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DECANATO XII

Respuestas a las preguntas del Plan Pastoral

Decanato XII

1. Todos somos discípulos misioneros por la gracia del Bautismo. En este tiempo de
Pandemia ¿QUÉ SIGNIFICA en la vida de la Arquidiócesis SER DISCÍPULOS
MISIONEROS? ¿Cuál es el perfil de un discípulo misionero?

• Ser una persona que se encuentra con Jesucristo y lo sigue. Tener una vida sacramental y una
vida de oración constante e intensa, para discernir la realidad a la luz de la Palabra de Dios (x8).
Participación presencial en los sacramentos.
• Coherencia de vida cristiana.
• Ser una persona formada en la Fe para estar “dispuestos siempre a dar razón de su
esperanza” (1Pe 3, 15).
• Dar testimonio y evangelizar a las personas con las que comparte la cotidianidad: en la familia,
con los compañeros de trabajo y estudio, en las catequesis, las periferias, etc.
• Aprender a usar los medios tecnológicos y redes sociales para evangelizar y acompañar a las
personas que están solas.
• Vivir la solidaridad brindando ayudas espirituales y económicas a los que más lo necesitan, con
mucha empatía, perseverancia, entusiasmo y sensibilidad.
• Resiliencia para perseverar en la Fe, la Esperanza y la Caridad cristiana en medio de una situación
de mucho dolor y sufrimiento.
• Ser capaz de trabajar en equipo, y promover una mejor coordinación entre las diferentes
pastorales de la parroquia.
• Realismo para dialogar con la realidad con una actitud encarnada. Conciencia de los cambios de
paradigmas que se dan en el mundo y que van a permanecer (anticiparse al futuro).
• Ir al encuentro de los más necesitados materialmente y espiritualmente.
• Fomentar la solidaridad en los fieles mostrando la realidad del hermano que sufre.
• Usar las redes sociales como medio de evangelización actual.
• Desarrollar círculos bíblicos en las familias.
• Elaborar programas de formación matrimonial virtuales y presenciales, teniendo como punto
primario de acción las catequesis parroquiales, comedores, vasos de leche y colegios.
• Evangelización casa por casa.
• Estructurar en la parroquia espacios para el trabajo de familias en las diferentes actividades de la
misma: ya sean de proyección social, profesional y pastoral.
• En base al lema del Papa, “Todos somos discípulos misioneros en salida” es un dejar de pensar en
nosotros y pensar en nuestro prójimo, empecemos por nuestro hogar, por nuestro entorno, por
otros grupos, etc. llevando una palabra de esperanza, una palabra alentadora. Como misioneros
en salida estamos llamados a hacer más por nuestros hermanos, sin importar religión, condición
social, raza, etc.
• En este tiempo de pandemia, en la vida de la Arquidiócesis, en el área de la pastoral familiar, ser
discípulo misionero en familia significa tener apertura de corazón, ser empáticos con nuestro
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DECANATO XII

prójimo, con una actitud de ayuda poder ver y escuchar las necesidades que tienen nuestros
hermanos, con todo aquel que está sufriendo sea de manera física, espiritual y psicológicamente.
• Ser discípulo-misionero significa ser enviado por Jesús a anunciar el evangelio, teniendo la
certeza que Él siempre está con nosotros. Jesús mismo nos ha enviado a evangelizar a todos.
(Mt. 28,19).
• Esta pandemia nos ha golpeado a todos, de una u otra manera, pues muchos han perdido el trabajo
o se vieron tremendamente afectados, otros han enfermado o están enfermos, muchos sufrieron la
pérdida de un ser querido o necesitan tener fe en Dios: es el momento propicio para animar a
todo bautizado a llevar el amor de Dios a nuestros hermanos sufrientes de cuerpo y alma.
• Ser discípulo-misionero en tiempo de pandemia significa llevar una doble ayuda, tanto material
como espiritual, a nuestros hermanos sin discriminación: asistir no sólo al prójimo necesitado de
pan material, sino también del Pan de la Palabra de Dios.
• Es un tiempo propicio para acudir al Espíritu Santo y pedirle que nos ilumine y sugiera cómo
llegar a las diversas necesidades de los demás a través de los distintos medios digitales y redes
sociales.
• La vivencia desde la familia, nuestra consagración como profetas, reyes y sacerdotes.
• Implementando un canal de Escucha, el que en parte lo tiene COF.
• Implementar un buzón de voz.
• Canal Virtual con respuesta inmediata.
• Una profunda interiorización personal q te lleve a estar en contacto con Dios y salir al encuentro
del otro no sólo en sus necesidades corporales sino en el ámbito espiritual y psicológico.
• Con mucha paciencia y empatía.
• Ser discípulo misionero significa cumplir con la tarea de evangelizar y llevar la palabra y el amor
de Dios a nuestro prójimo, a tantas personas que necesitan de amor, de perdón, de valores, de
• Significa realizar la Misión que Jesús el Señor encomendó a la Iglesia a través de sus discípulos
que es evangelizar anunciando a Jesús con la confianza que El nos acompaña y cuida, en este
tiempo de pandemia tan difícil y doloroso, pero donde como misioneros llevamos vida a los
hermanos especialmente a los enfermos. Somos misioneros de esperanza para todos aquellos que
están sufriendo y hacemos presente a Jesús en los ámbitos de la vida familiar, laboral y en nuestra
sociedad peruana y limeña que vive una profunda crisis de valores cristianos; en un profundo
sufrimiento por la pandemia que afecta económicamente; afecta la salud; y la realidad de miles de
familias se encuentran viviendo en duelo.
• En la Arquidiócesis es un reto, un auténtico desafío, además de un llamado de Dios a
responsabilizarnos de la misión de anunciar la Buena Nueva del Reino.
• Es responsabilidad de todos los cristianos participar en la Misión de Cristo de anunciar el
Evangelio y la salvación. Los tiempos de pandemia exigen de nosotros ser creativos para
encontrar nuevas formas y modalidades de llegar a los hermanos que están alejados de Jesús. En
concreto, las redes sociales y las jornadas virtuales han sido oportunidad para ejercer y seguir
anunciado la Palabra.
• Debemos ver nuestra realidad con ojos del Evangelio y viviendo los sacramentos, para así asumir
criterios basados en la fe y en la razón, con el objetivo de actuar propagando el Reino de Dios
para la salvación de todos. De esta manera estaremos siguiendo el método recomendado por el
documento episcopal de Aparecida. En este tiempo de pandemia la coordinación Arquidiocesana
es urgente y necesaria.
• Salir al encuentro del prójimo, ayudándolo en las necesidades materiales y espirituales.

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• Llevar la palabra de Dios a todas las personas, sin excepción, en cada día, a cada momento, por
medio de nuestras palabras y nuestras acciones, mediante los trabajos que realizamos evangelizar,
desde los pequeños gestos de amor hasta cómo enseñar y trasmitir las enseñanzas de Dios.
• Ser ejemplo de vida para los demás, que puedan ver el rostro de Cristo reflejando en nuestro ser y
hacer.
• Estamos llamados a llevar la paz y servir a nuestros hermanos a ejemplo de Cristo, llevando la
Cruz con alegría.
• Acercar a Dios a nuestras familias, pero también es importante que otras personas también lo
conozcan y por eso es que las redes ahora juegan un papel esencial para que la gente se pueda
acercar a Dios y a los sacramentos.
• Ofrecer al pueblo de Dios los dones que nos ha otorgado para dar a conocer su amor y su
misericordia.
• Significa estar aún más dispuestos que nunca a recibir y dar. RECIBIR las gracias del señor y
profundizar en conocerlo a Él y sus mandamientos; para a partir de ello y de su voluntad, estemos
mejor preparados para DAR aquello que el prójimo verdaderamente necesita, y no lo que creemos
que necesita.
• Dando a conocer a los niños a Jesús, sus enseñanzas, su amor y su misericordia, a través de
catequesis, con la confianza de que, por la gracia de Dios, esta semilla fructifique en sus vidas.
• Es responder al llamado de Dios, imitar a nuestro maestro Jesucristo, tomando la iniciativa para
transformar la realidad de nuestra comunidad y entorno más cercano en este tiempo de
sufrimiento y angustia, siempre guiados por el Espíritu Santo y el amor de Cristo.
• Donar tu tiempo, ya sea realizando catequesis, apoyando a las personas necesitadas u orando por
la salud física y espiritual de las personas, especialmente, por los que se encuentran distanciados
de Dios.
• Dar testimonio de que Cristo vive en nuestro trabajo y en nuestra vida de familia, también
procurando estar próximos a quienes enferman y a sus familiares, apoyándolos con nuestra
oración y nuestra disposición a escucharlos.
• Compartir entre familiares y amigos las actividades realizadas por la Parroquia.
• Brindar nuestro tiempo, talento y tesoro y convertirnos en luz y sal para las personas a nuestro
alrededor, promover los sacramentos y ser facilitadores de ellos.
• Involucrarnos en las catequesis que fueran necesarias.
• Ser discípulos significa seguir a Cristo, escucharlo, aceptar su Palabra, significa considerar a
• Jesucristo el único verdadero modelo en el cual nos inspiramos y vivir en la obediencia de la fe.
• A través de los programas de preparación de Novios para recibir el Sacramento del Matrimonio,
poder transmitir ese mensaje de llevar a Cristo en sus vidas a las parejas asistentes y que lo tomen
como modelo de vida.
• Una llamada telefónica, un whatsapp, un video conferencia o una charla por youtube, puede llevar
un mensaje de esperanza y fe.
• Discípulo misionero es un aprendiz o pupilo enviado por su maestro, en este caso Jesús, para
anunciar el mensaje de Dios y actuar de acuerdo a sus enseñanzas. Es manifestar nuestra fe y dar
esperanza a nuestros hermanos a través de la evangelización, en estos tiempos de pandemia donde
hay mucha sed y hambre de Dios. Como Discípulos de Cristo debemos estar preparados para
sembrar y evangelizar, ya que es un mandato divino. (MATEO 28, 18-20)
• Como misioneros de la Arquidiócesis de LIma, tenemos que difundir el Evangelio, buscar
diferentes maneras de hacerlo, con apoyo de las herramientas digitales, actuar con caridad, amor,
ternura, llevando siempre esperanza. Se requiere constante conversión personal y comunitaria,
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para llegar a una renovación y además se necesita de formación Bíblica, doctrinal y pastoral
permanente y requiere tener voluntad y constancia para hacerlo.
• Ser oyentes de la Palabra y hacerla obra en la cotidianidad. Llevar una vida en constante
comunicación con Dios no sólo en circunstancias sino en oración constante y unida a la familia.
• Ser portadores de buena noticia del evangelio en cada espacio y tiempo en que nos encontremos.
• Defender los valores cristianos permitiendo a través de nuestro anuncio de palabra y actitud que
otros conozcan a Cristo y se salven.
• Ser verdaderos creyentes, sencillo y nobles a fin de reflejar en nosotros el rostro vivo de Cristo.
• Manifestar una Iglesia abierta y acogedora que permita el regreso e ingreso de los discípulos de
Cristo a fin de que se incremente el número de bautizados.
• Ser en primer lugar amigos de Dios y buenos cristianos. Haber podido ser formados en la fe de
forma permanente.
• Ser conscientes de la historia arquidiocesana, de nuestro patrimonio espiritual de santidad, lo que
hemos heredado.
• Ir a los mismos lugares donde la gente nos necesita, donde viven o trabajan. En nuestro caso, los
cerros y quebradas.
• Acompañamiento en el dolor de las personas, en sus duelos y pobreza.
• Entender la idiosincrasia del pueblo, sus costumbres y anhelos. Caminar juntos de la mano de
Dios.
• Apoyar tanto en las necesidades del alma como del cuerpo.

2. ¿Qué obstáculos, problemas y desafíos implica ser discípulo misionero hoy?

• La virtualidad supone un desafío con elementos positivos y negativos. Hemos llegado a más
personas, pero muchos católicos se han acomodado en la virtualidad.
• El cierre de las iglesias y los aforos súper reducidos, así como algunos requisitos exagerados para
la participación presencial de los sacramentos. Falta de esfuerzo del Arzobispado por reclamar
estos derechos.
• Los fieles necesitan contacto presencial con los pastores y animadores de grupos, así como entre
los participantes de los grupos.
• Lejanía de los seres queridos, de los compañeros de trabajo, de las personas con las que
usualmente se hacía apostolado.
• El temor al contagio y la falta de vacunas para los voluntarios que llevan apoyo a los más
necesitados.
• Falta de claridad en la enseñanza de la recta doctrina de parte de algunos pastores de la Iglesia, lo
que genera escándalo y confusión.
• Ignorancia religiosa, desconocimiento de la doctrina y poco interés por formarse, incluso de fieles
que asisten asiduamente a la Misa.
• La tentación del cansancio y la desesperanza ante las circunstancias difíciles, que afecta la salud
espiritual y mental.
• La necesidad de priorizar el trabajo ante los problemas económicos. Y dificultad para
desconectarse del trabajo en la casa por ser virtual.
• El desafío de aprender a utilizar mejor las herramientas virtuales para evangelizar, sin que
deshumanicen.

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• La falta de un plan a nivel Arquidiocesano y Parroquial que sea alternativo frente a una situación
totalmente imprevista.
• Las leyes del estado que entorpecen el desarrollo de la fe.
• Las ideologías contrarias a la fe inmersas incluso en los fieles y en los consagrados (as);
ocasionando confusión y escándalo en los miembros de la Iglesia.
• Falta de formación doctrinal y espiritual en los fieles; asimismo, poco deseo del desarrollo de las
mismas.
• Sacerdotes, religiosos (as) y laicos temerosos a los retos de este tiempo y con poca ilusión
sobrenatural.
• Esfuerzos mínimos por parte de las autoridades eclesiásticas para fomentar la fe ante un estado
contrario a la misma.
• Temor al contagio para una evangelización presencial.
• Comodidad exacerbada por parte de los fieles debido a la virtualidad.
• Ausencia de un plan pastoral arquidiocesano real ante situaciones de contingencia como una
pandemia, se ha notado una carencia total de subsidios pastorales virtuales para la evangelización
de este tiempo.
• Trabajar en comunión eclesial: clero, facultad, religiosas, etc. No minusvalorando el trabajo
anterior ocasionando división y alejamiento del trabajo activo de la fe por parte de muchos fieles
bien formados y comprometidos.
• El primer reto es afrontar una realidad como la pandemia, para llevar a cabo una pastoral familiar
efectiva. Ese desafío es obstáculo, pero a su vez una exigencia de ser creativos y superar la
dificultad.
• Como seres sociales que somos estamos acostumbrados al contacto físico y visual, a las muestras
de afecto como los abrazos y las miradas y el sentirse cercanos, todo lo cual resulta ahora en
limitante por las exigencias sanitarias de aislamiento físico impuestas. Hoy, la mayor parte de
contactos son telefónicos o a través de otros medios tecnológicos que le restan calidez a cualquier
relación; por otro lado, algunos templos permanecen cerrados sin posibilidad de acceder a los
sacramentos.
• En la experiencia de nuestras actividades hemos encontrado problemas como que no todos los
medios de comunicación son conocidos o están al alcance de la comunidad; también enfrentamos
cierto alejamiento y tibieza en algunas familias católicas.
• El principal obstáculo, para ser discípulo-misionero hoy, es la disposición de aislamiento social
en previsión de contagio del COVID-19 y el temor de contagiarse del virus.
• Pensar o creer que sólo se puede ser discípulo-misionero de manera presencial.
• Las restricciones de asistencia a los templos y la poca receptividad de una parte de la población a
usar los medios digitales para participar de las celebraciones litúrgicas.
• Notorias diferencias de enfoque en temas de la realidad política y social de parte de la Iglesia en
el Perú (Jerarquía).
• La limitada asistencia a los templos, por la rigidez de las normas anti-pandemia.
• Seleccionar sólo a personas menores de 50 años y jóvenes, para realizar diversos servicios y
trabajos que presta la Iglesia.
• Falta de interés por adquirir o aumentar sus conocimientos religiosos de los fieles de la
jurisdicción.
• Autoridad eclesial con aparente opinión dividida. Reflejan opiniones diferentes o no opinan:
pareciera que la autoridad central de la Iglesia en el Perú, está debilitada.
• Recuperar la asistencia de los fieles a nivel anterior a la pandemia, para fortalecerla y aumentarla.
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• Adaptarnos a los medios digitales para tener un contacto más cercano con las comunidades,
grupos parroquiales, celebraciones litúrgicas, etc.
• Organizar cursos, jornadas y charlas sobre el contenido de la Biblia y el Catecismo, el Magisterio
de la Iglesia, los documentos pastorales, etc., para profundizar nuestra formación religiosa y
perseverancia en el uso de los medios digitales.
• Identificar a las personas indicadas para que contribuyan directamente con los sacerdotes en la
tarea de difundir conocimiento en diferentes áreas de nuestra religión católica, donde prevalezca
la caridad, el diálogo y la flexibilidad.
• Recursos materiales necesarios con los que no se cuenta
• Apatía y desaliento, la falta de motivación, falta de preparación, falta de medios para expresarse
• Sistema materialista que impera en los medios de comunicación han olvidado la espiritualidad.
• Desafío: romper con el círculo de algunos grupos que prefieres la comodidad de abordar su
religiosidad mediante Rosarios, Cenáculos, rezos que son de vocación cerrada cuando se debería
salir a las calles a buscar al hermano.
• Romper con la verticalidad de los que lideran los ministerios parroquiales
• Se debe cumplir con lo que enseña la Palabra “Jesús tomo el delantal y se puso a lavarles los
pies…”, ser humilde, no usar su responsabilidad con un cargo político sino espiritual, Jesús no
enseña que lo primero es servir a los demás, estar dispuestos a sacrificarse por el prójimo.
• El miedo pandémico.
• La tecnología como medio único.
• La comodidad de dirigir todo desde tu casa.
• Buscar la forma más concreta, ideal y activa de mover a los ministerios a regresar activamente y
poner a la comunidad en esa línea.
• Obstáculo para todos es la pandemia que no nos permite realizar nuestras actividades libremente.
Pero es también una invitación a hacer uso de las posibilidades que nos presentan los tiempos,
como las herramientas tecnológicas, que nos ha permitido hacer y llegar mas allá de lo esperado.
• El mayor obstáculo es la pandemia y las consecuencias de dolor, sufrimiento, crisis de fe que
genera en las personas y evidentemente el golpe económico que se ha generado en esta realidad.
• Los problemas que tenemos son: el temor de evangelizar en la parroquia o en las casas por el
miedo al contagio. También en los misioneros se genera el desanimo porque no son recibidos por
ese temor.
• Hay rechazo de muchas personas porque no quieren saber nada de la Iglesia o han perdido la fe a
raíz de la pérdida de seres queridos.
• El desafío está en enfrentar estas situaciones confiando en el Señor siendo creativos para buscar
nuevas formas de evangelizar como las redes sociales, a través de charlas o reuniones virtuales y
otros medios de cercanía con el prójimo.
• Creemos que las Iglesias cerradas intermitentemente han acostumbrado a los fieles a la
“virtualidad” y les cuesta la presencialidad.
• El principal obstáculo es el mundo crecientemente descristianizado en el que vivimos, que nos
propone una visión del hombre y de su quehacer incompatible con la visión cristiana.
• La situación desafiante que estamos viviendo con la pandemia y las directivas de los gobernantes
de mantener las Iglesias cerradas nos presentaron una crisis, pero al mismo tiempo una gran
oportunidad de salir al encuentro de nuestros hermanos más necesitados.
• Es difícil ser discípulo misionero cuando se permite poner a la Eucaristía en segundo lugar y no
en primer lugar como indica el primer mandamiento. La dispensa está protestantizando a la

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comunidad católica. El Corazón de la Iglesia está en la Eucaristía, si trabajamos sin ella solo será
activismo.
• La limitación del contacto con las personas y grupos, todo esto siembra desaliento en los fieles y
el desafío es éste: seguir a pesar de la soledad del camino, de la mano con los otros, en mutuo
apoyo.
• Otro de los problemas más difíciles está en el que los jóvenes piensan mucho en ellos mismo, en
sus proyectos y en su tiempo, lo cual hace que supuestamente no tengan tiempo para ser un
discípulo, gente que quiera amar más a Dios y lo manifieste por sus obras y su vida. Si queremos
ser buenos discípulos necesitamos estar llenos de Dios.
• Un mundo que se empeña en sacar a Dios de todo y de todos. Las ideologías contrarias a la
Doctrina católica que confunden y dividen. Necesitamos prepararnos mejor para defender nuestra
fe. Por la falta de conocimiento de muchos bautizados, muchas veces se mencionan posiciones
propias que no van acorde con la posición de la Iglesia.
• Esta época tan controversial que vivimos es muy compleja, inclusive para los que decimos creer
en Dios.
• La poca disponibilidad de algunos grupos a nuevos aprendizajes.
• Tiempo en el que impera una total distorsión de lo que significa el respeto por el prójimo y la
libertad, es la carencia de valores derivada de intereses de grupos de poder que sobreponen el
aspecto económico a todo lo demás y que indefectiblemente tiene un aliado primordial que son
los medios de comunicación, sea cual fuere su forma (tv, radio, internet, etc).
• Hemos visto con dolor como un centro comercial, restaurantes, y peluquerías han tenido mayor
importancia para el pueblo peruano que tener los Templos y Capillas abiertas.
• Falta de compromiso con Cristo por indiferencia de muchos bautizados.
• Rechazo a la fe y a la Iglesia por una sociedad cada vez más anticristiana.
• Muchas personas que están alejadas de Dios y le es difícil seguir las enseñanzas de Jesús, hay
falta de fe y de caridad en el prójimo.
• Estamos rodeados de personas que no creen como nosotros y tienen una voz bastante fuerte. Por
momentos uno se siente cohibido de hablar de Dios o publicar cosas que son contrarias a lo que
ellos creen (matrimonio homosexual, aborto, eutanasia, etc.) porque se recibe una avalancha de
respuestas ofensivas.
• Vivir en un mundo lleno de egoísmo, donde nadie respeta ni ayuda a los demás. Creen que solo
necesitan de ellos mismos.
• El distanciamiento social y la virtualidad en nuestras comunicaciones nos obligan a probar nuevas
formas de llevar el mensaje de evangelización, en competencia con plataformas que orientan
hacia el consumo de noticias y medios que llevan mensajes que buscan disolver la familia y
promueven la ideología de género por todos los canales de información.
• Las personas tienen un nuevo ritmo de vida y no siempre cuentan con el espacio adecuado para
poder recibir las enseñanzas de Jesús.
• Crear coherencia de vida, el problema o el desafío no está en la transmisión de la fe, sino en que
quien escucha esté dispuesto a hacerlo.
• El principal desafío es ir contra la corriente. El mundo actual prácticamente nos obliga a aceptar
todo, a permitir todo, porque es “nuestro” cuerpo, “nuestra” decisión, “nuestro” derecho.
• Principalmente: el orden de prioridad de las cosas en la vida, los mismos de siempre: falta de
tiempo, responsabilidades familiares, compromisos laborales y amicales, etc.
• La fe se ve "atacada". El desafío es ser valientes para defender la postura de la Iglesia.

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• Más actividades de acceso a todos a los que no pertenecen a una parroquia. El acceso a un
consejero espiritual para las personas que no están tan cerca de una parroquia o que no pertenecen
a una.
• El distanciamiento social (pandemia)
• Nos estamos acostumbrado a la zona de confort dada las restricciones para la salida (miedo +
normas sanitarias)
• Hay mucha participación de adultos y poca participación de jóvenes en las parroquias.
• Falta de compromiso y perseverancia.
• Problemas sociales (Inestabilidad política y económica del país)
• La salud mental esta quebrantada debido a la coyuntura (salud, política y económica)
• Algunos grupos carecen de hermanos conocedores de la tecnología de comunicación
• Buscar otras maneras para llegar a ellos, ser creativo, con disposición al cambio permanente.
• Aprender herramientas digitales para acercarnos a nuestros hermanos.
• Aprender herramientas de comunicación efectiva
• Formación y Aprendizaje continua sobre la FE, con soporte activo de nuestra parroquia.
• La existencia misma de la pandemia limita grandemente las labores de evangelización, por la
prohibición de la aglomeración. Esto es más delicado en nuestra parroquia, pues también el uso
de la tecnología es limitado.
• La dificultad del uso de la tecnología (virtualidad) en nuestra parroquia, donde no hay buenas
conexiones o las personas no tienen los recursos para usarlas. Esto afecta la evangelización,
nuestras cunas, colegio e instituto.
• La población total y la amplitud del territorio es una limitante en la labor evangelizadora. Es la
parroquia más grande y poblada de la Arquidiócesis. Los feligreses no siempre pueden asistir a las
propuestas parroquiales por las grandes distancias.
• Falta de conciencia misionera del laico en general. Se piensa que sólo los sacerdotes o religiosas
deben evangelizar.
• Falta de formación en la fe, falta de conciencia de la importancia de la propia formación. Falta de
sacramentos de iniciación cristiana muy extendido.
• Bajo nivel cultural que dificulta el entendimiento de la formación en la fe.
• Los problemas surgidos por la transición de párroco, que han traído dolor y problemas de diversa
índole a la Iglesia en Manchay. Los terrenos de la Iglesia puestos en disputa desgastan la labor de
los clérigos.
• La pobreza actual de la propia parroquia en pandemia es una gran limitante en la labor material
diaria, que demanda tiempo y esfuerzo para conseguir recursos suficientes y que podrían
emplearse en la evangelización como tal.
• La falta de convicción y de fe profunda y comprometida de los discípulos de Cristo es una
debilidad y un obstáculo al momento de ser verdaderos discípulos y misioneros.
• La pandemia COVID-19 nos ha limitado referente a los medios de evangelización. El temor al
contagio nos limita a utilizar sólo el internet y nos exige el testimonio de un evangelio vivo en la
familia.
• La pérdida de familiares muy cercanos a consecuencia de este virus, ha traído como consecuencia
tristeza, falta de esperanza, depresión que le llevan a la gente a pensar en una suerte de abandono
de Dios al ser humano. Esta situación nos plantea un desafío y una oportunidad en despertar en la
gente la esperanza y el regreso a Dios.

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3. Segmentar mejor las necesidades de los fieles de acuerdo a edades o intereses comunes
para motivarlos, formarlos y comprometerlos en el apostolado.Desde tu grupo parroquial,
en nuestra Arquidiócesis ¿qué posibilidades se te abren para ser discípulo misionero?

• Aprovechar las redes sociales y las transmisiones en vivo, que acortan distancias para evangelizar,
formar en la Fe e interactuar con las personas en sus diferentes necesidades. Se propone: charlas
de formación, charlas espirituales, publicaciones catequéticas, reuniones de grupos por zoom,
• Fomentar la participación presencial en las misas y mantener alguna transmisión virtual para los
enfermos y ancianos. Lo mismo se podría hacer con el rezo del Rosario.
• Las herramientas tecnológicas han permitido a los grupos seguir en contacto y reunirnos de
manera virtual. Esta crisis es también una oportunidad para salir de la rutina en que vivíamos y
acercarnos más.
• Formación permanente y acompañamiento espiritual de los agentes pastorales y voluntarios para
que puedan ofrecer acompañamiento espiritual a los fieles de la parroquia.
• Incentivar la participación presencial en los sacramentos y el contacto presencial en la vida
comunitaria.
• Ha crecido el deseo de vivir la solidaridad y se han multiplicado iniciativas más orgánicas y con
mayor participación de líderes, en la pastoral social y en la pastoral del duelo.
• La exposición constante a la muerte, ha despertado el hambre de Dios, que es una ocasión para
hacer más apostolado.
• Promover el rezo del Rosario y romerías al aire libre para jóvenes, adultos y ancianos.
• Organizar en la medida de lo posible algunos retiros presenciales en el segundo semestre del año.
• Mejorar el apoyo de los voluntarios en las misas (acogida y protocolos), así como en la Capilla
del Santísimo.
• Mejorar la comunicación desde secretaría y las redes sociales para dar a conocer las distintas
posibilidades que tenemos de ayuda social, psicológica, de catequesis, charlas y sacramentos.
• Las redes sociales para la evangelización catequética: niños, jóvenes y adultos; misas, rosarios,
catequesis familiar, charlas de formación para los grupos parroquiales. Asimismo, solicitar ayuda
material para la proyección social parroquial (ollas comunes, comedores, vasos de leches,
oxígeno y familias con escasos recursos).
• Relaciones cordiales con el gobierno local, asociaciones juveniles distritales, colegios
particulares, colegios nacionales, empresarios, ollas comunes, comedores, vasos de leche y policía
han traído como consecuencia un incremento de acercamiento a la fe por parte de los mismos.
Generando por parte de la parroquia estrategias pastorales para su evangelización.
• Tras iniciarse el proceso de vacunación desarrollar la pastoral de salud presencial administrando
los sacramentos de curación y la eucaristía.
• Muchas posibilidades, sobre todo comprender los diferentes problemas que afrontan las familias
hoy en día, no desde un plano teórico e hipotético, sino desde una realidad concreta y sin tamices
o filtros.
• Esa forma de conocer las realidades familiares, permite implementar soluciones o
recomendaciones a partir de la realidad concreta. A veces desarrollar soluciones desde el plano
teórico, no son efectivas por que se originan en argumentaciones a priori.
• De manera concreta escuchar a aquellas familias que tienen problemas, pedir por ellas en el rezo
del santísimo rosario para que puedan salir adelante. Hay mucha necesidad de las personas y los
integrantes de los grupos familiares de ser escuchados. Y saber que alguien que está dispuesto a

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escucharte sin juzgar, que se interesa por lo que te pasa y que está pendiente de ti y de tus
necesidades transmite la fortaleza para salir adelante. Ser luz en medio de tanta oscuridad para
nuestro prójimo es la manera como glorificamos a Dios.
• Las posibilidades para ser discípulo-misionero se han visto disminuidas, dado que el cierre de las
Iglesias ha apartado a los fieles de sus parroquias, de sus autoridades y de los miembros de la
propia comunidad.
• Nos queda continuar con las acciones de solidaridad dentro y fuera de la comunidad.
• A medida que la situación general que ha producido la pandemia, mejore, se abrirán más
oportunidades para la participación activa en diferentes actividades, como llevar la Comunión a
los ancianos y enfermos de la comunidad, realizar el rezo del Rosario en espacios abiertos como
parques, etc.
• Capacitarnos más en herramientas tecnológicas para poder transmitirlas a las personas que no
manejan o tienen cierto temor a estas aplicaciones.
• Los ministerios de piedad popular tienen espiritualidad mariana en la oración y servicio al más
necesitado.
• Tenemos ministerios que salen a través de los Retiros espirituales.
• Ministerios con formación de fieles permanente.
• Las parroquias q tienen COF deberían actuar de manera unificada atacando los problemas
similares con un mismo horizonte: proteger La Familia.
• Preparando charlas, seminarios, convivencias, actividades familiares.
• Aprendiendo mejor uso de la tecnología.
• La tecnología aporta y nos abre muchas puertas.
• Este tiempo ha permitido desarrollar muchas mas actividades de las que solíamos hacer
presencialmente en determinados grupos parroquiales.
• Muchas posibilidades porque hay una buena relación con el párroco y los demás grupos
pastorales que animan la labor de los misioneros.
• Hay posibilidades de dialogo, de encuentros, reuniones a través de los medios virtuales (reuniones
por zoom u otras plataformas), las redes sociales, las llamadas telefónicas. De manera presencial
respetando los protocolos para coordinar la evangelización.
• Las posibilidades de apostolado que me ofrece mi propia Parroquia. Principalmente, los
programas de catequesis para los jóvenes que reciben el Sacramento de la Confirmación.
• Los espacios de voluntariado para universitarios son especialmente útiles y al alcance para ejercer
la vocación de discípulo misionero.
• Participar ayudando a los Consagrados y Padres de Familia, en las distintas reuniones y
convocatorias, para formarnos y crecer en nuestra fe, de esa manera, podemos llegar a más
personas.
• Seguir evangelizando con el ejemplo, manteniéndonos firmes con la oración por quienes han sido
los más afectados en esta pandemia, llegando a ellos con ayuda material, soporte emocional y
ayuda espiritual, reavivando la fe, a través de la utilización de internet y la tecnología.
• Hay que fortalecer a los grupos y a los que han retornado a la casa del Señor, solo así con el
ejemplo de vida y el tú a tú, se puede ser misionero en otros campos.
• El uso de los medios de comunicación para utilizarlos en pro de compartir y/o difundir la palabra
de nuestro Padre llegando a un mayor número de personas, sea de la edad que sean.
• En mi grupo parroquial, tenemos el acompañamiento del Párroco quien se preocupa por nuestra
espiritualidad, además recibimos con cierta frecuencia charlas que nos ayudan a conocer mejor
nuestra fe y cómo afrontar los problemas y obstáculos a los que nos enfrentamos. Las actividades
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de las familias espirituales nunca dejaron de realizarse virtualmente y tuvimos en ocasiones,


materiales que ayudaban en la coyuntura.
• Nuestros consagrados, no nos dejaron solos, en una llamada telefónica, o cuando se pudo de
manera presencial, tuvimos el apoyo moral y espiritual que se necesitaba.
• Escuchar la palabra de Jesús abre un camino para poder alimentar la fe y perdurar. En tiempos y
momentos difíciles se cuestionan muchas cosas y a veces se siente rendir, pero en las lecturas de
la Biblia y el grupo parroquial, encuentro respuestas.
• El hecho de usar algunas plataformas digitales de la parroquia como videos explicativos y Misa
para niños ayuda a que ellos se conecten más con Dios.
• En la Parroquia todos podemos participar activamente considerando nuestros propios dones y
fortalezas: Primera Comunión, Confirmación, apoyo a las personas que viven en Villa Libertad
donde se encuentra nuestra Capilla, Adulto Mayor, participar de las diversas pastorales.
Herramientas como: Videos dirigidos a los jóvenes, videos de los Consagrados y Consagradas
sobre valores, Procesiones y peregrinaciones virtuales, videos “En la Cancha de la Fe”, que son
testimonios de vida, etc.
• Constantes charlas sobre temas especializados y de interés para la familia, acompañado de
oportunidades para realizar rezo de rosarios, oración, visita al Santísimo, Vigilias, asistir a misa y
todo ello de manera virtual si es que no puedes trasladarte a la Parroquia.
• Compartir links de Misas virtuales, horarios de misas, horarios de confesiones y toda información
y material que colabora para llevar la fe a los demás.
• El orar en grupo por los otros, el crecer en los grupos de formación.
• Con la preparación para novios, pudimos hacer videos que se comparten por enlaces a los novios
y con ellos pudimos continuar predicando y nuestras jornadas dirigidas a ellos.
• Actividades dirigidas al Adulto Mayor: Club del libro, temas de espiritualidad, clases de Pilates,
teatro, baile y canto; arte y manualidades, ejercicios neurológicos para atención y concentración,
narrador de cuentos, entretenimiento, películas, análisis.
• A pesar de las dificultades actuales, con la catequesis virtual los niños están atentos y son
curiosos, quieren saber diversas cosas y podemos darles las facilidades para que nos contacten y
les podamos absolver sus dudas.
• Se abren posibilidades de formación cristiana, participación en la organización de retiros, apoyo
en la catequesis de primera comunión; contribuyendo a la misión evangelizadora. Se nos abre la
oportunidad de formarnos por nuestra propia cuenta y de mejorar y potenciar la organización.
• Por otro lado, como no podemos hacer visitas domiciliarias, tenemos que realizarlas de forma no
presencial, usando teléfono local, videollamadas, WhatsApp, Facebook, Twitter, con diálogos
cortos, textos PDF, audios y videos. Tener espacios virtuales, más allá de la jurisdicción
territorial.
• Las Reuniones de Grupos virtualmente en nuestra parroquia semanalmente, nos ayudan a
conservar la fe en nuestra vida personal y familiar.
• Las confesiones y la Eucaristía que estamos teniendo presencialmente nos están permitiendo
retomar con más fuerzas nuestra fe y compromisos cristianos.
• La catequesis virtual de confirmación y de primera comunión que venimos realizando los jóvenes
nos han permitido mantener nuestro apostolado y sentido misionero en nuestra parroquia y hemos
sentido la necesidad de Dios en otros jóvenes lo cual nos ha estimulado a seguir como catequistas.
• Esta pandemia ha despertado en todas las pastorales de nuestra parroquia la sensibilidad por los
que más sufren. Así como equipo parroquial hemos reunido víveres para diversas zonas,
especialmente de Manchay y Cieneguilla y lo seguimos haciendo en la medida de nuestras
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DECANATO XII

posibilidades ya que nos mantiene unidos entre pastorales y comunidad parroquial y unidos a los
más afectados, los cristos sufrientes.
• El santo Rosario hoy más que nunca se ha convertido en una oración sencilla de mucha práctica
en nuestras pastorales. Cada sábado, antes de la misa de la mañana, nos turnamos por grupos para
rezar el santo Rosario tanto con las personas que acuden presencialmente a nuestro templo como
con los que se unen virtualmente, teniendo como intenciones: La Iglesia, El País, los enfermos de
COVID-19, las almas de los fallecidos y los familiares que han perdido seres queridos. Esta
práctica nos une entre hermanos nos hacer sentir misioneros porque intercedemos en Cristo por
los demás.
• Ser agente pastoral en mi propia comunidad o barrio, allí donde los padres o religiosas no puedan
llegar por la envergadura de la misión.
• Las labores de caridad: ollas comunes, comedores, víveres, vasos de leche, establecen vínculos
con los más necesitados desde hemos podido anunciar el Reino de Dios.
• La posibilidad de crecer en el uso de los recursos tecnológicos para la evangelización.
• La evangelización de los jóvenes por medio de personas jóvenes, con su misma visión de la vida
o anhelos.
• La formación necesaria para poder ser un discípulo mejor formado.
• Entender mejor la forma de pensar de las personas en su misma circunstancia. Se aprende con el
pueblo desde la fe.
• Cuidar la piedad popular de la gente.

4. Como discípulos misioneros, no podemos quedarnos tranquilos esperando pasivamente en


los templos, sino que nos urge acudir en todas las direcciones para llevar alegría, esperanza;
la cercanía y la ternura de Dios (Cfr. DA 548). Como Iglesia en salida ¿hacia quiénes y hacia
qué situaciones debemos salir?

• Hacia todos por igual, pero priorizando a quienes se acercan a la parroquia solicitando esa ayuda.

A. Los más pobres de la parroquia


B. Quienes buscan acompañamiento espiritual
C. Los jóvenes (pastoral juvenil)
D. Los enfermos a través de la pastoral de la salud.
E. Los que han perdido un ser querido con la pastoral del duelo.
F. Los que desean formarse en la fe y para recibir los sacramentos (catequesis)

• Elaborar un plan de acción pastoral realista


• Ayudar a los sacerdotes en los momentos de fragilidad, cuando las necesidades de la parroquia
sobrepasan su capacidad de ayuda.
• Entender la liturgia como un modo privilegiado y único de evangelización. Fomentar la
participación presencial.
• Se podría buscar modos creativos de llegar a las familias, por ejemplo la Virgen Peregrina.
• En la medida de las posibilidades establecer contacto con instituciones importantes dentro de la
comunidad: colegios, universidades, municipio, asociaciones cívicas, etc. para evangelizar y
fortalecer los valores cristianos en lo cotidiano.

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DECANATO XII

• Definir mejor la participación de la comunidad sodálite en la misión evangelizadora de la


parroquia
• Identificar y preparar a los potenciales voluntarios y misioneros de la comunidad parroquial.
• Las homilías de las misas de la parroquia deben motivar a los fieles a incorporarse para
capacitarse y actuar como discípulos misioneros.
• La Iglesia debe dar respuestas en lo espiritual pero también en lo concreto y cotidiano a las
necesidades de la gente.
• A todos los fieles sin ningún tipo de distinción: ancianos, enfermos, no bautizados, pobres, ricos,
jóvenes, adultos, familias, no creyentes, etc.
• Situaciones de pobreza extrema, de enfermedad, de injusticia, de pérdida de la salud mental y de
pérdida por los seres queridos fallecidos.
• Como Pastoral Familiar, debemos acudir al encuentro de todo hogar y familia con necesidades de
Dios, tenemos que ir al encuentro de las personas más vulnerables en estos momentos, en todas
sus circunstancias y necesidades: económicas, de relaciones familiares, de problemas personales,
de problemas de salud, etc. No debemos olvidar que Dios es el mejor médico para todos nuestros
males. Acercar al sufriente a Dios, le será de gran alivio, orar con el sufriente lo acerca a Dios, la
Fe les da esperanza, el conocimiento de Dios los iluminará y la conciencia de que el mismo Jesús
camina con ellos y con sus penas les aliviará su cruz y sus cargas.
• Como discípulos-misioneros debemos salir hacia toda la comunidad, teniendo especial cuidado
con los más afectados por la pandemia (familias que han perdido a sus miembros o que están
enfermos) y los (in)migrantes.
• Debemos de ir en búsqueda de personas necesitadas, no sólo materialmente, sino también
espiritualmente, para darles el soporte necesario para sobrellevar la actual situación.
• Debemos salir hacia aquellas personas que no conocen a Dios y a los que siendo bautizados se
han desviado del camino del Evangelio por diversos motivos: como perder la fe ante el
fallecimiento de familiares, como las familias que por dificultades económicas se apartan de Dios.
• También debemos prestar ayuda a los comedores populares, ollas comunes, postas médicas de las
poblaciones con bajos recursos; ya sea a través de la Vicaría de la Caridad o a través de nuestra
parroquia.
• Salir a : Los enfermos; Los pobres; Los solitarios; Los enfermos mentales; Los viudos /viudas;
Los huérfanos; Los forasteros; La misión respaldad desde la ciudad hacia el interior del país. p.e.;
Misiones urbanas; Ministerios y miembros de los mismos; Debemos salir a todas las direcciones
donde falte la presencia de Dios.
• Debemos salir hacia todos sin excepción: nuestros hermanos enfermos, las familias, los niños, los
jóvenes, los ancianos. Debemos salir hacia los bautizados no practicantes y los que nos rechazan
como los no creyentes o que han perdido la fe.
• Y debemos salir hacia las situaciones de dolor que hay en las familias, situaciones de jóvenes sin
un objetivo en sus vidas, situaciones de injusticia, de perdida de valores, de crisis existencial y
política que viven nuestros hermanos de Lima y el Perú.
• Creemos que también debemos atender a las familias que han quedado muy mal económicamente
a causa de la pandemia.
• Llegar a un mayor número de personas más vulnerables y/o con mayores necesidades económicas
y espirituales.
• Promover como iglesia, un mayor número de personas en el ámbito político, de tal forma de
defender los derechos de las personas.
• Intercambiar experiencias de apostolado con otras parroquias.
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DECANATO XII

• Campañas a nivel inter parroquial para colectar víveres y abrigo para los más pobres.
• En hospitales y clínicas se permita el rezo del Rosario a través de un video, en una hora
determinada.
• Que exista en los medios de comunicación un comité de ética, donde la presencia de un
representante de la Iglesia, evalúe los programas a transmitirse.
• Salir al encuentro de aquellas personas que no conocen a Dios, o que tienen una idea muy distante
de Él. Empezar por nuestro círculo más cercano y tratar de expandirnos cada vez más, tratando
de conquistar más almas para Dios.
• Llegar a las personas que aún no tengan los sacramentos.
• Llegar a los matrimonios, para que Jesús sea el centro de sus vidas y así puedan apoyar mejor a
sus hijos en las situaciones que les toca vivir, por más difíciles que sean, pues si tienen a Jesús en
sus corazones podrán superar cualquier dificultad.
• Llegar a personas que se denominan católicas pero que no son practicantes (por diversos
motivos). Son hermanos bautizados que no están viviendo su fe y se han alejado de Dios.
• Que la Arquidiócesis nos invite a orar de forma conjunta y periódica por los sacerdotes.
Fortalecernos mediante la oración y adoración al Santísimo.
• Actividades o dinámicas que ayuden a los niños a integrarse y vivir las enseñanzas de nuestra fe,
como cantar, bailar, juegos, a través de los medios de comunicación.
• Llegar a los enfermos, a los que sufren del corazón con tantos problemas y angustias en estos
tiempos, con apoyo social y psicológico y a las personas de todos los niveles.
• Orientación a través del internet a quienes sufre la pérdida de un familiar (duelo), convirtiéndose
en una fuente de paz y consuelo que necesitan las personas en situaciones como éstas.
• Debemos acercarnos a quienes atienden a los pacientes en UCI para recordarles que los pacientes
y sus familiares también tienen necesidades espirituales.
• Continuar preparando a los novios de manera virtual y/o presencial con los cuidados
correspondientes.
• Desarrollo de Retiros espirituales.
• Colaborar elaborando temas, entregando aportes económicos y estrategias, apoyándonos en
profesionales especialistas en marketing, educadores, etc. que forman parte de nuestra propia
comunidad para llegar a más personas.
• Como discípulos misioneros, debemos dar la nueva noticia a nuestros hermanos: "que Dios nos
ama a todos a pesar de nuestras miserias, empezando en nuestros hogares, en situaciones
favorables y adversas, manifestando nuestra fe en Dios y trayendo esperanza.”
• Debemos dirigirnos a familiares, muy especialmente a los indiferentes y no creyentes. Un aspecto
muy importante de la evangelización es dar testimonio de la doctrina del amor que profesamos.
Cada Cristiano debe ser signo de conversión para los demás.
• Personas con problemas en salud mental y/o emocional, hermanos que requieren de alimentos,
vestido, a los que se sienten solos, asistir a enfermos, confortar a los moribundos, mujeres y niños
con violencia familiar, personas de la tercera edad. Pastoral Social y de Salud, deben ejercer un
gran protagonismo en acompañar, mediante lo ya mencionado.
• Como Comunidad Parroquial, debemos buscar siempre fortalecer la dignidad de la persona,
cuidando también la casa de Dios.
• Compartir con otras parroquias experiencias y recursos.
• Hacia las personas que no conocen la fe en Cristo.
• Hacia los que necesitan más consuelo y apoyo, debido a su fragilidad económica, cultural o
familiar.
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• Hacia las familias que han sufrido pérdidas.


• Hacia las personas que desean venir al templo y encontrarlo abierto. Que necesitan de la Palabra
de Dios y de los sacramentos.
• Hacia los lugares donde no ha habido previamente labor evangelizadora: Los cerros, quebradas,
etc.
• Hacia nuestras capillas o casas religiosas, para que se conviertan en focos de misión a la altura de
la exigencia de la misión.
• La Familia, Iglesia doméstica, se encuentra hoy fuertemente amenazada por muchas situaciones
que la debilitan en su núcleo. Por lo tanto, la jerarquía de la Iglesia y cada bautizado tiene la
responsabilidad de buscar mecanismos apropiados para defenderla y custodiarla a fin de evitar
que las ideologías y otras prácticas ajenas al matrimonio y a la familia deterioren su estructura y
se impida suplantarla en su tarea formativa.
• La nueva generación de jóvenes se ve enfrentada a una cultura secularizada y con profunda falta
de fe en Dios que le va llevando cada vez más a perder su verdadero sentido en Cristo. La Iglesia
consciente de su ser madre y evangelizadora está llamada a acompañar a los jóvenes en el re-
descubrimiento de sus verdaderos ideales de fe y amor a Dios abriendo espacios de participación
y acogida en sus parroquias.

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