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ESCUELA SUPERIOR DE ADMINISTRACIÓN PÚBLICA

ESAP

PAOLA ANDREA RÍOS PULIDO


DEISY BELTRÁN LAMPREA
YEISON FERNANDO ROZO
JAIRO ANDRÉS RAMÍREZ TRUJILLO

DERECHO CONSTITUCIONAL

CETAP CUMARIBO
FEBRERO
2023
El artículo 29 de la Constitución Política de Colombia establece los derechos
fundamentales que deben garantizarse en todo proceso judicial y administrativo.
Este artículo es una pieza clave de la justicia en el país, ya que protege a los
ciudadanos de los abusos y garantiza que los procesos judiciales se realicen de
manera justa y equitativa.
El principio del debido proceso es esencial para proteger los derechos de todas las
personas. Este principio exige que cualquier persona que sea sometida a un
proceso judicial o administrativo tenga acceso a un juicio justo y tenga derecho a la
defensa. El artículo 29 establece que nadie puede ser juzgado sino conforme a leyes
preexistentes al acto que se le imputa y ante un juez o tribunal competente, lo que
significa que el juicio debe estar basado en la ley y que el juez debe ser imparcial y
competente en la materia en cuestión.
En materia penal, la ley permisiva o favorable, aun cuando sea posterior, se aplicará
de preferencia a la restrictiva o desfavorable. Esto significa que, en caso de duda,
se debe aplicar la ley que beneficie al acusado. Además, toda persona se presume
inocente hasta que se demuestre lo contrario en un juicio justo y equitativo.
El derecho a la defensa es uno de los derechos más importantes que se establecen
en el artículo 29. Este derecho implica que toda persona tiene derecho a la
asistencia de un abogado durante la investigación y el juzgamiento. Además, se
debe garantizar un debido proceso público sin dilaciones injustificadas, se debe
permitir presentar pruebas y controvertir las que se alleguen en contra, y se debe
permitir impugnar la sentencia condenatoria.
El artículo 30, establece el derecho al Habeas Corpus, que es un recurso judicial
que se puede utilizar para obtener la liberación inmediata de una persona que esté
detenida de manera ilegal. Este derecho puede ser invocado en cualquier momento
y debe resolverse en un plazo máximo de treinta y seis horas.
El artículo 31, establece el derecho a apelar o consultar cualquier sentencia judicial,
salvo las excepciones que consagre la ley. Además, se prohíbe que el superior
agrave la pena impuesta cuando el condenado sea el único apelante.
El artículo 32, establece las normas para la aprehensión del delincuente
sorprendido en flagrancia. Este derecho permite a cualquier persona aprehender al
delincuente y llevarlo ante el juez. Si el delincuente se refugia en su propio domicilio,
los agentes de la autoridad pueden ingresar para realizar la aprehensión. Si se
refugia en un domicilio ajeno, se debe realizar un requerimiento al morador.
En el caso de que el delincuente se refugie en un domicilio ajeno, los agentes de la
autoridad deben requerir la autorización del morador para poder entrar y realizar la
aprehensión.
En resumen, el artículo establece que, si un delincuente es sorprendido en
flagrancia, cualquier persona o los agentes de la autoridad pueden detenerlo y
llevarlo ante la justicia, incluso si se refugia en su propio hogar. Si se refugia en un
domicilio ajeno, los agentes deben solicitar la autorización del morador para
ingresar.
El artículo 33, prohíbe la obligación de declarar contra sí mismo o contra su
cónyuge, compañero permanente o parientes dentro del cuarto grado de
consanguinidad, segundo de afinidad o primero civil. Este derecho garantiza que las
personas no puedan ser obligadas a incriminarse a sí mismas o a sus seres
queridos.

Por último, el artículo 34, prohíbe las penas de destierro, prisión perpetua y
confiscación, aunque se establece la posibilidad de declarar extinguido el dominio
sobre los bienes adquiridos mediante enriquecimiento ilícito.

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