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En el momento en el que tu perro te muerda fuerte debes realizar un


sonoro chillido para que aprenda a identificar el dolor en los humanos. A
continuación dejarás de jugar con él para que, a la larga, asocie el chillido
de dolo con el fin del juego.
. Este ejercicio debe repetirse muchas veces para que el cachorro asocie
de forma correcta el chillido con el dolor y con el posterior fin del juego, de
no ser así el cachorro no entenderá qué está ocurriendo.
Una vez el cachorro ha aprendido a gestionar su mordida evitaremos jugar
con él a morder, evitaremos sobreexcitarle (ya que entonces es probable
que pierda el auto-control de la situación) y premiaremos con un "muy
bien" los juegos tranquilos y la actitud positiva con nosotros y con otras
personas.
En este punto trabajaremos como en el caso anterior: la clave consiste en
evitar las situaciones que propicien que el perro nos muerda las manos y
los pies y por el contrario reforzaremos con varias herramientas a nuestro
alcance (palabras, caricias, golosinas...) las actitudes que nos parezcan
correctas, como morder sus juguetes. Lo más importante será tener
paciencia y ofrecer mucho cariño a nuestro cachorro y es que este tipo de
actitud no se soluciona de un día para otro, se requiere constancia y
positividad.

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