Está en la página 1de 1

Demonios Semióticos Atenuados Por Su Voz

Y se llamaban demonios sonrientes saltarines envueltos en fuego estudiantil,


cuadrados y triángulos analíticos de aquella ciencia llamada semiología
y mi mente hecha un revoltijo al no comprender aquella impredecible ciencia
revuelta y dando mil vueltas aceleradas asustadas y luego una luz, la luz de
ella.

Dispersando aquella angustia que ofuscaba a mi mente ingenua de estudiante


a base de paciencia, carisma y amor por aquel sublime arte es que la oscuridad
marchó
dibujando pinceladas del saber, dando brillo a mi desdibujado comprender,
siempre sonriente, iluminando mi camino nublado solo con esa sonrisa.

Y al escuchar esa voz serena aquellos demonios se tranquilizan


duermen en la quietud de su sabiduría, aquella que es tan natural en ella
y dejan de ser aquellos demonios tormentosos y se vuelven corceles
corceles apacibles que pueden ser domados gracias a ella.

Es que solo ella es capaz de generar esa simpatía hacia un ser incomprendido,
transformar aquel ser incomprendido que lleva por título semiología
y lograr que otros dejen sus prejuicios por él y llegar a apreciarlo
apreciar aquel arte tan maravilloso y lleno de interesantes enseñanzas.

Cantando una tenue canción con aquella armoniosa voz


cantando suavemente al oído de aquella bestia
dejé de temerle y empecé a cabalgar en él
sin el temor de resbalar en un concepto errado.

¿Y me pregunto cómo darle las gracias?


¿Le gustarán los chocolates o algún dulce especial?
¿Quizá algo inmaterial? ¿Quizá alguna fragancia inexistente?
¿Dónde fabricarán las gracias adecuadas para maestras como ella?

Quizá no exista un gracias perfecto,


sin embargo, al ser yo un poeta a medias
solo quisiera decirle un gracias sincero,
Y me explico: “Los poetas como todo ser humano podemos mentir,
pero nunca mentiremos a través de nuestro arte”

Muchas gracias…

También podría gustarte