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Díaz Colodrero, Socorro

Haikus en el espejo / Socorro Díaz Colodrero. - 1a ed. - Goya : Maria Del Socorro
Diaz Colodrero, 2022.
118 p. ; 22 x 15 cm.

ISBN 978-987-88-4657-6

1. Poesía Argentina. I. Título.


CDD A861

SOCORRO DÍAZ COLODRERO, 2022. Todos los derechos reservados.


socodiazcolodrero

Impreso en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina,


en el mes de mayo de 2022.

Puntoaparte Ediciones Independientes


www.puntoaparte.com.ar

ISBN Nro: 978-987-88-4657-6


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Socorro Díaz Colodrero

Haikus en el espejo
A modo de prólogo

E n la estructura del haiku dialoga el tiempo; en su mínima


forma de expresión tiene cabida todo el universo. Y
también, creo que es la forma poética en la que se expanden los
mundos, ya que se aspira a la expresión total. Y esto es siempre
una búsqueda, lo que espera para existir, una pregunta, nunca
un hallazgo cabal.
Con el haiku renacemos en vegetales, animales, tempestades
y olvidamos las jerarquías divisorias.
La naturaleza envuelve la vida temporal de la que somos parte
por apenas un instante. La duración de este instante depende
de cada vida. Elijo entrar en relación con la sugerencia y lo
ambiguo.
El haiku también es, como señala Fernando Rodríguez
Izquierdo, “un espejo limpio”, un abanico de espejos limpios.
En este sentido, y siempre con un afán ampliatorio, también
podría ser la afirmación de la vida sosteniéndose a través de
esbozos, gestos, pinceladas, relámpagos de sentido que nos
despiertan y nos ponen a llorar o a reír.
Es por esto que quiero intentar decir a mi modo y, con la
palabra, mirar una mariposa.

7
Mares de luz,
sirenas pasajeras;
capto el silencio.

La ola castillos
barre; la niña siente
olor a rabas.

El sol y la
sombrita de mi hija;
gira sombrilla.

El muelle, una
luz vaporosa; el mar
atardecido.

Ojos rubí
me miran desde la
otra orilla.

9
Tus manos en
el mar violeta; algas
que me envuelven.

Mujer que lee;


cielo encapotado
no la amedrenta.

Espuma de
mar, ¡no le cuentes que
la quiero tanto!

Aunque el verso
no tenga peso, es un
acto de bien.

Tu amor sutil
se quedó adherido
a mis estrofas.

10
Ondinas y
caballitos de mar;
cine y acuario.

Luna escondida
entre ramas; la noche
y los jazmines.

Balsa en el agua,
toritos en los pies;
agotamiento.

En mi sueño
por un rato el mar
cubrió mi cama.

La noche boca
arriba; mi sobrina
baila en el patio.

11
Algodón de
azúcar que el llanto
del niño lava.

Entre corales,
ecos de ninfas y
sus desaires.

Arena fría,
tímido sol de invierno;
ni un solo pájaro.

Ondas de luz
en el mar que atardece;
olas tus manos.

Sirena griega;
lengua que une cosa
y realidad.

12
Minas anónimas
entre hadas y sirenas;
¿qué es verdad?

¿Se va o viene
la tarde en el barco?
Él se va yendo.

Un bucle es el
conocimiento, una
bifurcación.

Trompa de niño
enojado, llueve;
¿y el barrilete?

Mucha razón;
vamos al más allá,
hacia una huella.

13
A mí lo que
me importa es la lengua,
aunque se trabe.

Conchas de nácar,
esmeraldas en tu
cuello; el mar.

Desbarrancado
cielo, atolondrado
sobre la flor.

Rompe la ola
en tus pies; rasga el
sol una nube.

Piedras costeras,
grumos y un cangrejo;
llega un marino.

14
El viento le
arrebata el sombrero;
flota en el mar.

Baño en el mar;
siesta después de choclos
con sal y arena.

La noche espera;
el sol se desintegra
poco a poco.

Borro tu nombre
en el espejo del
barco; tormenta.

Velero y nubes,
jolgorio y licor;
reunión a bordo.

15
¿Cómo se ama
un espejo olvidado?;
agazapada.

Cielo dispuesto;
desafía distancias
el capitán.

¿Quién es sirena?
Extravío timón,
quema su canto.

¿Vendrá tormenta?;
puro humo en la ciudad,
resequedad.

Atardecer,
gusano ondulación;
la hoja cruje.

16
A veces, sin
embargo, en otoño
oculto y apago.

Una rabia
tragada por el mar;
mi amor perdido.

Bichito en
la escalera de
noche; llueve.

Invierno; los
cachorros me espían
desde sus cuchas.

Tantea una
mano en la oscuridad;
desarmadero.

17
El campo abierto;
el florero sin agua
me entristece.

El zorzal en
el ceibo paraguayo,
entretejido.

Hotel nocturno,
dueño esquivo; ¿dónde
vamos, sin llave?

Servicio de
habitación; polilla
achicharrada.

Llavero sin
la llave; la pileta
tapada, sombras.

18
Una mujer
tengo en el ojo, se
prende y se apaga.

Tus labios rojos


en el retrovisor;
ruta se ensancha.

Pez plateado,
se resquebraja la
pecera; ¡pobre!

Copas en alto,
comunión en la mesa;
el perro duerme.

El día se
eclipsa en la hoja y
digo amor.

19
Pedro Mairal:
es una fiesta el cielo
donde no estamos.

¿Cuál es la
distancia entre nubes?;
dos flores blancas.

Se esconde el perro
tras el trueno mas la
cola lo pilla.

Un rebotar
de gotas sobre techos
y paraguas.

Llueve en Goya;
mariposa, cargada
y húmeda, vuela.

20
Disuelve la
lluvia collares de
mi abuela.

Las cosas de
mi abuela pierden forma;
la lluvia arrasa.

Orugas en
movimiento; hierve lo
que vive y cambia.

Una luz entre


montañas, abejorros;
pizcas de nieve.

Ciertos cuerpos
cabalgan en ocultos
fuegos y esperan.

21
El zorro muerto,
me acurruco a su
lado; amanece.

Aunque lo abierto,
otra en otro encierro
me apresará.

Maderas en
fogatas ignoradas;
una espada.

Rompientes de
letras; un tornasol
entre arrecifes.

¿Cómo se mira
un cuerpo; cómo se
lee un libro?

22
Construyo islas
de perfiles; trascienden
tiempo y noches.

Se aferra el día
a tu espalda; alumbra
delfín rosado.

El pasto gruñe,
sequía iguala todo;
me echo a dormir.

Divanes a
destiempo; pero losas
que se ablandan.

Fuego y amasijos
de olvido entre espigas;
litoral queda.

23
Veo hojas nuevas
en el árbol que habían
quemado; bailo.

Llega papá
del trabajo; se echa
en el sillón.

Estrella en el
cielo; ser niña nueva
en Navidad.

Resbala suave
tu pena sobre el beso
de mi mirada.

¿Qué manos llevan


las riendas del caballo
de mi papá?

24
La niña salta
el charco; lentejuelas
en sus sandalias.

Recoge flores
para la mesa; espíritu
de Navidad.

Humo rosado,
nieve y carnaval;
es fin de año.

La abuela me
espera en el zaguán;
canario mira.

Estero que
se eleva; la flor se
me amontona.

25
Vinagre ataca
liendres; fastidio de
la niña y llora.

Polvo en los muebles;


alumbra el hogar un
foco, apenas.

Mañana entre
algodones; los teros
chillan rasantes.

Río en creciente;
las vacas se protegen
bajo los árboles.

La luna en
camisón; una gota
de lluvia espera.

26
Antes de la
lluvia el río picado
araña el cielo.

Barro en las calles;


abstraído leés
un libro viejo.

Coro de ranas,
que hoy no baje el sol;
calor preciso.

Despierta, aviva;
el halo luminoso
en la ventana.

El gaucho y
la moneda que gira
en el agua.

27
Cubiertos de
flores; balidos entre
mediodías.

Come maíz
la gallina; no cambia
con mi llegada.

Carbonizado
el campo; andar cansino
entre huellas de humo.

Cambio penumbra
por un día tus ojos;
el búho canta.

Corro hacia el agua,


sombritas en tu malla;
un pez rayado.

28
Paseo diario;
planea la blancura
entre los árboles.

Hoy voy a verte;


es una mariposa
azul el día.

Verano irrumpe
en aterciopeladas
garzas esbeltas.

Doradas las
aguas entre los remos;
camalotal.

Piso lejano,
quiero un caparazón;
extraño a otra.

29
Embalsamado
el patio; luna de
marzo esfumada.

Día nublado,
día de sol; quiero
bailar con vos.

Abeja entre
flores; insistencia
de exquisitez.

El sol en tus
brazos; ¿será que puedo
acariciarlos?

Rastrillos y
coladores; una ola
y otra los bandea.

30
Latido quedo
de cercanías que
se abandonan.

Mancha en la
pared, persianas bajas;
vuelco café.

Lava el mar
la huella de los pájaros;
alma empapada.

Hileras de
dudas sobre el viento
blanco; atardece.

Barro y nieve;
marcas del oso que
no vi jamás.

31
Ni en sueños dejo
de verte; un color fuego
y el calor.

Un bosque una
pipa parece; viento
entre escamas.

Alejo lo
cercano; difiero
identidad.

El ala del
avión se quebró;
ramas volcadas.

La canoa aclara
y oscurece en ondas
de luz barrosas.

32
¿Reflotan qué
ecos en los esteros?;
pies abrigados.

Tarde estival;
idolatría dulce
aterrizando.

Dice que no
sabe qué es el río,
tan socarrón.

Pista de hielo
despojada de humanos
y animales.

Playa de ayer;
novia entre sauces
espía y llora.

33
Guardada tu
carta en el cajón, muero
por releerla.

Recolectora
de café bajo el sol;
su fe enamora.

Me ruborizo
cuando te veo; ¿querés
una cereza?

En la gran playa
forjo un momento de
sombra y leyendas.

Cruce de cauces;
caliente y frío es
el tornasol.

34
La niña cruza
senderos; se arregla
y dice amor.

Empuja el viento,
milanesa en la arena;
¿un baño juntos?

¿Qué ruido de
alborotados pájaros
removiendo?

Cruzando días
a destiempo, cubiertos
de luna y arenas.

Espalda gacha,
sombra atardecida;
muerte temprana.

35
Las manos de
papá en las riendas
del alazán.

Canoas, hongos,
surubíes, mosquitos;
¿y los humanos?

Hoy nada soy,


escasea la yerba;
panza vacía.

El día no
se viste, estoy sola
y tengo miedo.

Lo blanco, luces
negras; en lo azul
llueve también.

36
Sorbés el mate;
¡qué envidia le
tengo al agua!

Cuando te vas
se muere el mate; rápido
entran las sombras.

Sobre tu pelo
una flor se arrastra,
y aroma dulce.

Perlado y arisco
el lomo de la ola;
evanescencia.

Se hincha la ola;
un preservativo hasta
la orilla llega.

37
Tomo café;
el vientre del caballo
se acrecienta.

Un chamamé
se escucha despacio;
¿quién llora y extraña?

Mi abuela en
el hospital; revuelvo
café y me agito.

Caña con ruda,


verano bolichero;
me enamoro.

Jazmín celeste
para novia querida,
aunque cueste.

38
Busco tu boca;
cigarra incansable
me inyecta ánimos.

El campo tras
la hiedra, más espeso;
noche cerrada.

Escurro rabias
embebida en tus labios;
resurrección.

Viaje en tren,
música suave; una
mosca me zumba.

Venís y me
desarmo; dura poco,
¿cómo me rearmo?

39
Campo de moras,
cuenco en el mar violeta;
ola voraz.

Woolf en anillos
luminosos; orugas
en altos cuencos.

Gastada entre
cigarros consumidos;
a veces salgo.

El arcoíris
se va yendo; tristeza
viene a mí.

Extrañamiento,
aleteo de cuervos;
reclutó el beso.

40
Pandemia entre
libros; detrás del velo
pregunto quién.

Huracán y humo,
noche ensayo final;
¿dónde está el público?

Giran los cuerpos


en semitransparencias;
teatro y mundo.

Se abre el telón
y te veo; desazón
en mi ademán.

Barco soñado
por papá existe, allá
entre lo azul.

41
Entre el agua,
un diseño de fuego;
isondúes vuelan.

Filosofía,
el gesto de indicar
entre escombros.

Madama, con
vos discurro y me
refreno; te amo.

Paloma viene
a tomar agua y
también se baña.

Enamorado
veloz en moto; el
brazo, amputado.

42
Último día
de verano; el pájaro
picotea arena.

Cinco lombrices
bailotean en la tierra
recién regada.

Lúcido insecto
nocturnal, ¿me llevás
hacia el río?

Un gusanito
de luz enciende la
curiosidad.

Silencio entre
remolinos; las vacas
entrecruzadas.

43
El viento cierra
puertas, vehemente; empieza
a gotear.

Una llamada
no alcanza objetivo;
cuerpo apagado.

No quiero verte;
apagás el motor,
hago que duermo.

Perro que mira,


mariposa se va;
¿ahora con quién?

Gallos fornidos;
mañana de nostalgia
y de naranjas.

44
Se queda el
sol en la ligustrina
un rato más.

Franja de oro
en el río; luciérnagas
espiraladas.

Calor de tarde;
un perro en el jardín
muerde huesos.

Olor a encierro,
polillas en la ropa;
motas de polvo.

Perro campante
se estira después de
mucho comer.

45
Tras la ventana
el sol se esconde y llueve;
quiero ojos nuevos.

Trabajan tus
manos en el jardín;
las flores, chochas.

Mar y faro, ojos


mustios te ven; calor
que se propaga.

Plata quemada,
póker temprano; riesgo
de muerte y mafia.

Ancho de espadas
y doble cuatro de
copas, ¡qué fiasco!

46
Retiro y humo;
atención imperfecta,
buda dormido.

Contemplar el
mundo es vivir dos veces;
húmedos labios.

Tirón de pelo;
manos tramposas y
plata robada.

El cuerpo tenso,
escondite y dolor;
corpiños yermos.

La diosa sin
corpiño busca humana
para amar.

47
Anda la diosa
por el agua, por la
arena, hurtada.

Pezón de luz:
libre, duro, escarpado;
no se alcanza.

La lengua lo
atrapa; lo rodea,
lo golpea y suave.

Preso pezón,
necesitado eterno;
pobre de sí.

Escalofrío,
danza interminable;
sube el deseo.

48
Pelos rodean
pezón, encantadores;
la boca avanza.

Hojas de plata
en riachuelos y plumas
blancas; navego.

Líquidas rocas;
arena que entierra
cuellos y pies.

Anda el amor
a contramano, trepa
hasta el río.

Almejas, rayas;
tu cuerpo es alboroto
en la arena.

49
Río revuelto,
mas no hay tintes ni peces;
manos velludas.

La rana en la
piedra a punto de
saltar me asusta.

Patios baldíos,
pocilgas melancólicas;
rata mordiente.

Monos sin pelo


de enredaderas cuelgan;
uñas roídas.

Cruel pesadilla,
chupa manos y pies;
ángel te veo.

50
Atrapasueños
y un barco arrumbando
lejos; ¿quién silba?

Tarde amarga;
goteras en la casa
después de vos.

Té por favor,
insomnios recurrentes;
¿con quién hablar?

Baño y vapor;
varias horas me pierdo
en el espejo.

Recién nacidos
pastos, el sol los roza;
¡pero tu sombra!

51
Agua caliente;
tu cara repetida
en la intemperie.

Borro espejo,
se abre el telón y pierdo;
rasgo ansiedad.

¿No les da ganas


de hacer el amor en
la intemperie?

Fumo y desvelo
mientras te espero;
el gato aúlla.

El punctum entre
tus ojos y mi boca;
prendida quedo.

52
Sujeta a tu
balsa en madrugadas
de hastío marrón.

Tu ombligo en
fuga desde la sombra
hasta Uruguay.

Complicidad
entre el muelle y
las capuchinas.

Un centro de
colisión entre tu
ombligo y vos.

Te busco entre
remolinos de arena;
¡ay!, el desierto.

53
Postes enclenques.
No obstante, lozanías
y mariposas.

Oscuridad,
desorden en la pieza;
el gato salva.

¿Ver llover con


quién? Invierno distinto;
nube y delirio.

Contraria a mí,
tarde desencontrada;
un casamiento.

Recién casados;
sobre el mantel caen
rosas de miel.

54
Invierno, lobos
y ovejas; por suerte
perdura abeja.

Paloma púrpura
llega a la mesa y
prueba batatas.

Salta langosta
de la hamaca al piso,
pero se escapa.

Lo dulce de
tu boca, el aire
de la espera.

Arrullo suave;
el niño duerme, y lo
viste paloma.

55
Se gastan los
poemas en lo mojado;
¡gran hojarasca!

Abro ventanas,
cuento ovejas para
poder dormir.

Linterna en la
cama alivia el miedo;
sombras chinescas.

Caña arrojada,
hombre en el abismo;
suelto sí mismo.

Pasto abundante,
fresco amanecer;
caballo ingresa.

56
El gato sale
a cazar muerto de hambre;
noche arrojada.

Vuelvo y persigo
mariposas azules;
¿termina el sueño?

El perro ve
la correa y se acuesta:
“Pasear no”.

Cae una hoja


de jazmín; luna de
verano húmeda.

Lunes, y otra
vez mi psicoanalista
anota cosas.

57
¿Me amará
un poco mi hermosa
psicoanalista?

Cuerpo desnudo;
sin apuro lo miro
y ahí me quedo.

Alas al viento;
margarita que se abre
como el mar.

Se estira el viento,
descansa en tus tetas;
reman las piernas.

Abierto el mar
tus brazos me abrazan
y así atardece.

58
Aferro tu
pelo, ramaje y lluvia;
nace el síntoma.

Una llamita
cola mueve el perro,
de confianza.

En tierra seca
sos lluvia torrencial;
fluvial luciérnaga.

Luna levanta
mi deseo; la miro
con fruición.

Lo abierto de
tus ojos como un
pacto terrestre.

59
León y cresta,
camino empinado;
pateo polvo.

Echo cenizas
sobre el mar; el viento
me custodia.

Cresta salada,
invasión desnudez;
hincan colmillos.

Intercalados
maullidos entre plantas;
algodón vuela.

Repta la iguana
rápido por el tronco;
ardiente sol.

60
¿Cómo llamarte?;
atorado el beso
entre amigas.

Barco inquieto;
catalejo se pierde
en el ocaso.

Me digo que
estoy de paso y, sin
embargo, amo.

Flor y escarcha,
nubarrón creciendo;
piedra y tropiezo.

Día muy limpio,


tizas y rayuela;
¿hay que estudiar?

61
Pool y martinis
para dos; tiro y me
pierdo mirándote.

Ser tu invitada
es un honor; abejas
a catar vienen.

Mirando tu
prendedor ámbar me
perdí; tardanza.

Toco tu boca,
encima arriba del
tobogán; beso.

Abre y cierra
el pico el gorrión,
¡tan chiquitito!

62
Mujer apenas,
tela insonora y ciega;
grafía suelta.

Pequeños pies;
huellas blandas sobre
arena virgen.

Señal, vestigio;
runa rara que me habla
y, sin más, calla.

Sostienen hojas
las hormigas; frutera
desamparada.

Amor de insectos;
entrevero de pastos
en los esteros.

63
El tenedor
arremete fideo;
plato vacío.

Perro liquida
salsa, ojos saltones;
mugre en la calle.

Lluvia herrumbre
veo en la ventana;
espejo gris.

Encendés un
cigarrillo y quiero
arder con vos.

Espejos; en
bordes, fanales entre
musgos y cáscaras.

64
Una granada,
pato salvaje tarda;
cubre la tarde.

Sofía me
dice que deje de
remar; llueve.

Pato salvaje;
la tarde se ensancha
y se sumerge.

Adela está
cazando patos; ella
gorjea y muere.

Señal de stop,
hamaca y granada;
asesinato.

65
Sonoro el fuego
de ocaso en el espejo
de la mañana.

Costurerita
que hilvana el corazón
mientras llovizna.

Baldosa suelta,
la piso y me mojo
las zapatillas.

El perro se hace
el rengo; no quiere
dormir afuera.

Ajedrez con
sobrinas, primavera
anticipada.

66
Aletean y
me dan calor las alas
alimonadas.

Se mete el gato
y rompe el jarrón;
liga escobazos.

Niñas jugando;
plastilina y risas
entre azucenas.

Conejo de
Alicia, verlo imploro;
¡qué precioso!

Liebre de campo,
¿asilvestrada yo?;
la vaca soy.

67
Camino en
bicicleta; subiendo
te veo, y cruzamos.

Aprieto frenos
tarde; sobre un montón
de paja caigo.

Manubrio en el
abdomen; cama por
varios meses.

El perro suelto;
hastío de farol
irresoluto.

Es primavera;
tu cuerpo desnudo
es el poema.

68
Salto aquelarre,
la llama crece; fuego
filosofía.

El fuego cruza
pastizales, camina
entre serpientes.

Filosofía
de la mano de una
reina que ama.

Noche cerrada
pero, en el suelo, hileras
de margaritas.

Palabras en
los bordes de las cosas;
¿qué hay en los centros?

69
Subo al subte;
anónima en brazos
extraños, duermo.

Migas de pan
en la mesada; raudas
hormigas llegan.

La cafetera
rota y no hay pan; domingo,
¿sos bienvenido?

Subo al subte,
bajo a mis pensamientos;
atolladero.

Vestido olvido,
empeño de rosal;
máscara frágil.

70
Extraterrestres
bajan del cielo al techo,
humanos buscan.

Tritura mi
voz cuando con otra
te veo; la huerta.

La violencia
en el mundo, mas tu
boca y vos.

Cortada lámina,
el humo se atempera;
siesta que tumba.

Come frutillas
el caracol de antenas
resbaladizas.

71
Torta asada;
desayuno temprano
junto al río.

Hoja de otoño,
las calles muy estrechas;
amodorrada.

Filo de otoño,
un cigarrillo helado;
carne quemada.

Sueño de ovnis,
todo pierde su orilla;
cuevas anónimas.

Mujeres costean
el río que presume
con olas grandes.

72
Siesta flotante.
Desgajo mandarinas;
mosquitos aíslo.

Agua otoñal;
encuentro familiar
bajo la parra.

Nidito nuevo
y perfecto, pichones
encubiertos.

La baba del
caracol como huella;
pero, ¡tus piernas!

Abiertas en
el bosque; piñas crujen,
cables pelados.

73
Carita triste
tras el vidrio; ¿de dónde
y hacia dónde?

Balcones tuyos,
arrimada a mí;
cristal y hiedra.

Tus manos entre


rosas amanecidas
y oscuros cardos.

Después de la
escuela, pelones
en tu balcón.

Bocado blando
de durazno al sol;
tarde en la plaza.

74
Morder tu piel,
salpicarte de besos;
batir los huevos.

Me ofrece un
diario y también sonríe
sin compromiso.

Rama mojada,
desánimo ayer,
yo otoñal.

Médico mal
dormido, cirugía;
herida abierta.

Aunque la muerte,
el amanecer es
nuestro y de nadie.

75
Tu llanto frente
al espejo y mis manos
secas buscándote.

Vieja y joven
conversan en el bar;
¿y si se besan?

Me acuesto en vos,
llueve; espejo de soles
en tu espalda.

Descalza la
niña, los ojos tristes;
¿y su mamá?

La margarita
se abre si lo oblicuo
la aguijonea.

76
Una pregunta
entre el latido y
su cadencia.

Entre pasillos,
entre esquinas, vos
y tus cristales.

Frenos y vidrio,
miríada de astillas;
flor de lavanda.

Me espera y
lejos estoy, cubierta
de hormigón.

Planetaria,
insurrecta; entre lunas
al mediodía.

77
Paso apurado,
envuelta en intemperie;
remera fría.

Almeja súbita,
¿desaparecerás?;
resbalo en vos.

Las riendas sueltas;


el barro en las botas
de papá, un topo.

Nomeolvides
cortadas de la tierra;
rosal de lava.

¿Cuál es el cielo
gastado que avizoran
los motoqueros?

78
¿Será que estamos
todos superpuestos?;
mirada oblicua.

Recorte de
mi olvido en la foto
entre los cardos.

El beso de
Mary Oliver como
gansos salvajes.

Duerme bebé
en la cuna y chupete;
mi dedo agarra.

Ausente el alma
de la fiesta; la
copa rebalsa.

79
Invasión de
hormigas en el baño;
espejo sucio.

Llueve tupido;
hornerito trabaja
incluso más.

Mujer y perro
pasean; ella no
me mira, ¡lástima!

Piedritas claras
de lluvia, absorbidas
por la tierra.

La mariposa;
una forma de pez
en la ventana.

80
Frío apurado,
envuelta en intemperie;
centro vital.

La mano tiembla,
otra de atrás se acerca;
la toca y tiemblan.

¡Qué suerte la
del perro!, que va a
morir no sabe.

¿Dónde se vuelve
después de la infancia?:
a lo que es propio.

Un viaje con
papá y el cielo naranja
sobre el río.

81
Sobrevuela
sombrero mariposa;
aleteo intenso.

La gata intenta
atraparla; se escapa
la mariposa.

Ciudad lejana;
chicharra campo adentro,
tela de araña.

La infancia en el
hueco del árbol; los
sauces como actos.

Visión tardía,
el vidrio empañado;
hombre cercado.

82
Repetición:
la ciudad y sus fiebres,
frases de plástico.

Se choca el
pájaro contra el vidrio;
vio a un amigo.

Voces que giran;


el aljibe con el
sol de la infancia.

Nieva; en casa
el gato ronronea
y se acerca.

Sopa nocturna;
el escritorio entre
luces y sombras.

83
Llega papá:
fiesta de tulipanes;
ríe el suindá.

Duelo amor;
el río amaneció
picado y oscuro.

Curda entre sauces;


hasta el gato se
va, contrariado.

Los ojos de
mi psicoanalista
me despiertan.

Su lengua es
el mar de noche; tengo
sed a toda hora.

84
Me corta el rostro
mi psicoanalista;
dolida escribo.

Suspira el perro
la ciudad y sus vicios;
todo a la venta.

Perfume intenso;
el perro estornuda
en el sillón.

Pelea de
perros; los cereales
fueron barridos.

Vicios sobre
el mostrador; ¿y el
amparo cierto?

85
Tu taza sobre
la mesa; la hoja sin
letras es noche.

Buenas noticias,
primavera gorrión:
arroz con queso.

Grupo de pájaros;
agüita de manguera
para el calor.

Trajín de lunes;
imagino mejor
en mí tus labios.

Siestas echadas
sobre carpinchos, y
también, nadar.

86
Palo y gol;
segundo tiempo en
el bar de Juan.

La luz despierta;
ladridos y gorjeos
en mi ventana.

Chau caballito,
hasta la siguiente
estación; ¡te amo!

Ruido de truenos;
rasga la puerta el
perro y tiembla.

Dinero fácil;
cigarrillos y sexo
en el comercio.

87
Apagón y
calles vacías; me
inundo en vos.

Se enfría el
plato; tus ojos busco
entre telones.

Escuchá: solo
hoy vendo gallo a
cuatro por dos.

Bandera en alto,
pasteles de membrillo
y sapukái.

Cerveza escarcha,
foquitos de colores,
largo mantel.

88
Teje mamá
crochet para las nietas;
el sol la mima.

Clarea, sin
embargo, margarita
partida; éxodo.

Galope y polvo,
la abuela enferma;
corre el gurí.

Un caminito;
en la playa hermosa,
una mujer.

La filigrana
de su rostro quisiera
dilucidar.

89
Tarde aburrida,
pero llega la abuela
y todo cambia.

El perro advierte
(hocico tras las ramas):
el campo arde.

La escuela empieza:
¡qué linda es la maestra!;
¿sabrá poesía?

Lectura de
la borra del café;
tele y desierto.

Ventana y, al
trasluz, tu cara; ¿y
si fuerte, un beso?

90
Dibujo sos,
suave y persistente;
pan hogareño.

Sobre hojas, olas


bravas; van descubriendo
una araña.

Barbijo en la
playa, hallado por
luna creciente.

Caimán escapa
del incendio en pleno
enero, es sed.

Es día aún
pero luna naranja
se deja ver.

91
Fin de domingo;
el sol baña la luna
con sutileza.

El viento se
detuvo; barrilete
extraviado.

Se fueron todos,
las palomas se amuchan
y cantan; llueve.

Trinan a coro
los pájaros en el
árbol colmado.

De mal agüero,
dicen algunos muchos;
¡pero es mentira!

92
Crece aún más,
entona gorrión;
pinta la tarde.

Se eleva el pan
en la mesa, té humeante
y el amor, justo.

Foster escruta
el frente, concentrado;
ni un pelo mueve.

Inspecciona
la casa el pitogüé;
¿qué buscará?

Se me quemó
el arroz; ¡ay!, había
eso y más nada.

93
Garras atentas;
el gato en un instante
apresa el pez.

Bar en Belgrano;
luminosos instantes,
abeja sabe.

Sale el pichón
del nido, un poquito
vuela y cae.

La mariposa
de tus ojos emerge;
hace piruetas.

Abeja y
mariposa se besan,
y adiós.

94
Colibrí de
néctar y flor; corolas
y bosque vibran.

Brilla el pez,
piel dorada al sol;
vuelve al agua.

Le tiran sal
al sapo, pavos jóvenes;
lo hincan con palos.

¿Se mareará
la mariposa de
tanto girar?

Sube el perro
al banco; se cuida
del enemigo.

95
Perrito, ¿qué
soñás?; ¿con una perra?,
¿orejas largas?

Ola de mar
me sorprende con su
fuerza, y frío.

El hilo del
beso unido a la pava;
pero se quema.

La luna alta,
vos a mi lado; queda
flotando el beso.

Perro detrás
de mariposa, exhausto;
ella es continua.

96
Chicharras; el
mosquito en la frente
del pescador.

Ladridos y
refusilos después
de madrugar.

Anda, nocturna;
mariposa con pintas
entre jazmines.

Casi el murciélago
me atropella, ¡qué susto!;
declina el día.

Cielo naranja,
rocío en el pasto;
olor a cocos.

97
Luna nos brilla
en los quereres y
regreso a casa.

Habla Mairal;
entre anillos de humo
responde Woolf.

Entre las sábanas


se pliega el día, tu
boca me atrapa.

El rímel se
descorre y el beso
por fin emerge.

Tomás sol, se
te escapan las tetas;
hago silencio.

98
Enciende el sauce
la luna; sueño sola
en camisón.

El perro en la
cucha; bajo tu colcha
y sumergirnos.

Suspensión
secreta; madrugada
en tu espejo.

Tendidas sábanas;
¿qué misterios esconden
sueños y párpados?

Desenredar
todos tus sueños en
cada verano.

99
Untar los días
con vos, meterme en
tu entrepierna.

Costa desierta;
disipo niebla entre
el pajonal.

Dos aves juntas


en el desierto, ¿solas?;
solas no están.

Soñoliento,
después de correr, me
mira el perro.

Una ausencia
tuya en mi sueño que
es mío y no.

100
No me entra en
un libro lo que trazo;
borro y lo ves.

Se cae mi
trompo al río, ¡lástima!;
ya no lo veo.

Hocico en el
agua; una mariposa
llega y descansa.

Bostezan los
niños, avanza el
caimán; sequía.

Otro bostezo,
prolongado rigor;
yacaré atado.

101
Agua helada;
perro viejo, escabrosa
tez, sin abrigo.

Canitas en
la cabeza del perro;
¡se ha hecho viejo!

Voy por la ruta,


cururú reventado;
resiste el día.

Piso un escuerzo
en patas, sin querer;
parque sin luz.

Solo las ranas


el silencio interrumpen;
límpido cielo.

102
Cuarenta grados
en la ciudad; las ranas
piden agua.

Mi tío hace la
plancha en la pileta,
de madrugada.

Gira el yoyó,
baja y sube; las manos
tocan el cielo.

Entro al río;
mojarritas pellizcan
en grupo armado.

Tiembla el agua
cuando aterriza la
garza en lo azul.

103
El roce de
tus labios me estremece;
cae la niebla.

El pantalón
colgado, a punto de
caerse en flores.

Las sardinitas
atacan los jamones;
¡cuánto arrojo!

Rojea el chivato
para engordar inviernos
flacos y tristes.

Isondú, en
el ramaje prendido,
es tibieza.

104
¿Cuál es la
pregunta origen de
la conciencia?

Cenizas en
la ropa; los vecinos
queman basura.

Humazón en
la ciudad incendiada;
un caracol.

Una flor blanca


en el río marrón,
y una abejita.

Mis manos en
tu cintura; planean
los asoleados.

105
De amarilla ala,
boyerito atento
y colilargo.

Sol, que ablanda


sillas; que vuelva a ser
duro e intenso.

Una vez más


nace una mariposa;
la acaricio.

Remanso de
agua; la calandria
emprende vuelo.

Los cuernos del


caracol, alicaídos;
cuchitril pobre.

106
Quedan los versos
despuntando en el agua,
libre el pez.

Llanura quieta;
llueve finito sobre
el alazán.

La bruma sobre
la iglesia; mi prima
ya no está.

Difícil es
escribir en el nombre
de la ausencia.

Hundidos pájaros,
pero perfumes en
enero vagan.

107
La luz de mi
barrio se enciende cuando
llegás al bar.

Entre cerveza
y pizzas vuelve el
deseo a subir.

La humedad
entre disparos se
acrecienta.

Una llamada
de fuego entre la
canoa y el ocaso.

Un ruego entre
los pájaros y los
sauces que lloran.

108
Un cuerpo en sombras
que es seducido a veces
entre explosiones.

Solaz te escucho
grillito seductor;
late la tierra.

Para atrás, se
asusta el cangrejo;
sauce de agua.

Prende y apaga
su panza sobre las
hojas del sauce.

Los isondúes
vuelan entre espejos;
mirá este verde.

109
El pensamiento
sube hasta tus ojos;
se abre en flores.

Si pudiera
tu nombre esparcir en
la luz que queda.

Clavo amor
entre luces oscuras;
antigua sed.

Luna aguada
en el insomnio es
farol mecido.

Canoa roja
sobre el río; la
estela luego.

110
De noche en noche
la chicharra entona
y armoniza.

La araña del
mundo empezó en
una juntura.

La calma abierta,
eterna de tu nombre;
toros intrépidos.

La canción suena
desparramada en
ausencias; ríos.

En el desierto
perfumado de la
soledad ronca.

111
Herida duele
todo el espacio
antes que el sol.

Nada el pez en
el mar; el niño lo
quiere atrapar.

Nadie en la
ciudad de viento y piedras;
madrugada alba.

Paloma se
acerca y se me agranda
la amistad.

La canoa y
su agua escondidas
entre los juncos.

112
Marrón en pausa;
la canoa roja lo
rompe, fugaz.

Olor a tierra
mojada y margaritas;
perlas que giran.

Mastica el
caballo en la aparente
quietud; berridos.

El jazmín tiembla
hurgando en los colores
del espacio.

La noche, el tramo
de la ruta en el
que no estás.

113
Manos que piensan;
dedos que tocan una
música propia.

La iguana se
pierde entre las hojas
de la palmera.

Álamo mío,
secreto de infancia
tornasolado.

¿Bajo qué cielo


el vuelo teñirá
de luz el duelo?

El caracol
en la reja después
de la lluvia.

114
Un olor a
pino del mar de vos
que no estabas.

La sombra de
las hojas te divide;
gato sin nombre.

El charco de
la infancia me mira;
el patio es hondo.

Sopor de luna
que sube, incendiada
sobre el bosque.

Me despierta
mi psicoanalista,
me abraza; ruidos.

115

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