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Valorando lo que Dios nos da

Introducción
Han escuchado la frase “Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde”.

Muchas veces vivimos tan deprisa que no nos detenemos a pensar en lo


privilegiados que somos. Tal vez en algún momento nos hemos quejado de
algo que nos falta y dejamos de valorar lo que Dios nos ha dado.

La mentalidad humana actúa así, hasta que pierde valora lo que tenía.
Actualmente, el mundo se enfrenta a un virus, este nos ha hecho valorar la
importancia de un abrazo, de una conversación cara a cara, de ir un
domingo a la iglesia, para los que volvieron a dejar de asistir o a llegar con
mascarillas y guardando distancia, o celebrar un cumpleaños. Esta era parte
de la rutina que podía vivir cualquier persona normalmente y ahora son un
privilegio el poder disfrutarlas.
Este tiempo ha sido de gran enseñanza para valorar tu hogar, a tu familia,
valorar tu trabajo ya que hay muchos lo han perdido, sin embargo,
olvidamos rápido y volvemos dejar de valorar las bendiciones que Dios nos
da.
Todo esto es la mentalidad de la ingratitud humana que no reconoce la
bendición que tiene hasta que lo pierde. Eso fue lo que paso con el
personaje bíblico del cual estaremos meditando en esta noche.
I. Lo que implico en la mente judía, y para Dios la desobediencia y
Menosprecio de Esaú
La lección de hoy tiene por título Valorando lo que Dios nos da y está
basada en Génesis 25:27-34, muchas de nosotras ya conocemos esta
historia, la cual nos relata el dialogo entre Jacob y Esaú. Vámonos del
versículo 29-34 “29Y guisó Jacob un potaje; y volviendo Esaú del campo,
cansado, 30dijo a Jacob: Te ruego que me des a comer de ese guiso rojo,
pues estoy muy cansado. Por tanto, fue llamado su nombre Edom. 31 Y Jacob
respondió: Véndeme en este día tu primogenitura. 32 Entonces dijo Esaú: He
aquí yo me voy a morir; ¿para qué, pues, me servirá la primogenitura? 33Y
dijo Jacob: Júramelo en este día. Y él le juró, y vendió a Jacob su
primogenitura. 34 Entonces Jacob dio a Esaú pan y del guisado de las lentejas;
y él comió y bebió, y se levantó y se fue. Así menospreció Esaú la
primogenitura”

Vemos aquí, que Jacob hizo un pacto con Esaú quien le vendió la
primogenitura y por lo tanto el derecho a la bendición de Abraham, por
un plato de comida, su menosprecio fue extremo porque no se vende
barato algo tan valioso. Esaú sabía lo que era ser el primogénito, talvez
en ese momento no sabía la magnitud de lo que esto representaba, pero el
valor de las cosas comienza desde lo pequeño, él no estaba valorando lo
pequeño, vamos a suponer que Esaú no comprendía la grandeza de ser
primogénito, pero él sabía que por lo menos en la poca comprensión, él
podía tener una idea que ser primogénito sería algo bueno, porque él vivía
su cultura y ya siendo un hombre ya sabía que ser primogénito traía ciertos
beneficios, pero él no estaba viendo lo que Dios estaba viendo, el solo
estaba viendo satisfacer una necesidad temporal, supongamos que él no
comprendía la profundidad de ser primogénito pero comprendía algo de la
primogenitura y el la menosprecio porque dijo “un día me voy a morir de
que me sirve?”, él quiso solucionar el presente, sin importar el futuro y
ahí es donde entra la irresponsabilidad, la mala decisión, la mala
administración, un infiel, porque? Porque el compara un bocado de pan con
la grandeza de la primogenitura, Una mala decisión, un desprecio por algo
puede tener consecuencias hasta para la vida eterna hermanas. Cuando
Esaú dice ¿de qué me sirve?, es un desprecio, él estaba despreciando algo
valioso para Dios, y Dios toma en cuenta eso, si lo dijo en serio o en
broma; primero su hermano Jacob, no estaba bromeando lo dijo muy en
serio, él estaba negociando la primogenitura y dos, Dios no tomo en broma
lo que él estaba haciendo, el menosprecio que el hizo fue contra la
bendición de Dios, Dios lo tomo muy en serio y prueba de ello es que Dios
no hizo absolutamente nada para evitar que la bendición de la
primogenitura llegara a Jacob, lo cual quiere decir que aunque nosotros
hablemos, actuemos, o lo que sea que nosotros hagamos Dios lo toma muy
en cuenta aunque eso lo hagas irresponsablemente, con o sin conocimiento,
Esaú probablemente actuó ahí sin mucho conocimiento, pero el que no
conociera mucho, no lo exime de pecado, Dios no lo eximio, se aplicó todo
el rigor de la ley por la irresponsabilidad de lo que él hizo. En Hebreos
10:28 dice “El que viola la ley de Moisés, por el testimonio de dos o tres
testigos muere irremisiblemente” también decía que una vez que se
comprobara tu pecado, aunque vos te arrepintieras morías irremisiblemente
y aquí existían testigos estaba ellos dos, estaba la mamá que luego lo supo
y era sabedora y protectora de Jacob y estaba Dios mismo, Dios toma muy
en serio cuando una persona blasfema, jura o menosprecia, por eso uno no
puede actuar ni hablar a la ligera en un momento de enojo, y hay personas
que menosprecian a Dios, en un momento de enojo, pero ese momento le
puede costar la vida tanto física como eterna, una persona que menosprecia
lo divino puede acarrear a su vida la petición que está haciendo porque
Dios no bromea en cuestión de salvación, si alguien dice de que me sirve ir
a la iglesia si sigo igual, de que me sirve ser cristiano, está blasfemando, es
menosprecio a la gracia de Dios,
Esaú estaba menospreciando lo que tenía, para Dios es una gran
repercusión:
Primero él estaba menospreciando la bendición de su propio papá, esto va
para aquellos que menosprecian a los padres en cualquier época, en
cualquier historia ha sido una maldición los hijos que desprecian a sus
padres, Isaac era un anciano, ya no miraba, distinguía a sus hijos por
tocarlos y por el olor, sabía que uno era de campo y el otro era de tiendas,
prácticamente estaba ciego, Esaú menosprecio toda la sabiduría, todo el
amor de un padre, no solo menosprecio la gracia de Dios sino que a un
gran hombre de Dios como lo era su padre, menosprecio toda la historia de
uno de los grandes, todas nosotras sabemos cómo nació Isaac, menosprecio
al primogénito, el único hijo que tuvo Abraham y que era parte de la
promesa extraordinaria que Dios le había hecho a su padre Abraham y que
Dios había jurado que iba a bendecir todo su linaje a través de los
primogénitos, que serían una gran nación, Esaú sabía todo eso y lo tomo
por poco, y por eso le cayó todo el peso de la ley, incluso no le sirvió el
arrepentirse por dos razones 1. La ley establecía que por el testimonio de
dos o tres personas si te comprobaban no había perdón, y segundo no hubo
perdón porque Dios mismo fue el ofendido, porque fue Dios el que dio la
bendición de que un primogénito recibiera doble porción, el liderazgo,
prácticamente sucedía a su padre, las posesiones pasaban a sus manos,
venía a ser el sacerdote y todo eso lo menosprecio. Todo esto en el
contexto de Dios viene a ser un acto de ingratitud, menosprecio, de rebaja,
de no me gusta, y que me pase lo que me pase no me importa, todo por un
bocado de pan, por un deseo temporal. El en una sola acción menosprecio
todo eso, a veces no es tanto lo que hacemos sino lo que implica lo que
hicimos, porque puede ser que una hermana no se congregue, por cualquier
razón, pero si a esto le añade diciendo “no voy a ir” “no tengo ganas”
“además, de que me sirve” ya está agregando blasfemia, está
menoscabando la gracia de Jesús, menoscabando al pueblo de Dios, ya sus
palabras de que me sirve, está despreciando a la iglesia, a la cena del
Señor, despreciando el acto de adoración que le hacemos, hay muchas
cosas implicadas, ya vemos que muchas veces no es el acto sino la actitud,
bueno si no se congrego un domingo ya Dios sabrá pero que le agregue
expresiones de menosprecio es una ofensa a Dios.
Lo que se tiene en cuenta de Esaú, no es que haya comido lo que comió,
sino tono que le dio a la negociación, él pudo haber negociado cualquier
otra cosa menos la bendición de Dios, él pudo haber negociado mira te voy
a traer por una semana lo que cazara o te voy a traer tres venados hablando
de una forma metafórica de lo gigantesco que el hizo, él le dio un sentido
de desprecio, ofensivo, fue horrible, fue abominable, menosprecio la
historia que se había fraguado hasta ahí, porque era una historia que de ahí
vendría la simiente, la historia del plan de salvación a la humanidad estaba
empezando, con lo que él hizo estaba borrando todo su linaje, con esa
actitud de desprecio a la primogenitura, por culpa de él, si Dios hubiera
querido se hubiera quitado la probabilidad de que naciera la promesa y de
esa manera hubiera condenado a la humanidad, eso es lo que hace que la
acción de Esaú sea algo dantesco en la mentalidad judía y ahora en los
cristianos que comprendemos el peso de la gracia, eso que el hizo no fue
un desprecio común, desprecio toda la historia de Dios, el acto
misericordioso de Dios, la intervención de Dios, Dios intentando salvar a la
humanidad lo que él hizo fue echar a la borda todo cuando dice “para que
me sirve esto” “para que me sirve ser primogénito”, la historia del
primogénito en el pueblo hebreo es concertada porque de ahí iba a nacer el
primogénito hijo de Dios y luego él, aunque quiera recuperarlo no va a
poder porque Dios decidió, que ya que el tomo esa decisión y no valoro lo
que Dios le había dado, entonces ya no se le iba a dar y se lo dio a alguien
que no estaba en la historia, ya que no fue Jacob el que nació primero.
Todo apuntaba a favor del que nació primero y Esaú, aunque quiso
arrepentirse, Dios decidió que ya no se lo daría, y así va a pasar con los
creyentes en esta época, el creyente que menosprecia la gracia, no habrá
gracia para él.
II. Como la Actitud de Esaú afecta a la iglesia hoy en día.
La actitud de Esaú se extiende como un ejemplo hasta nuestro tiempo
de tal manera que el escritor a los hebreos menciona, como a Esaú le
costó caro, el poco valor que le dio a su primogenitura, leamos.
Hebreos 12:15-17 “Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la
gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por
ella muchos sean contaminados; no sea que haya algún fornicario, o
profano, como Esaú, que por una sola comida vendió su primogenitura.
Porque ya sabéis que aun después, deseando heredar la bendición, fue
desechado, y no hubo oportunidad para el arrepentimiento, aunque la
procuró con lágrimas”.
Y menciona a Esaú como profano, palabra fuerte que significa alguien
o algo que va en contra de las cosas sagradas o santas, alguien que va
en contra de los designios de Dios; por nombrar las más importantes.
Aquí el escritor nos está advirtiendo que cuidado somos como Esaú. El
que conscientemente menosprecia, el que sabiendo que este es el camino
que conduce a la eternidad, al bienestar, al confort, a la bendición, sabiendo
eso, luego lo cambia por un momento de placer, por el alcohol, por el
adulterio, por la fornicación, por distracción, por universidad, por trabajo,
por familia por todo lo que elijan, no tiene peso ni comparación ante la
presencia de Dios y Dios lo va a condenar es decir, nosotros queremos ver
solo la parte del Dios de amor, pero Dios también es Dios de juicio y eso
fue lo que manifestó con Esaú, no quiso la bendición entonces Dios no se
lo iba a dar, porque aunque Él podía cumplirla porque Dios es el quien
trajo esa bendición de la primogenitura, al final Dios no está obligado a
cumplirla si la gente la menosprecia, el cristiano es salvo por la gracia de
Cristo legalmente tiene derecho a la salvación cuando confiesa a Cristo
como su salvador, se arrepiente y se bautiza, pero Dios no está obligado a
cumplir esa ley si el cristiano es infiel, la menosprecia, menoscaba la
sangre de Cristo, por eso muchos son los llamados pero pocos los
escogidos dice el Señor, es una advertencia que Dios está dando el que
menosprecia la gracia no va alcanzar la gracia, el que pone en primer lugar
y compara lo material, lo temporal, lo humano, con lo eterno, eso no tiene
comparación y fue lo que hizo Esaú y por eso es que Dios no le devolvió la
bendición de la primogenitura.
Ahora el cristiano que menosprecia con sus actitudes al espíritu santo y
está pisoteando la sangre del cordero lo dice hebreos 10:29: “¿Cuánto
mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y
tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e
hiciere afrenta al Espíritu de gracia? “
Peor cosa le espera dice la escritura, los creyentes que han alcanzado la
gracia y que viven en nuestro tiempo y no comprendieron la magnitud del
desprecio de Esaú, el escritor de los hebreos los sentencia hoy en día a tal
grado que dice: si aquel que menosprecio la primogenitura que era algo
material, de carácter humano, cuanto cree usted que un creyente que ya
conoce a Cristo, tiene las escrituras, tiene al espíritu santo, cuanto castigo
merecerá a alguien que hace lo mismo que hizo Esaú, a cosas de mayor
valor porque está el sacrificio de Jesucristo, que es para el cristiano de hoy
en día el menosprecio de la gracia, porque que es lo que menosprecio
Esaú?, la primogenitura, que es lo que menosprecia un cristiano cuando
renuncia a Cristo o cuando no valora las bendiciones de Dios, o rechaza
que es lo que está haciendo, menospreciando la eficacia, el poder de Dios,
la gracia de Dios, tiene implicaciones poderosas, como el cristiano que no
se congrega fielmente, cree que no es importante ir todos los domingos,
cree que no es importante la comunión con la hermandad, cree que no es
importante ir a evangelizar, que no es importante visitar, visitar a los
enfermos, ayudar a un necesitado, orar por el que está en el hospital, el
cristiano que desprecia todo eso, menosprecia la gracia de Cristo, porque,
él nos ha mandado a predicar es Cristo, a visitar al enfermo y al
encarcelado es Cristo, el que ha mandado a ayudar a los pobres es Cristo,
entonces, el cristiano que tiene todo eso como poco, está haciendo lo
mismo que Esaú, por eso es que el ejemplo de Esaú transciende a través de
los tiempos, el escritor de los hebreos lo repite y estamos hablando de
varios siglos que había pasado, esto quiere decir que lo que el actuar de
Esaú tuvo repercusiones teológicas en la mente judía durante toda la
historia judía y hasta nuestros tiempo porque el escritor de los hebreos lo
menciona como si fuera fresquito porque es un ejemplo común de los que
desprecian la gracia de Dios, lo que tienen por poco lo que Dios le ha dado,

Cuando estaba dando clases hermanas yo pensaba, voy a pedir un año


sabático y Dios me lo concedió y después cuando me enferme añoraba el
dar clases, muchas veces Dios utiliza diversos medios para que nos
convenzamos que somos llamado y para que le des más valor al llamado de
Dios, la intensión de Dios es que valoremos las cosas a tiempo no cuando
ya no tenemos nada que hacer y que le demos la importancia que tiene, por
ejemplo, hay que amar al esposo antes de que el esposo o esposa no lo
quiera o destruya el matrimonio, hay que amar a los hijos antes que se
vayan de la casa o los que lloran a sus padres y fueron unos malcriados
cuando estaban vivos, van al cementerio a llorar por ellos, son cosas que ya
no tienen ningún valor hagan lo que hagan le lleven flores, pinten la tumba
y no descuide la tumba por 20 años y por 40 años tuvo a sus viejitos en la
miseria de que sirve hacer cosas cuando ya no tienen significado o ningún
peso, lo mismo quiso hacer Esaú, quiso hacer todo lo imposible para
recuperarlo cuando él ya lo había despreciado e inclusive anduvo buscando
a Jacob para matarlo, porque él sabía que si lo desaparecía legalmente le
pasaba a él la bendición, pero ya era muy tarde. Jacob obtuvo la bendición
porque la busco, la deseaba, era importante para él, sin embargo, Esaú no,
en ese sentido Dios fue justo en bendecir la actitud de Jacob y
menospreciar la actitud de Esaú, la gente pierde la bendición por no verlas,
por no apreciarlas, por no saborearlas, después pega el grito al cielo,
porque hermanas esperamos llegar hasta el límite, porque no somos buenos
administradores de la gracia de Dios, porque no ser buenos servidores a
tiempo, porque esperar hasta el extremo, a veces Dios nos lleva al extremo
para que nosotros reconozcamos la grandeza que tenemos en nuestras
manos, hay hermanos que se sienten explotados, cargados y talvez solo lo
hacen una vez a la semana, una vez al mes, no ven que es un privilegio
todo eso son menosprecios de la gracia de Dios.

Conclusión:
El Señor ha planeado para todos sus hijos grandes cosas, es por eso, que
debemos valorar cada momento de nuestra vida, cada obra y regalo de
Dios, no vaya que siendo como Esaú, perdamos lo más valioso de los
regalos de Dios que es la vida eterna.

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