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Cuento #1: Fiorina y Pionina, las hadas tímidas

Cuando viajas al país de las hadas y preguntas quién ha sido el hada más bella de la historia, todos responden sin
dudarlo que Pionina. Todos, menos la propia Pionina, que mueve la cabeza y piensa en silencio en su hermana Fiorina.
Nadie la ha conocido aún, pero Fiorina era claramente la más bella de las dos hermanas. Ambas nacieron de una misma
gota de rocío grande y perfecta, y compartieron su vida dentro de una misma flor durante años. Y es que eran tan
tímidas, que ni siquiera se atrevían a salir al mundo. Como no conocían otras hadas, se preguntaban si serían bellas o
feas, listas o tontas, afortunadas o desgraciadas. Y tanto y tan a menudo lo pensaban, que terminaron estando
convencidas de lo feas, tontas y desgraciadas que eran, de modo que no se atrevían a abandonar su confortable
florecilla, y se dedicaban a lamentar su desgracia. ¿Cómo iban a presentarse al mundo siendo tan desastrosas? ¿Qué les
dirían los demás? ¿Y si las rechazaban o se reían de ellas? Hasta que un día, Pionina consiguió reunir el valor suficiente
para salir de la flor. "No tengo la culpa de ser tan horrorosa", se dijo, "trataré de ser amable y alegre, así puede que
perdonen mis defectos", pensaba ya decidida a salir. Pionina trató por todos los medios de conseguir que su hermana
fuera con ella, pero Fiorina no se sentía capaz de superar su timidez, y aunque se moría de ganas por salir, decidió
quedarse tranquila en la flor... Cuando Pionina abandonó su flor y comenzó sus acrobáticos vuelos, un brillo especial
envolvió el inmenso campo de flores del que formaba parte su casa. Al ver aquella luz, cientos de hadas salieron de sus
flores para verla, y todas y cada una contemplaron admiradas la más bella hada que nunca hubieran conocido. Se armó
un enorme revuelo alrededor de Pionina, y en unos minutos se convirtió en la más famosa de las hadas por su belleza,
inteligencia y fortuna. Pionina corrió a avisar a su hermana de lo equivocadas que habían estado durante años, pero no
supo regresar a su flor. En aquel campo había tantos cientos de miles de flores tan iguales, que Pionina no podía
distinguir dónde había vivido. Buscó y buscó, pero no consiguió dar con Fiorina. Y allí sigue Fiorina, escondida en su flor,
llena de miedo, pensando que podría ser la más horrible de las hadas, sin saber que, si algún día se decide a salir y
mostrarse tal y como es, todos verán en ella la más afortunada y bella de todas las hadas.

Preguntas de reflexión:

 ¿Qué enseñanza te dejo la lectura?


 ¿si tuvieras la oportunidad de dar recomendaciones al personaje principal cuales serían y porque?
 ¿Cómo aplicarías la enseñanza a tu vida?
 ¿En algún momento de tu vida has estado en una situación similar?

Cuento #2: Juanija Lagartija

Juanija Lagartija vivía entre unas piedras en el campo. Como a todas las lagartijas, le encantaba tomar tranquilamente el
sol sobre una gran roca plana. Allí se quedaba tan a gustito, que más de una vez había llegado a dormirse, y eso fue lo
que pasó el día que perdió su rabito: unos niños la atraparon, y Juanija sólo pudo soltarse perdiendo su rabo y corriendo
a esconderse. Asustada oyó como aquellos niños reían al ver cómo seguía moviéndose el rabito sin la lagartija, y
terminaban tirándolo al campo después de un ratito. La lagartija comenzó entonces a buscarlo por toda la zona,
dispuesta a recuperarlo como fuera para volver a colocarlo en su sitio. Pero aquel campo era muy grande, y por mucho
que buscaba, no encontraba ni rastro de su rabito. Juanija dejó todo para poder buscarlo, olvidando su casa, sus juegos y
sus amigos, pero pasaban los días y los meses, y Juanija seguía buscando, preguntando a cuantos encontraba en su
camino. Un día, uno aquellos a quienes preguntó respondió extrañado "¿Y para qué quieres tener dos rabos?". Juanija se
dio la vuelta y descubrió que después de tanto tiempo le había crecido un nuevo rabito, incluso más fuerte y divertido
que el anterior. Entonces comprendió que había sido una tontería dedicar tanto tiempo a lo que ya no tenía remedio, y
decidió darse la vuelta y volver a casa. Pero de vuelta a sus rocas, precisamente encontró su rabito al lado del camino.
Estaba seco y polvoriento, y tenía un aspecto muy feo. Alegre, después de haber dedicado tanto tiempo a buscarlo,
Juanija cargó con él y siguió su camino. Se cruzó entonces con un sapo, que sorprendido le dijo:

- ¿Por qué cargas con un rabo tan horrible y viejo, teniendo uno tan bonito?

- He estado meses buscándolo - respondió la lagartija.

- ¿De verdad has estado meses buscando algo tan feo y sucio? -siguió el sapo

- Bueno - se, excusó Juanija- antes no era tan feo...

- Mmm, pero ahora sí lo es, ¿no?... ¡qué raras sois las lagartijas! -dijo el sapo antes de irse dando saltos

El sapo tenía razón, Juanija seguía pensando en su rabito como si fuera el de siempre, pero la verdad es que ahora daba
un poco de asco. Entonces la lagartija comprendió todo, y decidió dejarlo allí abandonado, dejando con él todas sus
preocupaciones del pasado; y sólo se llevó de allí un montón de ilusiones para el futuro.

Preguntas de reflexión:

 ¿Qué enseñanza te dejo la lectura?


 ¿si tuvieras la oportunidad de dar recomendaciones al personaje principal cuales serían y porque?
 ¿Cómo aplicarías la enseñanza a tu vida?
 ¿En algún momento de tu vida has estado en una situación similar?
Cuento # 3:El elefante

Cuando yo era chico me encantaban los circos y lo que más me gustaba de los circos eran los animales. También a mí,
como a otros, después me enteré que me llamaba la atención el elefante.
Durante la función la enorme bestia hacia despliegue de su peso tamaño y fuerza descomunal...pero después de su
actuación y hasta un rato antes de volver al escenario el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que
aprisionaba una de sus patas a una pequeña estaca clavada en el suelo.
Sin embargo, la estaca era solo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en la tierra. Y
aunque la cadena era gruesa y poderosa me parecía obvio que ese animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su
propia fuerza, podría con facilidad arrancar la estaca y huir.
El misterio es evidente: ¿Qué lo mantiene entonces ¿Por qué no huye?
Cuando tenía cinco o seis años yo todavía confiaba en la sabiduría de los grandes. Pregunté entonces a algún maestro, a
algún padre o a algún tío por el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no se escapaba porque
estaba amaestrado. Hice entonces la pregunta obvia: Si está amaestrado ¿Por qué lo encadenan? No recuerdo haber
recibido ninguna respuesta coherente.
Con el tiempo me olvidé del misterio del elefante y la estaca...y sólo lo recordaba cuando me encontraba con otros que
también se habían hecho la misma pregunta.
Hace algunos años descubrí que por suerte para mí alguien había sido lo bastante sabio como para encontrar la
respuesta: EL ELEFANTE DEL CIRCO NO ESCAPA PORQUE HA ESTADO ATADO A UNA ESTACA PARECIDA DESDE QUE ERA
MUY, MUY PEQUEÑO. Cerré los ojos y me imaginé al pequeño recién nacido sujeto a la estaca.
Estoy seguro de que en aquel momento el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y a pesar de todo su
esfuerzo no pudo. La estaca era ciertamente muy fuerte para él. Juraría que se durmió agotado y que al día siguiente
volvió a probar y también al otro y al que le seguía....Hasta que un día, un terrible día para su historia, el animal aceptó
su impotencia y se resignó a su destino. Este elefante enorme y poderoso, que vemos en el circo, no escapa porque cree
- pobre - que NO PUEDE.

Él tiene el registro y recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia que sintió poco después de nacer. Y lo peor es
que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro. Jamás...jamás....intentó poner a prueba su fuerza otra vez.

Preguntas de reflexión para cada uno de los cuentos:

 ¿Qué enseñanza te dejo la lectura?


 ¿si tuvieras la oportunidad de dar recomendaciones al personaje principal cuales serían y porque?
 ¿Cómo aplicarías la enseñanza a tu vida?
 ¿En algún momento de tu vida has estado en una situación similar?
Cuento # 4: Mi pequeño mundo se ha roto

Había una vez un resorte que vivía tranquilo y seguro dentro de su bolígrafo. Aunque oía muchas cosas procedentes del
exterior, vivía creyendo que fuera de su mundo, el bolígrafo, no había nada bueno. Sólo pensar en dejar su bolígrafo le
daba tal miedo que no le importaba pasar su vida encogiéndose y estirándose una y otra vez en el minúsculo espacio del
boli.

Pero un día, se acabó la tinta, y cuando su dueño lo fue a cambiar tuvo un despiste. El resorte saltó por los aires y fue a
parar al desagüe del lavabo, y por ahí se perdió de vista. El resorte, aterrorizado y lamentándose de su suerte, atravesó
tuberías y tuberías, pensando siempre que aquello era su fin. Durante el viaje por las cañerías no se atrevió a abrir los
ojos de puro miedo, sin dejar ni un momento de llorar. Arrastrado por el agua, siguió, siguió y siguió, hasta ir a parar a
un río; cuando la corriente perdió fuerza, al ver que todo se calmaba, dejó de llorar y escuchó a su alrededor, y al oír sólo
los cantos de los pájaros y el viento en las hojas de los árboles, se animó a abrir los ojos. Entonces pudo ver las aguas
cristalinas del río, las piedras del fondo, y los peces de colores que en él vivían y jugaban, y comprendió que el mundo
era mucho más que su pequeño bolígrafo, y que siempre había habido muchas cosas en el exterior esperando para
disfrutarlas.

Así que después de jugar un rato con los peces, fue a parar a la orilla, y después a un campo de flores. Allí escuchó un
llanto, que le llevó hasta una preciosa flor que había sido pisada por un conejo y ya no podía estar recta. El resorte se dio
cuenta entonces de que él podía ayudar a aquella flor a mantenerse recta, y se ofreció para ser su vestido. La flor aceptó
encantada, y así vivieron juntos y alegres. Y siempre reían al recordar la historia del resorte, cuando pensaba que lo
único que había en la vida, era ser el triste resorte de un bolígrafo.

Preguntas de reflexión para cada uno de los cuentos:

 ¿Qué enseñanza te dejo la lectura?


 ¿si tuvieras la oportunidad de dar recomendaciones al personaje principal cuales serían y porque?
 ¿Cómo aplicarías la enseñanza a tu vida?
 ¿En algún momento de tu vida has estado en una situación similar?
Cuento # 5: El campesino y el burro

Un día, el burro de un campesino se cayó en un pozo. El animal lloró fuertemente por horas, mientras el campesino
trataba de buscar algo que hacer.

Finalmente, el campesino decidió que el burro ya estaba viejo y el pozo ya estaba seco y necesitaba ser tapado de todas
formas; que realmente no valía la pena sacar al burro del pozo.

Invitó a todos sus vecinos para que vinieran a ayudarle. Cada uno agarró una pala y empezaron a tirarle tierra al pozo.

El burro se dio cuenta de lo que estaba pasando y lloró horriblemente. Luego, para sorpresa de todos, se aquietó
después de unas cuantas paladas de tierra.

El campesino finalmente miró al fondo del pozo y se sorprendió de lo que vio... con cada palada de tierra, el burro
estaba haciendo algo increíble: Se sacudía la tierra y daba un paso encima de la tierra.

Muy pronto todo el mundo vio sorprendido cómo el burro llegó hasta la boca del pozo, pasó por encima del borde y
salió trotando...

La vida va a tirarte tierra, todo tipo de tierra... el truco para salir del pozo es sacudírsela y usarla para dar un paso hacia
arriba. Cada uno de nuestros problemas es un escalón hacia arriba. Podemos salir de los más profundos huecos si no nos
damos por vencidos...

¡¡¡Usa la tierra que te echan para salir adelante!!!

Preguntas de reflexión para cada uno de los cuentos:

 ¿Qué enseñanza te dejo la lectura?


 ¿si tuvieras la oportunidad de dar recomendaciones al personaje principal cuales serían y porque?

¿Cómo aplicarías la enseñanza a tu vida?

 ¿En algún momento de tu vida has estado en una situación similar?


Cuento # 6 El cántaro agujereado

Un campesino muy pobre que vivía en lo alto de una montaña, bajaba todos los días desde su casa hasta el río con dos
cántaros a la espalda. Los llenaba de agua y subía la colina con ellos para regar sus plantas. De esta forma, conseguía
cada año un cultivo espléndido.

Pero una calurosa tarde de verano, el hombre se sentó a la sombra de un árbol a descansar, y una piedrecita hizo un
pequeño agujero en uno de los cántaros.

Al cabo de unos meses, el cántaro intacto le dijo al otro:

– No sé cómo no te das cuenta de que eres un estorbo y no sirves para nada. Nuestro amo no hace más que bajar y subir
de la montaña al río y del río a la montaña… Yo le ofrezco toda el agua, pero tú en cambio la vas perdiendo por el
camino. No llevas ni la mitad de agua. ¡Con todo el esfuerzo que hace él!

El cántaro agujereado se puso muy triste. Al día siguiente, le dijo a su amo:

– Amo, no deberías llevarme al río. Ya no sirvo para nada.

– ¿Por qué dices eso? - preguntó él.

– Porque tengo un agujero y cada vez que subes cargado conmigo por la montaña, voy perdiendo el agua que recogiste
en el río.

– Eres más valioso de lo que piensas– dijo de pronto el campesino- ¿O acaso no te fijaste en que ahora el camino de
vuelta a casa está repleto de hermosas flores? Es porque al ver que tenías un agujero, fue echando semillas por el
camino para que nacieran y adornaran de colores el camino de vuelta.

El cántaro entonces comenzó a sentirse mucho mejor.

Preguntas de reflexión:

• ¿Qué enseñanza te dejo la lectura?

• ¿si tuvieras la oportunidad de dar recomendaciones al personaje principal cuales serían y por qué?

• ¿Cómo aplicarías la enseñanza a tu vida?

• ¿En algún momento de tu vida has estado en una situación similar?


Cuento # 7 El verdadero valor del anillo

-Vengo, maestro, porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer nada. Me dicen que no sirvo, que no
hago nada bien, que soy torpe y bastante tonto. ¿Cómo puedo mejorar? ¿Qué puedo hacer para que valoren más?

El maestro, sin mirarlo, le dijo:

-Cuánto lo siento, muchacho, no puedo ayudarte, debo resolver primero mi propio problema. Quizás después…- Y
haciendo una pausa agregó -Si quisieras ayudarme tú a mí, yo podría resolver este tema con más rapidez y después tal
vez te pueda ayudar.

-E..encantado, maestro -titubeó el joven pero sintió que otra vez era desvalorizado y sus necesidades postergadas. –
Bien- asintió el maestro. Se quitó un anillo que llevaba en el dedo pequeño de la mano izquierda y dándoselo al
muchacho, agregó -Toma el caballo que está allí afuera y cabalga hasta el mercado. Debo vender este anillo porque
tengo que pagar una deuda. Es necesario que obtengas por él la mayor suma posible, pero no aceptes menos de una
moneda de oro. Vete y regresa con esa moneda lo más rápido que puedas.

El joven tomó el anillo y partió. Apenas llegó, empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes. Estos lo miraban con algún
interés, hasta que el joven decía lo que pretendía por el anillo. Cuando el joven mencionaba la moneda de oro, algunos
reían, otros le daban vuelta la cara y solo un viejito fue tan amable como para tomarse la molestia de explicarle que una
moneda de oro era muy valiosa para entregarla a cambio de un anillo. En su afán de ayudar, alguien le ofreció una
moneda de plata y un cacharro de cobre, pero el joven tenía instrucciones de no aceptar menos de una moneda de oro,
y rechazó la oferta.

Después de ofrecer su joya a toda persona que se cruzaba en el mercado -más de cien personas- y abatido por su
fracaso, montó su caballo y regresó.

Cuánto hubiera deseado el joven tener él mismo esa moneda de oro. Podría entonces habérsela entregado al maestro
para liberarlo de su preocupación y recibir entonces su consejo y ayuda. Entró en la habitación. – Maestro – dijo- lo
siento, no es posible conseguir lo que me pediste. Quizás pudiera conseguir dos o tres monedas de plata, pero no creo
que yo pueda engañar a nadie respecto del verdadero valor del anillo.

– Qué importante lo que dijiste, joven amigo -contestó sonriente el maestro-. Debemos saber primero el verdadero
valor del anillo. Vuelve a montar y vete al joyero. Quién mejor que él, para saberlo. Dile que quisieras vender el anillo y
pregúntale cuánto da por él. Pero no importa lo que ofrezca, no se lo vendas. Vuelve aquí con mi anillo.
El joven volvió a cabalgar. El joyero examinó el anillo a la luz del candil, lo miró con su lupa, lo pesó y luego le dijo: – Dile
al maestro, muchacho que si lo quiere vender ya, no puedo darle más de 58 monedas de oro por su anillo.

– ¡¿58 monedas?! -exclamó el joven.

– Sí, replicó el joyero- Yo sé que con tiempo podríamos obtener por él cerca de 70 monedas, pero no sé… Si la venta es
urgente…

El joven corrió emocionado a casa del maestro a contarle lo sucedido.

– Siéntate -dijo el maestro después de escucharlo-. Tú eres como ese anillo: una joya, valiosa y única. Y como tal, sólo
puede evaluarte verdaderamente un experto. ¿Qué haces por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu
verdadero valor?

Preguntas de reflexión:

• ¿Qué enseñanza te dejo la lectura?

• ¿si tuvieras la oportunidad de dar recomendaciones al personaje principal cuales serían y porque?

• ¿Cómo aplicarías la enseñanza a tu vida?

• ¿En algún momento de tu vida has estado en una situación similar?

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