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RESILIENCIA, INCLUSIVIDAD, GOBERNANZA MUNDIAL...

Los 17 mandamientos
(eufemismos) de la Agenda
2030 para someter a la
población mundial
Logo de la Agenda 2030. Europa Press
JAVIER TORRES

 OCTUBRE 9, 2021


Es de agradecer que no se escondan, que a pesar del pin arcoíris y el
lenguaje almibarado no tengan reparos en reconocer que su plan es
el de someter (ellos dicen salvar) a la población mundial. La Agenda
2030 se presenta como «un plan de acción a favor de las personas, el
planeta y la prosperidad, que también tiene la intención de fortalecer
la paz universal y el acceso a la justicia». Si fuera así, ¿quién se
podría oponer? Bonitas palabras que revelan no sólo una ambición
desmedida sino el anhelo del superhombre, del individuo que
sustituye a Dios para dominarlo todo imponiendo la religión climática,
el dogma de género o el multiculturalismo.
Naturalmente, nada de esto se ha votado en la Carrera de San
Jerónimo ni se le ha ocurrido a ninguno de nuestros políticos por
mucho que el Gobierno promueva la agenda a través de un ministerio
creado ad hoc. Son imposiciones que elaboró un puñado de
burócratas —reunidos Dios sabe dónde— para despojar de
soberanía a unas naciones cuyos parlamentos cada vez deciden
menos y obedecen más. 
El núcleo de la Agenda 2030 y su vocación colonizadora en los
campos económico, social y ambiental viene explicado en los
Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Son 17 puntos que
«constituyen un llamamiento universal a la acción para poner fin a la
pobreza, proteger el planeta y mejorar las vidas y las perspectivas de
las personas en todo el mundo». Entre estos fines conviene
profundizar en los que, obviando el nombre elegido expresamente
para generar confusión, esconden prohibiciones que afectan a la vida
cotidiana de millones de personas en todo el mundo:
1. Fin de la pobreza. «De aquí a 2030 erradicar para todas las
personas y en todo el mundo la pobreza extrema». Lo inquietante es
comprobar cómo aspiran a tal meta. «Crear marcos normativos
sólidos en los planos nacional, regional e internacional, sobre la base
de estrategias de desarrollo en favor de los pobres que tengan
en cuenta las cuestiones de género, a fin de apoyar la inversión
acelerada en medidas para erradicar la pobreza». Esto es muy
significativo, ya que aquí se reconoce explícitamente que para dejar
de ser pobre hay que aceptar la ideología de género. También meten
la cuña del cambio climático: «Fomentar la resiliencia de los pobres y
las personas que se encuentran en situaciones de vulnerabilidad
y reducir su exposición y vulnerabilidad a los fenómenos
extremos relacionados con el clima y otras perturbaciones y
desastres económicos, sociales y ambientales». Es decir, para la
Agenda 2030 saldrá de la pobreza quien acepte que la biología no
determina el sexo o quien demuestre su sensibilidad con el clima
cambiando el coche por un formidable patinete.   
2. Hambre cero. «Asegurar la sostenibilidad de los sistemas de
producción de alimentos y aplicar prácticas agrícolas
resilientes que aumenten la productividad y la producción,
contribuyan al mantenimiento de los ecosistemas, fortalezcan
la capacidad de adaptación al cambio climático, los fenómenos
meteorológicos extremos, las sequías, las inundaciones y otros
desastres, y mejoren progresivamente la calidad de la tierra y el
suelo». Nuevamente se supedita el fin de la pobreza a cuestiones
ajenas como el cambio climático: si quieres pan debes renunciar al
coche o a viajar. Si no comes carne no es porque seas pobre, sino
porque eres sensible y resiliente al cambio climático. 
3. Salud y bienestar. «De aquí a 2030, garantizar el acceso universal
a los servicios de salud sexual y reproductiva, incluidos los de
planificación familiar, información y educación, y la integración de la
salud reproductiva en las estrategias y los programas nacionales». El
eufemismo «salud sexual y reproductiva» ya sabemos lo que
significa: aborto y cambio de sexo. «De aquí a 2030, reducir en un
tercio la mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles
mediante su prevención y tratamiento, y promover la salud mental y el
bienestar». O sea, aplicación de la eutanasia. «De aquí a 2030,
reducir a la mitad el número de muertes y lesiones causadas por
accidentes de tráfico en el mundo». Si se logra prohibir la circulación
de vehículos, ¿cómo no van a lograr menos muertes? ¿Acaso no
presumió Pedro Sánchez de la reducción de crímenes en España
cuando nos encerró en casa ilegalmente?
4. Educación de calidad. «De aquí a 2030, asegurar que todos los
alumnos adquieran los conocimientos teóricos y prácticos necesarios
para promover el desarrollo sostenible, entre otras cosas mediante la
educación para el desarrollo sostenible y los estilos de vida
sostenibles, los derechos humanos, la igualdad de género, la
promoción de una cultura de paz y no violencia, la ciudadanía mundial
y la valoración de la diversidad cultural y la contribución de la
cultura al desarrollo sostenible». A lo ya comentado sobre la
prohibición de la carne o el coche por ir contra «un estilo de vida
sostenible» o la aceptación de la ideología de género, se suma ahora
la recepción de inmigración masiva como algo inevitable que
beneficiará al país de acogida. La realidad, sin embargo, son guetos
como Molenbeek o ciudades arrasadas por la violencia y la
inseguridad como Badalona. 
5. Igualdad de género. «Lograr la igualdad de género y empoderar a
todas las mujeres y las niñas […] eliminar todas las prácticas nocivas,
como el matrimonio infantil, precoz y forzado y la mutilación
genital femenina». Este objetivo es absolutamente loable, sin
embargo, es un oxímoron si en la misma agenda se favorece la
inmigración masiva de culturas que practican los matrimonios
forzosos o la mutilación genital. La defensa de la mujer o el feminismo
—sorprendente aliado hoy del islam— es incompatible con quienes
consideran a la misma inferior.
6. Agua limpia y saneamiento. Así sea.
7. Energía asequible y no contaminante. «De aquí a 2030,
aumentar considerablemente la proporción de energía renovable en
el conjunto de fuentes energéticas […] Garantizar el acceso a una
energía asequible, fiable, sostenible y moderna para todos». Toda
esta hojarasca verde se traduce en asfixiar al contribuyente con
impuestos «para la sostenibilidad energética” al tiempo que se
combate la energía hasta el momento más eficaz y barata: la nuclear.
8. Trabajo decente y crecimiento económico. «Promover el
crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo
pleno y productivo y el trabajo decente para todos». Inclusivo y
sostenible son eufemismos que traen de la mano la
desindustrialización del país donde se apliquen políticas que
fomenten, por ejemplo, energías no rentables y se ataque sectores
como la agricultura, la pesca o la ganadería.   
9. Industria, innovación e infraestructura. «Promover una
industrialización inclusiva y sostenible». Ídem.
10. Reducción de las desigualdades. «De aquí a 2030, potenciar y
promover la inclusión social, económica y política de todas las
personas, independientemente de su edad, sexo, discapacidad, raza,
etnia, origen, religión o situación económica u otra condición».
Políticas de cuota, es decir, imposición de colectivos en puestos de
responsabilidad sepultando el mérito y el esfuerzo.
11. Ciudades y comunidades sostenibles. «De aquí a 2030,
asegurar el acceso de todas las personas a viviendas y servicios
básicos adecuados, seguros y asequibles y mejorar los barrios
marginales». Imposible lograr la seguridad en los barrios cuando se
favorece el efecto llamada a la inmigración ilegal de culturas que no
se adaptan a la nuestra.
12. Producción y consumo responsables. «De aquí a 2030,
asegurar que las personas de todo el mundo tengan la información y
los conocimientos pertinentes para el desarrollo sostenible y los
estilos de vida en armonía con la naturaleza». Estos estilos de vida
pasan por poner trabas al consumo de carne o prohibir la circulación
de coches en los centros de las ciudades.
13. Acción por el clima. «Incorporar medidas relativas al cambio
climático en las políticas, estrategias y planes nacionales». Más de lo
mismo: desindustrialización, cruzada contra la energía nuclear, la
ganadería, transportes como el coche o el avión y, como
consecuencia, contra el turismo. 
14. Vida submarina. «De aquí a 2025, prevenir y reducir
significativamente la contaminación marina de todo tipo, en
particular la producida por actividades realizadas en tierra, incluidos
los detritos marinos y la polución por nutrientes». Las medidas para
reducir la contaminación la pagarán las pequeñas explotaciones de
pescadores y la pesca artesanal, que en muchos casos
desaparecerán. Las grandes multinacionales sí podrán afrontar los
exigentes requisitos, por lo que una vez más se demuestra que la
Agenda 2030 está hecha para favorecer la expansión de las grandes
multinacionales y el fin del pequeño comerciante.    
15. Vida de ecosistemas terrestres. «Proteger, restablecer y
promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres, gestionar
sosteniblemente los bosques, luchar contra la desertificación, detener
e invertir la degradación de las tierras y detener la pérdida de
biodiversidad». Sectores como la ganadería, la agricultura y la caza
se ven perjudicados por  restricciones en la producción, la
competencia desleal foránea o limitaciones como la propia práctica. 
16. Paz, justicia e instituciones solidarias. «Ampliar y fortalecer la
participación de los países en desarrollo en las instituciones
de gobernanza mundial». Aquí se reconoce sin ambages el objetivo
de todo el plan: someter a la población mundial a los dogmas de la
agenda.
17. Alianzas para lograr los objetivos. «Fortalecer los medios de
implementación y revitalizar la Alianza Mundial para el Desarrollo
Sostenible». El último punto es un resumen de que la agenda es una
imposición con aspiración mundial.

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