En conclusión,los primeros años de vida es casi imposible separar el
desarrollo emocional del social, pues ambos van de la mano y son en gran parte responsables del buen desarrollo de otras áreas del desarrollo del niño. Por ende, “una sólida base emocional permite al niño abrirse al mundo físico y social con seguridad y confianza como facilitador de una adecuada evolución cognitiva y psicosocial” En este sentido, el padre es considerada la unidad básica de la sociedad y el primer núcleo social de la convivencia humana. En el contexto familiar, los niños aprenden su base de conocimientos emocionales y su capacidad para reconocer y regular las emociones de sus padres por ello se concluye que, Los padres juegan un papel central en el desarrollo de habilidades y son modelos a seguir para sus hijos, porque las interacciones emocionales con los cuidadores, además de promover el desarrollo emocional del niño, influyen en la maduración de las partes del cerebro encargadas de comprender y regular las emociones. Resumiendo lo expuesto el uso de uno u otro dependerá del estilo de crianza dominante en la familia, entendiendo por "estilo de crianza" como: un esquema práctico para reducir varias prácticas de crianza matizadas a unas pocas dimensiones, por ejemplo en diferentes combinaciones que crean diferentes formas comunes de educación en el hogar , entonces, los modelos o estilos educativos se configuran en función de cuatro aspectos diferentes del comportamiento parental: impacto en las relaciones, grado de control, madurez y comunicación padre-hijo. Es por eso estas dimensiones y su combinación brindan a los niños una variedad de experiencias educativas dentro de la familia que naturalmente influyen en su desarrollo. Por último, es en estas relaciones familiares que los niños aprenden y desarrollan habilidades como el entusiasmo, el autocontrol, la
conciencia de los sentimientos propios y ajenos, y mucho más.