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La naturaleza de la línea

La línea es un elemento de naturaleza contraria al punto en muchos sentidos.

Si bien, notamos como su generación se debe a una sucesión de estos o como la traza
que deja el punto al moverse, o como la unión de dos o más puntos.

El principal recurso que la línea aporta a la composición es el factor dinámico.

En muchos casos, su función no es más que representar de modo visible las tensiones
y fuerzas visuales generadas por otros elementos. En otros, reparte y acota otros
elementos del mensaje construyendo un recorrido marcado y jerarquizado a lo largo
de este.

Asimismo, también construye formas, grafismos y contornos que constituyen parte del
propio discurso gráfico. Pero al nivel perceptivo más básico, la línea divide el plano
creando diferentes campos de fuerzas visuales y originando tensiones.
La línea como elemento de unión
Sirve para conectar dos puntos en el espacio. Podemos definirla como la unión o
aproximación de varios puntos. Casi siempre genera dinamismo y define
direccionalmente la composición en la que la insertemos. Su presencia crea tensión en
el espacio donde la ubiquemos y afecta a los diferentes elementos que conviven con
ella.

Puede definirse también como un punto en movimiento o como la historia del


movimiento de un punto, por lo cual tiene una enorme energía, nunca es estática y es
el elemento visual básico del boceto.

Además la línea separa planos, permitiendo crear diferentes niveles y volúmenes.

La línea puede tener múltiples significados y distintas formas de expresiones, desde la


conformación de figuras a otros significados como acción, dirección, movimiento,
estabilidad… dependiendo de sus distintos grosores o valores también variará su
significado.

Es uno de los elementos gráficos más utilizados, ya que definen y delimitan las
diferentes áreas de nuestra composición, además dirige la dirección de lectura dentro
de una composición, haciendo que el espectador observe el lugar adecuado.

Tomemos a la línea recta como “prototipo”. Nosotros nos movemos en un plano


horizontal, es por eso también que nuestro campo visual sea mucho más amplio en la
dimensión horizontal que en la vertical. El ojo humano diferencia estas posiciones
relativas, hay más conciencia de la horizontal como estable, la vertical como activa. La
horizontal está, la vertical se construye.
Sin embargo, la oblicua trae tensión e inseguridad. La situación más estable y
reconocible entre las oblicuas es la que forma un ángulo de 45º con la horizontal.
Nuestra costumbre de leer de izquierda a derecha influye en la interpretación de una
oblicua, (ascenso / descenso).

La línea curva despierta otro tipo de estímulos y sentimientos con respecto a la recta.
La vida se desarrolla en forma circular, “el sol y las estrellas giran por encima del
hombre”, el hombre se pone en la posición de eje, de centro, todo gira alrededor de él.

En expresión gráfica hay dos tipos de curvas, una la geométrica, y otra como resultado
del movimiento espontáneo de la mano.

En la conformación bidimensional, la línea representa la posibilidad de expresión más


sencilla y pura a la vez que la más dinámica y variada.

La línea es considerada como tal, es decir, como movimiento en longitud mientras la


relación ancho / largo no sobrepase una proporción determinada. Una línea más ancha
que la mitad de su largo pierde expresión dinámica de trazo y adquiere la estática de
una superficie cuadrangular.

La repetición y proximidad de líneas generan planos y / o texturas.

Una buena definición o elección de línea pertinente con el tema refuerza el mensaje.
La línea en si tiene significación propia y aumenta el grado de expresividad.

Una línea es direccional, tiene longitud, pero no anchura. Divide o circunda un área. Se
encuentra en el borde de una forma. Cuando la anchura esté presente, aparece una
forma.
Estructura de la línea
Sin embargo, las formas de cierta longitud y poca anchura son consideradas
generalmente como líneas, y pueden tener:

• Bordes lisos.
• Bordes dentados.
• Extremos rectos.
• Extremos redondeados.
• Extremos en punta.
• Cuerpo sólido.
• Cuerpo texturado.
• Dirección recta.
• Dirección curva.
• Homogénea.
• Modulada.

Es un elemento indispensable en el espacio gráfico, tanto para la materialización y


representación de ideas, como para la notación. Tiene, en el grafismo, la misma
importancia que la letra en el texto.

Los elementos de la línea que con mayor facilidad podemos analizar y percibir son: el
espesor, la longitud, la dirección con respecto a la página, la forma (recta o curva), el
color y la cantidad.

La constancia y la variabilidad afectan al conjunto de las dimensiones antes citadas,


aunque también pueden referirse a la distinción entre la línea continua y la línea de
puntos o a la naturaleza de los bordes (irregulares o lisos). Color y valores, forma y
cantidad también son variables de uso del trazo.
Podríamos afirmar que cada uno de los puntos que conforman una línea sigue
presentando sus propiedades atractivas sobre sí. Sin embargo, la sucesión de infinitos
puntos que conforman este nuevo elemento hacen imposible la primacía de
cualquiera de ellos dando lugar a un esquema visual como este.

Cuando aludimos a sus propiedades dinámicas en realidad nos basamos en la


atracción “lineal” que experimentamos por los sucesivos puntos integrantes de la
línea. Esto nos lleva a simplificar el anterior esquema de este modo.

Citando a Rudolf Arnheim en su libro “Arte y percepción visual” (Editorial Alianza


Forma, Madrid 1979)

“La línea recta introduce la extensión lineal en el


espacio, y con ello la idea de dirección”
Antes de continuar analizando las propiedades de la línea, vamos a ahondar un poco
más en las relaciones visuales que esta produce sobre el plano. Observemos esta
composición.
Dado todo lo anterior y asimiladas todos los esquemas previos, no deberíamos tener
ningún problema para percatarnos de que aquí esto es lo que está sucediendo en
realidad.

La tensión se acumula en la propia línea cerrada que discurre acotando un trozo de


plano. Puesto que ambos espacios, el circundado y el circundante, dirigen sus
tensiones hacia la línea en todo su discurso, nuestra percepción resulta guiada hacia
cualquier punto de la línea y, una vez allí, puesta en movimiento por el propio sentido
dinámico de esta.

La tensión de la línea se ha interrumpido. Hay un espacio que vuelve a poner en


contacto ambos planos. Dicho espacio constituye una nueva tensión en la
composición que anula a la anterior.

Las fuerzas visuales, que la línea ha originado sobre el plano y que se ven frenadas
por aquella allí donde las intercepta, deambulan libremente en el área donde ambos
planos están en contacto. El nuevo dinamismo que genera esta conexión de fuerzas
visuales prevalece sobre el de la propia línea donde las fuerzas se ven frenadas.

La línea puede ser recta o curva, quebrada o sinuosa. Puede presentar incluso un
grosor irregular a lo largo de su extensión. Todas estas características enriquecen
notablemente sus posibilidades expresivas y la variedad de sus posibles significados
dentro de un mensaje visual en la que la utilicemos.
Otra función de este elemento es, la de dar volumen a los objetos que dibujamos o
creamos por medio de unión o aproximación de líneas. La línea es el medio
indispensable para visualizar lo que no puede verse o lo que sólo existe en nuestra
imaginación. Mediante el dibujo en línea representamos un objeto simbólicamente
eliminando toda la información superflua y dejando únicamente lo esencial para su
formación.

La línea puede expresar cosas muy diferentes dependiendo de su carácter, puede ser
ondulada y delicada, vacilante, inflexible, fría o sensual… expresando la
intencionalidad de su autor o el momento personal de éste en el acto de ejecución.

Características de la línea:
• Contiene gran expresividad gráfica y una fuerte energía.
• Casi nunca es estática.
• Crea tensión en el espacio gráfico que se encuentre.
• Se usa mucho para expresar la yuxtaposición de dos tonos.
• La línea comunica movimiento, dirección e incluso estabilidad.

Los dibujantes conocen bien el poder expresivo de la línea y la utilizan como


elemento casi exclusivo en sus esbozos otorgándole las diferentes funciones que
posteriormente, en la obra definitiva, asumirán la mancha, el color, la luz o la textura.
Elementos estos que en ningún caso podrá utilizar con la simplicidad e inmediatez
que proporciona la línea al boceto.

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