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PROFESOR:
RUBEN CANTILLO
(CUENTO INFANTIL)
ESTUDIANTES:
Un día, mientras exploraba el bosque, Zorrojo se encontró con un extraño animal que nunca
había visto antes. Era un conejo gigante con enormes orejas y un pelaje suave y blanco.
Zorrojo se acercó al conejo, pero el conejo estaba asustado y salió corriendo.
Zorrojo no se rindió y decidió seguir al conejo para conocerlo mejor. Finalmente, después de
una larga carrera, el conejo gigante se detuvo y Zorrojo logró alcanzarlo. El conejo gigante
estaba asustado y tembloroso, pero Zorrojo le habló con dulzura y le explicó que solo quería
ser su amigo.
Después de conversar un poco, el conejo gigante se dio cuenta de que Zorrojo era un buen
amigo y juntos comenzaron a explorar el bosque. Descubrieron nuevos senderos y lugares
mágicos, jugaron juntos y aprendieron muchas cosas el uno del otro.
Pero un día, mientras Zorrojo y el conejo gigante jugaban, escucharon un ruido extraño en el
bosque. Era un cazador que venía en busca de animales para cazar. Zorrojo y el conejo
gigante se escondieron rápidamente, pero el cazador los encontró y comenzó a perseguirlos.
Zorrojo y el conejo gigante corrieron lo más rápido que pudieron, pero el cazador estaba cada
vez más cerca. Finalmente, llegaron a un acantilado y no tenían a donde ir. Zorrojo se dio
cuenta de que solo había una manera de salvarse: saltar del acantilado y caer en un río
debajo.
El conejo gigante tenía miedo de saltar, pero Zorrojo le aseguró que todo saldría bien y lo
empujó con fuerza. Luego, saltó detrás de él y cayeron al río. Fue una caída larga y peligrosa,
pero Zorrojo había calculado todo a la perfección y logró salvar al conejo gigante y a él
mismo.
Después de esa aventura, Zorrojo y el conejo gigante se convirtieron en los mejores amigos.
Exploraron el bosque juntos y siempre estuvieron ahí el uno para el otro en momentos
difíciles. Y aunque nunca se encontraron con el cazador de nuevo, siempre estuvieron
preparados para cualquier peligro que pudiera acechar en el bosque encantado.