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La aparición de la medicina regenerativa y las terapias biológicas han permitido el
abordaje de la medicina y odontología con un nuevo enfoque biológico.
Hoy en día es posible utilizar los propios recursos del cuerpo humano de manera
predecible para “curarse a sí mismo”, principio sobre el que se basa la tecnología PRP
(Plasma Sanguíneo Rico en Plaquetas).
Nuestras plaquetas desempeñan un papel muy importante en la inflamación y
curación de las lesiones. Son células sanguíneas encargadas de interrumpir el
sangrado en caso de lesión vascular. Además son fuente natural de factores de
crecimiento y proteínas en con capacidad de regenerar tejidos.Por este motivo,
pueden utilizarse como herramienta terapéutica, para mejorar la reparación de los
tejidos y su curación.
El PRP (Plasma Sanguíneo Rico en Plaquetas) es, por tanto, un concentrado de
proteínas presentes en nuestra sangre que posibilita la curación, regeneración de
tejidos y el crecimiento del hueso en zonas determinadas, de forma natural
Por este motivo, esta herramienta terapéutica, de primer orden, no sólo se utiliza en
implantología, cirugía oral y maxilofacial, sino que también en otras muchas ramas de
la medicina (estética, traumatología, dermatología, oftalmología, podología). Incluso
está siendo utilizada para recuperar a deportistas de élite, artistas y modelos en el
tratamiento de patologías musculares, tendinitis crónica, o lesiones de ligamento o
articulaciones.
La técnica consiste en utilizar una pequeña cantidad de sangre del paciente
y separar la porción de sangre y plasma en donde existe la mayor concentración de
plaquetas, que luego se estimulan para potenciar su función regeneradora. De esta
manera, aprovechando las propiedades de las proteínas presentes en las plaquetas y
el plasma sanguíneo que el propio organismo forma, regeneramos y reparamos los
tejidos dañados.
Esta peculiaridad de las proteínas de origen plaquetario, ha dado lugar a un
tratamiento regenerativo cada vez más demandado, que acelera el proceso de
restauración de los tejidos implicados consiguiendo recuperar mucho antes las
lesiones, incluso en la mitad de tiempo.
Su utilización en tan diversas disciplinas tales como la cirugía general, maxilofacial y
odontológica, la medicina estética, la tricología y la medicina del deporte,
precisamente es porque favorece una cicatrización más rápida y predecible,
disminuyendo no sólo el dolor postoperatorio sino también los riesgos de infección.
Además, queda excluido así el riesgo de rechazo, ya que se elabora con células
propias del organismo. Por este motivo, puede aplicarse en todo tipo de pacientes,
estando especialmente indicada dicho procedimiento en aquellos pacientes que
presentan problemas de cicatrización o en aquellos que ven amenazada su
recuperación por diversos factores como la sepsis o la inflamación.
¿Cómo se realiza?
- Fracción 1 -PPGF-: Los primeros 500 microlitros (0,5 ml.) es un plasma pobre en
plaquetas y, por lo tanto, pobre en factores de crecimiento.
Una vez separada esa fracción con mayor contenido en Plasma Rico en Plaquetas,
(descartándose el resto) se le añade Cloruro Cálcico para liberar los Factores de
Crecimiento Plaquetarios (que romperá esas plaquetas y liberará los FACTORES DE
CRECIMIENTO) y se introduce directamente en la zona lesionada por medio de
inyecciones por vía articular, muscular o microinyecciones a nivel cutáneo o
subcutáneo (mesoterapia).
Todo el proceso se realiza con técnica estéril, aséptica, ya que el Plasma Rico en
Plaquetas se introducirá inmediatamente en el organismo humano a través de los
métodos descritos.
USOS Y APLICACIONES EN LA
MEDICINA ESTÉTICA
Cuando su uso está destinado a la Medicina Estética, el Plasma Rico en Plaquetas
actúa incrementando el grosor de la capa más superficial de la piel, mejorando el
aspecto de arrugas, cicatrices y estrías. Además, estimula las células dérmicas y
reorganiza las fibras de colágeno y elastina.
Por eso es considerada hoy en día la más demandada opción para tratar la piel
envejecida. Porque no solo rejuvenece sino que además retrasa el proceso de
envejecimiento.
Una de las ventajas de la bioestimulación facial con plasma rico en plaquetas es que al
ser una sustancia biológica fabricada por nuestro organismo, no crea reacción
inmunológica “de cuerpo extraño” y por lo tanto no conlleva riesgo de reacción
alérgica.
b) Se combate la flacidez.
c) Se disminuyen las arrugas y desaparecen los pequeños surcos.
Los resultados se suelen observar a la semana y alcanzan su máximo a los 20-30 días,
notándose un efecto de mayor tersura, elasticidad y luminosidad.
Se recomienda hacer un ciclo de tres sesiones por año con un intervalo de 30 días
entre cada una, pudiendo utilizarse solo o combinado con otras sustancias como
vitaminas o ácido hialurónico, dependiendo de las necesidades de cada paciente.
¿A quiénes se recomienda?
Se recomienda para toda persona mayor de 30 años que desee evitar los primeros
signos del envejecimiento y mantener su piel tersa por más tiempo. Sin embargo,
también se recomienda a personas de edad avanzada para mejorar la apariencia de la
piel y estimular la producción de colágeno que ha disminuido con el paso de los años.
A pesar de ser un tratamiento inocuo, tenemos que tomar en cuenta que existen
algunas contraindicaciones como son la Trombopenia (plaquetas bajas), terapia
anticoagulante con aspirina u otros medicamentos, infecciones activas, cáncer y
embarazo. Es por esto que se requiere de la monitorización y valoración de un médico
especialista en la práctica de este tratamiento.