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El documento describe los mecanismos de defensa del yo, incluyendo la anulación retroactiva, la regresión, la supresión, la formación reactiva, el aislamiento, la proyección, la introyección, la vuelta contra sí mismo y la sublimación. Estos mecanismos psicológicos protegen al yo de los impulsos del ello y el super yo.
El documento describe los mecanismos de defensa del yo, incluyendo la anulación retroactiva, la regresión, la supresión, la formación reactiva, el aislamiento, la proyección, la introyección, la vuelta contra sí mismo y la sublimación. Estos mecanismos psicológicos protegen al yo de los impulsos del ello y el super yo.
El documento describe los mecanismos de defensa del yo, incluyendo la anulación retroactiva, la regresión, la supresión, la formación reactiva, el aislamiento, la proyección, la introyección, la vuelta contra sí mismo y la sublimación. Estos mecanismos psicológicos protegen al yo de los impulsos del ello y el super yo.
3 instancias psíquicas: yo, ello (inconsciente, lo que sale sin llegar a la corteza), super yo. Todo surge de un conficto, cuando hay angustia donde el yo se ve tironeado por el super yo (lo que se debe hacer). Hay mecanismos de consciencia que defienden al yo del ello y el super yo: - Anulación retroactiva: comportamiento que desea reparar el daño hecho, el deseo prohibido. - Regresión: situación de angustia y peligro, que vuelve a una condición previa que vuelve a lo seguro. - Supresión: es la eliminación, es la cancelación de las pulsiones, de las experiencias traumáticas o inaceptables de la conciencia. Está activa durante el periodo edípico. - Formación reactiva: aunque un contenido considerado inapropiado, inaceptable o prohibido se manifiesten comportamientos opuestos. - Aislamiento: el trauma se intelectualiza como si se observase desde el exterior. El conocimiento del trauma y la emoción vinculada permanecen separados. Se habla de un trauma con desapego como si lo hubiera vivido otra - Proyección: proyectar las cuestiones de uno mismo en otro. - Introyección: el yo asimila, absorbe algo del exterior y lo hace propio hasta tornarlo indistinguible. Por ejemplo, cuando alguien se identifica con alguien famoso. DEPRESIÓN - Vuelta contra sí mismo: las pulsiones y los impulsos no desaparecen, el objeto se mueve desde el interior al exterior, pero su identidad se oculta. El objeto sobre el que se encarga la agresión es la persona que siente este impulso violento. AUTOLESIONES - Sublimación: es cuando la pulsión no se niega, pero se dirige de manera distinta para obtener satisfacción por algo aceptado por la sociedad.