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Biomasa

La energía biomasa es la energía de la tierra, ¿y si eventualmente la mayoría de nuestra matriz


energética fuera por medio de energía biomasa?, quiere decir que es posible que, por medio
de desechos agrícolas, orgánicos, forestales, etc. Somos capaces de generar energía. En vista
de esto los campos de aplicación pueden ser variados, en la industria, la climatización,
electricidad, son los principales focos de aplicación. ¿Cuántos tipos de biomasa existen?, y
cuáles son sus beneficios.

Se define biomasa como la “materia orgánica originada en un proceso biológico, espontáneo


o provocado, utilizable como fuente de energía”, es decir, cualquier sustancia orgánica de
origen vegetal o animal, incluyendo los materiales que resultan de su transformación natural
o artificial.
Con los equipos que en la actualidad hay en el mercado, se pueden conseguir rendimientos
de combustión muy elevados; los rendimientos en los procesos industriales de elevada
potencia pueden llegar a alcanzar hasta el 95% si se acoplan equipos de recuperación de
calor. Los avances tecnológicos conseguidos, tanto en los sistemas de alimentación de la
biomasa como en los equipos de combustión, hacen que en muchas ocasiones sean tan
eficientes, cómodos y competitivos como los basados en combustibles fósiles. Otro método
empleado en las industrias que utilizan biomasa como combustible es la gasificación. Este
método consiste en la producción de un gas, a partir de la biomasa, y emplearlo para la
producción de energía térmica y eléctrica. De este modo se obtiene un proceso con un
rendimiento más elevado, aunque también supone un incremento en la inversión.
Climatización: Existen numerosas razones que aconsejan la utilización de modernos sistemas
de calefacción y agua caliente sanitaria con biomasa. Entre éstas se pueden citar las
siguientes:

• Las instalaciones abastecidas con biomasa en sus diferentes formas (pellets, astillas, huesos
de aceituna triturados, etc.) son respetuosas con el medio ambiente al presentar una emisión
reducida de contaminantes a la atmósfera y no contribuir al efecto invernadero por tener un
balance neutro de CO2. Esta última característica ayuda a cumplir los acuerdos sobre el
cambio climático.
• En la actualidad, otra razón es el menor precio comparativo con otros combustibles y su
mayor estabilidad, al no depender de las fluctuaciones exteriores, aunque el coste de
inversión inicial de los equipos es normalmente superior al de los equipos que utilizan
combustibles.
Los pellets de biomasa son un biocombustible estandarizado a nivel internacional, se
conforman como pequeños cilindros procedentes de la compactación de serrines y virutas
molturadas y secas, provenientes de serrerías, de otras industrias, o se producen a partir de
astillas y otras biomasas de diversos orígenes, como los agropellets. En el proceso de
peletización no se utilizan productos químicos sino simplemente presión y vapor, aunque es
posible encontrar también un porcentaje reducido de aditivos biológicos.
• La operación y mantenimiento de estos sistemas es sencillo al ser sistemas automáticos
con incorporación de control electrónico. A título de ejemplo puede señalarse que algunas
calderas incorporan incluso el encendido a distancia mediante un mensaje de teléfono móvil.

Las astillas de madera son trozos pequeños de entre 5 y 100 mm de longitud cuya calidad
depende fundamentalmente de la materia prima de la que proceden, su recogida y de la
tecnología de astillado.
En función de su procedencia y calidad, pueden distinguirse dos grupos principales de
astillas:
• Astillas de clase 1: provenientes de la industria de la primera y segunda transformación de
la madera o maderas forestales muy limpias. Suelen tener humedades menores al 30%,
aunque pueden alcanzar el 45%. Apropiadas para su uso en instalaciones domésticas y
válidas para todo tipo de instalaciones.
• Astillas de clase 2: procedentes de tratamientos silvícolas, agrícolas y forestales (podas,
clareos, entresacas, cultivos energéticos leñosos, etc.).
Hasta un 45% de humedad. Utilizada en instalaciones de media a muy alta potencia, como
grandes edificios y redes de calefacción.

La leña proviene de trocear troncos que no van a ser utilizados para producir madera, y
pueden producirse localmente por los propios usuarios. Al igual que ocurre con el resto de la
biomasa, la energía que producen en la caldera va a depender del tipo de madera y de la
humedad que contenga.
La leña debe introducirse manualmente en la caldera, normalmente varias veces al día. Por
lo tanto, los sistemas de calefacción de leña son semiautomáticos, con la ventaja de que esta
biomasa es muy económica. Existen calderas que funcionan exclusivamente con leña, y otras
que funcionan con leña y astillas o pellets y que tienen un mayor campo de aplicación.

Las briquetas son cilindros de biomasa densificada de tamaño superior al del pellet,
provenientes normalmente de serrines y virutas de aserraderos. Estos cilindros sustituyen
normalmente a la leña en las calderas.
Las principales propiedades de las briquetas son una humedad menor del 10%, un poder
calorífico inferior superior a los 16,9 MJ/kg (4,7 kWh/kg) y una densidad en torno a los 1.000
kg/m 3 . El contenido en cenizas no llega al 0,7%.
La clasificación que se utiliza en esta guía se basa en la Norma UNE-CEN/TS 14961 EX
Biocombustibles sólidos – Especificaciones y clases de combustible para el uso de la biomasa
como biocombustible que el Comité Europeo de Normalización (CEN) publicó en 2005. Los
distintos tipos de biomasa se clasifican en función de su origen, su principal forma de
comercialización y sus propiedades como se muestra en la tabla siguiente.

La obtención de energía eléctrica a través de la quema de biomasa sólida se realiza,


generalmente, a gran escala (plantas mayores de 2MW). Esto es debido, principalmente, a
que las instalaciones necesarias requieren una gran inversión económica. Además, los
rendimientos globales obtenidos son mayores cuanto mayor sea la potencia generada.
El funcionamiento de una planta de biomasa para la generación de energía eléctrica consiste
en la recepción de la biomasa, generalmente en forma de alpacas (paja ó astillas). Estas
alpacas colocan automáticamente en una cinta transportadora, que las conduce hasta la
caldera. Allí, previamente desmenuzadas, caen a una parrilla vibratoria que favorece la
combustión y la evacuación de inquemados. Con esta combustión se calienta el agua
circulante por unas tuberías situadas en las paredes de la caldera y haces de tubos que se
encuentran en el interior de esta, convirtiendo esta agua en vapor sobrecalentado.
El vapor sobrecalentado mueve una turbina conectada a un generador que produce
electricidad a una tensión determinada. Mediante un transformador se aumenta la tensión
para su incorporación a la red general.

Los tipos de biomasa los determina la heterogeneidad de recursos aprovechables. Es una


característica intrínseca de los sistemas de producción de energía asociados a la biomasa.
Ello aumenta su complejidad ya que cada proyecto necesita análisis específicos de
disponibilidad, extracción, transporte y distribución. De hecho, la forma de extraer y utilizar
como combustible los restos de una actividad forestal es distinta al uso de los residuos de una
industria forestal o al aprovechamiento energético de la cáscara de almendra o del alperujo
generado al producir aceite de oliva.

En conclusión, podemos decir que la biomasa es un combustible renovable, y para el futuro,


con grandes campos de aplicación tanto térmicos como en producción de energía eléctrica,
en el mundo existen muchos bosques entonces bajo este pensamiento, aún hay muchos
recursos que no se utilizan en chile en materia de biomasa para la utilización de esta energía.

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