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Desde el inicio de la era moderna, sin haber definido un biomaterial como tal, ya se
hacía uso de él. En principio, se empleó el oro y la plata para la reparación dental, e
hilos de hierro para inmovilizar fracturas óseas. Sin embargo, fueron los avances
tecnológicos de fines del siglo XIX, y en particular el desarrollo de los rayos X y de la
cirugía en condiciones estériles los que dieron un comienzo a la búsqueda de metales
que pudieran ser utilizados en el interior del cuerpo sin que causaran reacción alguna
por la biodegradación o por la carencia de propiedades mecánicas necesarias para el
cumplimiento adecuado de su función.
El origen de los biomateriales permite clasificar como naturales a aquellos que son
generalmente obtenidos de la naturaleza (colágeno, quitina, quitosano, albúmina etc),
del mismo paciente o de especies semejantes (huesos o cualquier clase de órgano), o
sintéticos a aquellos en los cuales el hombre participa en su procesamiento o
modificación de los naturales.
Para que un material sea aceptado como biomaterial y pueda ser de aplicación médica
debe superar toda una serie de pruebas estrictamente controladas, que exigen el
cumplimiento de las normas. Por ello, cuando se analiza la posibilidad de utilizar un
producto como biomaterial, hay que tener en cuenta algunos conceptos clave como:
biocompatibilidad, biofuncionalidad, biodegradabilidad y el tiempo de permanencia
dentro del organismo.
Los requisitos que debe cumplir un biomaterial para que sea funcional son:
Debe ser biocompatible, es decir, debe ser aceptado por el organismo, no ser
tóxico, ni carcinógeno.
Ser químicamente estable (no presentar degradación) e inerte.
Tener una resistencia mecánica adecuada.
Tener densidad y peso adecuados.
Tener un diseño perfecto, tamaño y forma del implante adecuados.
transitoria (períodos de corta duración) como son las agujas, es bastante importante
evaluar la funcionalidad de las mismas.
Para evaluar un biomaterial como de posible uso médico se deben evaluar los
conceptos mencionados mediante pruebas fisicoquímicas, de caracterización
superficial (espectroscópicas y microscópicas), pruebas de resistencia a la corrosión y
comportamiento electroquímico, pruebas para el comportamiento mecánico, porosidad
y pruebas biológicas que implican ensayos in vitro e in vivo.
Los biomateriales tienen un campo de aplicación muy amplio que se extiende desde
dispositivos de uso masivo y cotidiano en centros de salud como es el caso de
jeringas, vendajes, catéteres, bolsas para suero o sangre, y recipientes para residuos
hasta sofisticadas piezas que se emplean para promover la regeneración de tejidos o
para reemplazar órganos.
1.1 GENERALIDADES
Existen muchas razones para utilizar este tipo de materiales, sus propiedades
mecánicas, su resistencia a la corrosión en el organismo humano, la composición
química definida, pero todo esto está estrechamente ligado a la estructura del material
que es una consecuencia directa de los procesos de fabricación.
Los principales procesos que provocan fallos en el comportamiento del material son la
corrosión, la fatiga y el desgaste. Dada su gran importancia como factores limitantes
de las posibilidades de aplicación de un biomaterial, deben ser analizados
detenidamente.
Resistencia a la corrosión
Resistencia a la fatiga
Los aceros inoxidables caen dentro de la clasificación de las aleaciones ferrosas que
contienen menos del 2% de carbono y cuyo elemento principal de aleación (cromo) se
encuentra por encima del 12%.
La AISI (American Iron and Steel Institute) y SAE (Society of Automotive Engineers)
son las encargadas de clasificar los aceros inoxidables, donde la definición de cada
acero está dada por el porcentaje de cromo y por la estructura presente en cada uno,
Como su nombre lo indica, su estructura es ferrítica. Pertenecen a la serie 400 por ser
clasificados como magnéticos. Este tipo de aceros se caracterizan por poseer la
menor cantidad de cromo (12-28% Cr), lo que los hace los menos resistentes a la
corrosión y con una capacidad de pasivación muy baja.
Estos aceros presentan una estructura cristalina cúbica centrada en el cuerpo (bcc),
además de una buena resistencia mecánica y una moderada ductilidad, derivadas del
endurecimiento por solución sólida y del endurecimiento por deformación, pero no
pueden ser endurecidos por tratamiento térmico, por lo que se evita trabajar con ellos
para la fabricación de partes de prótesis.
Pertenecen también a la serie 400 por ser magnéticos. Se caracterizan por poseer
mayor cantidad de cromo que los ferríticos, pero menor que los austeníticos (12-17%
Cr), lo que los hace un poco más resistentes a la corrosión que los ferríticos pero
menos que los austeníticos y mejor repasivación.
Estos aceros pueden ser endurecidos por tratamiento térmico de revenido para
producir alta resistencia y dureza. Presentan magnetismo, razón por la cual su uso es
limitado, y aunque no son tan resistentes a la corrosión como los austeníticos, son
bastante usados para fabricar instrumental quirúrgico porque dan la gran posibilidad
de obtener el filo de corte que no ofrece otro acero inoxidable.
La estructura de este acero se caracteriza por presentar mezclas de fases, las cuales,
mediante un control apropiado de composición y tratamiento térmico pueden producir
una composición aproximada de 50% ferrita y 50% austenita. Esta combinación
proporciona un conjunto de propiedades mecánicas, resistencia a la corrosión,
conformabilidad y soldabilidad que no se obtienen con ningún otro acero inoxidable.
Este tipo de aceros son clasificados en la serie 200. Un aumento de nitrógeno puede
aumentar un poco el porcentaje de la austenita para mejorar notablemente la
resistencia a la corrosión.
Los aceros inoxidables austeníticos presentan estructura cúbica centrada en las caras
(fcc). Tienen excelente ductilidad, conformabilidad y resistencia a la corrosión. Están
clasificados en la serie 300 por ser no magnéticos y son los aceros más utilizados por
la capacidad de endurecer rápidamente ante el trabajo en frío y la gran capacidad de
auto regeneración de su capa pasiva, gracias a la cantidad de cromo en su
composición (18-22%).
El primer acero inoxidable desarrollado fue el 302, luego se introdujo el acero 304, con
una mejora en la resistencia a la corrosión en solución salina. De ahí en adelante se
continuó modificando la composición para buscar diferentes propiedades, como la
resistencia a la corrosión con la adición de molibdeno para el 316, y la posterior
disminución del contenido de carbono (de 0.08 a 0.03) para evitar la susceptibilidad a
la corrosión intergranular, al cual se le clasificó como 316L. Su estructura es
austenítica le proporciona: buena dureza, baja ductilidad y elevada resistencia a la
corrosión
La estructura del acero austenítico también proporciona una excelente dureza, incluso
a temperaturas criogénicas. Comparado con los aceros aleados al níquel, el 316L
ofrece una mayor fluencia, tensión a la ruptura y resistencia a la tensión a elevadas
temperaturas.
El aumento del contenido de carbono en la mayoría de estos aceros sirve para mejorar
las características mecánicas pero perjudica la resistencia a la corrosión. Así, de igual
manera, el azufre favorece la maquinabilidad pero disminuye la resistencia a la
corrosión como consecuencia de la formación de sulfuros.
Soldadura: Presenta una excelente soldabilidad por casi todas las formas existentes
con y sin metales de aporte, excepto por soldadura con oxiacetileno. Los procesos de
soldadura en el acero 316L requieren de un recocido posterior a la soldadura para
lograr la máxima resistencia de corrosión, esto no se requiere para 316.
Al igual que sus vecinos (níquel y hierro) en la tabla periódica, el cobalto puede
alearse con una cantidad de elementos como el cromo, molibdeno y tungsteno para
crear materiales de ingeniería muy útiles. De hecho, el cobalto imparte a sus
aleaciones algunas propiedades importantes, como la resistencia al desgaste, a la
fatiga, a altas temperaturas y resistencia a la sulfidación.
La resistencia de estas aleaciones se deriva en parte del hecho que ellas sufren una
transformación estructural durante la deformación mecánica. El cobalto exhibe una
estructura hexagonal compacta (hcp) a 417°C, pero a temperaturas más altas su
estructura atómica es cúbica centrada en las caras (fcc). Una característica importante
de este tipo de aleaciones es la pasivación, provista por la generación de una capa de
óxido de cromo (Cr2O3) en su superficie.
Aunque son 4 las aleaciones de importancia y las más conocidas, en la actualidad los
usos y aplicaciones para la fabricación de implantes ortopédicos y cardíacos se ven
limitados a las aleaciones CoCrMo colada (F75) y CoCrNiMo forjada (F562), las cuales
son ampliamente explicadas a continuación.
Existen dos tipos de aleaciones CoCrMo: las aleaciones fundidas por colada (F75) y
las aleaciones forjadas (F799), con bajo y alto contenido de carbono en su estructura,
lo que les proporciona diferentes propiedades haciéndolas óptimas para diseños o
funciones específicas. Estas aleaciones son bastante utilizadas en bioingeniería
sobretodo en el campo de la ortopedia y cirugía cardiovascular por su elevada dureza,
resistencia mecánica, resistencia a la corrosión y al desgaste, características
buscadas en los materiales aptos para reemplazo de tejidos duros.
Las aleaciones coladas son utilizadas para algunas piezas de formas complicadas que
no pueden ser maquinadas, tales como tallos en reemplazos totales de cadera,
mientras que las aleaciones forjadas si pueden maquinarse para partes específicas
como la cabeza femoral.
Las aleaciones de CoCrMo coladas y forjadas muestran la microestructura de la
aleación colada con bajo contenido de carbono, la cual consiste únicamente de una
matriz rica en cobalto (fase alfa), mientras que en la figura b) muestra la
microestructura de la aleación forjada (con alto contenido de carbono) que consiste de
una matriz austenítica con carburos precipitados que le proporcionan además una
elevada dureza y resistencia al desgaste
Esta aleación es bastante utilizada por ser altamente resistente a la corrosión por cloro
y bajo tensión, situación frecuente en medios como el fluido corporal.
Aunque las aleaciones CoCrNiW (F90) no son tan utilizadas como las aleaciones
CoCrMo y CoCrNiMo, tienen algunas aplicaciones específicas como en la fabricación
de válvulas cardíacas, ya que tienen la propiedad de resistir la fricción, la corrosión y la
oxidación en caliente.
Comercialmente se conocen algunas aleaciones de CoCr, las cuales son usadas para
stents. Estas aleaciones son normalmente conocidas bajo los nombres comerciales de
MP35N , Vitallium , Stellite , phynox , L605 entre otras. En la tabla 1.7 se presenta la
composición química de algunas de ellas.
ALEACIÓN COMERCIAL
ELEMENTO
MP35N Vitallium Stellite 190 Tribaloy
Cr 20 28.5 26 17.5
Ni 35 1.0 3.0 3.0
Mo 10 6.0 1.0 28.5
W --- --- 14.5 ---
Fe --- 0.75 3.0 3.0
C --- 0.35 3.25 0.08
Si --- 1.0 0.85 3.4
Mn --- 1.0 --- ---
Co Balance
El titanio puro presenta un elevado punto de fusión (1668ºC) y una densidad de 4.55
g/cm3. Es blando, poco resistente y extremadamente dúctil, sin embargo, con la
adecuada adición de elementos aleantes puede convertirse en un material con alta
resistencia, rigidez, ductilidad apropiada, una excelente resistencia a la corrosión y una
densidad mucho menor que la de la mayoría de los restantes metales estructurales.
Dicha combinación de propiedades lo convierten en la mejor opción de material para
muchas aplicaciones críticas.
La estructura típica del titanio comercialmente puro (Ti CP) consiste en granos
equiaxiales de fase alfa -hcp, la cual es estabilizada por elementos como aluminio,
oxígeno e hidrógeno, que elevan la temperatura de transformación de la fase
Una característica bastante importante del titanio es la alotropía que presenta, con una
fase alfa hexagonal compacta ( -hcp) que pasa a una fase beta cúbica de cuerpo
centrado ( -bcc) a temperaturas superiores a 883ºC. Esas dos estructuras exhibidas
por la transformación alotrópica se convierten en la base para fabricar los tipos de
aleaciones de titanio existentes: aleaciones fase alfa, fase beta y fase alfa-beta.
De todos los óxidos que se forman en la superficie del titanio (Ti3O, Ti2O, Ti3O2, TiO,
Ti2O3, Ti3O5 y TiO2) el más estable de ellos es el TiO2, con el titanio en su estado de
oxidación +4. El TiO2 se distribuye en una densa capa de espesor variable entre 2 y 10
nm, la cual protege el metal de los ataques químicos de ambientes agresivos como el
de los fluidos corporales.
Industrialmente se conoce al titanio puro como “Titanio comercialmente puro (Ti CP)”,
y dentro de esta clasificación se tienen cuatro grupos o grados conocidos por la ASTM,
que van desde el grado 1 (más puro) hasta el grado 4 (menos puro). A medida que el
grado aumenta, la composición química se modifica ligeramente para mejorar la
resistencia del material, manteniendo el porcentaje de titanio por encima del 99 %. A
medida que se incrementa la cantidad de impurezas en la composición química del
titanio, aumenta el grado, aumenta la resistencia y se reduce ductilidad. Los elementos
de aleación le aportan endurecimiento por solución sólida con o sin modificación de la
temperatura de transformación alotrópica.
Tipos de aleaciones:
Aleaciones alfa
Las microestructuras que presentan este tipo de aleaciones difieren por el tratamiento
térmico realizado, el cual es generalmente de recocido o de temple para mejorar las
propiedades mecánicas de la aleación. El recocido da una estructura alfa en forma de
placas que proporciona una mejor resistencia a la termofluencia, mientras que el
temple rápido provoca una estructura de grano alfa acicular que proporciona una
buena resistencia a la fatiga.
Ejemplos de aleaciones que presentan esta fase son: Ti 50Al, Ti 4Al 2.5Sn y TiO.
Aleaciones beta
Es el grupo más pequeño de aleaciones del titanio, contienen elementos como niobio,
molibdeno, tantalio encargados de estabilizar dicha fase, pero también pueden
contener cromo, hierro y vanadio.
Estas aleaciones son ligeramente más densas que otras aleaciones de titanio y
generalmente presentan muy buena soldabilidad, buena ductilidad y buena
conformabilidad en frío cuando se tratan en solución y una alta resistencia cuando son
envejecidas.
Aleaciones de Titanio-Níquel
Prótesis externas: El titanio está disponible tanto para fijadores externos temporales
y definitivos por su dureza y resistencia de corrosión.
Este tipo de materiales han sido por tradición utilizados en el campo odontológico en
virtud de su resistencia a la corrosión en la cavidad bucal, destacándose la
odontología restauradora y la odontología protésica.
Entre las aleaciones preciosas, los metales que más frecuentemente se han utilizado
son:
1.5.1 TANTALIO
El tantalio pertenece al grupo de metales del vanadio y al niobio, y al igual que ellos,
ha sido considerado como un material bastante biocompatible ya que forma una capa
protectora (Ta2O5) al contacto con el aire.Es un metal gris brillante, bastante pesado
(densidad 16,6 g/cm3), dúctil, muy duro, de alto punto de fusión (2.996°C), buen
conductor de la electricidad y el calor. Es muy resistente al ataque por ácidos; se
disuelve empleando ácido fluorhídrico mediante fusión alcalina. Debido a sus pobres
propiedades mecánicas y su alta densidad se ha restringido su uso a pocas
aplicaciones como alambres de sutura para cirugías plásticas y neurocirugías.
1.5.2 PALADIO
Este material presenta la ventaja de estirarse en láminas finísimas, lo que daq uso en
joyería y cirugía dental. Es mezclado con oro o plata así como cobre y cinc en
pequeñas proporciones para producir aleaciones para los implantes dentales, coronas
y puentes, que son las aplicaciones más comunes ya que adquieren fuerza, rigidez y
durabilidad, pues en caliente es blando y dúctil mientras que en frío aumenta su
resistencia y dureza. El paladio puro absorbe el hidrógeno rápidamente (hasta 900
veces su propio volumen) lo que lo lleva a ser apto para utilizarse en catalizadores,
mientras que las aleaciones de paladio, plata y cobre se utilizan en prótesis
odontológicas, instrumental médico quirúrgico, contactos eléctricos, crisoles, e incluso
en joyería.
1.5.3 PLATA
1.5.4 PLATINO
1.5.5 ORO
El oro es un metal blando de color amarillo. Es el más maleable y dúctil de todos los
elementos. No es afectado por el aire, agua, álcalis y ácidos, con la excepción de “el
agua regia” (HNO3/HCl). Es un buen conductor térmico y eléctrico, y tiene
propiedades reflexivas excelentes para infrarrojo.
La mayoría del metal se retiene para uso en lingotes de reserva, el resto tiene
aplicaciones en electrónica y joyería, dónde frecuentemente se alea con otros
elementos (cobre y plata) para mejorar las propiedades mecánicas. El oro aleado con
cobre y platino mejora su tenacidad, sin embargo, la concentración elevada de oro
disminuye la tenacidad del material restringiendo su uso a zonas libres de tensiones.
Además, la adición de estos elementos genera coloraciones únicas como se puede
apreciar en la tabla 1.11:
Tabla 1.11 Cantidad en gramos de los elementos aleantes para dar color al oro.
Color Oro Plata Cobre Paladio Níquel
Amarillo 750 125 125
Rojo 750 250
Rosa 750 50 200
Blanco 750 100 150
Gris 750 100 150
Verde 750 250
Tipo I (blanda): Estas aleaciones debido a la baja dureza que presenta es utilizada
para incrustaciones pequeñas que no sufren presión, se pulen con facilidad y se
someten a cargas muy ligeras
Tipo II (mediana): Tiene dureza mejorada respecto al tipo I, puede ser utilizada en
restauraciones donde se prefiere el pulido de la pieza a la dureza: incrustaciones
sujetas a presiones moderadas: coronas y pilares.
Tipo III (dura): Su dureza supera bastante las otras dos aleaciones anteriores, y
puede ser utilizada para la fabricación de incrustaciones que estén sujetas a cargas
grandes como coronas, donde las fuerzas oclusales constituyen un aspecto clínico
importante.
Tipo IV (extra dura): La más dura de todas, su elevada dureza le abre el campo de
aplicación a estructuras de dentadura parcial removible que necesite mayor
resistencia mecáncia, pero no es apta para fabricar dientes aislados, como barras y
ganchos para base de dentaduras, prótesis parcial.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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edition. Springer-Verlag Berlin Heidelberg. 2007. 449 p.
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