres hacer con él mientras tanto? No sé si me siento
bien dejándolo ir sabiendo que tiene un pez gordo como René detrás
de él. ¿Quieres alojarlo?
—Sí, pero no aquí. Lo último que necesito es que intente falsificar
algo aquí. Averigua si hace llaves y esa mierda. —Archer niega con
la cabeza, sonriendo levemente—. Te dejaré para que arregles la
mierda, Jameson. Asegúrate de que él y su familia estén en un lugar
seguro hasta que arreglemos esta mierda con René.
Lo veo alejarse, pero todavía hay una cosa que no está clara.
¿Cómo diablos vamos a encontrar a René? Está tan profundamente
oculto que ni siquiera yo sé cómo es el hombre. Todo lo que sé es
que la gente le tiene miedo y están haciendo cosas estúpidas para
asegurarse de que no le deben ninguna deuda.
—¿Cómo diablos vamos a encontrarlo, Archer? Nadie sabe cómo
es el hombre.
—Supongo que es hora de que vayamos de caza. —Archer sonríe
y continúa alejándose.
 
Capítulo 4
Celine
 
—¡Papá! ¡Vamos! ¡Levanta las manos!—grito a todo pulmón. La
multitud ruge, pero sé que me escucha. Lo que no sé es qué carajo
está haciendo. Mi padre es uno de los mejores boxeadores del
mundo, sin duda, y aquí está dejando que este hombre de segunda
categoría le llene la cara de puñetazos.
Lo veo mirarme y una profunda mirada de desesperación le
cruza el rostro. Por lo general, cuando está peleando, mi padre está
concentrado, sonriendo todo el tiempo. En este momento, parece que
odia lo que hace. Nunca lo he visto así.
—¿Qué estás haciendo, papá? ¡Defiéndete!—le grito. Cuando su
oponente lo golpea con un fuerte gancho de derecha, veo a mi padre
trastabillar hacia atrás. Sé que algo anda mal. Trato de salir
corriendo de mi asiento para poder llegar a donde está, pero la
seguridad me impide cruzar la línea.
—Déjame, tengo que ir allí. Algo anda mal. ¿No ves que algo
anda mal?—le grito al hombre, pero mantengo los ojos en mi padre.
A los treinta y siete años, mi padre prácticamente se había alejado de
los circuitos de boxeo tradicionales, pero encontró una nueva
multitud en el boxeo clandestino. Pagaban bastante bien, pero nada
como la bolsa que obtendría si todavía estuviera en el circuito
profesional. La mejor parte se debe a que aún no ha perdido una
pelea. Era el campeón indiscutible y ahora estaba peleando como si
fuera su primera vez en el ring.
Suena la campana indicando el final del tercer round, y veo como
mi padre camina lentamente hacia su esquina. No parece que esté
herido o confundido, solo se ve triste.
—¡Papá!—vuelvo a gritarle y cuando me mira a los ojos, puedo
ver que los suyos están llorosos. Parece que va a llorar. ¿Qué carajo
está pasando?
—Lo siento—modula con los labios antes de que vuelva a sonar
la campana y tenga que levantarse para el siguiente round.
¿Perdón? ¿Perdón por qué?
Su postura está completamente fuera de lugar, y ni siquiera tiene
la guardia alta. ¿Por qué deja la barbilla bien abierta? Veo que ni
siquiera está poniendo el mínimo esfuerzo como debería y sé por
qué pide perdón. Mi padre va a amañar esta pelea. Está perdiendo a
propósito.
—¡No! ¡No lo hagas, papá!—le grito y trato de abrirme paso de
nuevo a través de la seguridad. Otro guardia tiene que venir y tratar
de someterme ya que estoy luchando mucho. Observo a mi padre
lanzar un golpe ridículamente anunciado, pero antes de que pueda
siquiera hacer contacto con su oponente, el hombre se derrumba
dramáticamente en el suelo.
—¿Qué diablos? —Toda la multitud se queda en silencio.
Todos quieren saber la misma maldita mierda. ¿Cómo diablos el
hombre que estaba golpeando a mi padre durante toda la puta pelea
terminó en la colchoneta boca arriba?
—¡Buuuu!—comienzan a gritar y a despotricar todos porque
sienten que los acaban de estafar. Mi padre sigue siendo el campeón,
pero es muy obvio que el hombre al que supuestamente acaba de
noquear amañó la pelea.
Vuelvo a mirar a mi padre y ahora la mirada de tristeza es
reemplazada por una completa mirada de sorpresa, seguida de
miedo y pánico.
—¡Celine! ¡Malditamente no te muevas!—grita y salta por encima
de las cuerdas sin siquiera detenerse a quitarse los guantes o
limpiarse la sangre de la cara. Se abre paso entre los guardias de
seguridad que me retienen, me agarra las manos, y juntos
comenzamos a correr.
—¿Qué está pasando, papá? —Trato de sacar la mano de su mano
enguantada, pero consigue un mejor agarre y sigue tirando de mí.
—¡Mantén el ritmo, Celine! Joder, mantén el ritmo. La cagué.
¡Mierda! ¡Me la jugaron! Todavía estamos corriendo, y él está sin
aliento. Sin embargo, esto no tiene ningún sentido.
—¿Quién te la jugó? ¿Qué está pasando?—le pregunto, pero es
como si mis palabras le entraran por un oído y le salieran por el otro.
No se molesta en tratar de explicarme nada en este momento.
Cuando logramos salir, mi padre corre hacia el medio de la calle
frente a un taxi en movimiento. Antes de que pudiera detenerse del
todo, me está empujando en el asiento trasero. Recita una dirección y
el taxista sale disparado antes de que pueda respirar
profundamente.
—Por el amor de Dios, ¿qué está pasando, papá? —Me giro para
mirar al hombre con el que he pasado toda mi vida. Él me había
criado después de que mi madre falleciera. Era un padre adolescente
que no tenía nada que ofrecerme, excepto lo que podía lograr con
sus manos. La lucha había puesto comida en mi estómago. Nunca lo
había visto asustado. Ahora mira por encima de sus hombros como
si esperara que alguien saliera de las sombras.
—La cagué, Celine—repite.
—¿Qué diablos significa eso? ¿Cómo la cagaste, papá? Solo
háblame—lo insto.
—He estado apostando de nuevo. Sé que te dije que me
detendría, y lo estaba haciendo muy bien por un tiempo, pero me
metí hasta el cuello. Pensé que sería capaz de salir sin que lo
supieras, pero se puso malo.
Tomo unas cuantas respiraciones profundas y trato de mantener
la voz uniforme.
—¿Cuánto les debes, papá?
—Doscientos mil dólares.
Casi se me salen los ojos de las órbitas.
—¡Doscientos! ¡Qué mierda! ¿Cómo diablos? ¿Por qué? —No
podía entender cómo diablos se había endeudado tanto.
—No lo sé, bebé, lo siento muchísimo.
—Está bien. Está bien, podremos pagarlo. Tomará algún tiempo,
pero podremos pagarlo.
—Ese es el problema. Se suponía que debía perder la pelea. René
dijo que, si no perdía la pelea, él vendría por una forma de pago
diferente.
¿René? Incluso yo sabía que deberle a René era la peor
posibilidad. El hijo de René, Thomas, había estado tratando de estar
conmigo durante mucho tiempo, pero nunca le permití que tuviera
nada conmigo. Thomas era lo que me gusta llamar un debilucho. No
es que no tuviera masa corporal o fuera enfermizamente pequeño,
pero estaba segura que, si las cosas se ponían malas, él sería el
primero en llorar y correr hacia su papi. Si voy a estar con alguien,
será alguien que sepa que se hará cargo y no se asustará de una
pelea, incluso si sabe que no habrá nadie allí para salvar su culo.
—¿Cuál es el otro pago?
—No te preocupes por eso, no te preocupes. Me aseguraré de
obtener el dinero. Solo tenemos que esquivarlo un poco.
—¡Papá! ¿Cuál es el otro pago?—le pregunto de nuevo, el hecho
de que no me lo diga me pone nerviosa. ¿Tiene que ver conmigo?
¿Es por eso que estaba tan desesperado por llegar a mí después de
que terminó la pelea? El hombre solo ahora se quita los guantes. ¿De
qué mierda se trata esto?
—René te quiere para Thomas. Dijo que, si no perdía la pelea, te
tomaría como forma de pago.
Las lágrimas brotan de mis ojos, ¿cómo me pudo hacer eso? ¿Por
qué aceptaría tenerme como parte del pago de su deuda?
—Papá... ¿por qué? —Mi voz se quiebra con toda la emoción.
Sabía que me amaba, pero tal vez no era tanto como pensaba. El taxi
se detiene frente a nuestra pequeña casa y salimos. Papá todavía está
en los pantaloncitos de boxeo y sin camiseta. Los guantes ahora
atados juntos y colgando sobre su cuello.
—Luché con él, Celine. Luché para que eligieran otra cosa. Pero
no importaba, no había forma de que no fuera a perder la pelea.
Daría mi cinturón por ti un millón de veces. Ellos lo sabían y creo
que es por eso que el otro hijo de puta cayó antes de que pudiera dar
el golpe final. Me tendieron una trampa. —Sus ojos permanecen en
los míos mientras pasa la mano por mi cabello y mis mejillas. Está
tocando cada parte de mí como si pensara que voy a desaparecer.
No, no hay nadie que pueda decirme que mi padre no me amaba.
Sabía que lo hacía.
—Te tendieron una trampa, porque me quieren. Siempre se trata
del jodido Thomas. Ese bastardo de polla flácida.
—Por favor, deja de hablar de las pollas de los hombres—me dice
mi padre mientras se encoge, toma mi mano y me lleva hacia la casa.
Puede que tenga veintiún años, pero todavía se siente incómodo al
hablarme de chicos y esas cosas. Típico padre que no cree que nadie
sea lo suficientemente bueno para su pequeña.
—¿Qué vamos a hacer?—le pregunto mientras abre la puerta de
la casa, y entramos rápidamente.
—Solo tenemos que salir de la ciudad para…
La luz al otro lado de la habitación se enciende y, en la silla, veo a
René.
—Oh, no, por favor no me digáis que ya os vais a ir. Quiero decir
que eso sería de muy mal gusto, especialmente porque tuvimos un
acuerdo de caballeros. ¿No estás tratando de faltar a tu palabra,
verdad, Lex?
Mi padre me empuja bruscamente a su espalda. Estoy segura de
que quiere que huya, pero sé que si lo hago le dispararán. René no
tiene reparos en matar a nadie cuando se trata de su negocio. No hay
forma de que me dejara ir sin que mi padre pagara el precio.
—A la mierda con eso, jugaste conmigo. No hay acuerdo. Me
dijiste que me mantuviera de pie hasta el cuarto asalto, que lanzara
un golpe y dejara que contraatacara para noquearme. Eso es
exactamente lo que hice, pero tu hombre desplomó.
—Supongo que no conoces tu fuerza. —René se encoge de
hombros y se levanta de la silla que teníamos junto al sofá.
—¿Estás totalmente loco? No lo toqué. Se cayó solo.
—Ah, bueno, no sé qué decirte sobre eso. Pero la buena noticia es
que sigues siendo el campeón y estoy seguro de que habrá mucha
gente viniendo por ti para que tengas una oportunidad por el
cinturón.
—Me importa una mierda ese cinturón. Sabes que iba a perder
esa maldita pelea. No estuve de acuerdo con esto—gruñe mi padre y
da un paso amenazante hacia René.
—Me importa una mierda lo que ibas a hacer. Todo lo que me
importa es mi maldito dinero. La maldita deuda que tienes conmigo
y que vas a pagar de la manera que acordamos. Te dije que perdieras
la maldita pelea o tendría a tu hija para mi hijo. Se acerca el
cumpleaños de Thomas y se muere por tener la compañía de tu hija.
Realmente no será tan malo. Te lo prometo.
—¡Vete a la mierda, tendrás que matarme primero! —Mi padre se
abalanza sobre el hombre, pero dos guardias lo agarran de
inmediato. O al menos lo intentaron. Mi padre levantó las manos en
una postura perfecta.
Un rápido combo de tres golpes en la cara de uno de los guardias
es suficiente para noquearlo. Mi padre gira la cabeza hacia el
próximo guardia y procede a noquearlo también. No es hasta que
siento el frío acero presionando contra mi cabeza que me doy cuenta
de que mi padre no ganará esta pelea.
—¿Quizás necesites volver a evaluar qué carajo estás haciendo,
Lex?—dice René detrás de mí.
René es un hombre alto, por lo menos ocho centímetros más del
metro ochenta y tres. Tiene hombros anchos, cabello ondulado y una
barba perfectamente arreglada. Si no fuera por las vetas grises en sus
patillas, nunca hubiera sabido que era un hombre mayor. Tampoco
sentí ni un solo temblor en su mano. Estaba seguro de su decisión. Si
mi padre cargaba contra él, apretaría el gatillo. Me mantuve
completamente inmóvil mientras miraba la ira y la determinación
desaparecer de los ojos de mi padre. Sabía que tenía que parar. Sabía
que tenía que dejarme ir para que ambos saliéramos vivos de esta
habitación.
—Celine... —Mi nombre salió apenas en un susurro de la boca de
mi padre.
—Está bien papá, estaré bien, te lo prometo. Encontraré una
manera de salir de esto—le digo y le doy una pequeña sonrisa. Lo
necesito para mantenerse en marcha. Si iba a encontrar una manera
de sobrevivir a lo que Thomas había planeado para mí, necesito
saber que mi padre estará bien.
Parece que está resuelto a dejar que esto suceda, pero luego niega
con la cabeza y vuelve a intentar llegar a René.
—Por favor, dame otra manera. Déjala ir, ella no tiene nada que
ver con nada de esto. Te prometo que trabajaré el doble. Haré lo que
necesites que haga... si la dejas ir.
—Lo siento, mi Thomas ha sido lo suficientemente paciente. Será
un buen regalo de cumpleaños para él. Además, ya sabes cómo son
los jóvenes, pronto se cansará de ella. Volverá contigo en poco
tiempo. Solo déjalo que se divierta primero.
No puedo detener el gemido que sale de mi boca. ¿Divertirse?
Solo puedo imaginar cuál es su tipo de diversión. Estoy segura de
que Thomas está tratando de demostrarles a todos cuán hombre es
en realidad.
—Joder, no, por favor—llora mi padre por primera vez en mi
vida. Esto lo está destrozando.
—Sé fuerte, papá. —Intento que se concentre. Necesito que no
haga nada imprudente o loco para obligarlos a lastimarlo. Si lo
lastiman, no hay forma de que pueda sobrevivir.
—Creo que es suficiente vínculo familiar por ahora. Dile a tu
padre que lo verás más tarde. —René aleja el arma de mi cabeza y se
asegura de ponerla en un lugar donde no pueda alcanzarla.
—Mírame, papá. —Intento poner tanta fuerza en mi voz como
puedo. Claro, esto fue su culpa y era aterrador, pero eso no
significaba que no pudiera salir de eso. Era una mujer fuerte. Me
había enseñado a pararme sobre mis propios pies. Era una
luchadora. Cuando sus ojos empapados de lágrimas finalmente se
levantan para mirarme, digo—. Te veré más tarde. Asegúrate de que
todavía estás cerca, ¿me escuchaste?
Quiero que me prometa que va a estar bien. No quiero que lo que
está pasando aquí lo rompa. No quiero que se pierda solo porque
está sin mí por un tiempo. Debe mantenerse fuerte para que cuando
pueda salir, pueda apoyarme en él.
Se seca los ojos y se pone de pie.
—Ok, podemos trabajar en esto. Lo siento mucho, Celine... lo
siento mucho—se disculpa una y otra vez mientras René me da la
vuelta y salimos por la puerta. No tengo idea de adónde me está
llevando, pero estoy segura de que no va a ser a un paseo por el
parque.
 
Capítulo 5
Celine
 
En cuanto me meto en el elegante coche que está esperando a
René, sé que mi vida está a punto de cambiar para peor.
—¡Date prisa, perra!—dice uno de los guardias mientras trato
lentamente de llegar al lado opuesto del asiento. Me empuja a través
de éste con el pie.
—¿Qué carajo esperas que haga, volar?—le espeto. René me
agarra por el pelo y tira de mí.
—Oh, cariño, creo que necesitas aclarar algunas cosas. Será mejor
que te fijes con quién estás hablando. Ésta no es tu casa. No estás
hablando con uno de tus amigos. Te prometo que si mantienes la
actitud de tienes ahora, me aseguraré de que no te entreguen a mi
hijo en las mejores condiciones. Conoce tu maldito rol, eres una
mascota, nada más. —Me suelta el pelo y caigo al suelo del asiento
trasero del coche. No estaba acostumbrada a que alguien me pusiera
las manos encima y no tomar represalias.
Sin embargo, tengo que esperar mi momento. Tengo que superar
lo que sea esto, si quiero sobrevivir lo suficiente para volver a casa.
Conducen por un largo rato hasta que se detienen en una casa
sencilla de dos pisos. Es pequeña y agradable, excepto que, en el
interior, en lugar de los muebles normales y las chucherías, hay filas
y filas de suministros médicos. Es como una trastienda para los
médicos. Asumo que todo lo que sucede en esta casa es ilegal. René
camina frente a mí y me empuja hacia una puerta, pero no dice una
palabra.
—¿Qué es lo que quieres?
Me golpea con fuerza en la nuca como un padre lo haría con un
niño rebelde. Me hace hervir, pero no puedo reaccionar. Tengo que
jodidamente aceptarlo.
—No actúes ahora como una estúpida. Entra en la habitación—
me responde
Abro la puerta y en la habitación hay un hombre alto y rubio con
una bata blanca de laboratorio. Supongo que es doctor. Me mira una
vez, pero no hay más cumplidos.
—Quítate la ropa y súbete a la mesa. —Señala la mesa que parece
de plástico que está en el centro de la habitación.
—¿Por qué carajo me tengo que quitar la ropa? ¿Quién diablos
eres tú?— Retrocedo cuando me doy cuenta de que no me va a dar
privacidad en absoluto.
—Estás aquí para un examen, son de rutina. Desnúdate—repite el
doctor.
—No. No necesito un examen físico—respondo antes de que una
correa gruesa se conecte con mi trasero.
Caigo al suelo, gritando de sorpresa y dolor mientras observo a
un tranquilo René parado sobre mí con un cinturón envuelto
alrededor de su mano.
—No puedo creer que tenga que decirte esto otra vez tan pronto.
No eres más que una maldita mascota. Si. Él. Dice. Desnúdate.
Entonces. Desnúdate. Maldita. Sea. —Deja caer el cinturón sobre mi
piel mientras exclama cada palabra. Lloro y trato de alejarme de él,
pero me tira hacia atrás y continúa golpeándome. Después de lo que
se siente como una eternidad y estoy segura de que mi piel está
abierta por la paliza, se detiene—. Ahora, levántate y quítate la puta
ropa. Ya me estás haciendo perder jodido tiempo—me gruñe René.
Hago lo mejor que puedo. Me duelen tanto las piernas por los
golpes del cinturón que me caigo un par de veces antes de poder
levantarme y empezar a quitarme la ropa. Cuando me vuelvo,
puedo ver que René todavía está en la habitación.
Dudo por un segundo pensando que tal vez se vaya. Preferiría
estar sola para hacer este acto humillante que está exigiendo, pero se
queda.
—¿Crees que no voy a examinar los bienes después de gastar
todo ese dinero en ti? Quiero ver exactamente qué obtendrá mi hijo
por esa pelea que arruiné. —Se cruza de brazos y simplemente se
relaja contra el marco de la puerta.
Mi cuerpo tiembla ligeramente cuando me vuelvo hacia el
médico y me quito la ropa. Cuando no tenía nada más que mi sostén
y ropa interior, escuché a René soltar un resoplido.
—Entiendo la atracción. Aunque no es de mi gusto particular. —
Me giro en su dirección y él se encoge de hombros mientras gira y
sale de la habitación. Aparentemente, su parte del examen había
terminado.
—La ropa interior también—dice el doctor apartando mis ojos de
la puerta por la que acababa de salir René.
—¿Para qué?—le digo a través de mi mandíbula apretada.
—Muchacha, por favor, no me hagas llamarlo aquí. Si crees que
el cinturón fue malo, solo empeorará a partir de ahí. Solo haz lo que
te estoy pidiendo. Quítate todo. Esto es un chequeo completo.
Asiento y en ese momento puedo ver el cansancio en el rostro del
hombre. Los profundos círculos oscuros que están debajo de sus ojos
y la forma en que parece no tener energía para pelear conmigo.
Apostaría mucho dinero a que el doctor también está aquí en contra
de su voluntad. Que esto es un jodido pago de una deuda que tiene
que hacer.
—Está bien, cooperaré, pero ¿puedes decirme por qué sucede
esto? ¿Por qué quiere que me revises?
—Hubo una puta traída al círculo interno que tenía VIH. Se abrió
camino a través de muchos de sus hombres, algunos de ellos
contrajeron el virus mortal mientras que otros no. A partir de
entonces, a él le gusta asegurarse de que todos en su equipo gozan
de una salud ideal. Es obligatorio que todos se hagan la prueba. Al
menos una vez cada tres meses—responde el doctor y me subo a la
camilla completamente desnuda. Él agarra mi sostén y mi ropa
interior y los coloca en una bolsa de basura. Supongo que no los
recuperaré.
—También se supone que debo anotar cualquier marca de
identificación o deformidad que puedas tener. Cualquier cosa en la
que alguien pueda tener que hacer algún mantenimiento contigo—
continúa explicando mientras comienza la parte del examen físico
que pone a prueba mis capacidades neurológicas.
—¿Mantenimiento? No creo que esté aquí para un
mantenimiento. Una vez que Thomas se canse de mí, me dejará ir—
digo e incluso mientras escucho las palabras saliendo de mi boca, sé
lo jodidamente ingenua que sueno.
—Lo siento chica... una vez que estás adentro, estás adentro para
quedarte. —El médico termina esa parte del examen y saca un
electrocardiógrafo, me acuesta y me coloca los electrodos en el
cuerpo. Sabía que todo iba a volver en plena forma. Mi padre
siempre se aseguró de que tuviera la mejor atención. No creo que
haya pasado un año sin que me haya perdido un chequeo.
—Ok, todo eso se ve bien, ahora ven y pon tus piernas en los
estribos—. El doctor dice mientras lo veo lubricando un espéculo de
metal.
—Espera, no tengo ETS ni nada. Estoy limpia. Lo juro. —Tengo
miedo, porque no se sabe lo rudo que va a ser. Lo último que quiero
es que me revienten la cereza con un jodido espéculo.
—Tengo que hacer una prueba de Papanicolaou. —El doctor
resopla, claramente enojado porque una vez más le estaba haciendo
pasar un mal rato.
—Mira, sé que no me debes nada, pero puedes ser amable. Nunca
he…— Dejo que las palabras se apaguen y veo que su rostro se
ilumina después de un segundo con él captando la idea.
Deja el espéculo y toma uno más pequeño, lo lubrica y se sienta
en el pequeño taburete rodante entre mis piernas.
—Ok, déjame echar un vistazo rápido. Esto será rápido. —Es
todo muy incómodo, pero es honesto cuando dice que todo
y p q
terminará rápido. Toma algunas muestras de células y echa un
vistazo rápido, luego ha terminado.
—Gracias por eso—le digo sabiendo que esto podría haber ido
mucho peor.
—No me des las gracias. No he hecho nada más que lo que debo
hacer. Puedes volver a ponerte la ropa. —Se da la vuelta y se acerca
a un pequeño escritorio. Empaca los pequeños tubos de ensayo con
las muestras y toma notas en una pequeña carpeta.
Me apresuro a ponerme la ropa, sin las bragas, ni el sostén, y me
siento en la mesa. Espero que limpien esto antes de cada paciente. El
médico vuelve a levantarse con unos cuantos tubos más y otro kit.
Los coloca a mi lado en la mesa de examen y me encuentro
apartándome de él. Odio las malditas agujas.
—Tengo que sacarte un poco de sangre y habrás terminado. Esta
es solo la prueba rápida, pero la prueba de sangre será más
concluyente.
Asiento con la cabeza y espero a que haga lo que tiene que hacer.
Desliza el hisopo alrededor de mi boca varias veces antes de
colocarlo en un pequeño tubo, lo cierra de forma segura y agita la
solución de un lado a otro. Toma alrededor de cuatro tubos de
sangre y, al igual que antes, es tan gentil como puede ser.
—¿Cuál es tu nombre?—pregunto mientras saca el último tubo
de sangre.
—Guppie.
—¿Guppie? ¿Te gusta el pez?—digo con una sonrisa vacilante en
mi rostro.
—Sí, supongo que a mi madre no le caía bien. —Él se encoge de
hombros mientras la misma sonrisa vacilante trata de florecer en su
rostro.
—¿Estás aquí para coquetear con las perras o para trabajar?
Porque estoy seguro de que podemos encontrarte mucho más
trabajo que hacer si lo necesitas. —René se para en la puerta
mirando. Guppie se da la vuelta y se aleja de mí, sin siquiera
responder lo que le acaba de decir. No estaba coqueteando conmigo.
Solo estaba siendo amable, pero supongo que en la mente de René
eso es lo mismo.
—¿Dónde diablos están sus resultados? —René extiende la mano
y Guppie coloca la misma carpeta manilla en la que estaba
escribiendo en su palma.
René la abre y voltea la página.
—Mmm, ¿podrías creerlo? Mi chico se consiguió una maldita
virgen. ¡Qué apropiado! —René deja caer la carpeta en una de las
mesas auxiliares y se pasea hacia mí como un felino midiendo a su
presa—. Es una pena, tu padre podría haber conseguido mucho más
por ti. —Me agarra la cara por la barbilla, pero la arranco. Sé que no
debería estar peleando en este momento, pero no puedo evitarlo.
—Pero cada gema tiene sus defectos, ¿verdad? Vamos a tener que
vencer esa veta rebelde que tienes. No te preocupes, tenemos un par
de días antes del gran día de Thomas. Me aseguraré de que estes
totalmente recuperada—me promete René y me abofetea con fuerza
un lado de la cara.
Trato de no mirarlo. Aunque por mi vida, sé que lo que sea que
haya planeado me va a dejar todo, menos bien recuperada. De
hecho, estoy casi segura de que me va a dejar más destrozada que
nunca en mi vida.
Capítulo 6
Celine
 
Han pasado tres días desde la última vez que vi a mi padre.
Todos los días me despierto esperando que él irrumpa por la puerta
y me salve. Espero a que salte por la ventana como el maldito
Spiderman y me robe. Nunca sucede y cuanto más me quedo aquí,
más me doy cuenta de que él nunca podrá hacer eso. Hay demasiada
seguridad alrededor para que pueda hacer algo así. Tendría que salir
por mi cuenta o estaría atrapada aquí hasta que Thomas terminara
conmigo. Eso nunca sucedería ya que Thomas está completamente
obsesionado conmigo.
—¡Perra!
Ya me he acostumbrado tanto a la palabra que ni me molesta, ni
el hecho de que supiera que se referían a mí. Salgo a una pequeña
habitación donde René y algunos otros hombres están sentados,
bebiendo y fumando. Hay una mujer en medio del suelo
inconsciente y sangrando. No sé si está muerta o no, pero claramente
está cerca de estarlo.
Me lanzo hacia donde ella está y la toco, tratando de ayudarla.
—Me alegro de que parezcas tan interesada en ayudarla, dejó un
maldito desastre. Límpialo.
Cuando miro hacia abajo, me doy cuenta de que mezclado con el
charco de sangre también hay vómito y mierda. Debe estar muerta.
Estaba arrodillada en toda su inmundicia.
—¿Qué mierda? —Intento retroceder, pero René chasquea los
dedos para que le preste atención. Estoy empezando a darme cuenta
de las pequeñas señales y saber qué es lo que lo enoja. Es
sorprendente lo rápido que alguien puede aprender cuando se trata
de su supervivencia.
—Límpialo—me ordena.
Mi cabeza cae y pongo los ojos en blanco de manera que él no
pueda verme. No quiero que se dé cuenta de que nada de lo que
pueda decir es una falta de respeto.
Trato de pararme.
—¿No escuchaste lo que dije, perra?—me gruñe.
—Sí, te escuché. Solo necesito conseguir algo para limpiarlo.
—Usa tus malditas manos. —Una leve sonrisa cruza su rostro y
veo el desafío en sus ojos mientras espera que me defienda. No lo
haré. Sé que solo están buscando una excusa para golpearme. Hasta
ahora, he tenido suerte de que ninguno de ellos haya intentado
castigarme sexualmente. Iba a tratar de mantenerlo así.
Vuelvo a mirar hacia el suelo y la suciedad. Miro mis manos y no
puedo creer que esté a punto de hacer esto. Comienzo a usar los
bordes de mi mano y junto la mugre en una pila en el medio del
suelo. Hay una lata en la habitación que uso para meter la mugre.
No hay forma de que pueda quitar completamente el líquido del
suelo. Cuando tengo la mayor parte en la lata, lo miro para ver qué
otras tareas humillantes tiene él para mí.
—Te dije que lo limpiaras. —Me exige, apoyándose en el borde
de la silla.
—Lo hice. No puedo recoger nada más con mis manos.
—Usa tu camiseta entonces—sugiere uno de sus invitados
mientras toma un sorbo de su bebida y se ríe. Lo miro con una
mirada de incredulidad. Quiere que limpie esto con la única
camiseta que tengo. Cuando René ve lo molesta que esto me pone,
simplemente se ríe más fuerte.
Sacudo la cabeza y me la quito. No llevo sostén, así que mis tetas
están completamente descubiertas.
—Joder, René, ¿qué te puedo dar por ésta? Quiero arrancarle uno
de esos pezones de un mordisco—dice otro de los invitados y lo veo
inclinarse hacia atrás para palmear su polla descaradamente.
—Nah, ésta no está a la venta. Le dije a mi chico que le iba a
regalar algo especial para su cumpleaños y este pedazo de culo
virgen es algo que estoy seguro que le encantará. —René toma su
cigarro y le da una calada larga.
—¿Virgen?—dice el hombre.
—Ciento por ciento virgen certificada.
—¡Joder! Necesito esa mierda. —Uno de sus invitados se levanta
de su asiento, con una mirada salvaje y enloquecida en los ojos.
—Ejem. —René llama la atención de su invitado—. Ésta está
prohibida. Si me entero de que alguien la folla, me aseguraré de que
no vea el próximo amanecer. Déjala en paz. Mira, pero no toques.
—Oh hombre, siempre guardas lo mejor para ti—gime uno de los
hombres y aparta la mirada de mí.
—Eso es porque soy el jefe. —René se ríe mientras sigo limpiando
la mugre lo mejor que puedo. Al menos sé que no tengo que
preocuparme por eso. Aun así, no quiero relajarme ante este
conocimiento. A pesar de eso, no puedo evitar

suspirar con un poco de alivio.


Pasan otros dos días, las palizas se vuelven constantes y las
humillaciones aún más frecuentes. Estoy empezando a rezar para
que llegue el día en que podré ir a Thomas, lo que sea que haya
planeado para mí tiene que ser mejor que lo que está haciendo su
padre. Tiene que serlo.
Estoy trabajando para limpiar uno de los cuartos traseros que
René ha exigido que estén impecables antes de que nos pongamos en
camino. No necesariamente me importa la limpieza, es la parte
desnuda de la limpieza lo que realmente me molesta.
—¡Maldita sea, chica, eres sexy como la mierda!
Me sobresalto y me giro en la dirección de donde vino la voz.
Hay un hombre apoyado en la puerta abierta con un cigarrillo entre
los labios mientras sus ojos recorren mi cuerpo desnudo. Solo la
sensación de él mirándome me pone la piel de gallina.
—¿Qué quieres? Estoy trabajando. —Trato de hacer que mi voz
suene fuerte, pero en vez de eso suena como si estuviera asustada.
Aunque realmente lo estoy.
—Oh, no seas así, bebé. Solo quería venir a hablar contigo por
unos segundos. Sé que tienes un problema con esto. No quieres
hablar conmigo. —El hombre me aleja sigilosamente de la puerta y
se asegura de cerrarla detrás de él. Quiero salir corriendo y gritar.
Pero sé que no importa qué tan rápido corra, no hay forma de que
pueda pasarlo. Tendría que derribarlo antes de poder atravesar la
puerta detrás de él.
—No, no puedo hablar en este momento. Tengo demasiado que
hacer. René llegará en cualquier momento y querrá saber por qué no
he terminado mis tareas. Por favor, vete. —Mantengo mi voz tan
educada como puedo y él simplemente sonríe.
—Oh, no, cariño, creo que puedes tomarte unos minutos para
hablar conmigo. Puedo hacerte sentir muy bien. —Sus zancadas son
más largas, tengo que retroceder unos pasos para asegurarme de que
no está justo encima de mí. Me muevo hacia atrás hasta que estoy
contra la pared y no hay otro lugar al que pueda ir. Él sonríe aún
más cuando se da cuenta de que estoy atrapada.
—Estás empezando a herir mis sentimientos, pequeña. Solo
quiero ser tu amigo.
—No soy una maldita niña y no necesito amigos. Si quieres
ayudarme entonces te irás y me dejarás hacer lo que tengo que hacer
para terminar con esta mierda. Apártate de mí. —Aprieto el puño.
No sería capaz de noquearlo, pero puedo decir desde donde estoy
parada que su barbilla es débil. Al menos puedo aturdirlo. Eso si
tengo suficiente espacio entre él y yo. Necesito poner todo mi peso
en el puñetazo. Excepto que, estando presionada contra la pared, no
puedo hacer eso.
—¿Apártate de mí? ¿O qué? ¿Qué vas a hacer si no lo hago?
Dime, ¿vas a gritar por papi? Adelante. Él no está aquí para
ayudarte. Nunca volverá a estar aquí. Nos aseguramos de ello. —
Empieza a reírse, pero mi cerebro falla con toda la información que
acaba de darme. No puedo entender lo que está diciendo. ¿Qué
diablos quiere decir? ¿Qué quiere decir con que mi padre nunca
volverá a estar aquí? ¿Está muerto? ¿Lo mataron?
—¡No! ¡Vete a la mierda! —Tiro mi puño hacia atrás lo más que
puedo y golpeo con todas mis fuerzas. No tenía mucho espacio, pero
el golpe es lo suficientemente fuerte como para que el cabrón se
caiga. Salto sobre su cuerpo y corro hacia la puerta. Antes de que mi
mano entre en contacto con el picaporte, él me agarra por detrás y
me empuja de regreso a la habitación.
—¡Estúpido coño! Solo estaba tratando de ser amable contigo y
aquí vas a empeorar las cosas para ti—me gruñe.
Me tropiezo y me alejo de él.
—Déjame en paz. Tienes que dejarme en paz.
—No tengo que hacer una mierda. Nadie me manda—gruñe el
hombre. Se deja caer para agarrar mi pie, tirando de mí para que
quede debajo de él. Intento apartar su mano de una patada. Tengo
éxito las dos primeras veces, pero finalmente me inmoviliza. Cuando
comienza a pasar una de sus manos por la parte superior de mi
pecho, sé exactamente lo que está tratando de hacer.
—No puedes, René ya les dijo a todos que estaba prohibida.
—Oh, no bebé, dijo que ese apretado coño tuyo estaba prohibido.
No dijo nada sobre ningún otro lugar. —Me da la vuelta para que mi
cara quede presionada contra el suelo junto con las otras partes
delanteras de mi cuerpo.
—¡No! ¡Quítate de encima! —Mi corazón late aceleradamente
contra mi pecho y un sudor frío brota de mi piel mientras hago todo
lo posible para quitármelo de encima. El hecho de que ya esté
desnuda significa que en realidad no tiene que esforzarse demasiado
para conseguir lo que quiere.
—Joder, sí, sigue peleando, perra... me encanta esa mierda—
gruñe y oigo el tintineo de la hebilla de su cinturón cuando se lo
quita.
—¡Detente!—grito, pero él tiene mi cara aplastada contra el suelo
con tanta fuerza que realmente no puedo hacer que mi boca se abra
por completo—. Por favor, aléjate de mí. ¡Basta!—grito y trato de
empujarlo de nuevo.
—Oh, joder, voy a malditamente romperte. —Se arrodilla y
puedo sentir su polla repugnante subiendo y bajando contra mis
nalgas.
—No, por favor. Por favor—le ruego, pero estoy tan sin aliento
que no tengo más fuerzas para luchar. Solo me quedo allí tratando
de asegurarme de no desmayarme.
Aprieto las nalgas lo mejor que puedo, mi última línea de
defensa.
—Ábrete, zorra. No hagas esto más jodidamente difícil de lo que
ya va a ser. —Se presiona contra mí, pero no es capaz de penetrar.
Oigo un clic suave y luego un fuerte estallido justo encima de mi
cabeza. Grito en estado de shock y mis ojos se cierran de golpe. De
repente siento lluvia, pero en lugar de pequeñas gotas siento
grandes gotas de algo cayendo sobre mí. Cuando abro los ojos de
nuevo, puedo ver que la lluvia que estoy sintiendo es en realidad
sangre y los grandes trozos son tejido, en realidad sesos.
—¡Pero qué carajo! —Empiezo a entrar en pánico cuando me doy
la vuelta y puedo ver al hombre todavía arrodillado sobre mí. Su
cuerpo se quedó en esa postura final a pesar de que había un enorme
agujero en su cabeza donde solía estar su ojo derecho. Me levanto y
trato de arrastrarme, pero ese movimiento es suficiente para que su
cuerpo caiga justo encima de mí.
—Ahh, sácamelo de encima. Oh mierda. —Lo empujo, pero mis
manos resbalan en el lío que es su sangre y su carne. Estoy gritando
porque siento que nunca voy a poder mover a este gran hombre.
—Cállate. Él no te va a hacer nada. Solo arrójalo lejos—escucho
decir a René arriba de mí, pero no se agacha para ayudarme en
absoluto. De hecho, suena como si fuera una molestia para él. Sin
embargo, sigo sus instrucciones. Ruedo y el hombre cae.
—Gracias—murmuro, si él no hubiera venido, esto podría haber
sido mucho peor.
—No me agradezcas, niña. Me importa una mierda lo que
alguien te haga o a esos pequeños agujeros que tienes, pero le dije
que estabas prohibida. Debería haberme escuchado. —Se encoge de
hombros y deja caer una bolsa en la esquina lejos de la sangre—.
Además, estoy seguro de que lo que sea que mi hijo haya planeado
para ti esta noche superará todo lo que este bastardo haya planeado.
Por lo que me han dicho, mi hijo no es el más amable cuando se trata
de mujeres.
Me siento y lo miro fijamente, sabiendo que no encontraré ni una
pizca de compasión. Aunque esperaba que tal vez encontraría algo
de apatía. No la veo, le encanta atormentarme. Esta mierda en
realidad le está dando placer.
—Agarra esta mierda y límpiate. Luego vístete. Es el cumpleaños
de Thomas, finalmente vas a dejar de ser una molestia. —Agita la
mano distraídamente y se gira para salir de la habitación. Me siento
allí con el cadáver, sangre y pedazos de carne por todo el pelo y la
piel, y la ropa nueva en una bolsa a un lado. No voy a salir viva de
esto. Si lo que Thomas ha planeado para mí es peor que esto, no
sobreviviré.
 
Capítulo 7
Celine
 
El vestido que me dio René es demasiado jodidamente corto para
que pueda hacer algo más que sentarme. Cruzo las piernas a la
altura de los tobillos para tratar de mantener algún tipo de modestia,
pero si avanzo demasiado, todo el mundo obtendrá un espectáculo
completo.
—No la pierdas de vista—dice René mientras camina hacia el
otro lado del gran ferry. No sabía dónde se estaba llevando a cabo la
fiesta en realidad. Aunque debía ser una grande porque había mucha
gente en el barco. Algunas de las personas que conocía del circuito
de boxeo y otras de ver sus rostros en la televisión y las noticias.
René tenía todo tipo de invitados en este ferry, desde criminales
hasta la élite. Estoy segura de que ninguno de ellos iría en su contra.
Él exige mucha lealtad. Estoy segura de que si me matara ahora
mismo, ninguno pestañearía.
Miro a mi alrededor y trato de ver si puedo encontrar a Thomas
en alguna parte. Solo que no está en el ferry, debe llevarnos a la
ubicación real de la fiesta. Sigo siendo la gran sorpresa.
—¿Vas a ser la nueva mascota de Thomas? —Uno de los guardias
se para frente a mí.
—¿Qué? —No lo miro a la cara. Básicamente puedo percibir la
mirada antagónica en su rostro.
—Es una lástima. Eres muy bonita. Para cuando termine contigo,
nadie te va a querer más. Se toma su tiempo rompiendo a las
mujeres que su padre le trae. Está enojado y se desquita con las
mujeres que su padre le obliga follar.
Ahora tengo que mirar hacia arriba para ver de qué carajos está
hablando. Thomas siempre ha sentido algo por mí. Al menos pensé
que lo hacía. Sin embargo, parecía más intrigado conmigo como
persona que tratando de estar conmigo.
—¿Qué carajo se supone que significa eso?—pregunto, pero me
aseguro de mantener mi voz baja. No quiero que nadie más se meta
en esta conversación.
—Oh, todos pensamos que el niño Tommy se está mintiendo a sí
mismo. Creemos que es más un receptor que un lanzador, si sabes a
lo que me refiero. Simplemente no creo que esté listo para admitirlo.
Su padre lo ve, pero no puede soportar que uno de sus hijos sea así.
—El guardia se encoge de hombros como si no le molestara.
¿Así cómo? Pienso en todas las interacciones que he tenido con
Thomas. Parecía que era un poco demasiado suave y siempre podía
intimidarlo. Nunca he tenido miedo de Thomas tampoco. De hecho,
siempre sentí que era más dominante que él. No es que ser suave
fuera un criterio para ser gay, pero tal vez se sintió tan atraído por
mí porque encontraba atractiva mi agresividad.
—¿Crees que es gay?—susurro y miro a mi alrededor, de nuevo
asegurándome de que nadie me escuche, excepto el guardia frente a
mí.
—Oh, sí, seguro. Sin embargo, él no lo admitirá y su padre
tampoco. Así que René sigue arrojándole mujeres. Espera que se
enamore de una de ellas o al menos deje embarazada a una cuando
todo lo que el chico hace es enfurecerse y maltratarlas. A la última
chica le mordió el clítoris hasta arrancárselo, porque ella no pudo
hacer que se corriera. Como si fuera su culpa, él no se sintió atraído
por ella como pensó que debería. Es un gran fanático de la sodomía.
Una de las chicas tendrá una bolsa de colostomía por el resto de su
vida. Sí, él te va a follar muy bien. —Se ríe mientras se aleja unos
pasos de mí.
No estaba siendo regalada a Thomas porque él sentía algo por
mí. Estaba siendo regalada a él para que tuviese otra mujer para
torturar, debido a su propia confusión. No sé por qué alguna vez
pensé que sería capaz de seguir adelante con esto. Rezo para que mi
padre pueda perdonarme por lo que estoy a punto de hacer. Tengo
p p p p q y p g
que salir de aquí y ahora mismo en este ferry puede ser la única vez
que tenga la oportunidad de lograrlo.
Los guardias que se supone que deben estar vigilándome están
de espaldas a mí. Están mirando a la multitud todo el tiempo en
lugar de asegurarse de que no me mueva. Es cierto que para bajarme
de la embarcación tendría que atravesarlos, pero solo si planeaba
bajarme de la manera tradicional y segura. No lo haré.
Me recuesto sobre la baranda y puedo ver que la caída al agua no
está tan lejos. Al menos no creo que lo esté. El agua en sí está turbia
y ya está oscuro. Solo puedo ver el reflejo de algunas luces que
brillan sobre la superficie. El puerto está lejos, pero hay una costa
cerca. Siempre he sido una buena nadadora y estoy segura de que
puedo lograrlo. Si no puedo, al menos me ahogaré y no seré
torturada hasta la muerte. Prefiero ahogarme que estar con Thomas.
Espero hasta que todas las conversaciones a bordo suban de
volumen y los guardias se alejen un poco más. Tan suavemente
como me sea posible, me deslizaré sobre la baranda y saltaré al agua.
Era mucho más simple de lo que hubiera pensado sin el hecho de
que mis manos estaban atadas. Estaban atadas delante de mí, pero
sabía nadar sin mover las manos. Podía usar mis piernas y la patada
de delfín para llegar a donde necesitaba ir. Era mi única opción hasta
que pudiera quitarme estas ataduras.
—¡Mierda!—escucho a alguien gritar cuando mi cuerpo golpea el
agua.
—¡Maldita hija de puta!—grita otra persona y luego escucho
disparos al agua. Rápidamente entro en acción y empiezo a nadar
con todo lo que tengo. Hacía tiempo que no practicaba la técnica de
la patada del delfín. Me cuesta un poco más de esfuerzo del que
quiero, pero lo hago. Pronto las balas dejan de volar y cuando miro
puedo ver que el ferry ya no avanza. Van a venir por mí. No tengo
tiempo para descansar, tengo que continuar. Me esfuerzo tanto como
puedo. Pateo y pateo por lo que parece una eternidad. Me arden los
ojos y la nariz por el agua sucia que entra en ellos. Se siente como si
mis pulmones pudieran explotar por las constantes respiraciones
profundas que tengo que tomar para seguir nadando. Siento que mis
piernas intentan acalambrarse, pero lucho contra el dolor. No tengo
tiempo para el dolor en este momento. Me van a encontrar y cuando
lo hagan, sé que mi castigo va a ser mucho peor. No veo un bote en
el agua, pero veo una luz que brilla de un lado a otro. Me río
suavemente con incredulidad. De alguna manera, no pueden verme.
Está tan oscuro que no tienen idea de en qué dirección me he ido.
La orilla está justo ahí. Un pequeño puente peatonal se cierne
sobre mi cabeza y, aunque no escucho tráfico, sé que todavía debe
haber algo abierto. Esto es Nueva Orleans, no importa la hora de la
noche, siempre hay algo abierto.
Me detengo solo por un segundo. Es la puta cosa equivocada que
hacer, en el momento en que dejo que mis piernas se relajen, los
calambres se apoderan de mí. Intento estirar las piernas, pero no
puedo. Golpeo el agua desesperadamente, pero mis manos siguen
atadas. Me voy a ahogar.
 
Capítulo 8
Jameson
 
—Necesito que vayas a ver a Capri, Jam. Hubo unos imbéciles
que pensaron que era una buena idea acosarla de camino a casa
anoche—me dice Archer. Son cerca de las tres de la mañana. La
gente normal estaría durmiendo en este momento—. A menos que
quieras beber hasta quedar inconsciente, pero por lo general quieres
montar después de que aparece Mónica.
Pongo los ojos en blanco. ¿Estaba todo el mundo al tanto cuando
se trataba de Mónica? Aunque no podía estar enojado por eso. No es
como si ella estuviese callada sobre lo mucho que me deseaba de
regreso. Estas peleas entre ella y yo se estaban volviendo cada vez
más frecuentes. Además, Archer tenía razón. Estaba inquieto no solo
por esta mierda con el falsificador, sino también con ella.
—No, estoy bien. Iré a verla. —Capri es la hermana pequeña de
Pirate. Ella hace todo lo posible para mantenerse fuera de nuestra
vida. Dice que es demasiado sangrienta para ella, pero sabe cuándo
llamar a los amigos moteros de su hermano mayor para intimidar a
alguien. La mujer no es tonta.
Recojo las llaves y mi casco, solo me detengo para ver cómo está
Shyne. Está ocupado poniendo a prueba a Finn, nuestro nuevo
prospecto. Finn ha estado fuera del servicio activo solo unos seis
meses, por lo que tiene mucho que aprender. El chico tiene solo 21
años, todo cara de niño y ojos muy abiertos. Su madre lo dejó
inscribirse en la Marina cuando tenía 17 años, un tour fue suficiente
para él.
—¿Cómo va todo aquí? —Asomo la cabeza y veo a Finn limpiar
los casquillos de bala vacíos que Shyne ha tirado al suelo. Lo tiene
haciendo esa mierda con los ojos vendados. ¿Por qué diablos está
haciendo eso? No tengo idea, pero no lo voy a cuestionar. Además,
Finn ya se había puesto a prueba, pero por supuesto sentimos la
necesidad de molestarlo por un tiempo. Ser un prospecto
básicamente significaba que eras nuestra perra. Si querías ser un
jodido Wings, entonces harías lo que tuvieras que hacer para
convertirte en uno. Si eso significaba que rodarías por el suelo con
casquillos en tu maldita ropa interior, entonces eso es lo que harías.
—Bien, Finn es un buen cachorro. —Shyne empuja a Finn hacia
adelante, pero no cae. Simplemente se da la vuelta y puedo ver que
su mandíbula se aprieta con algo que decir.
No estaba acostumbrado a aguantar una mierda. Eso es lo que
quiero ver, no necesitábamos a nadie que fuera demasiado cobarde
para defenderse. Claro, se esperaba que hicieran lo que les pedimos
que hicieran como prospectos. A pesar de eso, si estaban demasiado
dispuestos a ser golpeados sin responder, realmente no los
queríamos.
—Sigue así, Finn, haremos un Wings de ti. —Me giro y cierro la
puerta detrás de mí sacudiendo la cabeza ante la ridiculez de esto.
Finn estaría allí toda la noche.
Paso a Yang de camino a mi moto y le digo que voy a ver cómo
está Capri.
—Necesitas refuerzos. Puedo hacer que uno de los prospectos
vaya a vigilar.
—No, estoy bien. Necesito despejar mi maldita mente de todos
modos. —Sacudo la cabeza y me subo a mi Softail. Si hay algo en
este mundo que amo más que a mi puta vida, sería esta jodida moto.
Cuando finalmente regresé a los Estados Unidos, lo primero que hice
antes incluso de revisar a Mónica y la casa fue asegurarme de que mi
moto todavía estuviera estacionada de manera segura en el garaje.
Debería haberme quedado allí unos minutos más y tal vez no habría
descubierto a mi mujer jugando a esconder el salami con el tendero.
Solo pensar en ello es suficiente para que mi sangre hierva de
nuevo.
—Sí, te siento, hermano. —Yang retrocede—. Haz lo que tengas
que hacer.
Ni siquiera respondo, solo salgo directo hacia la casa de Capri. El
viento y la soledad son algo a lo que me he vuelto adicto. Mis
hermanos me mantienen conectado a tierra, pero es esta soledad la
que me mantiene cuerdo. Honestamente, parece que cuando todo lo
demás se va a la mierda, ésta es la única manera en que puedo dejar
mi mente libre.
No me toma mucho tiempo llegar donde Capri. Estaciono la
moto y entro al bar.
—Oye, bebé, sabes que no tenías que venir. Ellos saben mejor que
no meterse conmigo después de la paliza que Shyne les dio ayer—
grita Capri mientras se apresura a poner las botellas de alcohol en su
lugar.
—Oh, cariño, sabes que no hay problema. Ninguno en absoluto.
—Me acomodo en uno de los taburetes y la observo trabajar—.
¿Necesitas ayuda allí? —Me doy cuenta de que está levantando
muchas cajas pesadas. Aunque sé que es más que capaz, no me
siento muy cómodo dejándola hacer esa mierda sola. Mi madre me
había criado para ser una especie de caballero.
Antes de que pudiera responder, me acerqué al otro lado de la
barra y comencé a levantar el resto de las cajas para ella. No debería
tener que hacer todo ese trabajo sola.
—Eres demasiado bueno conmigo, Jameson. —Capri deja escapar
un profundo suspiro. Ella se relaja contra la barra por un segundo
mientras sigo adelante y pongo la mercancía donde pertenece.
Una vez que termino con esa tarea, me aseguro de caminar por el
área y poner todas las sillas sobre las mesas para que ella tampoco
tenga que levantarlas. Todo eso es un trabajo muy pobre para
mantener mi mente alejada de Monica. ¿Qué diablos le da derecho a
intentar forzar su regreso a mi puta vida después de la mierda que
hizo?
—Sabes, si golpeas esas sillas con más fuerza, estoy segura de que
vas a romper hasta la última de ellas—dice Capri desde donde está
parada mirándome.
Me sacudo de mis pensamientos solo para darme cuenta de que
había estado tirando las sillas sobre las mesas con demasiada
agresividad.
—Lo siento por eso, cariño. —Le lanzo una suave sonrisa, pero
mis ojos se quedan en los suyos mientras todavía me mira fijamente.
—¿Algo interesante sobre mí?
—Joder, sí. Hay algo interesante en ti. ¿Cuándo me vas a dejar
subir a ese cuerpo, Jameson? —Capri deja que su lengua sobresalga
entre sus dientes mientras sus ojos continúan recorriendo mi cuerpo.
—Oh cariño, sabes que no podemos hacer eso—respondo y me
acerco a donde ella está. Ella cierra la brecha para presionar una
mano en mi pecho debajo del chaleco dejando que sus dedos se
deslicen sobre mis pectorales y mis abdominales.
Su mano cae hasta mi polla que ya ha comenzado a endurecerse
en mis pantalones.
—Oh, creo que tu cuerpo piensa que podemos hacer eso.
Pongo mi mano sobre la de ella y presiono su palma una vez
antes de alejar su mano y llevarla a mi boca.
—Nunca dije que no era capaz o incluso que no quería. Dije que
no podemos. —Beso su palma con la esperanza de suavizar el golpe.
Al ser la hermana pequeña de Pirate, estaba prohibida para el resto
de nosotros. Pirate podría haber sido mayor que todos nosotros,
pero aún podía patear traseros—. Pirate me molería a palos si
siquiera te tocara un cabello.
—En realidad, no tengo un pelo, en todos los lugares que
cuentan. —Ella me sonríe antes de retroceder para girarse y guardar
el resto.
Gimo mientras imagino cómo se ve su coño desnudo. Joder, si no
estuviera tan seguro de que Pirate tendría mi culo, aceptaría la
oferta. Capri es preciosa. Su cabello es largo y negro con ondas
permanentes, mientras que sus labios son llenos y se ven suaves
como la mierda. Mi polla encajaría perfectamente entre ellos.
Sacudo los pensamientos de mi mente y trato de pensar en otra
cosa. No hay nada que pueda hacer con respecto a Capri. No
necesito ningún problema con mi hermano.
—¿Estás bien, chica? Es hora de que vuelva a la cama—grito y
ella sale corriendo por la parte de atrás.
—Sí, estoy bien, Jameson. Vámonos.
Sigo su coche en mi moto mientras se dirige a su casa. Estoy
seguro de que los bastardos no volverán aquí para meterse con ella,
pero realmente no quiero darles ninguna oportunidad.
Entra en la casa y levanta la mano para saludarme. Asiento con la
cabeza hacia ella y me vuelvo para irme. Sé que ahora está a salvo,
así que puedo volver a casa y dormir un poco. No estoy tan relajado
como quiero estar y una parte de mí piensa que tal vez debería haber
aceptado su oferta para obtener un poco de alivio. Demonios, Pirate
nunca lo sabría.
Niego con la cabeza y me deshago de ese estúpido pensamiento.
Sé que no importa cuán jodidamente desesperado esté, nunca voy a
ir en contra de uno de mis hermanos. Pirate dijo que estaba
prohibida, así que está jodidamente prohibida.
Acelero la moto y siento el viento azotando mi cara. Un fuerte
estallido hace que me desvíe y mire hacia atrás.
—¡Qué carajo! —Mi respiración se vuelve errática mientras busco
la amenaza. El ruido vuelve a sonar y me doy cuenta de que es solo
el coche jodido de alguien estallando. Nadie me está disparando. No
hay nadie aquí para atraparme.
Me detengo a un lado de la carretera para controlarme, pero las
imágenes en mi cabeza ya han comenzado.
Dicen que cuando regresas de la guerra hay cosas que dejas atrás
y cosas que te llevas a casa. Esta mierda realmente desearía haberla
dejado atrás. Incluso ese pequeño sonido es suficiente para
transportarme de vuelta a todos los jodidos lugares donde teníamos
que preocuparnos por quién nos disparaba y si iba a haber un
enemigo a la vuelta de la esquina. Demonios, una de las principales
g q p p
razones por las que me sentía tan a gusto con los Wings of Diablo es
porque había muchas cosas que me recordaban a mi despliegue.
Aunque la hermandad era la mejor parte. Sabía que cualquiera de
esos hombres en mi club daría su vida por mí. Saltarían sobre una
granada si eso significaba que podía salir con vida y yo haría lo
mismo por ellos. Es cuando estoy solo que no me va tan bien. Sé que
estoy nervioso, por la mierda que pasó con Monica.
Estaciono la moto al costado de la carretera y me bajo para
caminar hacia el puente peatonal. Tal vez un poco de meditación sea
suficiente para sacarme de este maldito bajón. Pongo las manos en la
baranda y miro hacia el agua profunda y sucia. No era la puta foto
más bonita, pero parecía pacífica.
Hay un ferry al otro lado del río, pero parece que se ha detenido.
Me pregunto vagamente si está averiado, pero no veo nada anormal
en él. Incluso si lo está, no hay nada que pueda hacer al respecto de
todos modos. Tomo algunas respiraciones para calmarme y miro de
nuevo al agua. Tenía que arreglar mi mierda. Mi cabeza se sacude
hacia un lado cuando veo que algo cae junto a la orilla. ¿Qué clase de
pez salpica tanto? Escaneo el área y trato de ver si puedo ver algo, tal
vez sea un maldito caimán. He visto cosas extrañas antes.
Al principio, no veo nada, pero de repente, un par de brazos de
alabastro salen disparados de la superficie del agua seguidos de una
cabeza que respira con dificultad antes de volver a hundirse bajo el
agua.
—¡Oh, mierda! ¡Oh, mierda, espera!—grito y salgo disparado
como alma que lleva el diablo. Corro por la pequeña colina hacia el
agua. Me quito las botas y me cuido de tirar mi chaleco encima de
ellas antes de saltar al agua en la dirección en la que vi a la persona.
Me sumerjo bajo el agua, pero no puedo ver una mierda porque está
muy oscuro y por todo el sedimento.
Vuelvo a subir a la superficie y escaneo el área rápidamente.
—Joder. ¡Qué mierda! —Me giro en la dirección opuesta y una
cabeza vuelve a aparecer en mi vista. Me lanzo hacia allí lo más
rápido que puedo y justo cuando la persona vuelve a sumergirse en
el agua, la agarro del brazo y tiro de ella hacia arriba.
—Espera. Jodidamente te tengo. Sólo espera—gruño. Nado de
vuelta hacia el terraplén, pero parece que la persona está luchando
contra mi agarre—. Maldita sea, relájate, te tengo.
Saco a la persona del agua y me caigo tratando de recuperar el
aliento. Me vuelvo hacia un lado y veo piernas, largas piernas
mojadas y tonificadas.
—Oye, ¿estás bien?—grito mientras trato de agarrar a la mujer
para darle la vuelta. Su cabeza aparece y rueda sobre su espalda
alejándose de mí con una de sus piernas. Solo entonces veo que sus
manos están atadas. Ella está en un vestido negro ceñido a la piel y
sin zapatos, luciendo como si acabara de escapar de una temporada
en prisión. ¿Qué carajo le había pasado?
—Oh, mierda, espera. Déjame ayudarte. Déjame quitarte esto. —
Alcanzo sus manos—. Te llevaré de regreso allí.
—¡No! ¡No voy a volver! —Balancea los brazos en mi dirección y
su codo se conecta perfectamente con mi nariz. Las luces destellan
en mis ojos mientras lagrimean. Me aprieto la nariz con la mano.
—¡Mierda!—rujo de dolor y la oigo trepar por la ladera de la
colina. Abro los ojos y obtengo una vista completa de su culo
mientras trepa por la baranda.
Trato de levantarme, pero el golpe en mi cara me dejó mareado y
medio inconsciente. Me había golpeado en un lugar perfecto, no hay
duda en mi cabeza de que está entrenada. Tiene que estarlo.
Lentamente avanzo por la ladera de la colina, la sangre goteando
de mi nariz y deslizándose por la parte posterior de mi garganta. La
escupo en la ladera de la colina antes de abrirme paso hasta el suelo
sólido del puente peatonal. Miro de izquierda a derecha, pero no la
veo por ninguna parte. Ella no pudo haber ido muy lejos. No hay
forma de que la deje allí para que alguien la lastime aún más de lo
que ha sido lastimada.
Corro hacia mi moto, olisqueando un par de veces mientras la
sangre que gotea de mi nariz comienza a disminuir. Salto sobre mi
bestia, agarro el casco y golpeo el teléfono que está en mi moto que
suena directamente al club. Espero mientras la línea suena en el
receptor Bluetooth incrustado en mi casco.
—Wings. —Es Yang, él es probablemente el único que está
despierto en este momento vigilando todo.
—Hermano, soy Jameson. Necesito que todos estén alerta.
Llevaré a alguien. —Al menos creo que llevaré a alguien. Si puedo
encontrarla.
—¿Necesitas refuerzos? ¿Es Capri?
Puedo escuchar el pánico comenzar a construirse en su voz.
—No, no necesito refuerzos todavía y no es Capri. No vas a creer
esta mierda... Te lo explicaré cuando llegue a casa. Solo mantente
alerta y al lado del teléfono en caso de que algo cambie. —Doy la
orden y cuelgo antes de que tenga algo más que decir. Sé que él
estará ocupado despertando a todos.
Ruedo lentamente asegurándome de revisar cada puto callejón y
cada puto escaparate, pero no la veo. Finalmente, veo algo
moviéndose en uno de los callejones laterales a unos cuatrocientos
metros de donde la había encontrado. Alguien está tratando de
entrar en la pequeña cafetería. Salto de mi moto y corro al callejón.
—Oye, espera un minuto—la llamo
—No, por favor. —La mujer sale corriendo en dirección opuesta.
La sigo y la alcanzo rápidamente. Este callejón es un callejón sin
salida y no tiene a dónde ir, no es que no lo intente tampoco.
Cuando llega al final, la escucho gemir y trata de trepar por la cerca
de tela metálica a pesar de que todavía tiene las manos atadas. Ella
no llega muy lejos. Soy capaz de agarrarla por la cintura y tirar de
ella hacia abajo.
—No, no, suéltame. —Se retuerce y todavía trata de escapar.
—Maldita sea, mujer, cálmate. No estoy tratando de lastimarte.
—Lucho con ella, pero todavía trato de evitar maltratarla. Lo que sea
por lo que ha pasado obviamente la tiene luchando para sobrevivir
en este momento.
—Claro que no, solo estás tratando de llevarme de vuelta con
Thomas. No voy a ir. —Ella me maldice y vuelve a caer en una
posición de pelea. Incluso con las manos atadas puedo decir que no
va a dejar que me tire por encima del hombro y la lleve.
Doy un paso atrás y levanto las manos para que pueda ver que no
estoy tratando de amenazarla.
—Mira mujer, no sé quién diablos es Thomas. No voy a llevarte a
ningún lugar al que no quieras ir, pero casi te ahogas. Cojeas como si
tu pierna estuviera en mal estado, tus manos están atadas y estás
jodidamente descalza. Solo quiero ayudarte.
Ella no retrocede, pero no se abalanza, ni nada por el estilo. Saco
el cuchillo y se lo muestro, lo que la hace retroceder un poco.
—Para las ataduras de tus muñecas. No puedo romperlas con mis
manos, pero puedo cortarlas. Déjame liberarte—le digo y doy un
paso en su dirección.
Sus ojos siguen el cuchillo mientras me muevo hacia donde está
ella. Tarda unos minutos en cortar los lazos, pero puedo ver que
todavía está un poco nerviosa. Guardo el cuchillo en mi bolsillo y me
alejo lentamente de ella.
—Solo déjame en paz. Déjame irme—gime mientras intenta
retroceder aún más.
—No, no voy a dejarte sola en este momento, cariño. Parece que
necesitas un poco de ayuda. No sé qué diablos está pasando, pero no
voy a dejarte sola. Solo déjame ayudarte. —Doy unos pasos en su
dirección.
—¿No lo conoces?—me pregunta suavemente.
Puede que sepa exactamente de quién está hablando, pero en
realidad no está siendo específica.
—No. No lo conozco. Solo estaba aquí visitando a una amiga
cuando te vi. Vamos, bebé, déjame ayudarte. —Extiendo mi mano.
—No me llames bebé, no me conoces—me espeta.
Mis labios se tuercen ligeramente, ella es un petardo.
—Lo siento. ¿Entonces cómo quieres que te llame?
—Soy Celine, mi nombre es Celine. —Ella me agarra la mano y la
acerco a mí.
—Jameson. —Mi voz no es más que un susurro.
—¿De verdad vas a ayudarme?—me pregunta y puedo ver que
sus ojos comienzan a lagrimear.
—Voy a hacer lo mejor que pueda.
Básicamente cae en mis brazos y comienza a llorar. No sé qué
diablos está pasando con esta mujer, pero sé que no está bien. Tengo
que ayudarla.
 
Capítulo 9
Jameson
 
El viaje de regreso a la casa club es más lento de lo que me
hubiera gustado, pero Celine sigue girando la cabeza para buscar a
las personas que dijo que la perseguían. Tengo que ayudarla a
mantener las piernas en la posición correcta, pero con solo mirarlas
puedo ver que tiene calambres. Sabía que estaba dolorida, pero
necesitaba mantener el equilibrio. No quería correr el riesgo de que
la moto volcara, porque ella se estaba moviendo demasiado allí
atrás.
Me detengo en la casa club y puedo sentir que me agarra cada
vez más fuerte.
—¿Qué carajo es este lugar?—me sisea al oído cuando detengo la
moto.
—Ésta es mi casa y la casa club del Wings of Diablo MC.
—¿Qué carajo es eso? ¿Estás en algún tipo de pandilla o algo así...
porque una maldita pandilla no me va a ayudar en este momento?
—No es una pandilla, Celine. —Pongo los ojos en blanco. Estoy
tan jodidamente cansado de que las personas piensen
constantemente que solo porque vestíamos la misma mierda y
vivíamos juntos, éramos una maldita pandilla. Por el amor de Dios,
¿llaman a las personas en el ejército una maldita pandilla?—. Somos
una hermandad.
—Sí, realmente parece que te sentarás por la noche y cantarás
canciones estúpidas. —Desmonta lentamente, se frota los muslos
acalambrados y hace todo lo posible para calentarse. Los vestidos no
son ideales para andar en la parte trasera de una moto.
—¿Quieres la maldita ayuda? ¿O simplemente vas a quedarte ahí
y juzgar las cosas de las que obviamente no sabes nada? —Coloco el
casco en el manubrio y me aseguro de que mi moto esté bien
apoyada antes de que me baje.
—Lo siento, tienes razón, no debería estar juzgando... lo siento. —
Me mira a los ojos y se siente como si toda la jodida molestia que
acababa de sentir se hubiera ido. Dejo escapar un suspiro y la
examino de cerca. Está mojada, sucia y hecha un completo desastre.
Aunque, que me jodan si no es una de las mujeres más hermosas que
he visto en mi vida. Sus piernas y brazos son musculosos, como si
hubiera estado levantando pesas, pero todavía tiene un poco de
suavidad. Su cabello es largo y, por lo que puedo decir, creo que
podría ser rubio oscuro o castaño claro, aunque mojado realmente
no puedo decirlo. Sin embargo, son sus ojos los que captan mi
atención. Son de un color azul normal, pero es casi como si pudiera
ver el fuego ardiendo dentro de ellos. Puedo decir que es una
luchadora, fuerte y que nunca se da por vencida.
—Bien, vamos. —No tengo tiempo para mirarla boquiabierto
como quisiera. Necesito llevarla a ver a Archer. Todos necesitamos
saber exactamente con qué diablos estamos lidiando en este
momento.
Cruza las manos sobre su pecho tratando de calentarse un poco.
Me doy cuenta de que no le he dicho qué esperar. Es obvio que
nunca ha estado en esta situación antes y lo último que quiero que
haga es entrar y tratar de mentirle a Archer. Él podrá olfatear esa
mierda y no podremos ayudarla.
—Escúchame. Cuando entremos allí, tienes que contarle todo a
Archer. No dejes nada fuera y no mientas.
Se detiene y me mira entrecerrando los ojos como si no pudiera
entender de qué diablos estoy hablando.
—No tengo que hacer una mierda. No tengo que decirle nada
más de lo que creo conveniente. Ese no es el puto trato.
—¿No? Entonces, ¿cuál es el puto trato? ¿Necesitas que te lleve de
regreso a la maldita orilla del río para que puedas nadar de regreso o
quieres ayuda?
—¡Vete a la mierda!—me gruñe y en lugar de retroceder, se para
con las piernas más separadas. Esta chica está lista para pelear
conmigo—. No necesito tu maldita piedad. No te debo una mierda.
Dijiste que me ayudarías. No sabía que había jodidas estipulaciones.
Oigo que se abre la puerta de la casa club y espero ver a Yang,
pero en cambio veo a Pirate. Debe ser su turno de hacerse cargo de la
vigilancia.
—Oye, ¿qué mierda es esto?—pregunta acercándose a ella.
—Aléjate de mí. —Celine intenta dar un paso atrás, pero Pirate
da otro hacia adelante.
—No tengo que hacer nada, pequeña dama. Trae tu culo aquí.
Lanzo mi mano en el mismo segundo en que veo que Pirate
intenta agarrarla. No sabía mucho sobre Celine, pero sabía que no
era alguien con quien jugar. No le gustaba que la agarraran.
Da un paso firme hacia atrás y levanta las manos en posición
perfecta. Directamente frente a su cara, los puños cerrados y listos
para volar.
—¿Qué carajo es esta mierda? No sabes qué mierda estás
haciendo, niña.
—No lo hagas, Pirate—le grito a modo de advertencia, pero es
demasiado tarde.
Él se acerca para agarrarla de nuevo y ella deja que sus puños
vuelen perfectamente.
2-1-2, cross-jab-cross
La cara de Pirate rebota en tres sucesiones rápidas y cae
directamente al suelo.
Mi boca se convierte en una gran O y tengo que morderme los
labios para no estallar en carcajadas. Ella acaba de noquearlo.
Él sacudió la cabeza por un segundo, antes de rodar e intentar
levantarse.
—Maldita perra, te mataré. Te juro por Dios que lo haré—
balbucea.
Me paro frente a él para que no pueda abalanzarse.
—¿Estás bien, hermano? —Todavía estoy tratando de no reírme,
pero no puedo evitarlo. Esa mierda fue más que perfecta.
—A la mierda con esa perra.
—Intentaste agarrarla; ella solo se estaba protegiendo.
—Me golpeó en la maldita cara.
—Varias veces —digo y eso es todo lo que se necesita. Me agacho
y me echo a reír como un loco.
Pirate me mira y pone los ojos en blanco antes de darse la vuelta
y volver a la casa club.
—¡Pirate! ¡No te enojes! A todos nos patea el culo una mujer al
menos una vez en la vida. —Tengo que apoyarme en mis rodillas,
para no caerme al suelo y me rio hasta que mis malditos ojos lloran.
Cuando me vuelvo hacia Celine, puedo ver que todavía está lista
para pelear, pero también está sonriendo.
—Oye, ¿qué carajo es esta mierda? —Archer asoma la cabeza por
la puerta y dejo de reírme inmediatamente—. Ven aquí para que
podamos terminar con esta mierda.
Esa fue una orden y como todo buen soldado, sigo mis jodidas
órdenes.
—Vamos. —Me recompongo y agarro a Celine.
—¿Quién es ese?—pregunta, siguiéndome de cerca.
—Archer, es nuestro líder. El presidente del club. Recuerda lo
que te dije antes. Dile la verdad. Él te ayudará y te mantendrá a
salvo, pero si le mientes... te enviará por tu camino.
—Bien, seré honesta. —Ella se mueve más detrás de mi espalda.
Esta mujer ruda que acababa de noquear a un hombre adulto se está
abrazando a mí como si fuera su salvador. Es una maldita extraña
sensación.
Entramos al edificio y juro que la siento temblar detrás de mí.
—Recogiendo perros callejeros, veo—dice Shyne desde donde
está sentado.
La contengo porque no quiero que le diga nada a Shyne. A veces
podía ser un imbécil, pero era un buen hombre. Además, ya iba a
tener que explicar qué carajo le había pasado a Pirate. Ese puente
estuvo cerquísima de ser quemado.
—¿Qué carajo está pasando?—pregunta Archer, pero no se
mueve para mirar a la chica detrás de mí.
—Todavía no sé todos los detalles. Fui a ver a Capri y en mi
camino de regreso encontré a ésta ahogándose en el jodido río.
—¿Ahogándose? ¿Qué diablos estaba haciendo en el maldito río,
vestida así? —Yang se inclinó hacia un lado y trató de examinar a la
mujer detrás de mí. Ella simplemente se movió más detrás de mí. No
luchaba como una mujer asustadiza, de hecho, luchaba como una
maldita gata salvaje.
—No lo sé, hermano. De hecho, lo máximo que he podido sacarle
hasta ahora es que no quiere que la envíe de vuelta y que está
huyendo de alguien. Supongo que alguien estaba en el ferry del que
ella saltó con las manos todavía atadas.
—¿Estaba atada? —Archer ahora está más intrigado. Cuando
estaba en la sede principal de los WOD, tenían un gran problema
con el tráfico sexual. Lo último de lo que quiere oír hablar es de
mujeres secuestradas.
Asiento con la cabeza y trato de moverme para que ella esté ante
su vista. Justo cuando lo hago, la puerta se abre y Pirate entra
todavía limpiándose la sangre de la boca.
—¿Qué carajo te pasó?—pregunta Yang.
—Esta chica me golpeó en la cara—se queja haciendo un gesto
con la cabeza hacia Celine.
—No, ella te noqueó. —Me río, tratando de aligerar el estado de
ánimo.
—¿Es por eso que tu culo estaba tirado en el suelo? Joder, pensé
que estabas jugando o algo así. —Archer sacudió la cabeza de lado a
lado, hay vergüenza e incredulidad en su rostro.
—Simplemente no me lo esperaba—le contesta Pirate.
—El primero no lo esperabas, ¿qué tienes que decir sobre los
otros dos?—dice Celine detrás de mí. Su cabeza se asoma, los ojos
mirando a Pirate.
—¿Ella te golpeó en la barbilla, hermano? —Shyne comenzó a
reírse.
—Tienes que enseñarles a estos muchachos cómo esquivar los
golpes—le sigue el juego Celine.
—Al carajo esta mierda. —Pirate sale furioso claramente no
contento con ser el blanco de la broma.
—¡Espera! Todavía tenemos asuntos que atender, deja tu orgullo
herido en el suelo—dice Archer desde donde está parado antes de
volver a mirar a Celine—. ¿Quieres decirme qué diablos está
pasando y qué estabas haciendo en el jodido río con las manos
atadas?
—Tenía que alejarme de Thomas—dice ella con voz fuerte.
—¿Thomas es tu esposo o algo así?
—Que le den a eso, diablos no. Nunca he tenido nada que ver con
él así. Ni siquiera me gusta. El problema es que mi padre la jodió y
ahora tiene una deuda con alguien que cree que puede obligarme a
estar con Thomas. Si no voy con Thomas, pueden matar a mi padre.
René no juega.
—¿René?—pregunto y se me eriza el vello de la nuca. No puede
estar hablando del mismo maldito René.
—¿Te refieres al bastardo que dirige el ring de pelea clandestino,
ese René? —Archer da otro paso adelante, de repente más interesado
que antes.
—Sí, mi padre es boxeador. De hecho, es el campeón del negocio
de René. El bastardo le dijo que perdiera y lo iba a hacer, pero el
j q p y p
oponente lo hizo antes de que él pudiera. La apuesta era yo. —Se
encoge de hombros, pero puedo ver que está herida. Sus ojos están
abatidos y los hombros encorvados hacia adelante.
—¿Qué carajo? ¿Por qué carajo tu padre apostaría una mierda
como esa?
Los ojos de Celine saltan hacia los míos ante mi arrebato. Si su
lengua pudiera deslizarse de su boca como la de una maldita
serpiente, juraría que lo hizo en ese momento.
—No sabes una mierda sobre lo que mi padre tuvo que hacer.
René no le da a las personas muchas opciones cuando se trata de lo
que apuestan. Una vez que estás lo suficientemente metido en la
mierda, no tienes otra opción. Mi padre trató de perder la pelea de la
manera que René le exigía, pero René ya le había dicho al otro
luchador que cayera antes de que él pudiera hacerlo. Entonces, antes
de juzgar a mi maldito padre, primero asegúrate de conocer todos
los jodidos hechos.
Levanté las manos de nuevo por segunda vez esta noche para
mostrarle que no soy la maldita amenaza. Simplemente estaba
haciendo preguntas usando la información que me había dado.
—Entonces, ¿qué estabas haciendo en el ferry? ¿Por qué estás
vestida así? — Archer sigue buscando más respuestas.
—Hoy es el cumpleaños de Thomas, el hijo de René. Se suponía
que yo era su regalo de cumpleaños, excepto que esta noche me
enteré de lo que hace con las mujeres que tiene en su poder. El
hombre es un sádico. Pensé que podría manejar lo que sea que me
lanzara… para poder sacar a mi padre del apuro. Pero después de la
semana que estuve con René, sé que no puedo. Estaría muerta antes
de volver a ver a mi padre. —Una lágrima cae de su ojo y
rápidamente la limpia parpadeando como si pensara que era una
señal de debilidad.
—Oye, hiciste lo que tenías que hacer. No hay vergüenza en nada
de esto. ¿Le dijo a tu padre que podría recuperarte?—le digo,
preguntándome qué podría haberlo persuadido para dejarla ir con
un sórdido como el maldito René.
—No con esas palabras exactas, pero dijo que una vez que
Thomas se cansara de mí, podría volver con mi padre. Hizo que
pareciera que una vez que se saciara, sería libre. —Ella aprieta su
agarre alrededor de su cintura.
—Él nunca se habría cansado de ti, de hecho, no estoy seguro de
que hubieras vuelto a ver el mundo exterior. Hiciste lo correcto
saltando de ese barco. Lo que estoy tratando de averiguar es cómo
una mujer con tu clara habilidad de lucha incluso fue capturada en
primer lugar. —Pirate sonríe, frotándose la mandíbula. Me alegro de
que no haya resentimientos.
—Uno contra uno, no tengo ninguna duda de que podría
enfrentarlo, pero con René siempre hay guardia sobre guardia.
Noquearía a uno y tres más me saltarían encima. Tres contra uno es
demasiado para cualquiera.
—Eh, escuché eso. —Pirate levanta los pies de la silla junto a él y
se recuesta sobre las patas traseras de su propia silla.
—Bueno, no tienes que preocuparte de que nadie no te respalde
ahora. Estás con nosotros, no vamos a dejar que alguien venga y te
lleve. —Archer asiente con la cabeza una vez y comienza a alejarse
—. Instálala en una de las habitaciones de invitados, Jameson.
Duerme un poco. Levántate temprano y llama para la iglesia
temprano. Tenemos algunos asuntos que atender. —No se da la
vuelta, pero sé

exactamente de qué asunto está hablando. René tiene que irse.


Llevo a Celine a una de las habitaciones traseras. Tenemos
bastantes disponibles, porque no permitimos que ninguna de las
zorras del club se quede en las instalaciones. Aunque tenemos
bastantes aliados que vienen de visita o para pasar desapercibidos.
Mierda, Wire estuvo aquí hace unos días. Pobre hombre, perdiendo
todo así. Lo mismo le había pasado a Prez y nunca fue el mismo
hombre.
—Vas a atarme o algo así, porque si eso es lo que planeas hacer,
me iré.
Mis ojos se entrecierran mientras espero que termine la diatriba
que está soltando.
—Cálmate, cariño. Tal como te dije en ese puto callejón, no estoy
aquí para lastimarte. Me estoy poniendo un poco enojado porque
sigues esperando que lo haga.
—Eres humano, no tengo mucha fe en la humanidad. Tienden a
cuidarse solo a sí mismos, así que, si ese es tu plan, házmelo saber
para que pueda seguir mi camino. Tengo que buscar a mi padre.
Quiero reírme, no es que la encontrara graciosa, pero era
refrescante. En su mayor parte, las mujeres con las que me había
encontrado eran muy malas para mí, especialmente Monica. Todo lo
que estaba pasando, incluso si fuera su culpa, era otra razón para
que alguien sintiera lástima por ella. Ella prosperaba con la puta
piedad. Celine era todo lo contrario. Su padre la había jodido
regiamente. La culpa era completamente de él. En lugar de buscar
que sintiera lástima, estaba tratando de encontrar una forma de
llegar a su padre. Para encontrar una manera de que ambos salieran
intactos de esta mierda. Su fuerza era refrescante y atractiva como la
mierda.
—Estoy de acuerdo con tu opinión sobre la humanidad, pero solo
puedo jurarte que no estamos aquí para joderte. ¿Nunca has
escuchado el dicho, “el enemigo de mi enemigo es mi amigo”?
Puede que estemos peleando con René por otra mierda, pero ambos
queremos que se vaya—le explico.
—¿Crees que tu grupo es lo suficientemente grande como para
derrotar a René? ¿Te das cuenta de las relaciones importantes que
tiene en esta comunidad?
—No digo que no será una maldita pelea, pero no nos rendimos.
—Mmm, a veces hay que saber cuándo tirar la toalla. —Se aleja
de mí y mira alrededor de la habitación—. ¿Van a dejar que me
quede aquí?
—Sí. Eres libre de quedarte aquí todo el tiempo que necesites
hasta que arreglemos esta mierda o puedas volver con tu padre.
—Mañana por la mañana volveré.
No pensaba que fuera la mejor idea. Estoy seguro de que la casa
de su padre es el primer lugar donde René la buscaría después de
darse cuenta de que ya no estaba en el ferry. Desafortunadamente,
no me sorprendería si ya lo hubiera matado.
—Claro. Mañana entonces.
Se arrastra de un pie a otro como si quisiera decir algo, así que no
me muevo.
—Nadie va a intentar meterse conmigo... ¿puedo dormir? —Sus
ojos se dirigen a la cama recién hecha y luego de vuelta al suelo.
No sé qué cojones le hizo ese hijo de puta de René, pero si
pudiera arrancarle los putos brazos del cuerpo ahora mismo, lo
haría. Cobarde pedazo de mierda.
—Nadie se meterá contigo. Tienes mi maldita palabra. De hecho,
mi habitación está al otro lado de esta pared. —Señalo la pared
contra la que está pegada su cama—. Si pasa algo o si alguien llama
a tu puerta, ven a buscarme. Nada es demasiado pequeño,
¿entiendes? —La miro por un segundo, antes de asentir y darme la
vuelta para salir de la habitación. No tuve que esperar a que me
diera las gracias. Sabía que estaba agradecida por la forma en que
sus hombros cayeron, como si se hubiera quitado un pequeño peso
de encima.
Me dirijo a mi habitación de al lado y saco una camiseta con unos
leggins de compresión. Estoy seguro de que nada de eso le quedaría
bien, pero es algo que podría usar mientras espera. Agarro un par de
calcetines también. Esto debería ser suficiente para mantenerla
caliente al menos esta noche. No tenía secador de pelo ni nada por el
estilo, pero esperaba que una toalla fuera suficiente para ella. Saco
una del armario de ropa blanca y la coloco sobre mi hombro.
Salgo de la habitación y abro la puerta de la suya.
—¡Qué mierda! ¡Fuera!—grita, tratando de cubrir su cuerpo
desnudo con los brazos.
¡Oh, mierda!
Me doy la vuelta lo más rápido posible.
—Joder, lo siento. Debí haber llamado. Lo siento. Eso no fue
intencional. —Acababa de pasar los últimos minutos tratando de
convencerla de que nadie iba a meterse con ella y aquí estoy
básicamente como un completo mirón.
—¿Qué estás haciendo aquí?—me pregunta y aunque no puedo
verla, escucho su voz viniendo rápido. Está enfadada y debería
estarlo. Yo no. Puede que no haya sucedido de la manera más
honorable, pero incluso en ese rápido microsegundo pude
vislumbrarla. Su cuerpo es de lo que están hechos la mayoría de mis
malditos sueños húmedos. Está claro que está en buena forma, su
vientre es plano y tonificado. Pude ver el contorno de sus
abdominales, pero no son severos. Sus pechos se ven firmes y su
coño, ese coño sin vello está listo para que me dé un festín con él.
¡Mierda! Miro hacia abajo y en esa pequeña cantidad de tiempo
que la recuerdo es suficiente para que tenga una dolorosa erección
furiosa. Joder, tenía que controlar esta mierda rápidamente o ella
pensaría que era un completo mirón. Realmente no necesitaba que
confiara en mí, pero quería que lo hiciera.
—Solo vine a darte algo de ropa, debería haber llamado. Lo
siento. —Esta es más disculpa de lo que estoy acostumbrado a dar.
Amontono la ropa y la toalla en una mano y la pongo a un lado
para que ella pueda quitármela y no tenga que darme la vuelta. No
había forma de que mi polla se desinflara en el corto plazo. Solo
tendría que ocultarla.
Me arrebata la ropa. Espero que me empuje, pero en cambio
escucho piel empujando a través de la tela.
—Gracias. —Su tono es más suave, más relajado.
—De nada. Tengo una reunión en la mañana, así que me iré a mi
litera. Si necesitas algo, solo llama a la pared—le digo por encima del
hombro todavía sin querer darme la vuelta y verla en un estado de
desnudez.
—Creo que podría entrar como una tromba—bromea ella.
Sé que se refiere a la puerta, pero estoy pensando en entrar como
una tromba en algo completamente diferente.
Gimo y me alejo sin volver a mirarla. No necesito más imágenes
de ella para mantenerme despierto esta noche.
Capítulo 10
Jameson
 
—¡Agacha la maldita cabeza!—le grito al nuevo recluta que acaba de ser
transferido a mi unidad. Apuesto a que cuando se inscribió y terminó su
jodido entrenamiento básico, no esperaba que lo enviaran a un jodido tiroteo
en su primer tour.
—¡Agáchate ahora!—le grito de nuevo mientras bala tras bala zumba en
el aire justo encima de mi cabeza.
—¡Qué carajo! ¿Qué carajo está pasando?—grita Shyne desde donde
está acostado a mi lado. Se suponía que esto iba a ser una patrulla rápida.
Nadie debería estar aquí. Sin embargo, toda mi maldita unidad está
inmovilizada en una zanja con al menos una docena de enemigos
disparándonos.
—Mantente tranquilo. —Me presiono más fuerte contra la tierra.
—¡Tengo que salir de aquí! ¡No pertenezco aquí!—grita el novato y lo
veo salir gateando de su escondite como si fuera a poder escapar del peligro.
—¡No! ¡Agáchate! ¡Detente!
Solo tiene 19 años, solo un maldito niño.
Clavo los dedos en la tierra mientras lo veo saltar fuera de la cobertura y
una ráfaga de balas atraviesa su cuerpo. Un rocío rojo empaña el aire
cuando el cuerpo del niño se inclina ligeramente hacia atrás antes de caer de
rodillas y otra bala hace estallar su cabeza.
—¡No!—me escucho rugir y puedo sentir a Shyne tirando de mí para
mantenerme a cubierto.
No hay nada que pueda hacer. Nada que nadie pueda hacer, pero todavía
están acribillando a balazos su cadáver. ¿Por qué hacen eso? Ya está
muerto.
—¡Deteneos! ¡Deteneos!—grito queriendo nada más que sacar a mi
hermano de allí.
—Joder, ya vienen. ¿Qué hacemos, Jam? —Randy agarra mi equipo y
me da una sacudida. El enemigo se está acercando a nosotros, ¿qué diablos
vamos a hacer?
El mundo se vuelve negro cuando las manos vienen hacia mí desde todos
los putos ángulos. Lucho contra ellos lo mejor que puedo, pero no puedo
ganar. Los gruñidos y gemidos de mis hermanos golpean mis oídos como si
estuvieran en sonido envolvente,

pero no puedo llegar a ellos. Se siente como si alguien estuviera tratando de


asfixiarme.
—¡Jameson!
Mis ojos se abren y mi corazón late el doble de rápido en mi
pecho. El sudor de mi frente gotea sobre mis ojos y tengo que
parpadear un par de veces para aclarar mi visión.
Era un sueño, sólo un puto sueño.
Exhalo un par de veces y tomo nota de dónde estoy. Estoy en el
suelo de mi habitación y hay algo debajo de mí.
Me levanto un poco.
—¡Joder! ¡Celine! —Me pongo de rodillas, pero ella no se mueve.
Todavía tengo mi mano alrededor de su cuello. La suelto
lentamente.
—Maldita sea, lo siento mucho. —Odio seguir teniendo estas
malditas pesadillas. No importa cuánto tiempo esté fuera del
maldito servicio, es como si no pudiera liberarme.
Ella no me dice nada, pero tampoco parece enojada. De hecho, no
veo ningún juicio en sus ojos.
—¿Estás herida?—le pregunto y me obligo a ponerme de pie.
—No, estoy bien. ¿Tú estás bien?—me pregunta.
—Sí, ¿qué estás haciendo aquí? —¿Por qué diablos estaba ella en
la posición en la que podría poner mi mano alrededor de su cuello?
—Como dijiste antes, estás justo detrás de mi pared. Te escuché
gritar y vine aquí para asegurarme de que estabas bien. No esperaba
que te despertaras tan molesto. Nunca he visto a nadie tener una
pesadilla como esa—dice antes de darse la vuelta y tomar asiento en
mi cama. Obviamente solo esperaba que le explicara lo que estaba
pasando.
—Sí, son los remanentes de mi tiempo en el servicio. Siempre
tengo el mismo sueño... más bien pesadilla.
—Ah, supuse que era algo así. Seguías diciendo que se agachara.
Era eso o estabas hablando con un niño. —Ella se encoge de
hombros y va a ponerse de pie.
Agarro su hombro cuando intenta pasar a mi lado. En lugar de
pelear conmigo como sé que puede hacer, se detiene. Solo me mira,
casi como si estuviera esperando que haga lo que sea que le voy a
hacer. Ella confía en mí. ¿Por qué eso me emociona tanto?
Paso mi mano por su cuello y sobre su barbilla antes de dar un
paso más cerca de su espacio. No se mueve, ni siquiera parece tener
miedo. Deslizo mi mano por el otro lado de su rostro antes de
levantar su barbilla y comprobar por mí mismo que está bien. No
hay moretones a la vista, pero solo quería asegurarme.
—Si esto vuelve a suceder, no dudes en protegerte.
—No voy a…
La interrumpí antes de que pudiera continuar. No quiero
escuchar una mierda acerca de que no quiere lastimarme. Soy
jodidamente mucho más grande que ella, en el estado en el que me
encontraba podría haberla herido gravemente sin siquiera saber que
la estaba lastimando. Eso es lo último que quiero en este momento.
Sé que tiene la habilidad y la fuerza para protegerse y quiero
asegurarme de que lo haga.
—Tú te proteges, ¿entendido?
Su boca se cierra de golpe y solo me mira por un segundo.
—Sí, entendido.
Asiento con la cabeza y mis ojos se deslizan hacia sus labios.
Joder, quiero sentirlos contra los míos. Sé que mi intensa necesidad
por ella es solo por la pesadilla que acabo de tener. Esto sucede todo
el tiempo. Mi psique me tortura. Encuentro una mujer con la que
puedo perderme y luego me quedo insatisfecho y molesto. Nunca se
convierte en algo. Solo la deseo a ella porque está parada frente a mí.
Aunque tengo que decir que no recuerdo la última vez que estuve
tan excitado como ahora.
—¿Qué estás mirando?—me pregunta y mis ojos se quedan
pegados a sus labios.
—A ti—respondo de inmediato, no hay razón para mentir.
—¿Sí? ¿Y qué ves exactamente cuando me miras?
—Problemas, nada más que malditos problemas. —Me alejo de
ella y dejo que mis manos caigan a los lados—. ¿Estás lista para
volver a dormir?—le pregunto bruscamente sin querer nada más que
sacarla de mi habitación.
—Sí, ahora que has terminado de gritar, creo que puedo dormir
un poco.
—Jajaja, vete a la cama. —Me acerco a la puerta del dormitorio y
la abro.
Levanta una ceja y sale sin mirarme. No sé si es lo ajustado de
mis pantalones de compresión o la forma en que balancea las
caderas, pero me encuentro mirando su culo mientras regresa a su
habitación. Necesito mantenerme jodidamente alejado de ella. Sé que
lo necesito, pero no quiero.
Estoy demasiado nervioso. No hay forma de que pueda volver a
dormirme ahora mismo. Me acuesto en la cama y pienso en esta
misteriosa mujer que literalmente se metió en mi vida. Celine me va
a destruir. No sé cómo, ni por qué, pero sé que algo en ella me va a
cambiar.
 
Capítulo 11
Jameson
 
—¿Qué mierda liaste anoche?—me pregunta Pirate cuando entro
a la iglesia. Todos los que se supone que deben estar aquí ya están
sentados en la mesa esperando a que me encargue de Celine.
Nuestra iglesia está en la parte trasera del complejo. No hay nada
detrás del edificio, excepto árboles y pantano. Pero eso sirve como
un gran amortiguador para cualquiera que intente acercarse
sigilosamente a nosotros. Caminar por el maldito pantano es más
difícil de lo que piensas. Puede ser una pesadilla afuera, pero dentro
de la gran sala es absolutamente alucinante. Archer no escatimaba en
gastos cuando se trataba de asegurarse de que nuestras instalaciones
fueran de primera. Todo el edificio es ignífugo. La iglesia en sí tiene
paredes revestidas con placas de acero con otra pared aislada de
madera encima. No solo era cálido e insonorizado, sino que alguien
que intentara derribar cualquiera de las paredes lo pasaría muy mal.
Todas las ventanas están cableadas con detectores de movimiento.
También hay una pared completa que no es más que pantallas
planas de computadora montadas, con módems y discos duros.
Usamos todo lo que tenemos a nuestra disposición para asegurarnos
de tener toda la información que necesitamos antes de salir a trabajar
o meternos en una nueva empresa comercial.
Sin embargo, la pieza más preciada era la enorme mesa
rectangular de madera en el medio de la habitación. La mesa en sí
era una réplica exacta de la original en la sede principal… un
homenaje al hogar.
Archer, como presidente, se sienta a la cabecera. Mi asiento está a
la izquierda de Archer como VP y Yang se sienta a la derecha de él
como sargento de armas. Bones está en el lado derecho como el
Enforcer del club. Pirate se sienta a mi lado como tesorero. El resto
de los miembros parchados están permitidos en la iglesia, pero se
mantienen de pie. Archer trata de mantener las cosas transparentes
en los negocios del club. Los únicos a los que no se les permite saber
lo que está pasando son los prospectos, porque no necesitan saberlo.
—Eso te tomó mucho tiempo, pensé que tal vez estabas
cotilleando o algo así—bromea Pirate.
—A la mierda con eso, ella no quiere que la molesten. No
necesito que intente escabullirse en medio de la noche, porque tiene
miedo de nosotros o de su entorno.
—Pasó la noche con un montón de moteros sucios, creo que ya
tiene suficiente de qué preocuparse. Dile que se calme. —Bones se
encoge de hombros como si no le importara. Estoy seguro de que no.
A Bones no le importa mucho nada.
—Lo que sea... ¿Qué pasa, Archer? —Estoy listo para comenzar a
trabajar.
—Tenemos que idear un plan para sacar a este cabrón de René de
la ciudad.
—Esa mierda no está sucediendo fácilmente y lo sabes. Todos
sabemos cuánto controla aquí—dice Pirate. Como tesorero, conocía
los entresijos de la escena del juego—. René está en lo alto del tótem.
No vamos a poder entrar allí y obligarlo a parar, no importa qué
carajo esté haciendo. Quiero decir, todos escucharon a la chica, él
siempre está rodeado de sus amigos.
—Sí, tiene que haber una manera. No voy a quedarme sentado y
dejar que se apodere de lo que quiera solo porque controla un
maldito club de pelea. No es así como funciona esta mierda—escupe
Archer.
—Pensaba que no nos estábamos involucrando en un asunto que
no era nuestro. ¿No es eso lo que ordenó Clean? —Odio cómo se
sienten esas palabras saliendo de mi lengua. Clean es el nuevo
presidente de la sede de los WOD original. Un asiento para el que no
estoy ciento por ciento convencido de que esté listo, aun así es
nuestro presidente. El único por encima de Archer.
—¿Crees que esto no es asunto nuestro? ¿Cuánto tiempo pasará
antes de que René ponga sus ojos en alguien de nuestra familia?
¿Daria? ¿Capri? ¿Tessa? — Archer se inclina hacia adelante y puedo
escuchar a todos moviéndose en sus asientos. Una vez que empiezas
a hablar de las familias de las personas, tienden a invertir mucho
más—. Ignorar esto no va a hacer que el problema desaparezca. No
buscamos este problema, lo encontramos ahogado en nuestro
maldito río. Es nuestro problema ahora. ¿Alguien tiene un problema
con eso? —Archer mira alrededor de la mesa y luego alrededor de la
habitación. Nadie se atreve a ir en su contra.
—Entonces, ¿cómo vamos a hacer esto? ¿Quieres acabar con él?
¿O qué?—pregunta Pirate.
—No, podemos ser caballeros con esta mierda hasta que nos
demuestre que no puede serlo. Vamos a ver si podemos hacer que
retroceda de la manera más fácil. —Archer frunce el ceño mientras
mira hacia la mesa. Sabe que esta mierda no va a salir como él
quiere. Sin embargo, tiene que intentarlo.
Me parece absolutamente divertido que él pensara que alguien
tan despiadado como René sería el mismo tipo de persona que
simplemente mete la cola entre las piernas y huye. Eso no parecía
algo que él haría.
—Ve arriba y mira si Celine está dispuesta a hacer un pequeño
viaje esta noche.
Me muerdo el interior de los labios solo de pensar en tener que
volver arriba con esa mujer y pedirle que venga con nosotros. Todos
sabemos quién es René, pero ninguno de nosotros lo ha visto nunca.
Ella es la única que sabemos con seguridad que ha visto a René.
Podría señalárnoslo. Desafortunadamente para ella, hay tantas cosas
que podrían salir mal. Si alguien la viera, tendríamos un problema
completamente nuevo en nuestras manos.
—¿Tendría que salir del coche?—pregunto, dudando en
levantarme del asiento.
—¿Te preocupa eso?—me pregunta Archer, mirándome con los
ojos entrecerrados mientras espera que le responda.
—Mira, hombre, sé que ella no significa nada para nosotros, pero
obviamente ha pasado por un montón de mierda. No necesita que la
metan de nuevo en esa mierda si no se va a sentir segura de que
podemos protegerla.
—Entonces, maldita sea, protégela—dice Archer con voz plana.
—Espera, espera cómo... —Ni siquiera puedo reunir las palabras
para quejarme de eso. ¿Cómo diablos me endilgaron esto?
—Mira, tienes razón, está bien, ella es vulnerable en este
momento. Le dijimos que la protegeríamos, pero tienes una mejor
relación con ella. Nos encargaremos de todas las mierdas grandes,
pero el día a día está sobre ti, Jam. —Archer me da una palmada en
la espalda y levanta el mazo para golpear la mesa indicando que la
parte de negocios de la reunión está terminada. Genial, ahora ella es
mi responsabilidad.
Empujo mi silla hacia atrás y empiezo a caminar hacia Celine.
Esta mierda va

a ser divertida.
Ella accede a ir. Tampoco hizo falta mucho para convencerla.
Estuvo de acuerdo en el momento en que le dije que todos
estaríamos allí y que nos aseguraríamos de que estuviera protegida.
Cuando le expliqué que le íbamos a dar a René la oportunidad de
cesar y desistir, se echó a reír. No lindas risitas femeninas, sino
carcajadas con la cabeza hacia atrás y las manos en la barriga. Ella
dijo que no tenía ningún problema en mostrarnos quién era, pero
que no sabía dónde estaba y tampoco creía que hablar sirviera de
nada. Ninguno de nosotros lo cree, pero a Archer le gusta asegurarse
de que hagamos todo de la manera correcta. Éste es su
procedimiento… cada cosa en su maldito lugar.
—¿Cómo carajo es que sabes acerca de esta mierda?—suelto a
través del micrófono en el casco hablando con Pirate. Sabía
exactamente dónde estaría René esta noche. Aparentemente, hay
una gran pelea.
—¿Estás bromeando? ¿Sabes cuánto dinero se está gastando en
esta pelea? Siempre sé dónde está el puto dinero. —Pirate olfatea
como si pudiera oler el dinero en el aire a pesar de que todos
montamos lentamente por las calles secundarias de Bataria Drive.
—Oís, dejaos de jodidas charlas y mantened vuestros malditos
ojos bien abiertos—ladra Archer en el micrófono y todos nos
callamos. No había nadie en el mundo que pudiera decir que Archer
no podía liderar un jodido grupo.
Archer, yo, Shyne, Pirate, Bones y Gator estamos en nuestras
motos, mientras que nuestros dos prospectos, Clay y Mark, están en
el automóvil con Celine detrás de nosotros.
—Puta mierda—dice Shyne cuando nos detenemos en el gran
estacionamiento. No había ninguna razón para que fuéramos
silenciosos. Hay tanta maldita gente aquí que nadie se habría fijado
en nosotros. Me resulta incomprensible cómo la policía no vino a
revisar esta mierda. Es como si ni siquiera quisieran admitir que algo
así estaba sucediendo cuando tenían las malditas luces encendidas
en su patio trasero.
—Archer, si las cosas salen mal, no tenemos muchas salidas—
dice Bones cuando nos detenemos. Miro hacia el coche tratando de
atrapar la mirada de Celine. Ella está mirando en ambas direcciones.
—Copiado—dice Archer al otro lado de la línea.
Vamos a necesitar acercarnos más, pero esto es lo más cerca que
quiero que esté Celine. No quiero que ninguno de ellos la vea.
—Jameson, mira si Celine puede señalarte dónde está—dice
Archer mientras mantiene la moto al ralentí.
—Sí.
Todo el estacionamiento está cubierto con luces brillantes para
que las personas en el centro sean completamente visibles. Hay
muchos coches estacionados, por lo que hay algo de cobertura.
Excepto que no estoy seguro de poder poner a Celine en una
posición en la que pueda decirnos si uno de los hombres es René.
Tenía una idea de quién era, pero necesitábamos estar seguros.
Salto de la moto y corro hacia su puerta. Cuando la abro, ella
rápidamente trata de salir, sabía para qué estaba aquí.
—Espera. —Extendí una mano para mantenerla en el coche.
—¿Qué ocurre?
—No voy a dejar que vayas hasta allí. Si te pongo detrás de uno
de los coches, ¿crees que podrías ver desde aquí? Prefiero que te
quedes lo más lejos posible.
Se muerde el labio por un segundo.
—¿Quién te va a cuidar la espalda?
Ajá. No esperaba que estuviera preocupada por quién me está
cuidando las espaldas, pero supongo que tiene sentido. Quiero decir,
soy lo único que tiene que está cerca de un aliado y si soy herido,
ella está sola otra vez.
—No te preocupes por mí cariño, voy a estar bien. —Agarro su
mano y nos mantenemos a cubierto, pero la acerco a otro automóvil
que tiene una línea de visión clara hacia el área principal donde se
llevan a cabo las peleas.
—Ese, con el traje gris—dice ella inmediatamente.
—Ok, eso es lo que pensé, vamos, volvamos al coche. —Me
apresuro y la vuelvo a subir al coche.
—Mark, Clay quedaos aquí con ella—ordeno a los prospectos.
—Espera, ¿no crees que deberías quedarte atrás? ¿O a mitad de
camino? —Celine mira a su alrededor de nuevo, con los puños
apretados y la tensión subiendo por sus músculos tensos.
—No puedo, tengo que entrar, pero puedes hablar conmigo a
través del sistema de comunicación del automóvil, todos tenemos
receptores en los oídos. Así que, si algo está pasando, háznoslo
saber. —Espero que esto sea suficiente para ella, porque es todo lo
que puedo hacer ahora.
Ella asiente una vez y me dirijo hacia Archer. No sale del coche,
pero me mira mientras me acerco al peligro.
—El de gris—le hago saber a Archer cuando me acerco detrás de
él.
—Está bien, vamos todos.
Dejamos nuestras motos estacionadas y caminamos hacia la zona
densamente poblada.
—¿Qué diablos es esto?—pregunta Shyne.
Cuando miro alrededor, veo un grupo gritando. Hay un grupo de
tipos en una pelea tipo Royal Rumble1, todos golpeándose y
pateándose entre ellos. Esto no es solo un golpe hasta que estás fuera
del espacio, están golpeando a las personas hasta la muerte.
—Él no va a querer hablar, Archer. Este hombre está loco—le
susurro y trato de retroceder.
—Jame-th-st-beh…
Hay algo de estática entrando por el auricular, pero no puedo
distinguirlo.
—¿Celine?—susurro, pero no escucho nada en respuesta—.
¿Clay? — Cuando no escucho nada, miro hacia donde está Archer—.
Algo está pasando. — Él también está presionando el auricular
contra su oído. Tampoco puede entender lo que está pasando.
—Vuelve allí. —Archer se endereza un poco más de lo que
debería y todos vemos la única marca que dice que estamos
jodidos… un punto rojo brillante.
—¡No!—grita Shyne y se lanza hacia Archer. En el momento en
que caen al coche, la ventanilla detrás de ellos estalla. Una bala
cortando el aire a solo unos centímetros de donde estaba Archer.
Estos cabrones nos estaban disparando.
—¡Joder, volved! —Archer evalúa rápidamente la situación, pero
esta vez se asegura de mantenerse a cubierto.
Todos retrocedemos, pero si saben que estábamos escondidos
entre todos estos coches, entonces es muy probable que ya sepan que
Celine está aquí.
—Maldita sea, Celine, respóndeme. —Intento acelerar el paso,
pero antes de que pueda dar otro paso, una bala rebota en la parte
trasera del coche en el que estoy apoyado.
—A la mierda esto, abrid fuego. —Archer se pone a cubierto y
comienza a buscar a cualquiera de los tiradores.
—¡Es una maldita emboscada!—grita Bones y dispara un par de
veces.
Estos bastardos nos estaban rodeando.
—¡Jameson! —Una Celine distorsionada llega a través de mi
auricular, pero no puedo moverme. Si le pasa algo, no creo que
pueda perdonármelo. Yo hice esto. Quiero correr hacia donde está,
pero todo lo que puedo hacer es luchar para salir de esto.
Capítulo 12
Celine
 
Trato de mantener mis ojos pegados a la espalda de Jameson,
pero pronto entran y salen de los coches estacionados y no puedo
seguirlos.
—Relájate, ellos saben lo que están haciendo—dice el que creo
que llaman Clay.
—¿Relajarme? ¿Estás bromeando? ¿Crees que solo porque tienen
una pelea en un estacionamiento estos hijos de puta no saben lo que
están haciendo? René no es alguien a quien quieras subestimar. —
Pongo los ojos en blanco y trato de localizar de nuevo dónde está
Jameson. No quiero pensar que su líder no sabe lo que está
haciendo. A pesar de eso, tengo la sensación de que no conoce qué
tan serio es René con su negocio. Cuando Jameson me dijo que
Archer quería hablar con el tipo, quise decirle que de ninguna
manera René lo escucharía. Tiene visiones de gobernar todo lo
clandestino. No hay forma de que retroceda solo porque alguien se
lo pida. No importa qué demostración de fuerza hagan.
—¿Dónde están?—siseo más para mí que para cualquier otra
persona.
—A las diez en punto—dice el que llaman Mark.
—¿Qué?
—Arriba a la izquierda. —Señala y mis ojos siguen su dedo.
Me sorprende encontrar que estoy aliviada. Jameson puede ser
un poco rudo, pero sé que está siendo sincero conmigo. Quiere
ayudarme. En un mundo lleno de personas que solo se cuidan a sí
mismas, encontré a Jameson en el momento en que más lo
necesitaba.
—Ok, bien. Ahora, ¿qué están haciendo?—pregunto a los tipos en
el asiento delantero. Jameson y el resto de ellos parecen estar
acurrucados. Era como si no quisieran avanzar. La pelea continuaba.
René todavía estaba parado allí. No puedo verlo nítidamente, pero
puedo identificarlo.
—Ellos deben estar viendo algo que no les gusta. Archer no va a
entrar en algo para lo que no sienta que estamos preparados. Es
inteligente—lo elogia Mark.
Mis ojos se mueven más a la izquierda, lejos de la pelea que está
ocurriendo en el estacionamiento brillantemente iluminado. Algo se
mueve, muchos algo.
—¿Puedes ver eso, Mark? Algo se está moviendo por allí. ¿Ellos
pueden verlo? —Sé que ponerme nerviosa no va a servir, pero tengo
que advertirles.
—Mierda, eso no está en su línea de visión. Están demasiado
juntos. Maldición. —Clay presiona un botón que activa el sistema de
comunicación que todos tienen conectado.
—¿Archer? ¿Puedes oírme, Archer? —Nada. Nadie responde.
—Oh, no. —Giro la cabeza hacia el extremo derecho y veo más
gente entrando. Están atrapados, alguien debe haberlos visto llegar.
—Tenemos que entrar, Mark. ¿Puedes llegar a ellos?—dice Clay y
saca un arma.
—¿Qué carajo están esperando? ¡Id jodidamente ahí y ayudadlos!
—Esto no estaba sucediendo lo suficientemente rápido. Ellos estaban
sentados allí hablando de lo que debería suceder. Cuando deberían
estar fuera del coche y corriendo para ayudar a Jameson. Ayudar a
sus hermanos.
Abro la puerta del coche, pero antes de que pueda dar un paso,
alguien se acerca y me empuja hacia atrás en el asiento por la
garganta.
—¡Mierda! ¡Suéltame! —Trato de gritar, pero todo parece
ahogado.
—¡Vete a la mierda! —Clay se vuelve para ayudar, pero hay
alguien más en su ventanilla sacándolo y otro del lado de Mark.
—¿Quieres ver esto? René va a estar muy feliz de que Thomas
reciba su regalo después de todo. Sabíamos que volverías, perra—
gruñe el hombre mientras se presiona contra mí en el asiento trasero.
Era el mismo hombre en el maldito ferry de anoche. El que me había
dicho sobre lo que le gusta hacer a Thomas con las mujeres que le da
su padre.
Golpeo mi cabeza hacia adelante y conecto con su rostro. Se
detiene y se agarra la cara.
—¡Mierda! ¡Debería matarte por esta mierda!—ladra, pero está lo
suficientemente lejos de mí como para poder arrastrarme debajo de
él. Hago exactamente eso y me deslizo hacia la puerta opuesta.
Cuando mi cuerpo cae al suelo fuera del coche, escucho un disparo y
el hombre que sostenía a Mark se desploma.
—¡Mierda! ¡Espera, Clay! —Mark salta sobre el capó del coche,
todo muy al estilo de una película de acción, el arma que usó para
matar al hombre todavía está en sus manos. Me meto en el coche y
presiono el botón que nos permite hablar con el resto de los
hombres. Grito por Jameson, pero no escucho nada a cambio. Clay y
Mark luchan contra los dos hombres que están en el vehículo.
Agarro un arma que uno de los guardias había dejado caer al suelo y
corro en la dirección en la que vi por última vez a Jameson y al resto
de los hombres. Están inmovilizados ahí, en un pequeño semicírculo
que se cierra sobre ellos. No durarán mucho en la posición en la que
se encuentran. Puede que no sea la mejor tiradora, pero puedo
apuntar y saber qué extremo del arma es el peligroso.
Apunto a la espalda de uno de los guardias y aprieto el gatillo. La
bala da en el blanco, aunque no es un disparo letal. Es suficiente para
que algunas de las armas que estaban apuntando a los tipos se
vuelvan hacia mí. Es una apertura. Encuentro otro guardia al que
puedo disparar. Esta bala no da en el blanco, simplemente rebota en
el coche que está justo al lado de él. Él también se vuelve hacia mí.
—¡Volvamos a las malditas motos! ¡Ahora!—oigo gritar a Archer.
Vuelan más balas, pero ahora me doy cuenta de que todas me
apuntan. Me tiro al suelo y me cubro la cabeza lo mejor que puedo.
Grito y espero a que las balas se detengan, pero parece que nunca lo
hacen.
Me giro para ver a Mark y Clay, están disparando y tratando de
alejar a los pocos guardias que quedan del resto de los muchachos.
Está funcionando. Escucho pasos que se acercan a mí y cuando
miro por la esquina, veo a todos los hombres de los Wings of Diablo
dirigiéndose hacia sus motos.
—¡Vamos! —Jameson se detiene justo a mi lado y me sienta en la
parte trasera de su moto antes de salir corriendo del área.
Mark y Clay regresan al coche y nos siguen. Para cuando
regresamos a la casa club, no puedo dejar de temblar. Apenas espero
a que Jameson se detenga por completo antes de saltar de la moto y
correr a la habitación que me dejaron tener. No escapé de una
situación peligrosa para regresar a otra. Mi padre me había
enseñado algo mejor que esta mierda. ¿Qué mierda estaba haciendo
yo aquí?
—Celine, espera. —Jameson corre detrás de mí. Me duele la
pierna, pero no disminuyo la velocidad. Me siento como una maldita
idiota.
—No.
—¿Qué diablos quieres decir con no? —Me agarra antes de que
entre en la habitación.
—¿A qué diablos crees que me refiero? Dije que planeaba volver
con mi padre esta mañana, pero en lugar de eso, te dejé
convencerme de seguir con este estúpido plan. Te dije que él no te
escucharía. Te dije que no era ese tipo de hombre, pero tu gente
insistió. Pasé la última hora preocupándome de que me dispararan
en la cabeza. No necesito ese tipo de estrés. Así que no, no voy a
reducir la velocidad. Voy a recoger lo que tengo aquí y voy a ir a
algún lugar donde me sienta segura, con personas que se
preocuparán por mi seguridad. —Me giro y trato de abrir la puerta
de la habitación. Mi rodilla se dobla ligeramente y siseo de dolor.
—¿Qué ocurre?—pregunta Jameson, pero no respondo.
¿ p g p p
Doy otro paso y pasa lo mismo. Debo haberme torcido la rodilla.
Ahora que estoy bajando de mi subidón de adrenalina, siento todo el
dolor.
—¿Qué ocurre?—me pregunta de nuevo, pero esta vez su voz es
más fuerte que antes. No me está gritando, pero puedo decir que no
quiere ser ignorado.
—Nada, solo me lastimé un poco la rodilla o eso creo. Estoy bien.
—Me inclino un poco y trato de masajear el dolor de mi pierna.
Escucho un gruñido. Pero antes de que pueda volver a enderezarme
para preguntarle qué había dicho, ya me tenía en sus brazos y me
estaba llevando a la habitación.
—¿Ella está bien?—pregunta Archer desde dónde está parado en
el área principal del club. Todo el mundo está conmocionado. Me
siento un poco como una imbécil ahora que me doy cuenta de que
estoy siendo egoísta. Todos estaban en la misma maldita posición.
Podrían haberlos matado a todos junto conmigo. Peleando mi
maldita pelea.
—Sí, me encargo—responde Jameson antes de llevarme a la
habitación y patear la puerta para cerrarla detrás de nosotros. Me
coloca en la cama y se cierne cerca de mí—. Déjame ver.
—¿Qué?—pregunto e inclino mi cabeza hacia un lado. ¿Qué está
pidiendo ver? No hay nada que él pueda ver.
—La rodilla, muéstramela.
—No puedo subirme estos leggins por la pierna—explico.
—Entonces, quítatelos. Quiero ver tu pierna. —No me da la
opción de decirle que no. Podría pelear con él, pero sé que no
importa lo que diga, no cederá. Estoy acostumbrada a poner a
prueba a todos los que me rodean. Por lo general, soy quien tiene el
control y el mando sin importar lo que esté sucediendo, pero la
dominación de Jameson me hace caer en un papel de sumisión. Es
jodidamente molesto, pero intrigante.
—De acuerdo.
Me pongo de pie, pero mientras lo hago mi rodilla se dobla de
nuevo y termino cayendo hacia adelante. Jameson está ahí para
atraparme antes de que pueda caer de cara al suelo. Mi pierna debe
estar más estropeada de lo que creo. Dejo que mis manos agarren
sus brazos y, en contra de mi buen juicio, aprieto ligeramente sus
bíceps. El hombre es enorme con cabello oscuro, ojos oscuros, barba
desaliñada y músculos por todas partes. No creo que haya un lugar
blando en su cuerpo. Sus ojos son intensos, cuentan toda una historia
que estoy deseando escuchar. Sus manos me agarran con seguridad
y su piel callosa raspa contra la mía suave.
—¿Lo tienes?—pregunta con la voz más suave.
—Sí, lo tengo. Gracias. —Salgo de su abrazo y rápidamente
deslizo mis dedos en la cinturilla de las medias que me dio para
bajarlas. No tengo ropa interior, pero no es la primera vez que me ve
desnuda.
Me empuja sobre la cama y agarra la sábana para cubrir mi coño
expuesto.
Levanta mi pierna y esos dedos ásperos que acababa de tratar de
memorizar en mi brazo se deslizan sobre mis piernas. Presiona
ligeramente mi rodilla y me estremezco por el dolor.
—No creo que esté roto o algo por el estilo. Tal vez solo un fuerte
moretón—dice antes de soltar mi pierna.
—¿Qué, ahora estamos jugando al doctor? ¿Puedo examinarte yo
esta vez? —Me río al pensar en el juego que solía jugar cuando era
niña.
—Eres libre de examinarme cuando quieras, cariño. —Me lanza
una media sonrisa y tengo que contenerme para no abalanzarme
sobre él. Mierda, este hombre es probablemente la persona con
mayor carga sexual con la que he estado en contacto en mi vida. Sin
embargo, tenía que mantener mis ojos en el premio. Tenía que
asegurarme de no distraerme con este atractivo hombre con todo su
encanto. Me pongo de pie para tener algo de distancia entre
nosotros, asegurándome de subirme los leggins en el proceso.
—Lo siento, eso no está sucediendo. —Cruzo los brazos sobre el
pecho y trato de dar un paso atrás—. ¿Vas a volver a tu habitación
ahora o qué?
Un golpe en la puerta rompe la tensión en la habitación. Cuando
giro la cabeza para ver quién es, hay una mujer delgada parada allí.
Sus ojos están muy abiertos y hay una salpicadura de pecas a lo
largo de sus pómulos altos.
No sé quién es ella. El hecho de que todavía no había visto a otra
mujer en este lugar me inquietó desde el principio.
—Daria, ¿qué haces levantada tan tarde, nena? —Jameson se
acerca y la besa en la mejilla. Tal vez esta es su mujer. No puedo
evitar los celos que cobran vida en mis venas. ¿Por qué diablos estoy
celosa en primer lugar?
—Oh, sabes que no puedo dormir cuando estáis fuera. Tenía que
asegurarme de que él llegara bien a casa. ¿Te importa si hablo un
poco con ella? También tengo algunas cosas para ella. —Muestra sus
manos llenas de ropa y algo de comida. Cosas que necesito
desesperadamente en este momento. Especialmente esa comida.
—Sí, iré a ver a Archer. Avisadme si necesitáis algo, muchachas.
—Jameson me lanza una mirada y sale de la habitación tan rápido
como entramos.
—Lo siento, te juro que no pasaba nada. —Ella debe estar
queriendo patearme el culo. Sé que si una chica se sentara desnuda
frente a mi hombre, estaría más que un poco molesta.
—¿Eh?—pregunta ella.
—Solo me revisaba la rodilla, no pasaba nada más.
Se ríe un poco antes de venir a sentarse a mi lado.
—Incluso si algo estuviera pasando, no es de mi incumbencia. —
Ella me sonríe y me entrega el plato de comida.
—Espera, ¿qué quieres decir? Pensé que Jameson era tu hombre.
—No, en lo más mínimo. Estoy casada con Archer. Jameson es
solo mi hermano. Por cierto, soy Daria. —Extiende la mano y tengo
y y g
que dejar el plato para estrecharla
—Oh, encantado de conocerte. Soy Celine.
—Entonces, ¿qué tan malo fue? —Entrecierra los ojos y se
muerde la comisura del labio como si estuviera esperando que le
diera malas noticias.
—Fue lo peor que he experimentado, puedo decirte eso. —Aparto
la mirada por un segundo, antes de preguntarle—. Si Jameson no es
tu hombre, ¿qué pasa con los apodos cariñosos? ¿Nena?. —No sé por
qué me importa tanto, no es asunto mío.
—Oh, Jameson está lleno de encanto. Todo el mundo es su nena.
—Ella me sonríe—. Él es así con todas, aunque tengo que decir que
es diferente contigo.
¿Diferente? ¿Cómo?
—¿De qué estás hablando? Él no me está tratando diferente.
—Oh, no lo ves, pero todos lo hacemos. La vacilación, la
protección, la confianza, ninguna de esas son cosas que Jam regala
fácilmente. Puede parecer un verdadero pez frío, pero realmente se
está calentando contigo. Incluso apostaría a que el hombre está un
poco enamorado de ti.
Ahora es mi turno de reírme.
—Absolutamente no. Soy una carga para él. Claro, está haciendo
lo que tiene que hacer para mantenerme a salvo. Pero estoy segura
de que preferiría estar en otro lugar haciendo cualquier otra cosa en
este momento.
Se levanta de la cama y deja la pila de ropa allí para mí.
—No puedo estar en desacuerdo contigo en eso. Solo creo que tal
vez le gustaría estar haciendo algo más en este momento mientras tú
estás con él.
Abro la boca para replicar, pero ella levanta la mano para
detenerme.
—Entiendo que no lo veas, pero ten cuidado con él, está bien. La
última mujer en la que confió lo hizo pedazos. No le hagas eso, ok. Si
los sentimientos no son mutuos, díselo y no lo compliques.
No sabía de dónde estaba sacando su información. No hay forma
de que tenga ningún tipo de sentimientos por mí además de enojo y
molestia. Aunque no quiero discutir con ella. Está tratando de
ayudarme, así que lo mínimo que puedo hacer es ser amable con
ella.
—Está bien, haré lo mejor que pueda. —Le sonrío y ella me la
devuelve antes de marcharse. Podía decirle una pequeña mentira
piadosa si eso la tranquilizaba.
 
Capítulo 13
Celine
 
Paso el resto de la noche demasiado excitada para dormir. Me
duele la rodilla, pero me obligo a caminar de un lado a otro en la
pequeña habitación para luchar contra el dolor.
Camina hasta que te sientas mejor, Celine.
Ese era el eslogan de mi padre cuando era una niña y me
lastimaba. No era muy consentidor y como mi madre no estaba, me
enseñó a ser fuerte. No había una sola lesión que no hubiera tratado
de quitarme caminando. Después de tres o cuatro docenas de rondas
caminando, el dolor ha disminuido un poco.
—¿Qué estás haciendo?
Salto cuando me doy cuenta de que la puerta está abierta y
Jameson me está mirando.
—¡Que carajo! —Mi mano golpea instintivamente mi pecho como
si fuera a evitar que se me salga el corazón—. ¡No aprendiste la
lección la última vez! ¡Golpear!—le gruño dejando caer la mano a mi
costado. Por suerte esta vez no estoy desnuda, llevo puesto el
conjunto de pijama que Daria me había dejado. Es mucho más
cómodo que lo que Jameson me había dado para usar.
—Bueno, sabía que estabas despierta, porque sonaba como si
estuvieras tratando de despertar a los muertos con tu caminar sin
parar. ¿Alguna vez te quedas quieta o es algo que no has aprendido?
Maldita sea, ni siquiera pensé que alguien me escucharía, pero
creo que lo he estado haciendo desde hace un tiempo.
—Lo siento. No puedo dormir. Me siento un poco ansiosa—
admito a pesar de que solo decir las palabras es suficiente para que
mire hacia el suelo. No me gustaba sentirme débil o vulnerable.
—¿Te sentirías mejor si duermo aquí contigo?—pregunta con su
rostro completamente desprovisto de cualquier humor. Por
supuesto, pensaría que solo estaba tratando de entrar en la misma
habitación que yo para poder meterse en mis bragas. Excepto que
puedo ver en su rostro que solo quiere que me sienta cómoda, tener
sexo conmigo es lo último que tiene en mente en este momento. Se lo
agradezco, porque tiene razón. Me sentiría mucho más segura si
estuviera con alguien en quien confiara.
—Sí—digo en un suspiro.
Él asiente una vez y vuelve a su habitación. Regresa unos
segundos después con una manta y una almohada. Dejándolos en el
suelo, me da la espalda. Puedo ver las grandes manchas azul oscuro
en su espalda. Deben ser moretones de la pelea de esta noche.
—Puedes dormir en la cama conmigo. —Mis ojos se abren como
platos, nunca he dormido en una cama con ningún hombre además
de mi padre antes en mi vida. Sé que solo le estoy diciendo que
puede dormir en la cama conmigo, porque no quiero que se lastime
más. Aun así, la facilidad con la que esas palabras salieron de mi
boca es asombrosa.
—Estaré bien en el suelo. —Continúa extendiendo la manta. Él no
se va a rendir. Parece que todo lo que sucede entre nosotros dos es
una lucha por el poder. Sin embargo, ésta es una pelea que estoy
segura de que no voy a perder. No le voy a dar la oportunidad.
—Malditos hombres, nunca escuchan—murmuro por lo bajo y
me dirijo hacia donde había dejado sus cosas. Recojo su almohada y
la tiro sobre la cama, frente a mi lado. La cama no es muy grande,
solo tamaño Queen. Sin embargo, es lo suficientemente grande para
que los dos podamos dormir cómodamente.
—Métete en la cama, Jameson. No es necesario que duermas en el
suelo.
Él suspira y se dirige hacia la cama.
—Lo que sea… solo deja de caminar de un lado a otro antes de
que te lastimes más la rodilla de lo que ya lo estás haciendo—
murmura él antes de dejarse caer en la cama y palmear el colchón
para que pueda unirme a él. Me rindo y hago lo que me pide. Me
acuesto boca arriba sintiéndome rígida. Estoy tan incómoda que no
me duermo. En cambio, solo escucho su respiración lenta mientras
se queda dormido y lo envidio.
Aprovecho esta oportunidad para darme la vuelta y mirarlo. Es
verdaderamente un hombre hermoso. Sus rasgos oscuros están
completamente relajados mientras duerme semi-pacíficamente. Ojalá
pudiera entrar en su cabeza y averiguar por qué se esfuerza tanto.
Me refiero a que ya podría haberme soltado. Había llegado al límite
de donde la mayoría de los buenos samaritanos habrían ido, pero en
lugar de eso, tomó mi lucha como propia. ¿Por qué? No me conoce.
Tampoco conoce a mi padre. Todo lo que sabe es que necesito ayuda
y está dispuesto a dármela. Él es igual con el resto de las personas de
su club, dispuesto a hacer lo que sea necesario para ayudarlos. Es tan
raro que encuentres a alguien de este calibre hoy en día.
—No, abajo... joder—gime y puedo ver el comienzo de una
pesadilla. Sé lo que va a pasar si lo dejo ir por este camino. No quiero
despertarlo sobresaltado, pero tampoco quiero que su puta mano
vuelva a rodearme el cuello. Froto una mano por su brazo y trato de
sacudirlo para que se despierte, pero no hace nada. Pongo un poco
más de fuerza en mis movimientos, pero todavía no se despierta.
Muevo mi mano hasta la nuca y tiro ligeramente de la pequeña
cantidad de cabello allí atrás con una mano mientras uso la otra
mano para sacudirlo de nuevo. Tal vez si combino un poco de dolor
con una sacudida, lograré que se despierte.
—Jameson, despierta, estás teniendo una pesadilla.
Jameson jadea y sus ojos se abren. Su mano se envuelve alrededor
de mi cuello, pero esta vez en la parte de atrás. Me tira hacia abajo y
me besa suavemente en la boca. Un pequeño chillido sale de mi
garganta, pero no me alejo. Siempre me he apartado cuando alguien
me ha besado. He tenido muchos novios en el pasado. Por lo
general, ninguno de ellos pasa una o dos semanas antes de que
rompamos y una de las razones principales es que nunca hay chispa.
Un suave beso de Jameson es suficiente para que una ráfaga de
electricidad recorra todo mi cuerpo, diferente a cualquier cosa que
haya sentido antes.
No sé cómo responder más que dejar que me bese. Una parte de
mí tiene miedo de que, si trato de moverme o algo así, el hechizo se
romperá.
Me besa de nuevo. Un gemido sale de su boca y no puedo evitar
mi propio gemido en respuesta.
Siento sus pestañas aleteando contra mi piel y él sacude su cabeza
hacia atrás,
—Oh mierda, Celine. Lo siento. Estaba dormido. No era mi
intención.
No era su intención, probablemente ese fue el mejor beso que he
tenido en mi vida y me está diciendo que no fue su intención
besarme. Voy a llamar una mentira a eso. No sé qué está pasando
con nosotros o si algo está pasando por su parte. Sin embargo, no
hay forma de que yo sea la única que sintió esa chispa.
Inclino mi cara hacia abajo y presiono mi boca contra la suya,
besándolo tan suavemente como me estaba besando él hacía un
segundo. La piel de gallina estalla en mis brazos cuando la misma
electricidad que había sentido momentos antes comienza a
atravesarme.
Si no sentía nada, entonces podría alejarse. No se aleja.
Su mano agarra mi nuca y me acerca a él, los suaves besos se
convierten en besos agresivos y necesitados. Lo empujo hacia abajo
tratando de ponerlo en la posición que quiero, pero rápidamente
gira y me tira debajo de él. Agarra una pierna y la levanta sobre su
cadera, la tela suave no hace nada para amortiguar la sensación de
su polla dura contra sus pantalones de dormir. Estoy tan
sorprendida cuando mis caderas comienzan a moverse por su
cuenta. Dios, quiero más de él. Esto está pasando tan jodidamente
rápido. Quiero tomar el control, es solo mi manera. Mis manos se
extienden sobre su piel, los músculos de sus hombros y espalda
giran con cada uno de sus movimientos. Froto ligeramente las
manos, solo para ver si puedo hacer que gima como lo hizo antes.
Suelta un suspiro de dolor, deja de besarme por un segundo y un
gruñido profundo vibra en su pecho.
—¿Sabes lo que estás haciendo, cariño? —Su voz es áspera y toca
una cuerda muy dentro de mí. Comienza una quemadura que sé que
él va a poder apagar.
—Ni idea. ¿Estoy haciendo algo? —Mis caderas se mueven hacia
él de nuevo y sus ojos se cierran en algo que parece cercano a la
agonía. A pesar de eso los sonidos que salen de su boca me hacen
creer que le gusta.
—Maldición no juegues conmigo. —Sus ojos se abren y me
inmovilizan contra el colchón. Estoy jugando un juego que nunca
antes había jugado y, por más divertido que sea, sé que no estoy
lista.
—Bien, si no quieres jugar, no jugaremos. —Me encojo de
hombros y desvío la mirada como si ya no estuviera interesada en lo
que estábamos haciendo, incluso si mi cuerpo me grita que continúe.
No llegué a los veintitrés siendo virgen si no fuera capaz de lidiar
con las tentaciones. Tendría que encargarme yo misma de las cosas
en la ducha.
—Esa es una buena elección. Tenemos que mantener la cabeza en
orden hasta que descubramos qué está pasando. —Suena como que
lo está diciendo más para sí mismo que para mí, así que no
respondo. Estoy segura de que cualquier cosa que salga de mi boca
en este momento sería más una rabieta que algo que se consideraría
inteligente. Me doy la vuelta hacia mi lado un poco insegura de lo
que se supone que sucederá a continuación. Envuelve su brazo
alrededor de mi cintura y me tira contra él. Su cuerpo amoldándose
al mío y su forma de decirme que no está enojado porque he elegido
no seguir adelante.
—Problemas—murmura antes de que escuche que su respiración
se equilibra y se vuelve a dormir. Sonrío ante la idea de que soy
quien se está metiendo debajo de su piel. Puede que éste no sea el
juego al que estoy acostumbrada, pero creo que lo voy a disfrutar.
 
Capítulo 14
Celine
 
A la mañana siguiente, cuando me despierto, Jameson ya no está
en la cama conmigo. Es una sensación molesta despertarse
esperando algo y que no esté. Me meto en la ducha y hago lo mejor
que puedo para aliviar un poco de la tensión acumulada anoche. No
toma mucho tiempo y las imágenes de Jameson que tengo
almacenadas en mi memoria lo hacen aún más placentero. El deseo
disminuye, pero no desaparece por completo. Bajo las escaleras para
ver a Daria y a otra mujer en la cocina. Tienen la radio encendida,
pero está baja. Las dos están cocinando y el aroma de lo que sea que
estén haciendo hace que mi estómago gruña con anticipación.
Daria me ve en la puerta y sonríe. Le devuelvo el gesto y me
dirijo a la cocina. Estas personas me han vestido, me han alimentado,
han luchado por mí e incluso casi han muerto por mí. Lo menos que
puedo hacer es ayudar a preparar el desayuno.
—Hola, soy Tink, soy la prima de Shyne. —Adelantó el codo para
que lo golpeara, ya que sus manos estaban hundidas hasta las
muñecas en la masa de galletas. Golpeo su codo y me presento.
—¿Hacéis esto todos los días, chicas? No sé qué es, pero huele
divino.
—Oh, sí, más o menos. Aunque no me importa; los hombres
necesitan comer y si los dejamos a su suerte, comerían comida china
día y noche. Prefiero que Luke no tenga un ataque al corazón
todavía. —Daria se ríe mientras voltea algunas tortitas antes de
centrar su atención en las salchichas en la sartén de al lado.
—¿Puedo ayudar?—les pregunto queriendo sentirme útil.
—¿Sabes cocinar?—me pregunta Tink con una ceja levantada con
escepticismo. Para una mujer tan pequeña, estoy segura de que era
una cosa.
—No soy Emeril Lagasse, pero puedo defenderme.
—¡Nadie se compare con Emeril, niña! Haz lo que quieras—dice
Tink con entusiasmo.
Voy a la nevera y saco lo que necesitaría para un buen revuelto
de huevos. Me pongo a trabajar cortando las verduras y balanceando
mis caderas al ritmo de la música que está sonando.
—¿Los hombres están durmiendo?
—Oh, no, la mayoría de los muchachos aquí son ex militares, por
lo que generalmente se levantan al amanecer. Nunca necesito un
despertador con Luke. —Daria se ríe.
—¿Quién es Luke? —Esta era la segunda vez que decía ese
nombre y no sabía quién diablos era.
—Oh, lo siento, probablemente lo conozcas como Archer. Luke es
su verdadero nombre. —Ella se inclina y susurra—. Sin embargo, no
le digas que te lo dije.
Ambas comenzamos a reírnos como estudiantes de secundaria.
Me arriesgo y extiendo mi mano hacia donde está la radio y la subo
un poco.
—¡A la mierda con eso! ¡Si vas a hacerlo, hazlo bien! —Tink se
estira hacia atrás y enciende la radio al máximo. La música alta se
distorsiona ligeramente a medida que se abre paso a través de los
diminutos altavoces.
—¡Esooo! —Saca las manos de la masa. Su pequeño cuerpo
comienza a girar, moviendo las caderas en pequeños círculos
haciendo todo lo posible para imitar a Shakira ya que suena su
canción.
—¿Qué diablos está pasando aquí? Pensé que íbamos a conseguir
algo de comida. No sabía que también iba a haber un espectáculo. —
Pirate asoma la cabeza por la pequeña ventana que conduce del área
principal a la cocina. Tiene un palillo en la boca y una sonrisa en los
labios mientras observa a Tink girar y balancearse.
—¿Te gusta esto, bebé? —Tink le lanza un guiño que me hace
preguntarme si ella está con él. Parece tener poco más de cuarenta
años. Aunque no soy de los que juzgan a alguien en función de la
edad, siempre que ambas partes sean legales, eso es todo lo que me
importa.
Un fuerte sonido de arcadas brota desde un lado. Me giro para
ver a Shyne y Jameson parados en la puerta observándola.
—¿Qué diablos estás haciendo? ¿Tienes un ataque?—se burla
Shyne de su prima.
—No lo odies, el hecho de que no tengas ningún ritmo no
significa que no puedas apreciar que yo lo tengo. Soy la mejor
bailarina de la familia y lo sabes.
—Sí, también sé que no tenemos bailarines en nuestra familia.
Entonces, podrías ser lo mejor de lo peor.
—Eso no dice mucho sobre ti—intervengo, aunque estaba claro
que no me estaba hablando a mí. Nunca he sido una persona tímida.
El hecho de que me llevaran y me obligaran a hacer una mierda con
la que la mayoría de la gente tiene pesadillas no significa que
cambiaría quién era yo. De hecho, solo me animó a disfrutar más de
la vida—. Quiero decir, lo último que escuché es que a las mujeres
les gusta un hombre que sabe cómo mantener un buen ritmo. —Me
encojo de hombros y miro hacia otro lado.
—¡Oh! —Tink se tapa la boca con la mano y ríe a carcajadas—.
¡Escuchaste esa mierda, Shyne, ella dijo que tu follada es basura!
—¡Qué carajo! Eso no es lo que quise decir. Puedo mantener ese
ritmo. ¡Puedo mantenerlo toda la noche!
—¿Hermano? —Pirate lo mira con una sonrisa incrédula.
—¿A quién le mientes?—dice Jameson justo al lado de él.
—Ok, maldición, puedo mantener el maldito ritmo durante una
buena hora. Luego voy a necesitar un sándwich o algo así.
Echo la cabeza hacia atrás y empiezo a reír junto con todos en la
cocina. A continuación suena una canción de Dua Lipa en la radio.
La amo y la música básicamente obliga a mi cuerpo a moverse. Dejo
el cuchillo y agarro a Daria que empieza a bailar. Las dos bailamos
con Tink, pasando un buen rato, haciendo movimientos tontos hasta
que la atención de Daria se desvía por completo. De alguna manera,
Archer había entrado en la cocina sin que ninguno de nosotros se
diera cuenta y acercó una silla. Todo el cuerpo de Daria se vuelve
hacia él como si hiciera sonar un silbato imaginario que solo ella
puede oír.
—No vuelvan a empezar con esta mierda. Mi novio no está aquí
—gime Tink y sigue bailando conmigo.
—¿Qué mierda?—pregunto moviendo mis ojos de la escena que
se desarrolla entre Daria y Archer, a Tink.
—Ajá, ya verás. —Ella se ríe antes de agarrar mi mano para que
hagamos un giro tonto.
Ahora Daria y Archer están en mi línea de visión directa y puedo
decir de qué está hablando. La tensión sexual en la habitación pasó
de inexistente a sofocante. Daria mantiene el contacto visual con su
esposo y mueve su cuerpo sensualmente mientras él la mira
fijamente. Espero que su expresión se rompa, espero que pierda el
control como he visto hacer a tantos hombres en el pasado. Pero él
no.
Daria hace un movimiento sexy donde tiene que inclinarse hacia
adelante y poner sus brazos sobre sus hombros. Sus pequeños
pechos ahora completamente expuestos para él y solo para él. Eso
inclina la balanza. Archer tira de ella con fuerza. Tan fuerte que cae
en su regazo. Él le da una palmada fuerte en el culo y su cabeza cae
en el hueco de su cuello. Él usa su mano libre para abrazarla con
fuerza mientras le susurra algo al oído. Veo su mano apretarse y un
rubor se arrastra por su cuello. Solo puedo imaginarme qué diablos
le está diciendo.
—Ves, te lo dije—dice Tink a mi lado.
Me río un poco, pero es un poco más entrecortado que lo
habitual. Quiero saber qué le está diciendo.
—Parece que necesitas algo para distraerte un poco.
Mi cabeza gira hacia un lado y atrapo a Jameson justo cuando
desliza su brazo alrededor de mi cintura y me acerca a él. Es
increíble lo sigiloso que es para un hombre tan grande. A medida
que comienza a moverse al ritmo de la canción, también me
sorprende lo elegante que es. Solo me toma un segundo olvidarme
por completo de lo que estaba pasando con Archer y Daria, mientras
él me guía en un baile sensual. Más bien un balanceo de caderas,
pero con cada inmersión y giro, mi cuerpo se mueve junto con el
suyo.
—Parece que puedes mantener un buen ritmo—susurro, y tengo
que contenerme para no ponerme una mano en la boca. Mis mejillas
arden de vergüenza, pero él no se ríe.
Inclina la cabeza hacia abajo para que su boca esté cerca de mi
oído.
—Estoy empezando a pensar que quieres averiguarlo de primera
mano.
Un pequeño jadeo sale de mi boca, pero me apresuro a
responder.
—¿Y si lo hago? —Inclino la cabeza hacia atrás y lo miro a los
ojos. Quiero ver hasta dónde puedo empujarlo. Probar los límites
está en mi ADN.
—Eso es algo que puedo ofrecer, cariño. —Me acerca más para
que pueda sentir su polla presionando mi abdomen. No sé el tamaño
promedio de un hombre, pero seguramente no se siente como si
estuviera por debajo del promedio.
—Ves, te lo dije—dice Daria detrás de mí y es su voz la que
rompe el hechizo bajo el que Jameson me tiene.
Cuando me giro para mirarla, puedo ver la sonrisa descarada en
su rostro.
—¿Me dijiste qué? —Me giro en el agarre de Jameson
—Sabes exactamente lo que te dije. Sigue negándolo si quieres. —
Daria se encoge de hombros y se vuelve hacia Archer.
Por supuesto, recuerdo lo que me dijo. Me dijo que Jameson se
estaba abriendo a mí, que estaba más cerca de mí de lo que
aparentaba. Le dije que era una tontería, pero incluso yo sé por la
forma en que me abraza que está sintiendo algo. Podría ser pura
lujuria, pero podría ser otra cosa.
—¿Qué clase de mierda es ésta? Todo el mundo se ha
emborrachado y yo estoy aquí esclavizada sobre una cocina caliente
sola. —Tink se apresura a volver a las tortitas que Daria había dejado
en la sartén, por el color estaban a solo unos segundos de estar
demasiado cocidas.
—Oh, mierda, ya voy. —Me alejo de Jameson y siento una
pequeña punzada de decepción porque no puedo permanecer en sus
brazos por más tiempo. Voy a necesitar averiguar qué está pasando
con él y voy a tener que hacerlo pronto.
Capítulo 15
Jameson
 
Nos sentamos en el área principal a desayunar, no es nada nuevo.
Por lo general, cuando no hay problemas con los asuntos del club,
así es como comenzamos todos los días. En familia compartiendo
risas y comida.
Es una de las razones por las que Archer me llamó para que me
uniera a su club por lo que no tuve que pensarlo dos veces. La
familia significa todo para mí, y mis hermanos son mi familia. La
mayoría de los miembros parchados habían estado en el ejército,
aunque solo fuera por unos meses. Algo acerca de pasar por esa
experiencia saca a la superficie quién es una persona. O el ejército te
convierte en un mejor hombre o te hace peor. A veces un poco de
ambos. Estar en el ejército me mostró que daría cualquier cosa para
proteger a mi familia y que haría cualquier cosa para ser parte de
una.
Cuando miro alrededor de la mesa viendo a todos comer y hablar
con entusiasmo, es difícil para mí creer que anoche estuvimos en un
tiroteo con los guardias de uno de los nombres más notorios del
mundo del hampa aquí en Nueva Orleans. Claro, es algo con lo que
tendremos que lidiar, pero en este momento estábamos seguros y
disfrutando de nuestra comida.
Clavo el tenedor en el resto de los huevos revueltos que Celine
había hecho y como con el primer puto bocado, mis papilas
gustativas estallan de placer. Dios, esa mujer puede cocinar.
Mis ojos se lanzan hacia ella, pero está absorta en una
conversación con Tink. Está bien, me da una buena oportunidad de
observarla. Tiene que ser una de las mujeres de voluntad más fuerte
que he conocido en mi vida, desafiante ni siquiera comienza a
describirla. Anoche, cuando la escuché gritar por mí a través del
micrófono, sentí que mi alma estaba siendo arrancada del cuerpo. Le
prometí que iba a cuidar de ella y no lo hice. De hecho, cuando todos
estábamos inmovilizados, estaba casi seguro de que al menos uno de
nosotros iba a caer, pero fue ella quien nos salvó. Había distraído a
los guardias lo suficiente como para que pudiéramos huir. Ella me
había salvado cuando se suponía que debía ser yo quien la salvara.
Supongo que podía sentir que la estaba mirando, porque sus ojos
se clavaron en los míos y se sobresalta cuando ve que la estoy
mirando. Sus ojos se entrecierran en mi dirección cuando se da
cuenta de que no voy a apartar la mirada.
Ella niega con la cabeza como si estuviera confundida y nerviosa
cuando finalmente aparta la mirada de mí. Lo que sea, Tink ya no
tiene su atención. Estoy llegando a ella. No dejo de mirarla y el
creciente rubor en sus mejillas me divierte. Para alguien que es todo
valor y lucha, seguro que se altera con bastante facilidad. La observo
seguir tratando de mantenerse al día con la conversación que está
teniendo con Tink. De vez en cuando, se toca la cara o se esconde
detrás del escudo marrón miel que llama cabello. Aunque nada de
esa mierda me detiene. Me gusta que se avergüence, se está
convirtiendo rápidamente en una de las mejores partes de mi día.
—Er, creo que debo haber comido demasiado. Voy a buscar una
botella de agua. —Celine le da a Tink una sonrisa suave, pero no se
molesta en mirarme.
—Oh, está bien. Tómate tu tiempo. —Tink se vuelve y comienza a
hablar con Shyne.
Mis ojos siguen a Celine mientras se levanta de la mesa y camina
hacia la cocina en la parte de atrás. Solo ha estado aquí unos días,
pero se siente como si perteneciera al lugar. Tiene los puños cerrados
y, aunque sé que ya ha estado en la cocina varias veces, parece
insegura.
Empujo mi plato y me pongo de pie rápidamente.
—¿A dónde diablos crees que vas?—me pregunta Bones con un
palillo de dientes y una sonrisa astuta en los labios.
—Estoy sediento.
—Sí, sediento de un poco del coño de esa chica. —Se ríe y le doy
una patada en el tobillo mientras me alejo de la mesa para seguir a
Celine. Ella no se da la vuelta. Me detengo para examinarla de nuevo
cuando dobla la esquina hacia la entrada de la cocina y se detiene.
Su tensión está disparada y parece físicamente extenuante para
ella relajar los hombros. Esa mierda tiene todo el jodido sentido del
mundo, había estado en un jodido tiroteo, un señor del crimen ilegal
la está buscando, queriendo dársela a su hijo, y está separada de su
familia. También, me volvería loco con la tensión. Doy otro paso así
que estoy a no más de un paso detrás de ella y espero. Mueve los
hombros lentamente y luego inclina el cuello de lado a lado mientras
respira profundamente por última vez. Se da la vuelta y se estrella
contra mi pecho.
—¿Pareces estar buscando algo?
—No, solo quería algo de beber. No estaba husmeando ni nada
por el estilo. —Sus hombros recién relajados se vuelven rígidos
ahora que pensaba que estaba en problemas.
—Ah, bueno, el agua está por aquí. —Me estiro por encima de su
hombro asegurándome de estar lo más cerca posible de ella sin
llegar a tocarla. Sus labios tiemblan cuando levanta la cabeza en mi
dirección—. A menos, por supuesto, que estuvieras esperando algo
más.
—¿Qué estaría esperando?
—Creo que me estabas esperando, pero no estoy seguro. —Doy
otro paso adelante y, aunque intenta mantenerse firme, no tiene más
remedio que retroceder. Sigo avanzando hasta que ella está contra la
pared y tengo una mano sobre su cabeza—. Cariño, no soy el tipo de
hombre que juega. Sé que has pasado por algunas cosas, pero
normalmente no espero cuando quiero algo.
Su labio inferior sale disparado y lo humedece suavemente. Gimo
y me muevo más cerca. La jodida mierda de lo loco que me está
volviendo es que ni siquiera parece darse cuenta de que lo está
haciendo.
—¿Tengo algo que quieres?
—Joder, sí—gruño antes de dejar caer mi boca sobre la de ella,
fusionando rápidamente nuestros labios. Muerdo y lamo sus labios
mientras mi lengua se desliza sobre la suya. Su respiración se vuelve
acelerada mientras enrosca sus manos detrás de mi cuello y las sube
por la nuca hasta mi cabello. Se aferra a mí con fuerza y gime cada
vez que me alejo un poco. La camiseta que Daria le dio para que se
pusiera hace el trabajo de mantenerla vestida, pero es lo
suficientemente delgada como para sentir lo duros que están sus
pezones.
—Eres tan malditamente sexy—murmuro y dejo que mis manos
se abran camino debajo de la camiseta. Su piel es suave y tersa. Su
cuerpo se arquea ligeramente mientras arrastro mi mano hacia su
pecho. Si quiere que me detenga, será mejor que diga algo, porque
hasta que lo haga voy a seguir adelante.
—Jameson. Yo no... yo —Ella gime y esto es lo más vulnerable
que la he escuchado. Eso enciende el jodido anhelo que tengo por
ella a toda marcha.
—Shh, no pienses. Solo deja que me encargue de ti. —Agarro su
cara y la inclino hacia un lado para poder llegar a su cuello. Chupo
con fuerza esa piel suave mientras mi otra mano libre le masajea un
pezón.
Ella se agarra a mis hombros y me aprieta con fuerza, tratando de
acercarme aún más a su cuerpo. Si me acerco más, estaremos
follando. No es que sea algo a lo que me oponga. Simplemente no
creo que ella quiera follar cuando mis hermanos están a solo unos
metros de nosotros.
Cuando sus caderas comienzan a menearse, me alejo por un
momento y la agarro por la cintura. Al diablo con esto, mi polla está
demasiado dura para tener una maldita sesión de besos. Quiero
sentir su coño envuelto a mi alrededor. La levanto para que sus
piernas estén envueltas alrededor de mi cintura y pueda llevarla a
mi habitación.
—¡Jameson! —me llama Pirate.
¡No! Si hubiera algún puto día en el que desearía estar
jodidamente sordo, sería ahora mismo.
—¡Qué!—grito sin bajarla. Cuando deja caer su rostro contra el
mío y comienza a mordisquear suavemente mi oreja, casi la dejo caer
—. Maldita sea, cariño... me estás matando. Espera. —Aprieto su
culo masajeando las apretadas nalgas redondas que me esperan
debajo de sus pantalones.
—Vamos, tenemos compañía.
Joder, esta mierda no puede estar pasando ahora mismo. Ella se
ríe levemente, lo que se convierte en un gimoteo deprimido.
—Supongo que no está destinado a ser. —Ella patea sus pies un
par de veces y tengo que soltarla. Se desliza hacia abajo y su coño
ejerce presión sobre mí ya dolorosa polla. La última zorra del club
que había follado no hizo nada para satisfacerme. Solo besar a Celine
me había excitado más de lo que me excitó todo el tiempo que estuve
follando con esa otra mujer.
—Al diablo con eso, no hemos terminado aquí. Déjame
comprobar lo que sea esta mierda y vamos a terminar lo que
empezaste.
Ella puso los ojos en blanco y una sonrisa juguetona cruzó su
rostro.
—Promesas, promesas.
Retrocedo poco a poco hacia ella, pero sé que si empiezo a tocarla
de nuevo no voy a parar.
Pirate no me habría llamado si no fuera para algo para lo que
necesitaba estar presente. Quienquiera que esté aquí será mejor que
tenga algo bueno que decir o me voy a cabrear.
 
Capítulo 16
Celine
 
Mantengo la sonrisa en mi rostro mientras lo veo arreglarse los
pantalones y la camiseta, así no parece que estuvimos aquí
besándonos como adolescentes. No quiero que vea lo devastada que
estoy porque no podemos terminar lo que acabamos de empezar. No
sé lo que está pasando conmigo. Excepto que se siente como si cada
una de las emociones que nunca experimenté en la escuela
secundaria hubieran surgido a la superficie en el instante en que
deslizó su mano debajo de la tela de mi camiseta. Lo deseo. Joder, lo
deseo.
—Vamos. —Extiende la mano, sin molestarse en ver si quería ir
con él. Solo supuso. De hecho, lo ordenó. Quiero quedarme aquí solo
porque me está ordenando que haga algo. A pesar de eso me rindo,
pongo mi mano en la suya y me tira detrás de él.
No tuvimos sexo, pero un poco de emoción me hace sentir como
si estuviera en una neblina sexual.
—Este hombre dice que necesita hablar con Celine, Jameson—
dice Shyne y así la felicidad que estaba sintiendo se evapora.
Miro por encima del hombro de Jameson y puedo ver a uno de
los guardias de René.
—Oh, no—murmuro y retrocedo unos pasos.
—Oye, ¿qué diablos está pasando? —Jameson se vuelve hacia mí
y trata de agarrar mi mano de nuevo. La arranco. Tengo que escapar.
Tengo que largarme de aquí. El hombre al que habían dejado entrar
era uno de los guardias que se suponía que me vigilarían en el barco.
—¿Me estás devolviendo? —Mi voz se quiebra con el terror que
estoy tratando de mantener a raya. ¿Pensaron que la pelea de anoche
fue demasiado? ¿Qué no valía la pena protegerme?
—¿Qué? No. ¿De qué estás hablando? —Jameson da otro paso
hacia mí.
—Dijo que es tu amigo, que tiene un mensaje de tu padre—dice
Shyne claramente confundido acerca de lo que estaba pasando
conmigo.
—¡Una mierda lo es! No es amigo mío—gruño antes de volverme
a mirar a Jameson—. Es uno de los guardias que me mantuvo
encerrada por orden de René—le siseo.
—¿Que carajo? —Pirate saca su arma y apunta al hombre.
Todos los que están armados en la habitación sacan sus armas
mientras los demás se mueven para proteger a las mujeres.
—Debes estar loco por venir aquí. ¿Qué carajo pensaste que iba a
pasar? ¿Que te dejaríamos salir de aquí con ella?—le escupe Archer.
El guardia me mira.
—Tienes que volver. No hay otra opción— dice el hombre, pero
no es tan contundente como hubiera pensado y hasta una lágrima
cae de su ojo.
—No lo haré.
—Tienes que hacerlo. René los matará a todos, a las personas que
no conoces, a las que conoces, hasta que alguien te devuelva a él. Él
sabe que fue este club el que estuvo allí anoche y sabe que tú estás
aquí. Tienes que volver.
—Puedes patear ladrillos, pedazo de mierda. Dile a tu jefe que
Celine ahora está con nosotros y que no irá a ninguna parte. —
Jameson agarra el hueco de mi brazo y tira de mí hacia atrás.
—Vete de aquí antes de que haga que te arrepientas de haberte
despertado esta mañana—le gruñe Bones al hombre.
—Ya me arrepiento—susurra el guardia—. No puedo irme sin
ella—dice más fuerte para que todos puedan escucharlo.
—Bien, hagámoslo de la jodida manera difícil. —Yang da unos
pasos hacia adelante, pero antes de que pueda acercarse al guardia,
el hombre comienza a quitarse la ropa—. Sí, no sé qué diablos…
Yang no terminó las palabras que salían de su boca. En cambio,
solo se queda boquiabierto cuando el hombre se desnudó hasta
quedar en una camiseta con un yeso abdominal completo de lo que
parecía ser una plastilina gris. Fue solo cuando vi las luces
intermitentes y el pequeño reloj digital pegado a su pecho que me di
cuenta de lo que estaba viendo. Todas esas cosas eran una puta
bomba.
—¡Oh mierda! ¡Oh maldita mierda! —Todo el mundo se aleja de
él rápidamente.
—No puedo irme de aquí sin ti y no puedo quedarme—dice el
guardia y más luces comienzan a parpadear—. Si no sales por esa
puerta conmigo, la van a detonar. Si alguien trata de irse, la
detonarán. Tienes que venir conmigo.
Miro alrededor del espacio y veo a todos los que están allí. No
puedo dejar que paguen el precio de los pecados de mi padre. Yo,
bueno, pero ellos no.
—Está bien, voy a ir.
—¡Un carajo lo harás!—ladra Jameson y me agarra con más
fuerza. Trato de alejarme de él, pero su agarre es fuerte.
—Tienes que dejarme ir, esa mierda matará a todos aquí. Tengo
que irme. —Tiro de nuevo, pero no me suelta.
—¡No!—me grita.
Tiro y pateo, haciendo todo lo que me han enseñado a no hacer
en una situación en la que me sostienen mientras las lágrimas y el
miedo se apoderan de cualquier pensamiento lógico que haya
tenido.
—¡Suéltame! ¡Suéltame ahora mismo! ¡No puedes hacer esto!
Yang corre hacia donde estoy y trata de ayudar a Jameson a
detenerme. Escucho más gritos cuando las luces en el pecho del
hombre comienzan a parpadear más rápido, dándonos a todos una
advertencia ominosa de que está a punto de explotar.
—¡Archer, tenemos que largarnos de aquí!—grita Pirate tirando a
las mujeres con él.
—¡No! ¡Va a explotar!—grita el guardia. Sus ojos escanean la
multitud rápidamente antes de que aterrice en Archer. Sus ojos
rebotan hacia la etiqueta en su chaleco que dice presidente y luego
retrocede—. Mátame... por favor—dice rápidamente el hombre.
—¿Qué? —Mi corazón está saliendo de mi pecho—. No, solo
déjame hacer esto. ¡Nadie tiene que morir! Déjame ir. —Tiro más
fuerte. Esto no puede estar pasando.
—Vamos hombre, no quiero irme así. Sólo mátame—dice el
guardia y mira de nuevo a Archer.
—¡Mierda! —Archer toma el arma de Shyne y apunta a la cabeza
del hombre—. ¿Cuánto tiempo más?
—Tres minutos como máximo—dice el hombre y cierra los ojos.
Ya está resignado al hecho de que está a punto de morir.
Todavía estoy tratando de liberarme. No quiero que nadie muera,
aunque sea una mierda y no quiero que nadie mate por mí. No
quiero nada de esto.
—¡Por favor déjame ir! —Finalmente me giro hacia Jameson y lo
miro por un segundo. Quiero que vea el dolor que siento en este
momento. Él no se mueve.
—Lo siento, cariño, eso no está sucediendo—dice en voz baja,
pero no muestra indicios de relajarse.
Dejo caer la cabeza; nunca he estado tan derrotado en mi vida.
Suena un disparo solitario y de repente hay una ráfaga de acción.
En el momento en que el hombre cae al suelo todos corren hacia él
empujándonos a los demás.
—¡Clay! ¡Ven ahora!—grita Archer—. Ve a buscarlo ahora mismo.
Yang corre hacia la parte de atrás y literalmente regresa
arrastrando a Clay detrás de él. Lo habían despertado para que
muriera.
—¡Oh mierda! ¿Qué diablos? —Cuando el joven prospecto mira y
nota el montículo de carne con la bomba en el suelo, se endereza
para correr y dejarse caer cerca del cuerpo. Trabaja rápido tirando y
arrancando cables.
Miro por encima del hombro y observo al muchacho antes de
volver a centrar mi atención en Jameson. Estoy seguro de que cada
segundo que pase será el último, pensando que cada vez que Clay
mueva la bomba, explotará.
—¿Qué está haciendo? ¿Por qué está jugando con eso?
—Clay es probablemente el único aquí que puede desactivar esa
mierda. Era un especialista en EOD en el servicio, así obtuvo su
nombre. Claymore (NdelT: mina antipersonal).
Está respirando rápido, pero se asegura de enviarme un guiño
antes de volver a concentrarse en Clay.
—¡Seguro!—grita Clay y levanta los brazos por encima de la
cabeza como si acabara de terminar un examen.
—Sacad a este bastardo de aquí. Retira esos explosivos, Clay.
Yang, Shyne, Pirate, sacad vuestros culos y ved si hay alguien cerca.
Jameson quédate con Celine—ladra Archer sus órdenes rápidamente
y todos se mueven para hacer lo que dice. Levanto las manos y me
dirijo a la habitación en la que me permiten quedarme. Están
tratando de asegurar su casa club, pero ¿de qué jodidamente servirá
eso cuando la razón por la que los están persiguiendo duerme en
una de sus camas? Mientras esté aquí, ninguno de ellos estará a
salvo.
 
Capítulo 17
Jameson
 
—Espera un segundo, Celine. —Vuelvo a verificar que todos en
la casa club estén a salvo y luego me giro para ir hacia ella. Se está
moviendo rápidamente hacia el dormitorio. Tengo la sensación de
que, si llega allí antes de que la alcance, no podré volver a hablar
con ella esta mañana.
—¿Celine?—vuelvo a llamarla, pero aun así no se detiene.
—¡Por el amor de Dios, solo detente, Celine! —La alcanzo justo
cuando está entrando a la habitación y tratando de cerrar la puerta
bruscamente. Bloqueo el cierre con mi antebrazo. Empuja con fuerza,
pero incluso con todo su peso no es más fuerte que yo.
—Sal—me ladra y mira como si esperara que reaccionara a la
agresión en su tono.
—No voy a ir a ningún lado. ¿A qué diablos estás jugando?—le
respondo bruscamente.
—No puedes ser tan jodidamente tonto, Jameson. Sé que ves lo
que está pasando aquí. No entres aquí y trates de hacerme ignorar lo
que acaba de suceder. —Ella lanza la mano en el aire como si me
estuviera despidiendo. Esa mierda no va a suceder, no voy a ser
despedido. Sé exactamente qué diablos pasó ahí fuera. También sé
que ella estaba dispuesta a entregarse a pesar de que la teníamos
cubierta. Quiero saber por qué.
—Es exactamente por eso que te estoy preguntando qué diablos
está pasando, porque no quiero ignorar lo que sucedió afuera. ¿Por
qué diablos ibas a ir con ese bastardo?
—¿Por qué? ¿Estás hablando en serio? —Me mira con los ojos
entrecerrados antes de dar otro paso en mi dirección y cruza los
brazos sobre el pecho—. Dime, Jameson, ¿antes de que él apareciera
cuántas personas han entrado en tu casa club con suficientes
explosivos en el pecho para volar todo el edificio?
—Ninguna—respondo inmediatamente dado que no es algo que
nos haya sucedido antes.
—Precisamente esa mierda nunca sucedió, y probablemente
nunca hubiera sucedido si tu club no hubiera puesto vuestros cuellos
en juego por mí. Ahora no son solo ellos tampoco. Son todos,
Archer, Daria, Pirate. Todos ellos que potencialmente pueden morir,
debido a la mierda de mi familia. No puedo vivir con eso, Jameson.
Me dijiste antes que no jugabas, bueno, este es un maldito juego que
no quiero jugar. Cuando se trata de tu seguridad y la seguridad de
tu familia, no me arriesgaré. —Veo sus ojos inundarse de lágrimas,
pero se niega a parpadear y liberarlas. Aprieta la mandíbula con
fuerza y solo me mira esperando que diga algo que la haga pelear.
—Joder mujer, ¿de dónde carajo has venido? —La agarro del
cuello y la atraigo hacia mí. Ella jadea sorprendida antes de que
golpee mis labios contra los suyos. Sus ojos se cierran de golpe y dos
grandes lágrimas se deslizan por cada lado de su cara. Estaba
dispuesta a entregarse para asegurarse de que estamos bien. Está
dispuesta a arriesgar su vida por la familia. Nuestras bocas se
mueven juntas como si hubieran sido hechas para estar juntas, un
calce perfecto. Nuestras lenguas luchan y se entrelazan en el calor de
nuestras bocas mientras mis manos vagan libremente por su culo y
caderas. Antes de nuestra visita ya estaba excitado con mi deseo por
ella, pero ahora no es el momento. Ella trata de agarrarse a mis
brazos mientras la empujo hacia atrás.
—Celine, cariño, escúchame. —Me inclino ligeramente para estar
a la altura de sus ojos. No quiero que se pierda ni una puta palabra
que salga de mi boca—. Nunca volverás a hacer una mierda como
esa. Te di mi palabra de que te protegería, mi club te dio su palabra.
Sabíamos en lo que podíamos meternos cuando decidimos hacer eso.
Puedo apreciar que quieras y estés dispuesta a hacerlo, asegurándote
de que nadie pierda la vida por ti. Pero si incluso intentas salir de
esta casa club y sacrificarte—tomo un puñado de su cabello y tiro
hacia atrás para poder erguirme y mirarla desde arriba—, caminaré
por el maldito infierno para traerte de vuelta. Mataré a cualquiera
que se interponga en mi camino, más vidas perdidas, más malditas
pesadillas. No me obligues a hacer esa mierda—le gruño y su boca
se abre ligeramente. Espero que pelee, sabiendo que ella quiere
hacerlo. Puedo ver el fuego en sus ojos, las llamas del desafío. Sin
embargo, en lugar de pelear, cierra la boca y asiente una vez.
—Gracias, cariño. —Me inclino de nuevo y la beso con ternura
esta vez.
—Odio esta mierda. Realmente la odio. —Ella exhala y cierra los
ojos. El peso del día pesado sobre sus hombros.
—Todos la odiamos, pero hacemos lo que tenemos que hacer por
aquellos que nos importan.
—Mmm, ¿así que te importo? —Sonríe y se muerde el labio
inferior.
—No sé cómo llamarlo, pero creo que Daria cree que sí.
Ella se ríe.
—Sí. Me dijo que tuviera cuidado contigo.
—¿Qué diablos significa eso? ¿Que soy frágil o algo así? —¿Qué
diablos me pasaba para que Daria tuviera que advertir a las personas
que fueran amables conmigo?
—Parece pensar que eres cerrado con la gente y que me estaba
metiendo debajo de tu piel.
—Cerrado es una forma de describirme con las mujeres, supongo
que puedo ver por qué diría eso.
—¿Por qué? ¿Qué te hizo cerrarte? —Celine camina hacia la cama
y se sienta, pero mantiene toda su atención en mí.
—Bueno, si hubieras estado aquí para el show de mierda que fue
Monica, entonces sabrías por qué estoy cerrado. Me cuesta mucho
confiar en las mujeres. Mi ex me engañó mientras estaba desplegado,
llegué a casa y los atrapé en nuestra maldita cama.
Ella sisea con fingido dolor.
—Ay. Eso debe haber sido duro.
—Lo fue, mi culo idiota quería que funcionara. Creía que la
amaba, y nunca volví a confiar en ella después de eso. Nos
divorciamos, pero una vez que se enteró de que era parte de este
club, aumentó su deseo de volver conmigo. No es sólo ella tampoco.
Todas las mujeres con las que he estado siempre parecen estar detrás
de algo más. Por lo general, no me importa porque sé con certeza
que no obtendrán nada de mí, pero también eso hizo que me
volviera distante con las mujeres. —Cuando la miro de nuevo, ella
está mirando al suelo pateando su pie.
—Suena como que tienes muchas mujeres. —Ella me mira y me
da una sonrisa tímida.
Joder, sonaba como si dijera que tenía un barco lleno de mujeres
esperando.
—Oh, carajo, no, no estoy de acuerdo con una mierda como esa.
Tener una mujer es un maldito trabajo, si no estoy seguro de querer
asumir toda esa maldita responsabilidad, ni siquiera les dejo pensar
que tienen una oportunidad conmigo. Estoy libre y limpio.
—¿Qué pasa con tu ex-esposa? Dijiste que todavía está aquí. No
creo que sea prudente de tu parte mmm... —Ella mira a su alrededor
como si estuviera un poco incómoda—. Tal vez no debería pasar
nada con nosotros, si todavía estás yendo y viniendo con ella. —Sus
ojos atrapan los míos y se quedan clavados.
Me siento a su lado en la cama y tiro de ella para que se gire
ligeramente hacia mí.
—Celine, Monica no significa nada para mí. Ni siquiera la dejo
entrar a la casa club. Cuando estoy con alguien, soy completa y
jodidamente exclusivo. No me gusta compartir lo que me pertenece.
—¿No te gusta compartir? A mí tampoco. Es todo mío. —Sus
labios apenas se separan mientras me dice esas palabras
entrecortadas y sus ojos se enfocan de nuevo en mis labios.
—¿Y entonces, cariño? ¿Crees que estás jodidamente lista para
esa responsabilidad?—le pregunto manteniendo mi cara lo más
inexpresiva posible. Ella asiente con la cabeza, sí.
—Espero que te des cuenta de lo que estás diciendo. Traté de
dejarte en paz, porque te prometí que te mantendría a salvo. Se
supone que yo follando tus sesos no esté en ese plan. Yo embistiendo
en tu coño, mientras trata de ordeñarme, no se supone que sea para
lo que estás aquí. Soy celoso, posesivo y lo tomo cuando quiero que
algo sea todo mío. Así que asegúrate de que quieres eso.
Cuando ella gime y asiente con la cabeza de nuevo, sé que estoy
jodidamente perdido. No había querido a nadie así desde Monica.
Esa mierda había terminado mal y, como todo un tonto cliché,
prometí que ni siquiera querría volver a hacer esa mierda. Celine me
hace faltar a mi palabra. Ya confío en ella y nunca sentí que buscaba
algo más que mantenerse a salvo. Si ese es el precio que tengo que
pagar para estar con Celine, lo pagaría de inmediato.
 
Capítulo 18
Celine
 
—¿Estás ahí, Jam?
Giro la cabeza hacia un lado y empiezo a reír, acabábamos de
empezar a besarnos de nuevo y parece que el destino no quiere que
pasemos de la segunda base.
—¡Qué mierda! ¿Qué? —Jameson golpea con la mano la cama
junto a mi cabeza.
—Lo siento, Archer dice que se supone que debes volver a salir.
—Clay es el que habla a través de la puerta. De repente necesito
levantarme. Es el que más cerca estuvo del peligro, de la bomba.
Esos últimos minutos podrían haber acabado con su vida.
Aparto de un empujón a Jameson y me dirijo a la puerta. Cuando
la abro, Clay da un paso atrás, sobresaltado por el repentino
movimiento.
—Oye, ¿estás bien?
—Mmm, sí. —Clay trata de sonreír, pero la vena en el costado de
su cuello todavía late a un kilómetro por minuto.
—¿Estás seguro? Quiero decir que esa mierda fue intensa.
¿Jameson me dijo que hiciste ese tipo de cosas en el ejército? —No
quería entrometerme si él no quería que me entrometiera, pero
tampoco quería que tuviera que pensar solo en ese trauma si él
tampoco quería.
Jameson sale por la puerta agachándose para besarme el cuello
una vez antes de dejarnos a los dos en la entrada.
—Oye, nada de hombres en mi maldita habitación. ¿Entendido?
—dice, ligeramente vuelto en nuestra dirección.
Tiro del brazo de Clay y sonrío, pero Jameson no está jugando.
Honestamente, siento que si estuviera en la habitación a solas con
Clay en este momento, perdería la cabeza. Ni siquiera importa si es
alguien a quien conoce. Si vamos a tener una oportunidad de lo que
sea que esté pasando entre nosotros, él tendrá que bajar el tono de
esa mierda. Soy una mujer adulta si quiero estar en la misma puta
habitación que un hombre, lo haré. Soy una boxeadora por el amor
de Dios y la mayoría de las personas que conozco son hombres.
Pongo los ojos en blanco y suelto a Clay. Los ojos del joven
prospecto se mueven nerviosamente entre Jameson y yo. Cuando
Jameson sigue alejándose, Clay respira hondo, pero se asegura de
dar un paso atrás.
—No te preocupes por él, no va a hacer nada—le digo,
apoyándome en la puerta para que sepa que no vamos a entrar.
—Ok, no quiero que se enoje. Ellos ya lo tienen contra nosotros,
los prospectos, debido a todas las pequeñas cagadas, no sé si Mark lo
logrará.
—¿Qué? Por qué?
—Dejó que un hombre con una bomba atada al pecho entrara a la
casa club. Estaba de guardia, eso es algo que debería haber
detectado.
—Sí, pero la bomba fue moldeada a su cuerpo. ¿Cómo se suponía
que iba a saberlo?
—Espero que lo vean así. —Creo que nunca antes había visto a
alguien tan desesperado por ingresar a un club y fui a una escuela
secundaria donde había tres niveles de animadoras.
—¿Trabajaste mucho con bombas antes?
—Sí, por eso me llaman Clay. Me encargaban encontrar y
desmantelar cualquier mina o bomba que estuviera en el camino de
mi unidad. Es un trabajo rápido de una forma u otra. O lo hago o
estoy muerto. —Se encoge de hombros.
—Eso es una mierda. Lamento que hayas tenido que hacer eso
por mí. Estoy segura de que nunca querrás volver a ver otra bomba.
—¿Qué? —Me mira por un segundo como si estuviera tratando
de averiguar cómo decir lo que quiera decir a continuación—. Si
estás con Jameson, y parece que lo estás, entonces ahora eres una de
nosotras. Vería un millón de bombas al día si eso significara que
podría ser parte de esta familia y mantenerlos a salvo.
Mis cejas se levantan, el nivel de lealtad que tiene este grupo es
asombroso.
—Bueno, gracias de todos modos, y no le hagas caso a Jameson,
si quieres venir a hablar conmigo, siempre estaré aquí. —Le doy una
palmadita suave en el hombro. Asiente con la cabeza una vez antes
de darse la vuelta y caminar en la dirección opuesta. Me apoyo
contra la puerta por unos minutos más tratando de pensar en lo que
ha pasado en los últimos días. Mi vida había pasado de ser tranquila
y repetitiva a un completo caos. Sé que Jameson hará todo lo posible
para mantenerme a salvo, pero hay tantos elementos que están fuera
de su control. Tantas personas que pueden salir lastimada: él, su
club, sus familias, mi padre.
Todavía no he podido ponerme en contacto con mi padre. Creo
en mi corazón que todavía está vivo, pero las dudas y el pánico
comienzan a asaltarme. ¿Qué pasa si lo atraparon antes de que
pudiese salir de la ciudad? ¿Qué pasa si lo están lastimando para
que regrese con Thomas? René estaba dispuesto a enviar a uno de
los suyos aquí para que muriera, para tratar de sacarme para que
supiera que podría estar haciéndole eso o algo peor a mi padre.
Se escuchan pisadas en el extremo opuesto del pasillo y veo un
cuerpo que viene por la esquina.
—Celine, vamos, bebé. —Tink está de pie junto a la esquina y me
hace señas para que me acerque a ella.
—¿Que está pasando? —Me apresuro hacia la mujer que parece
enojada.
—Archer está a punto de comenzar a dar sus órdenes, parece que
vamos a entrar en un encierro.
—¿Encierro? ¿Qué diablos es eso?
—Dejaré que Archer te informe. —Tink asiente antes de tomarme
de la mano y dirigirnos al área principal. Todos los miembros están
allí, las mujeres e incluso algunas personas que no reconocí.
—¿Has podido contactar a tu padre, Celine?—me pregunta
Archer antes de que tenga tiempo de ubicarme por completo.
—No, su teléfono sigue sonando, pero aún no responde. Debería
pasar por la casa, tal vez lo perdió.
—Absolutamente no—dice Archer rápidamente descartando mi
idea.
Abro la boca para replicar, pero un fuerte tirón en mi mano hace
que me calle. Jameson está a mi lado y trata de señalar que ahora no
es el momento de dar pelea. Creo que nunca entenderé la política
que conlleva estar en un club de moteros.
—Encontramos evidencia que nos dice que había al menos otras
cuatro personas acampadas afuera. Las huellas tampoco son frescas,
lo que significa que René tiene gente observándonos. Sé que a todos
os gusta vuestra libertad, pero no me arriesgaré a que alguno de
vosotros sea lastimado o capturado, porque no estamos tan seguros
como deberíamos. Estoy llamando a un encierro.
Una oleada de gemidos e insultos proviene de la pequeña
multitud en la sala.
—¡Oíd! ¡Cerrad la puta boca! Vuestro presidente dio una maldita
orden, aguantáosla y aceptadla—grita Bones, haciendo restallar las
palabras y que todos detengan sus protestas.
—Lo entiendo, confiad en mí. No quiero quedarme atrapado
aquí, ni en ningún otro lugar, pero es mejor prevenir que curar.
Traed aquí a vuestras familias y a cualquiera que creáis que podría
ser un objetivo. Tenemos espacio más que suficiente y si no lo
tenemos, haremos lugar. Celine, sé que tu padre es primordial en
todo esto, pero una vez que ordene el confinamiento, no podrás salir.
Sigue intentándolo, por teléfono y por cualquier otra forma en la que
creas que podrías comunicarte con él. No quiero que te estreses por
él durante el confinamiento. —Asiente una vez hacia mí, pero luego
continúa hablando con el resto de los miembros parchados—. Si
necesitamos algo de afuera, tendremos respaldo en todo momento.
Si vais a la maldita tienda de la esquina a comprar una cerveza,
debéis tener al menos cuatro hijos de puta con vosotros. ¿Todos lo
entendieron?
—Sí.
—¿Qué pasa con René? No creo que vaya a retroceder. ¿Qué
vamos a hacer con él?—pregunta Yang.
—Solo vamos a tener que enseñarle algunos modales.
Preocupémonos por traer a todos nuestros seres queridos aquí
primero, luego podemos concentrarnos en un plan para acabar con
él. —Puede que Archer no sea el hombre más grande de la sala, ni el
más ruidoso, pero algo en su personalidad exige obediencia. Su aura
es dominante.
—Yang reúnelos, quiero que las puertas estén cerradas a las 8
p.m. esta noche.
Con eso, todos se dividieron en pequeños grupos para preparar
la casa club

para lo que se estaba convirtiendo en una fiesta de pijamas


realmente larga.
El club se movió rápido. Desde el momento en que Archer les
dijo a todos que llevaran a su gente adentro, las puertas no han
dejado de abrirse. Me quedé al teléfono tratando de comunicarme
con mi padre. Jameson todavía estaba en contra de que fuera allí en
persona para ver si estaba en la casa. Dijo que es el primer lugar
donde René enviaría a alguien a buscarme.
Me prometió que pasaría por ahí, solo para poder ver el lugar. Si
viera a mi padre, lo traería de vuelta con él.
—¿Tienes todo lo que necesitas, Celine? ¿Algo por lo que pueda
enviar a los prospectos a la tienda?—me pregunta Daria mientras
camina hacia mí con una bolsa de comestibles en los brazos.
—No, está bien. No tengo nada de dinero.
Ella pone los ojos en blanco, pero me sonríe dulcemente.
—No necesito tu dinero. Solo dime lo que necesitas y te lo
conseguiremos.
—Bueno, seguro que me vendría bien algo más de ropa. ¿Hay
una tienda general o algo así por aquí? Necesito algunos artículos de
tocador y esas cosas también.
—Oh, se me olvidó que básicamente viniste aquí con nada más
que ese vestido. —Daria deja caer la bolsa en una de las mesas cerca
de la cocina y vuelve a centrar su atención en mí.
—Sí, quiero decir que las cosas que me diste son geniales, pero no
quiero usar toda tu ropa, especialmente si parece que nos vamos a
quedar atrapados aquí por un tiempo. —Espero no haber herido sus
sentimientos ya que Daria es una de las mujeres más dulces que he
conocido. No quería que pensara que estaba siendo desagradecida.
—No, lo entiendo completamente. Necesitas tus cosas. Haré que
Clay salga corriendo y te compre lo que necesites. Dile tu talla y te
conseguirá lo que sea que tengan. —Recoge la bolsa de nuevo y se
dirige a la cocina.
Hasta ahora, tenemos aquí a una mujer llamada Capri, Sheeba,
Sade, un niño pequeño llamado Zoomer, una mujer mayor llamada
Lordes y otra mujer mayor llamada Delia, que me dicen que es la
dama Pirate o lo fue en algún momento. Todos familia de los Wings
of Diablo y ninguno de ellos parecía demasiado feliz de tener que
quedarse atrapado aquí.
Estoy lista para volver a mi habitación. Todos deben saber que
esto es por mi culpa. Es vergonzoso ser la razón detrás de todas estas
caras amargas.
El rugido de las motos suena desde algún lugar cercano afuera, el
ruido se vuelve más fuerte hasta que se detiene justo afuera de la
entrada principal. Miro expectante hacia la puerta y rezo para que
sean Jameson y mi padre. Cuando Clay abre la puerta y escucho
pesadas botas caminando por el umbral, contengo la respiración con
la esperanza de que mi padre esté con uno de ellos. Jameson entra y
cierra la puerta detrás de él. Agacho la cabeza y se siente como si
alguien me hubiera dado una patada en el estómago. Lágrimas, no
me di cuenta de que las estaba conteniendo, corrían por mi rostro.
Antes de toparme con estos tipos, mi padre era todo lo que tenía. Mi
madre había muerto cuando yo era joven. Él hizo todo lo que pudo
para asegurarse de que me criara correctamente a pesar de que él
mismo no era más que un niño cuando me tuvo. ¿Dónde está? Mi
padre nunca me abandonaría, sin importar lo que dijera René. El
hecho de que todavía no podamos encontrarlo después de tantos
días desde que me escapé, está empezando a parecer que tal vez
realmente esté muerto. ¿Maté a mi padre cuando me escapé?
Tomo una gran bocanada de aire y me giro hacia la habitación.
Entro corriendo y cierro la puerta detrás de mí. Nadie debería verme
así.
Camino de un lado a otro en el pequeño espacio. Por lo general,
esto funciona para calmar mi cerebro, pero ahora no hace nada más
que ponerme más nerviosa. Las lágrimas continúan corriendo por mi
rostro y siento que mis manos empiezan a temblar. Se siente como si
alguien tuviera su mano en mi estómago y me estuviera retorciendo
las tripas por dentro. Todo lo desconocido está destrozando mi
cerebro. Tener que hacer todo esto esperando a ver qué va a pasar
me está volviendo loca. Me retuerzo las manos mientras las
imágenes de las posibles posiciones o lugares en los que mi padre
podría estar muriendo comienzan a parpadear como un proyector
de películas en mi cabeza. Podría estar asustado, solo y dolorido.
—Oh Dios, oh Dios, oh Dios—murmuro una y otra vez
intentando que las imágenes se vayan. No puedo concentrarme en
eso, porque si lo hago, saldré corriendo de aquí ahora mismo y
regresaré directamente a René. Me entregaría a Thomas y luego me
cortaría el clítoris con una lima de uñas o algo así. Y lo haría, si eso
significaba que mi padre estaría a salvo.
Oigo a Jameson incluso antes de que llegue a la puerta. Hago
todo lo que puedo para recuperarme, pero cuanto más intento
calmarme, más lloro. Se siente como si estuviera a punto de
romperme en cualquier momento y no importa cuánto intente
mantenerme compuesta, puedo sentir que me desvanezco.
—Mierda. —Jameson me mira y mi dolor se refleja
instantáneamente en sus ojos de color whisky oscuro.
—¿Dónde está?—le pregunto. Sólo quiero que alguien me diga
dónde está—. Ya deberíamos haberlo encontrado, Jameson.
Él se acerca y me abraza con sus grandes brazos. La sensación de
él sosteniéndome parece romper el último hilo de calma que tengo y
lloro en su pecho.
—Shhh... No llores., cariño Por favor, no llores. —Su suave voz
ahora ronca por la desesperación.
—¿Dónde está mi padre? Necesito saberlo. Necesito saber si está
bien. —Le pido una respuesta que sé que no tiene.
Me tira ligeramente hacia atrás sosteniendo mi rostro entre sus
manos, con más delicadeza de lo que lo haría con un bebé recién
nacido.
—Vamos a encontrarlo, Celine. Te juro que lo haremos. Lo que
encontremos lo superaremos juntos. ¿Me escuchas? Estoy aquí. No
me voy a ningún lado. Estoy contigo. —No espera a que responda,
simplemente me atrae hacia su pecho y me deja llorar mientras su
gastado chaleco de cuero absorbe mi río de lágrimas.
Capítulo 19
Jameson
 
Celine no tarda mucho en recomponerse, pero verla derrumbarse
así era casi más de lo que podía soportar. En el instante en que abrí
la puerta, todas las ideas imaginables surgieron en mi mente como
una forma de hacer que su padre volviera con ella. Incluso cuando
estaba con Monica, nunca tuve la necesidad de proteger a alguien
tan completamente como lo hago con Celine. No quiero que vuelva a
llorar así nunca más.
Una vez que se calma, se dedica a ayudar a las damas y a otros
miembros de la familia con lo que necesitan. Ella y Tink cocinan un
poco. Clay, Mark y algunos otros miembros fueron a la calle para
comprar algo de ropa para ella, así que estaba feliz por eso. Nunca
había visto a alguien emocionarse tanto por unos leggins. Hago una
nota mental para darle un pequeño viaje de compras una vez que
salgamos del confinamiento. Ella debería tener cosas bonitas. Como
al club le estaba yendo bien en el negocio de las apuestas, en
realidad no estaba sufriendo por el dinero. Quiero decir, no podría
comprar una casa con dinero en efectivo, pero tenía suficiente dinero
ahorrado para que ella pudiera ir de compras y no preocuparse por
cómo afectará mi billetera.
—Me alegro de que la tengas—dice Archer a mi lado.
Me estremezco y tengo que calmar mi corazón antes de hablarle.
Incluso cuando estábamos desplegados juntos, este bastardo siempre
se me acercaba sigilosamente.
—¿Qué diablos se supone que significa eso?—le pregunto, pero
no me ofendo por lo que está diciendo. Archer ha sido mi amigo más
cercano desde que tuve la edad suficiente para unirme al ejército. Si
hay alguien que me conoce mejor que yo mismo es él.
—Ella te da un propósito.
Eso no era lo que esperaba escuchar. Vuelvo mis ojos hacia él,
queriendo ver su expresión. Está tranquilo, como siempre.
—¿Estás diciendo que no tenía un propósito antes? Me gusta
pensar que hice bien mi maldito trabajo. —Si él dice que no lo hice,
me ofendería con esa mierda.
—Por supuesto que lo hiciste. Seguiste todas las órdenes, fuiste
más allá, pero Celine te da una razón para luchar además de que
seamos familia. Presionas más, porque no quieres que ella se lastime.
No quieres le tenga miedo a cualquier cosa. Siempre debe haber al
menos una cosa en tu vida que te haga cuestionar una orden. Algo
que te obligue a hacer un balance de las decisiones que tomas y las
reacciones que causarán. Para mí es Daria, y para ti es Celine ahora.
Ella te ha dado un propósito. —Se encoge de hombros y se aleja
dejándome ahí tratando de interiorizar lo que acaba de decir. No hay
nada que se interponga entre este club y yo, pero tenía razón cuando
dijo que me estoy cuidando para tomar mejores decisiones. Quiero
volver con ella.
Froto mis manos por mi cara durante un segundo, antes de dejar
que lo que dijo Archer abandone mis pensamientos. No servía de
nada luchar contra eso ahora. La chica estaba metida profundamente
debajo de mi piel.
Por la noche, la casa club estaba básicamente a punto de estallar.
Trajimos a todos los que significaban algo para nosotros que estaban
lo suficientemente cerca para llegar. Incluso Pirate trajo a su dama.
Están distanciados por ahora, pero la forma en que él la mira me
deja saber que todavía siente amor por esa mujer. Aunque no puedo
decir que sea lo mismo para ella.
Daria y Tink organizaron una pequeña fiesta para calmar a todos,
incluso hay algunas zorras del club que han estado con nosotros
desde el principio a las que Archer permite quedarse. Van a estar
jugando a la novia de aquellos que no tienen damas mientras todos
estamos encerrados. Toma un poco de tiempo, pero finalmente
Celine sale de su caparazón y se adapta a su ritmo cuando se trata de
todas las personas nuevas. Se ríe y bebe con ellos, escucha
atentamente mientras le cuentan historias sobre sus hombres o
miembros de la familia que la hacen echar la cabeza hacia atrás con
alegría. De vez en cuando, me busca, sus ojos escaneando la
habitación rápidamente. A veces con pereza y otras con pánico, pero
cada vez que me encuentra la misma mirada de adoración y lujuria
se apodera de sus facciones. Seguro que puedo acostumbrarme a
esto.
A medianoche, la pequeña fiesta que estaba teniendo lugar está
llegando a su fin y Celine se vuelve más audaz por segundos. Me
siento en el bar con Yang y Shyne, solo observamos a la multitud en
nuestra casa club.
—Hombre, desearía haberla encontrado en el río y tal vez ella
estaría caminando hacia mí así. —Miro a Shyne, que mira hacia un
lado de la habitación. Me giro en mi silla para poder ver de qué está
hablando.
Celine camina lentamente hacia mí, con los ojos ligeramente
entornados y un vaso medio vacío apretado entre los dedos. Me
mira. Cuando se da cuenta de que tiene mi atención, se muerde el
labio inferior y usa su mano libre para peinar su largo y espeso
cabello castaño claro hacia un lado para que cuelgue sobre su
hombro.
—¿Estás seguro que la quieres, a esa?—dice Shyne detrás de mí.
Me giro y lo miro desde arriba.
—Solo voy a decir esta mierda una vez y si alguna vez escucho
algo jodidamente diferente, te arrancaré los malditos ojos del cráneo,
Celine es mía. Mantente alejado de ella. —Tanto Shyne como Yang
retrocedieron sorprendidos y levantaron las manos como si acabara
de blandir un arma.
—Maldición hermano, solo estábamos metiéndonos contigo. —
Shyne es el primero de los dos en bajar las manos.
—Sí, no estoy jugando con ésta, no jodáis. —Vuelvo los ojos a
Celine, que ahora está de pie junto a mí.
—¿Vas a amenazar a todos los que me miran? —Deja el vaso
sobre el mostrador y envuelve sus brazos alrededor de mi cuello
para jugar con los mechones en la base de mi cráneo. La sensación
dispara escalofríos por mi espina dorsal.
—No a todos.
—Jameson, sabes que esto no va a funcionar si no confías en mí,
¿verdad? Quiero decir que eres consciente de que no te voy a
engañar.
Este no es el momento para tener esta conversación. Creo que ella
cree que nunca me engañará al igual que yo creía que Monica nunca
me engañaría, pero la mierda cambia. Puede que no sea capaz de
controlarla tan completamente como quisiera, pero me aseguraré de
que todos a mi alrededor sepan que es mía. Si intentan algo después
de eso, no tendré un maldito arrepentimiento en el mundo cuando
golpee sus caras. Mi reclamo sobre ella es su única advertencia.
—Lo entiendo, cariño, pero estos bastardos no tienen ningún tipo
de clase. Si no les hubiera hecho saber, te habrían presionado.
Shyne asiente con la cabeza y toma un trago de cerveza. Él sabe
que no estoy hablando más que de hechos, el hombre es un maldito
perro cachondo. Me río y ella se acerca más a mí. Cuando me vuelvo
en su dirección, deja un suave beso en mis labios. Todo a mi
alrededor simplemente se desvanece y si ella no retrocediera en ese
momento exacto, le habría arrancado la ropa allí mismo.
—Me voy a ir a la cama, ¿vas a venir a acostarte conmigo,
¿verdad? Cuando hayas terminado, no hay prisa.
La acerco para darle otro beso, simplemente no puedo tener
suficiente de ella.
—Sí, allí estaré.
Cuando exhala, me doy cuenta de que estaba nerviosa por
preguntarme eso. No es que entendiera por qué, podría pedirme que
fuera con ella ahora mismo y saldría disparado de la silla. Ella no
debe entender realmente el control que tiene sobre mí. Demonios, ni
siquiera yo lo entiendo.
q y
La observo mientras se aleja y entra en la habitación. Me siento
con los muchachos durante unos minutos más, pero en su mayor
parte todos ya se han ido a la cama. Los pensamientos de Celine
acostada en mi cama esperando que vaya a tomarla me mantienen al
borde del asiento. No quiero parecer un maldito desesperado, pero
no quiero aguantar más. Quiero ir a estar con mi mujer.
—Muy bien, muchachos, me voy por esta noche. ¿Quién está
vigilando la puerta?
—Es Mark esta noche. Me preguntaba cuándo ibas a sacar la
cabeza de tu culo—dice Yang dijo mientras se levanta del taburete
también.
—¿Qué carajo? ¿Qué significa eso?
—Hermano, ella no vino aquí para decirte que se iba a dormir.
Esa mujer estaba tratando de que la siguieras. Probablemente ya
comenzó sin ti.
—¿Qué... qué está pasando? ¿Comenzó? ¿Puedo mirar? —Shyne,
que se había quedado dormido con la cabeza apoyada en la barra, se
despertó al oír eso.
—¿En serio?—le pregunto a Yang. Es posible. Es por eso que le
dije que no jugaba malditos juegos. Ha pasado demasiado tiempo
desde que tuve que descifrar indicios y pistas de una mujer. Solo
quiero saber las respuestas—. Mierda. —Me apresuro en dirección a
mi habitación, pero estoy un poco decepcionado de ver que ella está
a salvo bajo las sábanas, con ambas manos visibles. Aquí no ha
empezado ninguna fiesta.
—¿Vas a quedarte allí toda la noche mirándome fijamente o vas a
venir a acostarte? —Celine se da la vuelta y sus ojos recorren mi
cuerpo mientras se muerde el labio inferior.
—¿Querías que viniera antes? —Me tomo mi tiempo mientras me
quito el chaleco y lo cuelgo en el perchero sobre la puerta. Me quito
los zapatos y me saco la camiseta por la cabeza. Me quedo solo con
los vaqueros, ella todavía no me ha respondido.
—Celine, te pregunté algo, cariño. ¿Querías que viniera aquí
contigo cuando me dijiste que te ibas a dormir?
—Sí, quiero decir no. No me iba a enojar si no querías. Ya eres
mayor, tus deseos no siempre van a ser los mismos que los míos. —
Sus mejillas se sonrojan, pero no se aparta.
—¿Qué te dije sobre los juegos?
—No estoy jugando a ningún juego. —Tira las sábanas y se
levanta de la cama. Lleva una de mis camisetas. Estaba seguro de
que los prospectos le habían conseguido algo de ropa de noche.
Basado en las bolsas y bolsas de mierda con las que entraron,
pensaba que sí. Aunque no me quejo. La camiseta es grande, pero no
le queda muy larga. Se detiene justo en la parte superior de sus
muslos, elevándose aún más en la espalda. Mi polla cobra vida y
rápidamente se pone firme.
—Celine, si me quieres en la cama, solo dilo. No entiendo bien las
indirectas. Nunca lo he hecho. Sé que no eres jodidamente tímida,
así que di lo que piensas en todas las cosas cuando se trata de
nosotros.
—No debería tener que decirte cómo hacer esto. —Cruza los
brazos sobre el pecho y ladea las caderas, siempre lista para pelear.
—Sí, joder, tendrás que hacerlo. Si quieres algo de mí, tendrás
que pedírmelo o puede que nunca lo tengas. —Me encojo de
hombros y espero a que me diga que me acueste con ella.
Ella deja caer las manos a los costados, mira el bulto en mis
pantalones y traga con fuerza antes de volver a mirar hacia arriba.
—Jameson, hazme sentir como lo hiciste antes. Bésame. Tócame.
—Su voz es suave e inestable. Una mirada suplicante está grabada
en su rostro y sus manos tiemblan ligeramente. Esta nerviosa.
Cierro la distancia entre nosotros antes de inclinar su barbilla
hacia arriba, presionar mis labios contra los suyos y dejar que las
chispas exploten en cada uno de mis nervios. Me pregunto si alguna
vez dejaré de sentirme así. Succiono sus labios, apenas tocándolos,
tratando de memorizar cada suave capa de ellos. Se pone de
p p
puntillas y trata de profundizar el beso, trata de hacerse cargo.
Agarro su cabello y tiro de él hacia atrás para que esté en la posición
en la que estaba antes. Yo no había jodidamente terminado.
—Jameson—gime cuando se da cuenta de que no la voy a soltar
—. Por favor, no sé cómo…—Sus palabras se interrumpen y gime
más fuerte mientras dejo caer mi cabeza sobre su cuello y deposito
un camino de besos desde allí hasta su oreja.
—Tú pediste esto y te lo voy a dar—le gruño en el oído mientras
la levanto para que sus piernas se envuelvan alrededor de mi
cintura.
—¿Esto realmente va a suceder esta vez? —Ella se ríe, más
nerviosa, pero levanta el rostro para pasar sus labios por los míos.
—¿Quieres que suceda esta vez?
—Sí, Dios sí.
El mundo podría haber estallado en ese momento, porque nada
más me importa ahora que tengo su consentimiento. Ella me desea y
voy a darle todo de mí. La dejo caer sobre la cama y me apresuro a
quitarle la camiseta. Chupo y muerdo su cuello y pecho mientras
lucho por desabrocharme los pantalones. Me estoy moviendo
demasiado rápido ahora, lo sé, pero estoy tan necesitado como ella.
Mi control se rompió en el segundo en que ella estuvo debajo de mí.
Debería estar adorándola, pero no puedo concentrarme en eso ahora.
Una necesidad animal más profunda me consume y todo en lo que
puedo pensar es en vaciar mi bolas dentro de ella.
Me quito los pantalones y los tiro al otro lado de la habitación.
Envuelvo un brazo detrás de su espalda y tiro bruscamente de ella
sobre la cama para poder hacer un poco de espacio para mí.
—Oh Dios, Jameson. Quiero... No quiero esperar más. —Ella me
toca y puedo sentir la fuerza de sus tirones, pero también puedo ver
la forma en que su cuerpo está temblando.
—Estoy aquí para ti, cariño. Solo relájate. Te voy a dar más de lo
que puedes manejar. —Le sonrío y me quito los bóxers. Mi polla está
dura y una gota de líquido preseminal gotea de la punta.
y g q p g p
Su rostro se pone aún más rojo que hace unos segundos. No
esperaba esta reacción. Por lo general, a las damas les encanta el
tamaño de mi polla y estoy acostumbrado a un poco de emoción,
pero ella parece asustada.
—¿Quieres que me detenga? Tienes que hablar conmigo, Celine.
—Empujo su cabeza hacia arriba para que me mire y no observe mi
polla con los ojos muy abiertos.
—No, no, no te detengas. Quiero hacerlo. Eres tan grande. No sé
...—No termina la frase, pero me agarra y trata de tirarme hacia
abajo de nuevo.
—Voy a encajar—suelto tratando de responder a su pregunta no
formulada—. Maldición te prometo que voy a meter las bolas dentro
de ti. Quiero que sientas cada centímetro de mí dentro de tu coño.
Ella gime y sus piernas se aprietan más a mi alrededor.
—Ahora, por favor, solo hazlo. —Ella jadea salvajemente y usa
una de sus manos libres para tirar de mí hacia abajo. Nuestras bocas
chocan cuando la intensa necesidad de follar nos supera a los dos.
Ella levanta las caderas y su entrada cálida y resbaladiza apenas
roza la punta de mi polla.
—¡Joder, hijo de puta!—gruño y mis caderas se mueven
ligeramente hacia abajo involuntariamente. Esto se siente como una
lucha por la supervivencia, mi cuerpo está haciendo lo que necesita
para aliviar la tensión.
—Oh, por favor. —Parece que ella podría gritar. Desesperada y
en agonía, trata de forzarme dentro de ella nuevamente. Esta vez
reúno el poco ingenio que me queda y deslizo mi mano entre
nosotros. Mis dedos encuentran su protuberancia apretada y la froto
rápidamente, usando los jugos resbaladizos que cubren su coño para
lubricar mis movimientos.
—Oh, oh, mierda —Ella se inclina y trata de besarme, pero
después de los dos primeros besos, toma aire y solo presiona su
frente contra la mía—. Me voy a correr, me voy a correr—murmura
y sus ojos se cierran de golpe.
y j g p
—Joder, sí, córrete para mí. —Está tan jodidamente mojada en
este momento que estoy seguro de que está empapando las sábanas.
Sus ojos se abren ampliamente cuando sus piernas se aprietan
con fuerza en mi cintura.
—Oh... Siiiiiiiiiiii…
—¿Estás limpia, cariño?—le pregunto, sé que debo esperar. Estoy
siendo tan jodidamente egoísta en este momento, pero no puedo
evitarlo.
—¿Mmm?— pregunta con su cuerpo todavía temblando tanto
por los nervios como por el orgasmo que acaba de tener.
—Te voy a follar sin condón, necesito saber... —Un gruñido
profundo se asienta en mi garganta mientras mis caderas bajan una
vez más por su cuenta y básicamente puedo sentir su calor dándome
la bienvenida.
—Nunca, nunca, nunca... Confío en ti. Sí, confío en ti. —Ella tira
de mí de nuevo, claramente un orgasmo no fue suficiente para
saciarla. Ella confía en mí y aunque nunca me había convencido
tanto de alguien tan rápido, sé que yo también confío en ella. Sin
condiciones.
Me siento mentalmente libre, no hay necesidad de contenerse.
Deslizo mi polla por su coño una vez para empaparme con su
orgasmo y me hundo en ella.
—¡Ayyy!—grita cuando entro en ella.
—¡Joder!—ladro en el mismo instante. Dejo caer la cabeza en su
cuello para que mi rostro quede oculto a su mirada. No quiero que
me vea desmoronándome como un debilucho. Ella está tan
jodidamente apretada, casi dolorosamente apretada, no voy a durar
más que unas pocas estocadas. No creo que haya estado nunca en un
coño tan apretado. Quiero vivir y morir aquí.
—Eres jodidamente perfecta, Celine—gimo en su oído mientras
continúo penetrando en ella asegurándome de llegar lo más
profundo posible y follándola lo más fuerte que pueda. La beso en el
cuello, pero solo entonces me doy cuenta de que no está
respondiendo a nada de lo que estoy haciendo. De hecho, sus manos
se han aferrado a las sábanas debajo de nosotros y ya casi no gime.
Ha pasado un tiempo, pero no pensé que había perdido todo mi
maldito encanto.
—¿Cariño? —Levanto la cabeza y veo que ella está más que
incómoda, la mujer está dolorida. Sus ojos están fuertemente
cerrados y sus labios presionados en una delgada línea. Joder,
realmente la estoy lastimando. Sé que hay algunos tipos a los que les
gusta eso, pero no soy uno de ellos. Quiero verla luchando con lo
mucho que está disfrutando de mi polla, no luchando con el dolor.
—¡Celine! ¿Estás bien? Lamento haberme detenido.
—No, continúa, estoy bien—dice con los dientes apretados, pero
todavía no ha abierto los ojos.
—Abre los ojos.
—Jameson, por favor, continúa. Estoy bien—repite y toma una
respiración profunda.
—¡Abre tus malditos ojos!—rujo. Esta mierda no va como había
pensado que iba a ir. Mi polla todavía está enterrada profundamente
dentro de ella, pero puedo sentir que empieza a ablandarse.
Ella exhala bruscamente y abre los ojos lentamente, luego
parpadea rápidamente tratando de volver a enfocar su visión.
Sus ojos se lanzan sobre mi hombro. El rubor que colorea su
rostro desaparece cuando comienza a gritar y me empuja
alejándome. Giro un poco la cabeza y lo primero que veo es el metal
plateado brillante de un arma.
 
Capítulo 20
Jameson
 
—¡Qué carajo!
El mundo vuelve a mí en un instante. Salgo de Celine y ella se
desliza hacia atrás. Tengo que protegerla. No puedo perderla. No
puedo.
Rabia, pura ira blanca y caliente estalla dentro de mí cuando
vislumbro quién diablos me está apuntando con un arma.
Esta perra.
—¡Maldita rompe hogares! Esa fue la peor mierda que he visto en
mi vida. ¿Me cambiaste por esa mierda? ¡No puedes tirarme a la
basura así, Jam!—le grita Monica a Celine, que está presionada
contra la cabecera con el borde de las sábanas levantado sobre su
cuerpo desnudo.
—¿Estás totalmente loca de atar? —Mi rugido es lo
suficientemente fuerte como para sacudir las malditas ventanas.
—No me grites, Jam. Debería jodidamente matarla por lo que me
estás haciendo. ¡Me dijiste que me amabas, Jameson!—se queja
Monica y da un pisotón.
Puedo desarmarla. No tengo ningún problema en hacerlo, pero el
arma que sostiene es mía y sé que está cargada. No quiero
abalanzarme sobre ella y hacer que se dispare. Podría lastimar a
Celine.
—Baja la maldita pistola, Monica—le digo claramente.
—¡No! No lo haré... La odio. Ni siquiera puede follarte como yo.
Eres mío, Jam. La cagué y lo siento. ¿Hasta cuándo vas a seguir
castigándome?—chilla y vuelve a centrar su atención en Celine—.
¡Maldita puta zorra del club, aléjate de mi hombre!
—Si hubiera sabido que él era tu maldito hombre, no estaría aquí
—le ladra Celine.
—Perra, ¿con quién diablos crees que estás hablando? Te haré un
jodido agujero en el pecho. Mi hombre me cubre la espalda, nunca
encontrarán tu cuerpo.
Siento que mi cabeza da vueltas como la del puto exorcista. ¿De
qué hombre está hablando?
—Te estoy hablando a ti, perra. La única razón por la que no saco
a patadas tu culo del club en este momento es porque me estás
apuntando con esa pistola. Deja esa mierda y ven a probarme. —
Celine la mira fijamente—. Es mi culpa por follarme a tu hombre, él
me atrapó.
—¿De qué mierda estás hablando? Sabes jodidamente muy bien
que no estoy con ella. —Finalmente soy capaz de hablar.
—Ella tiene un arma apuntándome. Parece que todavía estáis
tratando de arreglar vuestra mierda, Jameson. —Sus palabras gotean
con ácido mientras pone los ojos en blanco y aparta la mirada de mí.
—Oh, pero qué carajo, ¿quién dejó entrar a esta perra aquí? —
Pirate está parado en mi puerta con sus pantalones de chándal
puestos y nada más.
Monica gira la cabeza ante el sonido de su voz y esa es la única
apertura que necesito. Salto de la cama y empujo el arma por encima
de su cabeza. Agarro su rostro y lo aprieto con fuerza.
—¡Suéltala malditamente ahora! —Mi voz resuena en la
habitación y ella se encoge un poco, pero inmediatamente suelta el
arma. Dejo el arma de nuevo en la mesa auxiliar donde siempre la
dejo.
No puedo creer que me hubiese ido tanto que no la escuché
entrar. Si fuera más una perra loca, Celine o yo estaríamos muertos.
—No es de extrañar que te hayas perdido con esta perra, ¿en qué
tipo de mierda pervertida estás metido? —Monica se ríe antes de
sollozar y secarse más lágrimas de la cara.
—¿Qué? —Me giro para mirarla.
—Esta perra te dejó cortarla, ¿eso es lo que te gusta? ¿Ahora
quieres ver sangre? —Ella entrecierra los ojos antes de dejar que
recorran mi cuerpo desnudo.
¿Sangre? ¿Qué sangre?
—Oh, mierda—dice Pirate con los ojos muy abiertos antes de
darse la vuelta y alejarse—. Voy a buscar a Daria—grita.
Me miro.
—¡Qué carajo! —Mi polla, mi bajo abdomen e incluso la parte
superior de mis muslos están pegajosos con manchas de sangre.
Miro la cama y hay dos gotas de sangre roja brillante del tamaño de
medio dólar. Rápidamente me agarro y descubro que la sangre no es
mía.
Celine.
Oh Dios, ¿qué carajo hice?
—¡Oh, mierda, Celine! Estás herida. Mierda. —Cargo hacia la
cama y trato de llegar a ella. Fui demasiado jodidamente rudo. Está
sangrando internamente. Mierda.
—¡No! —Ella salta de la cama antes de que pueda tocarla y puedo
ver que hay una pequeña gota de sangre rodando por su pierna—.
No me toques, estoy bien. —Ella me mira.
¿Cómo diablos puede decir que está bien? De acuerdo, no parece
que tenga mucho dolor, pero hay sangre.
—Oh, perra astuta. —Monica carga de nuevo y tengo que
girarme para atraparla antes de que llegue a Celine—. ¡Realmente
pensaste que, si lo dejabas desvirgarte, serías más que una zorra de
dos dólares!
Oh.
Mierda.
No.
La espada cae en mi cabeza y vuelvo a reproducir todo lo que
había sucedido. Estaba tan apretada, su nerviosismo, la
incertidumbre. Celine era virgen y la acababa de follar como un
maldito salvaje.
—¡Cierra la puta boca, Mónica! —La sacudo con fuerza casi
deseando que su cabeza se desprenda de los hombros.
—A la mierda esto. —Celine se envuelve en la sábana y camina
alrededor de los dos.
—¿A dónde diablos vas? —Me giro para tratar de atraparla, pero
no puedo soltar a Monica.
—Este no es el drama para el que me inscribí. Quédate con tu
mujer. Ya no tienes que preocuparte por mí—escupe ella antes de
salir corriendo y entrar en su habitación.
—¡Hijo de puta!—grito a todo pulmón y veo la cabeza de Daria
entrar violentamente en mi habitación, sus ojos de cierva muy
abiertos y escrutadores.
—¡No dejes que se vaya! Me escuchas, Daria. No la dejes ir. —
Unos segundos después de dar esa orden, veo a Celine caminando
completamente vestida con una bolsa al hombro.
—¡Espera, Celine! No entiendes. Solo dale un segundo. —Daria
corre detrás de ella.
—Mira, ahora estamos a mano, ok. Finalmente podemos superar
esto. —Monica deja de retorcerse en mis brazos y trata de envolver
sus brazos alrededor de mi cuello. Agarro su mano y la doblo hacia
atrás—. ¡Ay, Jam, me estás lastimando! —Un conjunto de lágrimas
brota de sus ojos. Quiero arrancarle la maldita mano. Quiero agarrar
la parte posterior de su cabeza y golpearla a través de la pared de
acero y madera de la casa club. Probablemente arruinó la única
oportunidad que tenía de estar con alguien que realmente me
importaba y ella estaba hablando de cómo finalmente podríamos
dejar atrás su jodida situación.
—Es una mujer, Jameson. Sé que es una perra, pero sigue siendo
una mujer. —Yang está parado en mi puerta, debe ver lo cerca que
j g p p q
estoy de darle una paliza.
Dejo ir su mano y rápidamente ella la acuna contra su pecho.
—Vete a la mierda. —Mi voz es baja, pero sé que me escuchó.
—James, solo déjame...
—¡Ahora! ¡Aléjate de mí ahora!—rujo, mi pecho sube y baja con
las respiraciones profundas que me obligo a tomar.
—Vamos, Mónica. —Yang da un paso al frente y tira del brazo de
Monica. Se acerca a mí y tengo que contenerme para no darle una
palmada en la mano.
Una vez que ella está fuera de la habitación, camino de un lado a
otro y empujo mis manos en mi cabello. Tiro de los mechones con
fuerza para tratar de hacerme cargo de lo que acaba de pasar.
¿Celine era virgen? ¿Cómo diablos es eso posible y por qué no me
lo dijo? ¿Cómo diablos entró Monica aquí? Soy un asesino y estoy
cabreado, pero sobre todo estoy jodidamente asustado. Celine
podría decidir ahora mismo que no quiere tener nada que ver
conmigo y no podré culparla. No solo arruiné su primera vez, sino
que su primera experiencia sexual fue traumatizante con una puta
pistola en la cabeza. No tenía idea de cómo diablos iba a arreglar
esto o si ella me iba a dejar.
Ya no tengo tiempo para pensar en eso. Tengo que hacer unos
movimientos. Me apresuro al baño y me limpio rápidamente antes
de agarrar unos pantalones deportivos y una Henley para vestirme.
Meto los pies en las zapatillas y salgo de mi habitación. La puerta se
abre de golpe con tanta fuerza que una de las bisagras salta.
—¡Aléjate jodidamente de mí! ¡Quieres que te noquee de nuevo!
—Celine se retuerce y patea mientras Pirate la tiene en un abrazo de
oso.
—Celine, por favor, deja que él ponga esto bajo control antes de
irte. —Daria todavía está ahí tratando de que la escuche.
—Ella no irá a ninguna parte—les espeto a los tres.
Celine deja de luchar contra Pirate y sus ojos se oscurecen con
furia mientras me mira.
—¿Quién carajo te crees que eres? ¿Dónde diablos saliste
pensando que puedes decirme algo?
—Sé quién diablos soy, y sé quién diablos eres tú. Mi mujer.
Tengo cosas que manejar con este coño de aquí—señalo con el
pulgar en dirección a la puerta—. Cuando ella se haya ido, qué será
muy pronto, me vas a explicar por qué carajos no me dijiste una
importante mierda. Te dije que no juego malditos juegos y te dije que
te aseguraras de que realmente querías ser mía. Lo hiciste, no puedes
simplemente irte a la puta mierda. Esto no ha terminado. ¿Quieres
enojarte? ¿Quieres pelear? Puedo soportarlo, todo eso. Podemos
hacer toda esa mierda, pero lo harás en mi maldita habitación. Ahora
déjate de tonterías y ve a dejar tus maletas.
Con cada palabra que salía de mi boca, sus ojos y su boca se
abrían más y más. Hasta que se quedó allí boquiabierta como un
pez, buscando algo que decir que contrarrestara mi audacia. Ella se
echa a reír con incredulidad y vuelve a negar con la cabeza
completamente desconcertada. Me aseguré de no dejar de mirarla a
los ojos. No podía mostrar ninguna debilidad en este momento o ella
se abalanzaría sobre toda esta mierda. La conozco demasiado bien.
Si siente que tiene la sartén por el mango, seguirá presionando.
—No me quedaré, pero esperaré hasta que se vaya. —Ella me
mira fijamente y luego simplemente regresa a mi habitación,
cerrando la puerta rota lo mejor que puede.
Casi agradezco al Señor en voz alta cuando no intenta escapar.
Dirijo mi atención hacia la puerta, todavía puedo escuchar a Monica
actuando afuera.
Sin embargo, hay alguien más por ahí, a quien quiero darle una
paliza. Por suerte para mí, es un hombre y un prospecto. Por fin
alguien a quien puedo ponerle las manos encima.
Me apresuro hacia la puerta y antes de que pueda moverse, tengo
a Mark agarrado de su chaleco de prospecto subido contra la puerta.
—No eres más que un buen pedazo de mierda. —Lo golpeo con
fuerza contra la puerta y las pocas fotos que cuelgan cerca
traquetean con la fuerza.
—¿Qué hice, Jameson?
—Sigue actuando como un estúpido, sabes exactamente lo que
hiciste—le gruño antes de bajarlo, pero no me alejo de su cara.
Quiero que diga algo irrespetuoso para poder tirar su culo por la
maldita ventana.
—No lo sé. No me dormí, me quedé en mi puesto. No sé lo que
hice. —Mark adoptó la postura aprendida con sangre, los pies
separados a la altura de los hombros, las manos detrás, la espalda y
el cuello rectos, los ojos desviados por encima de mi hombro: el puto
perfecto soldado.
—¿Por qué carajo la dejaste entrar?
Sus ojos se disparan hacia mí.
—Me dijisteis que lo hiciera. Me dijisteis que dejara entrar a toda
la familia. Te casaste con ella, ¿verdad? Ella todavía es parte de tu
familia. —Mark me mira un segundo más antes de desviar la mirada
hacia la pared detrás de mí.
—¿Estás llamando a votar por esto?—pregunta Archer. Todos
están fuera de sus habitaciones ahora con toda la puta conmoción.
Archer quiere saber si voy a votar que Mark no continúe con su
mandato como prospecto.
Eso sería fácil. Todo lo que tendría que hacer es decir que sí y
Mark estaría en el camino. No lo haré. Él no está equivocado. Puede
que ella esté jodida de la cabeza, pero sigue siendo parte de mi
familia. Una parte que deseaba poder enterrar profundamente en la
tierra donde nadie la encontrara, jamás, pero aun así es una maldita
parte de ella.
—Nah. —Retrocedo un poco y Mark descansa de su postura
tensa—. Para que conste—levanto la voz lo suficientemente alto para
que todos en la casa club me escuchen—, Monica no debe poner un
pie dentro de estas paredes sin mi consentimiento explícito o debido
p p p
a terribles circunstancias e incluso entonces, ella no se mueve más
allá de la barra. ¿Entendieron? —
Me vuelvo hacia Mark y él asiente con la cabeza. No espero a que
nadie más responda ya que todos conocen el trato, al menos ahora lo
conocen. Empujo a Mark y salgo para ver que Monica todavía está
allí, caminando de un lado a otro y maldiciendo.
—Te lo voy a decir por última vez. —No espero a que se dé
cuenta de que estoy allí con ella antes de entrar—. No estamos
juntos, no eres mi mujer. No te quiero y no te quiero de vuelta en
ningún momento en el futuro.
—¿Cómo puedes ser tan cruel, Jam? No lo dices en serio.
—¿Qué carajos tengo que decir, Monica? ¿Qué tengo que hacer
para que se te meta en la puta cabeza? No te quiero. De hecho, no
soporto mirarte. Trato contigo porque tenemos historia. Pero incluso
esa mierda está empezando a agotarse.
—¿Qué tiene ella que yo no tenga?
—Moral, temple, las piernas cerradas. —Recito la lista de
inmediato.
—Nunca me vas a perdonar, ¿no es cierto? —Ella deja caer la
cabeza. Aunque sé que todo puede ser una jugada para que admita
que tengo sentimientos fantasmales por ella, parece que realmente
está sufriendo.
—Ya te perdoné, Monica. Estás perdonada. Partes de mí ni
siquiera te culpan por cómo pasó la mierda, pero no confío en ti.
Nunca voy a confiar en ti. Tienes que aceptar esa mierda y seguir
adelante. Aprende de nuestros errores y encuentra a otro hombre
que te dé lo que necesitas. No soy yo. Te prometo que no lo soy.
Cuando una mirada en blanco cruza su rostro, tengo la esperanza
de que su diatriba esté casi terminada.
—¿Estás enamorado de ella?
—Estoy llegando a eso—digo sin dudarlo. No ha sido más que un
torbellino desde que conocí a Celine. Sin embargo, si de algo estoy
seguro es de que quiero estar con ella.
—Espero que ella pueda manejarte. —Monica vuelve a sollozar y
se abraza a sí misma.
—Yo también lo espero. —Pongo los ojos en blanco y tiro de ella
para abrazarla, pero me aseguro de que no tenga la oportunidad de
abrazarme. Puede que sea una buena mujer, pero no es mi mujer.
—Me voy a ir. No creo que pueda quedarme en el mismo espacio
que vosotros dos—murmura contra mi pecho.
—¿Dónde irás?
—Arriba, estaba pensando en Maine. Intentaré empezar de
nuevo.
—¿Que necesitas?
—A ti. —Ella levanta sus ojos hacia mí, todavía esperanzada.
—No va a pasar, Monica. —Pongo los ojos en blanco y me alejo
de ella.
—Si, lo entiendo. —Ella deja escapar un suspiro—. Tienes
algunos dólares que puedas prestarme. Te los devolveré cuando me
instale.
¿Dinero? Esa mierda, podría hacerlo.
—Espera. —Me alejo de ella y me acerco a la puerta. Mark la abre
de inmediato, listo para hacer lo que necesite.
—¿Sí, Jameson?
—Ve a buscar mi bolso de emergencia de Archer. Él sabe lo que
es. Tráemelo rápido. —Cuanto más tiempo estoy aquí con Monica,
más tiempo tiene Celine para encontrar la manera de dejarme.
Mark se marcha y un minuto después regresa con un recipiente
de plástico del tamaño de una caja de zapatos.
Dentro está mi pasaporte junto con dos falsificaciones, una
pistola, las llaves de una moto que tengo escondida y dinero en
efectivo, veinte mil dólares para ser exactos. Tomo la mitad y se la
doy. Diez mil no es nada si la mantiene a salvo y alejada de mí.
y y j
—Espera, esto es demasiado. —Ella sonríe ampliamente, pero
trata de devolverme un poco.
—Tómalo todo, Monica. Si hablas en serio sobre toda la mierda
que acabas de decir, entonces lo necesitarás. Lo recuperaré.
—Gracias, Jam. —Ella toma el dinero y se dirige hacia su coche—.
¿Puedo ofrecerte un consejo?
—No. —Niego con la cabeza, no tiene derecho a soltar sus
pensamientos sobre Celine y sabía que era a donde iba.
—Sigo siendo una mujer, Jameson.
—Bien, ¿qué?
—Bueno, su primera vez probablemente será la peor que jamás
haya tenido, así que asegúrate de mostrarle lo mejor. No borrarás su
primera vez, pero puedes compensarla cada vez. Buena suerte. —
Ella me sonríe antes de abrir la puerta del coche y entrar. Apenas
espero hasta que sale del pequeño camino de entrada antes de volver
corriendo adentro.
Empujo mi caja de emergencia de regreso a los brazos de Mark.
—Devuélvele esto a Archer y no dejes que nadie entre en mi
maldita habitación.
Una vez más, no espero una respuesta. Tengo una mujer con la
que pelear y no puedo jodidamente esperar.
Capítulo 21
Celine
 
No puedo creer que me haya dejado atrapar tanto en todo lo que
está sucediendo. Es por eso que nunca tuve sexo antes. No tengo
tiempo para esta mierda y no quiero lidiar con eso. Solo quiero
encontrar a mi padre, alejarme de Thomas y vivir mi vida en paz.
Exhalo con fuerza y dejo que mi cabeza caiga hacia atrás. Camino
de un lado a otro en la habitación, mi rodilla todavía me duele un
poco por la otra noche. A pesar de eso, es el dolor en la parte
superior de mis muslos lo que me hace moverme lentamente.
No sé por qué no le dije. No pensé que sería gran cosa y,
sinceramente, ahora que he experimentado el sexo, no entiendo de
qué se trata toda esa locura. La anticipación superó con creces el acto
real y éste fue doloroso.
Tengo una buena mente para nunca volver a hacerlo. He pasado
veintitrés años sin tener sexo, creo que puedo posponerlo por otros
veintitrés.
Escucho que la puerta del frente se abre y se cierra, luego la suave
voz de Jameson, todavía llena de ira que le dice algo a ese pobre
prospecto. Luego siguen pasos rápidos. Me mantengo erguida y
espero a que abra la puerta. Bien podría acabar con esto ahora.
La puerta se abre y él me clava en el suelo con su mirada. Casi
pierdo mi mierda allí mismo. Qué carajo, tiene el descaro de estar
enojado conmigo.
—Te digo ahora mismo que cambies la actitud, porque no voy a
tolerarla, Jameson. No tienes derecho a estar enojado conmigo. Es tu
esposa quien nos atrapó en la cama juntos.
—Ex esposa—espeta—. Es mi ex esposa y ya lo sabías.
—Entonces, ¿qué diablos pasa con la mirada asesina?
Relaja un poco su postura antes de caminar hacia donde estoy.
Me agarra la cara, pero no tan fuerte como esperaba.
—¿Por qué no me lo dijiste, cariño? —Su voz es como terciopelo
envolviéndome en un capullo. No quiero que me afecte,
especialmente después de lo que sé que es el sexo ahora, pero solo
esas pocas palabras me tienen apretando los muslos con necesidad.
—No había nada que decir. —Me encojo de hombros y trato de
alejarme de él.
—Maldita sea, no me mientas, Celine. ¿Cómo diablos puedo
confiar en ti cuando me escondes algo tan importante?
—No lo estaba escondiendo. No estaba... no sabía cómo decirlo.
Quiero decir que no es la norma. —Aparto la mirada de él—. ¿Qué
importa de todos modos?
Ahora es su turno de alejarse.
—¿Estás bromeando? Hubiera hecho una gran diferencia. No
deberías perder tu virginidad así. Devastada como una bestia. Me
habría tomado mi tiempo, o al menos lo habría intentado. Te habría
preparado más. Habría ido con calma.
Todo eso suena muy mecánico, como si hubiera un libro de
jugadas que él habría seguido por primera vez. ¿Por qué diablos
querría eso?
—Te quería, en ese momento, no quería esperar el momento
adecuado. Ese era el momento adecuado y de la manera correcta.
Simplemente no fue lo que esperaba... ni durante, ni después.
—Te deseo ahora. —Su voz no es más que un gemido mientras
avanza hacia mí, sus labios se acercan poco a poco a los míos.
Suspiro y siento que mi coño se contrae deliciosamente.
¡No, tiene una esposa!
Mi subconsciente me grita y me sacudo de su hechizo.
—¿Qué demonios crees que estás haciendo? Tu mujer...
—¡Corrige esa mierda!—ladra Jameson y me sobresalta tanto que
doy un salto.
—Relájate, está bien. Tu ex esposa entró aquí con un arma. Quiere
matarme. No quiero lidiar con ese lío, Jameson. Puedo lidiar con una
novia celosa, con una ex esposa loca y celosa, no puedo.
—No tendrás que volver a tratar con ella nunca más. —Mira
hacia otro lado y luego me mira—. Eso es mentira. Mark la dejó
entrar en la casa club, lo que todos saben que no se debe hacer. Pero
la dejó entrar, porque le dijeron que dejara entrar a la familia. Puede
que no quiera tener nada que ver con ella, pero fue mi esposa
durante un tiempo. Tengo cierto nivel de responsabilidad con ella,
así que es posible que la vuelvas a ver, pero le dije que bajo ninguna
circunstancia volveríamos a estar juntos. Nunca confiaré en ella y no
puedo estar con alguien en quien no confío. Le ha costado mucho
meterse esa mierda en la cabeza, pero creo que finalmente lo hizo.
¿Qué hace que esta vez sea diferente a las demás? ¿Qué le impide
presentarse mañana tratando de volver a su vida?
—¿Por qué piensas eso?
—Se va a mudar. Dijo que quiere comenzar en un lugar nuevo,
comenzar de nuevo y toda esa mierda. Estaba pensando en ir a
Maine, que es una gran distancia.
¿Maine? Oh, mierda.
—Bueno, maldita sea, eso va a hacer que sea difícil para ella
aparecerse de repente. —Me río y él aprovecha ese momento para
acercarse a mí.
—¿Vas a ser honesta conmigo ahora?
—Depende de lo que preguntes. —No quiero ser tan fácil.
Debería estar completamente cabreada en este momento, pero solo él
sosteniéndome así tiene mi corazón dando vueltas en mi pecho.
Malditas hormonas.
—¿Lo pasaste bien?
Oh mierda, vamos a hablar de eso. ¿No podemos barrerlo debajo
de la alfombra? Que él tenga otra muesca en su cinturón y yo
finalmente pueda decir que ya no soy virgen.
—Sí. —Sonrío y él aprieta su agarre en mi cintura, pero no en el
buen sentido—. De acuerdo, no. No lo hice. Después de que hiciste
que me corra todo fue cuesta abajo desde allí. —Me muerdo el labio
y trato de medir su reacción. Nunca he oído hablar de un hombre
que alguna vez haya querido escuchar que eran malo en la cama. Eso
era todo en la escuela secundaria, un rumor de que eras malo en la
cama y podría significar que ya no eras uno de los populares.
—¿Cuánto dolor tienes en este momento?
—¿Qué? —No esperaba eso.
—Por dentro, ¿te duele? Fui realmente muy duro contigo, cariño.
Desearía no haberlo hecho, pero no podemos cambiar eso ahora.
Necesito saber cuánto te duele. —Sube y baja las manos por mis
brazos haciendo que se me ponga la piel de gallina.
—No es tan malo como cuando estaba sucediendo. Estoy bien—
susurro y mi boca se acerca a la suya. ¿Por qué diablos sigo
queriendo hacer esto? Sé lo que sucede. Me siento como una idiota
por volver por este camino.
Dejo que mi lengua salga para trazar el borde de su labio inferior
y me tira contra él con fuerza.
—Ves, esa mierda de ahí, así es como perdí la cabeza la primera
vez. —Da un paso atrás y me siento casi desconsolada.
Hago un puchero, pero trato de abofetearme cuando lo atrapo
sonriéndome.
—Está bien. Supongo que deberíamos relajarnos de todos modos.
—Relajarnos, oh no, cariño... no voy a dejar que te relajes. Solo
voy a tomarme mi tiempo contigo y tú vas a sentarte y disfrutar cada
maldito segundo. —Se inclina hacia delante de nuevo y me levanta
como una novia.
Grito ante el movimiento repentino.
—Qué carajo, Jameson, ¿qué estás haciendo?—
—Silencio, mujer. Déjame cuidar de ti—gruñe mientras nos
dirigimos al cuarto de baño.
Oh sí, todavía estoy sangrando.
—Puedo encargarme de esta parte, no es necesario que hagas
esto.
—¿Te pregunté si podías hacer esto? Quiero hacerlo. —Abre la
ducha y deja correr el agua mientras rápidamente se quita la ropa.
Todavía tiene algunas manchas de sangre en él.
—Lo siento por eso, y por tus sábanas. Te compraré unas nuevas.
Rápidamente me da la vuelta para que esté frente al espejo y tira
de mi cabeza hacia un lado.
—No te disculpes por eso. Esa sangre es prueba de que soy el
primero en tomarte. El primero en reclamar cada parte de ti. Si
pudiera colgar esas sábanas en un maldito marco, lo haría. Para
cuando termine contigo, tu coño será un molde perfecto para mi
polla. —Me toca la oreja y un escalofrío me recorre la espalda.
—Oh, a la mierda eso. Le daré otra oportunidad. —Giro
rápidamente en sus brazos y presiono mi boca contra la suya.
Se ríe fuerte antes de devolverme el beso. Sus manos levantan la
camiseta que llevo puesta y sus dedos pellizcan y tiran de mis
pezones.
—Me gusta eso, Jameson—susurro.
—Sí, eso es, dime qué te vuelve loca para que pueda hacer esa
mierda como te gusta todo el tiempo. —Cambia al otro lado y hace el
mismo movimiento. Me empujo lo más cerca de él que puedo y
siento su polla dura a través de sus pantalones. Ya sé de primera
mano que es enorme. Todavía me asusta, pero quiero ver si puedo
tomarlo… ¡mi propio desafío personal!
Levanto mi pierna y la engancho en su muslo tratando de
acercarme. Me estremezco un poco cuando el dolor se irradia a
través de mis piernas.
p
—Detente—ordena antes de terminar de quitarme la ropa.
Aparentemente, no se me permite tener el control hoy, no es que
haya tenido el control en otro momento. Me levanta y me acomoda
en la ducha—. Joder, eres tan malditamente hermosa. Cada vez que
creo que lo supero me sorprendes de nuevo. —Aparta algunos
cabellos de un lado de mi cara. El agua y el vapor ya están haciendo
un buen trabajo logrando que mi cuerpo se relaje.
Se estira y agarra una toallita que tiene colgada en uno de los
rieles.
Utiliza un poco de jabón líquido transparente. No huelo nada, así
que sé que no tiene olor, ni nada por el estilo. La enjabona y
comienza a lavar mi cuerpo.
—Te lo juro, Jameson, estoy bien. Puedo hacer esto.
—Yo lo estoy haciendo.
No nos besamos, apenas nos tocamos, solo me mira. Observo una
miríada de emociones que aparecen y desaparecen en esos intensos
ojos marrones suyos. Esto es casi tan malo como que necesite que él
esté dentro de mí. Es tan jodidamente íntimo, tan expuesto que
quiero taparme. Excepto que sé que no hay una cantidad de ropa
que pueda ponerme que le impida ver lo que ve en mí.
—No me ocultes cosas—se queja.
—No me hagas daño—replico de inmediato.
Una sonrisa astuta levanta la mitad de su boca.
—Oh cariño, no puedo prometerte eso. Cuando no estés tan
dolorida, planeo lastimarte mucho y te encantará cada segundo.
Me levanto de puntillas, un reto. No empujo ni tiro, solo espero.
Intenta mantenerse alejado, pero pierde esa batalla rápidamente.
Todo este tiempo pensé que estaba luchando contra él por el control,
tratando de ser el líder. Siempre fui la que estaba al mando. Supongo
que tienen razón cuando dicen que el coño gobierna el mundo. Estoy
segura de que podría obligarlo a hacer lo que quisiera en este
momento si simplemente colgara lo que tengo esperándolo entre mis
piernas frente a sus ojos.
Se aparta del beso y gira la cabeza hacia un lado.
—Maldición Celine, detente—gruñe
Después de que termina de lavar mi cuerpo, abre uno de los
cajones del armario que está justo afuera de la ducha y saca una
toalla limpia. Parece como si estuviera hecho de un material más
suave. La moja y suavemente abre mis piernas. Mis mejillas se
sonrojan mientras lava suavemente mi coño. Está sensible, pero no
insoportablemente. Lo que es insoportable es la forma en que parece
evitar mi clítoris a propósito. La sensación diferente de la tela y su
tacto me vuelven loca. Intento moverme para que esté donde quiero
que esté, pero no me deja.
—Por favor, Jameson. Quiero intentarlo de nuevo—le digo.
—Yo también, pero esta vez quiero ver que te rompes en pedazos
de todas las formas posibles. Primero en mi cara. —Me empuja
contra la pared de la ducha, ahora el chorro de agua lo golpea en la
espalda en vez de a mí—. Dime, cariño, ¿alguna vez te has corrido
en la cara de alguien?
No lo había hecho, porque nunca había llegado tan lejos. Niego
con la cabeza.
—Seré el primero en saborearte. Ni siquiera puedo describir lo
jodidamente excitante que es eso para mí. —Presiona su cuerpo
grande y duro contra el mío para que quede contra él y su polla esté
presionando contra mis abdominales inferiores. Encuentra mi cuello
y comienza a besarme allí.
—Me estás volviendo loca, Jameson.
—Lo sé, ese es mi trabajo. —Comienza a bajar por mi cuerpo
tomándose un momento o dos para besar y lamer el agua que está
rodando por mi piel. Cuando llega a mis piernas, se arrodilla frente a
mí como si estuviera adorando a una diosa. Me mira y mi corazón se
aprieta en mi pecho.
—Eres la única que me puso de rodillas. Espero que respetes esa
mierda. —Las gotas de agua reflejan las luces que están encendidas
en el baño y hacen que sus pestañas se vuelvan más pronunciadas.
Es hermoso.
Asiento con la cabeza, la única respuesta que puedo reunir.
Levanta una pierna, besando suavemente mi pantorrilla y mi muslo
antes de colocar mi pie en el borde de la ducha, abriendo mi coño
para que pueda llegar a él fácilmente.
—Me dirás si esto llega a ser demasiado.
—Sí, te lo prometo. Te lo diré. —No quiero que piense en
lastimarme o en otra cosa en este momento además de hacerme
sentir bien.
Me besa una vez y siento que mis piernas se vuelven de gelatina.
¿Por qué diablos esto se pone tan intenso tan rápidamente?
Simplemente no podía entender cómo mi cuerpo podía reaccionar
tan completamente a ese pequeño beso. Presiona su mano en mi
estómago para mantenerme erguida y suavemente comienza a lamer
y chupar mi coño.
—Oh Dios—gimo y dejo que mi cabeza se apoye contra la pared
de la ducha mojada. Estiro los brazos hacia los lados tratando de
encontrar algo que me ayude a mantenerme de pie. No hay forma de
que pueda permanecer así por mucho tiempo. Se siente demasiado
bien.
Mi mano instintivamente cae sobre su cabeza y me agarro a su
cabello. Miro hacia abajo para ver si puedo ver lo que está haciendo,
porque cada golpe de su lengua me hace sentir como si todas las
terminaciones nerviosas de mi cuerpo estuvieran anudadas. La
tensión y la necesidad son tan únicas. Inclina su cabeza ligeramente
hacia atrás y sus ojos se enfocan en los míos.
—¡Puta mierda! Dios mío. Jameson. Por favor. Oh... Oh—grito y
trato de mantener mi atención en él, pero la sensación de caer es
demasiado intensa. Me tiemblan las piernas, en cualquier maldito
segundo voy a caer de culo y él tendrá que levantarme. Su lengua se
arremolina más y más rápido. La punta ahora dura. Él sacude mi
protuberancia apretada hasta que puedo sentir que empiezo a flotar
y solo mi agarre en el cabello de Jameson me mantiene pegada al
suelo.
—¡Jameson! —grito mientras me chupa el coño y me arroja por el
precipicio hacia las intensas olas de mi clímax. Mis rodillas se
doblan, pero su única mano todavía me sostiene. Él no detiene su
asalto mientras mi coño se contrae con placer. Quiero más. Quiero
mucho más de eso—. Oh Dios, no puedo soportarlo. Es demasiado—
gimoteo Me duelen las piernas por el temblor y el coño por todas las
contracciones. Si pudiera llorar en este momento sería por una
sobrecarga de placer.
Me mira de nuevo y baja la lengua. Besa con ternura el interior de
ambas piernas y suavemente vuelve a bajar mi pierna para que esté
apoyada sobre mis pies. Apenas.
—¿Estás bien, cariño?
—¿Mmm? Sí—respondo en voz baja, pero honestamente estoy
preocupada de que pueda quedarme dormida justo aquí contra la
pared. Sólo necesito una pequeña siesta.
Lo siento dar un paso atrás y mis ojos somnolientos lo siguen
hasta que retrocede hacia el chorro de agua de la ducha. Inclina la
cabeza hacia atrás y mi cuerpo está completamente despierto ahora.
El agua cae en cascada por su cuerpo mientras se enjuaga la cara y el
cabello. Los riachuelos de agua viajan por cada grieta de su
musculoso abdomen antes de rodar por su intimidante polla. Se ve
tan poderoso ahí, parado así. Completamente inconsciente de cuánto
lo necesito y cuánto puede controlarme. Me dijo que era la primera
mujer en ponerlo de rodillas, quiero que él sea el primer hombre en
ponerme sobre las mías.
Doy un paso inquieto hacia adelante y sus ojos se abren de golpe.
Adelanta la cabeza y un mechón de su cabello cae hacia adelante
sobre su rostro. No es lo suficientemente largo para cubrir sus ojos,
pero lo suficientemente largo como para que tenga que peinarlo
hacia atrás.
—Ayúdame—digo y me agarro a sus bíceps. Me sostiene, pero no
está seguro de con qué necesito ayuda. Me arrodillo y lo siento
tratando de levantarme.
—Celine, no. Hoy se trata de ti. Podemos hacerlo en otro
momento.
Lo miro a través de mis pestañas.
—¿Esto es sobre mí?—le pregunto.
—Sí.
—Quiero hacer esto, ayúdame a complacerte, Jameson—le
susurro y él gime de necesidad mientras envuelve su gran mano
alrededor de su polla.
—Haz lo que te dé la gana. Maldita sea, vas a hacer que me corra
simplemente arrodillada allí. Cualquier cosa que quieras hacer es
perfecta—gruñe él.
Por supuesto, he visto películas y cosas así sobre personas que
hacen mamadas, pero nunca lo he hecho. Supongo que nunca pensé
en cuánto de la vida no tenía experiencia. Sin embargo, confiaba en
él para que me hiciera saber si estaba haciendo algo mal. Sostuve mi
mano sobre la suya lo mejor que pude e hice lo primero que se me
ocurrió. Aplasté mi lengua y lamí la parte inferior del glande hasta la
punta.
—¡Oh, mierda! —Él gime y trata de alejarse, es sensible. Abro la
boca y chupo toda esa sección. Es ancho y realmente tengo que abrir
la boca para meterlo todo.
Chupo un par de veces y un poco de líquido salado me salpica la
lengua.
—Joder, Celine. ¿Puedes aceptar más de mí? ¿Puedes intentarlo?
—Mueve la mano y me doy cuenta de que hay al menos unos
buenos dieciocho centímetros más de polla para explorar. No soy de
las que eluden un desafío, así que empujo la boca hacia adelante y
dejo que su pene se deslice hasta la parte superior de mi garganta.
Veo los músculos de sus muslos contrayéndose y relajándose con
cada bombeo de mi boca—. Mierda—sisea cuando muevo la lengua.
Lo hago de nuevo y él gime aún más fuerte. Sus señales vocales son
todo lo que necesito para seguir adelante. Me arriesgo y lo miro. Se
ve desesperado y empiezo a preguntarme si lo estoy lastimando.
Cuando retrocedo, me agarra la cabeza suavemente.
—No joder, no te detengas. Continúa. —Él gime y el sonido
parece vibrar muy adentro de mi coño. La tensión que pensé que
solo sería provocada por él tocándome comienza a afianzarse
nuevamente. Su voz, su necesidad, su desesperación por mí me
están destrozando. Mi mano se mueve sola. Busco mi pezón y
empiezo a amasarlo, tirando de la misma manera que él lo hizo
momentos antes.
Sus ojos encuentran mis manos y su boca se abre suavemente
antes de que sus ojos se cierren.
—Maldita sea, Celine—gruñe mientras aprieta su agarre en mi
cabello. Lo empujo más profundo en mi garganta. Me muevo más
rápido y más del líquido salado cae en mi boca.
Tiro con fuerza de mi pezón y el dolor que lo acompaña no es
suficiente para detenerme, sino que me impulsa aún más.
—Mmm—gimo y de alguna manera me las arreglo para tomar
más de él en mi garganta.
—Joder, sí, cariño, muéstrame cuánto te gusta esta mierda. —Tira
de mi cabeza más hacia su ingle y tengo que concentrarme en lo que
estoy haciendo para tomarlo más profundo—. Oh, mierda, qué tan
lejos... ¿Hasta dónde puedes llegar? —Él empuja más mi cabeza y
siento que la punta gruesa y flexible de su polla se curva y trata de
abrirse paso por mi garganta. No puedo respirar, pero no quiero
parar. Él aguanta la respiración y empuja más adentro. Finalmente,
cuando no puedo soportarlo más y siento que voy a vomitar, empujo
con fuerza y un fuerte sonido de arcada sale de mi boca.
—Joder, haz eso otra vez. Vuelve—me suplica y puedo ver su
compostura pendiendo de un hilo. Jameson está a punto de perder
los estribos y no puedo esperar a ver eso.
Me apresuro a volver a su polla y hago lo mismo que acabo de
hacer. Esta vez atrapo el ritmo y descubro cómo respirar por la nariz
cuando se retira. Gime y dice mi nombre como si fuera una maldita
oración. Este poder se siente muy poderoso. Golpea la mano contra
la pared de la ducha antes de sacar abruptamente su polla de mi
boca. Lo aprieta con fuerza, pero no mueve la mano. Me acerco a él,
pero él simplemente se aleja.
—¡No! —Me agarra por el brazo y tira de mí para ponerme de
pie. Me deslizo precariamente mientras me ataca con su boca. Los
besos ya no son lentos y planificados. Estos son crudos y primitivos.
Lucho por recuperar el aliento entre él mordiendo mis labios y su
lengua hundiéndose profundamente en mi boca—. ¿Por qué no
puedo controlarme cuando estoy contigo? Mierda, no quiero
lastimarte más. Dios mío, maldición te necesito. —Me agarra y tira
de mí; todo lo que puedo hacer es asentir. Yo también lo deseo,
incluso si es solo para hacerlo sentir bien, lo deseo.
—Espera. —Me levanta y sale rápidamente del baño sin siquiera
molestarse en cerrar el agua de la ducha. Regresamos a su habitación
y me deja caer de nuevo en la cama. Las sábanas todavía están allí,
mi sangre se ha secado, pero no parece desconcertarlo. Nuestra piel
todavía está resbaladiza por el agua de la ducha. Sus manos frotan
los costados de mi cuerpo y hago lo mejor que puedo para relajarme.
Aunque los nervios que tenía antes comienzan a aparecer de nuevo.
Aquí es donde todo se fue a la mierda la última vez. Sin embargo,
estoy más preparada para este round. Conozco el dolor y estoy
preparada para él.
—No, cariño, mantén los ojos abiertos—me ordena y hago
exactamente eso. Besa mis mejillas, mis ojos y mis labios mientras
deja que una de sus manos se deslice por mi cuerpo—. Dime si
necesitas que me detenga.
—Estoy bien—digo y mis caderas se acomodan más
profundamente en el firme colchón. Sus dedos acarician suavemente
mi coño, moviéndose en círculos y mi espalda se arquea. Esto me
gusta, las manos de este hombre son jodidamente mágicas.
—Sí, Jameson. Me encanta—murmuro mientras mis ojos
comienzan a cerrarse lentamente.
—Estás lista para más. —Sus manos se mueven más rápido y
estoy muy cerca de correrme. Estoy segura de que le diría cualquier
cosa si me devolviera esa dulce liberación.
—Más, sí, más.
Quita la mano por un brevísimo segundo. Justo cuando abro la
boca para quejarme, siento que uno de sus dedos me presiona
lentamente. Cierro los ojos con fuerza tratando de soportar el dolor
que sé que vendrá. Se mueve muy lentamente.
—Háblame Celine, ¿es demasiado? —Su cara está cerca de la mía.
Abro un ojo y luego el otro.
—Oh, no. Está bien. —Estaba tan sorprendida de no sentir un
intenso dolor que casi me río. Lógicamente sabía que solo podía
perder mi virginidad una vez. Se suponía que la primera vez sería la
más difícil, pero estaba segura de que algo tan intrusivo como tener
una parte de su cuerpo metida en mi coño siempre sería
increíblemente doloroso.
—Tienes que relajarte, no esperes que te haga daño. —Me besa
con ternura—. Al menos no esta vez.
Sonrío y lo dejo hacer lo que quiera conmigo. Mete y saca el dedo.
En lugar del dolor incómodo, el dolor en lo más profundo de mí se
siente diferente. Quiero más de esto.
—Oh, mierda. —Mis caderas se menean al compás del
movimiento de su mano. Va a hacer que me corra de esta manera
también—. Sí, quiero más. Por favor, Jameson. —Él bombea más
fuerte dentro de mí solo deteniéndose una vez para deslizar otro
dedo. Grito y mi cuerpo se arquea. Es doloroso, pero el placer
devorador es mucho más intenso.
—Dime, cariño. —Su voz grave me hace temblar.
—Yo... Oh Dios... me encanta—susurro y agarro su hombro—.
Por favor, te quiero dentro de mí. —Si dos dedos se sienten tan bien,
me pregunto si su polla también se sentirá mejor esta vez.
—Por favor—ruego de nuevo, pero él mueve su mano más
rápido. Sus dedos se mueven en un ángulo diferente y las luces
explotan detrás de mis párpados. Mi espalda se arquea con fuerza
cuando otro orgasmo se apodera de mi capacidad para respirar o
incluso de permanecer inmóvil—. ¡Oh Dios, Jameson!—grito fuerte,
mientras mi cuerpo se aprieta con fuerza alrededor de sus dedos y
trata de meterlo más adentro. Él se aparta y yo me acerco—. Por
favor, por favor, por favor. —Necesito sentirlo ahora. Hay algo en la
intensidad de estos clímax que me hace sentir muy vulnerable. Lo
quiero más cerca.
—Joder, espero que esto esté bien. —Se cuestiona a sí mismo y
rápidamente se mueve para flotar sobre mí. Su polla es mucho más
grande que incluso los dos dedos, así que cuando presiona la punta
contra mi carne ya dolorida, me estremezco.
—Cariño, no hagas esto solo por mí. Quiero que lo disfrutes.
Puedo esperar. Moriré una y otra vez, pero puedo esperar.
—No, estoy bien. Eres tan jodidamente grande. Solo necesito
acostumbrarme a ti. Inténtalo, por favor. —Lo miro profundamente
a los ojos y puedo ver la incertidumbre—. Por mí, por favor. Te
necesito. —Le rasguño la espalda y trato de tirar de él hacia abajo de
nuevo.
—Maldita sea, no puedo decir que no. Debería. —Se aferra a su
polla y la alinea con mi abertura. Empuja hacia adelante lentamente
y la gran punta empuja contra mi carne tierna y resbaladiza. Siseo,
pero me aferro a sus brazos y lo empujo más hacia adelante. Cuando
finalmente supera esa barrera inicial, mi cuerpo comienza a abrirse
para él.
—Muy apretada. —Sus brazos tiemblan mientras lucha por
contenerse.
—Más.
Se mueve un poco más, separando mis entrañas. Cada parte de él
frotándose contra todas mis partes haciéndome ronronear como un
gato.
—Necesito moverme, joder—gruñe él y aprieta mi muslo.
Aunque no lo hace. Todavía está tratando de contenerse.
No quiero que lo haga. Levanto las caderas y tomo un poco más
de él antes de dejarlas caer de nuevo.
—Uhhh, joder. —Ese movimiento lo impulsa a moverse. Los
empujones son cortos y suaves, pero con cada uno de ellos puedo
sentir que quiero tomar más.
—Puedo tomarlo, Jameson. Me gusta, por favor dame más. —
Presiono su espalda baja. Esta vez en su estocada, en lugar de
retroceder rápidamente para permanecer superficial, se presiona
profundamente. Lentamente me empala con toda su polla.
Me castañetean los dientes por la plenitud.
—Mierda.
—¿Estás bien?
—No—gimo.
—Mierda. —Trata de retirarse, pero bloqueo una pierna detrás de
la suya.
—Jameson, por favor fóllame. Me estás matando—gruño, la
necesidad de liberarme es sofocante.
Un gruñido profundo retumba en su pecho mientras se aleja y
empuja contra mí. Encuentro sus caderas con las mías y empuja de
nuevo—. Quieres que te folle, puedo hacerlo. —Me agarra de la
cintura y acelera el ritmo.
El golpe de piel contra piel es música para mis oídos mientras se
sumerge dentro de mí. Sin embargo, algo todavía no está bien, no es
suficiente.
—Más duro, Jameson. Por favor.
—Ahhh—gime y su cabeza cae hacia atrás cuando realmente
comienza a ganar velocidad y fuerza—. Córrete, quiero que te corras
en mi polla. Tan jodidamente apretada. No voy a durar. Perfecta—
grita mientras sus brazos trabajan para mantener el ritmo. Puedo
sentir mi orgasmo justo ahí, fuera de mi alcance. Cada dos embistes
golpea algo en mí que lo empuja hacia adelante, pero luego se aleja.
Si pudiera encontrar la manera de hacer que él siguiera golpeando
ese lugar, estaría volando en un instante. Trato de levantar mis
caderas y encontrar el lugar.
—¡Oh, ahí!—digo, pero no puedo mantener mi cuerpo arriba.
Gimo derrotada cuando vuelvo a caer y trato de volver a levantarme.
—Te tengo, bebé, te escucho. —Jameson hace una pausa y estira
la mano detrás de mí para sacar una de las almohadas de la parte
superior de la cama. La pliega y me levanta rápidamente para
empujarla debajo de mí. La confusión de por qué haría eso pasa
brevemente por mi mente hasta que me vuelve a acostar y comienza
a follarme de nuevo.
Tomo una respiración profunda por la intensidad, él me tiene en
el lugar perfecto y ahora no hay escapatoria del placer.
—¡Oh, mierda, sí! Estoy justo ahí. Justo ahí—digo incoherencias y
lo acerco a mí. Apoya su frente contra la mía y me folla con fuerza.
—Córrete ahora—gruñe.
—Oh Dios. —Mis ojos se ponen en blanco ante la fuerza y la
necesidad en su voz. Mi cuerpo cae gloriosamente en el orgasmo y
siento mi coño apretando su polla con fuerza.
—¡Joder, sí Celine! —Levanta mis piernas, enganchando sus
codos debajo de mis rodillas y empujándose una y otra vez dentro
de mí.
—¡Dios mío! ¡Jameson! —grito, justo cuando mi cuerpo intenta
completar la ronda de contracciones, siento que empieza a formarse
nuevamente. Seguramente, no puedo correrme de nuevo tan rápido.
Es una sensación intensa. Desear tan desesperadamente correrme de
nuevo, pero sin saber si tu cuerpo puede soportarlo. Aterrador.
Retrocedo tratando de alejarme de la sobrecarga de éxtasis, pero
él gruñe y me sigue. Levanta una de sus piernas para que su pie
quede plantado en la cama, más tracción.
q p
—Eres jodidamente mía—gruñe y cierra sus manos alrededor de
mis piernas.
—Vas a hacer que me corra de nuevo—grito y hago lo mejor que
puedo para prepararme para el impacto.
Está jadeando y gruñendo como una jodida bestia mientras me
embiste, justo como lo quiero. Otro orgasmo se abre camino a través
de mí, y le araño los brazos. Siento que necesito devolverle el golpe,
dejar que sienta lo intenso que es esto. Se estremece por el dolor y se
aferra a mí con más fuerza.
—Celine, joder Celine, me corro. Profundo. Estoy tan profundo.
—Su cabeza cae sobre mi pecho mientras me golpea con fuerza tres
veces. Un calor me llena por dentro mientras siento su polla
sacudirse con su orgasmo. Él gime fuerte, un sonido gutural
profundo que me dice que está completamente roto. Me sostiene
cerca mientras trata de recuperar el aliento.
—La próxima vez...—jadea—. Será mejor la próxima vez.
—Oh diablos, estás planeando matarme. —Lanzo las manos
sobre mi cabeza y trato de alejarme rodando. Él se ríe, se da la vuelta
y me empuja hacia atrás para que esté cerca de él. Me acurruco en su
pecho y dejo que los latidos de su corazón me adormezcan. Nunca
me había sentido tan segura y querida en mi vida, incluso si sé que
todo terminará pronto.
Capítulo 22
Jameson
 
Estoy muy cómodo en la cama en este momento y es
principalmente porque tengo a Celine acurrucada a mi lado. La
mujer me agotó. Para alguien que nunca ha tenido sexo antes, creo
que me he encontrado con una adicta. No puedo estar más
jodidamente feliz por esa mierda.
Se gira ligeramente y frota su culo en mi abdomen, incluso
dormida me está tocando.
—Celine—gruño cuando siento que mi polla se vuelve a
endurecer. No tengo fuerzas para follarla de nuevo. Tengo tanta
hambre que estoy a punto de comerme la maldita madera de las
paredes.
—¿Mmmm? ¿Uno más?—susurra y trata de lanzar sus manos
sobre mi cuello.
—No, luego. Maldita sea, mujer, no soy un pedazo de carne. —
Me río. Cuando sus ojos se abren y una suave sonrisa aparece en sus
labios, sé que sería su pedazo de carne si me lo pidiera. No tengo
ningún problema con eso en absoluto.
—Bien. —Presiona una mano en su garganta—. ¿Puedo tomar un
poco de agua?
—Claro, cariño. Vuelvo enseguida. —Salgo de la cama y me
pongo un par de pantalones deportivos. Ésta es la excusa que
necesito para levantarme de la cama y conseguir algo de comer.
Me estiro y salgo de la habitación, dirigiéndome a la pequeña
área del bar donde puedo ver a Pirate y Yang hablando. Yang parece
estar tranquilo como siempre, pero Pirate parece agitado.
—¿Qué pasa?—digo desde donde estoy frente a mi habitación.
Ambos pares de ojos se mueven bruscamente en mi dirección y
brotes de miedo florecen detrás de ellos. Algo está mal.
—Nada todavía. No sé nada todavía—dice Pirate. No es propio
de él ocultar nada, así que esto es nuevo para mí.
—Es jodidamente obvio que no es nada, Pirate. Entonces, alguien
tiene que decirme qué carajo está pasando. —Pirate no abre la boca,
así que dirijo mi atención a Yang—. ¿Vas a decirme qué carajo pasa, o
tengo que despertar a Archer y llamar a la iglesia? —Todavía era lo
suficientemente tarde en medio de la noche como para que no
mucha gente estuviera despierta.
—No, hombre. Mira, no sabemos nada en este momento. Podría
ser un atasco de tráfico por lo que sabemos—dice Yang tratando de
calmar la situación.
Entrecerré los ojos y miro a Pirate, luego la hora, eran casi las 5 de
la mañana. Él no debería estar aquí. Esta es la hora en que hace su
recogida en el casino. Retiraba el dinero extra que necesitaba ser
colocado en otro lugar.
—¿Qué carajo podría ser un atasco de tráfico? Será mejor que
alguien me diga qué está pasando y ahora mismo o vamos a tener un
jodido problema—les ladro a los dos.
—Bien. Mira, yo estaba cansado y borracho. No pensé que fuese
una gran cosa. Mark siempre estaba pidiendo hacer algo por
nosotros y pensó que, si podía demostrarnos que era responsable,
nosotros no estaríamos tan enojados de que dejara entrar a Mónica.
—¿Quién?—les grito
—Dejamos que Mark hiciera la recogida, pero dejó de
respondernos hace unos treinta minutos. Debería haber estado aquí
hace diez minutos. No nos robaría, Jameson. Puede que esté jodido,
pero no hay forma de que nos hiciera esa mierda—explica Pirate
rápidamente.
—Hijo de puta. —Ya puedo sentir que un dolor de cabeza por
tensión comienza a latir en mi cabeza—. ¿De cuánto es la recogida?
—Eran alrededor de 250 mil.
Pirate era el maldito tesorero, se suponía que esa cantidad de
dinero nunca debía tocar las manos de nadie más, excepto las suyas.
No hay razón para que él siquiera pensara en enviar a Mark.
—¡Perezoso pedazo de mierda! ¡Debería joderte por esta mierda!
—Lo empujo con fuerza en el pecho, pero no responde. Sabe que
está muy jodido—. Será mejor que reces para que nada haya pasado
o esta mierda estará en tu cabeza.
Pirate asiente y mira hacia la barra.
Me doy la vuelta y camino hacia la habitación de la derecha.
Archer puede estar despierto a esta hora. Es bastante temprano, pero
sé que le gustan las mañanas para estar con su mujer. No le va a
gustar el hecho de que tenga que interrumpirlo.
Llamo a su puerta y escucho un gruñido áspero.
—¿Sí?—responde Archer de inmediato. Todavía estaba dormido.
—Lo siento, hermano, te necesitamos aquí por un segundo— le
digo a través de la puerta.
—Copiado.
Puedo escuchar sus pies golpear el suelo. Él no va a estar
contento con esta mierda en absoluto.
Después de unos segundos, abre la puerta, todo lo que tiene
puesto es un par de pantalones cortos y una camiseta sin mangas. Su
cabello está despeinado y todavía hay sueño en sus ojos.
—¿Que está pasando?—pregunta.
—Pirate necesita decirte una jodida información—suelto y ambos
caminamos de regreso a donde está Pirate. Sin embargo, antes de
que podamos alcanzarlo, Pirate comienza a gritar.
—¡Joder! ¡Joder! ¡Maldita sea, joder! ¡Joder! —Pirate levanta su
taburete y lo lanza con toda su fuerza contra la pared. Se rompe y
grita de nuevo—. ¡Malditos hijos de puta!
Yang corre hacia nosotros, hay pánico en sus ojos muy abiertos.
—¿Qué pasa?—pregunta Archer. El sueño se ha ido, él está con
nosotros en este momento.
—Ellos se los llevaron.
¡No! ¡Oh, joder, no!
—¿De qué mierda estás hablando?—le pregunto.
—Enviaron las imágenes del circuito cerrado de televisión y
podemos ver una camioneta blanca estacionarse con Mark y algunas
otras personas. Tenían armas y también retenían a algunos de los
hijos de los trabajadores. Mark no tenía otra opción.
—¿Qué carajo? ¿Qué está haciendo él allí? —Archer mira a Pirate,
que aún no ha mirado en nuestra dirección.
—¿Crees que esto fue un asalto?—le pregunto a Yang tratando de
desviar la conversación de Pirate. No necesitamos insistir en la
enorme cagada de Pirate en este momento.
—No sé... especialmente con todo lo que está pasando, esto
podría ser otra cosa. No puedo decirlo. —Yang se encoge de
hombros.
—Sí, lo sé. Bueno, tenemos que seguir con esta mierda ahora.
Vamos a montar. —Archer básicamente corre hacia atrás para juntar
sus cosas. Corro hacia mi habitación.
Cuando abro la puerta, veo que Celine todavía está a salvo debajo
de las sábanas. Me siento a su lado y le paso las manos por los
brazos para despertarla.
—¿Mmm? ¿Estás listo? —Ella me alcanza, pero cuando no dejo
que me baje, se despierta más—. ¿Qué pasa?
—Mira, no sabemos con seguridad si algo está pasando, pero
faltan algunas personas. Voy a salir con los hombres para tratar de
localizarlos. Necesito que me prometas que no te irás. Si tengo que
preocuparme por dónde estás, eso solo va a joderme la cabeza.
¿Puedo confiar en que te quedarás quieta?
—No me gusta esto, Jameson. ¿Crees que es René? ¡Tengo que
irme! —Ella trata de levantarse de la cama, pero presiono mi mano
p p
sobre su hombro y la mantengo acostada.
—¿No escuchaste lo que dije? ¿Quieres que me preocupe por
ellos y por ti? ¿De verdad quieres joderme así ahora mismo?—le
doro la píldora.
Ella suspira y sus hombros caen.
—No, sé que necesitas concentrarte, pero no quiero que nada
malo le pase a nadie. No por mí. —Mira hacia un lado y tengo que
tirar de su cara a hacia atrás para que me mire.
—Sabemos para lo que nos apuntamos. Esto no es un círculo de
tejido, a veces suceden cosas malas. Tengo que mantener la cabeza
despejada si voy a asegurarme de dar todo en esta búsqueda y
rescate. Prométeme que te quedarás quieta.
—Me quedaré quieta, Jameson. Lo prometo.
Asiento y me apresuro a ponerme algo de ropa. Me pongo el
chaleco, le doy un rápido beso y me largo.
Ahora que sé que mi mujer está a salvo, puedo montar con la
jodida

conciencia despejada. Es hora de encargarnos de los negocios.


Descubrimos que una camioneta blanca recogió a algunos de
nuestros trabajadores que venían del turno de noche y a sus hijos.
Archer lo había hecho para que hubiera una opción de cuidado de
niños en el casino para todos los padres que la necesitaban. No
quería que ninguno de ellos se preocupara por sus hijos, porque
tenían que trabajar en el turno noche. En total, eran tres niños, cinco
adultos y Mark. Su moto fue encontrada todavía estacionada en la
parte trasera del casino.
Hubo muy poca pelea que podamos ver por el estado del área,
pero sabríamos más cuando entráramos para ver la grabación
completa.
Gold Wings es uno de los casinos más nuevos y lucrativos de la
zona. Archer se lo había comprado a un estafador que estaba en las
últimas. El lugar se iba a hundir si nadie se hacía cargo. Básicamente
tuvimos que remodelarlo de arriba abajo. Ahora nunca sabrías que
este lugar era un corral de cerdos hacía unos años.
—Te lo juro, no tenemos idea de lo que está pasando—dice Herb,
nuestro jefe de planta en el momento en que todos entramos en la
trastienda. Es obvio que se han vuelto locos de preocupación, pero
ya sabemos que no es alguien de aquí quien preparó esto.
—Muéstrame lo que tienes—le grita Pirate.
Herb gira el monitor en dirección a Pirate y reproduce la cinta de
seguridad interna. Vemos a los trabajadores subirse voluntariamente
a la camioneta.
—¿Por qué harían eso? ¿Por qué entraron todos?—le pregunto a
Herb.
—Recientemente comenzamos a usar camionetas de un dólar.
Pagas un dólar y te llevan a la parada de autobús más cercana. Es
como una caminata de ochocientos metros, la cual debe ser difícil de
hacer para algunas personas. Especialmente con sus pequeños
durmiendo. Deben haber pensado que era una de las nuestras.
Pirate avanza rápidamente la cinta unos segundos hasta donde
vemos a Mark saliendo del casino, la bolsa, supongo, con el dinero
en efectivo asegurada en su cuerpo. Mientras camina hacia su moto,
la puerta corrediza de la camioneta se abre y alguien se asoma con
un arma en la mano. Hay algo más en su otro brazo, pero el ángulo
no nos permite ver qué es. Sin embargo, el brazo pequeño que se
agita de un lado a otro me hace pensar que es uno de los niños.
Deben haber amenazado con matar a uno de ellos.
Cuando Mark estira la mano para alcanzar su arma, otra pistola
es apuntada desde la camioneta y lentamente comienza a caminar
hacia ellos. La cámara no capta el sonido, pero puedo ver su rostro
enojado y su boca moviéndose a un millón de kilómetros por
minuto.
—Joder, está bien, sabemos la marca y el modelo. Tenemos que
encontrar esta maldita camioneta. —Archer pasa una mano por su
cabello perfecto y mira a todos los que están allí—. Asegúrate de que
nadie más se suba a ninguna de estas camionetas, Herb. Si la gente
se va a casa, haz que alguien de seguridad los lleve.
—Eso nos va a dejar desprotegidos. Si algo está pasando,
entonces ¿no crees que necesitamos toda la seguridad que podamos
conseguir aquí en el casino? ¿Y si regresan para robar más dinero?—
pregunta Herb.
Archer golpea la mesa con la mano.
—Me importa un carajo el dinero; estas personas trabajan para
mí. Su seguridad es lo más importante. Asegúrate de averiguar
exactamente a quién se llevaron y si tienen algún familiar con el que
deba ponerme en contacto. — Archer mira a Herb por un segundo,
antes de volverse hacia el resto de nosotros—. Vámonos.
—No creo que esto haya sido un golpe al azar—digo mientras
todos llegamos a nuestras motos.
—Yo tampoco. Sean quienes sean saben que vamos a estar
buscando a nuestra gente. Esto fue un montaje—dice Yang.
—Esto no debería haber pasado. Esta mierda nunca debería haber
pasado—dice Pirate enfadado mientras pone en marcha su moto.
—¡Guarda esa mierda! No tenemos tiempo para que pierdas tu
mierda, Pirate. Esto no es tu culpa. —Archer mira a Pirate por un
segundo. Ni siquiera puedo imaginar lo jodido que debe sentirse en
este momento. Se suponía que debía hacer la recogida. Claro, aún
podrían haberse llevado a los trabajadores, pero no habrían podido
atrapar a Mark si no hubiera estado aquí en lugar de Pirate.
—Tienes razón, vámonos. —Pirate volvió a ponerse el casco y nos
largamos.
Horas más tarde y aunque todos nos separamos, no estábamos
más cerca de saber dónde estaba nuestra gente. Nadie había pedido
un rescate y nadie había afirmado que fueron ellos. Nada más que
silencio. Para cuando todos regresamos a la casa club, es el silencio
lo que nos está volviendo locos a todos.
—¿Revisamos las cámaras en el ferry, tal vez las llevaron a otro
lugar? ¿En el puerto deportivo?—le pregunta Pirate a Shyne, que
estaba ocupado hablando con Herb en el casino, para ver si había
alguna novedad. Aunque un movimiento de cabeza, rápidamente
hizo que Pirate volviera a enfurecerse. Cuanto más tiempo nos
quedábamos sin encontrarlos, peor se ponía Pirate.
—Oye, ¿qué carajo fue lo que dije? ¿Tengo que sacarte de aquí,
Pete?—le ladra Archer a Pirate.
—¿Qué? No. Necesito ayudar—responde Pirate con los ojos muy
abiertos como si pensara que Archer realmente lo está sacando.
Espero que no lo haga, eso solo conduciría a Pirate más hacia el
abismo.
—Entonces junta tu mierda. Necesito que ordenes tu cabeza
ahora mismo. No necesito ninguna mierda emocional detrás de mí si
la mierda está a punto de desmoronarse.
—Tenemos movimiento aquí afuera—dice Clay desde su posición
en la puerta. Él ha estado de guardia desde esta mañana.
—¿Quién es?—grito mientras me dirijo rápidamente hacia allí.
Todos los demás en la habitación hacen lo mismo.
—No lo sé, pero veo una camioneta blanca—dice él y la tensión
en la habitación se dispara. ¿Por qué diablos aparecerían en nuestra
puerta principal? Esta mierda no tiene sentido.
—A la mierda, eso. Vamos a buscarlos. —Pirate se dirige hacia la
puerta, pero Yang y Shyne lo detienen. Todos están pensando la
misma mierda que yo, esta mierda está mal.
—¿Están solos?—pregunto.
—No, hay otro coche detrás de él. Alguien se está bajando—dice
Clay desde la puerta.
—¿Es René?
Giro la cabeza para ver a Celine de pie en la esquina, con los ojos
enrojecidos por las lágrimas y los brazos alrededor del cuerpo.
—No es necesario que estés aquí ahora mismo—le gruño, pero no
hago ningún movimiento para acercarme a ella. No tengo tiempo
para pelear con ella.
—No, no conozco a éste. Es más joven. Están viniendo. —Clay se
aleja de la puerta y pone su mano detrás de él para tomar el arma
que tiene escondida en la parte baja de la espalda.
Hay un golpe fuerte en la puerta. Clay mira a Archer, quien le da
el visto bueno para abrirla. Tarda un segundo, pero un joven entra
acompañado de dos grandes guardias.
—Creo que tenéis algo que me pertenece—dice antes de darse
cuenta de a quién debe dirigirse. O no estaba acostumbrado a
intimidar a un grupo o simplemente no le importaba intentarlo.
—Oh, no. —Un fuerte jadeo proviene de Celine y desde mi visión
periférica la veo deslizarse por la pared hasta el suelo. Era nuestra
peor pesadilla. René es el responsable de esto.
—¿Quién?—ladro en su dirección.
—Thomas, el hijo de René—dice ella suavemente.
—Sí, así es. Soy hijo de René y esa mujer de allá es mía.
—Una mierda lo es. —Doy un paso adelante antes de que Archer
extienda una mano para detenerme. El hombre me está provocando,
pero no estoy en contra de liquidarlo. Le arrancaré la puta cara si
intenta llevarse a Celine.
—Mira, no sé qué tipo de trato crees que tú y tu padre hicieron,
pero Celine no quiere saber nada de eso. —Archer es el que habla
esta vez.
—Es una pena. No me agrada que alguien no pague sus apuestas.
Y a mi padre tampoco. Su padre hizo una apuesta y perdió. Ella es
mi pago.
—Podemos darte dinero si eso es lo que quieres, pero no te
daremos a Celine—dice Yang.
—Ahora, ¿para qué carajos quiero el dinero? Eres bonito, pero no
eres demasiado brillante. —Thomas sonríe—. Mira, soy un hombre
y
ocupado y quiero mi propiedad. Hasta que la consiga, tu gente
seguirá cayendo.
—¿Qué mierda se supone que significa eso? ¿Qué nos impide
poner una bala en tu jodida cabeza ahora mismo?—pregunta Pirate.
—Bueno, tu gente en esa camioneta afuera como primera cosa.
Tenía la impresión de que los querrías de vuelta con vida. Sin
embargo, puedo cambiar eso. Esta vez no podrás desactivar la
bomba a tiempo. —Thomas saca un pequeño mando a distancia y
gira algo sobre él.
—¡No, espera! —Archer extiende las manos.
—Entonces, ¿qué estabas diciendo acerca de poner una bala en mi
cabeza?— pregunta Thomas.
Cuando nadie responde, continúa.
— Celine, amor, realmente estás haciendo que esto sea mucho
más difícil de lo que debería ser. Pensé que al menos éramos amigos.
Pasar por todos estos problemas para alejarte de mí realmente hirió
mis sentimientos. No lo aprecio. Voy a preguntarte una vez, ¿vas a
venir conmigo y acabar con todo este dolor? —Thomas se inclina
para poder hablar directamente con Celine, solo el hecho de que
estaba haciendo eso me tenía nervioso.
—No quiero estar contigo, Thomas. Además, tú tampoco quieres
estar conmigo. Ni siquiera te gustan...
Antes de que pudiera terminar la frase, Thomas estaba gritando
de ira:
—Cierra la puta boca, estúpida raja. No sabes una mierda sobre
mí o lo que me gusta. Iba a tratarte bien cuando pusiese mis jodidas
manos sobre ti, pero ahora voy a tomarme mi puto tiempo
mostrándote todo lo que me gusta. Para cuando todos mis amigos y
yo terminemos, estarás abierta desde el culo hasta el coño
rogándome que te mate. Luego para quitarte de mi vista, ataré el
cadáver de tu padre a tus pies y te tiraré al maldito río Mississippi.
Nunca me digas qué carajo me gusta—gruñe.
—Vete a la mierda, Thomas, me tiraré de un maldito puente antes
de convertirme en algo para ti. —Celine estaba llorando, pero aun
así continúa luchando. Las lágrimas eran solo por la sobrecarga
emocional.
—Está bien, hazlo a tu manera. Tengo una mierda de la que
encargarme. Si alguno de vosotros trata de detenerme o lastimarme
mientras salgo, volaré la maldita camioneta. ¿Alguna vez han tenido
que identificar a un amigo usando partes del cuerpo al azar? Será
como un enorme rompecabezas, muy estimulante mentalmente. —
Thomas baja el dispositivo y le lanza un guiño a Celine que me hace
gruñir con desprecio. Le arrancaré los putos ojos de la cara.
—Nadie te va a joder—dice Archer.
Todos lo miran por un segundo, pero sé que tiene razón.
Tenemos que recuperar a nuestra gente sana y salva. Si eso significa
que tenemos que dejar que Thomas salga de aquí con una amenaza
inminente sobre nuestras cabezas, entonces eso es lo que vamos a
hacer.
—Bien, es bueno saber que hay al menos un bastardo inteligente
aquí. Les daré algo de tiempo para pensar cuánto vale para vosotros
la pequeña Celine. Volveré para recoger lo que es mío cuando toméis
la decisión correcta. —Se da la vuelta y tan repentinamente como
llegó, se marcha.
Esperamos hasta escuchar el coche de Thomas arrancar y alejarse
antes de salir corriendo de la casa club. Todos tratamos de llegar a
Mark y al resto de los rehenes.
—¡Mark!—grita Pirate, nos adelanta a todos y corre unos cientos
de metros hasta donde está la camioneta.
Puedo ver movimiento y escuchar gritos sordos, pero nadie sale.
Tal vez todavía hay algunos de los hombres de Thomas y René allí
con ellos.
—¡Pirate, espera! No sabemos quién está en la camioneta—le
digo tratando de que tome un respiro y evalúe la situación.
—¡A la mierda con eso, tengo que sacarlo!—responde a gritos y
todos lo seguimos. Si entra un hermano, entraremos todos. Pirate
llega a la camioneta y mira por la pequeña ventana redonda en la
parte trasera—. Son ellos. Son ellos—grita Pirate cuando todos
llegamos a donde él está.
—Vamos a sacarlos—grita Shyne mientras se dirige al lado donde
está la puerta corrediza.
—¡Espera!—grita Clay, pero es demasiado tarde.
Una pequeña explosión al rojo vivo me hace entrecerrar los ojos y
en ese segundo puedo ver mi vida pasar ante mis ojos. Al menos
creo que eso es lo que veo, no puedo concentrarme lo suficiente para
saber qué diablos vi.
Todos caemos al suelo cuando una ola de fuego comienza a rodar
desde la parte inferior de la camioneta y lame los costados del
vehículo.
—¡Oh mierda! ¡Oh no, no! —Archer salta del suelo e intenta abrir
las puertas.
—¡Por favor, ayuda! —Gritos apenas audibles sobre el rugido del
fuego que parecía absorber todo el sonido en el área asaltaron mis
oídos.
—¡Joder! ¡Mark! ¡Abre la puerta! —Pirate agarra el costado de la
puerta, pero no importa cuánto tire, no se abre.
—¡Está jodidamente cerrada!—le grito, corriendo hacia la puerta
del lado del pasajero para tal vez sacarlos de esa manera. Los
bastardos habían soldado todas las jodidas puertas para cerrarlas. La
puerta del lado del conductor también estaba abollada, por lo que no
se podía abrir de esa manera.
—¡Mierda!—aúlla Shyne mientras mete el brazo en las llamas que
engullían cada vez más la camioneta.
—¡Ahhh! ¡No! ¡Mamá! ¡Mamá!—grita un niño pequeño desde
adentro.
—¡Maldita sea! ¡No se abre!—grita Mark desde el interior de la
camioneta, tosiendo entre cada palabra—. ¡Mierda! ¡Sácanos de una
vez! —El pánico entrelaza sus palabras y la furgoneta se sacude
violentamente de un lado a otro mientras el fuego sigue ardiendo y
chisporroteando a nuestro alrededor.
—¡Id a buscar una maldita barreta! ¡Extintor de incendios,
jodidamente cualquier cosa!—grita Archer mientras continúa
tratando de encontrar una manera de llegar a las personas en la
camioneta. Saca su arma y trata de dispararle a la cerradura, pero
solo abolla el costado.
Yang vuelve corriendo con una palanca, pero ni siquiera con
Pirate, Shyne y yo conseguimos que la puerta se mueva. No solo está
soldada, sino que el calor de las llamas ahora está deformando el
metal. Hace demasiado calor para que nos quedemos por mucho
tiempo.
Shyne intenta llegar al frente de la camioneta y romper la
ventanilla solo para descubrir que hay una rejilla en su lugar. Hay
rejillas en cada ventanilla. No querían que los sacáramos de allí. Ese
bastardo de Thomas sabía que no seríamos capaces de hacerlo. La
pequeña ventana circular en la parte trasera de la camioneta estalla y
los gritos que se escapan me hacen sentir como si estuviera en el
nivel más profundo del infierno. Golpean el metal caliente mientras
se balancea de un lado a otro en sus esfuerzos por escapar. Tos y
llanto. Llanto tanto llanto. El sonido se eleva a un tono imposible
cuando las personas inocentes en el interior son quemadas vivas. El
sudor rueda por mi rostro mientras el intenso calor continúa
aumentando y no tengo más remedio que retroceder lejos del fuego.
El fuerte hedor de la carne quemada asalta mi nariz con cada
respiración.
Shyne se da la vuelta y vomita por todo el suelo mientras gritos
de dolor y muerte nos rodean.
—¡Ma! ¡Mami! ¡Ayyy!—grita un niño y juro que puedo escuchar a
una mujer decir que los ama. Haciendo todo lo posible para calmar a
su bebé en sus momentos finales.
—¡Ayuda por favor!
—¡Salvadnos! ¡Oh Dios, por favor, salvadnos!
—¡Joder! ¡Joder! ¡Ayuda! ¡Por favor ayudadme!—grita Mark
desde el interior del vehículo en llamas. Su voz quebrada por el
humo y el dolor.
Los gritos son cada vez más silenciosos, pero Pirate todavía está
tratando de encontrar una manera de entrar mientras el resto de
nosotros nos damos cuenta de que no importa lo que hagamos,
ahora todos en esa camioneta están muertos.
—¡Espera! ¡No voy a dejarte! ¡Estamos aquí! —Pirate corre hacia
la camioneta de nuevo, pero hace tanto calor que tiene que dar un
paso atrás—. ¡Joder! ¡Mark!—grita y lo intenta de nuevo. Esta vez
logra llegar al lado de la puerta y vuelve a intentar en vano abrir la
puerta corrediza. La mitad de su cuerpo está hundido en las llamas,
pero su hermano está en esa camioneta. Él va a hacer todo lo posible
para tratar de sacarlo. Cuando sus pantalones y chaleco se
incendian, lo agarro y tiro de él hacia atrás. Derribándolo al suelo,
uso mis manos para apagar las llamas.
Todo el mundo está sentado, los gritos han cesado y las llamas de
la furgoneta siguen ardiendo. Ahora vienen del interior, pequeños
penachos de llamas saliendo por la pequeña ventana.
—¡No, tenemos que ayudarlos! ¡Por favor!—grita Pirate y vuelve
a intentar llegar a la furgoneta.
—Se acabó, hombre. Lo siento. Se acabó. —Sostengo a mi
hermano mientras ruge de dolor. No hay nada que podamos hacer
ahora por ninguno de ellos.
 
Capítulo 23
Jameson
 
El fuego quemó la camioneta hasta que pudimos usar los pocos
extintores que teníamos para apagar las llamas. Incluso con tres
extintores, nos tomó más de una hora tener todo bajo control.
Cuando regreso a la casa club, puedo ver a todos los que todavía
están por aquí. Las damas y algunas de las zorras del club están
acurrucadas llorando. Daria corre hacia Archer cuando entra y lo
abraza. Celine me ve y trata de hacer lo mismo, pero la alejo. No
puedo manejar todas las manos y emociones en este momento.
Entro a mi habitación y me siento en la cama. Ha pasado mucho
tiempo desde que perdí a un hermano y, a pesar de saber que esto
no es lo mismo que pasé en el campo, todavía se siente en carne viva.
—Me culpas... ¿verdad?—dice Celine desde donde está parada en
mi puerta.
Aprieto el puño y me muerdo el interior de la boca para no
agarrármela con ella. No tengo tiempo para esta mierda. Acabo de
escuchar a un grupo de personas siendo quemadas vivas. Mi piel
está chamuscada y me duelen los malditos pulmones. No tengo
fuerzas para aguantar unos cuantos rounds con ella.
—No sé de qué estás hablando en este momento, pero déjalo en
paz, Celine.
—No, no voy a dejarlo en paz. ¡Qué tendrá que pasar antes de
que te des cuenta de que esto no vale la pena! —Ella irrumpe en mi
dirección y se detiene frente a mí.
No puedo contenerme más. Ya no tengo la moderación para
contenerme.
—¡Cuál carajo es tu problema, Celine! ¿Crees que necesito esta
mierda ahora mismo? ¡Por el amor de Dios, la gente está
jodidamente muerta y tú estás aquí hablando de ti! Esta mierda no se
trata de ti. ¡Joder! —Me pongo de pie y la empujo para poder salir
por la puerta.
—Sin embargo, lo es. ¿No puedes ver eso? Él no se detendrá.
Ninguno de ellos se detendrá. Esto seguirá sucediendo.
—Entonces, ¿estás sugiriendo que nos rindamos, porque no es así
como funciona esta mierda?
—Es necesario, Jameson. —Ella se pone de pie y me agarra la cara
—. No puedo sentarme aquí, escondiéndome detrás de tus paredes
de acero, esperando que él elimine a toda tu familia. Tienes que
dejarme ir.
—No. No voy a dejar que un pequeño hijo de puta me intimide
para que renuncie a lo que es mío. E incluso aunque tú no lo veas, es
gente como nosotros la que tiene que hacer frente a personas como él
y su padre. ¿En qué maldito clase de mundo estaríamos viviendo, si
nadie pone a cabrones como René en su puto lugar?
—No creo que sea el momento adecuado para darle esa lección.
—No, ahora mismo es el puto momento perfecto. No te voy a
decir esto otra vez. No te culpo por lo que está pasando. No eres la
primera persona a la que René ha tratado de joder, pero tenemos
para asegurarnos de que eres la última. Él necesita saber que no
importa lo que haga en esta ciudad, vamos a estar aquí para joderlo
si se pasa de la raya. No te culpo, joder, no lo hago. No creo que
nadie aquí te culpe. Estás atrapada en una jodida situación, una que
no vamos a dejar que manejes por tu cuenta.
Las lágrimas brotan de sus ojos y apoya la cabeza en mi pecho.
—Lo siento mucho, Jameson. Lo siento mucho. —Ella envuelve
sus brazos alrededor de mí y esta vez la dejo. No creo que esto sea
sobre mí, sino más sobre ella. No la culpo, pero seguramente ella
debe culparse.
—Lo sé, cariño, vamos a superar esto.
Ella solloza y asiente con la cabeza.
Beso la parte superior de su cabeza y espero a que se calme. No la
voy a dejar

ir y no hay nada que alguien diga que me vaya a obligar a hacerlo.


—¿Escuchaste algo de Herb?—le pregunto a Archer desde mi
asiento en la mesa. Una vez que todos pudimos recomponernos y
encargarnos adecuadamente de los cuerpos en nuestro patio trasero,
Archer llama a la iglesia.
—No, no ha habido nadie yendo o viniendo por lo que debamos
preocuparnos. Él dice que es un negocio como siempre.
Pirate se sienta en su asiento, pero puedo decir que en realidad
no está aquí. No va a estar bien por mucho tiempo.
—Joder... oh, joder...—dice Shyne y observo como sus ojos se
cierran. El teléfono en sus manos crujía y gemía por el aumento de la
presión.
—¿Qué?—le pregunta Archer.
Inspiro, sabiendo que lo que sea que Shyne esté mirando en el
teléfono no va a ser bueno. No podemos darnos el lujo de recibir más
malas noticias. No ahora.
—Nos enviaron un mensaje a través de las redes sociales. Nuestra
cuenta ha sido marcada, pero alguien me envió una copia del video.
—¡Qué carajo! ¿Qué quieres decir con las redes sociales? ¿Como
el jodido Facebook? ¡Tienes que estar tomándome el pelo! —Saco el
teléfono y trato de recordar la maldita contraseña de la página del
club. Solo hicimos una, porque Daria pensó que era una buena idea
que la gente conociera a los hombres detrás del casino y del campo
de tiro. Rara vez la revisaba. De hecho, no creo que nadie, además de
Daria, la compruebe.
Archer gruñe de frustración mientras salta de su asiento,
golpeando la silla contra la pared.
—¡Joder! ¿Qué carajo es esto?
Shyne les envía a todos el video por correo electrónico.
—No sé qué es, pero el pie de foto decía, tú tomas lo mío, yo
tomaré lo tuyo.
Cuando abro el video, escucho a una mujer con una bolsa en la
cabeza gritando, pero solo por un segundo. Alguien fuera de cámara
mete la cabeza en una bolsa transparente llena de agua. La mujer
lucha e intenta levantarse, pero el hombre no se detiene. No pasa
mucho tiempo antes de que la mujer deje de pelear por completo y
sus manos caigan a un lado. El video tiene una duración de tres
minutos, no se pronuncian palabras. No se escucha nada, además de
la mujer ahogándose y luchando por su vida, pero tuve que volver a
verlo.
—¿Qué diablos decía el mensaje? Nadie dice nada en este video
—dice Archer y vuelve a mirar a Shyne—. ¿Están tratando de alertar
a las autoridades o algo así? No entiendo por qué harían esa mierda.
—El pie de foto solo decía que nosotros tomamos lo suyo,
entonces ellos tomaron lo nuestro—responde Shyne.
—Joder, me aseguraré de que Daria lo investigue. No quiero que
quienquiera que haya sido pueda publicar de nuevo. —Archer deja
de hablar y se gira hacia mí. Estoy golpeando mis pies con fuerza
mientras vuelvo a reproducir el video.
—No, por favor, no—murmuro para mí mismo y acerco el
teléfono lo más que puedo a mi cara.
—¿Jameson?—me pregunta Archer, pero no puedo responder, mi
atención está completamente paralizada en la mujer del video.
—Joder, no... —Mi garganta se cierra y siento el ardor en mis ojos
mientras las lágrimas amenazan con derramarse.
—¿Qué diablos pasa, Jameson?—me ladra Yang y su
comportamiento frío desaparece.
—Ese es su maldito anillo. Ese es su anillo—respondo, es lo único
que puedo decir. El anillo, es lo único en lo que puedo concentrarme.
—¿Qué?—pregunta Shyne y vuelve a abrir el video. Además del
horrendo video de la mujer ahogándose, no hay nada de fondo, su
mano es lo único visible. Parece que lo hicieron a propósito.
—¡Ese es el maldito anillo de Monica!—rugo. El temor se arrastra
hasta mi pecho mientras lo reproduzco de nuevo. Estoy tratando de
encontrar algo que me permita saber que solo era una maldita
réplica o uno que se parecía al de ella. Pero no lo era, reconocería ese
maldito anillo en cualquier parte. Estaba hecho a medida y nunca se
lo quitó. Cuando estuvimos juntos por primera vez, a Monica le
gustaban las mariposas. Le había propuesto matrimonio y le había
dado un anillo de compromiso personalizado con una mariposa. Las
alas eran gemas de color celeste y verde claro, mientras que había un
solo diamante solitario en forma de lágrima en el medio. No tenía
mucho en ese entonces, pero me aseguré de conseguirle un anillo
que sabía que le encantaría y lo hizo.
—Qué, no… ¿Estás jodidamente seguro?—pregunta Archer y
puedo verlo volviendo a ver el video en el teléfono.
—¿Cuándo fue la última vez que hablaste con ella?
—El otro día, cuando hizo toda esa escena aquí. Me dijo que se
iría a Maine y comenzaría de nuevo. Le dije que nunca volveríamos
a estar juntos. Le di algo de dinero y se fue por su camino. —Vuelvo
a reproducir el video, buscando desesperadamente algo que
demuestre que no era ella. No pude encontrar nada.
—¡Maldita sea! —Archer echa la cabeza hacia atrás—. Ok.
Asegurémonos primero.
—Llámala—dice Pirate desde donde está sentado.
Ni siquiera se me había ocurrido, pero esa podría ser una manera
fácil de averiguarlo con certeza. Si contestaba, sabría con seguridad
que no era ella.
Busco a tientas el teléfono, pero mi mano tiembla tanto que no
puedo sacar el maldito video.
—Me encargo—dice Yang y empuja su teléfono en el centro de la
mesa. Se acerca para abrirlo y llama al teléfono de Monica. No era
sorprendente que tuviera su número. Todos tenían su número, por si
me pasaba algo o necesitaban encontrarme. Ella habría sido uno de
p g
los principales contactos al que habrían llamado para encontrarme.
En un momento fue la persona más importante en mi vida.
El teléfono suena dos veces antes de que alguien conteste.
—¡Monica!
—No, inténtalo de nuevo—responde la voz de un hombre.
Todo mi cuerpo se desmorona, ella era la del video.
—¿Dónde carajo está Monica? —Archer es el que continúa la
conversación.
—Monica está muerta, pero obviamente ya lo sabes. Dame lo que
me pertenece. Devuélveme a Celine o te prometo que esto es solo la
punta del puto iceberg. Oh, creo que te gustaría saberlo. Tu chico,
creo que se llamaba Mark, nunca te abandonó. Era un buen chico.
Apesta que decidieras sacrificarlo. —La línea se corta antes de que
alguien pueda decir algo más.
—¡Hijo de puta! ¡Hijo de puta!—grita Pirate, toma el teléfono de
Yang y lo arroja contra la pared lateral.
—Oh, joder... Monica... —Presiono play de nuevo, viendo a mi ex
esposa luchar por su vida. Mi visión se nubla mientras las lágrimas
ruedan por mi rostro. Sí, ella me hizo mal, pero había sido mi
esposa. La amaba antes y soñaba con que tuviera a mis hijos en
algún momento. En un tiempo, ella había sido mi todo.
—Detente, hermano. Deja de ver esa mierda. —Bones intenta
quitarme el teléfono, pero lo tengo apretado como un lingote de oro
en mi mano. Esto es todo lo que queda de ella.
—Detente, Jameson. No te tortures así. No había nada que
pudieras haber hecho—dice Archer desde dónde está.
¿Seguro? Ella vino aquí. Vino porque sabíamos que existía la
posibilidad de que la familia fuera atacada. Ella vino aquí y la
despedí como si fuera un perro indeseado. Le arrojé algo de dinero y
la dejé largarse de mi mundo directamente a los brazos de los hijos
de puta que le quitarían la vida.
Las palabras que Celine me dijo antes resuenan en mi cabeza. Mi
familia estaba siendo destrozada porque me negué a dejar que se la
llevaran. ¿Ella realmente valía la pena?
 
Capítulo 24
Celine
 
La casa club es en un maldito caos y donde quiera que mire
puedo verlos mirándome de reojo. Jameson me jura que aquí nadie
piensa que esto es culpa mía, pero eso no significa que me esté
diciendo la verdad. Podría estar diciéndome lo que quiero escuchar
para asegurarse de que no me vaya. No sé cuánto tiempo podré
sentarme y dejar que todos los que él conoce terminen muertos. Me
contó lo que le habían hecho a Monica. La mujer estaba loca, pero
eso no significaba que la quisiera muerta.
Salgo de la habitación y me siento en la pequeña cocina en la que
no se ha cocinado nada en los últimos tres días. No conocía muy
bien a estas personas. Aun así, odio tener algo que ver con el hecho
de que estaban sufriendo tanto. Odio que hayan tenido que sacrificar
tanto para que yo esté a salvo.
Veo a Daria en la mesa con su portátil y un módem especializado
conectado a ella. No quería molestarla, pero de todos aquí, ella
parecía ser la única a la que todavía le gustaba. Al menos no parecía
como si quisiera que mi cabeza explote en la oportunidad más
cercana posible.
—¿Estas ocupada?—le pregunto, aunque puedo verla mirando
fijamente la pantalla frente a ella. Sólo quiero alguien con quien
hablar. Jameson está cerca, pero no ha estado durmiendo bien. A
pesar de que está tratando de mantener una cara valiente para mí,
puedo decir que está molesto por lo que pasó con su ex esposa. Esa
noche me dijo que había llorado por ella. Tuve que abrazarlo
mientras lloraba por la mujer cuyo lugar yo había tomado. Fue duro,
pero era algo que tenía que hacer.
—Nah, en realidad no. No voy a llegar más lejos de lo que ya he
ido. —Se encoge de hombros y palmea la mesa indicando que quiere
que me siente.
Me tomo un segundo para mirar lo que está haciendo y no es
algo que esté acostumbrada a ver. Es un montón de código de
computadora, creo que HTML y tal vez algunas otras cosas. Sin
embargo, no tengo idea de lo que significa nada de eso. Daria es una
experta en tecnología. Por lo que Jameson me dijo sobre ella, ella es
su recurso cuando necesitan cualquier tipo de información que no
pueden obtener de fuentes normales.
—¿Qué estás buscando?
—El propietario de la cuenta que publicó el video en nuestra
página. Sin embargo, no se me ocurre nada nuevo. Todo lo que sé es
que se publicó desde una dirección IP que dice que está ubicada en
el estado.
—¿Puedes obtener la ubicación de las personas solo con lo que
publican en Facebook?—pregunto completamente desconcertada.
Eso me parecía una violación total de la privacidad, aunque
probablemente algo que podría ser útil.
—Te sorprendería la cantidad de información que la gente pone
en la web sin darse cuenta. Todo en Internet deja un rastro. La
mayoría de las personas piensan que una vez que eliminas o cierras
sesión en un sitio, toda evidencia desaparece. No es el caso, todo está
ahí esperando que alguien como yo desentierre la información. Sí,
por lo general podría averiguarlo, pero estos tipos se aseguraron de
bloquear su ubicación. Tuvieron cuidado y se aseguraron de que
cualquier IP que estuvieran usando fuera rebotando por otras
regiones. Es casi imposible rastrearlos sin que publiquen otro video
y no creo que sean tan estúpidos como para hacer eso. —Aparta la
mirada de la computadora y enfoca su atención en mí—. ¿Qué hay
de ti? ¿Qué está pasando?
—Oh, nada... ya sabes, solo responsable de una gran cantidad de
muertes. Un día típico—digo medio en broma y dejo caer la cabeza
entre las manos. Solo quiero derrumbarme. Siempre me habían
enseñado a volver a levantarme sin importar lo fuerte que te
empujen hacia abajo, pero ¿cómo supero esto? ¿Cómo le gano a un
loco como René? En este momento, no estoy viendo una manera de
hacerlo.
—¿En serio crees esa mierda?—me pregunta Daria.
Cuando vuelvo mi mirada hacia ella, puedo ver que me está
mirando y no solo con molestia, sino con una clara ira.
—¿Cómo podría no creer eso?
—Celine, sé que están pasando muchas cosas en este momento y
que las cosas son difíciles. Pero mis hermanos y mi esposo se han
sacrificado mucho, no por ti, sino por su forma de vida y por la
forma de vida que todos nosotros queremos. No abarates lo que han
hecho tratando de cargar con toda la culpa. No eres el cabrón que no
sabe que no debe tratar de vender a la gente. No eres la que prendió
fuego a esa camioneta. No eres la que mató a Mónica. Nada de eso
fuiste tú... así que no trates de hacerte cargo de esto. No quiero
escuchar algo así nunca más. O vas a estar con nosotros ayudando a
averiguar cómo liquidamos a René y a su loco hijo o nos vas a
eliminar a todos. No hagas que Jameson luche por ti solo. —Daria
mira hacia otro lado. Respira hondo, tratando de contener su ira.
—Lo siento, sé que tienes razón. Sé que no es mi culpa, pero no
quiero que nadie más se involucre en mi drama. Solo quiero que
todos salgan de esto enteros y vivos. Todos.
—¿Y tú? ¿No mereces salir de esto? ¿No mereces ser feliz con
Jameson? ¿Por qué no está esa opción sobre la mesa?
Abro la boca para responder, pero por mi vida no tengo nada que
pueda decirle. No hay respuesta de por qué no se me permite vivir
mi vida plenamente y ser feliz. Quería que mi padre estuviera vivo y
seguro, que Jameson fuera mío y que el club estuviera bien. Pero,
¿cuándo iba a empezar a preocuparme por estar bien?
Me sacudí la pregunta y cambié a algo que pensé que era más
apropiado: que ella fuera una hacker.
—¿Cómo aprendiste a hacer todo esto?
—Oh, esto no es nada, deberías ver lo que puede hacer Pooh en
Puerto Rico. Quiero decir que ese hombre es un maldito mago. Tal
vez debería comunicarme con él por esto. Honestamente, fui a la
escuela de diseño web. El resto simplemente vino mientras jugaba.
—Es una locura poder encontrar a alguien incluso si no está
ubicado en ningún lugar del mapa. Parece que es una invasión de la
privacidad, pero si encuentra a personas como René, entonces estoy
totalmente de acuerdo.
—Oh, confía en mí, hay mucho más que puedo encontrar además
de dónde se encuentra una persona. De hecho, si vieras todos los
historiales de navegación web por los que he pasado, lo pensarías
dos veces antes de usar la computadora otra vez. —Daria se ríe y
vuelve a mirar la computadora. Quiero ayudarla, pero sé que no hay
nada que pueda hacer. Ella es la maga, no yo. Lo máximo que puedo
hacer es ofrecerle algo de compañía. Creo que eso me vendrá bien.
—¿Alguna vez le dirás a Jameson lo que te está pasando o vas a
seguir fingiendo que esto no está pasando? —Daria vuelve a la
conversación difícil, mientras abre otra pestaña en su computadora.
—Le dije. Le dije que me dejara ir, pero actuó como si estuviera
loca. Quiero decir que no hay nada más que pueda decirle para
demostrar que tenerme aquí es lo peor que puede hacer en este
momento.
—¿Lo peor? En serio, creo que tenerte aquí es lo mejor que le ha
pasado a Jameson.
—No le he causado más que problemas.
—Se está enamorando de ti—dice Daria sin dudarlo y mi boca se
cierra de golpe.
—¿Qué?—pregunto cuando finalmente puedo hacer que mi boca
se abra de nuevo.
—Por favor, chica, no puedes decirme que no lo ves. Ese hombre
se está enamorando perdidamente de ti. No hay nada que pueda
estar sucediendo que haga que él te abandone.
Me río un poco, pero no le respondo. Si eso es cierto,
simplemente pone una pieza completamente nueva en el pastel.
Nunca me dejará ir, incluso si es lo mejor para él. Jameson lo
sacrificará todo si eso significa que puede quedarse conmigo. Estoy
feliz si él se siente así, pero sé que con todo lo que está pasando en
este momento, ese no puede ser el camino. No dejaré que se
sacrifique por mí. No

puedo vivir con eso.


—¿Todo bien, cariño? —Jameson camina detrás de mí mientras
vuelvo a colgar el teléfono. He estado deambulando por la casa club
la mayor parte del día. Manteniéndome ocupada todo el tiempo,
pasando de hacer una cosa a otra. Incluso había fregado los baños.
No es lo más destacado de mi semana. De vez en cuando usaba el
teléfono del club para intentar llamar a mi padre. Pero no he sabido
nada de él. Por ahora estaba segura de que estaba muerto. Estaba
esperando que alguien se acercara y me dijera dónde podría recoger
el cuerpo. Mi padre era duro como un clavo, pero no podía verlo
pasar por algo como esto.
Cuelgo el teléfono de nuevo en la base y me dirijo a Jameson.
—Sí, solo estaba comprobando si tenía algún mensaje de mi
padre.
—¿Algo?
—No, nada. —Busco en sus ojos el odio que sé que siente por mí,
pero no veo nada. Veo tristeza y adoración, pero no ira.
—Me dejaste solo ahí arriba. —Me acerca a él.
—Sí, bueno, estabas roncando como una cortadora de césped. O
me iba o me quedaba sorda. —Sonrío y él me acerca más, plantando
un beso en mis labios.
—¿Me prometes que no irás a ningún lado?—me pregunta
mientras coloca su frente contra la mía.
—Estoy aquí contigo, Jameson. Puedes confiar en mí.
Retrocede un poco y asiente, luego se pasa las manos por la cara.
—No sé por qué tu padre no se ha acercado a ti. De alguna
manera, sé que René no lo ha matado, estoy seguro de que esa sería
una de las primeras cosas de las que habría presumido.
Me estremezco ante la idea de que mi padre sea el próximo
objetivo de la tortura. Aunque tiene razón, a René le gusta presumir
de lo que ha hecho. No hay forma de que hubiera matado a mi padre
y no me lo hubiera dicho. De hecho, ni siquiera creo que exista la
posibilidad de que mi padre se haya ido por tanto tiempo sin que
ellos se den cuenta de dónde está. Mi padre era un hombre grande,
rápido y fuerte, pero nunca sabía cuándo estaba vencido. Ya habría
regresado y deben haberlo atrapado. Tal vez planeaban usarlo como
cebo, pero no lo harían por teléfono. A René y su hijo les gusta el
fuerte impacto visual. Si iban a utilizar a mi padre para atraerme, lo
harían trayéndolo aquí o a través de un video como lo habían hecho
con Monica.
—Yo tampoco lo sé—le digo a Jameson, dejando que la
conversación termine. No es porque no quiera hablar con él, pero mi
cerebro ya va a un millón de kilómetros por minuto.
—Déjame hablarte un segundo, Jameson. —Bones lo llama y
Jameson se marcha.
Tomo eso como mi señal. Corro hacia donde Daria había dejado
su computadora en la mesa de la cocina. No sé exactamente lo que
estoy buscando. A pesar de eso, tengo el mal presentimiento
mientras reviso mi correo electrónico de que estoy a punto de
encontrar mucho más de lo que quiero encontrar.
Cierro los ojos y tapo mi boca antes de que un grito pueda
escapar de mi boca. Hay docenas y docenas de correos electrónicos
allí, todos de una dirección que no conozco. Cada uno de ellos tiene
un archivo adjunto de video. Miro alrededor del espacio para
asegurarme de que estoy sola y bajo el volumen de la computadora.
Cuando abro el archivo adjunto, veo una parte de mi peor pesadilla.
Mi padre está atado en una especie de sótano y lo están golpeando
con bates.
El siguiente archivo adjunto es más de lo mismo, solo que esta
vez lo golpean con palancas. Cada uno de los correos electrónicos
tiene el mismo mensaje.
Uno tuyo por la devolución de lo mío.
Solo me habían enviado esto pensando que los vería y correría a
donde sea que estén.
Ellos tenían razón.
Busco el último correo electrónico y me limpio las lágrimas que
han caído de mis ojos. Este vino esta mañana. Presiono responder y
pregunto dónde debo reunirme con ellos.
La respuesta llega a mi correo electrónico segundos después.
Hay una dirección e indicaciones para ir sola. Si lo hago, dejarán
vivir a mi padre. Si no lo hago, nos matarán a ambos en el acto y
seguirán cobrándose nuestra deuda con los Wings of Diablo. ¿Cómo
hago esto?
El club me seguirá si les digo, no solo Jameson, sino todos. Si no
les digo, pensarán que René logró localizarme y seguirán
buscándome.
No hay otras opciones aquí. Tengo que hacer esto, pero tal vez no
tenga que hacerlo completamente sola.
Cierro mi correo electrónico y abro algunos otros sitios web,
algunos de ellos son cuestionables. Subo las escaleras y le escribo
una carta a Jameson. Le había prometido que no lo dejaría, pero
tengo que hacer esto. Dejo la carta debajo de su almohada, en algún
lugar que no sea muy visible.
Necesito darme algo de tiempo, suficiente para poder sacar a mi
padre de allí y ponerlo a salvo.
Entro al baño y abro la pequeña ventana, no sin antes desactivar
la alarma. Tarde o temprano se darán cuenta de que la he
desactivado, pero rezo para que sea tarde. Me deslizo por el
pequeño espacio y salgo corriendo antes de que mis pies toquen el
suelo.
Jameson estará decepcionado y asustado. Sin embargo, rezo para
que sus hermanos lo mantengan calmado el tiempo suficiente para
que se dé cuenta de que no me iré. Sólo le estoy mostrando el
camino.
 
Capítulo 25
Celine
 
La puerta del pequeño club nocturno se abre en cuanto me
acerco. No veo una mirilla o una cámara, pero debe haber una.
Al instante que entro una luz brillante me ciega y tengo que
llevarme la mano a la cara para protegerme los ojos.
—¡MMM... Mm!—escucho gemir a alguien, pero mis ojos no
pueden enfocarse en mi entorno.
—Te tomó bastante tiempo venir. —La voz de René resuena en el
espacio abierto.
Finalmente, mis ojos se adaptan a la luz que me rodea. Puedo ver
que el club nocturno en el que estoy parada ha sido destruido, no
hay nada en el lugar además de algunas cajas, un par de sillas y tres
mesas, y lo que solía ser un bar. A nadie se le ocurriría buscar en este
lugar.
—¡Mmm!
Mi cabeza gira hacia el sonido de la persona gimiendo. Es mi
padre. Mis ojos lloran al ver el estado en el que se encuentra. Lo
tienen clavado a una mesa, literalmente. Sus manos están clavadas
con clavos largos a una de las mesas para que no pueda levantarlas.
Es una vista espantosa y me hace saber que los días de boxeo de mi
padre han terminado. Quiero correr hacia él, pero no quiero
aumentar mis emociones más de lo que están.
—Ahora, estoy aquí. Soltadlo—digo buscando a Thomas o a
René.
Los dos salen de las sombras como dos jefes de la mafia en una
película de clase B que va directa al DVD. Quiero poner los ojos en
blanco ante su dramatismo.
—No, creo que deberías ser castigada un poco más. Has
desperdiciado un poco de nuestros activos tratando de huir por toda
la ciudad. ¿Qué piensas, hijo? ¿Tal vez necesitamos darle una
lección? —René se vuelve hacia Thomas, que solo me está mirando.
—Sí, déjame buscar mis tenazas—responde él mientras una
sonrisa astuta se abre camino en su rostro.
—Tenazas, no... te las compré para ella para que puedas
continuar con nuestra línea. ¿Cómo te van a ayudar las tenazas a
hacer eso?
—¿Continuar la línea? ¿Como bebés?—pregunta Thomas.
—Por supuesto, tus hermanos ya me han dado para elegir, pero
tú eres el único que se está conteniendo. ¿Por qué crees que me he
tomado todas estas molestias para traerla de vuelta a ti? Podría
haberla matado hace días, solo por su falta de respeto. Pero dejaste
muy claro que, si hubiera alguien que pudiera dar a luz a tus hijos,
sería ella.
—Bueno, sí, quiero decir…—comienza a tartamudear Thomas y
sé que está preocupado de que su padre esté a punto de descubrir su
pequeño secreto—. Me aseguraré de no estropear nada ahí abajo. Le
puedo sacar algunos dientes o algo así.
—¡No!—ruge René y mira a su hijo—. Al igual que no aprecio
que ella me haga perder el maldito tiempo, tampoco aprecio que tú
lo desperdicies. Hijo o no, si me enviaste a una jodida búsqueda
inútil para localizar a esta mujer y no tienes la intención de utilizarla
de la forma en que debe ser utilizada... vamos a tener un maldito
problema. Quieres castigarla, está bien, necesita ser castigada. Tengo
la manera perfecta para que hagas eso. —René agarra a su hijo por el
cuello y tira de él con bastante fuerza en mi dirección—. Muéstrale a
su padre exactamente para lo que la apuntó.
¿Qué? Mis ojos se abren en estado de shock. No puede estar
diciendo lo que creo que está diciendo.
—¡MMMM, mm, mmph, MMM!—grita mi padre algo inaudible.
Aunque por la forma en que sacude la cabeza y mueve las piernas, sé
que los está amenazando.
—Bien, si eso es lo que crees que es mejor papá. Lo haré.
—¡Emmett, Cyril, sujetadla! —Oigo pasos a mi lado. Dos
guardias que no me di cuenta estaban allí, intentan agarrarme.
Doy un paso atrás y antes de darme cuenta de lo que está
pasando, mis manos están soltando combinaciones perfectas.
Derechazo, derechazo, cruzado. Uno de ellos cae al suelo
mientras el que está detrás de mí me agarra de los brazos. Giro mi
cabeza hacia atrás y hago contacto perfecto con su nariz. Me suelta
justo cuando el primer guardia se levanta y se abalanza sobre mí. Su
cabeza está hacia abajo, absolutamente la peor posición para él.
Retiro mi mano y voy hacia arriba en un gancho perfectamente
colocado. El chasquido resonante de sus dientes es satisfactorio
mientras cae al suelo inconsciente.
El hombre detrás de mí trata de agarrarme de nuevo, pero vuelvo
a colocarme en mi postura y lanzo otro gancho a su cara.
Aparentemente, nadie les había enseñado a estos bastardos cómo
mantener sus manos en alto cuando pelean.
—¡Suficiente!—grita René. Miro hacia arriba para ver que tiene
un arma presionada contra la cabeza de mi padre.
—No… ¡Papá!—grito y el guardia al que acababa de golpear me
agarra de los brazos. Intento echar la cabeza hacia atrás, pero debe
haber caído en la cuenta la última vez, ya que la aparta del camino.
Me deja al otro lado de la mesa frente a mi padre.
—Mmm. Mmm... mmm... —Mi padre está empezando a
hiperventilar mientras lucho contra el hombre que me sujeta.
Thomas se me acerca y empieza a quitarse la camisa. Me
equivoqué, es enfermizamente flaco. La vista de su delgado pecho
como el de un pájaro me da ganas de vomitar. Creo que fácilmente
podría atravesarle el pecho de una patada, es así de flaco.
No hay forma de que tenga la fuerza para sujetarme solo, va a
necesitar su guardia aquí para todo el asunto.
—¡Detente, espera! ¡Solo detente!
—No, deberías haber venido a mí como se suponía que debías.
Ahora, esto tiene que ser mucho peor de lo que debería ser.
Mis ojos se lanzan hacia mi padre y puedo ver que va a
enloquecer. Su cara está roja como una remolacha y está tratando de
liberar sus manos empaladas con los clavos que lo mantienen
inmóvil. Esto no puede estar pasando. Una cosa es que me pase esto
a puerta cerrada, pero esto lo matará. Mi padre morirá sabiendo que
dejó que me pasara algo así y que todo lo que pudo hacer fue
quedarse junto a mí y mirar.
—¡No jodas con eso, Thomas, fóllate a esa perra!—gritó René y su
hijo se estremeció.
Lanzo una patada, pero no me conecto con nada además de la
mesa en la que estaba acostada.
—Joder, no puedo esperar a que le bajen los humos a esta perra—
dice el guardia que sostiene mis brazos.
—¡MMM, MMMph... Mmm!
No puedo oír lo que mi padre está gritando. Desearía al menos
poder hablar con él, asegurarle que estaré bien.
Thomas estira mis piernas y se arrastra sobre la mesa encima de
mí. Agarra mi cabello lo suficientemente fuerte como para que
lágrimas salten de mis ojos.
—¡Perra estúpida! Sabía que no valías mi tiempo. Si hubieras
aceptado darme lo que jodidamente quería, no estaríamos en esta
maldita situación, ¿verdad? Esto es toda tu jodida culpa y no sirve
de nada llorar ahora. —Thomas se inclina y lame un lado de mi cara.
—Por favor, no hagas esto—le susurro. Sólo que eso no hace
nada, solo lo enfurece aún más. Saca un cuchillo de la cintura y
comienza a cortar la tela de mi piel. De vez en cuando, la punta de la
hoja corta mi piel y me hace estremecerme de dolor.
—¡Te voy a follar hasta que me ruegues que pare!—gruñe
mientras continúa tomándose su tiempo torturándome y
amenazando con lo que está por venir. Se agacha y se desabrocha los
pantalones solo bajándolos un poco, pero lo suficiente para que
sienta la piel.
Se presiona sobre mí. Espero sentir su pequeña y dura polla
clavándose en mi piel, pero no siento nada, solo carne blanda. No
está duro, ni siquiera un poco. ¿Cómo diablos puede violarme si no
puede ponerse duro? Miro a mi padre por un segundo, con la
esperanza de que sepa que solo estoy haciendo esto, porque creo que
tengo que hacerlo para sobrevivir. No sé si va a funcionar, pero daré
lo mejor de mí.
Cambio mi táctica.
—He estado esperando esto—le susurro y miro profundamente a
los ojos de Thomas.
—¿Qué?—tartamudea.
—Pensaba que me había escapado porque no te deseaba. Pero, si
te soy sincera, te deseo. Solo tenía miedo de tu negocio... Quiero
decir, esto es demasiado. Pero estoy, estoy tan excitada por ti en este
momento. Fóllame, no puedo esperar a sentirte muy dentro de mí,
Thomas.
Su cara literalmente se vuelve verde. Me echo a un lado, porque
creo que va a vomitar.
—No hablas en serio—dice Thomas mientras se inclina lejos de
mí.
—Oh, sí, lo hago, digo en serio cada palabra. —Levanto una de
mis piernas y la envuelvo alrededor de la suya acercándolo a mí.
René se ríe desde donde está.
—Lo sabía. Es un bicho raro. Vamos, hijo, muéstrale en lo que se
está metiendo. ¡Estará rogando por tu polla para cuando termines!
¡Enséñale!—alienta René a su hijo a continuar.
—Pensé... pensé que se trataba de un castigo—dice Thomas en
voz alta, tratando de alejarse de mí.
—Castígame. Estoy muy mojada esperando que me castigues.
Tomaré toda tu polla como castigo—digo en mi tono más vulgar. Me
arriesgué a mirar en dirección a mi padre y ya no gime, pero la
mirada en sus ojos muestra puro disgusto. No todos los días
escuchas a tu hija virgen recién desvirgada hablar sobre cuánto
quiere la polla de alguien. Él debe estar golpeando mi culo en su
mente.
—No, no me vas a obligar a darte mi vara para tu placer. —
Thomas se aleja de mí. Está más que listo para levantarse de la mesa
y dejarme intacta. Había encontrado su botón. No le gustaban las
mujeres. No sé si había algo que pudiera hacer además de violarlo
yo misma que hubiera hecho que hiciera lo que su padre le pedía. Si
quisiera lastimarme, eso era una cosa, habría usado algo para
hacerlo. Sin embargo, si pensaba que realmente iba a tener que tener
sexo conmigo, no podía hacerlo.
—¿Obligarte? No te estoy obligando, cariño, te pertenezco,
¿recuerdas? Comprada y pagada... Reclámame, fóllame hasta que
llore para que te detengas. De eso se trata todo esto, ¿no? —Hago un
puchero, la mirada tonta en mi rostro me da ganas de poner los ojos
en blanco.
—¿Por qué diablos tu polla no está en su coño en este momento?
—pregunta René, la risa en su rostro de hacía unos momentos se ha
ido—. La compré como tu regalo de cumpleaños. Todas las demás
mujeres que te he traído, te has quejado de que hay algo mal con
ellas. Pero ahora te traje a la mujer que dices que es perfecta para ti,
pero todavía te niegas a follarla. —Él parece en estado de shock.
—No puedo, papá, no quiero hacer esto aquí. Tal vez cuando la
lleve de regreso a casa y no haya tanta gente mirando. ¿Cómo
diablos puedes esperar que haga algo cuando hay tanta maldita
gente en la puta habitación?. —Thomas trata de forzar un poco de
ira en su tono, como si no creyera que su padre pudiera haberle
pedido que se avergonzara así.
—No, al diablo con eso. Te la follarás ahora mismo frente a mí.
Plantarás tu semilla en esta chica ahora mismo. Necesito hombres,
no maricas—gruñe René y Thomas se queda boquiabierto. Él lo
sabía. Sabía que su hijo era gay y ésta era su forma de demostrar que
no lo era.
—No soy un marica, papá.
—¿En serio? Escuché los rumores, muchacho. Escuché que pasas
las noches en esos clubes. No puedo tener esa mierda asociada con
mi nombre. Hijo o no, si no me demuestras ahora mismo que amas
un coño, vas a ser el próximo clavado en una puta mesa.
—¡Qué carajo, papá, no soy un maldito marica!—le grita Thomas
a su padre y se aleja un paso de mí. El guardia sigue sujetando mis
brazos y lo último que quiero hacer es enojar más a alguno de ellos.
Me quedo completamente inmóvil y dejo que esto se desarrolle de la
manera en que lo hará.
Mi padre me mira con los ojos entrecerrados tratando claramente
de averiguar qué carajo estoy haciendo, pero no dice nada. Le guiño
un ojo para hacerle saber que estoy bien y él sacude la cabeza con
incredulidad.
—Tú dices eso, pero ¿por qué coño ella no está clavada en tu
maldita polla en este momento, si no lo eres? No tendré ningún
jodido marica en mi familia. Si quieres una parte de lo que he
construido, muéstrame ahora que sabes lo que estás haciendo.
Thomas lo mira fijamente por un segundo, su boca se abre y se
cierra como un maldito pez antes de volverse hacia mí y lamerse los
labios secos.
—Bien, si quieres que me folle a esta perra sucia, lo haré. No
quiero volver a oír hablar de esta mierda nunca más.
—Nunca más, hijo. Nunca más. Hazme sentir orgulloso.
Thomas se baja los pantalones aún más y puedo ver su miembro
flácido pegado contra el saco de pelotas. Ni siquiera tenía una jodida
semi erección en este momento. Nada de esto lo excitaba.
—Quitadle las putas bragas—ordena y el guardia rasga
bruscamente el resto de la tela, no es que quedara mucho para cubrir
mi modestia.
—¡Quítate de encima—suelto mientras el guardia me arranca las
bragas. Ahora no había una puta salida de esta mierda.
—Al diablo con eso. Quédate quieta—dice Thomas mientras
comienza a acariciarse la polla, con los ojos cerrados, probablemente
pensando en otra persona. Muy lentamente comenzó a ponerse duro
—. Ni siquiera pienses en correrte en mi polla o te cortaré la bonita
garganta aquí mismo—me grita Thomas mientras regresa a la mesa
a la que mi padre todavía está clavado y donde estoy completamente
desnuda.
Se arrodilla entre mis piernas y continúa bombeando su polla,
dolorosamente fuerte con su mano. En lugar de ponerse más erecto,
parece como si estuviera perdiendo la erección.
—A la mierda con esto. —Se inclina y, aunque solo está semi
duro, trabaja para abrirse paso dentro de mí. Obliga a los labios de
mi vulva a abrirse de par en par con las manos, estirándolos lo
suficiente como para gritar de dolor. Él gime ante eso, excitado por
mi dolor.
Cierro la boca e intento no volver a gritar. No le daré la
satisfacción. Vuelvo la cabeza hacia mi padre. Está llorando y
gimiendo a través de la mordaza.
—Shhh, está bien. Cierra los ojos, papá. Solo cierra los ojos. —Me
calmo tratando de que no esté aquí conmigo en este momento. Si así
es como esto iba a suceder, no necesitaba que él lo recordara. No
quería que me viera así—. Por favor, papá. No mires.
Exhala con fuerza y cierra los ojos.
Yo hago lo mismo.
Solo tenía un lugar más para esconderme, en mi mente. Thomas o
René no podrían encontrarme allí. Simplemente me iría hasta que
esto terminara.
 
Capítulo 26
Jameson
 
Después de sentarme con Bones durante un rato para asegurarme
de que tuviéramos todo lo que necesitábamos para enterrar
apropiadamente a nuestra gente, fui a sentarme en el bar. Mi mente
está nadando con toda la mierda que está pasando. Celine era la
única maldita paz que tenía en este momento. Para alguien que
conozco desde hacía menos de un maldito mes, su dominio sobre mí
era profundo e inamovible.
Todos hemos estado deambulando por aquí sin mucho que hacer.
Las alegrías de estar encerrado. René seguía apareciendo por toda la
ciudad, pero nadie quería ir en su contra. Todos teníamos miedo de
que atrapara a alguien de nuestras familias y los lastimara. Algo que
ya había demostrado que puede hacer.
—¡Qué carajo!—dice Yang en voz alta mientras recojo la bebida
de la barra y lo presiono contra mis labios. La exclamación de Yang
me saca de mi estado de insensibilidad. ¿Qué demonios estaba
pasando ahora?
—¿Qué es? ¿Qué?—pregunto saltando de la silla.
—¿Recibiste un mensaje, Yang?—dice Archer desde el otro lado
de la habitación. Él y Daria están de pie junto a la puerta lateral.
—¡Mierda! —Yang se levanta de su asiento y corre como si el
mismo diablo lo persiguiera. Lanza la única palabra que ninguno de
nosotros quería escuchar por encima del hombro mientras se dirige a
las habitaciones de la derecha—. ¡Brecha!
—¡Maldito infierno! —Despego muy cerca de él, los pasos de mi
compañero de parche pegados a mis espaldas. Entraron. Alguien
irrumpió en la casa club. ¿Cómo diablos es eso posible y por qué no
sonaron las malditas alarmas? — Cuando Yang se detiene frente a mi
habitación e irrumpe, mi jodido corazón se cae a mis pies. No. No.
Joder no.
—¡Celine!—llamo a gritos, pero no obtengo respuesta.
Cuando entro en la habitación, Yang está en el baño y Celine no
se encuentra por ningún lado.
—¿Dónde diablos está Celine?—pregunta Pirate una vez que
entra en mi habitación y puede ver que ella no está aquí.
No puedo evitar que mi cerebro sienta que se me va a salir de los
oídos. Esta mierda no puede estar pasando de nuevo, no puedo
perderla a ella también. ¡Qué carajo!
—Espera, solo espera. Revisa el resto del complejo, ella todavía
podría estar aquí—grita Archer su orden. El resto de mis hermanos
se mueven para buscar, pero yo solo me quedo aquí y miro
alrededor a la habitación vacía esperando despertar de la pesadilla
que seguramente estoy teniendo.
—Quédate conmigo aquí, Jameson. Vamos a encontrarla. —Bones
me agarra del cuello y lo aprieta tratando de darme algo de fuerza.
—Prez—llama Yang a Archer, quien vuelve a entrar en la
habitación conmigo.
—¿Sí?
—No se la llevaron. —Yang lo mira a él y luego a mí—. Celine se
fue sola.
La rabia se hace cargo rápidamente. Ella no se fue. Ella me
prometió que no se iría. Confío en esa mujer con todo lo que soy y si
dijo que no me iba a dejar, entonces no se iría.
—Vete a la mierda, ¿cómo coño puedes decir una mierda como
esa? Después de toda la mierda que tenemos, crees que debemos
descartar el hecho de que ella desapareció.
Yang da un paso hacia mi cara, antes de retroceder poco a poco,
un gesto de sumisión. Ira o no, yo seguía siendo el maldito VP, su
superior. Podría estar jodidamente equivocado en este momento y si
él no me hablaba con una apariencia de respeto, podría tener su puto
pellejo.
—Se fue sola, Jameson. La alarma nunca sonó, porque ella la
desactivó. Solo hay una forma de hacerlo y es desde adentro. A
menos que pienses que uno de esos bastardos pasó por delante de
todos, abrió tu puerta, la levantó sin que ella dijera una palabra y
saltó por la maldita ventana. —Yang señala los cables que deben
estar conectados. Sin embargo, no están cortados, están
desconectados y fueron colocados a un lado con cuidado.
Él tenía razón, ella se había ido sola.
—Esto no tiene ningún jodido sentido, ¿por qué diablos se iría
ahora después de saber que la vamos a proteger? ¿Por qué diablos
me dejaría ahora? —Aprieto la mandíbula cuando una oleada de
malditas emociones no deseadas amenazan con volverme inútil.
Estaba molesto cuando perdí a Mónica, pero eso era más culpa y
tristeza que otra cosa. Incluso en la muerte sabía que nunca
habríamos estado juntos y que ella necesitaba permanecer fuera de
mi vida. Excepto que fui lo suficientemente tonto como para pensar
que Celine era diferente. Había creído que podía confiar en ella.
Ahora tengo que preguntarme si ha estado jugando con nosotros
todo el tiempo. Tal vez estaba involucrada en todo esto con Thomas
y René. Nunca he visto a su padre, ni una sola vez y no tiene sentido
que no haya aparecido en ninguna parte de la maldita cuadrícula.
¿Estaba jugando conmigo desde el principio?
Gruño de frustración y hundo mis manos en mi cabello para
tirarlo. Eso no hace nada para calmar el dolor profundo en mi pecho.
Rujo y golpeo con todas mis fuerzas la pared más cercana, una y otra
vez hasta que abro un agujero en la capa exterior de madera y mi
mano golpea el frío metal debajo. Aun así, eso no me impide volver a
golpear. Dolor, tal vez el dolor pueda atravesar el entumecimiento.
—¡Jameson! ¡Detente, maldición! —Archer intenta agarrarme,
pero lo tiro a un costado. El resto de la gente que estaba en la sala se
acerca. Archer era el presidente, no estaba permitido ponerle una
mano encima.
Lo miro tirado en el suelo.
—¡Ella jugó con nosotros! Me usó. ¡Le hice esta mierda a mi
familia por ella y ella jugó conmigo!
—No sabemos eso—responde Archer desde donde está tendido
de espaldas. Una ráfaga de gente regresa, aparentemente su
búsqueda en los terrenos de la casa club ha terminado.
—¿Que está pasando?—pregunta Shyne.
—Celine se fue sola—les informa Yang y todos resoplan como si
acabaran de desinflarse. Ellos lo hacen. Habían pensado que ella era
familia. Solo que la mujer por la que estaban luchando tan duro para
proteger, resultó ser el maldito enemigo.
—¿Qué diablos? ¿Por qué diablos haría esa mierda?—dice Clay.
Siendo un prospecto, ni siquiera debería estar hablando, pero no
tengo la capacidad mental para corregirlo en este momento.
—Esto es una mierda. Malditas rajas. —Pirate niega con la cabeza
y trata de alejarse.
—No, no lo entiendes. Ella no haría esa mierda—sigue hablando
Clay—. Jameson, estuve con ella esa noche en que los hombres de
René los acorralaron. Estaba dispuesta a dar su jodida vida para
asegurarse de que estuvieras bien. Corrió a un jodido tiroteo para
asegurarse de que pudieras salir. Si ella se fue sola, hay más en la
maldita historia que ella es una jodida enemiga... porque no me creo
esa mierda—dice Clay, manteniendo mi mirada. Lo escucho y todo
en mi jodida alma quiere creerle, pero no tiene sentido. No puedo
conectarlo con lo que estoy viendo, porque en este momento todo lo
que veo es una habitación vacía donde debería estar ella.
—¿Luke? —La voz de Daria llega a la habitación.
—¿Daria?—responde Archer, claramente preocupado de que algo
esté sucediendo afuera que no puede ver.
Daria entra a mi habitación con su portátil en las manos. Ella
mira a todos y luego a su esposo.
—Tengo algo que creo que necesitas ver.
—¿Qué? ¿Dejaron otro mensaje en la puta página? —Archer se
levanta del suelo.
—No, ellos no. —Mira alrededor de la habitación de nuevo y
luego de nuevo a Archer. Ella necesita su permiso.
—Está bien. Muéstranos—dice él.
—Ok. —Daria se deja caer rápidamente en la cama y abre el
portátil—. Celine y yo tuvimos una conversación antes sobre cómo
comencé a incursionar en la web oscura y todo eso. Le conté sobre
los historiales de navegación y cómo la mayoría de las personas no
se dan cuenta de que en realidad no desaparece. Solo porque cierras
algo y abres otra página no significa que desaparezca lo que estabas
buscando originalmente. —Hace clic en algunas cosas y abre la
última página. Se trataba de un sitio de caza de caimanes y el
siguiente era sobre un meme. Nada de eso tenía sentido.
—¿Estás diciendo que ella estaba buscando esto? —Archer señala
la pantalla.
—No, creo que quería que rastreara su historial de navegación.
Lo hice. Me lleva a su correo electrónico. Por lo general, no abriría
algo tan personal, pero sentí que estaba tratando de enviarme un
mensaje o algo así. —Daria rastreó algunas pestañas y finalmente
llegó al correo electrónico de Celine. Cuando lo abrió, había correos
electrónicos sobre correos electrónicos. Todos ellos con videos de un
hombre siendo torturado. Solo hay un comentario en cada correo
electrónico. Uno tuyo, por lo que es mío.
—¿Quién carajo es ese? ¿Crees que es su esposo o algo así?—
pregunta Pirate.
—Qué carajo, no está casada, hombre. —Quiero darle un
puñetazo en la cara, pero no podía negar que el hombre en la silla se
veía muy joven.
—No, creo que es su padre—dice Shyne. Se desliza hacia
adelante en la cama tratando de ver mejor lo que Daria nos está
mostrando y ese leve movimiento hace que mi almohada se mueva.
—¿Eh, hermano? ¿Qué es eso?—dice Yang desde donde está
parado.
Giro la cabeza para verlo señalar algo en la cama. Jodida mierda,
es un papel. Dejó una maldita nota. Literalmente me arrastro a
través de todos sin importarme a quién pateo en el proceso para
llegar a ese papel.
No puedo evitar sonreír e internamente levantar mi puño hacia el
techo en señal de victoria. Ella no me dejó. Ella es una maldita tonta.
Pensando que está haciendo algo que nos va a ayudar, pero no me
traicionó como estaba empezando a pensar.
—¿Qué dice? A juzgar por la sonrisa en tu cara, no es una maldita
espía o algo así.
—No, ha ido a buscar a su padre. Dijo que sabía que, si no
aparecía, seguirían haciéndonos daño. Quiere detenerlo. Dándonos
la oportunidad de hacerles daño por una vez.
—Lo tengo, dejaron la dirección aquí. —Daria gira el portátil
hacia nosotros, mostrándonos el último correo electrónico entre
Celine y quien se los estaba enviando—. Mientras no cambien de
ubicación, deberíais poder alcanzarlos si os movéis rápido.
Salgo por la puerta antes de que Archer pueda dar la orden. Mis
hermanos pegados a mí. Finalmente, vamos a ser capaces de obtener
algo de venganza. Solo rezo para que lleguemos a tiempo para salvar
a mi mujer, incluso si es solo para que pueda sacudirla hasta hacerla
entrar en razón.
 
Capítulo 27
Jameson
 
El viaje a lo que parece un club nocturno abandonado no toma
mucho tiempo y desde donde guardamos nuestras motos, podemos
ver que no está muy vigilado. O podría estarlo y simplemente no lo
sabemos. Shyne da un paso hacia el edificio, pero Yang lo agarra. Le
dice que se detenga, tirando de él para cubrirlo.
—¿Tienes un plan?—pregunta Archer, su voz baja ya que todos
estamos a cubierto en este momento. Esperando que no revelemos
nuestra posición o algo así.
—Mira, la última vez que pensamos que lo teníamos acorralado,
sus matones salieron de la carpintería. No creo que debamos atacarlo
de frente, incluso si parece que está libre y despejado.
—¿Desde arriba?—dice Bones.
—¿Cómo diablos vamos a hacer esa mierda?
—¿Recuerdas la maldita historia que te conté sobre Storm? Si ese
bastardo puede saltar de un edificio a otro, nosotros jodidamente
podemos—dice Pirate y sonríe.
—Bueno, ¿no te perdió?—me burlo del hombre. Hay un miembro
deshonesto de nuestro MC que todos hemos estado buscando:
Storm. Su hermano Vale tiene ganada una maldita bala en la cabeza,
pero Storm, no todos estamos convencidos de matarlo.
Aparentemente, Pirate vio a Storm en la ciudad un día después de
que hizo una recogida y persiguió al bastardo hasta el techo,
obligándolo a saltar del edificio. Al menos eso es lo que dice Pirate,
pensé que tal vez no pudo seguirle el ritmo en una carrera a pie.
—Sí, parece que los edificios están lo suficientemente cerca entre
sí. No creo que vayan a estar esperando un ataque desde arriba.
Estoy de acuerdo, hagámoslo. —Archer se pone de pie lentamente y
en silencio se dirige hacia el costado del edificio. Todos nos
arrastramos por la escalera de incendios y, tal como sospechábamos,
hay más guardias rodeando el lugar de lo que habíamos pensado al
principio, pero no muchos en la azotea.
Archer toca mi costado y el de Yang, luego señala a los dos
guardias que están parados en la azotea vigilando. Malditos
aficionados. Están distraídos y no prestando atención a todo lo que
les rodea. Alguien podría colarse a hurtadillas sobre ellos y ni
siquiera lo sabrían. Eso es exactamente lo que hacemos Yang y yo.
Nos abrimos paso en silencio a sus espaldas y sacamos nuestros
cuchillos. Yang usa un corte rápido en la garganta del hombre
mientras yo introduzco mi afilado cuchillo en el pequeño punto
blando en la parte posterior de la cabeza de mi guardia. Ambos caen
al suelo en silencio.
—Tienes que aprender a no hacer un maldito desastre—bromeo
con Yang. Él pone los ojos en blanco y pasa por encima del gran
charco de sangre que aún brota de su víctima ya muerta.
El resto de nuestros hermanos nos siguen y juntos saltamos al
techo del edificio donde creemos que están reteniendo a Celine y a
su padre.
Hay una claraboya y puedo ver lo que está pasando adentro.
Levanto mi mano lista para abrirme paso a puñetazos a través del
panel de vidrio, pero Archer me detiene.
—Estamos demasiado arriba, hermano. Te joderás a ti y a
nosotros si caemos.
—¡Tenemos que encontrar una manera de entrar allí ahora!—
gruño y miro hacia abajo por la ventana.
Hay alguien sosteniendo sus brazos hacia abajo. Thomas, ese
imbécil, está retrocediendo masturbándose. Cuando comienza a
moverse hacia adelante como si fuera a atacar a Celine, siento que
pierdo la compostura.
—Vamos a sacarla de allí. Sin embargo, tenemos que ser
inteligentes con esto, lo último que queremos es dejar que cualquiera
de ellos se escape. Tenemos que terminar con esta mierda ahora—me
dice Archer y tengo que respirar hondo para no saltar por la maldita
ventana.
—Shyne, mira si puedes encontrar un acceso por el costado, tiene
que haber una pasarela o algo así.
—Abajo de este lado. —Bones apunta al otro lado y todos salimos
asegurándonos de no llamar la atención.
Cuando abrimos la ventana, puedo oírla gritarle al hijo de puta
que se detenga. Puedo escucharla y todo lo que quiero hacer es
dejarme caer y arrancarle la puta cabeza.
—Archer, dispara o voy a montar una maldita escena—gruño en
voz baja mientras mi presidente levanta su arma. Archer es uno de
los mejores tiradores vivos, debería saberlo dado que fui su vigía
durante años. Estoy seguro de que puede hacer este tiro. Es todo lo
demás que está a nuestro alrededor lo que puede causar problemas.
Nos ocuparíamos de eso después de que mi mujer estuviera fuera de
peligro.
Archer inhala y contiene la respiración para no moverse.
—¡Ellos están aquí!—grita alguien desde un lado y antes de que
Archer pueda detenerse, aprieta el gatillo. Thomas gira la cabeza,
justo cuando la bala hace contacto con su cuerpo. Le atraviesa el
cuello y cae al suelo, la sangre se filtra por el agujero.
—¡Bajad de una puta vez, ahora!—grito mientras todos los
guardias que estaban escondidos alrededor del área comienzan a
acercarse a nosotros. Definitivamente hay más guardias de los que
pensábamos. Estoy contando al menos seis a nuestro alrededor.
—¡Thomas!—grita René mientras cae al suelo e intenta ir por su
hijo. Uno de sus guardias lo mantiene inmóvil mientras las balas
comienzan a volar por todas partes. Nuestro grupo se abre paso a lo
largo de la pequeña pasarela que rodeaba todo el club. Podríamos
habernos quedado allí arriba y tener un terreno más alto, pero no
había cobertura real. Solo tendrían que apuntar y serían capaces de
eliminarnos.
—¡Papá! ¡Aguanta! —Celine levanta los pies y patea al hombre
que la sujeta en la cara, logrando que la suelte. La veo arrastrarse
hacia el hombre que está clavado a la mesa y los gira a ambos para
que queden lo más planos posible contra el suelo. La mesa a la que
está clavado el hombre cae junto con ellos y proporciona una gran
cobertura.
Me quedé con Bones a las tres en punto mientras Shyne está del
otro lado. Pirate estaba a nuestra seis y el resto de mis hermanos
toman posiciones en otras partes del club donde podrían disparar
desde la distancia. No nos tomó mucho tiempo despejar la
habitación de todos los hombres de René, pero cuando terminamos,
René ya se había escapado. Su hijo aún estaba vivo y sangrando en el
suelo por la herida en el cuello. La bala debe haber atravesado
directamente su laringe y la parte superior de su esófago. Asumo
que no golpeó una arteria, porque eso lo habría matado en
segundos. Yacía en el suelo, con arcadas y asfixiándose con su
sangre. Una salpicadura roja sale de su boca cada vez que intenta
respirar.
—¿Dónde diablos está el cobarde de tu padre?—le pregunta
Yang. Espero que no delate a su padre. Me encantaría que Bones lo
torturara durante unas horas solo para ver qué tipo de información
está dispuesto a entregar. Thomas se acerca a mí y agarra la tela de
mis vaqueros. Aparto sus manos.
—No me toques, no obtendrás ninguna simpatía de mí. Ni de
ninguno de mis malditos hermanos. Después de la mierda que tú y
tu familia le hicieron a la nuestra, deberías sufrir un millón de veces.
—Aspiro una enorme bola de mucosidad desde el fondo de mi
garganta y la escupo directamente en su cara.
Las lágrimas ruedan por su rostro mientras intenta limpiarlas.
Levanto mi pie y golpeo su mano, rompiéndole todos los huesos.
Siento los huesos crujir bajo mi bota. No puede limpiarlo, necesita
sentarse allí y revolcarse en su puta suciedad.
—Voy a preguntarte una maldita vez más. ¿Dónde está tu
maldito padre?— exige Yang.
Thomas gira la cabeza hacia un lado, pero no parece que lo haga
para ignorarnos. Es más, como una forma de decirnos que su padre
está en esa dirección. Clay es lo más cercano al área que Thomas está
gesticulando con los ojos. Él camina unos pasos asegurándose de
mantener el arma en la mano y los ojos bien abiertos. Avanza un par
de pasos y luego retrocede uno. Avanza y retrocede.
—Archer—grita Clay y cuando todos miramos hacia él, señala
hacia el suelo. El bastardo está bajo el puto suelo.
Todos nos dirigimos hacia allí rodeando lo que parece una
pequeña puerta que está casi completamente camuflada en el suelo.
Cuando Clay abre la puerta, René está debajo con su arma
apuntando hacia arriba. Aprieta el gatillo dos veces, pero no dispara.
—Eso es lo que obtienes cuando tienes a todos los demás
haciendo el trabajo sucio por ti. Nunca estás jodidamente preparado
—dice Archer sonriéndole al hombre.
—Prez—grita Clay y nos muestra la granada atada a su cadera.
—Diablos, sí, hazlo explotar—digo ya emocionado con que fuera
incluso una posibilidad. El jodido prospecto, siempre andando por
ahí con malditas bombas y explosivos. No puedo esperar para que lo
parchemos.
—¿Todos los demás están de acuerdo con eso?—pregunta Prez.
Una ronda de sí resuena a través de nosotros cuando Clay da un
paso adelante.
—Espera, espera. Sabes que no quieres matarme. Ese no es tu
maldito estilo. Podemos ayudarnos mutuamente. Sé todo sobre tu
negocio del casino. Puedo hacer que ambos obtengamos grandes
ganancias de esa empresa.
—¿Crees que alguna vez haríamos negocios con alguien como tú?
Realmente no sabes nada sobre los Wings. No nos importa un carajo
el dinero. No nos importa un carajo qué tipo de trato puede
hacernos. Nos preocupamos por la comunidad y por nuestros
hermanos. Puedes pudrirte en el maldito infierno con tu trato —le
gruñe Shyne al hombre.
g y
—¡Fuego en el hoyo!—grita Clay y arroja una granada activada al
profundo agujero. Cerramos la puerta de golpe y nos apartamos
mientras una gran explosión sacudía los cimientos del club
nocturno.
Me levanto de un salto y corro hacia el pequeño agujero. La abro
y me asomo al humo y los escombros. Grandes losas de roca y
madera se han desprendido de lo que sea que estaba debajo del
edificio y yacen pesadamente sobre él. Por un lado, puedo ver que
sus piernas están completamente separadas del cuerpo. Sin
embargo, no quiero ir allí y comprobar si aún respira. Incluso si lo
hace, estará muerto en poco tiempo debido a la extensión de sus
heridas.
—¡Buena mierda, muchachos!—dice Archer mientras todos
rodeamos el agujero y lo que solía ser René.
—¿Se terminó?—escucho la voz de Celine preguntar desde el otro
lado del área. La única voz que juré era todo lo que quería escuchar
y ahora esa maldita voz me está llenando de rabia.
 
Capítulo 28
Jameson
 
Me giro en su dirección y mantengo la mirada fija en su rostro. Se
agacha para tratar de ayudar a su padre a levantarse del suelo a
pesar de que todavía está clavado a la mesa. Ella tira de su camiseta
hacia abajo tratando de cubrirse el culo desnudo. Pirate se quita la
camiseta para que puede envolverla alrededor de su cintura.
—¿Quién es ese?—pregunta el hombre sujeto a la mesa.
—Es Jameson, papá. Es mi novio.
—¿Lo soy? ¿Es eso lo que soy para ti? —Las palabras salen de mi
boca con repugnancia.
—Tenía que hacer esto, Jameson. Tenía que...
—¡Mentira!—le ladro y ella salta hacia atrás—. No tenías que
hacer esta mierda. No tenías que ponerte en peligro. Podríamos
haber ideado un puto mejor plan.
—El plan funcionó—dice ella encogiéndose de hombros.
—Sí, apenas. Si hubiéramos llegado aquí un puto minuto más
tarde... — Aprieto las manos y exhalo. Ni siquiera quiero pensar en
lo que hubiera pasado si no lo hubiéramos logrado. Sé que mi mujer
nunca sería la misma si la follaban así.
—Lo habría manejado. —Cuadra los hombros y da un paso hacia
mí.
—Dime cómo carajo lo habrías manejado. ¿Qué diablos estás
tratando de demostrar? ¿Que eres tan fuerte como uno de nosotros?
¿Que no me necesitas? ¿Qué carajo?—le grito e incluso su padre
incapacitado se sacude en mi dirección como si fuera a intentar
defenderla.
—No, Jameson. —Ella se ablanda y sus manos suben a mi cuello,
sus dedos acariciando mis mejillas—. Esto nunca fue porque pensara
que podía hacer esto sin ti o porque no te necesitara, Jameson. Es
porque tenía que asegurarme de que no te lastimara más. Él estaba
tomando demasiado de ti. Nunca te abandonaré, pero tampoco
dejaré que pelees tus batallas solo. Eso nunca va a pasar conmigo.
Había una manera de evitar que te lastimara, incluso si fallaba, no
había modo de que no fuera a intentarlo. —Pasa las manos por mi
cuello y las deja caer a su lado.
Quiero discutir con ella y decirle que nunca debería volver a
hacer eso, pero si fuera honesto, habría hecho lo mismo.
—Te amo, Jameson. A pesar de que hemos pasado por un
infierno, a pesar de que me pones de los nervios con tu forma de ser
autoritaria y posesiva, a pesar de que todavía hay mucho que
necesito aprender sobre ti y tu familia... Te amo No quiero que
resultes lastimado.
La miré entrecerrando los ojos e hice lo mejor que pude para
mantener la mirada de arrogancia en mi rostro, pero por dentro,
estaba bailando mi mejor paso doble. Ella había dicho que me
amaba.
La tenía.
—Nunca volverás a hacer una mierda como ésta, ¿entendido? —
La agarro y la acerco a mí.
—No puedo garantizarlo, pero haré lo mejor que pueda. —Ella
me sonríe.
—Eh... agradezco que hayáis salvado a mi hija, pero ahora que
ella está bien… ¡si uno de vosotros pudiera quitarme esta mierda de
las manos, sería genial!—grita su padre.
—Oh, mierda. —Yang se apresura a ayudar al hombre.
Abrazo a mi mujer, completamente ajeno al resto de mis
hermanos corriendo por ahí recogiendo todos los cadáveres. Tenía
cosas más importantes de las que ocuparme y era ser amoroso con
mi dama.
—¿Qué quieres hacer con René, Jameson?—me pregunta Bones.
—Déjalo que se pudra. —Me encojo de hombros y vuelvo con
Celine. Finalmente, se acabó y puedo volver a encarrilar mi vida con
mi mujer… toda jodidamente mía.
Epílogo
Celine
Tres Meses Después
 
—¡Eres un maldito tramposo!—grito cuando Jameson le lanza la
pelota a Yang, quien tuvo que sujetarme para poder atraparla.
Cuando conocí a estos hombres por primera vez, estaba seguro
de que estaba dejando una mala situación por otra. Ellos me han
mostrado de primera mano lo que es ser una familia.
Incluso dieron la bienvenida a mi padre en el club. Por supuesto,
no esperaba que quisiera unirse, pero supongo que convertirse en un
prospecto para los Wings of Diablo es algo a lo que tendré que
acostumbrarme. Había pasado todos sus años de adulto joven
asegurándose de cuidarme. Ahora éste era su momento y si quería
unirse a este grupo, lo iba a apoyar.
—¡Lex! ¡Se suponía que debías sujetar a tu hombre!—le grita
Bones a mi padre.
—¡Sí, papá! —Tomo mi turno para gritarle en broma.
—Estoy herido, chica. —Él levanta las manos. En su mayoría
están curadas. Nunca volvería a ser el boxeador que alguna vez fue,
pero el daño no había sido tan extenso como pensábamos que sería.
—Oh, por favor, ¿cuánto tiempo vas a aprovecharte de esa
mierda? —Archer se ríe mientras corre a nuestro lado.
Todos nos movemos a nuestra línea improvisada para
prepararnos para el próximo down. Jameson es el mariscal de campo
del otro equipo y Shyne el de mi equipo.
Jameson pide el chasquido falso y da un paso atrás mientras el
resto de su equipo ejecuta una jugada en el pequeño campo que
creamos detrás de la casa club. Me escabullo a un lado mientras él
todavía está buscando a alguien a quien arrojarle el balón. Me
catapulto hacia él y deja caer la pelota para atraparme. Me siento en
su pecho y bailo.
—¡Sacked!—2Me burlo de él.
Rápidamente se da la vuelta y me sujeta debajo de él.
—No creo que esa sea la forma adecuada.
—Éste es un deporte de equipo, ¿vas a dejar que todos
participemos en eso?—dice Bones mientras se detiene cerca de
nosotros recogiendo el balón.
—Mantén tus malditas manos fuera—gruñe Jameson sobre mi
cabeza, todavía tan jodidamente posesivo como siempre.
—¿Estás tratando de que me echen, Celine?—pregunta mi padre.
Me giro y lo miro. No puedo evitar reír. Mi padre es un prospecto, lo
que significa que no puede faltarle el respeto a ninguno de los
miembros parchados. Eso hace las cosas difíciles para él ya que a
Jameson le gusta tocarme cuando le da la gana. Puede que sea un
prospecto, pero también es mi padre de treinta y siete años. La
necesidad de darle una paliza a cualquiera que toque a su hijita
sigue siendo fuerte.
—Lo siento, papá. —Trato de empujar a Jameson y ponerme de
pie.
—Me pregunto qué va a hacer cuando se entere de que te mudas
conmigo. —Jameson besa un lado de mi cuello y me estremezco al
sentirlo.
Una vez que nos aseguramos de que no había más personas en la
organización de René que iban a venir por nosotros, salí de la casa
club para ayudar a mi padre a recuperarse. Por suerte para él, sus
años de entrenamiento como boxeador le habían permitido recibir
palizas que un hombre en peor forma probablemente no habría
podido soportar. Claro, tenía moretones con bastantes dolores y
molestias, pero no lo habían molido a palos como pensé que lo
harían. Aparentemente, René no quería destruir sus posibilidades de
que volviera al ring hasta ese último video. Se lo habían estado
tomando con calma.
—¡Shh! Se va a volver loco. —Callo a Jameson mientras lo empujo
más fuerte para poder levantarme.
Aparentemente, tres meses es tiempo más que suficiente para que
Jameson se dé cuenta de que necesita sentirme debajo de él todas las
noches. A partir de la próxima semana, si se sale con la suya, seré un
residente permanente de la casa club de los Wings of Diablo.
Miro por encima del hombro y le guiño un ojo.
—No juegues conmigo, cariño. —Se levanta rápidamente y me
persigue.
No se necesita mucho para excitarlo. No puedo esperar para
descubrir de cuántas maneras este hombre puede reclamarme. En
cuerpo y alma.
 
Epílogo
René
 
—¡Guppie! ¡Trae tu culo aquí y dame un poco más de medicina!
¡Para qué coño eres bueno!—grito en pura agonía.
El sudor gotea de mi frente empapando mis costosas almohadas.
Cuando dijeron que me tenían que amputar más piernas, no
esperaba este tipo de dolor. Estaba seguro de que lo superaría en
poco tiempo. Había sobrevivido a cosas mucho peores. La explosión
de la granada se llevó mi mano izquierda y una gran parte del
antebrazo, desfiguró severamente mi rostro y pecho, la lluvia de
escombros fue lo que se llevó mis piernas. Grandes vigas cayeron
directamente sobre ellas cortándolas. Fueron esas mismas vigas las
que realmente me habían salvado la vida. Me inmovilizaron las
piernas de tal manera que impidieron que me desangrara.
Me senté allí en ese agujero durante horas antes de que uno de
mis guardias me encontrara. Cuando lograron sacarme, apenas me
aferraba a la vida. Mi alma murió en el segundo en que me sacaron
de ese agujero. Busqué a Thomas, pero los hijos de puta ni siquiera
abandonaron su cuerpo.
Mis otros hijos han tratado de que me olvide de los Wings of
Diablo y de esa pequeña perra de Celine, pero no puedo. Yo amaba
mucho a Thomas. Era como yo en muchos aspectos. Partes de él eran
mejores de lo que yo podría ser.
—Lo siento, señor, no quiero darle demasiado. Sé que tiene dolor,
pero no quiero deprimir su respiración…
Con la mano sana recojo mi cubo de mierda y se la tiro. Heces
oscuras le salpican la cara y la parte delantera de la camisa.
—¿Te pregunté por qué no quieres hacerlo? Dije que quiero más
medicamentos. ¡Dámelos ahora!
Aprieta la mandíbula y asiente. Se limpia rápidamente antes de
volver a mi cama y darme la medicación.
—Tómatelo con calma, padre. No necesitas apresurarte. Nosotros
nos encargaremos de todo—me grita Ranger, mi hijo del medio
desde la esquina donde está vigilando. No me molesto en responder.
Creo que mis hijos harían todo lo posible para asegurarse de que
el negocio se mantuviera en funcionamiento. Solo que no entendían
que ya no me importaba un carajo el negocio. Esos malditos moteros
me quitaron algo que nunca podría recuperar. Aunque me tome
hasta el último jodido aliento, esos hijos de puta pagarán por lo que
han hecho.
Fin
 
 

EL CONO del SILENCIO


Traducción

Colmillo
Corrección

La 99
Edición

El Jefe
Diseño

Max
 
 
 

 
Notas

[←1]
Royal Rumble es un evento pago para ver lucha libre
profesional. Es una lucha estilo Battle Royal donde gana el
último que queda en pie y cuyos participantes entran en
intervalos cronometrados.
[←2]
En el football americano o canadiense, un sack, conocido como
captura del mariscal de campo, ocurre cual el mariscal es
tacleado o sale del campo de juego detrás de la línea de
confrontación o scrimmage, antes de lanzar un pase con las
manos adelante.

También podría gustarte