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Ciclo: Quinto A
AGENDA 2030
1. Fin de la pobreza
Erradicar la pobreza en todas sus formas sigue siendo uno de los mayores desafíos que
enfrenta la humanidad. Si bien la cantidad de personas que viven en la pobreza extrema
se redujo en más de la mitad entre 1990 y 2015, demasiadas todavía luchan por satisfacer
las necesidades humanas más básicas.
A partir de 2015, alrededor de 736 millones de personas aún vivían con menos de
US$1,90 al día; muchos carecen de alimentos, agua potable y saneamiento. El rápido
crecimiento en países como China e India ha sacado a millones de personas de la
pobreza, pero el progreso ha sido desigual. Las mujeres tienen más probabilidades de ser
pobres que los hombres porque tienen menos trabajo remunerado, educación y menos
propiedad.
El progreso también ha sido limitado en otras regiones, como el sur de Asia y el África
subsahariana, que representan el 80 por ciento de las personas que viven en la pobreza
extrema. Las nuevas amenazas provocadas por el cambio climático, los conflictos y la
inseguridad alimentaria significan que se necesita aún más trabajo para sacar a las
personas de la pobreza.
Los ODS son un compromiso audaz para terminar lo que comenzamos y acabar con la
pobreza en todas sus formas y dimensiones para 2030. Esto implica centrarse en los más
vulnerables, aumentar los recursos y servicios básicos y apoyar a las comunidades
afectadas por conflictos y desastres relacionados con el clima.
2. Hambre cero
El mundo no está bien encaminado para alcanzar el objetivo de hambre cero para 2030.
Si continúan las tendencias recientes, el número de personas afectadas por el hambre
superará los 840 millones de personas para 2030. Al mismo tiempo, es necesario llevar a
cabo un cambio profundo en el sistema agroalimentario mundial si queremos alimentar a
más de 820 millones de personas que padecen hambre y a los 2000 millones de personas
más que vivirán en el mundo en 2050. El aumento de la productividad agrícola y la
producción alimentaria sostenible son cruciales para ayudar a aliviar los riesgos del
hambre.
Para 2030, poner fin al hambre y asegurar el acceso de todas las personas, en particular
los pobres y las personas en situaciones vulnerables. Poner fin a todas las formas de
malnutrición, incluso logrando, a más tardar en 2025, las metas convenidas
internacionalmente sobre el retraso del crecimiento y la emaciación de los niños menores
de 5 años.
Para 2030, reducir la tasa mundial de mortalidad materna a menos de 70 por cada
100.000 nacidos vivos. Poner fin a las muertes evitables de recién nacidos y de niños
menores de 5 años. poner fin a las epidemias del SIDA, la tuberculosis, la malaria y las
enfermedades tropicales desatendidas y combatir la hepatitis, las enfermedades
transmitidas por el agua y otras enfermedades transmisibles.
4. Educación de calidad
La pandemia mundial tiene graves consecuencias que pueden poner en peligro los
avances que tanto costaron conseguir a la hora de mejorar la educación a nivel mundial.
De aquí a 2030, asegurar que todas las niñas y todos los niños terminen la enseñanza
primaria y secundaria, que ha de ser gratuita, equitativa y de calidad y producir resultados
de aprendizaje pertinentes y efectivos. asegurar que todas las niñas y todos los niños
tengan acceso a servicios de atención y desarrollo en la primera infancia y educación
preescolar de calidad.
5. Igualdad de género
Poner fin a todas las formas de discriminación contra todas las mujeres y las niñas en
todo el mundo. Eliminar todas las formas de violencia contra todas las mujeres y las niñas
en los ámbitos público y privado, incluidas la trata y la explotación sexual y otros tipos de
explotación. Asegurar la participación plena y efectiva de las mujeres y la igualdad de
oportunidades de liderazgo.
De igual manera, implementar la gestión integrada de los recursos hídricos a todos los
niveles, incluso mediante la cooperación transfronteriza, según proceda implementar la
gestión integrada de los recursos hídricos a todos los niveles, incluso mediante la
cooperación transfronteriza, según proceda.
Entre 2000 y 2018, la cantidad de personas con electricidad aumentó del 78 al 90 por
ciento, y las personas sin electricidad se redujeron a 789 millones.
Sin embargo, a medida que la población sigue creciendo, también lo hará la demanda de
energía barata, y una economía que depende de los combustibles fósiles está creando
cambios drásticos en nuestro clima.
Durante los últimos 25 años, la cantidad de trabajadores que viven en la pobreza extrema
ha disminuido drásticamente, a pesar del impacto duradero de la crisis económica de
2008 y la recesión mundial. En los países en desarrollo, la clase media ahora representa
más del 34 por ciento del empleo total, un número que casi se triplicó entre 1991 y 2015.
Más de 4 mil millones de personas todavía no tienen acceso a Internet y el 90 por ciento
son del mundo en desarrollo. Cerrar esta brecha digital es fundamental para garantizar la
igualdad de acceso a la información y el conocimiento, así como para fomentar la
innovación y el espíritu empresarial.
Estas disparidades cada vez mayores requieren políticas sólidas para empoderar a las
personas de bajos ingresos y promover la inclusión económica de todos,
independientemente del sexo, la raza o el origen étnico.
Más de la mitad de nosotros vivimos en ciudades. Para 2050, dos tercios de toda la
humanidad (6500 millones de personas) serán zonas urbanas. El desarrollo sostenible no
se puede lograr sin transformar significativamente la forma en que construimos y
gestionamos nuestros espacios urbanos.
Hacer que las ciudades sean sostenibles significa crear oportunidades profesionales y
comerciales, viviendas seguras y asequibles y construir sociedades y economías
resilientes. Implica invertir en transporte público, crear espacios públicos verdes y mejorar
la planificación y gestión urbana de manera participativa e inclusiva.
Una gran parte de la población mundial sigue consumiendo demasiado poco para
satisfacer incluso sus necesidades básicas. Reducir a la mitad el desperdicio mundial de
alimentos per cápita a nivel de minoristas y consumidores también es importante para
crear cadenas de producción y suministro más eficientes. Esto puede ayudar con la
seguridad alimentaria y cambiarnos hacia una economía más eficiente en el uso de los
recursos.
13. Acción Climática
No hay país que no esté experimentando los efectos drásticos del cambio climático. Las
emisiones de gases de efecto invernadero son más de un 50 por ciento más altas que en
1990. El calentamiento global está provocando cambios duraderos en nuestro sistema
climático, lo que amenaza con consecuencias irreversibles si no actuamos.
Las pérdidas económicas anuales promedio de los desastres relacionados con el clima
ascienden a cientos de miles de millones de dólares. Esto sin mencionar el impacto
humano de los desastres geofísicos, que están relacionados en un 91 por ciento con el
clima, y que entre 1998 y 2017 mataron a 1,3 millones de personas y dejaron 4,4 mil
millones de heridos. El objetivo apunta a movilizar USD 100.000 millones anuales para
2020 para abordar las necesidades de los países en desarrollo tanto para adaptarse al
cambio climático como para invertir en un desarrollo bajo en carbono.
Los océanos del mundo, su temperatura, química, corrientes y vida, impulsan los sistemas
globales que hacen que la Tierra sea habitable para la humanidad. La forma en que
gestionamos este recurso vital es esencial para la humanidad en su conjunto y para
contrarrestar los efectos del cambio climático.
Más de tres mil millones de personas dependen de la biodiversidad marina y costera para
su sustento. Sin embargo, hoy vemos que el 30 % de las poblaciones de peces del mundo
están sobreexplotadas, por debajo del nivel en el que pueden producir rendimientos
sostenibles.
Los océanos también absorben alrededor del 30 por ciento del dióxido de carbono
producido por los humanos, y estamos viendo un aumento del 26 por ciento en la
acidificación de los océanos desde el comienzo de la revolución industrial. La
contaminación marina, que en su gran mayoría proviene de fuentes terrestres, está
alcanzando niveles alarmantes, con un promedio de 13.000 piezas de basura plástica en
cada kilómetro cuadrado de océano.
Los ODS tienen como objetivo gestionar y proteger de forma sostenible los ecosistemas
marinos y costeros de la contaminación, así como abordar los impactos de la acidificación
de los océanos. Mejorar la conservación y el uso sostenible de los recursos oceánicos a
través del derecho internacional también ayudará a mitigar algunos de los desafíos que
enfrentan nuestros océanos.
La vida humana depende de la tierra tanto como del océano para nuestro sustento y
sustento. La vida vegetal proporciona el 80 por ciento de la dieta humana, y dependemos
de la agricultura como un importante recurso económico. Los bosques cubren el 30 por
ciento de la superficie de la Tierra, proporcionan hábitats vitales para millones de especies
y fuentes importantes de aire y agua limpios, además de ser cruciales para combatir el
cambio climático.
Si bien el 15 por ciento de la tierra está protegida, la biodiversidad aún está en riesgo.
Cerca de 7.000 especies de animales y plantas han sido objeto de comercio ilegal. El
tráfico de vida silvestre no solo erosiona la biodiversidad, sino que crea inseguridad,
alimenta los conflictos y alimenta la corrupción.
Los ODS tienen como objetivo reducir significativamente todas las formas de violencia y
trabajar con los gobiernos y las comunidades para poner fin a los conflictos y la
inseguridad. La promoción del estado de derecho y los derechos humanos son claves
para este proceso, al igual que la reducción del flujo de armas ilícitas y el fortalecimiento
de la participación de los países en desarrollo en las instituciones de gobernanza mundial.
Los ODS solo se pueden realizar con alianzas y cooperación globales sólidas. La
Asistencia Oficial para el Desarrollo se mantuvo estable pero por debajo del objetivo, con
US$ 147.000 millones en 2017. Mientras que las crisis humanitarias provocadas por
conflictos o desastres naturales continúan exigiendo más recursos financieros y ayuda.
Muchos países también requieren Asistencia Oficial para el Desarrollo para fomentar el
crecimiento y el comercio.
Lo antes descrito nos permitirá direccionar las políticas de los gobiernos hacia un nuevo
modelo de desarrollo.
MODELO DE DESARROLLO SUSTENTABLE
Los informes que se han generado en el mundo respecto a la situación ambiental, social y
económico han determinado que la sociedad, el gobierno y la industria deberían trabajar
en una mancomunidad para lograr los objetivos planteados en cada uno de los países.
1. ÁMBITO AMBIENTAL
DEFORESTACIÓN
Según FAO 2020, la deforestación a nivel global continúa pero a un ritmo menor, se
estima que desde 1990 se han perdido 420 millones de hectáreas de bosque en todo el
mundo debido a causa de la deforestación, pero la tasa de pérdida de bosques ha
disminuido considerablemente. En el quinquenio más reciente (2015-2020), la tasa anual
de deforestación se estimó en 10 millones de hectáreas; lo cual supone una reducción si
se compara con los 12 millones de hectáreas en 2010-2015.
SMOG FOTOQUÍMICO
Algunos de estos químicos que reaccionan con la luz produciendo smog son los
hidrocarburos volátiles y los óxidos de nitrógeno, como el monóxido de nitrógeno u óxido
nítrico, y en este caso el resultado es el ozono troposférico, el cual continúa sufriendo
reacciones fotoquímicas produciendo el esmog.
La contaminación del agua tiene efectos devastadores para la protección del medio
ambiente y la salud del planeta. Algunas de las consecuencias más importantes de los
diferentes tipos de contaminación en el agua son: la destrucción de la biodiversidad, la
contaminación de la cadena alimentaria que supone la transmisión tóxica a los alimentos y
la escasez del agua potable.
Cada día, 2 millones de toneladas de aguas residuales desembocan en las aguas del
mundo, según datos de la ONU. La fuente más importante de contaminación es la falta de
gestión y tratamiento adecuados de los residuos humanos, industriales y agrícolas.
En el último reporte global del Convenio de Diversidad Biológica (Secretaría CDB, 2014)
se concluye que una de las mayores causas de la pérdida de biodiversidad está dada por
las presiones vinculadas a la agricultura, que abarcan 70% de la pérdida estimada de la
biodiversidad terrestre. Por ello, como punto crucial, recomienda reorientar las tendencias
de los sistemas alimentarios, buscando una producción sostenible y restaurando los
servicios ecosistémicos en paisajes agroecológicos.
CAMBIO CLIMÁTICO
2. ÁMBITO SOCIAL
Rosenberg, H (1994): Uno de los logros más importantes de la ciencia económica del
siglo XX ha sido el avance en la medición de la riqueza comparativa de los países,
mediante indicadores de producción total como el producto nacional bruto (PNB) y el
producto interno bruto (PIB).
De igual manera, se dice que estos índices pueden aumentar al tiempo que empeoran las
condiciones de vida de una parte importante de la población. De acuerdo a esto, el
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) a plantear la necesidad de
complementar el indicador de riqueza con otros elementos para definir el grado de
desarrollo de un país, lo que se logra con el índice de desarrollo humano, el cual comenzó
a usarse en 1990.
También agrega que, el punto clave del concepto de desarrollo humano es que el ser
humano es y debe ser el centro y el foco del esfuerzo de desarrollo. Para ello debe
satisfacer sus necesidades básicas y capacidad de decidir entre alternativas. Por ello, el
IDH se integran tres componentes: riqueza, esperanza de vida y logro educativo.
Por otro lado, encontramos al Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
(PNUD) en donde establece lo siguiente: Vivimos en un mundo de preocupaciones: la
pandemia de COVID-19 persiste, hay guerra en Ucrania y otros lugares, las temperaturas
baten récords, se registran incendios y tempestades. Cada uno de estos sucesos es una
manifestación inquietante de un nuevo complejo de incertidumbre que altera las vidas de
las personas en todo el mundo.
De igual manera menciona que, la sensación de inseguridad crece en casi todo el mundo,
una tendencia que lleva gestándose como mínimo un decenio. Dicha tendencia surgió
mucho antes de la pandemia de COVID-19, la cual, por primera vez en la historia, hizo
retroceder el desarrollo humano a escala mundial durante dos años consecutivos
ÍNDICE DE POBREZA
Asimismo, agrega que, las personas pobres son aquellos individuos cuyos ingresos son
inferiores a lo establecido en la línea de pobreza. A partir de lo antes mencionado, el INEC
establece los siguientes resultados, del índice de pobreza en el año 2021.
ÍNDICE DE DESNUTRICIÓN
La UNICEF ECUADOR, afirma que en Ecuador, el 27% de niños menores a 2 años sufren
desnutrición crónica. Esta desnutrición es uno de los mayores problemas de salud pública
en Ecuador y se estima que los costos de malnutrición representan un 4,3% del PIB.
De igual manera, agrega que la desnutrición crónica debe ser tratada desde sus múltiples
causas que son el acceso a agua potable, saneamiento e higiene.
ÍNDICE DE ANALFABETISMO
De acuerdo con Machado, J (2022) las últimas cifras del INEC, revelan que desde 2018,
la tasa de analfabetismo en Ecuador no se ha reducido de manera importante.
Actualmente todavía existen 764.610 analfabetos a nivel nacional.
Asimismo, añade que de acuerdo con el INEC: “un analfabeto es una persona mayor de
15 años que no sabe leer ni escribir, o que solo sabe leer o escribir”.
ÍNDICE DE PROGRESO SOCIAL
De acuerdo con Social Progress (2022): “el índice de progreso social 2022 es una de las
colecciones de datos sociales y ambientales más grandes del mundo y es la primera
medida holística del desempeño social de un país que es independiente de los factores
económicos”.
además agrega que, nos ayuda a comprender cómo viven las personas en todo el mundo,
quién se está quedando atrás y cómo acelerar el progreso.
A su vez, indica lo siguiente: “Los resultados del Índice revelan qué, aunque el mundo
está mejorando en términos de progreso social, la tasa de progreso se ha desacelerado
significativamente y un declive sostenido conducirá a la primera "recesión del progreso
social" en 2023.
3. ÁMBITO ECONÓMICO
EL PER-CÁPITA
El PIB per cápita, renta per cápita o renta per cápita es un indicador económico que mide
la relación entre el nivel de renta de un país y su población. Para ello, se divide el
producto interior bruto (PIB) de dicho territorio por la población.
Tiene sentido utilizar el ingreso per cápita como indicador de la riqueza o la estabilidad
económica de una región. Esto se debe a que el ingreso nacional (con el PIB durante un
período de tiempo) y la población de ese lugar están relacionados entre sí. La finalidad del
PIB per cápita es obtener datos que muestren el nivel de prosperidad o bienestar de una
zona en un momento dado. A menudo se utiliza como punto de referencia para comparar
diferentes países para mostrar las diferencias en las condiciones económicas.
Cabe señalar que el PIB comúnmente utilizado para calcular el ingreso per cápita es el
PIB nominal. Esto significa que los precios actuales se utilizan para bienes y servicios
producidos durante un período de tiempo, en lugar de precios fijos en el PIB real. Sin
embargo, estas son a menudo relaciones inconsistentes porque no proporcionan
suficiente información. Esto se debe a que se ignoran aspectos importantes como la
distribución desigual de la riqueza o la educación. Es cierto que a menudo existe una
correlación directa entre el nivel de ingresos y la salud, la educación y el desarrollo. Sin
embargo, el ingreso per cápita no siempre es un reflejo absolutamente fiel del verdadero
nivel de vida de los ciudadanos del país. En este sentido, se suele decir que el tamaño no
es un buen reflejo de la realidad en situaciones de desigualdad o descontento social,
especialmente cuando un país está creciendo económicamente, pero esta mejora
macroeconómica no siempre se refleja en la calidad de vida de las personas. El
ciudadano tampoco está dentro de su poder adquisitivo.
BALANZA COMERCIAL
● El crecimiento de la economía.
Energía renovable
Uno de los elementos que más impacto negativo genera en el medio ambiente es la
obtención de energías. Es por esto que una de los planteamientos es la generación de
energía renovable de forma limpia para contribuir a la sostenibilidad ambiental.
Agricultura y alimentación
En este sector se proponen medidas como una explotación más racional del suelo, con
medidas que permitan regenerar sus nutrientes. Además, es importante que se desarrolle
respetando la riqueza natural, es decir, sin afectar la biodiversidad propia de los
ecosistemas.
Construcción
En el sector de la construcción la política atiende a respetar las áreas naturales. Cada año
suelen ser afectadas millones de hectáreas por la construcción de urbanismo que solo
persiguen fines económicos.
Transporte
Uno de los sectores que más daño al ambiente es el del transporte. Las emisiones a
causa del CO2 emitido por sus combustibles fósiles representan una constante en la
degeneración de la capa de ozono. No obstante, existen opciones que amparan el uso de
vehículos eléctricos como medida para combatir este mal.
La idea del desarrollo sostenible nació a mediados del siglo XIX debido a la preocupación
por los daños ambientales causados durante la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo,
no fue hasta 1987 que el término circuló por primera vez y se acuñó en un informe de la
ONU llamado Nuestro futuro común. Desde estos días hasta la actualidad, todos los
esfuerzos que nos permiten administrar nuestros deberes son preservar la especie, que
es la lucha en un entorno saludable y justo.
Naciones Unidas adoptó hoy el principio de “no dejar a nadie atrás” y destacó la
importancia del compromiso de las instituciones del sector público y privado, la academia
y las organizaciones de la sociedad civil que aportan su conocimiento, innovación y
capacidad al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. . GNL). ) establecer objetivos
y crear un círculo propicio en cada lugar del evento.
● La academia
● El sector privado
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