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Se denomina microbiota intestinal a la comunidad de microorganismos vivos que

alberga el tubo digestivo humano y que se ha adaptado a vivir en la superficie del


intestino desde hace milenios. El intestino del individuo nace estéril y adquiere su
colonización microbiana inmediatamente tras el nacimiento, de la madre y del entorno
inicial. La gran mayoría de los organismos de la microbiota permanecen siempre en el
intestino, mientras que una parte que se llama “microorganismos en tránsito” habitan
temporalmente, ya que se ingieren a través de los alimentos y bebidas
fundamentalmente. Este conjunto de microbios presenta una estrecha
interdependencia entre ellos y conforman la microbiota intestinal.
El intestino humano contiene unos 100 billones de bacterias de unas 500 a 1000
especies distintas. El estómago y el duodeno son las partes del intestino con menos
microorganismos, sobretodo porque la secreción ácida del estómago y la bilis
destruyen una gran parte de las bacterias. El número de bacterias va aumentando a lo
largo del intestino y es en el colon donde existe la mayor densidad de población de
bacterias. Cuando esta microbiota intestinal se desequilibra, hablamos de una disbiosis
intestinal.
 
En los últimos años, la investigación en este campo ha demostrado que la función del
intestino no sólo depende de este (barrera mucosa, secreción a través de sus
glándulas…) sino que la microbiota intestinal también actúa como un órgano más. Un
claro ejemplo son los experimentos con animales criados en un ambiente estéril (sin
gérmenes). Estos animales tienen un peso corporal y de los órganos vitales (corazón,
hígado y pulmones) mucho menor que los animales criados en un ambiente normal.
Los animales criados en ambiente estéril ingieren una mayor cantidad de comida y
crecen mucho menos. Esto indica claramente que las bacterias son muy importantes
para la nutrición y el desarrollo corporal. Otros datos de estos estudios son que los
animales criados en ambiente estéril tienen los ganglios linfáticos atróficos y una menor
cantidad de células del sistema inmunitario (útiles para la defensa contra los gérmenes
patógenos). De modo que las bacterias de la microbiota intestinal son necesarias para
el desarrollo del sistema inmunitario del individuo.
Funciones de la microbiota intestinal
Los estudios experimentales en este campo han demostrado que las funciones de la
microbiota intestinal son:
Funciones de nutrición y metabolismo. La interacción entre los microorganismos que
forman la microbiota intestinal produce energía y vitaminas y ayuda a absorber el calcio
y el hierro del colon.
Funciones de protección. La microbiota intestinal previene la invasión de otros
gérmenes o el sobrecrecimiento de gérmenes con potencial patógeno.
Funciones sobre el desarrollo del sistema inmunitario.

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