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ALLEN, Stan-La Materia de Los Diagramas
ALLEN, Stan-La Materia de Los Diagramas
STAN ALLEN
P A S A J E S D E A R Q U I T E C T U R A Y C R I T I C A nº 26
Aunque los diagramas puedan tener una función explicativa, mostrando la forma,
estructura o programa al diseñador o al resto de personas, y las anotaciones acotan el
programa en el tiempo y en el espacio, la principal utilidad del diagrama es como método de
pensamiento abstracto sobre la organización. Las variables incluidas en un diagrama
organizativo incluyen tanto configuraciones formales como programáticas: espacio y
acontecimientos, acciones y reacciones, densidad, distribución y dirección. En un contexto
arquitectónico, la organización implica tanto al programa como a su distribución en el espacio,
evitando las dicotomías convencionales de función contra forma o forma contra contenido. En
el diagrama están implícitas múltiples funciones y acciones sobre el tiempo. Las
configuraciones que desarrolla son agrupaciones momentáneas de materia en el espacio,
sujetas a modificación continua. Un diagrama no es por tanto una cosa por sí mismo, sino una
descripción de relaciones potenciales entre los elementos; no es sólo un modelo abstracto de
la forma en que las cosas se comportan en el mundo, sino un mapa de mundos posibles.
Al contrario que las teorías clásicas basadas en la imitación, los diagramas no ordenan
o representan objetos o sistemas ya existentes, sino que anticipan nuevas organizaciones y
permiten relaciones que todavía no han tenido lugar. El diagrama no es simplemente la
reducción de un orden existente. Su abstracción es instrumental, no un fin en sí mismo. No
llevan incorporado su contenido sino que simplemente está prefigurado y es capaz de proliferar
a partir de ellos. Simples y altamente gráficos, los diagramas pueden tener múltiples
interpretaciones. Los diagramas no son esquemas, tipos, paradigmas formales o ningún otro
dispositivo regulador, sino simples instrucciones para la acción o descripciones contingentes de
posibles configuraciones formales. Funcionan como máquinas abstractas, y no guardan ningún
parecido con lo que producen.
DIAGRAMAS OCULTOS
Usted no nos verá, pero verá lo que hacemos.
Lema publicitario de IBM para las Olimpiadas de Invierno de Nagano 1998
Este es, desde mi punto de vista, un falso dilema producido por una concepción
reduccionista -o desorientada- de la capacidad de la arquitectura. Si uno de los aspectos
puestos en cuestión por las nuevas tecnologías es la presencia material de la arquitectura, es
simplemente reaccionario reafirmar su condición material. Por otra parte, las estrategias más
"radicales" (que han consistido, alternativamente, en representar las nuevas tecnologías en
términos metafóricos o en incorporar imágenes multimedia en estructuras arquitectónicas
convencionales) no han sido más productivas. La aparición de nuevas tecnologías basadas
en la información ha provocado un deseo comprensible de una arquitectura más ligera y
sensible a las condiciones cambiantes. La práctica de la arquitectura se mide hoy tanto por
sus resultados operativos como por su presencia duradera. Debe negociar en un campo en el
que lo real y lo virtual asumen configuraciones cada vez más complejas: un campo que es la
materia de los diagramas.
Una práctica diagramática, por otra parte, se sitúa entre lo real y lo virtual, y pone en
primer plano el carácter transaccional de la arquitectura. Trabaja en el núcleo del constante
intercambio que se produce entre la arquitectura y la actividad humana, y en su propia gestión
interna de lo real y lo virtual. Una práctica diagramática es relativamente indiferente a las
especificaciones de los medios individuales. No da más importancia ni a la durabilidad de los
resultados materiales de la arquitectura, ni a la fluidez de los resultados informativos. Al no
insistir en definiciones históricamente sancionadas de la integridad disciplinar de la
arquitectura, está, en principio, abierta a información proveniente de su exterior. Al mostrarse
escéptica sobre las promesas de las nuevas tecnologías, se mantiene libre para aprovecharse
de las técnicas tradicionales de la arquitectura para la organización de la materia y del espacio.
Una práctica diagramática prolonga el carácter horizontal, inclusivo, del diagrama directamente
en el campo mismo de la construcción, generando una arquitectura de medios mínimos y
máximos resultados. Usted no nos verá, pero verá lo que hacemos.
Un diagrama en este sentido es como un jeroglífico. Citando una vez más a Kittler: "Las
técnicas interpretativas que tratan textos como los sueños como cuadros no tienen nada que
ver con la hermenéutica, porque no traducen". El diagrama trae la lógica de la materia y de la
instrumentalización al campo del significado y la representación, y no al contrario: "El jeroglífico
es un caso de instrumentalización: las cosas pueden usarse como palabras, las palabras como
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cosas". Slavoj Zizek nos da otro ejemplo: "¿Recuerdan la famosa interpretación de Aristandro
del sueño de Alejandro Magno, relatado por Artemidoro? Alejandro 'había rodeado Tiro y
estaba asediándola, pero se encontraba intranquilo y preocupado por el tiempo que el sitio
estaba durando. Alejandro soñó que veía un sátiro bailando en su escudo. Aristandro se
encontraba cerco de Tiro. [...] Dividió la palabra sátiro en sa y tiro, y animó al rey a aumentar la
presión del asedio, de forma que se convirtió en el dueño de la ciudad'. Como podemos ver;
Aristandro no se interesó por el posible 'significado simbólico' de un sátiro danzante (¿deseo
ardiente?, ¿jovialidad?); sin embargo se centró en la palabra y la dividió, obteniendo así el
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mensaje del sueño: sa Tiro = Tiro es tuyo". Como señala Zizek, el mecanismo de
interpretación no consiste aquí en construir una serie de equivalentes simbólicos
(escudo=ciudad, sátiro=deseo, etc.). En su lugar; Aristandro realiza una operación material
(cortar, separar) en el contenido lingüístico material del sueño. El resultado es inmediato, y el
sentido, claro, una vía de escape del abismo del significado asociativo. Más aún, como estas
operaciones no pueden realizarse en la traducción, no se reclama ningún sentido universal,
sólo las posibilidades puntuales y específicas de manipulación. En este sentido, las palabras
están hechas para comportarse como la arquitectura, más que la arquitectura hecha para
comportarse como un discurso.
ARQUITECTURA DIAGRAMÁTICA
El término arquitectura diagramática lo utiliza por primera vez Toyo Ito. Escribe sobre la
obra de Kazuyo Sejima, pero el pasaje tiene la fuerza de una formulación general. Su crítica de
las suposiciones que se encuentran bajo los procedimientos convencionales de diseño merece
ser citado completo:
La arquitectura diagramática descrita por Ito es crítica tanto con las instituciones
sociales de la arquitectura como con las exageradas mitologías de la expresión personal. Ito se
imagina una arquitectura en que los procesos de conversión se minimicen; en consecuencia,
se socava también el papel tradicional de la arquitectura de transformar su materialidad (el
último vestigio de la conexión de la arquitectura con la magia y la alquimia). Ningún misterio
complejo que desvelar; ningún mensaje escondido que traducir, ningún elaborado proceso
transformativo que descifrar. Basándonos en éste y otros ejemplos, se podría identificar una
sensibilidad diagramática, ejemplificada en arquitectura por la obra (entre otros) de OMA, Ito,
Sejima o MVRDV. Sería una arquitectura que se complace en la inmediatez y la franqueza de
procedimientos que normalmente cortocircuitan los métodos de diseño convencional. Es una
arquitectura que manifiesta abiertamente sus condicionantes, y que se encuentra a gusto con
las limitaciones impuestas por las fuerzas de la economía de mercado, los códigos o el terreno
cambiante de la ciudad contemporánea. La complejidad de los condicionantes de estos
mundos reales no se evita ni se incorpora literalmente, sino que se transforma como material
arquitectónico a través del diagrama. Es una arquitectura que viaja ligera, dejando atrás todo
equipaje pesado. Hasta cierto punto, nada más (o menos) se pide al diagrama: la arquitectura
diagramática es parte de una nueva sensibilidad caracterizada por un desinterés en los
proyectos similares de crítica o en la producción de significado, prefiriendo en su lugar lo
inmediato, lo directo, y el placer de lo literal.
Esta lectura, realizada por primera vez al final de los 80 y principio de los 90, se levantó
contra el núcleo de la teoría derridiana/deconstructiva dominante en ese momento, que
intentaba reinscribir la arquitectura dentro de la lógica abstracta del discurso y la
representación. Para mostrar una salida a la oposición superficial entre lo semiótico y lo
material, Hays establece un radical materialismo en la arquitectura de Meyer. Pero la referencia
a la materialidad aquí no está al servicio de la recuperación de lo tectónico o de una ontología
de los materiales, como era habitual en otras críticas de la deconstrucción. Por el contrario, se
inspira en ciertos aspectos del programa derridiano para describir los potenciales efectos
sociales y políticos resultantes de la interrupción y renovación de la percepción en la
arquitectura de Meyer: "El materialismo [de Meyer] destaca las propiedades heterogéneas de
las cosas y sus efectos en el espacio y tiempo reales, e induce un juego de energías
sensoriales en el observador; un placer compulsivo que se encuentra en la esencia de las
diferentes partes del edificio, pero también en las contradicciones, las interrupciones, los vacíos
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y los silencios, todo lo cual desmiente los significados sociales recibidos de las cosas”. La
fuerza radical de la lectura de Hays está en el hecho de que la materialidad a la que se refiere
no es una materialidad primitiva o "natural" que mire a los orígenes de la arquitectura (como,
por ejemplo, la arquitectura de Louis Kahn). En su lugar, es una realidad física que está
totalmente impregnada de toda la artificialidad y abstracción de la vida urbana del siglo XX; una
realidad que ya es diagramática. Al llevar al límite de esta forma lo material y lo abstracto, sitúa
la arquitectura entre lo real y lo virtual, y es capaz de intervenir en ambos, aunque sin
comprometerse completamente con ninguno.
Notas.
Tanto por el titulo (una variación de “Los diagramas de la materia", título del último capitulo
de su tesis doctoral) como por otros préstamos que sin duda pueden encontrarse en este
texto, estoy en deuda con Bob Somol.