CASO PRÁCTICO Derecho de Sociedades. Grupo 3.

PRÁCTICA
MERCANTIL ESPECIALIZADA.
D. Álvaro Arteche, ingeniero dedicado durante más de diez años a las energías
alternativas, decidió en 2016 constituir una sociedad limitada que tendría como
objeto social la fabricación y comercialización de paneles solares para su
suministro a instalaciones de energía fotovoltaica.
Su compañero en esta aventura empresarial era D. Bartolomé Benítez que había
desempeñado toda su carrera profesional en el área empresarial de una gran
empresa industrial española dedicada al cemento.
Ambos acordaron constituir una sociedad limitada, ya que les habían comentado
que era la forma social más flexible y que mejor se adaptaba a sus necesidades.
Decidieron repartir las participaciones de la siguiente forma: D. Álvaro Arteche
tendría a título personal un 70% de las participaciones sociales y aportaría
350.000 E en forma de capital social y D. Bartolomé Benítez tendría un 30% del
capital y aportaría 150.000E a la sociedad, si bien, no personalmente, sino a
través de la sociedad de la que tenía el 90% del capital (el 10% restante estaba
a nombre de su esposa) que se denominaba BENITEZ INVERSIONES, S.L.
Escogieron como nombre para la sociedad el de SUN ENERGY, SL y solicitaron
al Registro Mercantil Central la certificación negativa de la denominación social.
Mientras esperaban una respuesta sus abogados prepararon la escritura de
constitución de la sociedad y los estatutos donde se incluyeron las reglas de
funcionamiento de la sociedad en las que ambos estaban de acuerdo. D. Álvaro
Arteche se convertiría en administrador único de la sociedad SUN ENERGY, SL,
pero determinadas decisiones de importancia para la sociedad deberían ser
adoptadas por una mayoría de ¾ partes del capital social.
Cuando consiguieron la certificación negativa de la denominación social
escogida abrieron una cuenta en una entidad financiera de reconocido prestigio
a nombre de SUN ENERGY, SL donde ingresaron las aportaciones dinerarias
previstas, obteniendo el correspondiente certificado de depósito y solicitaron
también a la AEAT un CIF provisional para SUN ENERGY, SL.
Todo estaba listo para la firma de la sociedad en el notario el día 10 de mayo de
2016 cuando la esposa de D. Bartolomé Benítez y administradora única de
BENITEZ INVERSIONES, S.L., tras una discusión con su marido la noche
anterior, decidió no comparecer al acto de firma de la escritura de constitución
de la sociedad y remitió un burofax a D. Álvaro Arteche indicándole que le
devolviese los 150.000 euros ingresados en la cuenta de la sociedad en
constitución, ya que se había dispuesto de los mismos por una persona, D.
Bartolomé Benítez, que no tenía facultades pare ello y que había usado la firma
digital de la administradora para realizar el ingreso, y no era intención de la
sociedad que ella administraba participar en la sociedad SUN ENERGY, SL.
Ante esta situación, D. Álvaro y D. Bartolomé acudieron a su despacho experto
en asesoría jurídica para ver si existía la posibilidad de solventar la situación.
Cuestiones propuestas para resolver el caso práctico:
1. ¿Puede ser socio de una sociedad de capital una persona jurídica?
¿Quién representa al socio persona jurídica en la sociedad que se va
a constituir?
2. ¿Qué pasos son necesarios para constituir una sociedad?
3. ¿Qué hubiese ocurrido si el Registro Mercantil Central hubiese
denegado la certificación negativa de la denominación social
pretendida? ¿Cuántas denominaciones sociales pueden solicitarse?
¿Quién puede solicitarlas?
4. ¿Son correctas las aportaciones dinerarias realizadas por los socios
a la sociedad? ¿Es correcta la manera de acreditarlas ante notario?
5. ¿Es necesaria la elevación de escritura pública para que exista una
sociedad entre ambos socios? ¿Por qué se lleva a cabo la
constitución de una sociedad en escritura pública?
6. ¿Cuáles son las alternativas que tiene D. Bartolomé para continuar
con la constitución de la sociedad con su socio D. Álvaro?
7. ¿Puede negarse la administradora única de BENITEZ INVERSIONES,
S.L. al otorgamiento de la escritura de constitución?
8. ¿Qué efecto tiene la inscripción de la escritura de constitución en el
Registro Mercantil?

Tras complicadas negociaciones, los socios alcanzaron un acuerdo, que excluía

a la sociedad sociedad Benítez Inversiones, S.L. que fue sustituida, a título
personal, por don Bartolomé Benítez, dando comienzo a sus operaciones y
desarrollando el objeto constitutivo de su actividad empresarial. Transcurridos
los primeros cinco años de vida social, los socios designaron administrador único
a don Bartolomé Benítez en la junta de 14/06/2021. Por otra parte, don Álvaro
Arteche vendió un 20% de las participaciones sociales de la sociedad a don
Bartolomé Benítez con fecha 15/12/2021, quedando distribuido el capital social
por partes iguales entre uno y otro socio.
La sociedad desarrollaba su actividad en un local sito en el Polígono Industrial
“El Pla de la Bailonga”, Alicante, por el que pagan un alquiler con una renta
inferior a valor de mercado gracias a una gestión personal de don Álvaro Arteche,
y con una duración de 15 años, de los que restaban por cumplir, todavía, 12.
El 1/05/2022, siendo todavía don Bartolomé titular del órgano de administración
de la sociedad, él mismo y su esposa, propietarios cada uno de la mitad indivisa
del local sito en el polígono industrial de Torreplano, Elche, vendieron dicho local
a la sociedad actuando don Bartolomé como vendedor de su mitad indivisa y, al
mismo tiempo, en cuanto representante orgánico de la sociedad, como parte
compradora. El precio se fijó en 300.000 euros, coincidente con una tasación
efectuada por la sociedad de tasación, “Minsa, S.A.” a efectos de la concesión
de un préstamo hipotecario por la entidad financiera El Acreedor Implacable, S.A.
En la escritura se gravaba la sociedad con el pago de todos los gastos e
impuestos derivados de la operación, incluido el de plusvalía.
Para pago del precio, don Bartolomé, en representación de la sociedad, obtuvo
un préstamo de la citada entidad y constituyó una hipoteca sobre la finca
adquirida por la sociedad, por importe de 225.000 euros y 15 años de duración.
Para completar el precio suscribió una póliza de crédito con la entidad El Culto
Al Ahorro, S.A. con límite de 75.000 euros.
La compraventa tuvo lugar el 1/06/2022, contra el expreso deseo de don Álvaro,
que consideraba innecesaria y muy gravosa la operación a la sociedad, ya que
le presentó a don Bartolomé dos tasaciones periciales que acreditaban que el
precio de compra fijado era superior al real de mercado, una por 225.000 euros
y otra por 175.000 euros, por lo que se estaba perjudicando a la sociedad por la
diferencia finalmente pagada (entre unos 75.000 y 125.000 euros).

Tras la operación de venta se celebró junta general de la sociedad, con fecha 28

de junio de 2022, en la que quedó patente el bloqueo del órgano por
imposibilidad de alcanzar ningún acuerdo. En aquella junta, don Álvaro manifestó
su oposición a que se aprobara la gestión del administrador, don Bartolomé, y
su rechazo a la operación de compra de la finca perteneciente al propio don
Bartolomé y su esposa, por no disponer de licencia y haber determinado el
endeudamiento de la sociedad, sin que pudiera alcanzarse el acuerdo de cese
de don Bartolomé, ni el de ejercicio de la acción social de responsabilidad que
expresamente se propuso.

Don Álvaro demandó a la sociedad, a don Bartolomé y a la esposa de éste (doña

Listilla), ejercitando la acción social de responsabilidad contra don Bartolomé y,
cumulativamente, la acción de nulidad del contrato de compraventa formalizado
en escritura pública de 1 de junio de 2022, por virtud del cual, don Bartolomé y
su esposa vendieron a la sociedad el local del que ambos eran propietarios por
mitades indivisas en el polígono industrial de Torreplano, actuando don
Bartolomé como representante de la sociedad compradora.

De la pretendida nulidad negocial se hizo derivar la restitución de las recíprocas

prestaciones, lo que se tradujo en el suplico de la demanda en la petición de
condena de don Bartolomé y de doña Listilla a devolver a la sociedad el precio
pagado de 300.000 euros, más los intereses legales desde la fecha de la
compraventa, con la correlativa condena de la sociedad a reintegrar a los
vendedores la citada finca (más las rentas arrendaticias abonadas por el
arrendatario que la ocupa); con amparo en la responsabilidad societaria del
administrador, la condena de don Bartolomé a abonar a la sociedad los gastos
generados por la operación de compraventa (notario, registro, gestoría,
impuestos) y sus intereses legales. También, la condena de dicho demandado a
abonar a la sociedad los gastos e intereses generados por el préstamo
hipotecario que don Bartolomé, en representación de la sociedad, hubo de
concertar para pagar el precio, y los gastos e intereses de la póliza de crédito
que, así mismo, fue concertada para completar el pago del precio.
Cuestiones propuestas:
9. ¿Incurre don Bartolomé en el fenómeno de la autocontratación al
llevar a cabo la operación de compraventa del local de su propiedad
como administrador de la sociedad compradora y vendedor de dicho
 local? ¿Por qué? ¿Es la autocontratación una figura negocial
prohibida en cualquier caso por nuestro ordenamiento jurídico
mercantil? ¿Concurre en el caso estudiado alguna circunstancia que
no permita atribuir validez a dicha autocontratación?
10. ¿Puede considerarse la compraventa perjudicial para los intereses
de la sociedad? ¿Por qué?
11. ¿Está legitimado el socio actor, don Álvaro, a ejercitar la acción
social de responsabilidad contra don Bartolomé pese a no contar
con el respaldo del acuerdo de la Junta autorizante para el ejercicio
de dicha acción? ¿Por qué?
12. ¿Cómo resuelve el conflicto de intereses don Bartolomé, atendiendo
a sus actos?
13. ¿Está doña Listilla legitimada pasivamente respecto de la acción
social de responsabilidad? ¿Por qué resulta procedente demandar a
dicha Señora?

NOTA: Las respuestas deben estar argumentadas jurídicamente en aplicación

del Real Decreto Legislativo 1/2010, de 2 de julio, por el que se aprueba el texto
refundido de la Ley de Sociedades de Capital.