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A mi Tutora Dr. Arq. Alexis Pirela Torres, quien tuvo la fortaleza para gestar el
Programa de Doctorado de Arquitectura de la Universidad del Zulia; pero sobre
todo, por siempre haber cultivado mi formación y guiado mi ejercicio académico.
A los Decanos: Miguel Sempere, Ramón Arrieta y Susana Gómez, por haber
promovido, viabilizado y apoyado incondicionalmente el Programa de Doctorado
de Arquitectura de la Universidad del Zulia y sus doctorandos.
Al Dr. Germán Cardozo Galué, la Dra. Arlene Urdaneta y la Dra. Ileana Parra
Grazina por ayudarme a entender el rigor del oficio de historiar.
AGRADECIMIENTO ................................................................................................3
DEDICATORIA ........................................................................................................4
RESUMEN .............................................................................................................16
ABSTRAC ..............................................................................................................17
INTRODUCCIÓN ...................................................................................................18
CAPITULO IV. 1908-1926. LOS SUBURBIOS DEL SIGLO XX. .......................... 155
5. Los intersticios urbanos. Origen de los viejos suburbios populares. ............. 240
Figura 2. Grafico del patrón de ocupación urbana del arrabal y del barrio. ...........57
Figura 10. Página de las Memorias de Artillería, manuscritas por Agustín Codazzi.
Pérez Rancel, 2002, p. 135....................................................................................89
Figura 16. Sector Los Haticos en el plano de 1889. Elaboración propia, 2010. ... 102
Figura 17. Límites de la ciudad de Maracaibo para 1897. Elaboración propia, 2010.
............................................................................................................................. 105
Figura 19. Fotografía que muestra una vista del puerto de Maracaibo desde Los
Haticos. El Cojo Ilustrado, 1889, p. 432. .............................................................. 111
Figura 20. Fotografía de los baños de mar en Estocolmo. El Cojo Ilustrado 1901, p.
461. ...................................................................................................................... 114
Figura 21. Pozo Artesiano en Maracaibo. El Cojo Ilustrado, 1889. p. 557. .......... 118
Figura 24. Fotografía del ―Camino rural‖ en Los Haticos hacia la década de 1880.
Irragorri, 2007, p. 67. ........................................................................................... 121
Figura 25. Fotografía del camino de Los Haticos hacia 1892. El Cojo Ilustrado,
1892, p. 225. ........................................................................................................ 126
Figura 26. Fotografía del muelle y casa de baño en Los Haticos. Benet, 1929, p.
65. ........................................................................................................................ 127
Figura 27. Fotografía del bote de la familia von Jess. Gross, 1989, p. 155. ........ 128
Figura 28. Fotografía de la vista general de la casa de campo de la familia Gross
hacia 1893. En la fotografía es posible apreciar la composición atomizada de los
pabellones. Gross, 1989, p. s/p. .......................................................................... 132
Figura 31 Fotografía de la parte alta de Los Haticos, al fondo del templo puede
observarse la persistencia del modelo del hato hispano. Revista Elite, 1927. ..... 133
Figura 32. Fotografía de una regata en el Lago realizada por la ―Sociedad Sport de
Damas‖. El Cojo Ilustrado, 1902, p. 165. ............................................................. 135
Figura 34. Fotografía aérea del suburbio El Milagro a hacia 1900. Cojo Ilustrado,
1900, p. 198. ........................................................................................................ 142
Figura 35. Fotografía de la costa de El Milagro hacia 1893. El Cojo Ilustrado, 1893,
p. 389. .................................................................................................................. 142
Figura 36. Fotografía del suburbio El Milagro a hacia 1920. Villasmil, 1920, Foto
23. ........................................................................................................................ 143
Figura 37. Acuarela del Hato Hamburgo. Bornhorst, 1993, p. 59. ....................... 146
Figura 38. Fotografía del interior del Hato Hamburgo donde es posible observar los
paneles de romanillas. Bornhorst, 1993, p. 34. .................................................... 146
Figura 39. Fotografía del muelle y casa de baño de la casa Larsen. Colección
Fototeca Arturo Lares Baralt. AHEZ. ................................................................... 147
Figura 40. Fotografía del patio de la casa Larsen. Colección Fototeca Arturo Lares
Baralt. AHEZ. ....................................................................................................... 147
Figura 41. Fotografía del tranvía eléctrico de El Milagro para la década de 1920.
Colección Fototeca Arturo Lares Baralt. AHEZ. ................................................... 148
Figura 42. Fotografía aérea del suburbio El Milagro a hacia 1929. Benet, 1929, p.
98. ........................................................................................................................ 148
Figura 44. Fotografía de una vieja cabría de madera en el Estado Zulia. Baptista,
1966, p.13 ............................................................................................................ 162
Figura 46. Fotografía del ferrocarril de Bella Vista donde puede apreciarse la
arquitectura del suburbio. Morrison, 2007, p. s/p. ................................................ 168
Figura 47. Fotografía del Manicomio de Bella Vista. 1906. El Cojo Ilustrado, 1906,
p. 302. .................................................................................................................. 169
Figura 48. Plano de la Carretera Rehabilitación. Indica el curso que debió seguir el
ferrocarril y posteriormente el tranvía eléctrico para unir los núcleos de Los Tres
Pesos, La Hoyada y Bella Vista. Este plano igualmente indica el lugar de
Cementerio de Santa Lucía y del ―Estanque del Acueducto. Criollo, 1917, s/p. .. 175
Figura 49. Fotografía del suburbio Bella Vista hacia 1917. Se observa el tendido
eléctrico para el tranvía y la Carretera Rehabilitación en el Kilometro 3, en conjunto
con el cercado de ―palo a pique‖ y los jardines remiten de las casa-quinta remiten
a una imagen similar que la de Los Haticos decimonónicos pero evidentemente el
ancho de la vía define otra escala urbana. Criollo, 1917, p. s/p........................... 177
Figura 50. Fotografía del suburbio Bella Vista hacia 1929. Benet, 1929, p. 23.... 179
Figura 51. Fotografía de la casa de campo del señor J. Leseur en Bella Vista.
Colección Fototeca Arturo Lares Baralt. AHEZ. ................................................... 180
Figura 52. Fotografía de casa de campo con porche y veranda de madera en Bella
Vista. .................................................................................................................... 181
Figura 53. Fotografía de la casa-quinta de Bella Vista hacia 1929. Benet, 1929, p.
32. ........................................................................................................................ 181
Figura 54. Plano Topográfico de la Ciudad de Maracaibo de 1915. Revista
Actualidades. Colección Mapoteca. Biblioteca Nacional. Caracas. ..................... 183
Figura 55. Garaje Municipal del Aseo Urbano. Benet, 1929, p. 65. ..................... 188
Figura 56. Fotografía de la avenida Las Delicias hacia 1929. Colección Fototeca
Arturo Lares Baralt. AHEZ. .................................................................................. 189
Figura 58. Fotografía de quinta ubicada en la Carretera Unión que sirvió de sede
de las oficinas de The Lago petroleum. Elite, 1927. ............................................ 199
Figura 59. Plano que muestra las diferentes secciones que se limitan en la
Ordenanza de Terrenos Ejidos de 1926. Quijano, 2002, p.252. .......................... 204
Figura 60. Detalle del Plano de Maracaibo de 1927, donde puede observarse la
propuesta de cuadricula del Ensanche. Atencio, 2003, p.132. ............................ 205
Figura 61. Detalle del Plano de 1927. Puede observarse el tejido orgánico
propuesto en el área que posteriormente se denominó El Paraíso. Atencio, 2003,
p.132. ................................................................................................................... 206
Figura 63. Plano general de desarrollo urbano de Riverside de 1869. Sica, 1981,
p.661. ................................................................................................................... 216
Figura 64. Plano de las colonias petroleras asentadas sobre la cuadricula del
ensanche de 1927.Elaboración propia, 2010. ...................................................... 218
Figura 66. Fotografía de una colonia residencial petrolera en 1930. Baptista, 1966,
p. 9. ...................................................................................................................... 220
Figura 70. Plano con los límites de los terrenos pertenecientes a las Compañías
Anónimas que desarrollaron las urbanizaciones El Paraíso, Santa María y Baralt.
Elaboración propia, 2010. .................................................................................... 224
Figura 72. Fotografía del palacete de la familia Pardi en Bella Vista. Colección
Fototeca Arturo Lares Baralt. AHEZ. ................................................................... 228
Figura 73. Fotografía del palacete Cerro azul. Colección Fototeca Arturo Lares
Baralt. AHEZ. ....................................................................................................... 228
Figura 75. Avisos de prensa donde se promociona los valores estéticos de las
viviendas norteamericanas. Diario Panorama, 13 de octubre de 1933, p. 4. ....... 230
Figura 76. Avisos de prensa donde puede observarse el modelo del ―balloon
frame‖ tropical. Diario Panorama, 13 de junio de 1935, p. 8. ............................... 230
Figura 78. Fotografías que muestran dos modelos de arquitectura domestica que
muestran la influencia petrolera: la fotografía izquierda muestra una casa elevada
en zancos con paredes de madera y techos de zinc. La fotografía izquierda
muestra una casa elevada del suelo, con hastial frontal, techos de zinc y cielo raso
en el porche. Archivo del proyecto de investigación La arquitectura doméstica
Maracaibo (1870-1930). La vivienda por pabellones. CONDES-LHAUR. 2005. .. 232
Figura 79. Plano de Bella Vista en 1936 donde se señalan su ámbito de interés
urbano-patrimonial. Elaboración propia, 2010. .................................................... 234
Figura 80. Fotografía de la avenida Bella Vista hacia finales de la década del
treinta. Colección Fototeca Arturo Lares Baralt. AHEZ. ....................................... 235
Figura 81. Plano de Los Haticos en 1936 donde se señalan su ámbito de interés
urbano-patrimonial. Elaboración propia, 2010. .................................................... 236
Figura 84. Plano de Las Delicias en 1936 donde se señalan su ámbito de interés
urbano-patrimonial. Elaboración propia, 2010. .................................................... 239
Figura 85. Fotografía de la avenida Bella Vista hacia finales de la década del
treinta. Álbum Pascual, 1933, p.64. ..................................................................... 240
Figura 86. Hornos de ladrillo en el Empedrado. El Cojo Ilustrado, 1900, p. 431. . 243
Figura 87. Plano de Los Valles Fríos en 1936 donde se señalan su ámbito de
interés urbano-patrimonial. Elaboración propia, 2010.. ........................................ 244
Figura 88. Hato San Joaquín construido hacia 1907 en la esquina de la Carretera
de Bella Vista y del Callejón del Asilo, sector Los Tres Pesos. Colección Fototeca
Arturo Lares Baralt. AHEZ. .................................................................................. 246
Figura 89. Plano de los vecindarios Los Tres Pesos, Las Veritas y Belloso en
1936. Elaboración propia, 2010. .......................................................................... 248
Figura 92. Aviso de prensa que anuncia la circulación del plano de la ciudad de
Maracaibo para 1933-34. Panorama, 7 de diciembre de 1933, p. 5. ................... 263
Figura 93. Fotografía de Julia Bornhorst a la orilla de su casa de campo
Hamburgo. Bornhorst, 1993, p. 31. ...................................................................... 265
Figura 94. Fotografía que muestra la imagen urbana del suburbio local hacia la
década del treinta del siglo XX. Colección Fototeca Arturo Lares Baralt. AHEZ.. 267
Suárez Acosta, Javier. ―La Maracaibo suburbana 1897-1945. Origen y
consolidación de los primeros suburbios‖. Tesis doctoral para optar al título de
Doctor en Arquitectura. Universidad del Zulia, Facultad de Arquitectura y Diseño,
Maracaibo-Venezuela, 2010, 269 p.
RESUMEN
ABSTRAC
From the Urban History, the first suburbia in Maracaibo has being seen with a
generalist and tangential point of view, and by compartments. That approach is a
limitation for the comprehension of the suburbia as a long term historical fact. This
is a methodological gap, which is an impediment to determine suburban areas with
particular historical importance that allows us to propose criteria for urban
conservation. This study gives the methodological frame for a future identification
of building stiles and their heritage value. Under the approach of the definition of
the two scales, ―suburban area‖ and ―suburb‖, the main objective of this Thesis is
to establish the historical process that had determined the primordial suburbia.
Thus, how it was its consolidation. The suburban reality is an historical
phenomenon that emerges with the European Industrial Revolution from the
endings of XVIIIth century, and that generated the exportation to the American
continent of new materials, manufactured products and a new variety of industrial
procedures. Such a net of relationships is studied here to discover the
interconnections between the local and international issues. One approach applied
is called here ―Methodological Cosmopolitism‖, this accept the globalization as an
historical process even previous to the contemporary world. So, the concept of
trans-local is used. This work reveals the shifts between the Hispanic urban culture
to the hegemonic influence of the Europe in XIX th century, until the so-called
―American Dream‖ of the second postwar. Finally, the Maracaibo suburbia is under
a classification and historical periods have been determined to facilitate the future
study of the houses in the suburbs.
INTRODUCCIÓN
1
Señala Cardozo Galué (1998) que este cuerpo de historiadores estuvo conformado por médicos, maestros,
estadígrafos, abogados y periodistas que asumieron el compromiso de definir y fundamentar la territorialidad
de la Provincia y posterior Estado Zulia. (p.66).
2
La ―Historia Regional‖, es una orientación critica de la visión centralista de la historiografía venezolana, que
cuestiona el énfasis en documentar y presentar los hechos y coyunturas liderados por la élite dirigente
caraqueña (Cardozo Galué, G., 1998: 70,-71). Este enfoque se había aplicado con anterioridad en importantes
estudios realizados desde el año 1979 por el Centro de Estudios Históricos Zulianos de la Facultad de
Humanidades y Educación de La Universidad del Zulia.
3
De acuerdo a lo señalado por Almandoz (2008) por historia urbana generalmente se entiende aquella que se
centra en la ciudad y el proceso de urbanización; por extensión, también se suele designar así a la historia de
las disciplinas que se han ocupado del diseño y administración de la ciudad, especialmente del urbanismo
técnico que surgió a raíz de los problemas de la ciudad industrial.
19
4
Este tema es tratado por Sempere (2000), en el Capitulo Séptimo, pp. 226-232 y por Bermúdez y Portillo
(1996) en la sección denominada Las áreas suburbanas de la ciudad, pp. 44-49
20
urbana de la ciudad, sobre todo antes de 1883 y después de 1889. Esta situación
en parte es superada por Quijano, que recurre a una revisión de fuentes de
carácter técnico-urbano y cartográfico que permite cotejar con mayor precisión lo
extraído de la fuente escrita, aportando a la historiografía urbana el análisis de las
Ordenanzas y el plano de Maracaibo de 1927; a pesar de esto, entre 1889 y 1927
permanece el vacío cartográfico.
5
La investigación: La Tipología residencial del siglo XIX da inicio, a partir del año 1989, al estudio sistemático
y especifico de la vivienda histórica de la ciudad. Se plantea en ese momento el desarrollo de una primera
línea de investigación que centra su interés en la vivienda tradicional urbana, ubicada en el centro histórico;
línea que a su vez forma parte de un programa de investigación sobre La arquitectura histórica de Maracaibo.
En su desarrollo se realizaron diversos proyectos de investigación que culminaron en la tesis doctoral de la
arquitecta e investigadora Alexis Pirela, denominada: El modelo colonial hispano en la arquitectura doméstica
de Maracaibo, presentado en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid en 1996. Se produjeron
diversos artículos en revistas científicas y finalmente se editó el libro Casas de Maracaibo 1674-1930,
publicado en el año 2007 por Pirela. En esa primera etapa de investigación histórica, teórica y crítica de la
arquitectura doméstica marabina, y como corolario de su desarrollo se esboza la necesidad de profundizar en
el estudio del modelo doméstico suburbano.
6
Germán Carrera Damas (1984) establece que el proceso socio-histórico latinoamericano esta teñido de un
alto nivel de contemporaneidad si se compara el corto período histórico latinoamericano con el largo periodo
de historia universal. Dentro de esta realidad temporal latinoamericana, de poco más de medio milenio, ciento
cincuenta años constituyen un lapso de larga duración en el proceso socio-histórico venezolano.
21
las razones que para el ámbito del ejercicio profesional, específicamente para el
área de la conservación del patrimonio, tiene un estudio de tal naturaleza.
Una de las carencias más evidentes para una correcta identificación del patrimonio
urbano y arquitectónico local es la ausencia de un marco histórico de carácter
instrumental suficientemente amplio y adecuadamente articulado para tal fin.
Desde el punto de vista jurídico, la carencia de cartografías que definan los
ámbitos históricos -sean éstos de carácter urbano o suburbano- y sus crecimientos
sucesivos en el tiempo, es uno de los problemas operativos más importantes para
actuar en la protección y la conservación del patrimonio. Desde este punto de vista
es necesario legar desde el plano académico, instrumentos técnicos con los
cuales operar en el ámbito profesional. Tal identificación y delimitación de áreas
de carácter patrimonial supone un marco de soporte para la selección de los tipos
edilicios de interés para su conservación.
Estos productos deberán ser pensados desde una noción abierta de patrimonio
que, como se acepta hoy día, se adecúe a los intereses de cada momento y cada
sociedad. Es en este sentido que Calatrava (2005) exige ―asumir plenamente la
historia –pero la Historia integral, global, con todo lo que ello significa- de los
edificios y lugares como punto de partida básico de toda intervención‖ (p. 390).
Estas aseveraciones de carácter crítico en ningún caso tienen como interés negar
la existencia de un sólido cuerpo de conocimiento sobre la ciudad; por lo contrario,
los estudios mencionados han aportado preguntas, enfoques y métodos de
aproximación que han iniciado un recorrido que corresponde seguir construyendo,
y que sin su desarrollo no se contaría actualmente con una plataforma cognitiva
para el trabajo planteado. Razón por lo que se insiste en que no existe un estudio
específico que parta de la noción de medio suburbano como eje central del
análisis histórico de la ciudad. Un estudio de tal naturaleza debería conducir a una
identificación de las diferentes fases del fenómeno y a una caracterización
histórico-urbana de las variantes que tales ámbitos presentaron en la ciudad.
De allí que la propuesta planteada se inscriba dentro del área de conocimiento que
se fundamenta en la necesidad de la construcción de la identidad local y la
conservación del patrimonio7, y dentro de esta, en la línea de investigación sobre
Historia, Teoría y Crítica de la Arquitectura8. Debe entenderse esto último, en el
7
Facultad de Arquitectura y Diseño de LUZ, 2000, Documento del Plan de Desarrollo de los Recursos
Académicos.
8
En los términos expresados por Marina Waisman en su obra El Interior de la historia. Historiografía
arquitectónica para uso de latinoamericanos.
24
El cuarto capítulo, 1908-1926. Los suburbios del siglo XX, comprende un análisis
del complejo contexto económico regional y local, determinado por la coexistencia
de la economía mercantil cafetalera liderada por los alemanes, el impulso dado al
desarrollo de la industria azucarera regional desde el ámbito gubernamental
nacional y los inicios de una economía petrolera vinculada a intereses
transnacionales. Contexto en el cual se produce un crecimiento urbano
27
determinado por una importante migración que impulsa una ampliación sucesiva
de los límites del poblado y la incorporación de los ejes Bella Vista y Las Delicias,
en el decenio 1908-1918. Adicionalmente se presenta un análisis de los
crecimientos de la ciudad del novecientos a partir de la observación del Plano
Topográfico de Maracaibo de 1915, para finalmente proponer una caracterización
apropiada de los ámbitos suburbanos del novecientos.
Esta tesis demuestra que el lapso comprendido entre 1897 y 1945, un período de
casi 50 años, constituye una importante coyuntura histórica que funcionó como
bisagra entre una sociedad estructurada económicamente a partir del
mercantilismo agroexportador, liderado por la influyente presencia germana, y la
9
La Organización del Gran Caribe para los Monumentos y Sitios, CARIMOS, estableció 1998 la siguiente
definición de arquitectura vernácula: La arquitectura vernácula del Gran Caribe es el resultado de la mezcla e
integración de las experiencias formales y constructivas de la población aborigen de la región y de los aportes
africanos y europeos; de ahí su riqueza cultural singular y distintiva, ya que se trata de una arquitectura que
responde a una unidad familiar y demás edificaciones de actividades complementarias de la comunidad, con
materiales propios de la región, que mantiene sistemas constructivos específicos con la presencia de
elementos industriales simples cuyo resultado volumétrico, sus relaciones espaciales, el color y el detalle
identifican al grupo que la produce, respondiendo a una manufactura artesanal siempre con la participación
del usuario (citado por Prieto, 2008, p.71).
28
En este marco, este trabajo permite entender la dualidad con que los estudiosos
del medio urbano han caracterizado la ciudad cimentada en ese período. Dualidad
expresada en las diferencias de su traza. Ya desde mediados del ochocientos se
diferencian dos tipos de trazas, la geométrica y la irregular. A este antiguo proceso
lo siguió otro durante los primeros años del siglo XX, momento en que un
crecimiento urbano de diferentes ejes se fue extendiendo, siguiendo las costas y
las mesetas a partir de las cuales, paulatinamente, la ciudad continuó creciendo
orgánicamente, siguiendo primordialmente los parámetros geométricos que la
geografía pautó.
10
El método histórico, según Rossi (1979) es el que puede ofrecernos la verificación más segura de cualquier
hipótesis sobre la ciudad, ya que ―la ciudad es por sí misma depositaría de la historia‖, así, ―La ciudad es en
su historia‖ (p. 64).
32
Es preciso señalar que la revisión no pretende en ningún caso ser una disertación
sobre el tema general de la modernidad en Venezuela, ya que ello supondría un
alejamiento substancial del tema que acá se trata. Sin embargo, es importante
asumir una comprensión mínima del fenómeno, que permita elaborar el presente
estudio sobre fundamentos teóricos suficientemente consistentes para su
propósito.
Es por ello, en lo que a la ciudad se refiere, como parte del fundamento histórico
del concepto de modernidad, que al clásico esquema tafuriano de la metrópoli
como lugar de la vanguardia, esencial para la noción de modernidad, cuna y
expresión de la misma, Francesco Dal Co (1975) incorpora la idea de nostalgia
como categoría de lo moderno, y por ello, de la cultura urbana y arquitectónica de
la modernidad.
La historia como disciplina implica considerar los rigores del método, desde el
paradigma epistemológico que la envuelve hasta las operaciones instrumentales
que estructuran el discurso. Entre los dos ámbitos opera un nivel intermedio, en el
cual se selecciona una óptica de interpretación, suerte de artilugio hermenéutico a
partir del cual comenzar a tejer el discurso. Es en este nivel intermedio donde el
ejercicio de historiar adquiere un matiz propio que puede ser entendido como la
mirada particular de quien elabora el discurso. Así, la epistemología de la
investigación histórica, la selección de las fuentes y la óptica del historiador son
los tres elementos a subrayar desde el punto de vista metodológico en este
trabajo.
Un primer punto de reflexión para aclarar ideas que ayuden a definir los enfoques
sobre los que se soporta este tipo de investigación, es identificar lo que Briones
(1988) define como ―paradigma de investigación‖, es decir, la ―concepción del
objeto de estudio de una ciencia, de los problemas para estudiar, de la naturaleza
de sus métodos y de la forma de explicar, interpretar o comprender –según sea el
caso- los resultados de la investigación realizada‖ (p. s/p).
urbano‖ (p. 49A). En tal sentido Cozen (1960) estableció desde mediados del siglo
XX los elementos desde los cuales operar en el análisis morfológico urbano: El
plano de la ciudad, los tipos edificados y el uso del suelo; recursos de análisis que
no han perdido vigencia en los estudios históricos de la ciudad.
En el marco de una crítica, ante las posturas anteriores que sitúan la realidad
urbana latinoamericana como receptoras de productos urbanos provenientes de
las metrópolis culturales, surgen los enfoques contemporáneos de la Microhistoria
y de Historia cultural urbana. La primera, se distancia de las ―grandes narrativas‖ o
esquemas estructuralistas, se trata de investigaciones de pequeña escala sobre
las interacciones sociales a través de las cuales la cultura es producida. La
segunda, se deriva de la naturaleza de las fuentes y de los discursos utilizados.
Espacio historiográfico abierto a la incorporación de géneros literarios y discursos
no especializados como ensayos, narrativas, poesías, crónica de viajes,
representación pictórica y cinematográfica, entre otros; que se adicionan al uso de
fuentes tradicionales de la historia urbana como lo han sido la literatura técnica, la
jurídica y la cartográfica.
11
Gutiérrez R. (1984). Arquitectura y urbanismo en Iberoamérica. Madrid: Cátedra. Segre R. (1986). Historia
de la Arquitectura y del Urbanismo: América Latina y Cuba. Habana: Pueblo y Educación.
12
Entre las obras más trascendentes están: Caracas a través de su arquitectura (1969), Templos coloniales
de Venezuela (1976) y La arquitectura colonial en Venezuela (1985).
42
En el caso local, a inicios de 1980 fue cuando se elaboraron los primeros estudios
históricos de la ciudad, entre ellos el de Etcheverría, Machado y Rodríguez (1980)
La estructura social y la organización espacial de la ciudad de Maracaibo y de
Chiancone e Ibañez (1982) Estudio de un área de interés histórico de la ciudad de
Maracaibo: Santa Lucía. Seguidamente, en el marco de la posmodernidad de las
décadas de los ochenta y noventa13, se estableció una línea de estudio
sistemática de la historia de la ciudad.
13
En este último marco, puede situarse la mayor parte de la historiografía urbana sobre la ciudad, cuya
producción más importante se desarrolló durante las décadas de 1980 y 1990. Como se desprenden de los
postulados esgrimidos por Alexis Pírela, Elisa Quijano, María Machado, y Nereida Petit, fundadoras del Grupo
de Investigación de Historia de la Arquitectura Regional (GIHAR), donde se deja explícitamente establecido
que la pertinencia del estudio de nuestra realidad es tan importante, que hoy, inmersos en la actual revolución
del conocimiento, conceptos como localidad, identidad y pertinencia de una visión humanista, inundan la
reflexión teórica. A lo que se suma el argumento critico de superar los análisis tipológicos y estilísticos que no
insertan la obra dentro del ámbito de las variables particulares que la condicionan y dan origen.
43
Una óptica diferente se desprende del análisis urbano realizado por Machado,
Rodríguez y Quijano (1994) a partir del fenómeno petrolero. La otra ciudad. La
génesis de la ciudad petrolera es un importante análisis panorámico del
crecimiento urbano de la ciudad durante la primera mitad del siglo XX. El
mencionado trabajo se realizó a partir de la óptica morfológica de la imagen
urbana de Lynch y de lo tipológico en la arquitectura. El análisis presentado en
esta investigación contrasta el medio urbano del antiguo núcleo con los lugares de
asentamiento de las colonias petroleras y tiene la bondad de estar estructurado
por décadas y relacionar los procesos urbanos con el carácter de los sectores.
Este trabajo establece por primera vez en la historiografía de la ciudad una
aproximación al desarrollo de los ejes y barrios contenidos en el espacio
delimitado por el antiguo núcleo hispano y los nuevos espacios de los petroleros,
por lo que se estudia el medio suburbano ocupado tanto por las elites como por
los sectores populares. Paradójicamente no se emplea el término suburbano o
suburbio como categoría de análisis.
Otro de los antecedentes más importantes para este estudio lo ofrece Quijano
(2002) en el trabajo denominado La Maracaibo petrolera. Dualidad urbana y social
(1900-1940). En este trabajo se realizó un análisis de la ciudad en el marco de la
llegada de los petroleros. En el estudio realizado, la autora plantea un
acercamiento a la ciudad de la primera mitad del siglo XX, fundamentado en el
enfoque de la Historia Regional. En el trabajo se revisan novedosas fuentes
críticas sobre la ciudad petrolera y se realiza un análisis exhaustivo de fuentes de
44
14
Sempere (2000) establece que, ‖Ese largo vacío documental fue necesario llenarlo a partir de
reconstrucciones hipotéticas de las distintas fases del crecimiento de la ciudad‖ (p. 8).
45
Por otra parte, cuando se tratan períodos anteriores a los orígenes del urbanismo
moderno, en los comienzos del siglo XX, hace falta indagar en las fuentes no
tradicionales como las crónicas de viajeros, las noticias de prensa y la fotografía,
para de este modo lograr traducir este vocablo a sus antecedentes históricos:
civilización, progreso, ciudad, ornato urbano, higiene, entre otros; y así
sustentarse en los diversos discursos de los que ha surgido esa disciplina en
el contexto nacional. No obstante, la ausencia de la cartografía obliga a nutrir
el trabajo con fuentes técnicas no convencionales como los Protocolos del
Registro Principal de Maracaibo, cuya revisión fue fundamental para el rastreo
de los topónimos y de los tipos edilicios en el medio suburbano local.
histórica.
Ante todos los cambios que acontecen y que han marcado la historia
contemporánea, es necesario actualizar las teorías que pretenden explicar lo
histórico-urbano. De acuerdo a lo expuesto por Carvallo (2007) existen varias
posturas: el posmodernismo, las teorías reflexivas o la teoría global. La primera
plantea una fuerte crítica a los pilares del pensamiento moderno, la segunda
reconcilia los cambios acontecidos anunciando una segunda modernidad y la
tercera reconoce la importancia de la denominada globalización en sus múltiples
etapas. Esta última postura brinda una nueva posibilidad de interpretación
47
15
En el sentido de forma de diálogo que trata de arbitrar cualquier forma de encuentro, planteado por
Gadamer (de Santiago, 1997).
48
Como un fenómeno histórico reciente, mantiene una continuidad histórica con los
anteriores, pero tanto la desterritorialización financiera como comunicacional
contemporánea le otorgan en la actualidad elementos distintivos (p. 12).
León y Riquelme (2003) también señalan que, esta tendencia generó una forma
de vida en la cual:
Sin duda, la historia urbana ofrece una perspectiva privilegiada para entender el
significado específico de las globalizaciones, simplemente porque la ciudad ofrece
un referente empírico adecuado para estudiar peculiaridades de su impacto
basados en casos concretos y en su desarrollo temporal específico.
En tal sentido este autor propone considerar las siguientes proposiciones teóricas
que facilitan la comprensión de la globalización desde una perspectiva urbana:
16
En el sentido de ayudarnos a entender el presente como consecuencia del pasado.
52
De allí que en este trabajo resulta altamente relevante precisar las condiciones y el
impacto del comercio y la economía internacional en estrecha relación con las
políticas nacionales y el impacto local de tales condiciones. Igualmente es
relevante establecer el modo en que los actores locales participan en los procesos
de globalización construyéndolos, negociándolos y también sufriéndolos, de tal
forma que la respuesta a las presiones culturales globales se interpreten más que
como reacción pasiva, como un proceso natural de transformación y adaptación a
las condiciones del medio local.
17
El autor ofrece una reconceptualización de lo global a través de lo cosmopolita, al fusionar las relaciones
incluyentes -propias de la modernidad reflexiva- con una reflexión de lo internacional, a la luz de la
multiplicación de lo transnacional.
53
En tal sentido, Cardozo Galué (2002) señala que una de las importantes e
innovadoras conclusiones en la historiografía de estas tres últimas décadas ―lo
constituye el reconocimiento de la historicidad o ―artificialidad‖ de la nación, esto
es un enfoque que considera a la nación como un fenómeno moderno, no natural
e identitario sino un producto de la historia, transitorio que no siempre existió‖ (p.
454). El historiador Hobsbaum (1991) que ha reflexionado seriamente sobre estas
ideas señala que el nacionalismo antecede a las naciones y que éstas no
construyen estados y nacionalismo sino al revés.
Esta realidad, vislumbrada por el historiador, permite asumir con mayor seguridad
el cosmopolitismo como instrumento metodológico apropiado para el análisis de lo
cultural local; una región donde la idea de nación no estaba firmemente cimentada
y donde existió durante el siglo XIX una autonomía económica que permitió a las
redes sociales locales tejer vínculos transnacionales, más allá de las políticas
nacionales. Por lo tanto la realidad decimonónica puede ser mejor comprendida
desde el patrón relacional traslocal. Sin embargo, en la medida que se consolidó el
Estado Nacional del siglo XX, se deberán adicionar exploraciones en el patrón
transnacional, para establecer sus vínculos con la realidad histórica local.
55
Esto coincide con el significado dado por Bermúdez (1993) en el Diccionario del
Arquitecto: ―Extensión próxima a una ciudad, perteneciente o relativo a un
suburbio‖ (p. 523). El suburbio es definido como ―Parte de un área urbana,
netamente residencial y con altas especificaciones urbanísticas, que se halla
ubicado a distancia del área central o localizado en la periferia‖ (p. 523). Como
complemento de lo anterior es importante señalar que el barrio es definido por
este autor como ―Grupo de casas cercanas a una ciudad y dentro de su
jurisdicción. Sinónimos: suburbio, arrabal‖ (p. 106).
56
El significado general dado por la Real Academia Española es útil porque señala
como características propias del medio suburbano, en primer lugar, su carácter
residencial; en segundo lugar, su dependencia funcional del medio urbano y en
último lugar, pertenecer jurídicamente a la ciudad. A estas tres características se
suma otra, desprendida de los aportes contenidos en la definición de suburbio
dada por Bermúdez, que acota como condición propia de este medio: contener
altas especificaciones urbanísticas. Estas cuatro características se consideran
como guías para identificar el medio suburbano de Maracaibo en el período
estudiado. Sin embargo, más allá de la aplicación como guía de identificación, es
57
Figura 2. Grafico del patrón de ocupación urbana del arrabal y del barrio.
(…) así el vocablo proviene del término slum [en castellano podríamos hablar
de «barrio pobre» o —en un sentido específico, peyorativo, atendiendo a su
origen histórico— de «barrio obrero»], que tiene un origen relativamente
reciente (1812), y que deriva posiblemente del verbo ingles slump, que
significa hundir el pie o caerse en algo blando y cenagoso, derrumbarse, etc.
Cuando en inglés se emplea aquella palabra [cuyo equivalente genérico
castellano podría ser la de «arrabal»] se suele hacer referencia a una zona
mísera, en que la gente vive hacinada, sucia, con las casas muy juntas entre
sí y unas viviendas en pésimas condiciones de higiene (Whittick, 1975, p.
113).
18
Concepción urbana formulada por Ebenezer Howard, contenida en su libro ―Las Ciudades Jardín del
Mañana‖, publicado en 1898. Su planteamiento se relaciono con la realización de ciudades nuevas con un
tamaño definido y controlable y una vida activa tanto urbana como rural. Es por tanto un planteamiento
diferente y posterior al fenómeno del ―Garden Suburb‖, tal como refiere Whittick.
59
(arrabal) y habitado por gente de débil condición económica, término que no hay
que confundir con el ―garden suburb‖ inglés‖ (p. 79). Diferencia que es importante
considerar en los análisis de las fuentes consultadas, según sean éstas de origen
castellano o anglosajón.
Otro aspecto a considerar para el análisis histórico es que las distintas áreas
suburbanas adoptan una serie de formas diferentes: en función de su antigüedad,
de su localización con respecto a la ciudad central, del contexto cultural dentro del
cual se desarrollan y de otras circunstancias. Whittick (1975) sugiere una
clasificación de suburbios en la cual es posible distinguir tres categorías:
Según lo social, en los suburbios de la elite, que a su vez puede ser criolla o
extranjera y los de las clases populares de trabajadores y obreros.
Según la geometría que los determinó, suburbios lineales y los suburbios de los
intersticios urbanos.
ARRABALES
63
Este capítulo se dedica al análisis de la ciudad desde los años finales del siglo
XVIII hasta 1897, estudio de un siglo que permite explorar y analizar el origen y la
consolidación de las periferias urbanas de Maracaibo desde los años previos al
inicio del proceso de independencia y durante los primeros años de la fase
republicana. Se conoce que para ese momento el medio urbano europeo se
impactaba por los procesos de degradación y transformación producto de la
Revolución Industrial, que a la larga propició el desarrollo de los medios
suburbanos en las ciudades industriales; es importante contrastar el contexto
cultural europeo con el proceso urbano y el contexto histórico local a fin de
entender bajo qué preceptos se produjo la modernización de la Maracaibo
decimonónica; un período donde la fuerza de la herencia hispana y de la
modernización, proveniente de las naciones industrializadas europeas, cabalgaron
simultáneamente, propiciando un ambiente cultural dual y contradictorio.
Acá se explora sobre la ciudad heredada del período hispano, el carácter del
medio urbano y las condiciones de las diversas periferias urbanas de la ciudad de
entonces, se analiza la ciudad post-independencia y la resultante del impacto
producido por el liberalismo económico que se asume en la naciente república. En
esta revisión resulta altamente relevante el análisis realizado a la ciudad a partir
del plano de 1827, levantado por Agustín Codazzi 19, cuyo estudio para el análisis
del medio urbano marabino es inédito en la historiografía sobre la ciudad. De su
análisis derivan importantes conclusiones que permiten establecer con una mayor
precisión, el violento impacto que el desarrollo de la economía mercantil liberal
tuvo en el crecimiento de la ciudad de mediados del siglo XIX, al tiempo que
permite el planteamiento de interesantes hipótesis sobre la incidencia que el
proyecto para la defensa de la ciudad, en los años posteriores a la independencia,
pudo tener en el crecimiento urbano de la ―moderna‖ ciudad finisecular.
19
Nacido en Lugo, provincia de Ravena, Italia en 1793. Por su destacada maestría y destreza en la geografía,
cartografía y estadística, produce dos obras importantes en cualquier estudio histórico local: Atlas Físico y
Político de la Republica de Venezuela (1840) y Resumen de la Geografía de Venezuela(1841). Señala Pérez
Rancel (2002) que además fue un precursor en América del racionalismo constructivo y que su actividad
proyectual y constructiva, no ha sido considerada en las historias de la arquitectura, ingenierías, obras
públicas o del urbanismo venezolano (p. 122).
64
En lo referente a las periferias a fines del siglo XVIII, Pedro Guzmán (1967)
establece ―Conocíanse en derredor de Maracaibo algunos grupos de casas
campestres, donde sus moradores se dedicaban a la crianza de animales e
insignificantes cultivos de plantas. Estos grupos eran: El Jobo, El Ancón, El
Palmar20 y Monte Claro‖ (p. 218).
20
El grupo de casas denominado El Palmar no fue representado en Plano de la Provincia de Maracaibo de
1841, ni en el Plano del Estado Zulia de 1894.
65
Figura 3. Plano de ubicación de la ciudad respecto a la Bahía de Maracaibo, sus caminos y lugares aledaños
22
para finales del siglo XVIII e inicios del siglo XIX.
21
Fechas indicadas por Pérez Rancel (2002, p. 166).
22
Elaborado a partir de la descripción de Pedro Guzmán, sobre la base de la carta corográfica de la Provincia
de Maracaibo del Atlas Físico y Político de la República de Venezuela de 1840. La ubicación de los caseríos
66
La lámina dos (2) del Plano de la Batalla Naval de Maracaibo elaborado por Ángel
Laborde en 1823, muestra la ciudad y sus inmediaciones; su observación permite
tener una idea de la traza geométrica del poblado y el lugar que ocupó el muelle
del puerto, así como de los lugares periféricos más cercanos a la ciudad;
explícitamente se señala el lugar de Los Haticos al sur y de La Hoyada al norte;
igualmente se indica un camino hacia el norte que se inicia en las inmediaciones
de Santa Lucía y se dirige por la alta planicie hacia La Hoyada (Ver Figura 4).
rurales se realizó en función de lo indicado en el Mapa del Estado Zulia de 1894. Montaje gráfico Br. Azarel
Moreno.
23
Esta carta revela que para el geógrafo fue de interés representar los caminos que vinculaban la ciudad con
los lugares de producción: Cañada, Perijá y Mojan, y los lugares de interés histórico-militar como Juana de
Ávila, Capitán Chico y Salina Rica escenarios vinculados a las acciones de armas ocurridas en la guerra de
independencia.
24
Dibujado por el ingeniero Aurelio Beroes y realizado por orden de Jesús Muñoz Tébar, Presidente del
Estado Zulia durante el período 1894-1898.
67
A los efectos de establecer cuáles son los aledaños de la ciudad y desde cuándo
se puede hablar de algún tipo de segregación funcional dentro de la estructura
urbana, es necesario conocer la composición social de la Maracaibo heredada del
período hispano y su distribución en el territorio urbano.
25
El detalle de la ciudad y su periferia se tomó del Plano de la Batalla Naval de Maracaibo, Lámina 2,
elaborado por Ángel Laborde (Nectario María, 1973, Mapa N 66). Montaje gráfico Br. Azarel Moreno.
68
Hacia los comienzos del siglo XIX la ciudad de Maracaibo, tuvo un notable
crecimiento, ―…después de 1801 llegaron alrededor de dos mil españoles y
criollos de Santo Domingo, de donde salieron huyendo del gobierno de Toussaint.
Estos inmigrados pertenecían fundamentalmente a dos categorías
socioeconómicas: altos funcionarios y comerciantes‖ (Cunill Grau, 1987. t. 1, p.
221).
Este autor indica que los primeros, el sector dominante socialmente, estuvo
compuesto por familias criollas descendientes de los primeros peninsulares. Los
segundos, el sector dominante económicamente, estaba compuesto por
comerciantes criollos y peninsulares dedicados a la agricultura, navegación y
ganadería. A estos se añade un tercer sector, que era integrado por una gran
cantidad de criollos que trabajaban en el medio urbano o se empleaban como
labradores, y un cuarto, compuesto por negros y pardos que se dedicaban a
labores artesanales además de los indios dedicados a labores domésticas. En
cuanto al medio urbano, según refiriere el historiador Besson (1973), en los inicios
del siglo XIX,
26
Este plano reposa en la División Manuscritos, Colección Codazzi, carpeta s\n, de la Biblioteca Nacional de
Venezuela, Caracas.
27
Es importante aclarar que en el análisis de esta imagen se asume la observación realizada por Pérez
Rancel (2007), la cual indica que el plano se ubica con la orientación sur en el margen superior, en el cual se
observa la bahía coloreada en azul (p. 16). Igualmente se asume, por deducción lógica de su observación,
que lo señalado en amarillo se corresponde con las edificaciones existentes. A partir de esta inferencia, llama
la atención la ubicación del templo parroquial –resaltada en color rojo- en la esquina sureste de la manzana
oeste del solar correspondiente a la plaza real. Mientras que el lote que hoy ocupa -que la historiografía y las
fuentes documentales conocidas siempre han señalado como el lugar de su ubicación -la esquina noroeste de
la manzana este- aparece vacía.
70
28
Los nombres de las calles fueron tomados de la nomenclatura que acompaña el Plano de Maracaibo Hacia
1840 (Cardozo Galué, 1991. p. 151).
71
29
La cifra del año 1831 fue tomada de la Estadística de la Provincia de Maracaibo de 1931 (Cardozo Galué,
1991, p. 156).
72
Figura 5. Plano de la ciudad de Maracaibo de 1827. Ubicación de los límites de la ciudad y del núcleo urbano.
Elaborado por Agustín Codazzi, 1827.30
Siguiendo con la observación del plano, puede determinarse que el límite sur de la
ciudad era el frente costero situado para 1827 en la calle de Bolívar, justo frente al
templo de San Francisco31. Igualmente se aprecia que ya se había iniciado un
proceso de sedimentación de la costa, en el sureste de la bahía, lo que permitiría
30
Este plano reposa en la División Manuscritos, Colección Codazzi, carpeta s\n, de la Biblioteca Nacional,
Caracas. Montaje gráfico: Br. Azarel Moreno.
31
El análisis del plano permite igualmente determinar que para 1827, la manzana donde se ubica desde 1806
el templo de San Felipe Neri, fue representada como parte existente de la traza de la ciudad. Manzana
trapezoidal que cierra la bahía en el extremo suroeste. Lo cual es coherente con la fecha de inicio de la
construcción del templo señalada por Sempere (2000, p. 154). Igualmente podría explicar la ubicación del
edificio, cuyo emplazamiento pudo haberse planteado, en su origen, buscando enfrentar su frontispicio a parte
de la bahía, siendo esta ultima el espacio público del cual se servía este templo.
73
a la larga el crecimiento del barrio mercantil y la reubicación tanto del puerto como
de la aduana. Esta área según lo planteado por Cunill Grau (1975) se estructuró
con casas de bahareque y techos de enea y de tejas que rematan en el muelle del
puerto (t. 1, p. 223). De ello se infiere que el crecimiento por sucesivos rellenos de
la ciudad hacia la bahía se estructuró y consolidó en fechas posteriores a 1827 y
no hacia finales del siglo XVIII como se afirma en la historiografía urbana32.
Cunill Grau (1975) a la par advierte que también se reconoce en el este del núcleo
un barrio de cierta calidad en Punta Arrieta. En el plano es posible observar que
las manzanas del extremo este desdibujan su geometría regular en el borde
costero pero las edificaciones se representan con un carácter continuo y compacto
en la manzana. Probablemente es allí donde se ubica el barrio de cierta calidad
señalado por el autor. Hacia el sureste en la punta que inicia la bahía, la traza
dibuja un par de manzanas de forma trapezoidal que sigue el borde costero; en
ella se asientan edificaciones aisladas de gran tamaño; es probable que allí
estuvieran ubicadas las sedes de algunas casas de las compañías mercantiles. Es
notoria la ausencia del muelle representado en el plano de 1823 y la zona de
sedimentación que se observa frente a la bahía.
Las áreas antes señaladas de la plaza real y la del barrio mercantil, fueron las
zonas de asentamiento de las clases dirigentes y comerciantes respectivamente.
Las descripciones citadas revelan dos tipos residenciales dominantes en los
inicios del siglo XIX: La casa de cal y canto cubierta de tejas y la casa de
bahareque con cubierta de tejas o de enea. Tipos urbanos que fueron estudiados
por Alexis Pirela (2007) quien detectó y caracterizó de acuerdo al carácter
constructivo de las edificaciones la obra de mampostería de cal y canto, la obra de
bahareque, la casa de enea y la casa de tejas33.
32
Sempere (2000) señala que para finales del siglo XVIII el límite sur de la ciudad lo definía la Calle de la
Marina. ―De modo que la fachada norte que presenta la avenida hoy en día en el mismo lugar que la
correspondiente a la ciudad de finales del XVIII y comienzos del XIX‖ (p. 103).
33
Ver capítulo: Análisis histórico de la casa del centro de Maracaibo en Pirela (2007) Casas de Maracaibo
1674-1930.
74
Estas son las zonas que ocupan los barrios aledaños de inicios del siglo XIX.
Sobre estos lugares, Cunill Grau (1975) señala que para estos años, el área de la
ciudad se divide en doce barrios que son percibidos como tales por los coetáneos.
Algunos de ellos se estructuraron en los alrededores de la plazuela de algún
templo o convento, tal es el caso de Santa Bárbara y San Francisco. Otros
identifican funciones económicas como el barrio de la Carnicería, de las Salinas y
el de las Tenerías Viejas. La mayoría se han formado en función de las
comunicaciones portuarias o terrestres: Empedrado, Saladillo y Puerto del Sol.
También se establecen sectores marginales como el barrio del Cerro con casitas
de bahareque y enea, mientras que algunos se han estructurado en torno a
fuentes de agua como el barrio del Pozo del Barro. La constante llegada de
comerciantes y tráficos antillanos explica la formación del barrio de Curazao (t. 1,
p. 223). En su conjunto estos barrios constituyen la zona de asentamiento de
casas precarias de bahareque y enea de trabajadores y artesanos criollos.
34
Se emplea este término que indica, en las datas revisadas, el carácter aislado de las edificaciones.
75
para este estudio: ―la casa de campo‖; y refiere la siguiente información, ―La casa
de campo más cercana por el lado del norte era la que estaba situada en lo que es
hoy ―Circo Variedades‖, en la esquina formada por las calles de Carabobo y Páez,
conocida ahora años como esquina del ―Nuevo Mundo‖ (t. 3, p. 304). La presencia
de la casa de campo advierte el fin del medio urbano en estos predios, al tiempo
que señala otro de los tipos residenciales disponibles en Maracaibo desde inicios
del siglo XIX, junto a la casa urbana en sus diferentes variantes y la casa rural de
hato.
Estos partidos no pueden ser clasificados como suburbios puesto que constituían
áreas de producción de diversa índole y no áreas residenciales con una
dependencia funcional del medio urbano en el sentido de lugar residencial
diferenciado del lugar de trabajo o del centro de compras cotidiano. Por lo
contrario, eran lugares autosuficientes y servidos del propio medio rural, que
incluso podían quedar aislados en algunos momentos como consecuencia de
35
Estos partidos no fueron representados en Plano de la Provincia de Maracaibo de 1841, ni en el Plano del
Estado Zulia de 1894.
36
Separados de los aledaños periféricos y distantes del núcleo urbano se ubican las extensiones rurales o
partidos donde se localizaban caseríos siguiendo por lo general el curso de los caminos reales.
76
Si bien diversas fuentes documentales señalan desde finales del siglo XVIII la
existencia de lugares como El Empedrado 38 y Los Haticos39, estos dos lugares no
fueron representados en el plano de 1827 como lugares aledaños a la ciudad. El
plano igualmente revela que hacia el oeste existe una incipiente continuidad
urbana de lo que posteriormente se consolidó como El Saladillo40, separado del
límite urbano por la vía ancha donde con probabilidad, cursaba una de las cinco
cañadas de mayor cauce que atravesaba la ciudad de entonces 41. Sobre esto es
37
De acuerdo a lo señalado por Besson (1973), desde la división territorial de 1844 se consideraban como
pertenecientes al distrito Maracaibo los municipios: Concordia (hoy Bolívar), Santa Bárbara, San Juan de
Dios, Santa Lucía y Cristo de Aranza. Los cuales formaban parte del área urbana que contenían los barrios o
arrabales mencionados por Cunill Grau. Pero también se incluían dentro de estos límites distritales los
partidos rurales que rodeaban la ciudad: Ancón Alto, Ancón Bajo, Macandona, El Caño, Sabaneta Larga,
Monteclaro Bajo, Monteclaro Alto, Milagro, Hoyada, Jobo Alto, Jobo Bajo. (t. 3, p. 279).
38
―Actas de Visitas‖ que hizo el Obispo Doctor don Mariano Martí a los pueblos del Zulia en los años 1774,
1775 y 1776.
39
Según relato del viajero francés Francisco Depons para los años 1799-1800.
40
Para 1790, se ubicó un documento que refiere la venta de una casa en el ―barrio del Saladillo‖, lo que da
cuenta del empleo de este topónimo para finales del siglo XVIII. (Millares, 1964, p. 59).
41
Según se desprende de la observación del Plano topográfico de Maracaibo de 1883, que se estudia con
detalle al final de este capítulo, la ciudad estaba rodeada por cinco cañadas: na de gran cauce que corría en
dirección este, la llamada Cañada Nueva. Tres cañadas que corrían en sentido norte-sur desahogando en la
bahía, de este a oeste: la del este, llamada Pozo del Barro; la intermedia que determinó la calle ancha de
1827 (sin denominación conocida), y la del oeste, llamada Cañada Navarro. La quinta ubicada el sur, también
de gran cauce, se denominó Caño del Manglar.
77
importante dejar asentado que el motivo del levantamiento del plano es de orden
militar y no de agrimensura, por lo que la representación de estos aledaños pudo
ser irrelevante a los propósitos perseguidos por Codazzi. Sin embargo, es
igualmente importante considerar que para ese momento los lugares señalados se
consideraban muy apartados del núcleo urbano; estaban aislados por las cañadas
de mayor cauce que rodeaban la ciudad. Estos accidentes hidrográficos se
consideraban fronteras internas muy importantes para entonces.
Figura 6. Plano de ubicación de la ciudad respecto a la Bahía de Maracaibo, sus caminos y lugares aledaños
para 1827. Detalle de la ciudad y su entorno hacia 1827. Elaboración propia, 2010.42
42
Elaborado sobre la base de la carta corográfica de la Provincia de Maracaibo del Atlas Físico y Político de la
Republica de Venezuela de 1840. La ubicación de los caseríos rurales se realizó en función de lo indicado en
79
el Mapa del Estado Zulia de 1894, elaborado por el ingeniero Aurelio Beroes. La ubicación de límites urbanos,
del núcleo urbano y de los barrios aledaños se realizó sobre la base de los planos de la ciudad de 1827 y de
1883. Montaje gráfico: Br. Azarel Moreno.
80
43
Pérez Rancel (2002) estudia el contexto político y jurídico en que se producen los procesos de migración en
la naciente republica, para estudiar con detalle el caso de la Colonia Tovar, como ejemplo de colonia agrícola
derivada de la obra codazziana (pp. 225-280).
81
Para ese momento Maracaibo ya contaba con 53.49044 habitantes y había recibido
un importante contingente de extranjeros. Establece Cardozo Galué, (1998) que
―Para 1844, el número de extranjeros residenciados en la provincia de Maracaibo
ha ascendido a doscientos treinta y seis‖ (p. 13). Es un momento de florecimiento
económico en el cual el café ya había desplazado al cacao en la producción y
exportaciones de la provincia. Señala el autor que ―El muelle reconstruido hacia
1840 y los alrededores del puerto eran el centro y pulso de Maracaibo (1991, p.
144). Es el momento de la consolidación de la ciudad republicana y mercantil de
acuerdo al régimen político y económico adoptado por la elite gubernamental, pero
también marca el inicio de la preocupación por una ciudad que responda a una
modernidad racionalista, ajustada a los ideales de desarrollo provenientes del
mundo industrializado y a las aspiraciones de progreso de las elites dirigentes
locales y nacionales.
44
La cifra del año 1854 fue tomada del Archivo del Concejo Municipal de Maracaibo, Sección Expedientes
diversos. (Cardozo Galué, 1991, p. 156).
82
Sobre el plano de 1840, elaborado por Cardozo Galué (1991) es posible, luego de
trazar los límites descritos de 1855, observar lo siguiente:
El límite norte se mantiene sobre la calle del Colegio Seminario; de acuerdo a esto
la ciudad no se extendió significativamente en esa dirección norte, si se compara
con la de 1827.
45
En la revisión de los Protocolos de los Antiguos Escribanos, se detectó un documento de venta del año
1832, donde Miguel Antonio Baralt compra un hato ubicado en la costa de Chocolates, que linda por un lado
con la cañada de Ramírez, su frente a la laguna y su fondo al norte. Para que dicha propiedad tenga su frente
a la laguna y su fondo al norte debe ubicarse en los predios del área portuaria y no de Los Haticos. Por lo que
la costa de Chocolates probablemente se extendía hasta los predios del Saladillo, igualmente se conoce por
las referencias cartográficas que por estos predios desembocaba una cañada, el plano de 1883 la ubica e
indica siguiendo su desembocadura el nacimiento de la Calle Ricaurte, igualmente la indica el plano de 1889
donde se denominó Cañada Navarro. De tal interpretación puede inferirse que esta propiedad citada en los
límites de 1855 sea la referida en el documento de 1832.
83
El límite oeste que para 1827 se ubicaba sobre la calle de La Asunción para 1855
se ha desplazado hasta la Plaza de la Chiquinquirá. Según lo descrito por Cardozo
Galué, la mayoría de sus casas eran de bahareque, techadas con enea o palma
(1991, p. 153). La extensión de los límites urbanos hasta este arrabal,
probablemente obedeció al interés municipal por generar un desarrollo de
servicios de la ciudad hacia el oeste, como devela la construcción del primer
46
Las casas mercantiles, localizadas en puntos estratégicos del país, se especializaron en la exportación de
materias primas agrícolas a la vez que se encargaron de la introducción de mercancías. La rápida prosperidad
de sus negocios les permitió disponer de numerario para proporcionar anticipos y préstamos a los propietarios
de haciendas, ante la ausencia de instituciones de crédito especializadas en el ramo. Asimismo, estas
sociedades actuaron como receptoras de depósitos de dinero y efectuaron operaciones de cambio de moneda
extranjera (Banko, 2008).
84
Figura 7. Fotografía del pórtico del Cementerio de los Extranjeros. Archivo fotográfico del LHAUR.
47
Guerrero Matheus (1967) establece que se desconoce la autoría de este plano que fue editado por la
Litografía de Don Henrique Neun de Caracas, en ocasión de la celebración del Centenario del Natalicio del
Libertador (p. 187). Henrique Neun, alemán que llega a Venezuela en 1852, trabajó con Guillermo Stapler en
86
precisar que entre 1855 y 1883 la ciudad se extendió hacia el noreste con un eje
de edificaciones continuas y apareadas: La calle Nueva Venecia, prolongándose
hasta la Punta del Empedrado; estas edificaciones continuas generaron un nuevo
frente costero antecedido de un bosque de cocoteros. Igualmente puede
observarse que la estructura urbana creció de modo compacto desde la calle del
Colegio Seminario hasta el borde sur de la cañada del norte (La Cañada Nueva en
el plano de 1889). Al oeste, pueden observarse, aislados del medio urbano, los
tres cementerios existentes en la ciudad de entonces, de sur a norte, el
Cementerio de Católicos (1829), el Cementerio de Extranjeros (1834) y el Nuevo
Cementerio ―El Cuadrado‖ (1879) de carácter privado, separados de la ciudad por
la cañada del oeste (cañada Navarro en el plano de 1889).
A finales del siglo XIX en este sector de la ciudad se observa una traza de
polígonos trapezoidales irregulares organizados en torno a una cierta
direccionalidad en diagonal, que parte en ángulo desde las inmediaciones de la
ermita de Santa Ana buscando la dirección del puerto, tal como se observan hasta
el presente.
cuyo taller litografió el Plano Topográfico de la ciudad de Caracas, de 1852, levantado por Lino J. Revenga y
Gregorio Fidel Méndez. En 1856 se asocia con Federico Lessmann, esta sociedad produjo algunas de las
estampas más resaltantes del siglo XIX venezolano, así como el Plano Topográfico de la ciudad de Mérida de
1856, y las primeras cromolitografías impresas en el país. (Hernandez, 2005).
87
inmediaciones del flanco sur, en torno al área portuaria de 1827, con las
direcciones y ángulos que presenta la traza urbana del área comercial y portuaria
desarrollada hasta 1883 (Ver Figura 7).
Figura 8. Superposición de la traza urbana de 1827 sobre el Plano Topográfico de Maracaibo de 1883.
Elaboración propia, 2010.48
En todo caso se conoce que, además del plano, Codazzi proyectó una serie de
muros de defensa con un sistema de exclusas para la ciudad (Ver figura 9). En
uno de estos detalles constructivos es posible observar cómo el sistema de
defensa sirve de muro de contención a lo que parece ser un relleno en torno a la
costa.
48
Elaborado sobre la base de los planos de la ciudad de 1827 y de 1883. Montaje gráfico: Br. Azarel Moreno.
88
Figura 9. . Detalle de las fundaciones y las exclusas internas de seguridad elaborado por Agustín Codazzi
para la defensa de Maracaibo. Pérez Rancel, 2002, p. 61.
Figura 10. Página de las Memorias de Artillería, manuscritas por Agustín Codazzi. Pérez Rancel, 2002, p. 135.
90
En todo caso es una hipótesis que explica la rápida extensión de la ciudad hasta la
calle La Marina, donde se fija el límite urbano de 1855, por lo tanto a considerar en
futuros estudios urbanos de la ciudad republicana de mediados del siglo XIX. Del
91
Figura 11. Plano de la ciudad de Maracaibo de 1883. Barrios y Arrabales. Elaboración propia, 2010.49
Tal como es referido por Naguel von Jess (1987) la mayoría de los extranjeros que
desde mediados del siglo XIX llegaron a Maracaibo provenían de la región
hanseática alemana, en especial de la ciudad de Hamburgo, donde el alemán
había adquirido una mentalidad más abierta y cosmopolita, como consecuencia
del particular florecimiento comercial de la urbe y de su autonomía administrativa.
Las particulares condiciones de puerto mercantil y ―ciudad estado‖ de Hamburgo
determinaron una anticipada evolución urbana respecto al resto las ciudades
alemanas.
49
Elaborado sobre la base al Plano Topográfico de la Ciudad de Maracaibo de 1883. Montaje gráfico: Br.
Azarel Moreno.
93
En su conjunto, estos son los crecimientos que motivaron las reformas jurídico-
urbanas que permitieron la identificación y caracterización de los primeros
suburbios. Un fenómeno diferenciado de los primeros barrios y arrabales ubicados
en los aledaños de la ciudad.
94
50
Figura 12. La Ciudad Nueva de 1883. Elaboración propia, 2010.
50
Elaborado sobre la base al Plano Topográfico de la Ciudad de Maracaibo de 1883. Montaje gráfico: Br.
Azarel Moreno.
95
Para aclarar lo que se entendía por El Distrito Maracaibo a fines del siglo XIX, se
realizó una revisión del Mapa del Estado Zulia 51 de 1894 el cual permite tener una
idea precisa de sus límites y la ubicación de los caminos y caseríos contenidos en
su jurisdicción.
51
Dibujado por el ingeniero Aurelio Beroes y realizado por orden del Presidente del Estado Zulia Luis Muñoz
Tebar. Ubicado en el Instituto Geográfico de Venezuela Simón Bolívar.
98
En su conjunto estos eran los partidos rurales y los caseríos que constituían la
periferia más externa de Maracaibo (Ver Figura 13). Cabe destacar que en el
mapa se indica que Monteclaro Alto y Ancón Alto, lugares pertenecientes al
antiguo Cantón Maracaibo, para 1894 forman parte del Distrito Mara. Igualmente,
llama la atención que el camino que en 1840 conectaba el lugar de San Francisco
con Salina Rica no aparece representado en 1894.
Figura 13. Detalle del distrito Maracaibo. La ciudad y sus alrededores. Mapa del Estado Zulia de 1894.
Ubicado en el Instituto Geográfico de Venezuela Simón Bolívar. Caracas.
Es importante destacar que los límites de los cinco municipios en que se subdivide
la ciudad fueron determinados por las antiguas cañadas, algunas de ellas ahora
transformadas en calles, tal es el caso de la Cañada del Pozo del Barro (ahora
avenida Páez) que estableció el límite entre el municipio Bolívar y el municipio
Santa Bárbara; la calle ancha de 1827 originada por el curso de una cañada,
igualmente fijó el límite entre el municipio Santa Barbará y el municipio San Juan
de Dios; la Cañada Nueva, determinó el límite entre el municipio Bolívar y el
municipio Santa Lucía y la Cañada el Manglar que estipuló el límite entre el
municipio San Juan de Dios y el municipio Cristo de Aranza. Esta decisión,
tomada desde la Asamblea Legislativa del Zulia determinó, a juicio de Atencio
(2003), el crecimiento de la Maracaibo finisecular.
100
52
Dibujado por M. S. Soto en 1889. Apareció en la Revista El Zulia Ilustrado N 22, Tomo I, del 30 de
septiembre de 1890. La imagen a color reproducida en este trabajo reposa en los archivos del Instituto
Geográfico Simón Bolívar.
53
Esto se corrobora en la descripción de los inmuebles, según se desprende de la revisión de los Protocolos
ubicados en el Archivo del Registro Principal de Maracaibo. En los cuales es frecuente hallar el término ―casa
contigua paredaña‖ que se entiende como apareada o contigua con otra edificación.
101
representa una línea de tranvía que seguía por el curso de la calle Nueva Venecia
y continúa mas allá de la Punta del Empedrado (Ver Figura 14).
Una traza similar se observa en el crecimiento noroeste (actual entorno del Parque
Urdaneta) y en el crecimiento oeste, área que ocupó el desaparecido Saladillo.
Observándose una conformación urbana compacta que da continuidad a la
morfología urbana del antiguo núcleo. Comparando el crecimiento de esta última
zona con lo representado en el plano de 1883 la ciudad siguió extendiéndose
hacia la Cañada Navarro, acortando su distancia con los cementerios (Ver Figura
15).
54
Elaborado sobre la base del Plano Topográfico de la Ciudad de Maracaibo de 1889. Montaje gráfico: Br.
Azarel Moreno.
102
55
Figura 15. Sector noroeste de Maracaibo en el plano de 1889. Elaboración propia, 2010.
En contraste, el crecimiento que se ubica hacia el sur, entre el Caño del Manglar y
las inmediaciones de la Punta Santa Lucía, muestra un cambio en la morfología
urbana. Se observa una vía en cuya longitud se extiende una estructura de
parcelas ordenadas; contentivas de vegetación y edificaciones aisladas que no
seguían necesariamente un alineamiento (Ver Figura 16).
56
Figura 16. Sector Los Haticos en el plano de 1889. Elaboración propia, 2010.
Como antes se mencionó, los suburbios son áreas que jurídicamente deben
pertenecer a la ciudad, por lo que se hace necesario revisar las demarcaciones de
la ciudad finisecular. En tal sentido, el estudio de los límites de los cinco
municipios de la ciudad de 1896, realizado por Atencio (2003), revela que la
55
Idem.
56
Elaborado sobre la base del Plano Topográfico de la Ciudad de Maracaibo de 1889. Montaje gráfico: Br.
Azarel Moreno.
103
jurisdicción de los municipios se extendía más allá del poblado. Por tal razón, para
la administración de los terrenos circunscritos al distrito, la municipalidad
marabina, promulgó la Ordenanza de Terrenos Ejidos de 1897; en la cual
aparecen dos definiciones de interés, la de terrenos en poblado y terrenos fuera
de poblado, lo que permite precisar los límites urbanos de la ciudad de entonces57.
Para tener una idea gráfica de los límites de la ciudad de 1897, la base más
adecuada debería ser la del Plano de Maracaibo de 1889, sin embargo, en este
plano no se representó la ciudad en toda la extensión que se menciona en el
Artículo 23 antes citado.60 Por tal razón se elaboro un nuevo plano sobre la base
del plano de 1889 al que se adicionó la información referida al área noroeste de la
ciudad, que incluye El Empedrado y El Milagro, contenida en el Plano Topográfico
57
Art. 22. Los terrenos enajenables del Municipio se dividen en terrenos situados en poblado y terrenos fuera
de poblado. (Concejo Municipal del Distrito Maracaibo, 1952, p.81). Según se desprende del trabajo de
Quijano (2002), se entiende que lo contenido dentro de los terrenos situados en poblado era el área urbana.
58
De acuerdo a lo descrito por Arrieta (1991) la primera línea de tranvía que llegaba a El Empedrado desde
1886, se extiende un kilometro más en 1889, llevándolo hasta El Milagro, al sitio denominado La Calzada
(p.87).De acuerdo a esto el límite norte de la ciudad de 1897 debió seguir el curso de la calle Pichincha, que
justamente se empalma con Bella Vista en los predios donde se ubicaban Los Estanques del Acueducto. Todo
lo cual es coincidente con lo que es posible observar en el Plano Topográfico de Maracaibo de 1915.
59
Los ―Estanques del la Proveedora de Agua‖ se ubicaron en Los Tres Pesos según se establece en el Plano
de la Carretera rehabilitación de 1917 y en el artículo sobre esta compañía anónima publicado en la Revista
Elite de 1927.
60
Es importante destacar que los límites jurídicos de la ciudad siempre hacen referencias a elementos
urbanos que no se indican en los planos fechados cercanamente a los mismos. Por tal razón, se debe recurrir
a planos posteriores para localizar los hitos urbanos que permitan trazar los límites que se describen en los
documentos jurídicos.
104
Del análisis de este conjunto de planos puede establecerse que en los alrededores
de la ciudad y fuera de sus límites existían los siguientes arrabales periféricos: La
Hoyada y Bella Vista conectados a la ciudad por el ferrocarril y el lugar de Juana
de Ávila que se comunicaba a la ciudad a través del antiguo camino del oeste y en
cuyo entorno se fueron asentado los cementerios del siglo XIX.
Dentro de los límites del poblado se ubican los poblados El Milagro, al norte y Los
Haticos, al sur, por lo tanto, estos lugares jurídicamente son áreas residenciales
que forman parte de la ciudad. Desde el punto de vista geográfico, estos lugares
se desarrollaron a lo largo de la costa, por lo tanto, crecieron siguiendo un patrón
de organización axial.
61
Este plano elaborado por el Ingeniero Aurelio Beroes en 1915, es una fuente cartográfica inédita en la
historiografía urbana de la ciudad. El plano ubicado en la Sección Mapoteca de la Biblioteca Nacional, fue
publicado en la Revista Actualidades, sobre esta publicación no fue posible precisar datos editoriales de esta
revista.
105
Figura 17. Límites de la ciudad de Maracaibo para 1897. Elaboración propia, 2010.62
62
Elaborado sobre el Plano de Maracaibo de 1899 al que se adicionó la información referida al área noroeste
de la ciudad, que incluye El Empedrado y el Milagro, contenida en el Plano Topográfico de la ciudad de 1915.
Montaje gráfico: Br. Azarel Moreno.
63
Actualmente, esta área se ubica entre la Calle Belén y la Calle Pichincha. Sector de la Plaza Ana María
Campos y de la antigua Cervecería Zulia.
106
La visión estadigrafica así también lo señalan; Arocha (1949) describe Los Haticos
como un caserío de 1.326 vecinos, con 241 casas, ―entre ellas se encuentran dos
de dos pisos, una de mampostería y las demás son de bahareque. Hay una capilla
construida a su costa por el señor José Díaz. Este caserío está situado en la
parroquia Cristo de Aranza, puede decirse que es continuación de la ciudad de
Maracaibo‖ (Negrillas propias. p. 63). Esta última aclaratoria sólo la realiza este
autor para Los Haticos; cuando se refiere a El Milagro, lo describe como un
vecindario de 534 vecinos, con 98 casas, situado en territorio de la parroquia
Santa Lucía del Distrito Maracaibo (p. 112). Estos datos indican que este último
vecindario contenía sólo un 40% de la población y de las edificaciones ubicadas
en Los Haticos. Asimismo, las fuentes indican que para la época en este caserío
predominaba el asentamiento de pescadores.
64
Ver artículo de Petit, N., Pineda, E. y Quijano, E. (2007), La Maracaibo hispana. Fundación y expansión de
una ciudad-puerto Venezuela, siglos XVI-XVIII.
107
Precisada estas acotaciones que facilitan la ubicación geografía del lugar de Los
Haticos y los caseríos cercanos, se procede a esclarecer algunos aspectos
65 Elaborado sobre la base cartográfica del esquema denominado: Maracaibo y sus alrededores, contenido
como referencia de ubicación en Plano Topográfico de Maracaibo de 1915. Montaje gráfico: Br. Paola de la
Hoz.
108
66
El termino hato y hatillo, según se desprende de la revisión de los Protocolos ubicados en el Archivo del
Registro Principal de Maracaibo, se usaron en el medio marabino, para designar las pequeñas unidades
rurales de producción ubicadas hacia el norte de la antigua Provincia de Maracaibo, contentivas por lo general
de huertos de frutales, corrales de aves y ganado porcino y/o caprino en los que solía existir una casa de
resguardo, denominada ―casa de hato‖.
109
Los accidentados y áridos cerros que limitaban el oeste de Los Haticos, a pesar de
no ser de gran altura, definían una especie de anfiteatro natural abierto a un
bosque de cocoteros y a la bahía de Maracaibo. Este medio geográfico, aun
cuando similar al de la costa lacustre del norte, respecto a esta última presenta
una importante diferencia de carácter geoestratégico, el control visual del centro
neurálgico de la ciudad, su puerto. A cuyo resguardo estaban directamente
vinculados los intereses de los comerciantes, principales huéspedes del lugar. El
viajero francés Francisco Depons, quien visitó Maracaibo alrededor de los años
1799-1800, señaló respecto a Los Haticos:
67
La Parroquia Cristo de Aranza del distrito Maracaibo; la integran en ese momento los vecindarios Arreaga,
Haticos, San Juan, Oeste, Ranchería, Santa Lucía y Sudoeste; contenidos en los partidos Chocolate y
Cañada (Arocha, 1949, p. 34).
110
De la otra parte de la ciudad se goza de otra vista más bella todavía, sobre el
pequeño golfo que sirve de puerto. Los buques que allí se ven anclados, los
botes que atraviesan en todas direcciones, la orilla opuesta sembrada de
grandes cocales a cuya sombra hay multitud de casitas de recreo, lindas y
bien distribuidas, una colina pedregosa con algunas plantas de cactus
elevados que se descubren sobre el fondo de un cielo puro y sereno; lo
iluminado de la parte superior de esta escena, y lo sombrío de la inferior que
está al nivel del agua, forman una oposición hermosa y pintoresca (1960, p.
467).
De ambas descripciones puede inferirse que desde inicios del siglo XIX Los
Haticos era un vecindario consolidado con casas de campo, según la mirada de
los visitantes extranjeros. Igualmente, permite deducir que la geografía del lugar
era percibida como la de un anfiteatro natural que permitía una relación visual
privilegiada entre ambas costas de la bahía de Maracaibo, lo que apoya la
hipótesis mencionada de una ubicación geoestratégica que privilegió su
poblamiento, en el sentido de permitir el control visual del área portuaria y al
tiempo un cierto carácter de aislamiento o de retiro, muy cercano a la ciudad (Ver
Figura 18). Esta característica fue probablemente la causa que favoreció el
asentamiento de las casas de campo de los comerciantes peninsulares y criollos
que dominaron el comercio marabino desde inicios del siglo XVIII. La descripción
de Francisco Depons y la de Codazzi también dejan ver que desde muy temprano
era un lugar de paseo aislado de la ciudad y no un lugar de producción.
68
. El Diccionario de Arquitectura Civil indica que se entiende por avenida ―Lo que encamina a algún edificio o
población, a corta distancia‖ (Bails, 1802, p. s/p).
111
Figura 19. Fotografía que muestra una vista del puerto de Maracaibo desde Los Haticos. El Cojo Ilustrado,
1889, p. 432.
En relación al carácter que sustenta la base económica y funcional del lugar, Cunill
Grau (1987), establece que las actividades de pesca y de explotación de cocos
fueron la base del poblamiento de la costa de la ciudad de Maracaibo entre 1830 y
1900. Diversas fuentes corroboran esto para el eje lacustre del norte donde los
caseríos del Empedrado, El Milagro, Cotorrera y Santa Rosa son vinculados a
estas actividades. Sin embargo, en el caso de Los Haticos, no resulta tan franca la
vinculación de su poblamiento y crecimiento con estas actividades económicas.
medio urbano, a pesar de contener una traza y una forma de ocupación del suelo
(edificios aislados) diferente al observado en el resto de la ciudad.
Hacia mediados del siglo XIX Los Haticos estaba ocupado mayoritariamente por
alemanes y se había consolidado como lugar de recreo ―…terminados los oficios
diarios, se limitan a reuniones en el club o una cabalgata a Los Haticos, quintas de
extranjeros, sobre todo de alemanes, situadas cerca del lago y que forman un
pequeño pueblo. Esos haticos están a una hora más o menos de la ciudad‖
(Appun, 1961, p. 305).
Por su parte el relato de Anton Goering, que visita la ciudad hacia el último cuarto
del ochocientos, refiere el lugar como la principal distracción de los habitantes.
(…) son los haticos ó quintas de recreo, que los maracaiberos de buena gana
rodearían de jardines y flores, si el suelo arenoso lo permitiera. Estos haticos
están en frente de la ciudad, en medio de un bosquecillo de cocoteros,
también á orillas del lago, con gran número de casas de baño unidas á la
tierra firme por puentes bastantes largos. (…) Muchas lanchas y botes
entretienen también la comunicación por el lago entre la ciudad y los haticos,
durando la travesía de diez á quince minutos (El Zulia Ilustrado, t. 1, 1889, p.
87).
69
Viajero alemán que visita Curazao y Maracaibo en 1857.
113
Lo que permite establecer que el vecindario Los Haticos fue el primer sector de
expansión residencial de la ciudad diferenciado, en cuanto a estructura parcelaria,
forma de emplazamiento de las edificaciones y una tipología residencial particular:
la casa de campo. Como resultado de una ubicación que favorecía el contacto
visual de sus residentes con el puerto citadino, así como por su fácil comunicación
lacustre con la ciudad. Lo cual privilegió, desde inicios del siglo XIX, su desarrollo
como estancia campestre de comerciantes españoles y criollos; más tarde, desde
mediados del ochocientos, se caracterizó como lugar de recreo de extranjeros,
mayoritariamente alemanes.
Finalmente, durante las dos últimas décadas de ese siglo comenzó a adquirir su
condición de suburbio de residencias permanentes. Un argumento a favor de esta
aseveración se desprende del relato del cónsul Plumacher70 (2003), donde, refiere
la siguiente descripción fechada hacia el año 1878.
70
Cónsul de los Estados Unidos de América en Maracaibo entre 1878 y 1910. En sus memorias describe su
permanencia en Maracaibo entre 1878 y 1890.
114
Las vivencias de los extranjeros en sus ciudades de origen, sin duda están
asociadas a los procesos que giran en torno a la transformación del hábitat de la
ciudad industrial europea.
Tal como expresan Enge y Schröer (1992), el sueño del campo existe desde que
existen las ciudades, y desde la antigüedad es una constante en la cultura
occidental. En la cultura europea se gestó la tradición de ir al campo durante el
verano para hacer realidad los sueños de una ―naturaleza libre‖ frente a la
condición de la vida urbana. Este sueño por la vida del campo se acrecentó bajo
las presiones de la metrópoli industrial del siglo XIX, y lo que antes fue un
privilegio de la nobleza, se hizo cada vez más alcanzable para la burguesía. De
este proceso derivó tanto su connotación moderna como el hecho de que la
burguesía, como clase social protagonista de la modernización, lo fue también de
la vida extraurbana (p. 24).
Figura 20. Fotografía de los baños de mar en Estocolmo. El Cojo Ilustrado 1901, p. 461.
Igualmente es oportuno señalar la mención realizada por Sicca (1981) sobre los
lugares del tiempo libre y tiempo lúdico que aparecen en la Europa de inicios del
siglo XIX amparados, a juicio de este autor en:
115
Por su parte Lewis Mumford (1957), quien legó muchísimas apreciaciones básicas
acerca de los cambios que acompañan al desarrollo de la ciudad moderna tanto
en Europa como en los Estados Unidos, señala que durante este período el
impulso de huida del medio urbano, aunque no curaba las enfermedades debidas
al industrialismo, tomó formas especiales expresadas en ciudades de recreo o
veraneo que momentáneamente neutralizaban las obligaciones de la rutina diaria
así como sus humillaciones.
Bajo mi dirección personal construí una linda casa de campo 71 de estilo suizo,
con las casas de baño necesarias y una gran cisterna de mampostería para la
recolección y el almacenaje de aguas de lluvia. Cuando todo estuvo
terminado, dejé mi residencia en la ciudad y me mudé‖ (p. 188). Entre las
referencias realizadas al estilo de la casa expone ―Estaba muy orgulloso de mi
chalet suizo y tenía la intención de acabar los techos con la buena madera
que había tenido la suerte de conseguir (p. 192).
En relación a los motivos que mueven a los extranjeros a ocupar las afueras,
Gross (1989) relata: ―Hemos encontrado la tan ansiada casa de campo.
Realmente nos era muy necesaria, ya que nuestra querida Mulle74 constantemente
es motivo de preocupación para nosotros. Decididamente no soporta el clima‖ (p.
71
En su manuscrito emplea el término ―cottage‖, de uso generalizado en el mundo anglosajón, el cual es
equivalente a chalet o casa de campo.
72
Vida Alemana en la Lejanía. Es una obra que recopila las cartas de Elizabeth Gross, cronista de la vida
cotidiana alrededor de la casa Blohm de Maracaibo entre 1883 y 1896.
73
Este caserío según lo describe Arocha (1949) en 1894 cuenta con 331 vecinos y 39 casas de bahareques,
de las cuales 9 son de teja.
74
Mille es el apodo dado a Elisabeth, la cuarta hija del matrimonio Gross nacida el 25 de julio de 1890.
117
75
154). Esto es una constante en el relato de los alemanes, Firnhaber (1972)
menciona "Tuve hoy la suerte de conseguir un ofrecimiento en un poblado casi
desconocido que se llama Maracaibo, de mala fama por su clima caliente y
peligroso para nosotros los europeos, por la fiebre amarilla que allí abunda" (p.
21).
Igualmente existía una clara conciencia en los extranjeros de las dificultades que
la administración pública tenía para dotar al núcleo urbano de adecuados
servicios76, sobre todo de agua potable y aseo urbano, lo que sin duda incidía en
la proliferación de las enfermedades. Señala Bermúdez (2001) ―Otra causa de la
75
En 1902 Otto Firnhaber, quien había nacido en Vogelsang- Alemania, viaja a Maracaibo contratado como
comerciante de la firma Steinvorth & Cia que tenía su casa matriz en Hamburgo.
76
Es importante precisar que el período 1870-1889, es el lapso donde Guzmán Blanco mantiene el control
político del país. Durante su gestión el Zulia fue desfavorecido por parte de la administración pública nacional.
118
da cuenta, que si se contaba con los recursos, era posible solucionar este
problema de modo ―privado‖ y por iniciativa ―individual‖ de cada familia.
Figura 22. Aviso de molino de viento, marca Figura 23. Aviso de molino de viento, marca
―Aermotor‖ El Avisador, 10 de mayo de 1889. p. 1. ―Manvel‖. El Avisador, 10 de mayo de 1889. p. 5.
77
Aunque el termino original Conurbación Urbana fue acuñado por Patrick Geddes en 1915 para referirse a
las ciudades-región que se integraron de diversos núcleos urbanos vecinos que antes fueron independientes,
para constituir una nueva unidad funcional urbana (Camacho, 2001, p.198). Acá se aplica si se quiere
extemporáneamente y en otra escala, nos permitimos emplearlo en una realidad previa pero equivalente en
tanto antecedente a una escala menor; en este caso, la de los antiguos caseríos independientes que integran
a partir de un determinado momento un nuevo sector, en este caso suburbano.
120
Según lo antes descrito puede establecerse que para 1897 Los Haticos constituye
un área de crecimiento residencial que se sirven de la ciudad como lugar de
trabajo y de abastecimiento. De esto se deriva un nuevo elemento de análisis, el
modo en que ambos escenarios se conectaban por vía lacustre, a través de ―vapor
privado‖78. Lo cual permite inferir que, a través del acceso a la tecnología producto
del desarrollo del maquinismo industrial decimonónico, se hace posible el
desarrollo de esta dinámica cotidiana; a esto se suma la llegada de los molinos de
viento que permiten la extracción de agua. Igualmente el vecindario por haberse
desarrollado frente al puerto, estaba muy cerca de la sede de la empresa eléctrica
local, señala Bermúdez (2001) que a la Maracaibo Electric Light Company la
municipalidad le cedió un terreno a orillas del lago en 1889; el edificio se ubico
frente a la bahía entre el puerto y la Cañada del Manglar, según se desprende de
lo indicado en el Plano Topográfico de Maracaibo de 1889. Por lo tanto el
vecindario debió recibir el servicio mucho más rápido que El Milagro.
Es lógico suponer que los comerciantes extranjeros, como elite comercial con
experiencias cívicas vinculadas a los modernos desarrollos urbanos europeos,
fueran los primeros en querer acceder a la nueva tecnología y de materializar en
base a sus experiencias y posibilidades locales las nuevas formas de vida urbana.
Desde 1880 este vecindario presentó una morfología urbana conformada por
parcelas delimitadas por rústicas cercas bajas y con casas de campo aisladas
rodeadas de jardines (Ver Figura 24). Organizadas en torno a una vía que las
conecta, a través de un precario sistema de transporte público, a un medio urbano
diferenciado morfológicamente por sus edificios compactos, apareados y
alineados a la calle. Sin embargo, sólo desde 1897, al momento de ser
incorporado como un área que pertenece a la jurisdicción del poblado marabino,
78
Se entiende por esto una embarcación movida por máquina de vapor. El diario El Avisador del 23 de enero
de 1894 publicó un aviso de ―J.M. Olivares é Hijo‖, donde se ofrece el servicio de reparación de los
―buquecitos‖ de vapor.
121
Figura 24. Fotografía del ―Camino rural‖ en Los Haticos hacia la década de 1880. Irragorri, 2007, p. 67.
79
El término ghetto como designación del barrio habitado por judíos nacería en Venecia en 1516 y se
aplicaría a las sucesivas reclusiones forzadas de judíos que en el fragor de la Contrarreforma se practicaron
en varias ciudades italianas: Roma (1555), Florencia (1570), Padua (1603).
80
Según lo establecido por Tinoco (2007) en Venezuela es posible reconocer un pensamiento prepositivista
con la industrialización como centro de la idea de progreso. Igualmente señala que en este pensamiento
prepositista, según se desprende de la obra de Cecilio Acosta y Rafael M. Baralt, se observa una influencia
del determinismo geográfico y racial como causas del atraso del país (pp.88-99).
123
Así queda reflejado en una carta de Eva Teresa Iniciarte Ochoa, fechada de 1895;
en ella dice lo siguiente: "He quedado impresionada con el alboroto que hacen
estos alemanes, me gusta mucho lo que ellos acostumbran (…) dentro del mismo
salón de la casa meten un pino y lo alumbran con cientos de velas (…) he
quedado tan animada que ya convencimos a papá de que mande a traer un pino
para nosotros‖82 (citada por Wilhelm, 1977, p. s/p).
81
En tanto clase media acomodada y opulenta contrapuesta a un proletariado local.
82
Carta de Eva Wilhem a Wilhem Wissmann.
124
Esto indica que, a diferencia de otros lugares del país, la presencia alemana no
significó un grupo de presión para los locales, fueron vistos como nuevos actores
que simplemente mostraban nuevas posibilidades de convivencia. Si se considera
que el elemento local no se problematizó grandemente con las particulares
costumbres alemanas, puede pensarse que en general se produjo una reacción de
afinidad entre este y los extranjeros, permitiendo que muchas de esas
particularidades comenzaran a calar en los gustos locales.
La realidad era dual, por una parte estaba el nativo tratando de entender ese
proceso de asentamiento aislado y poco gregario de los alemanes que, aunque no
logró germanizar la conciencia social local, la hizo susceptible a los cambios;
mientras que por otra parte, estaba el extranjero intentando adaptarse al espacio y
no a la sociedad. Fundado en este segundo aspecto de esta realidad dual, es que
puede explicarse la auto-segregación de este grupo.
83
Viajero húngaro que visita Venezuela hacia mediados del siglo XIX.
125
A la cultura del gueto se suma otra tradición cultural urbana europea: las ciudades
de recreo separadas y diferenciadas de la ciudad de trabajo. De algún modo, este
primer suburbio maracaibero cumple un doble rol; es el vecindario ajardinado y
aislado donde reside la elite comercial extrajera y al mismo tiempo se comporta
como lugar del tiempo libre, del ocio y la diversión de esta misma elite y sus
huéspedes. En esta doble función es determinante el carácter geoestratégico de la
ciudad de Maracaibo en la Provincia, lo que desde muy temprano le generó el
dominio del lago y en consecuencia del control económico de la producción de su
cuenca. A esta visión, reconocida por los antiguos pobladores desde el período
hispano, se le suma desde mediados del siglo XIX una nueva mirada proveniente
del inmigrante extranjero que reconoce y explota el potencial recreativo que este
mismo carácter lacustre le otorga a la ya antigua ciudad-puerto.
Figura 25. Fotografía del camino de Los Haticos hacia 1892. El Cojo Ilustrado, 1892, p. 225.
Este contraste del espacio urbano público, entre los dos Haticos, se acentúa aun
más en el ámbito privado. Es allí donde se devela una actitud práctica, funcional y
opulenta vinculada a la sensibilidad modernista. Son lotes contentivos de grandes
casas de campo, que resultan de la adaptación del antiguo modelo hispano del
hato y de la introducción de nuevos elementos arquitectónicos de orden
morfológico asociados a la cultura arquitectónica del bungaló derivado de las
experiencias mercantiles transnacionales de las naciones europeas y de
norteamerica. Estas casas se acompañaron de importantes artilugios modernos
como los molinos de viento, tanto en tierra, para la succión de los pozos
artesianos de agua potable como en el lago para la extracción del agua necesaria
para el uso en el aseo personal y doméstico. Sobre el lindero costero de estas
127
Figura 26. Fotografía del muelle y casa de baño en Los Haticos. Benet, 1929, p. 65.
Figura 27. Fotografía del bote de la familia von Jess. Gross, 1989, p. 155.
84
Gustav Zingg es un hamburgués que llega a Maracaibo en 1907 como viajero-comerciante de la firma
Chistern & Cia.
130
85
Gross (1989) relata que en 1891 localizan, para comprar, una propiedad fuera de la ciudad en La
Ranchería. ―Nosotros compramos un lote de terreno de unos 200 metros de largo por otros tanto de ancho,
con una espantosa casa encima‖ (p.154). Este fragmento brinda un elemento que es de interés para lo que
acá se argumenta, la superposición de las adecuaciones constructivas introducidas por los extranjeros, sobre
la tradición constructiva hispana.
131
Esta casa por lo general presenta una composición compleja de varios volúmenes
aislados o pabellones86, vinculados a través de corredores techados, de lo cual se
infiere un carácter de crecimiento progresivo. Pirela (2001) establece que el
pabellón es una forma geométrica simple de uso universal en la producción de
vivienda. ―Consiste en un sólido generalmente rectangular al que se le sobrepone
un prisma a modo de cubierta, formando una unidad de techo y paredes.
Volúmenes así construidos pueden adicionarse por simple acoplamiento de
acuerdo con las necesidades de crecimiento de la vivienda‖ (p. 22).
86
Según Serge Durand este modo pabellón fue muy desarrollado al sur de los Estados Unidos y en Barbados,
le llamaban ―chattel house”, muy peculiar en las colonias inglesas.
87
Este término se emplea en las fotografías de la colección Gross para denominar las terrazas externas
construidas de madera en su casa; en arquitectura se emplea para designar las galería o porche alargado
unido a la pared de un edificio.
132
Figura 28. Fotografía de la vista general de la casa de campo de la familia Gross hacia 1893. En la fotografía
es posible apreciar la composición atomizada de los pabellones. Gross, 1989, p. s/p.
Figura 29. Fotografía de kiosco y paneles de romanillas en la casa de la familia Gross hacia 1893. Gross,
1989, p. s/p.
Figura 30 Fotografía de Villa Asunción en Los Haticos en 1880. Detalle de porche decorado con tabiquería de
madera calada de estilo gigerbread. Irragorri, 2007, p. 56.
133
Figura 31 Fotografía de la parte alta de Los Haticos, al fondo del templo puede observarse la persistencia del
modelo del hato hispano. Revista Elite, 1927.
Figura 32. Fotografía de una regata en el Lago realizada por la ―Sociedad Sport de Damas‖. El Cojo Ilustrado,
1902, p. 165.
Igualmente señala que a finales de siglo, el particular gusto de Guzmán Blanco por
el mar y los baños termales que visitó con frecuencia en Europa, fue determinante
en la planificación y construcción de balnearios para los caraqueños. La voluntad
del gobernante y el acceso rápido al litoral central que permitió el ferrocarril,
136
La capital venezolana tendría que esperar la llegada del siglo XX y la irrupción del
automóvil para desarrollar El Paraíso como suburbio88. Señala Silva (2000) que la
acción de Guzmán en Antímano convierte el lugar en el mejor para las estadías
campestres de la sociedad capitalina y no será hasta finales de siglo XIX que se
comenzaría el proceso de urbanización de la hacienda de los Echezuría en
Caracas, momento a partir del cual recibe el nombre de El Paraíso, lugar que se
convierte, entrado el siglo XX, en un conjunto de quintas construidas por las
familias más prósperas de la ciudad. Con la llegada del nuevo siglo comienzan a
cobrar auge otros lugares de veraneo como Valle Abajo, Las Delicias en Sabana
Grande y Los Chorros.
88
Aún cuando desde 1881, las compañías de tranvías comienzan la promoción de la ―Ciudad Nueva‖ al sur de
la existente, en la margen derecha del rio Guaire. Para fines de siglo y en las dos primeras décadas del
siguiente se desarrollará esta urbanización El Paraíso (…) En ella aparecerá la tipología residencial de la
casa-quinta, aislada con amplios jardines (Vila, 1995, p. 62).
137
Mobilia (2005) establece que Los Chorros a lo largo de la historia fue visto como
un paraje en el cual temperar, era el Macuto de montaña, tanto por su estilo
arquitectónico como por su propósito urbano, donde el confort de sus instalaciones
se conjugaba con el atractivo de las caídas de agua. Antes de que los productos
tangibles de la revolución industrial se hicieran sentir en nuestro país, la gente se
movilizaba hacia Los Chorros mediante tracción animal, el viaje podía tomar casi
medio día; fue apenas en 1912, cuando se instaló el ferrocarril, que acortó la
duración del viaje a una hora.
Figura 33. Referencias geográficas (puntas y ensenadas) de la costa norte de Maracaibo..Elaboración propia,
89
2010.
89
Elaborado sobre la base cartográfica del esquema denominado: Maracaibo y sus alrededores, contenido
como referencia de ubicación en Plano Topográfico de Maracaibo de 1915. Montaje gráfico: Br. Paola de la
Hoz.
139
90
Según lo referido por Arocha (1949), Cunill Grau (1987) y El Cuadro de la Riqueza del Territorio del Distrito
Maracaibo de 1872, recopilado por Besson. (1973).
140
Sin embargo, Plumacher (2003) visualizó las ventajas ambientales y logísticas del
lugar situado más allá de la Punta del Empedrado, donde se ubicaba una colina de
sesenta pies de altura que aislaba la ensenada del empobrecido arrabal. Se
impresionó por ―su aspecto privado y su quietud a pesar de estar tan cerca de la
ciudad‖ (p. 185); ésta ensenada, a juicio del norteamericano, recibía mejor las
brisas del noreste por lo que era un lugar más fresco y saludable que Los Haticos.
Uno tras otro compró tierra y construyó su casa; hasta los doctores
comenzaron a enviar a sus enfermos a convalecer allí, y poco a poco, tanto El
Empedrado como El Milagro comenzaron a llenarse de las residencia de las
mejores clases91 que encontraban un aire más puro y más fresco que en Los
Haticos, junto con inmunidad contra las enfermedades. Se estableció una
línea de tranvías92 que al principio iba desde el centro de la ciudad hasta la
punta del Empedrado, pasando por mi portón, luego se prolongó y llegó al
lidero norte del Milagro (Plumacher, 2003, p. 188).
En torno a las causas que motivaron el traslado del cónsul a los aledaños del norte
de la ciudad, argumenta las siguientes razones:
91
La revisión de los Protocolos del Registro Principal de Maracaibo revela un importante movimiento de
ventas de ―casas de campo‖ entre los años 1900 y 1905, por parte de familias de apellidos criollos.
92
Señala Besson (1973) que para 1886 se inaugura la segunda sección del tranvía de tracción animal que
servía con dos carros y 18 bestias el tramo entre la Plaza Baralt y El Empedrado. (p. 557)
141
noreste, se sentían por encima del muro los olores más nauseabundos porque
los vecinos no tenían letrinas. Cuando el viento venía del sur, ocurría lo
mismo, y de ese lado estaba situado mi comedor; así que, no obstante la
elegancia y conveniencia de la casa, no podía aguantar mucho más una
situación que un nativo del país escasamente hubiera notado, o
filosóficamente, lo hubiera considerado como algo normal. Finalmente, viendo
que el Departamento de Estado no tenía ninguna intención de transferirme a
otro cargo, y estando disgustado por la falta de higiene de la ciudad, decidí
comprar un sitio en las afueras (Plumacher, 2003, pp. 184 y 185).
93
Es oportuno resaltar que desde mediados del siglo XIX se puede documentar la situación de precariedad
del medio urbano. Cardozo Galué (1991) refiere una realidad urbana determinada por polvorientas calles de
arena o lodazales cuando llovía, en las cuales se arrojaban basura y animales muertos, que generan malos
olores. A esto se añadía un importante número de viviendas ruinosa dentro del perímetro urbano. Todo lo cual
era causa de enfermedades. A esta realidad se añadía la falta de servicios de agua potable y de iluminación.
Características observadas y criticadas por el elemento extranjero (pp.161-167).
94
Tanto Cardozo Galué (1991) como Bermúdez (2001) refieren las críticas de los extranjeros a la ciudad. Pero
igualmente señalan las reacciones contestatarias de los locales tanto a la afectación del idioma heredado de
Castilla como a la imposición cultural por codicia nacional de otros pueblos. Sobre todo en lo referente a
modales y a las modas del vestir que generaban más calor.
95
Plumacher compra un terreno al Consejo Municipal ubicado en la parroquia Santa Lucía el 27 de setiembre
de 1897. Registro Principal de Maracaibo. Distrito Maracaibo, ano 1897, tomo 1 y 2, protocolo primero, tercer
trimestre, N° 196, folios 153 al 155.
96
En los documentos de compra-venta revisados hasta 1915 no se refieren casas con canchas, atracaderos y
casas de baño.
142
los descritos en las casas de campo de Los Haticos para ese mismo momento
(Ver Figura 34-35).
Figura 34. Fotografía aérea del suburbio El Milagro a hacia 1900. Cojo Ilustrado, 1900, p. 198.
Figura 35. Fotografía de la costa de El Milagro hacia 1893. El Cojo Ilustrado, 1893, p. 389.
En todo caso, el suburbio seguiría creciendo con estas casas de campo hacia el
norte, llegando hasta el lugar donde actualmente se intercepta con la Punta de
Agua Dulce. Este lugar junto a Los Haticos -por su ubicación privilegiada junto al
lago- serían los asentamientos predilectos de los extranjeros alemanes residentes
143
en la ciudad, durante las dos primeras décadas del siglo XX. Sin embargo, es
importante dejar asentado que el nuevo suburbio del norte de Maracaibo se
consolidó en el siglo XX, siendo hacia la década de 1920 cuando se observa en el
lugar un paisaje urbano que desde el punto de vista morfológico y funcional se
acerca al de Los Haticos del último cuarto del siglo XIX (Ver Figura 36).
Figura 36. Fotografía del suburbio El Milagro a hacia 1920. Villasmil, 1920, Foto 23.
144
97
El antiguo caserío fue incorporado a los límites de la ciudad desde 1908.
145
Otto Gerstl (1977) que llegó a la ciudad en 1917, describe el ―barrio El Milagro‖
como un lugar de casas en la orilla; cada una con un pintoresco muellecito y una
casa de baño. Igualmente señala que en el sector se asentaba la fábrica de jabón
y velas de la Casa Boulton, lugar donde se residenció a su llegada a la ciudad.
Sobre el inmueble describe: ―La casa era bastante ventilada y tenía por delante
una especie de jardín, formado principalmente por palmas‖ (p. 22). Lo que indica
que El Milagro, a diferencia de Los Haticos, no sólo fue un asiento residencial.
Las acuarelas y fotografías del Hato Hamburgo de los Bornhorst, así como el
relato de Gerstl, permiten inferir que hacia el borde costero del suburbio, las casas
de campo mantuvieron un carácter compositivo similar al de las ubicadas en Los
Haticos.
Figura 38. Fotografía del interior del Hato Hamburgo donde es posible observar los paneles de romanillas.
Bornhorst, 1993, p. 34.
147
Figura 39. Fotografía del muelle y casa de baño de la casa Larsen. Colección Fototeca Arturo Lares Baralt.
AHEZ.
Figura 40. Fotografía del patio de la casa Larsen. Colección Fototeca Arturo Lares Baralt. AHEZ.
Figura 41. Fotografía del tranvía eléctrico de El Milagro para la década de 1920. Colección Fototeca Arturo
Lares Baralt. AHEZ.
Sobre El Milagro, tal como relata Gerstl (1977) para 1925 se distinguía en su
poblamiento una estratificación de clases sociales; hacia el borde costero se
asentaron las elites, era el lado elegante del suburbio (Ver Figura 42); hacia el
oeste, fue asentamiento de trabajadores y dependientes perteneciente a las
emergentes clases medias de trabajadores y obreros petroleros(p. 156); lo que da
cuenta de la mezcla de clases en el vecindario.
Figura 42. Fotografía aérea del suburbio El Milagro a hacia 1929. Benet, 1929, p. 98.
149
98
Un artículo publicado en la revista Elite en 1927 denominado La acreditada y útil Compañía Proveedora de
Agua de Maracaibo revela que el suministro de agua nunca alimento los suburbios costeros, en concordancia
con lo expuesto por cronistas y viajeros. ―Esta excelente, agua es impulsada a los estanques por medio de
una poderosa bomba eléctrica y otra muy eficaz de vapor, desde todo el centro del Lago, donde lo fuerte de la
corriente permite Tomarla limpia y saludable, hasta una distancia de 1.500 metros. i a una altura de 40 metros,
es decir, a los espaciosos y bien cuidados estanques generales. De allí el agua es llevada a las casas
urbanas por eficiente red de tuberías. En Maracaibo se emplea el agua de la Proveedora para los servicios de
baños, cloacas, riegos, etc‖ (Negrillas propias).
99
Rivas (1982) establece las mayores causas de mortalidad para 1909. Indica 138 víctimas de tuberculosis de
los pulmones, 112 de Disentería y 54 de fiebre intermitente, entre otros padecimientos de menor incidencia en
la mortalidad.
100
El libro América del profesor Wilhelm Siever, editado varias veces en Leipzig hasta 1894, dedica un párrafo
a Maracaibo en el cual se hace mención de la fiebre amarilla como la enfermedad endémica más peligrosa del
lugar, causada por los detritos arrojados a las orillas de la bahía (Naguel von Jess, 1987, p. 35).
150
Desde mediados del siglo XIX y hasta 1897 se gestó lo que se puede considerar el
primer suburbio de la ciudad. Un período de casi 50 años determinado por el auge
de una economía mercantil de importación y exportación de una producción
agrícola extraída de la región marabina, con el café andino como el principal
producto de importación, cuya comercialización en los mercados internacionales
fue dominada por el elemento extranjero alemán.
101
Esta tendencia a la separación o fragmentación, que la cultura urbana europea implementada desde El
Renacimiento con los guetos, se entrelazó óptimamente con el desarrollo del capitalismo que vivió su gran
explosión con el advenimiento de la revolución industrial. Cada vez más extensas, con cada vez mayor
cantidad de población, las ciudades crecieron con ella al lograr acoger a todos los sectores sociales que la
nueva dinámica económica iba generando, a la vez que dejaban espacio para que las diversas nuevas
actividades que iban surgiendo se consolidaran en su interior. Y si la fragmentación y especialización de
actividades era una de los rasgos clave para el desarrollo económico capitalista, su representación en el
espacio urbano no tardó en consolidarse. Durante muchos años las labores económicas en el interior de las
ciudades habían permanecido amarradas a sectores y dinámicas más bien domésticas, en forma de
pequeños talleres en los mismos hogares de los artesanos que ofrecían así su producción desde sus mismas
ventanas. Pero ahora, el cambio de escala implicaba que había que crear nuevas formas y nuevos escenarios
para el buen desenvolvimiento de aquellos ámbitos de la producción y la venta (Herrera, 2005).
152
Por esto el proceso que da origen al desarrollo de Los Haticos, como primer
suburbio marabino y hasta donde se pudo alcanzar a conocer, de Venezuela,
coincide con lo propuesto por Mumford (1957) cuando plantea que "el anhelo de
vivir en los suburbios quizá tuvo su origen directo en los lugares de veraneo" (p.
269), en los que los miembros de la burguesía podían olvidar temporalmente la
aglomeración e insalubridad de las ciudades. En este caso fue el elemento
extranjero, a partir de su experiencia cívica europea, las posibilidades privilegiadas
del paisaje natural marabino y la viabilidad que le otorgaban sus mayores recursos
económicos -vinculados al respaldo de las Casas Comerciales- los tres elementos
que permitieron materializar un temprano ensayo de vida suburbana local.
153
Desde el punto de vista del transporte, es importante señalar que estos ejes se
desarrollaron en función de dos modalidades diferentes relacionadas al estatus
económico de sus pobladores: la elite comercial y sus asociados se
proporcionaron un sistema de pequeños remeros y vaporcitos privados, mientras
154
que, los residentes asentados al pie de las colina y los del empobrecido arrabal
ubicado al poniente se sirvieron del precario tranvía de uso público.
Por último, en relación al propósito de generar una clasificación propia para los
primeros suburbios de la ciudad, podría establecerse, que Los Haticos y El Milagro
son los primeros suburbios decimonónicos cuyo poblamiento y consolidación se
fundó, sobre todo en los Haticos, por la posibilidad de acceder a un sistema de
transporte lacustre que permitió relacionarlo con el centro urbano, proceso que se
complementó posteriormente con el desarrollo de un sistema de tranvías de uso
público. En el caso de El Milagro su origen está directamente vinculado a la
instalación del tranvía de tracción de fuerza animal y su consolidación a la
instalación del tranvía eléctrico.
155
Este fenómeno urbano del siglo XX, fue gestado desde los años finales del siglo
XIX, en el marco de una realidad económica que se había diversificado ante el
interés y la oportunidad que ven los locales de desarrollar una industria azucarera;
la naciente iniciativa pronto se vinculó a los intereses del gobierno nacional, quien
fijó su mirada en el rubro, brindándole a los locales el apoyo necesario para crear
un empresariado capitalista nacional.
102
Se entiende por hegemonía andina el periodo de la historia de Venezuela que va desde el gobierno del
General Cipriano Castro en 1899, tachirense, hasta el año de 1945 con la salida del poder del General Isaías
Medina Angarita, igualmente tachirense.
103
Durante los veintisiete años que transcurren bajo su mandato, entre 1908 y 1935, se moldea un Estado
diferente al decimonónico, se fragua una noción peculiar de autoridad, surge una manera disímil de producir y
distribuir la riqueza y adquiere consistencia una sociedad nueva. Hechos que a juicio Pino Iturrieta (1993) son
capitales en el fraguado de nuestra historia contemporánea.
104
Señala Tinoco (2007) que esta idea de progreso ya no sólo se centra en lo material como privó durante el
período del guzmancismo, ahora se incorpora una idea de progreso integral que involucra lo intelectual,
científico, filosófico, político, estético y cultural. Sin embargó, a pesar del petróleo, se mantuvo un
pensamiento rezagado en la historia. Una suerte de ―positivismo anacrónico‖.
105
Señala Petit (2008) que ya entrado el siglo XX, la excesiva alterabilidad en el gobierno del estado Zulia,
entre 1908 y 1925, dificultó realizar una eficaz acción de Obras Públicas. Durante los primeros dieciocho años
se sucedieron siete presidentes de Estado: Gral. Guillermo Aranguren 1902-1907, Gral. Régulo Olivares 1907-
1908, José Ignacio Lares 1908-1909. Dr. Alejandro Rivas Vázquez 1909, Dr. Leopoldo Sánchez, Gral.
Gumersindo Méndez 1910-1914, Dr. José María García 1914-1918, Gral. Santos Matute Gómez 1921-1925.
La mayoría de ellos andinos y rechazados por los maracaiberos (p. 20).
158
A pesar de esta supremacía del comercio extranjero, desde finales del siglo XIX,
en la región se había iniciado la instalación de un nuevo proceso económico de
carácter agroindustrial: la industrialización de la caña de azúcar. En el cual se
explotó la producción de caña que se transforma -a través de procesos
industriales- en azúcar, que luego se comercializó en el mercado internacional.
Este proceso fue liderado por una parte del colectivo empresarial zuliano.
106
Besson (1973) relata que en ese entonces era Presidente Constitucional del Estado Zulia, el General
Guillermo Aranguren y el General Antonio Aranguren su secretario privado. Estos recibieron el 10 de
diciembre de 1902 la orden del General Cipriano Castro (Presidente de la República) de "reducir a prisión a
todos los alemanes residentes en Maracaibo, lo cual se ejecutó sin ninguna distinción"(p. 730).
107
Paris y Núñez, Julio Añez, Juan E. Paris, Eduardo Vargas, A. Cook, A. Dubuc, Numa P. León, Octavio
Fernández, Rodolfo Romay, Simón Paris, Ball, Erasmo Urdaneta, Rubén Araujo Sosa, M. A. Belloso, O.
Pinedo y Roger Luzardo. Señala Gertsl (1977) que a diferencia del comercio alemán, que a tendía el mercado
internacional, los comerciantes locales efectuaban sus ventas casi exclusivamente en la Plaza de Maracaibo y
en otras regiones del Estado (p. 76).
159
El estudio de Rodríguez (2005) evidencia que desde la primera década del siglo
XX en la región se asentaron enclaves de tipo azucarero. La Central y sus Batey
108
Venezuela Sugar Company fue la primera compañía en el estado Zulia en operar con capitales
estadounidenses, zulianos y de otras regiones del país. La corporación propició la conformación de un
empresariado nacional asociado a los capitales internacionales. Desde su fundación se domicilió en Estados
Unidos y allí efectuaba sus asambleas y tomaba decisiones que beneficiarían a la compañía, cuyo objeto
fundamental era la producción de azúcares de la mejor calidad para ofertarla en el mercado. (Rodríguez,
2005, p. 288).
109
Caracterizado, según Charadan (Citado por Rodríguez, 2005) por el monopolio y la exportación de
capitales.
161
Figura 43. Fotografía de la Central Venezuela. Casa de habitación de empleados. Villasmil, 1920, Foto 10.
Desde la segunda mitad del siglo XIX Venezuela otorgó concesiones para la
explotación de asfalto, así como para la exploración y explotación petrolera. Para
1878 se inició una incipiente explotación petrolera en el Estado Táchira lo que
motivó el traslado, a través del Lago de Maracaibo, de una cabria importada desde
los Estados Unidos en 1880 (Ver Figura 44), artilugio que luego fue transportado a
lomo de mula hasta los Andes; de esta primera explotación andina se extraía
kerosene para el consumo local.
162
Figura 44. Fotografía de una vieja cabría de madera en el Estado Zulia. Baptista, 1966, p.13
Sobre el período de afectación del comercio alemán por las ya conocidas listas
negras, Gertsl (1977) señala dos fases: La primera se enmarca en el período de
las listas redactadas por los gobiernos inglés y francés, quienes habían elaborado
un inventario de firmas con quienes sus nacionales no debían negociar. En este
período el efecto fue apenas poco más que una molestia, reflejándose sobre todo
en cierta falta de personal, puesto que los jóvenes que venían destinados a
trabajar en la plaza local fueron apresados por los ingleses. Más tarde, al
incorporarse los Estados Unidos a la guerra en 1917, se inicia una segunda fase,
cuando la lista de los norteamericanos incorporó no sólo las firmas alemanas, sino
los nombres de empleados, amigos e intermediarios, lo que a juicio del autor ―se
volvió un arma terrible‖, puesto que las fuentes de abastecimiento para los
alemanes se fueron cerrando, teniendo que recurrir a la venta de las existencias
164
almacenadas para sobrevivir hasta 1919, cuando luego del armisticio entre aliados
y alemanes, quedaron eliminadas estas listas (pp. 83y 84).
110
Agente especial del Departamento de Comercio de los Estados Unidos de Norteamérica.
165
Maracaibo es una ciudad situada a nivel del mar, sobre su planicie costera se
asentó el núcleo antiguo y los primeros suburbios. Pero existía otra planicie
diferente, separada de la costera por una topografía accidentada 111,; una planicie
que corre en dirección noroeste y que se destaca por su altura privilegiada, se
trata de Bella Vista, ―que viene a estar en una especie de balcón aunque nunca
sobrepasa los 50 metros.‖ (Perales Frigols, 1957, t.1, p. 155). Es sobre esta
planicie que se extienden los suburbios del novecientos.
Desde el punto de vista histórico y geográfico, Bella Vista viene a ser la playa que
se extiende frente a la isla de Captan Chico. Se conoce que desde inicios del siglo
XIX en las inmediaciones de esta playa se asentaba el lugar de La Hoyada, según
se deduce del plano de 1823 elaborado por Ángel Laborde. Un documento de
Juicios Verbales de 1831 menciona el ―pozo de La Hoyada‖. (Rincón y otros, 2009,
p. 163). El término pozo significa a inicios del siglo XIX ―Agujero redondo muy
profundo hasta más debaxo de la superficie del agua, revestido de fabrica a todo
su alrededor, del que se saca agua para servicio de una casa, &tc‖ (Bails, 1802, p.
85), por lo que puede inferirse que el origen del caserío probablemente este
asociado a la presencia de esta fuente de agua subterránea. En 1885, durante el
gobierno guzmancista, bajo la dirección del ingeniero Gregorio Fidel Méndez se
realizó la excavación para construir una hoya de filtración de un manantial para el
111
Determinada por la confluencia de diversas cañadas y una creciente altimetría de los niveles del suelo.
166
112
Este acueducto fue denominado oficialmente: Acueducto Guzmán Blanco.
113
Para el año 1894, Arocha (1949) no refiere la existencia de lugar, caserío o vecindario llamado, Las
Mercedes, Bella Vista o Los Tres Pesos. En los Protocolos del Registro Principal de Maracaibo se hallo un
documento de 1900 que refiere Los Tres Pesos como un lugar del ―caserío Bella Vista‖. Registro Principal de
Maracaibo. Distrito Maracaibo, año 1900, tomo 1, protocolo primero, cuarto trimestre, N° 160, folio 68.
167
funcionamiento en 1891 del ferrocarril de Bella Vista114, cuyo dueño fue el criollo
Andrés Espina. Este comerciante instaló una línea de transporte que constaba de
cuatro locomotoras y diez vagones, algunos de los cuales estaban destinados al
traslado de la carne beneficiada hasta el mercado ubicado en el núcleo de la
ciudad, el artilugio industrial realizaba un recorrido que partía desde las
inmediaciones de la cárcel en la calle Obispo Lazo, siguiendo en dirección norte
con un leve giro al este, para encontrar el vecindario de la Hoyada y finalmente
culminar, luego de otro giro hacia el este, sobre la playa de Bella Vista 115 (Ver
Figura 45-46). Las particularidad de este proyecto ferrocarrilero de contener
vagones especiales para el traslado de la carne y de establecer su estación final
en la playa de Bella Vista, justo en el lugar donde se ubico el nuevo Matadero116,
permiten inferir una conexión directa entre el traslado de la carnicería, antes
ubicada en las inmediaciones del Pozo del Barro y los intereses de Andrés Espina.
A la par se conoce que el día 3 de febrero de 1893 se celebro un contrato entre el
Ejecutivo del Estado y la Compañía Anónima Alianza Industrial Pecuaria
representada por el Sr. Federico Vargas, en dicho contrato se establece en una de
sus clausulas ―La Compañía al vencimiento del presente contrato, esta tenida de
entregar el matadero público y sus adherencias en las mismas condiciones en que
hoy las recibe, salvo causas fortuitas y superiores causadas por el uso‖ (MOPEZ,
ano 1893, T. 17, legajo 12). Esto permite inferir que luego de su construcción el
Matadero Público de Bella Vista tuvo una administración de tipo privado regentada
por comerciantes criollos.
114
Esta línea aparece representada en el Mapa del Estado Zulia de 1894. Impreso por Engraved & Printed. at
G. W. & C. B. Colton & Co. 312 Broadway New York.
115
Según se desprende de la observación del trazado del ferrocarril dibujado en el Plano de la Carretera
Rehabilitación, realizado por el Ingeniero Aurelio Beroes en 1917. Es probable que este recorrido siguiera el
antiguo camino dibujado por Ángel Laborde en 1823.
116
Según Gertsl (1977) a las ―tres de la mañana salía desde el matadero por un ramal de la línea, cerca del
final en Bella Vista, el ―tren de la carne‖, que al llegar al final de Obispo Lazo seguía por otro ramal hasta el
mercado, trayendo toda la carne beneficiada, para su venta allí (p. 21).
168
Figura 45. Fotografía del ferrocarril en la parada de la playa de Bellavista. Morrison, 2007, p. s/p.
Figura 46. Fotografía del ferrocarril de Bella Vista donde puede apreciarse la arquitectura del suburbio.
Morrison, 2007, p. s/p.
169
Figura 47. Fotografía del Manicomio de Bella Vista. 1906. El Cojo Ilustrado, 1906, p. 302.
Señala Petit (2008) que la instalación de esta vía férrea se realizó en el marco de
un proyecto de urbanización para lo cual se constituyó la Compañía Constructora
de Casas en 1890. Esta iniciativa en manos de locales se encargaría de levantar
casas y venderlas en condiciones ventajosas al comprador según se informaba en
117
Este empresario igualmente fue uno de los primeros en ser favorecidos con una concesión petrolera a
inicios del siglo XX.
170
la prensa local. El periódico El Cronista publicó "Se avisa al público que instalada
la Junta Promotora de la Compañía Anónima ―Constructora de Casas‖ se ha
abierto la suscripción del capital por acciones de cuarenta bolívares, pagaderos
por cuartas partes mensuales, tan luego como esté el capital" (Noviembre 9 de
1894), refrendaban la información Francisco Ochoa, Francisco Carias, Francisco
Urdaneta, Julio Antonio Añez, Rafael Belloso Rincón, Germán del Gallego,
personas notables de la intelectualidad y el comercio de Maracaibo.
Tal es el caso de Bella Vista, caserío cuyo crecimiento estuvo cimentado sobre el
encuentro de antiguos caminos como el que conducía al lugar de Salina Rica, el
muelle del matadero y el ferrocarril que lo conectaba con la ciudad. El proyecto
ferrocarrilero fue acompañado de un proyecto de construcción de casas a lo largo
de la vía que recorría ―El ferro‖118. Señala Rivas (1982) que la estabilidad del
ferrocarril se debía en gran parte a la fundación del pintoresco vecindario que se
118
Así se le denominó el ferrocarril en la prensa local (Bermúdez, 2001, p. 130).
171
había extendido a ambos extremos de la vía que salía desde la ciudad hacia el
final en Bella Vista.
Esta aseveración realizada por Sica, sirve como punto de partida para entender
que si bien el desarrollo de Bella Vista esta indudablemente vinculado al interés
gubernamental por generar un polo de desarrollo de nuevos y modernos servicios
urbanos hacia el norte de la ciudad, detrás de esta acción subyace el interés del
comerciante criollo Andrés Espina, quien realiza una inversión apoyado en la
instalación de un sistema de transporte de carácter industrial proveniente de
negociaciones de compra de tecnología a los norteamericanos. El ferrocarril fue
172
119
La élite de Philadelphia había construido sus opulentos hogares vacacionales en las franjas externas que
confinaban la ciudad. El carácter del área cambió con la llegada del ferrocarril en 1876, cuando muchas
familias de la aristocracia de la ciudad comenzaron a descubrir la atracción de la vida suburbana y
construyeron mansiones aquí, usando el ferrocarril para el transporte conveniente con la ciudad (Sica, 1981,
p.643).
173
Bella Vista, 240 metros al Norte de la línea del tranvía viene paralelamente a
dicha línea hasta encontrarse con la prolongación de la pared norte del
cementerio de Santa Lucía al Oeste; de aquí tuerce hasta ganar el ángulo
Noroeste de la cerca del señor F. W. Schloete, y se prolonga hasta
encontrarse con otra línea que parte de un punto situado al Oeste de la última
estación del Tranvía de Maracaibo; y a distancia de 200 metros, se extiende
paralelamente al eje de dicha línea en toda la extensión de Los Haticos y La
Arreaga (Concejo Municipal del Distrito Maracaibo, 1952, p. 81).
Desde 1908 el área que ocupó el recorrido del ferrocarril, desde el Cementerio de
Santa Lucía hasta la playa de Bella Vista forman parte de la ciudad; ello incluye
los vecindarios de La Hoyada y de Cotorrera. El 5 de mayo de 1911 el Gral.
Gumersindo Méndez, Presidente del estado Zulia (1910-1914), decretó la
instalación del servicio eléctrico en la Plaza de las Mercedes, igualmente decretó
el 28 de diciembre del mismo año la construcción de un cementerio, justificado en
―el incremento que día a día adquiere el caserío Bella Vista, poseedor ya de una
espaciosa capilla, de un manicomio y de un importante núcleo poblador‖ este
decreto describe el vecindario como un lugar ocupado por ―personas pobres‖ a
quienes el traslado de los cadáveres a los cementerios de la ciudad ocasionaba
grandes gastos de dinero. Este cementerio no llegó a construirse puesto que tuvo
fuerte oposición en el Concejo Municipal (Gaceta Oficial del Estado Zulia 1911-
1912. Negrillas propias).
120
Este plano no ha podido ser localizado.
174
Al culminar la segunda década del siglo XX, en el entorno de este nuevo eje se fue
consolidado su carácter de garden suburb según se extrae de lo descrito por
Juvenal Anzola (1913), abogado, periodista y articulista, que en ejercicio de
funciones públicas en la capital de la República es enviado a mediados de 1913 al
estado Táchira, por lo que realizó una escala en Maracaibo siguiendo la ruta a San
Cristóbal121. Sobre su visita a Bella Vista, paseo que realizó en el ferrocarril, relata:
121
Anzola realizó el recorrido Caracas-Curazao-Maracaibo-Encontrados-Colón-Lobatera-Táriba-San Cristóbal,
dejando un pormenorizado relato de las ciudades visitadas durante este recorrido.
175
usos diarios del hogar. La potable se toma de los aljibes de lluvia o de fuentes
lejanas.
Las hermosas vistas que tanto nos deleitaron en Los Haticos, existen
parecidas aquí y fuera de ellas, desde la altura, se domina el lago, sus riberas
y la ciudad tendida a las faldas de la meseta (…) Son curiosos los nombres de
las Quintas de esta Avenida: recuerdan los de Los Teques, Macuto, Caracas,
Bordeaux, y así otros de lugares y poblaciones de la República y de ciudades
del exterior. Las quintas preciosas de esta Avenida son numerosas, y algunas
tienen en frente, a corta distancia del corredor exterior, árboles como los de
Macuto, ricos en follaje y sabrosa frescura, vencedora del sol: veía una quinta
y enfrente otra, y así marché largo tiempo pasando entre quintas y más
quintas (…). El tranvía acelera la marcha, las Quintas escasean y al fin
divisamos una pequeña calle, ya con casas regulares y más allá, árboles a la
orilla del lago, el suelo sombreado, sólido y limpio, y a la sombra, bancos de
madera, y a la derecha, algo distante, el Matadero y antes de él como a
trescientos metros el Manicomio (1913, pp. 48-50).
Figura 48. Plano de la Carretera Rehabilitación. Indica el curso que debió seguir el ferrocarril y posteriormente
el tranvía eléctrico para unir los núcleos de Los Tres Pesos, La Hoyada y Bella Vista. Este plano igualmente
indica el lugar de Cementerio de Santa Lucía y del ―Estanque del Acueducto. Criollo, 1917, s/p.
176
Esta característica observada en las parcelas ubicadas en Los Tres Pesos, pudo
verificarse en un documento hallado en los Protocolos del Registro Principal de
Maracaibo122. La descripción refiere la venta de una casa de campo ubicada en un
lote rectangular con su frente de 16 metros en dirección norte-sur, ubicado hacia la
vía del Tranvía quedando de por medio la Carretera Rehabilitación. La mayor
longitud del terreno, de 45 metros, se ubica en dirección este-oeste, en
correspondencia a lo observado en el plano.
122
Registro Principal de Maracaibo. Distrito Maracaibo, año 1919, tomo 1, protocolo primero, primer trimestre,
N° 282, folio 223 y 224.
177
del General José María García, publicado en 1917, la imagen suburbana de Bella
Vista es muy similar a la encontrada en Los Haticos a finales del siglo XIX (Ver
Figura 49). Se trata de una imagen urbana que exalta los valores naturales del
campo.
Figura 49. Fotografía del suburbio Bella Vista hacia 1917. Se observa el tendido eléctrico para el tranvía y la
Carretera Rehabilitación en el Kilometro 3, en conjunto con el cercado de ―palo a pique‖ y los jardines remiten
de las casa-quinta remiten a una imagen similar que la de Los Haticos decimonónicos pero evidentemente el
ancho de la vía define otra escala urbana. Criollo, 1917, p. s/p.
123
Respecto a la llegada del automóvil, Arrieta (1992) señalan que en 1912 se introducen los primeros
vehículos de la marca norteamericana Ford a la ciudad y que para 1914 se otorgo el primer título de Chofer (p.
A-9).
179
Figura 50. Fotografía del suburbio Bella Vista hacia 1929. Benet, 1929, p. 23.
Sobre sus lotes desde inicios del siglo XX había comenzado a desarrollarse de
modo desordenado, en el sentido de retiros y alineamiento a la calle, la versión
criolla de la casa de campo, denominada como ―casa-quinta‖; el término ―Quinta‖
fue detectado por primera vez en la prensa, en un aviso de venta del diario
Agencia Maracaibo de 1902, para denominar una propiedad sobre Bella Vista. Su
significado según la Real Academia española es el de ―Casa de recreo en el
campo, cuyos colonos solían pagar por renta la quinta parte de los frutos‖ (t. II, p.
1711). Para inicios del siglo XIX el Diccionario de Arquitectura Civil de Benito Bails
define este término como ―Casería o sitio de recreo en el campo. Lo mismo que
casa de placer, granja‖ (18, s/p). ―Villa‖ por su parte es ―casa de recreo situada
aisladamente en el campo‖ (DRAE, t2, p. 2091). De esto es interesante resaltar
que etimológicamente ambos términos devienen del latín clásico de donde se
transfiere a la tradición castellana. En relación al empleo del término en la casa
180
suburbana, resulta de interés subrayar que Arturo Soria Mata124, publicó en 1886
el primer artículo referente a la imaginaria ―ciudad-lineal‖; entre los principios
básicos que se establecen en este proyecto urbano se hace explicito que debe
prevalecer la abundancia de zona verde, por lo que ―los edificios solo podrían
ocupar una quinta parte del terreno‖ (Benévolo, 19, p.398. Negrillas propias). De
esta condición de ocupación del suelo probablemente derive su aplicación a la
casa aislada de los suburbios en la tradición castellana.
Figura 51. Fotografía de la casa de campo del señor J. Leseur en Bella Vista. Colección Fototeca Arturo Lares
Baralt. AHEZ.
124
Arturo Soria Mata urbanista español de finales del siglo XIX, conocido principalmente por su representación
de la ―ciudad lineal‖ de Madrid, modelo que surge motivado por la congestión de las grandes metrópolis a raíz
de la organización capitalista de la propiedad del suelo. El plan se fundamenta en líneas de comunicación,
carreteras y ferrocarriles, y en los nudos, que pueden convertirse en centros urbanos, donde las viviendas se
dispondrían en torno a vías de 40 metros de ancho y todas ellas deberían presentar las mismas facilidades de
acceso. Detrás de ellas estaría la naturaleza.
181
Figura 52. Fotografía de casa de campo con porche y veranda de madera en Bella Vista.
Figura 53. Fotografía de la casa-quinta de Bella Vista hacia 1929. Benet, 1929, p. 32.
Milagro hacia 1920. La imagen permite observar las dos formas diferentes de
resolver el techo del pabellón frontal: la techumbre que remata en alero y la
resuelta con cuerpo ático, también se observó la incorporación de apliques
decorativos en las fachadas (Ver Figura 53). Más allá del cambio nominal, en ellas
es posible observar la superación de cercas rusticas improvisadas y aparecen las
―barandas‖ realizadas con barrotes y balaustres de madera trabajados con detalles
elaborados.
La magnitud del crecimiento urbano marabino de los primeros años del siglo XX,
puede establecerse con mayor precisión de la observación del Plano Topográfico
de Maracaibo de 1915 (Ver Figura 54), esta fuente cartográfica elaborada por el
Ing. Civil Aurelio Beroes, fue publicado en la Revista Actualidades, de la cual no
ha sido posible precisar datos de tipo editorial. El plano indica que fue impreso por
C. S. Hammond & Co. Nueva York 1915, el plano se acompaña de un croquis
separado del sistema de tranvías. Esta fuente cartográfica es inédita en la
historiografía urbana local.
183
Figura 54. Plano Topográfico de la Ciudad de Maracaibo de 1915. Revista Actualidades. Colección Mapoteca.
Biblioteca Nacional. Caracas.
184
Sobre el sector norte se indica el inicio de Bella Vista, en el sector de los Tres
Pesos, en el lugar se observa una estructura parcelaria de grandes lotes
contentivos de pequeñas edificaciones aisladas y arboledas, lo cual indica que la
avenida aún mantenía en 1915 su carácter de lugar campestre en la zona más
inmediata al núcleo urbano. En este sector, la calle Belloso actúa como el borde
norte urbanizado entre los Tres Pesos y Las Delicias.
El cruce entre la vía que corre en dirección norte, desde el Nuevo Cementerio ―El
Cuadrado‖ hasta su intersección con la calle Belloso, que corre a su vez de este a
oeste, se indica como Las Delicias. En este sector se representa una incipiente
conformación de manzanas, delimitadas por las vías mencionadas, en estas se
organizan ordenadamente algunas edificaciones aisladas, que en dirección sur se
extienden hasta el cementerio y en la dirección norte del cruce se extienden por
unos 100 metros. La vía se prolonga hacia el norte unos 200 metros más, como un
185
Para el momento del levantamiento de este plano las áreas de la ciudad incluidas
en él contaban con redes de alumbrado público, así desde 1911 Los Haticos, El
Milagro, Las Delicias y los Tres Pesos fueron incluidas en el contrato de
alumbrado firmado en 1911 entre la ―The Maracaibo Electric Light Company,
representada por Joshua da Costa Gómez como primer Vicepresidente y
Presidente y el General Gumersindo Méndez como Presidente del Estado Zulia.
125
Registro Principal de Maracaibo. Distrito Maracaibo, ano 1896, tomo 1, protocolo primero al segundo,
primer trimestre, N° 159, folio 119. Como antes se mencionó por avenida se entiende lo que encamina a algún
edificio o población, a corta distancia.
186
Aclarado esto, puede establecerse que Las Delicias como eje suburbano se inicia
en las inmediaciones del Nuevo Cementerio dirigiéndose hacia el norte, por lo
tanto su origen está vinculado a la construcción del campo santo popularmente
conocido como ―Cementerio El Cuadrado‖126, por su planta con forma de polígono
cuadrado, iniciativa del empresariado local que concretó el primer servicio privado
de este tipo en la ciudad. Su construcción y puesta en servicio aceleró la
consolidación del noroeste del núcleo antiguo, proceso que se reforzó con la
instalación de una tercera vía del tranvía de mulas que conectaba el núcleo
urbano, a través de un recorrido por la calle Venezuela, con el barrio de Las
Delicias y el Nuevo Cementerio a finales del siglo XIX, esta línea fue la primera en
desaparecer (Gerstl, 1977, p. 21). A partir de estas inversiones, el antiguo camino
se fue urbanizando unos 200 metros hacia el norte del cementerio. Según lo
observado en el plano de 1915, la calle Belloso, que conecta en sentido este-oeste
El Empedrado y Las Delicias, fue otro impulso para urbanizar la antigua avenida
hacia el norte.
126
El Acta de Creación de la Compañía Anónima Nuevo Cementerio y Junta Administradora del cementerio
―El Cuadrado‖ fue registrado en la Oficina Subalterna del Tercer Circuito de Registro del distrito Maracaibo del
Estado Zulia el día 12 de Septiembre de 1890, bajo el N 12, Protocolo primero, Tomo II, Tercer trimestre.
187
parta con rumbo al Norte desde un punto que quede a quinientos metros del
Puente del Manglar. Luego esta línea sigue paralelamente al enrielado del
Tranvía de los Haticos y de La Arriaga y a distancia de quinientos metros
(Concejo Municipal del Distrito Maracaibo, 1952, p. 98).
Como gala, como blasón, como timbre de orgullo, merecen especial mención
en la capital zuliana, altiva i laboriosa, i con referencia a su engrandecimiento
moderno, las reformas de sus pintorescos barrios. ―El Milagro‖ i ―Los Haticos‖
en donde la administración pública ha venido poniendo intenso interés. Lo
mismo el amplio i hermoso paseo de ―Bella Vista‖ hoy favorito de las gentes
bien de la urbe‖ (El Excélsior, jueves 18 de febrero de 1926).
De este reportaje, realizado para resaltar la gestión del Presidente de Estado Isilio
Febres Cordero (1925), llama la atención la omisión que se hace del sector Las
188
Delicias. El cual para consolidarse tuvo que esperar hasta la segunda mitad de la
década de 1920, cuando fue edificado el nuevo Cementerio Municipal San José
(1925) y se construyó el Garaje Municipal del Aseo Urbano(1927), ubicado al lado
del Nuevo Cementerio (Ver Figura 55); este último construido durante la gestión
de Vincencio Pérez Soto (Besson, 1973, t.VI, p. 862).
Figura 55. Garaje Municipal del Aseo Urbano. Benet, 1929, p. 65.
El desarrollo de Las Delicias estuvo muy vinculado con la creación del ensanche
de 1927 y la promoción de la urbanización El Paraíso hacia 1930, por lo que
puede establecerse que su consolidación como suburbio se realizó bajo la égida
189
de Vincencio Pérez Soto. Hacia 1929 (Ver Figura 56) la imagen urbana del lugar
recuerda a la de Bella Vista en 1917, un ámbito de casas-quintas aisladas por
bajos cercados de madera donde el tendido eléctrico para los tranvías y la paralela
carretera de macadán petrolizado definen el carácter suburbano del lugar.
Figura 56. Fotografía de la avenida Las Delicias hacia 1929. Colección Fototeca Arturo Lares Baralt. AHEZ.
Los elementos que dieron origen a Bella Vista y Las Delicias son muy diferentes a
los que explican el origen de los primeros suburbios costeros. En el desarrollo de
ambos ejes subyace un primer intento de la elite comercial criolla y de las
autoridades del entonces Distrito Maracaibo, por dirigir el crecimiento urbano hacia
la alta planicie del noroeste marabino, aprovechando los caseríos y el camino
consolidado desde tiempos anteriores al nacimiento de la República de
Venezuela. En estos suburbios la vocación nunca fue la de un lugar de recreo, por
lo contrario fueron visualizados como lugares para la expansión de los servicios
urbanos y de residencias permanente.
Una última diferencia con los suburbios del siglo XIX, consiste en que estos
lugares fueron desarrollados a partir de una inversión de capitales públicos y
privados realizados como ideas de promoción para atraer el ―desarrollo‖ de la
ciudad hacia el norte. Esto es evidente, sobre todo en Bella Vista, donde la
iniciativa se hizo acompañar de un proyecto de intervención para acondicionar
urbanísticamente el desarrollo del eje con una carretera para el vehículo. En
relación a esta diferencia Romero Luengo (1983) refiere ―Pero la mayoría de las
familias residentes en esas zonas, como en la de Bella Vista y las otras que se
iban formando, se movilizaban en los tranvías, y las de mejor posición económica,
en sus coches‖ (p. 79).
estos últimos, fueron modelados con posterioridad por una emergente clase media
y profesional, sobre todo en las Delicias, donde se replicó de modo más modesto
la exitosa experiencia de los tres primeros suburbios.
Entre los antiguos suburbios del siglo XIX y los desarrollados en el siglo XX, el
distrito Maracaibo se configura axialmente. A partir del núcleo generado por el
crecimiento compacto de la ciudad de origen, se desprenden en el lapso 1897-
1930 cuatro crecimientos lineales –consolidados- que se extienden por las áreas
menos accidentadas de su topografía: los primeros sobre las costas y los últimos
sobre la alta planicie.
SUBURBIOS POPULARES.
195
suburbios.
127
En la mayoría de los estudios urbanos el sur de la ciudad se trata de modo tangencial, centrando su
atención en el suburbio de Los Haticos y en las urbanizaciones: Urdaneta (1943), proyectada por el arquitecto
Carlos Raúl Villanueva y La Unidad Vecinal La Pomona (1949) proyectada por el arquitecto catalán Josep
Luís Sert.
197
Desde el punto de vista político, el país sigue regentado por Juan Vicente Gómez
y en el Zulia se desarrollaría el período gubernamental de Vincencio Pérez Soto
(1926-1936). Un período de fuerte adhesión a una ideología positivista de
marcado pragmatismo proclamada por el gobierno central, que se manifestaría en
la concreción de una infraestructura que solventase las necesidades de los
ciudadanos, y de este modo consolidar un progreso material y cultural que
condujera de modo definitivo a alcanzar el anhelado desarrollo moderno. En este
contexto se irían transformando los antiguos suburbios y se terminaría de
estructurar tanto El Ensanche como los primeros suburbios populares.
Para 1925 el petróleo ocupaba el primer lugar entre los productos exportados por
el país. Para 1926 la ciudad contaba con 88.589 habitantes, lo que indica un
incremento del 68% de la población en un lapso de seis años, considerando que
en el último censo poblacional de 1920, la ciudad contaba con 51.255 habitantes
(Perales Frigols, 1957, p. 157). Este violento crecimiento estuvo integrado en gran
medida por un importante número de inmigrantes atraídos por la vorágine
petrolera. Sobre los inmigrantes que llegaron a la ciudad de entonces, debe
destacarse que los petroleros le dieron preferencia a un considerable número de
198
128
El cuadro denominado: Inmigración de los meses de abril, mayo y junio de 1926 elaborado por Quijano
(2002) señala que para estos meses el ingreso de 500 súbditos británicos, siendo el grupo mayor, seguido de
los norteamericanos con 236 (p. 84).
129
Ya desde 1922 la V.O.C. tenía "instaladas sus oficinas en la ciudad, así como también la Caribbean la cual
se instaló en el Palacio Roncajollo en Los Haticos y ubicó además sus depósitos. La Lago alquiló, en un
principio, una gran casa en Los Haticos, luego un palacete de Bella Vista, "en el faubourg aristocrático" de la
ciudad, donde instalaron "a todo lujo" sus oficinas, también la Richmond Petroleum Co. y la Venezuela Sun
LTD ocuparon los terrenos del sur de la ciudad, (…) otras se ubicaron en el sector de la Carretera Unión,
como la Venezuela Atlantic, la California Petroleum y la Union Oil Co. (Quijano, 2002, p. 103).
199
Figura 57. Fotografía del Palacio Roncajolo, primera sede de la Caribbean Petroleum Company.Díaz, 2006,
p.26.
Figura 58. Fotografía de quinta ubicada en la Carretera Unión que sirvió de sede de las oficinas de The Lago
petroleum. Elite, 1927.
200
Lejos de ser resuelta, la situación de caos fue fomentada por el propio ejecutivo
regional. A juicio de Gerstl (1977) a los inicios de la explotación petrolera, el
General Santos Matute Gómez, Presidente del Estado Zulia en el período
comprendido entre 1921 y 1925, ―considero que la forma más práctica de hacer
dinero, o la única, era fomentando los vicios. Así, poco después de su llegada
comenzaban a funcionar varias casas de juego, fuertemente pechadas por él‖
(p.120). Todo lo cual contribuyó al aumento de los crímenes violentos, el cual era
sorprendentemente alto; al punto que la propia policía estaba atemorizada.
Maracaibo había dejado de ser el tranquilo pueblo que había permanecido
inmutable por más de un siglo (Quijano, 2002, p. 106).
puentes, las calles sin pavimentación, en el verano son una gran polvoreda i
en el invierno baches intransitables e infectos ("Obras Públicas", en Archivo
Histórico del Zulia, 1927, T: 2, leg. 9. Citado por Quijano, 2002).
Señala Quijano (2002), que la única manera que concebía Pérez Soto de
encausar a la sociedad marabina rumbo a la causa nacional, era traduciendo los
ideales positivistas del gobierno en obras tangibles; vale decir, ―acción‖ y
―pragmatismo‖. Esto comprendía motivar las mejoras a la ciudad a través de un
coordinado y ambicioso plan de obras públicas.
130
En opinión de Otto Gerstl (1977) ―Hay que convenir que cumplió sus promesas: se le veía diariamente
inspeccionando las obras en construcción, contuvo la oleada de robos, castigando a todo ladrón reincidente
202
con una serie, a veces respetable, de latigazos. Mandó cerrar los casinos y no se enriqueció con dinero
extraído de la prostitución; en fin, hizo buena obra, eso sí, dentro de un régimen completamente autoritario o
dictatorial‖ (p. 162).
131
Los terrenos que correspondan al distrito Maracaibo, se consideran divididos, para su mejor
administración, en tres zonas que se denominan así: Zona Urbana, Zona de Ensanchamiento de la ciudad, y
Zona Rural. La administración y aplicación de los terrenos de cada una de estas zonas, se regirán conforme a
las disposiciones que para cada una paute especialmente esta ordenanza (Ordenanza sobre Terrenos Ejidos,
1926, Capítulo I. Disposiciones Generales, Art. 9).
132
En Diciembre del año 1925 el Gobierno Nacional reguló el ejercicio de los profesionales dedicados a la
construcción y diseño de edificaciones al promulgar la Ley de Ejercicio de las Profesiones de Ingeniero,
Arquitecto y Agrimensor. En el artículo 10 se determinaban las condiciones indispensables para toda obra que
se pusiera al servicio público, ya que para los legisladores era una consideración importante alcanzar "el
progreso artístico", estas condiciones eran la corrección, la eficiencia y la seguridad.
133
Se disponía que los planos debieran ser presentados en la Oficina de Sanidad, para asegurar la necesidad
de cumplir las normas referidas a la higiene, normas que abarcaban cloacas, departamentos sanitarios,
203
blindajes, iluminación, aeración, orientación de las calles y edificios y la ubicación de ventanas, puertas y
patios.
134
Elaborado para el Ministerio de Obras Publicas por la Dirección de Cartografía Nacional. Realizado a partir
de un vuelo realizado en febrero de 1936 y restituido con estereoplanígrafo entre septiembre y diciembre de
ese mismo año. Ejemplar conservado en la Colección Mapoteca de la Biblioteca Nacional, Caracas.
135
Estos nuevos elementos son representados con líneas segmentadas.
204
Figura 59. Plano que muestra las diferentes secciones que se limitan en la Ordenanza de Terrenos Ejidos de
1926. Quijano, 2002, p.252.
136
Para 1926 Maracaibo había crecido bastante, ―especialmente hacia Bella Vista, con quintas en líneas
continuas a ambos lados de la vía del tranvía y luego también en las calles, que se iban trazando a una y dos
cuadras de distancia detrás de la principal‖ (Gerstl, 1977, p.157).
137
Con este término se identifica el fenómeno en las fuentes escritas y cartográficas.
205
Figura 60. Detalle del Plano de Maracaibo de 1927, donde puede observarse la propuesta de cuadricula del
Ensanche. Atencio, 2003, p.132.
Figura 61. Detalle del Plano de 1927. Puede observarse el tejido orgánico propuesto en el área que
posteriormente se denominó El Paraíso. Atencio, 2003, p.132.
De este modo, Maracaibo se inserta a fines del primer cuarto del siglo XX en un
proceso de diseño de planes que ya se habían iniciado en las principales ciudades
de América Latina.
Una nueva idea de ciudad donde los valores exaltados serían los de la nueva
civilización maquinista, donde el progreso se identificaba a las formas
económicas y jurídicas de la promoción liberal privada, y se distinguían
claramente de los modos anteriores de hacer ciudad, en técnica y en higiene.
Una nueva actitud metodológica que estriba, básicamente, en dirigir la
proyectación urbana a la ordenación por sí sola, es decir, en distinguir en la
construcción de la ciudad un momento previo de ordenación del suelo de las
fases posteriores de urbanización y edificación.
Aplicación de nuevos instrumentos, una ordenación basada en la conjunción
del trazado de planos, más las ordenanzas. (p. 19).
Tal como ha sido planteado, estos elementos definitorios del Ensanche coinciden
y se concretan conjugadamente en la Maracaibo de 1927. Por lo que en el marco
de una gestión pública signada por ideales positivistas, expresados en la
tecnificación y profesionalización de la arquitectura, no se debe tomar como casual
la asignación de este término en la Ordenanza.
Pirela (2007) señala que en 1916 se publicaron las Ordenanzas sobre Arquitectura
Civil, basadas en la corrección de las de 1890 que fueron revisadas en 1902 en la
necesidad de higienizar la ciudad. Estas primeras ordenanzas del novecientos
regularon los alineamientos en la manzana, las alturas de fachada, los grados de
inclinación de las techumbres al tiempo que establecieron disposiciones para
regular las proporciones y la decoración que debía seguirse en las ventanas y
puertas. Según esta autora las disposiciones contenidas en ellas no son más que
―un reflejo de que en la ciudad todavía está vigente el sistema heredado de la
colonia, y que son los derroteros de su traza y acomodo los que todavía rigen la
conformación urbana (p. 92).
utilizado tanto en los edificios que se levanten en terrenos sin construir, como en
aquellos que se efectuaren para sustituir edificios demolidos.
Las obras debían obtener los permisos de la Ingeniería Municipal y se exigía que
estuviesen proyectadas por profesionales de la ingeniería, arquitectura o por
maestros de obras, de carpintería y alarifes debidamente habilitados por la oficina
mencionada. Esta disposición es otro indicador de la aceptación de una realidad
dual que, aunque propiciaba la actuación y el ejercicio profesional, aceptaba su
coexistencia con los oficios tradicionales, como la forma más accesible -y por tanto
practica- de operar en la materialización de la nueva ciudad regulada.
El ancho de las casas en la zona urbana debía ser mínimo de ocho metros,
debían dejar un retiro de cuatro metros hacia la calle para arboledas y jardines
210
Figura 62. Fotografías que muestran el modelo de casa-quinta denominada ―Villa Marabina‖. Archivo del
proyecto de investigación La arquitectura doméstica Maracaibo (1870-1930). La vivienda por pabellones.
CONDES-LHAUR. 2005.
138
Se emplea esta denominación en correspondencia con el origen histórico de la casa aislada la Villa
Renacentista , con el carácter clásico que domina en su composición y con la denominación que se usó
con frecuencia como nominación de estas casas.
214
razones: la primera es que la prensa local establece que para 1926 el mercado
disponía, además de las tejas, fábricas para la ornamentación prefabricada de
cemento -también denominada piedra artificial- fábricas de mosaicos, fábricas de
barandas y cercados de madera y metálicos, así como pinturas en variedad de
colores. Todo lo cual permitió materializar el contundente ordenamiento que
impuso taxativamente La Ordenanza sobre Arquitectura Municipal de 1927.
139
Los terrenos del ensanche donde se localizaron las colonias Bellavista y Delicias fueron vendidos por
particulares. Alfredo Bustamante, Elias Atencio París, Humberto Mazzei Bernotty, M. Corao, Sociedad
Mercantil Miranda y Velutini, entre otros (Rodríguez y Quijano, 1999, p. 129).
215
Figura 63. Plano general de desarrollo urbano de Riverside de 1869. Sica, 1981, p.661.
pero el modelo estaba tan lejos de lo que era realmente la ciudad industrial que
terminaron por convertirse en pequeños pueblos, o siendo absorbidas por las
grandes ciudades.
Es importante dejar establecido que tanto en las colonias petroleras como las
primeras urbanizaciones privadas se opera, a juzgar por la forma en que se
desarrolla la geometría que define la traza y el modo en que se desarrolla la
morfología arquitectónica de estos ámbitos, desde la idea norteamericana
decimonónica de la City Beautiful Movement.
Figura 64. Plano de las colonias petroleras asentadas sobre la cuadricula del ensanche de 1927.Elaboración
propia, 2010.140
140
Elaborado sobre la base del Plano de Maracaibo de 1936. Ministerio de Obras Públicas, Dirección de
Cartografía Nacional. Realizado a partir de un vuelo realizado en febrero de 1936 y restituido con
estereoplanígrafo entre septiembre y diciembre de ese mismo año. Ejemplar conservado en la Colección
Mapoteca de la Biblioteca Nacional, Caracas.
219
Figura 65. Plano de las colonias petroleras asentadas sobre áreas no urbanizadas.Elaboración propia,
2010.141
141
Elaborado sobre la base del Plano de Maracaibo de 1936. Ministerio de Obras Públicas, Dirección de
Cartografía Nacional. Realizado a partir de un vuelo realizado en febrero de 1936 y restituido con
estereoplanígrafo entre septiembre y diciembre de ese mismo año. Ejemplar conservado en la Colección
Mapoteca de la Biblioteca Nacional, Caracas.
220
Figura 66. Fotografía de una colonia residencial petrolera en 1930. Baptista, 1966, p. 9.
Figura 67. Fotografía de casa petrolera donde es posible observar las características descritas. Romero, 1997,
p.40.
Figura 68. Avisos de 1931 donde se oferta la venta de casa en Bella Vista, publicado en español e inglés.
Maracaibo Grafico, 31 de diciembre de 1931, p. 18.
Maracaibo, ciudad populosa, moderna y culta, cultiva con ahínco todos los
deportes. Prevalecen el tennis, el base-ball y el foot-ball. Las regatas se
practican con frecuencia y a ello presta gran concurso la extensión y belleza
del Lago. El golf tiene muchos adeptos en la poderosa colonia norteamericana
formada principalmente por los empleados de las muchas Compañías
petroleras allí radicada. En el Hipódromo de raro en raro se efectúan
sensacionales carreras de caballos criollos. Maracaibo tiene la virtud de
saber adaptar prontamente todas las innovaciones de la civilización
contemporánea. Tiene la inteligencia de escoger lo bueno y útil que triunfa en
Europa y Norte América. El Stand de Basse-Ball de Maracaibo es quizás el
mejor de Venezuela, por la amplitud del diamante y la comodidad de sus
tribunas. Todos los domingos hay reñidos desafíos de basse-ball que son
presenciados por una numerosa concurrencia de la sociedad y el pueblo‖.
(Elite, 1927, p. s/p. Negrillas propias).
En este momento, los teatros Baralt, Metro, así como el Cine Landía, primera sala
pensada exclusivamente para la proyección de filmes ubicado en Bella Vista,
exhibieron durante toda esta década una oferta de cine preponderantemente
norteamericano (Ver Figura 69).
222
Figura 69. Aviso de prensa donde se promocionan películas norteamericanas. Diario Panorama, 25 de mayo
de 1935, p. 5.
Las antiguas nominaciones de origen germano dadas a las casas de campo tales
como: Hamburgo y Bremen, se acompañan en ese momento de nuevas
nominaciones de origen norteamericano como Tacoma y Ditroit, que se emplearon
para dar nombre a las modernistas casas-quintas, generando una interesante
dualidad en la nominación de las edificaciones reflejo del impacto cultural
223
142
Otto Gerstl (1977) señala que a sus manos llego una copia fotostática de un recorte de El Universal del 7
de diciembre de 1912, en el cual aparece un telegrama del señor Miguel Ángel Quintero de Maracaibo dirigido
al General Gómez, informándole que "Ayer (6-12-1912) transitaba con notable éxito por las calles de esta
capital el primer automóvil, traído por mí etc. etc." (p.159).
224
Más allá de precisar los límites reales del Paraíso, este documento revela que
posteriormente al surgimiento de esta iniciativa urbanizadora se conformaron otras
empresas similares, bajo la figura de Compañías Anónimas, tal es el caso de la C.
A. Santa María y la C.A. San Luís (Ver Figura 70).
Figura 70. Plano con los límites de los terrenos pertenecientes a las Compañías Anónimas que desarrollaron
144
las urbanizaciones El Paraíso, Santa María y Baralt. Elaboración propia, 2010.
143
Este documento de reconocimiento de propiedad sobre los terrenos de esta urbanizadora por parte de la
Junta Municipal del Distrito Maracaibo, fue registrado en la Oficina Subalterna de Registro del Distrito
Maracaibo, el día 27 de septiembre de 1940, tomo 3, protocolo primero al segundo, tercer trimestre, N° 287,
folio 315.
225
Figura 71. Fotografía del palacete de Joshua Da Costa Gómez. Colección Fototeca Arturo Lares Baralt.
AHEZ.
144
Elaborado sobre la base del Plano de Maracaibo de 1936. Ministerio de Obras Públicas, Dirección de
Cartografía Nacional. Realizado a partir de un vuelo realizado en febrero de 1936 y restituido con
estereoplanígrafo entre septiembre y diciembre de ese mismo año. Ejemplar conservado en la Colección
Mapoteca de la Biblioteca Nacional, Caracas. Montaje gráfico: Br. Paola de la Hoz.
226
Adquiera un hogar. Hágase propietario. Con la suma que Ud. Está pagando
mensualmente por el arrendamiento de la casa que habita i una pequeña
cuota inicial, puede Ud. Cómodamente comprar una casa. No olvide que el
alquiler de la casa es una deuda que Ud. Adquiere para toda su vida.
Tenemos para venderle pagándolas con mucha comodidad, casas en la
ciudad, quintas en Bella Vista, Los Haticos i las Delicias. Infórmese en la
Proveedora de Agua, Departamento de Casas de Alquiler. (Panorama 18 de
enero de 1934, p. 7).
En cuanto al impacto del Ensanche en Bella Vista, es importante recordar que este
eje estaba estructurado en función de unir dos vecindarios Los Tres Pesos y La
Hoyada; por lo tanto su crecimiento se fue extendiendo sobre la vía del ferrocarril
de modo simultaneo desde cada vecindario. Illaramendi (1919, enero 31) deja ver
que el eje se había impactado por la anarquía urbana que caracterizó estos años;
227
así, la desordenada marea constructora sin método ni previsión llegó a Bella Vista,
―cubriendo el escaso ambiente disponible de construcciones apretujadas unas
contra otras, sin seguir ningún plan i no dejando amplio sitio para las futuras
calles‖ (p. 4). Es así que el Ensanche proyecta la cuadricula atravesando la vía
entre La Hoyada y Los Tres Pesos, el espacio menos consolidado del eje, de tal
modo de generar una estructura de manzanas que ordene el crecimiento
intermedio entre ambos vecindarios.
Para ese momento el mercado ya dispone de Cemento Portland, vigas doble ―T‖,
cabillas y ―ribplex‖, así como material para impermeabilizar azoteas. Esto posibilitó
construir sobre este espacio el primer modelo domestico local de corte académico:
los palacetes. Señala Petit (2008) que, en su mayor parte, fueron construidas con
la participación de arquitectos e ingenieros, entre los cuales destacan los nombres
de Roveda, Porth, Hermes Romero Villalobos, Pedro José Rojas, León J Hoet,
algunos de los cuales residían en Maracaibo a consecuencia de la explotación
petrolera. Esta arquitectura realizada para los empresarios locales se mantuvo
dentro los patrones estéticos del historicismo con importantes adiciones de las
vanguardias premodernas como el Art Noveau y el Art Decó.
Figura 72. Fotografía del palacete de la familia Pardi en Bella Vista. Colección Fototeca Arturo Lares Baralt.
AHEZ.
Figura 73. Fotografía del palacete Cerro azul. Colección Fototeca Arturo Lares Baralt. AHEZ.
229
Petit (2008) califica las décadas del veinte y treinta como ―uno de los períodos
coyunturales de más intensos cambios en el proceso histórico zuliano‖. Una etapa
de gestación de la modernidad en nuestra ciudad, en la cual se reemplaza
progresivamente el discurso clasicista y se introducen los elementos de la
arquitectura moderna en Maracaibo.
Figura 74. Avisos de prensa donde se promociona la casa norteamericana. Diario Panorama, 23 de febrero de
1921, p. 6.
230
Figura 75. Avisos de prensa donde se promociona los valores estéticos de las viviendas norteamericanas.
Diario Panorama, 13 de octubre de 1933, p. 4.
Figura 76. Avisos de prensa donde puede observarse el modelo del ―balloon frame‖ tropical. Diario Panorama,
13 de junio de 1935, p. 8.
231
Figura 77. Fotografías que muestran el modelo de casa-quinta victoriana Marabina. Archivo del proyecto de
investigación La arquitectura doméstica Maracaibo (1870-1930). La vivienda por pabellones. CONDES-
LHAUR. 2005.
Figura 78. Fotografías que muestran dos modelos de arquitectura domestica que muestran la influencia
petrolera: la fotografía izquierda muestra una casa elevada en zancos con paredes de madera y techos de
zinc. La fotografía izquierda muestra una casa elevada del suelo, con hastial frontal, techos de zinc y cielo
raso en el porche. Archivo del proyecto de investigación La arquitectura doméstica Maracaibo (1870-1930). La
vivienda por pabellones. CONDES-LHAUR. 2005.
233
Figura 79. Plano de Bella Vista en 1936 donde se señalan su ámbito de interés urbano-patrimonial.
145
Elaboración propia, 2010.
145
Elaborado sobre la base del Plano de Maracaibo de 1936. Ministerio de Obras Públicas, Dirección de
Cartografía Nacional. Ejemplar conservado en la Colección Mapoteca de la Biblioteca Nacional, Caracas.
Montaje gráfico: Br. Paola de la Hoz.
235
Figura 80. Fotografía de la avenida Bella Vista hacia finales de la década del treinta. Colección Fototeca
Arturo Lares Baralt. AHEZ.
Figura 81. Plano de Los Haticos en 1936 donde se señalan su ámbito de interés urbano-patrimonial.
146
Elaboración propia, 2010.
146
Elaborado sobre la base del Plano de Maracaibo de 1936. Ministerio de Obras Públicas, Dirección de
Cartografía Nacional. Ejemplar conservado en la Colección Mapoteca de la Biblioteca Nacional, Caracas.
Montaje gráfico: Br. Paola de la Hoz.
237
Figura 82. Plano de El Milagro en 1936 donde se señalan su ámbito de interés urbano-patrimonial.
Elaboración propia, 2010.147
147
Elaborado sobre la base del Plano de Maracaibo de 1936. Ministerio de Obras Públicas, Dirección de
Cartografía Nacional. Ejemplar conservado en la Colección Mapoteca de la Biblioteca Nacional, Caracas.
Montaje gráfico: Br. Paola de la Hoz.
238
Figura 83. Fotografía de la avenida El Milagro hacia finales de la década del treinta. Álbum Pascual, 1933,
p.18.
Figura 84. Plano de Las Delicias en 1936 donde se señalan su ámbito de interés urbano-patrimonial.
148
Elaboración propia, 2010.
148
Elaborado sobre la base del Plano de Maracaibo de 1936. Ministerio de Obras Públicas, Dirección de
Cartografía Nacional. Ejemplar conservado en la Colección Mapoteca de la Biblioteca Nacional, Caracas.
Montaje gráfico: Br. Paola de la Hoz.
240
Figura 85. Fotografía de la avenida Bella Vista hacia finales de la década del treinta. Álbum Pascual, 1933,
p.64.
Documentar estos sectores ha sido una tarea difícil, ya que las fuentes que hacen
referencia a su consolidación, son escasas. Por ello, gracias a los Protocolos del
Archivo del Registro Principal de Maracaibo, fue reconstruida parte de la historia
aquí narrada, la cual se referencia a partir de documentación de venta e hipotecas
de viviendas, así como desde los datos extraídos de la prensa local.
Entre El Milagro y Bella Vista pueden distinguirse varios sectores, el primero y más
antiguo está ubicado al norte y está integrado por Bella Vista, las Mercedes y
Cotorrera, esta área suburbana fue analizada en el capitulo anterior. El segundo
en antigüedad, se generó en las inmediaciones del norte del Empedrado: el
suburbio Los Valles Fríos, cuya área histórica la determinan los siguientes límites:
la Carretera Unión en dirección noreste, la calle Belén al sur y la avenida Bella
Vista al este.
El origen de Los Valles Fríos está vinculado a dos vecindarios que estuvieron
circunscritos al ámbito que hoy ocupa este sector, y además, con estrecha
242
Igualmente se conoce que en este antiguo vecindario funcionó entre 1895 y 1904
el Asilo Provisional de Dementes, que se ubicó en la Quinta Belén por orden del
Presidente de Estado Jesús Muñoz Tébar (Nucete, 2004, p.36)
149
Arocha (1949) refiere para el año de 1894 la existencia de los dos vecindarios la existencia del vecindario
denominado Belén perteneciente a la Parroquia Santa Lucía, con 26 casas y 202 vecinos. Este autor
igualmente señala la existencia de un vecindario más pequeño denominado El Mosquito, con 103 vecinos y 17
casas, ubicado en la Parroquia de Santa Lucía (p.115).
150
Registro Principal de Maracaibo. Distrito Maracaibo, ano 1897, tomo 2, protocolo primero, tercer trimestre,
N° 87, folios 68 y 69.
151
Registro Principal de Maracaibo. Distrito Maracaibo, ano 1936, tomo 2, protocolo primero, cuarto trimestre,
N° 209, folio 227.
152
Registro Principal de Maracaibo. Distrito Maracaibo, ano 1932, tomo 1, protocolo primero, primer trimestre,
N° 122, folio 147.
243
Figura 87. Plano de Los Valles Fríos en 1936 donde se señalan su ámbito de interés urbano-patrimonial.
Elaboración propia, 2010.153.
153
Elaborado sobre la base del Plano de Maracaibo de 1936. Ministerio de Obras Públicas, Dirección de
Cartografía Nacional. Ejemplar conservado en la Colección Mapoteca de la Biblioteca Nacional, Caracas.
Montaje gráfico: Br. Paola de la Hoz.
154
Registro Principal de Maracaibo. Distrito Maracaibo, ano 1921, tomo 1, protocolo primero, primer trimestre,
N° 86, folio 65.
245
del Diario Panorama, donde se afirma que en 1939 este suburbio contaba con un
servicio de autobuses (Panorama, octubre 17 de 1939, p. 5). Mientras que un
documento de compra-venta ubicado en los Protocolos del Registro Principal de
Maracaibo, indica que para 1946, existía servicio de autobús en los Cerros de
Marín.
Entre las avenidas Bella Vista y Las Delicias se fue consolidando un área
suburbana compleja integrada por tres sectores: Los Tres Pesos, Las Veritas y
Belloso.
El sector los Tres Pesos es aquél comprendido entre la avenida Bella Vista, la
avenida Falcón, la Cañada Nueva y la calle Belloso; el origen de este sector, se
vincula al desarrollo de Bella Vista, área que fue analizada en el capitulo anterior.
En el plano de 1936, las calles de la Imprenta, Santa Elena y Madariaga, que
cruzan el sector en sentido este-oeste, todas conectadas con la avenida Bella
Vista, definen una traza geométrica ordenada y regular. En este sector se observa
la mayor densidad de ocupación del suelo, los edificios de mayor y evidente
ordenamiento en la manzana y que además presentan una más clara alineación
respecto a la calle. Es probable que por la antigüedad del sector y la regularidad
155
El plano al que se hace referencia se localizó en la Colección Mapoteca de la Biblioteca Nacional, Caracas.
Aunque no tiene identificada la autoría, los datos de fichaje del plano señalan que fue elaborado por el
Ministerio de Obras Públicas, a través de la dirección de Cartografía Nacional, en 1950.
246
Figura 88. Hato San Joaquín construido hacia 1907 en la esquina de la Carretera de Bella Vista y del Callejón
del Asilo, sector Los Tres Pesos. Colección Fototeca Arturo Lares Baralt. AHEZ.
En cuanto al sector Las Veritas, las referencias más antiguas del lugar datan de la
primera mitad del siglo XIX. Estas se relacionan con el antiguo vecindario, del
Pozo del Barro. Ubicado en las inmediaciones de la cañada homónima, que corría
desde el norte y se adentraba en la ciudad en el cruce de la calle del Colegio
Seminario (hoy calle 94, Carabobo) y la actual avenida 8 (Páez). En rededor de
este cauce de agua se ubicó el empobrecido arrabal, probablemente consolidado
en torno a la antigua Carnicería.
El nombre proviene de las veras del camino, porque la zona veritera abarca un
espacio como de setenta hectáreas de terreno erosivo que sólo permitía
transitar por veredas que compartían las personas con los animales (…)
Luego varias personas construyeron viviendas por allí dando lugar a la
formación de una calle nueva: el "callejón del asilo (p. 27).
Entre 1930 y 1936, donde antes se había desarrollado el antiguo arrabal del Pozo
del Barro, se construyó un importante núcleo de servicios de salud. Señala
Zawisza (1980) que en el marco del Centenario de la Muerte del Libertador
celebrado en 1930, el General Vincencio Pérez Soto emite un decreto de
ejecución de obras públicas entre las cuales se encuentran la construcción del
Profiláctico Antivenéreo (Ver Figura 90), el Instituto Pro-Infancia, el Dispensario
Profiláctico y el Dispensario Escolar, la construcción de todos estos edificios está
156
Un aviso de prensa publicado en Panorama en 1935 revela que la línea estaba funcionando para ese año
(9 de abril de 1935, p. 7).
248
vinculada a la obra del ingeniero León Achiel Jerome Hoet y fueron concluidos
durante la gestión de Pérez Soto.
Figura 89. Plano de los vecindarios Los Tres Pesos, Las Veritas y Belloso en 1936. Elaboración propia,
2010.157
157
Elaborado sobre la base del Plano de Maracaibo de 1936. Ministerio de Obras Públicas, Dirección de
Cartografía Nacional. Ejemplar conservado en la Colección Mapoteca de la Biblioteca Nacional, Caracas.
Montaje gráfico: Br. Paola de la Hoz.
249
Figura 90. Dispensario profiláctico de Veritas. Colección Fototeca Arturo Lares Baralt. AHEZ.
Desde la década de 1930 por influencia del desarrollo del Cementerio San José y
del crecimiento de El Paraíso, se consolidó el noroeste del sector, hoy conocido
como Belloso. Se produjo la extensión en sentido Norte-Sur de la calle Los Andes
hasta la avenida Falcón y ésta se extendió hacia el oeste, hasta unirse a Las
Delicias durante la primera mitad de la década de 1940.
Hacia el sur de la ciudad, en el norte de la alta meseta que bordea el eje costero
Los Haticos, se fue desarrollando el vecindario La Pomona. Sin embargo, en
contraste con el antiguo suburbio costero, son pocas las referencias halladas en
torno al origen del sector. Según concluye Echeverría (1995) a partir de una serie
de entrevistas realizadas a sus pobladores, el origen del mismo se ubica hacia los
inicios de la década del veinte.
251
Es probable que el nombre del sector se origine en un antiguo hato del lugar. En la
tradición grecolatina Pomona se corresponde con el nombre de la diosa romana
de las frutas; pero también es el nombre de una importante ciudad agrícola situada
al sureste del Condado de Los Ángeles (California, Estados Unidos), por lo que el
topónimo está asociado a lugares campestres y de producción de frutas en la
tradición norteamericana. Aunque es conocido el gusto maracaibero por el empleo
de nombres provenientes de la tradición clásica grecolatina, lo cual podría explicar
la denominación del lugar, también es cierto que desde 1919 los intereses
petroleros ya estaban instalados en sus inmediaciones. La Caribbean Petroleum
Company, integrada posteriormente al grupo Royal Dutch Shell, tuvo su primera
sede en el Palacio Roncajolo, en Cerro Pelado los Haticos (González, 1989) lo
que en primera instancia se reflejó en el asentamiento de la Colonia Villalobos al
sur del Poniente y posteriormente la instalación de la Colonia Caribbean en la
parte alta de Los Haticos en 1927, lo que generó la incorporación de nombres de
lugares y ciudades de origen norteamericano para identificar zonas y edificaciones
en la ciudad; lo cual igualmente puede explicar la selección de este nombre de
Pomona para el lugar158.
158
En un artículo de A. Rambano denominado ―La Democracia de la Cultura‖, publicado en primera plana del
diario Panorama se hace mención del Pomona College como referente de educación y formación de la ―mente
común‖ (1931, octubre 26, p. 1).
159
Registro Principal de Maracaibo. Distrito Maracaibo, ano 1931, tomo 2, protocolo primero, cuarto trimestre,
N° 212, folio 203.
252
fecha, según lo relatado por Gertsl (1977) el personal extranjero que trabajó en las
áreas petroleras asentadas al norte de Los Haticos tuvo que buscar alojamiento
para sí y sus familias en las cercanías (p. 148), siendo esta la causa más probable
del origen de este suburbio. Lo cual refuerza la tesis de la adopción del nombre
por influencia norteamericana.
El plano de la ciudad de 1936 revela que el sector circunscribe sus límites a la vía
de Sabaneta por el norte y la cañada El Cogollo por el sur. La zona de mayor
densidad de ocupación se localiza hacia el límite con Los Haticos. Son por lo tanto
el sector denominado El Poniente y el área en torno a las Colonia Villalobos y
Caribbean, sectores adyacentes a Los Haticos, los lugares más antiguos y
consolidados en las inmediaciones de este vecindario. En el centro geométrico del
sector un incipiente camino comienza a estructurar la actual avenida 19C (La
Pomona) desde donde puede observarse la bifurcación con la actual avenida 102
(Ver Figura 91). En su entorno se ubican una serie de edificios aislados que se
ordenan siguiendo su sinuosa geometría lineal, siendo ésta la imagen urbana del
suburbio para 1936.
Figura 91. Plano de La Pomona en 1936 donde se señalan su ámbito de interés urbano-patrimonial.
160
Elaboración propia, 2010.
160
Elaborado sobre la base del Plano de Maracaibo de 1936. Ministerio de Obras Públicas, Dirección de
Cartografía Nacional. Ejemplar conservado en la Colección Mapoteca de la Biblioteca Nacional, Caracas.
Montaje gráfico: Br. Paola de la Hoz.
254
Ya hacia 1938 el lugar es descrito como un ―importante caserío, uno de los más
frescos i saludables de la ciudad, el cual está tomando mejor aspecto i donde se
ha intensificado el tráfico de manera palpable‖, por lo que se solicita a la Cámara
Municipal aprovechar la colocación de los tubos del acueducto para iniciar el
trazado de la carretera que está en estudio (Panorama, 20 de abril de 1938, p. 10).
Por su parte, los Protocolos del Registro Principal de Maracaibo dan cuenta hacia
el año de1945 de un notorio movimiento de transacciones de venta de inmuebles
en este lugar. De todo lo expuesto se infiere que fue durante la gestión de
Lossada, vecino del sur de la ciudad y en ese momento al frente a la
administración del municipio marabino161, que se consolidó el suburbio La
Pomona.
161
El Dr. Jesús Enrique Lossada fue Concejal y luego presidente del Cámara Municipal de Maracaibo entre
1936 y 1938. Su familia emparentada con los von Jess, de origen alemán, residió desde inicios del siglo XX en
la casa de campo que antes fue de los Gross, ubicada en la Ranchería (Naguel von Jess, 2007).
255
Entre 1926 y 1935 se asientan los enclaves petroleros dentro del perímetro de la
ciudad, algunos en torno a los ejes otros adaptándose a la cuadricula y
desarrollando el tejido urbano del ―Ensanche‖ propuesto en 1927, en estos se
exhibió una nueva y aséptica forma de vida urbana y nuevos modelos
residenciales suburbanos que exhiben a su vez diferentes formas de adaptación a
los rigores climáticos de la ciudad. Casas elevadas del suelo por pilotes y
plataformas, casas resueltas en hastial frontal con porches, verandas, ventanales
neoclásicos y respiraderos de romanillas en sus vértices son constantes
morfológicas en el modelo residencial prefabricado que exhiben las colonias. En
cuanto a los materiales: los techos de láminas metálicas, las paredes de madera y
los cielos rasos se presentan como los más novedosos.
Estos lugares pueden clasificarse históricamente como suburbios del siglo XX, ya
que en ellos se asentaron las emergentes clases trabajadoras y obreras
asalariadas. Morfológicamente fueron determinados por una traza urbana de
geometría irregular162, producto de una topografía accidentada que caracterizaba
los espacios residuales entre los suburbios lineales; espacios que las elites no
urbanizaron, de allí su nominación de intersticios. Su origen y consolidación se
realizó a partir del desarrollo de las carreteras pavimentadas para el tránsito del
vehículo como al sistema de transporte.
Si los suburbios del siglo XIX dibujaron pálidamente la ciudad del futuro, tal como
lo planteó Sempere, según Quijano (2002) fue, la élite criolla local de inicios del
siglo XX quienes concibieron una idea de progreso basada en la construcción de
una ciudad nueva y diferente a la existente, y su estructuración definitiva seria la
base sobre la cual se asentaría, a juicio de esta autora, la ciudad moderna (p.
288).
162
Estas áreas están integradas por una serie de redes viales que se adecuaron a los accidentes topográficos
e hidrográficos determinando un patrón geométrico casi natural u orgánico; en el cual, tal como demostró
Pineda (2009) es posible encontrar patrones estructurales de composición fractal. En tal sentido, Salingaros
(2005) afirma que la morfología de las ciudades de crecimiento espontaneo y aquellas no planificadas a lo
largo de la historia y hasta los inicios del siglo XX fueron de estructura fractal.
258
CONCLUSIONES
Las reflexiones que se suscitan a partir de cada una de las conclusiones parciales
apuntan a esclarecer, no sólo al objeto en sí mismo, sino también las perspectivas
de su abordaje como fenómeno; este ejercicio acomete aspectos de carácter
teórico y metodológico que suman nuevos elementos para el estudio de la historia
de la ciudad y la arquitectura de Maracaibo.
El análisis histórico de la ciudad de Maracaibo, desde los años finales del siglo
XVIII hasta la mitad del siglo XX, se hizo necesario para la determinación del
origen del medio suburbano marabino. En principio, el análisis de este largo
período pudo considerase innecesario dada la existencia de un cuerpo de
conocimientos que había establecido que el suburbio fue un fenómeno local de
finales del siglo XIX; sin embargo, la antigüedad que las fuentes atribuyen a los
259
Estos dos momentos sólo se esbozaron en esta tesis, dado que fueron tratados
como antecedentes de la gestación del medio suburbano, por lo que el rastreo y
análisis exhaustivo de las fuentes cartográficas citadas permitirán reconstruir con
mayor precisión el crecimiento y la consolidación de las áreas aledañas al antiguo
núcleo de origen hispano. Y de este modo avanzar en la superación del carácter
de reconstrucción hipotética que mantiene la historiografía urbana local.
En cuanto al medio suburbano en particular, relacionar los datos aportados por los
historiadores, los geógrafos y la documentación oficial con otras fuentes, como los
relatos de los visitantes y residentes extranjeros, los Protocolos del Archivo del
Registro Principal de Maracaibo y la prensa local, permitió superponer dos
versiones complementarias de la ciudad, la versión estructurada por la cultura
criolla de tradición hispana y la versión extranjera asentada en la tradición cultural
germana y anglosajona. Así, es posible encontrar que términos como barrios,
arrabales y suburbios, aunque de significados técnicos diferentes, se usan y
aplican indistintamente en el discurso historiográfico de la ciudad de Maracaibo,
siendo que las fuentes primarías consultadas establecen una discriminación
marcada de unos términos u otros, según sea su origen discursivo castellano o
261
Este trabajo permite establecer que en las fuentes técnicas y jurídicas se mantiene
hasta la mitad del siglo XX, una tradición discursiva que emparenta las
transformaciones de la ciudad con una terminología urbanística de tradición
hispana. En contraste, en los relatos de los extranjeros, en los protocolos y la
prensa local, afloran el uso de términos de origen indistinto para denominar las
transformaciones urbanísticas que desde mediados del siglo XIX se fueron
gestando para consolidar un medio suburbano a partir de una búsqueda de
―confort‖ ambiental, de dotación de servicios y de modestas comodidades. Estas
intervenciones provenían mayormente de la cultura anglo-germana decimonónica
y no de la cultura hispana como pudiera inferirse del uso de lenguaje empleado en
las fuentes técnicas-urbanas y jurídicas.
En el ámbito local del momento, el Diario Panorama 163 anuncia la venta del Plano
de la Ciudad de Maracaibo para 1933-34. Todo lo cual permite inferir que la ciudad
fue objeto de varios levantamientos y representaciones durante los tres primeros
decenios del siglo XX. Estos planos probablemente se generaron ante la
163
Diario Panorama del jueves 7 de diciembre de 1933. Luis Ramírez Ochoa fue el agente exclusivo para su
venta (p.5). Este mismo diario en su edición del martes 12 de diciembre de 1933, reseña que su dibujante el
señor Dr. José Pérez González, envió un ejemplar al diario. Reseña su ―utilidad, después de los adelantos y
ensanches de la ciudad durante los últimos años‖ (p. 8).
263
Figura 92. Aviso de prensa que anuncia la circulación del plano de la ciudad de Maracaibo para 1933-34.
Panorama, 7 de diciembre de 1933, p. 5.
El impacto del modernismo fue procesado por una modesta elite comercial, que
dependía en gran medida de la atención permanente de sus responsabilidades
laborales con las casas de comercio que los contrataban y con un limitado poder
de consumo. Pero que tempranamente fue capaz de producir sobre la costa
lacustre un rústico y tecnificado medio suburbano costero que posibilitó un
modesto, pero sofisticado sistema de vida para la elite local. Igualmente la cercana
presencia del Lago sirvió de exótico escenario natural y tropical, para que la
austera elite marabina tuviese un estilo de vida que permitiera, tanto la
contemplación de la naturaleza, como el desarrollo de actividades deportivas y
lúdicas en un ambiente separado del lugar del trabajo productivo.
Figura 93. Fotografía de Julia Bornhorst a la orilla de su casa de campo Hamburgo. Bornhorst, 1993, p. 31.
En los suburbios de la alta planicie tampoco privó una reacción de huída del medio
urbano, como consecuencia de alguna incipiente degradación causada por la
266
Este escenario suburbano tuvo que esperar el final del segundo decenio del siglo
XX para ser objeto de la instalación del tranvía eléctrico y del asfaltado de las
carreteras, tecnologías derivadas del moderno desarrollo industrial, para por fin
alcanzar su consolidación. En relación a esto último, es importante establecer que
si bien el desarrollo de los tranvías eléctricos se realizó de modo desfasado en
relación a su incorporación en las metrópolis del mundo industrial, el desarrollo de
las carreteras y la introducción del vehículo fueron implementos de nueva
tecnologías que penetran y se masifican con relativa inmediatez. La imagen
suburbana proyectada a través del ecléctico clasicismo de la casa-quinta del
novecientos, suerte de interpretación local de la villa, en la cual permaneció el
gusto por el ordenamiento tripartito y los valores compositivos basados en la
simetría clasicista, acuñados desde el arcaico modelo hispano, contrastó con la
elegante tecnología de los modelos Ford que ya circulaban en la Maracaibo de
1912.
267
Figura 94. Fotografía que muestra la imagen urbana del suburbio local hacia la década del treinta del siglo XX.
Colección Fototeca Arturo Lares Baralt. AHEZ.
164
Entiéndase por este modelo, aquel conformado por la organización de pabellones sucesivos, cuyas
fachadas se estructuraron en función del ordenamiento tripartito, con portadas, ventanas de cajas exentas
cornisamentos con cuerpo ático y uso de pinturas de color.
269
Echeverría (1995) señala que es posterior al primer tercio del siglo XX que se
puede hablar de marginalidad en un sentido estricto; por lo tanto esta condición no
era atribuible a las expansiones suburbanas de inicios del siglo XX, no existía una
verdadera exclusión, los sectores que sirven de asiento a la clase trabajadora
ocupaban parte de una misma ciudad, no existía el fenómeno de la segregación
social que tiene en el contexto urbano -como contraparte- la segregación espacial
(p.12). Sin embargo, de acuerdo a lo anteriormente planteado, el presente estudio
devela que a partir del segundo decenio del siglo XX, en la ciudad se hace
evidente que la moderna estratificación social de clases se vio reflejada en una
segregación espacial, determinada por las ventajas que el ambiente natural ofreció
para alcanzar los estándares de comodidad que se planteó la sociedad local.
Para los inicios de la década de 1920 en la ciudad puede observarse con claridad
que hacia la costa se asentó la elite mercantil extranjera, quienes generaron tanto
en el puerto como en las riveras vecinas un modelo de ciudad estrechamente
vinculado a las ventajas que ofrecía vivir en el Lago. El criollo por su parte dirigió
su interés hacia la alta planicie, lugar de asentamiento de un mayoritario número
de pobladores dependientes del comercio y de la incipiente clase profesional que
poco a poco fue asentándose en estos lugares del noroeste de la ciudad. Mientras
que las clases integradas por los trabajadores domésticos, choferes, artesanos y
la nueva clase obrera, vinculada al trabajo petrolero, tuvo que asentarse en los
terrenos del poblado más desfavorecidos topográficamente. Lo cual permite
establecer que, si bien los diversos estratos sociales ocuparon parte de un mismo
medio urbano, dentro del mismo, cada estrato social ocupó y generó suburbios
diferentes.
270
Ciertamente este estudio permite concluir que el espacio natural más privilegiado,
por su clima y el paisaje, fue ocupado mayoritariamente por los comerciantes
alemanes, su manifiesto apego a la rivera lacustre se acompañó igualmente de
una marcada conciencia de elite que los segregó, en gran medida, del resto del
conglomerado social local. Poco a poco el poder adquisitivo de este grupo
desplazó a los antiguos ocupantes de las costas lacustres, lo que impidió que un
grueso número de éstos, tuviera acceso al privilegio de vivir en ellas. Esto quizá
sea una de las causas que explique, históricamente, el porqué el marabino se ha
negado al desarrollo de espacios urbanos colectivos para el disfrute del Lago. Este
trabajo pone en evidencia que una buena parte del colectivo fue segregado de su
disfrute y presionado a entender la costa como un ámbito privado que es
propiedad de otros, de los ricos y los extranjeros.
A esto se suma que desde finales del siglo XIX, a la par, se privilegió la
urbanización del norte de la ciudad, un fenómeno de ocupación, que desde lo
histórico encuentra explicación en el marco de la pugna entre germanos y
norteamericanos por el control del comercio local. Fue el cónsul norteamericano
Eugene Plumacher (2003), quien primero vislumbró el potencial de desarrollo
urbano de la zona norte, como una oposición al gueto alemán de Los Haticos:
―Pero les dije que estaba convencido que los suburbios del norte, y no del sur,
sería los grandes distritos residenciales del futuro‖ (p. 186). Es igualmente al norte
de la ciudad donde mayoritariamente se asentaron los campos petroleros. Si la
ciudad se desarrolló hacia el noroeste fue por la confluencia de intereses locales,
nacionales e internacionales que, conjugando adecuadamente oportunidades
beneficiosas, gestaron las condiciones para el desarrollo de una ciudad petrolera
con un núcleo propio y nuevo, diferente al gestado por la comunidad germana
desde mediados del siglo XIX.
Durante el siglo XX, fueron los tranvías -primero los de fuerza de sangre
heredados del siglo XIX y luego de 1917 los tranvías eléctricos- los verdaderos
impulsores de la consolidación de estos primeros crecimientos suburbanos en la
planicie. Sin embargo, paralelamente a su puesta en servicio, las carreteras de
macadán petrolizado formaban parte del paisaje suburbano. La pronta irrupción
del automóvil aceleró la adecuación de la ciudad al nuevo sistema de transporte,
por ese momento, privilegio de algunos pocos.
Por su parte los primeros suburbios populares como Los Valles Fríos, Veritas,
Belloso y La Pomona se gestaron en fechas posteriores a 1915, y se consolidaron
entre 1926 y 1945, estabilizando una primera periferia en torno al antiguo núcleo
urbano. Este proceso de consolidación se realizó a través de la pavimentación de
redes viales y de la dotación de los servicios de cloacas y de agua potable, así
como de la introducción de los primeros autobuses como sistema de transporte
público, lo que apoyó el funcionamiento de los tranvías eléctricos que recorrían
sus límites.
165
Señala Petit (2008) que ―la arquitectura premoderna utilizó un nuevo discurso con componentes
decorativos que mezclan desde el neocolonial, con variantes hispánicas y californianas, hasta los movimientos
reformistas europeos como el ‗art nouveau‖ y el ―art decó‖, en los cuales los recursos tecnológicos importados
favorecieron la creación de un repertorio estilístico y tipológico, especialmente en cines y comercios, que
marcaría pauta en la transición del ―historicismo‖ a la ―modernidad‖.(p. 101).
275
La Fase III, se extiende desde 1926 hasta 1936, momento en el cual se produjo la
popularización y estandarización del modelo suburbano que se denominó: ―Villa
Marabina‖. Se entiende como la fase donde se generan las condiciones
urbanísticas que presionan para que se uniformice la arquitectura doméstica local.
En este momento el mercado ofrece los materiales y los componentes
constructivos que posibilitan la materialización del modelo que hoy se identifica
como la ―casa tradicional marabina‖, elementos que como demostró este estudio
fueron impuestos desde la propia Ordenanza sobre Arquitectura Municipal i Ornato
Público del Distrito Maracaibo. Esta reglamentación produjo una uniformidad de la
arquitectura doméstica tanto del medio urbano como del suburbano.
Paralelamente se introduce el ―Palacete‖ suburbano, el cual puede considerarse el
primer modelo doméstico de corte académico que se produce en la ciudad. Su
estudio debe enmarcarse en la llegada de profesionales de la ingeniería y la
arquitectura que se establecen en Maracaibo como consecuencia de la irrupción
de la economía petrolera. En este contexto y en el marco de un nuevo orden
jurídico nacional y local que exige la profesionalización de la actividad constructiva
debe estudiarse y explicarse este nuevo modelo doméstico suburbano.
Finalmente, este trabajo también permite establecer que el lugar del Ensanche es
el propicio para realizar los estudios de lo que puede entenderse como la segunda
casa suburbana local, donde es importante considerar, tanto el impacto urbano de
las primeras urbanizaciones como la concepción del Nacionalismo y la búsqueda
Identidad Latinoamericana que imperó como base ideológica de la estética
premoderna, durante las décadas de 1940-1950.
277
REFERENCIAS
Documentación de archivo.
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1870-1945.
Archivo Histórico del Estado Zulia. Colección Fototeca Arturo Lares Baralt.
Oficina Subalterna del Primer Circuito de Registro del Distrito Maracaibo. Libros de
Protocolos, Período: 1886-1945.
Gaceta Oficial del Estado Zulia. Años: 1908 a 1940. Maracaibo: Imprenta del
Estado.
Fuentes hemerográficas.
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-Artículos en periódicos
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-Artículos en revistas.
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Consultada: 15/06/2009 03:03p.m.