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Una Iglesia samaritana

en salida misionera
Curso 2017-18

Acompañar y Fructificar

Diócesis Nivariense
Hierro, Gomera, La Palma, Tenerife “Salieron a predicar el Evangelio
PLAN DIOCESANO DE PASTORAL por todas partes” (Mc 16, 20)
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Separata del Boletín del Obispado de Tenerife.
Enero / Febrero / Marzo, 2017
DISEÑO Y MAQUETACIÓN:
114 Espacio Creativo

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114 Espacio Creativo

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SUMARIO
0. Introducción
1. Una Iglesia en camino
2. Samaritanos del siglo XXI
3. Ojos nuevos
4. Primacía de la persona
5. Con las personas empobrecidas y contra la pobreza
6. La austeridad compartida
7. Custodios de la Casa común
8. Espiritualidad samaritana
9. Conclusión: Una Iglesia samaritana
10. Anexo: Aterrizando

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UNA IGLESIA que recoge Marcos de labios de Je-
sús son precisamente éstas: “el Rei-
SAMARITANA EN nado de Dios está llegando, cambien
SALIDA MISIONERA sus vidas, acojan la Buena Noticia”
(cf Mc 1,15).
Introducción
Jesús es el primer misionero, el
Cuando algo o alguien nos que trae esa buena noticia; mejor:
llena de gozo, cuando tenemos Él mismo es Buena Noticia. Sus
una buena noticia, surge en noso- seguidores, en la Iglesia, le acoge-
tros el deseo de compartirla: mos y nos sentimos invitados a
continuar su tarea en la historia.
“¡He sido abuela!”, “¡he visto una En medio de una sociedad que
buena película!”, “esta infusión me vive de espaldas a Dios y a los va-
ayuda a dormir mejor”, “¡aprobé las lores transcendentes, estamos lla-
oposiciones!”…Y es que el bien mados a ser testigos de un Amor
necesita expandirse, comunicarse. que hemos experimentado. Evan-
gelizar constituye, en efecto, la di-
Los cristianos, seguidores de Je- cha y vocación propia de la Iglesia,
sús, nos sabemos queridos por su identidad más profunda. Esta-
Dios, sabemos que Dios tiene un mos invitados a buscar por todos
proyecto de salvación para noso- los medios el modo de llevar a los
tros, que Jesús ha venido a comu- hombres y mujeres de nuestro
nicarnos vida y vida en abundan- tiempo el mensaje cristiano, en
cia, que el Espíritu Santo ha sido el cual únicamente podrán hallar
derramado en nuestros corazo- la respuesta a sus interrogantes y
nes, que la última palabra la tie- la fuerza necesaria para lograr un
ne siempre el amor, la belleza, la mundo más humano y habitable.
justicia, la bondad.Y eso es lo que
nos empuja a compartirlo: “¡Ay de Todos tenemos amigos, familia-
mí si no anunciara el Evangelio!” de- res, conocidos que no han expe-
cía San Pablo (ICor 9,16). Es un im- rimentado esta dicha, que, en el
pulso natural que se ve reforzado fondo, están necesitando que no-
por el mandato de Jesús: “Vayan sotros, con nuestra vida y nuestra
por todo el mundo y proclamen la palabra, les mostremos la belleza
Buena Nueva a toda la creación” y grandeza de la fe. Nuestra Igle-
(Mc 16,15). Las primeras palabras sia que peregrina en estas islas,

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debe experimentar la revolución Y ese discipulado nos lleva al
del amor, del anuncio gozoso que anuncio con palabras y obras de
no se queda encerrado en las las maravillas que Dios ha hecho
cuatro paredes de nuestros tem- en nosotros y en la historia de la
plos. Está llamada a ser una Iglesia salvación. Estamos invitados por
en salida, una Iglesia misionera. el Señor a través del Papa y de
nuestro Obispo a ser discípu-
Para ello, es preciso, en primer lu- los-misioneros. El Plan Diocesano
gar, convertirnos, es decir, experi- de Pastoral es como un mapa y
mentar de una u otra manera en una gracia que se nos ofrece para
nuestras vidas, el amor de Dios, responder a esta llamada.
su fuerza salvadora, la belleza y
coherencia de la fe, el encuentro Para ello, no basta la buena vo-
con Jesucristo. luntad; debemos prepararnos
adecuadamente. El pasado curso
Y es que no comenzamos a ser 2016-2017, reflexionamos sobre
cristianos por una decisión vo- el lema “Discípulos-misioneros de
luntarista sino por el encuentro la alegría del Evangelio”. Para este
con Alguien que nos ha seduci- curso, que tiene como objetivo
do, enamorado y entusiasmado, específico acompañar y fructi-
de tal manera que nuestra vida ficar, se ofrece este material.
no sea una vida para nosotros y
desde nosotros, sino que todo Este folleto que hemos prepara-
lo vivamos en función de Aquél do se dirige a los diversos grupos
que nos ama y nos llama por de acción caritativa-social que
nuestro nombre, invitándonos a trabajan en la Diócesis.
la tarea apasionante de hacer de
este mundo un mundo según su Anunciar a Jesucristo con palabras
corazón, lo que Jesús llamaba “el es muy importante, pero también
Reinado de Dios”: que las cosas se es preciso que este anuncio del
hagan “como Dios manda”. Reinado de Dios, de la alegría del
Evangelio, sea anunciado con ges-
Esa acogida, ese discipulado, ese tos y hechos concretos. Decía Pa-
seguimiento, es preciso alimen- blo VI “Para la Iglesia el primer me-
tarlo con la oración, con la escu- dio de evangelización consiste en un
cha de la Palabra, con la celebra- testimonio de vida auténticamente
ción de la fe. cristiana, entregada a Dios en una

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comunión que nada debe interrum- terminamos con algunas pistas de
pir y a la vez consagrada igualmen- acción y compromiso y una ora-
te al prójimo con un celo sin límites. ción final.
“El hombre contemporáneo escucha
más a gusto a los que dan testimo- Como conclusión del tema, con-
nio que a los que enseñan —decía- viene compartir las convicciones,
mos recientemente a un grupo de sentimientos y llamadas que el Se-
seglares—, o si escuchan a los que ñor ha suscitado en cada persona
enseñan, es porque dan testimonio” que ha participado en la reunión.
(EN41). Al final de cada uno de los temas,
hay una reseña de diversas rea-
Lo importante de este material lidades eclesiales que en nuestra
no es tanto lo que leamos, sino lo Diócesis quieren responder a las
que oremos y reflexionemos. Es necesidades de nuestra gente,
preciso leer y preparar cada tema para información e invitación al
antes de la reunión, ser puntuales, compromiso.
y ser fieles al día y hora que se
programe. Que el Espíritu Santo, alma de la
evangelización, nos ilumine y for-
Son temas para trabajarlos du- talezca para saber ofrecer, desde
rante el curso. Sugerimos una re- el encuentro con Jesucristo pobre,
unión mensual de hora y media. una palabra de aliento a quien se
sienta solo y deprimido y la Iglesia
Debe haber una persona que ani- sea un recinto de verdad, de justi-
me, coordine, dé la palabra y faci- cia y amor en un mundo roto por
lite la participación de los com- el dolor y el anti Reino.
ponentes del grupo.
Y que la mirada de María de Na-
Cada tema comienza con un es- zaret, Estrella de la Evangelización,
pacio de oración que se debe Mujer del silencio y la escucha,
cuidar exquisitamente. A conti- Madre de los Pobres, Madre del
nuación, partimos de la vida y rea- Buen Consejo, venerada bajo la
lidad de nuestro mundo, nuestra advocación de Los Reyes, Guada-
gente y nuestra Iglesia; la ilumi- lupe, Las Nieves y Candelaria en
namos desde la Palabra de Dios Hierro, Gomera, La Palma y Tene-
y los documentos de la Iglesia y rife, nos acompañe al caminar.

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Área de Pastoral Social
Diócesis Nivariense
Es un organismo de coordinación creado
por el I Sínodo Diocesano de Tenerife
para:

• planificar, animar y coordinar la pastoral sociocaritativa en los ámbi-


tos parroquial, arciprestal, insular y diocesano;
• revisar la práctica y la calidad de toda la acción sociocaritativa de la
Diócesis;
• hacer confluir, desde el respeto a la naturaleza propia de cada De-
legación o Secretariado y al carisma propio de cada Institución, sus
objetivos, criterios, orientaciones y motivaciones (CVI II, 3, c);
• evaluar la práctica y la calidad de la acción sociocaritativa;
• buscar cauces y medios de cooperación con otras entidades huma-
nitarias. (I Sínodo Diocesano Nivariense nº 290).

Actualmente, forman parte de este


Área las siguientes Delegaciones o Entidades:

• Apostolado del Mar


• Cáritas
• Confer
• Justicia y Paz
• Manos Unidas
• Migraciones
• Pastoral Penitenciaria y
• Pastoral de la salud

El Coordinador es el Delegado Episcopal de Cáritas.

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Tema 1 Una Iglesia en camino
“…Un samaritano que iba de camino…” (Lc10,33)
Oracion inicial
Invocamos al Espíritu Santo para que nos ilumine y ayude a acoger lo que
el Señor nos quiere regalar. Cantamos:

Espíritu Santo, ven, ven, Espíritu Santo, ven


Espíritu Santo, ven, en el nombre de Jesús.

Señor, tú lo dijiste:
“donde dos o más
se reúnan en mi nombre,
allí estoy yo, en medio de ellos”.
Hazte presente en nuestra reunión,
dándonos comprensión
para que sepamos
aceptarnos mutuamente;
capacidad de diálogo,
para escuchar las opiniones de los demás,
y espíritu de colaboración
para descubrir entre todos la verdad
y tomar las decisiones justas y precisas.
Que esta reunión nos ayude
a desarrollar nuestro espíritu comunitario
y nos enriquezca en el conocimiento
y aprecio mutuo
Amén.
Escuchamos la Palabra:
El reino de los cielos es semejante a un
tesoro escondido en un campo, que un
hombre halla, y lo esconde de nuevo; y
gozoso por ello, va y vende todo lo que
tiene, y compra aquel campo.
(Mt 13,44).

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Dejamos un momento de silencio y, si parece oportuno, compartimos
y nos hacemos eco de la Palabra: Qué dice el Señor, qué me dice, cómo
se cumple hoy esta Palabra, qué le digo al Señor, a qué me llama/invita…

Preces

- Por el Papa, nuestro Obispo y nuestra Iglesia diocesana. Para que sea
fiel a su tarea evangelizadora. Roguemos al Señor. Te lo pedimos, Señor.

- Por las personas que sufren en sus vidas. Para que encuentren en noso-
tros y en el Señor ayuda y consuelo. Roguemos al Señor. Te lo pedimos,
Señor.

- Por nuestro grupo. Para que sepamos escuchar la voz del Señor que
nos invita a ponernos en camino al encuentro de las personas solas y
desamparadas. Roguemos al Señor. Te lo pedimos, Señor.

Lo que pasa y lo que nos pasa

Una de las necesidades más profundas del ser humano es la de estar


seguro. Tenemos miedo a lo desconocido, a salir fuera, a perder nuestro
sitio, a arriesgarnos. Nos apegamos, en general, a lo cotidiano, a lo ruti-
nario, a lo que podemos controlar. Cuando alguien se arriesga a salir del
cauce, lo reprochamos, lo miramos como alguien que nos desestabiliza,
que pone en peligro nuestras seguridades. En general, tenemos recelo
ante lo nuevo. El miedo a la novedad muchas veces nos paraliza:“siempre
se ha hecho así”.
Podemos compartir experiencias nuestras o de otras personas a las que
les cuesta cambiar, arriesgarse, salir de su espacio, romper las rutinas...

A la escucha de la Palabra

“Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda criatura”


(Mc 16,15).

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“No podemos quedarnos enclaustrados en la parroquia, en nuestra
comunidad, en nuestra institución parroquial o en nuestra institución
diocesana, cuando tantas personas están esperando el Evangelio. Salir
enviados. No es un simple abrir la puerta para recibir, sino salir por ella
para buscar y encontrar.” (Papa Francisco en Río de Janeiro).

La expresión de Francisco es gráfica y significativa. No quiere una Iglesia


amurallada, encerrada en sí misma, a la defensiva, dedicada a mantener
lo ya logrado. Quiere una Iglesia que toma la iniciativa, que arriesga, que
sale a los caminos, que busca el encuentro con los otros, que abre ho-
rizontes nuevos… Ésta es una Iglesia «en salida», misionera. Una Iglesia
llamada a salir de la propia comodidad —como lo hicieron Abraham,
Moisés, Jeremías— y a atreverse a llegar a todas las periferias que nece-
sitan la luz del Evangelio (cf. EG 20).

“La ·salida misionera· a la que todos estamos llamados, participa de las


características de cualquier salida. Supone dejar el lugar donde estoy
para ir al encuentro de los otros. Pero implica, también, dejar unas acti-
tudes y comportamientos para adoptar a otros. Especialmente, implica
liberarse de todo aquello que nos ata interiormente y que bloquea una
auténtica salida en misión evangelizadora. Es salir de todo aquello que
impide o dificulta el anuncio del Evangelio que, en el lenguaje habitual,
definimos como “conversión”: conversión personal y conversión pasto-
ral. (PDP 34).

Manos a la obra

Cada uno de los componentes está invitado/a dar pasos concretos a la


luz de la reflexión que hemos compartido. Ofrecemos algunas pistas:

¿Jesicristo es el tesoro, el centro de mi vida? ¿Vivo mi fe con alegría,


como una lotería? ¿me cuesta compartir mi fe? ¿tengo la convicción de
que se evangeliza no sólo con palabras sino también con una vida entre-
gada y con un compromiso a favor de las personas más desfavorecidas?
¿intento convertirme y llamar a la conversión, antes que ser una perso-

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na rígida, muy pronta a condenar? ¿Mi fe me saca de casa para visitar al
enfermo, al preso, al que llora, a reír con el que ríe, a alegrarme con las
alegrías de los vecinos y vecinas, a estar presente en los AMPA y movi-
mientos vecinales?

Concluimos nuestro encuentro compartiendo:

Una Convicción Un Sentimiento Un Compromiso

Conclusión

Finalizamos con una breve plegaria a María, nuestra Madre:

Virgen y Madre, María,


tú que, movida por el Espíritu,
acogiste al Verbo de la vida
en la profundidad de tu humilde fe,
totalmente entregada al Eterno,
ayúdanos a decir nuestro «sí»
ante la urgencia, más imperiosa que nunca,
de hacer resonar la Buena Noticia de Jesús.
Amén.

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DELEGACIÓN DE
APOSTOLADO DEL MAR
Es una Organización Internacional de la Iglesia ca-
tólica que nace en Glasgow en 1920. Su objetivo es
la aten­ción integral (realidades materiales y espiri-
tuales) al marino y su familia, cualquiera que fuera
su credo, lengua, ideología, raza o nación. Es pues,
un proyecto con la gente de la mar y su familia que
emerge de la acción misionera de la Iglesia.

El AM en Tenerife es erigido como Delegación diocesana en Abril de 1999,


después del I Sínodo Diocesano. STELLA MARIS (SM) es el centro de
acogida y aten­ción al marino en puerto.

La realidad de la gente de la mar se describe en las situaciones siguientes:


Extranjero y forastero perma­nente; soledad; aislamiento; lejanía familiar;
sin atención espiritual; riesgo; rutina;…En la orilla, sociológicamente ha-
blando, marginados, a pesar de contribuir al bienestar de todos de un
modo extraordinario. Las actividades se desarrollan en dos campos: La
acogida y atención en el Stella Maris y la visita a los barcos.

Lo hacemos en cinco espacios diferentes: Marina mercante y Pesca de


altura, Pesca de bajura, Ámbito portuario, Centros académicos y Desem-
barcados ( marinos en tránsito, hospitalizados o en prisión).

El grupo actual de voluntarios atiende el puerto de Santa Cruz de Teneri-


fe; pero es preciso estar presentes en los demás puertos mercantes de la
Diócesis y cercanos a las Cofradías de pescadores. Se ofertan cursos de
sensibilización, iniciación y visitadores de barcos. Contactar con Dele-
gación 670344044 - Correo electrónico: juespero@hotmail.com

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Samaritanos del
Tema Siglo XXI
“...llegó junto a él...”(Lc 10,33)

Oración inicial

Invocamos al Espíritu Santo:

Espíritu Santo, ven, Espíritu Santo, ven


Espíritu Santo, ven, en el nombre de Jesús.

Quiero ser, Padre, tus manos, tus ojos, tu corazón.


Mirar al otro como Tú le miras:
con una mirada rebosante de amor y ternura.
Mirarme a mí también desde esa plenitud con que Tú me amas,
me llamas y me envías.
Amén

Escuchamos la Palabra

El Señor dijo a Moisés: “El clamor


de los hijos de Israel ha llegado a
mí, y he visto cómo los tiranizan los
egipcios.Y ahora marcha; te enviaré
al Faraón, para que saques de
Egipto a mi pueblo, a los hijos de
Israel”. Entonces Moisés replicó a
Dios: “¿Quién soy yo para acudir al
Faraón o para sacar a los hijos de
Israel de Egipto?” Respondió Dios:
“Yo estoy contigo” (Éxodo 3 , 9-12).

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Comentamos esta Palabra.

Lo que nos llama la atención. Cómo se cumple en nuestra historia personal,


a qué me invita...
Preces

- Feliz la persona que cuida del pobre y del débil.


¡Dichosa ella!
- Feliz quien tiende su mano a la persona necesitada.
¡Dichosa ella!
- Feliz quien sabe amar y comprometerse.
¡Dichosa ella!

Lo que pasa y lo que nos pasa


El pozo

Un hombre cayó en un pozo, y no podía salir.

Una persona subjetiva pasó y le dijo: “Lamento que estés allí abajo”.
Una persona objetiva pasó y le dijo: “Era lógico que alguien se iba a caer
en ese pozo”.
Un fariseo pasó y le dijo: “Sólo las personas malas caen en pozos”.
Un matemático calculó cuán profundo era el pozo.
Un periodista quería la historia exclusiva sobre la caída en el pozo.
Un inspector de Hacienda quiso saber si estaba pagando impuestos por
el pozo.
Un vendedor dijo: “No has visto nada si no has visto mi pozo”.
Un predicador de plagas y castigos dijo: “Te mereces el pozo”.
Un científico observó: “El pozo está en tu mente”.
Un psicólogo dijo: “Tu padre y tu madre son los culpables de que estés
en el pozo”.
Un optimista dijo: “Las cosas podrían ser peores”.
Un pesimista dijo: “Las cosas se pondrán peores”.
...
Un hombre compasivo no dijo nada, y le sacó del pozo.

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Este cuento refleja una realidad que todos vivimos: ante los problemas
de las personas, en general, pasamos de largo, opinamos, teorizamos, nos
quejamos o nos cruzamos de brazos.

Afortunadamente, todavía queda gente que se solidariza con quienes


sufren y dan un paso adelante, se comprometen, “se mojan”.

Los Obispos de la Comisión Episcopal de Pastoral Social decían en el


Mensaje para el Día de la Caridad de 2011: “Somos una Iglesia rica y
generosa en voluntariado puesto que la Iglesia es en sí misma como un
cuerpo hecho de miembros que ponen cada uno lo mejor de sí mismo
al servicio de los otros”.

Un servicio que no se limita a dar. No es sólo “hacer cosas por los


demás”. Es también acoger, escuchar, descubrir lo que la otra persona
piensa, lo que siente, lo que ama y lo que sufre. Es dejarse interpelar y
ayudar a ser, siendo más: más humano, más justo, más fraterno, desde el
servicio a los demás y desde lo que me pueden aportar. Es ser la persona
que tiene tiempo y sensibilidad para acoger al otro, escucharle, mirarle
a los ojos, salir de sí misma y ser para el otro, por el otro y con el otro,
porque, como alguien ha dicho: “Nadie es tan pobre que no tenga qué
dar, ni tan rico que no tenga nada que recibir”.

Éstos son los rasgos característicos de una persona voluntaria creyente


que trabaja en el campo caritativo-social de la Iglesia:

- Tiene conciencia de que ha sido llamada por el Señor.


- Lo vive con gozo en una Iglesia servidora de los pobres: descubre que
estamos llamados/as a ser felices y a hacer felices a los otros.
- Lo alimenta con la oración y la Eucaristía: no se puede amar, si no nos
sentimos amados.
- Lo vive en gratuidad, sin buscar recompensa, aplauso o felicitación al-
guna, más que el gozo de ser un regalo para los demás.
- Tiene los ojos y el oído bien abiertos para ver y escuchar el clamor de
quienes sufren.

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- Respeta la dignidad de la persona, su libertad, sus procesos, sus opcio-
nes, sus capacidades y posibilidades.
-Vive con un estilo de vida austero, compartiendo, con la conciencia de
que todo lo que es y lo que tiene es un don gratuito.
- Cuida su formación creyente y su formación técnica para ofrecer el
mejor servicio.
- Asume la dimensión política y transformadora de la caridad.
-Sabe trabajar en equipo, sin protagonismos, con la humildad de quien se
sabe parte de un proyecto que le supera.

A la escucha de la Palabra
“Dios me dijo: «Yo te elegí antes de que nacieras; te aparté para que ha-
blaras en mi nombre a todas las naciones del mundo». Le contesté:”Dios
todopoderoso, yo no sé hablar en público, y todavía soy muy joven”.
Pero Dios me tocó los labios y me dijo:”No digas que eres muy joven. A
partir de este momento, tú hablarás por mí. Irás a donde yo te mande,
y dirás todo lo que yo te diga. No tengas miedo, que yo estaré a tu lado
para cuidarte” (Jeremías 1,4-8).

“ Si bien esta misión nos reclama una entrega generosa, sería un error
entenderla como una heroica tarea personal, ya que la obra es ante todo
de Él, más allá de lo que podamos descubrir y entender. Jesús es «el
primero y el más grande evangelizador». En cualquier forma de evangeli-
zación, el primado es siempre de Dios, que quiso llamarnos a colaborar
con Él e impulsarnos con la fuerza de su Espíritu. La verdadera novedad
es la que Dios mismo misteriosamente quiere producir, la que Él inspira,
la que Él provoca, la que Él orienta y acompaña de mil maneras. En toda
la vida de la Iglesia debe manifestarse siempre que la iniciativa es de
Dios, que «Él nos amó primero» (1 Jn 4,19) y que «es Dios quien hace
crecer» (1 Co 3,7). Esta convicción nos permite conservar la alegría en
medio de una tarea tan exigente y desafiante que toma nuestra vida por
entero. Nos pide todo, pero al mismo tiempo nos ofrece todo”(EG 12).
Comentamos tanto el texto de Jeremías como el del Papa Francisco: las
coincidencias, lo que nos llama la atención, lo que es nuevo para mí, la
llamada que percibo...

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Comparto la historia de mi vocación de servicio, de mi llamada a ser
voluntario/a, motivaciones, momentos de gozo, de dificultad, etapas sig-
nificativas que he vivido, cómo me siento actualmente...
Manos a la obra
Pienso en tres rasgos característicos de una persona que quiera ser
voluntaria y me pregunto, cuál de ellos debo fortalecer.

Concluimos nuestro encuentro compartiendo:

Una Convicción Un Sentimiento Un Compromiso

Conclusión
Finalizamos orando con María, nuestra Madre:
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi
Salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones porque el Poderoso ha


hecho obras grandes por mí. Su nombre es Santo y su misericordia llega a sus
fieles de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo, dispersa a los soberbios de corazón. Derriba del
trono a los poderosos y enaltece a los humildes. A los hambrientos los colma
de bienes y a los ricos despide vacíos.
Auxilia a Israel su siervo, acordándose de su santa alianza según lo había pro-
metido a nuestros padres en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y


siempre por los siglos de los siglos.
Amén.

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Tiene como tarea, desde la fe en Jesús, dar respuesta a los realidades de
pobreza y exclusión social de nuestra sociedad a través de la denuncia,
la sensibilización, el trabajo por el bien común, la justicia y los derechos
de la persona y la lucha contra la pobreza, favoreciendo el desarrollo
integral de toda la persona y de todas las personas.

En nuestra Diócesis está presente en la mayor parte de las parroquias;


cuenta con unas ochocientas personas voluntarias y alrededor de
ochenta contratadas que tanto en las parroquias como en Proyectos
específicos, atienden a las personas más desfavorecidas: personas con
necesidades básica, sin hogar, en búsqueda de empleo, mayores, con pro-
blemas de dependencia, emigrantes, familias monomarentales...

También se trabaja en Cooperación Internacional, Comercio Justo, Eco-


nomía Solidaria, Cuidado de la Creación y en la sensibilización de nues-
tras comunidades cristianas y de nuestra sociedad.

Campos de trabajo: acogida a las personas, apoyo psicológico, acom-


pañamiento, gestión administrativa, sensibilización...

Para formar parte del voluntariado se requiere compromiso de servicio,


capacidad de trabajo en equipo, preparación previa y formación con-
tínua.

Personas de referencia: en las Cáritas Parroquiales o en los Servicios


Generales: Alejandra Hernández Mesa.
Teléfono 922 27 72 12. Más información: www.caritastenerife.org

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Tema 3 Unos ojos nuevos
“...y lo vio” (Lucas 10,33)
Oración inicial

Invocamos al Espíritu Santo

Ven Espíritu divino, manda tu luz desde el cielo,


Padre amoroso del pobre, don en tus dones espléndido,
luz que penetras las almas, fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos.

El Señor dijo a Moisés: “El clamor de los hijos de Israel ha llegado


a mí, y he visto cómo los tiranizan los egipcios” (Éxodo 3,7) .

Comentamos este texto. Lo contrastamos con el salmo 135 que habla


de los ídolos de los paganos que “tienen boca, y no hablan; tienen ojos, y
no ven; tienen orejas, y no oyen”. El Dios en el que creemos, es un Dios
que está atento al sufrimiento de su pueblo.

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Le pedimos la gracia de unos ojos nuevos, unas gafas nuevas, un colirio,
para que nuestra mirada sea una mirada compasiva y crítica, que sepa
leer la realidad desde su mirada de amor.

“El hecho de ser hermanos en humanidad y, en muchos casos, también en la


fe, debe llevarnos a ver en el otro a un verdadero “alter ego”, a quien el Señor
ama infinitamente. Si cultivamos esta mirada de fraternidad, la solidaridad, la
justicia, así como la misericordia y la compasión, brotarán naturalmente de
nuestro corazón.(...).

Interesarse por el hermano significa abrir los ojos a sus necesidades.

La Sagrada Escritura nos pone en guardia ante el peligro de tener el corazón


endurecido por una especie de «anestesia espiritual» que nos deja ciegos ante
los sufrimientos de los demás.

El evangelista Lucas refiere dos parábolas de Jesús, en las cuales se indican


dos ejemplos de esta situación que puede crearse en el corazón del hombre.

En la parábola del buen Samaritano, el sacerdote y el levita «dieron un rodeo»,


con indiferencia, delante del hombre al cual los salteadores habían despojado
y dado una paliza (cf. Lc 10,30-32), y en la del rico epulón, ese hombre sa-
turado de bienes no se percata de la condición del pobre Lázaro, que muere
de hambre delante de su puerta (cf. Lc 16,19). En ambos casos se trata de lo
contrario de «fijarse», de mirar con amor y compasión. ¿Qué es lo que impide
esta mirada humana y amorosa hacia el hermano? Con frecuencia son la ri-
queza material y la saciedad, pero también el anteponer los propios intereses
y las propias preocupaciones a todo lo demás. Nunca debemos ser incapaces
de «tener misericordia» para con quien sufre; nuestras cosas y nuestros pro-
blemas nunca deben absorber nuestro corazón hasta el punto de hacernos
sordos al grito del pobre”. (Del Mensaje de Benedicto XVI para la Cuaresma
de 2012).

Compartimos esta Palabra y estas frases del Papa en un clima de oración.

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Preces

- Para que miremos el mundo, la vida, las personas con tu mirada.


¡Danos una mirada nueva, Señor!
- Para que cures nuestras cegueras que nos impiden ver el dolor y el
sufrimiento de quien camina a nuestro lado,
¡Danos una mirada nueva, Señor!
- Para que sacudas nuestro corazón, de tal manera que, viendo, nos con-
movamos en favor de los otros,
¡Danos una mirada nueva, Señor!
Lo que pasa y lo que nos pasa
El elefante y los tres sabios ciegos

Había una vez tres sabios. Y eran muy sabios. Aunque los tres eran ciegos.
Como no podían ver, se habían acostumbrado a conocer las cosas con sólo to-
carlas. Usaban sus manos para darse cuenta del tamaño, de la calidad y de la
calidez de cuanto se ponía a su alcance. Sucedió que un circo llegó al pueblo
donde vivían los tres sabios que eran ciegos. Entre las cosas maravillosas que
llegaron con el circo, venía un gran elefante blanco. Y era tan extraordinario
este animal que toda la gente no hacía más que hablar de él. Los tres sabios
que eran ciegos quisieron también ellos conocer al elefante. Se hicieron condu-
cir hasta el lugar donde estaba y pidieron permiso para poder tocarlo. Como
el animal era muy manso, no hubo ningún inconveniente para que lo hicieran.
El primero de los tres estiró sus manos y tocó a la bestia en la cabeza. Sintió
bajo sus dedos las enormes orejas y luego los dos tremendos colmillos de mar-
fil que sobresalían de la pequeña boca. Quedó tan admirado de lo que había
conocido que inmediatamente fue a contarles a los otros dos lo que había
aprendido. Les dijo: - El elefante es como un tronco, cubierto a ambos lados
por dos frazadas, y del cual salen dos grandes lanzas frías y duras. Pero resulta
que cuando le tocó el turno al segundo sabio, sus manos tocaron al animal en
la panza. Trataron de rodear su cuerpo, pero éste era tan alto que no alcan-
zaba a abarcarlo con los dos brazos abiertos. Luego de mucho palpar, decidió
también él contar lo que había aprendido. Les dijo: - El elefante se parece a un
tambor colocado sobre cuatro gruesas patas, y está forrado de cuero con pelo

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para afuera. Entonces fue el tercer sabio, y agarró el animal justo por la cola.
se colgó de ella y comenzó a hamacarse como hacen los chicos con una soga.
Como esto le gustaba a la bestia, estuvo largo rato divirtiéndose en medio de
la risa de todos. Cuando dejó el juego, comentaba lo que sabía.También él dijo:
- Yo sé muy bien lo que es un elefante. Es una cuerda fuerte y gruesa, que tiene
un pincel en la punta. Sirve para hamacarse. Resulta que cuando volvieron a
casa y comenzaron a charlar entre ellos lo que habían descubierto sobre el
elefante no se podían poner de acuerdo. Cada uno estaba plenamente seguro
de lo que conocía.Y además tenía la certeza de que sólo había un elefante y
de que los tres estaban hablando de lo mismo, pero lo que decían parecía im-
posible de concordar. Tanto charlaron y discutieron que casi se pelearon. Pero
al fin de cuentas, como eran los tres muy sabios, decidieron hacerse ayudar,
y fueron a preguntar a otro sabio que había tenido la oportunidad de ver al
elefante con sus propios ojos.Y entonces descubrieron que cada uno de ellos
tenía razón. Una parte de la razón. Pero que conocían del elefante solamente
la parte que habían tocado. Y le creyeron al que lo había visto y les hablaba
del elefante entero.
De esta historia podemos sacar muchas enseñanzas. Aquí queremos
subrayar la importancia del conocimiento cercano, concreto de la reali-
dad. Ser honestos con lo real.
Comentamos este cuento y hablamos de la necesidad del análisis de la
realidad para evitar que nuestra acción parta de la mera buena volun-
tad, de la ocurrencia, del interés, del gusto o del capricho, de una visión
parcial...
Ponemos ejemplos concretos, como quien se empeña en enviar ropa de
invierno a personas necesitadas de países tropicales, o alimentos pere-
cederos o que no concuerdan con los hábitos de consumo alimenticio.

A la escucha de la Palabra
“En aquel tiempo, decía Jesús a la gente: Cuando ustedes ven una nube
que se levanta en el occidente, al momento dicen: “Va a llover”, y así
sucede. Y cuando sopla el sur, dicen: “Viene bochorno”, y así sucede.
¡Gente superficial! ¿Saben interpretar el aspecto de la tierra y del cielo,
y no comprenden el tiempo presente?” (Lc 12, 54-56).

22
Se trata de mirar el mundo desde la mirada de Dios, siguiendo la invi-
tación de Benedicto XVI en la homilía del Domingo de Ramos de 2012:
“La mirada que el creyente recibe de Cristo es una mirada de bendición:
una mirada sabia y amorosa, capaz de acoger la belleza del mundo y de
compartir su fragilidad.
En esta mirada se transparenta la mirada misma de Dios sobre los hom-
bres que él ama y sobre la creación, obra de sus manos.”

Es preciso responder a aquella invitación que se nos hacía en el anterior


Plan Diocesano de Pastoral: “Educar en la lectura de la realidad a la luz
de la Palabra de Dios (ver el mundo con los ojos de Dios). Enseñar a
descubrir su voluntad en los acontecimientos de la vida personal y so-
cial” (PDP 2011-2015, 1,3).

Se nos pide:

- Una superación de la superficialidad. Se nos invita a no quedarnos en


la superficie de los acontecimientos, de las personas.

- Una actitud de éxodo, como Abraham, como el pueblo de Israel (Dt 26,
5-10), como Isaías (Is 6,19): de estar dispuestos a cambiar en la propia
vida todo aquello que la realidad exige en oposición a las actitudes de
rutina, comodidad, rigidez y dogmatismo.

- Una atención a las personas y un respeto a la realidad. Ser honestos


con la realidad. Capacidad de escucha y de atención a la persona con-
creta vista no como un ente abstracto sino como tal. Es mirar lo divino
de la persona.

Manos a la obra

Ofrecemos este esquema de revisión de vida, muy utilizado por los Mo-
viemientos de Acción Católica, por si se quiere trabajar en grupo o por
si alguien quiere hacerlo de forma individual.

23
VER:
- Presentamos un hecho concreto, positivo o negativo sin
identificar a nadie.

- Cómo lo ha vivido esa persona. Cómo lo vivo yo,


cómo me sitúo yo ante ese hecho.

- Hechos o situaciones parecidas: otras personas a las que


les pasa lo mismo.

- Causas personales, ambientales, estructurales.

- Consecuencias que se derivan de este hecho,


acción o situación.

- ¿Cómo está presente o ausente, Dios, la fuerza liberadora


de Jesús, la acción del Espíritu?

JUZGAR:
- ¿Qué pensamos nosotros de este hecho, de sus causas,
consecuencias, valores y contravalores?

- ¿Qué piensan o hacen otras personas ante este hecho?

- ¿Cómo piensa o se sitúa Jesús ante este tipo de


hechos o acontecimientos?

- ¿Qué valores evangélicos se potencian o se destruyen?

24
Aportar algún texto evangélico y dejarnos interpelar
por el Señor:

- ¿Qué ocurre en este pasaje o parábola?

- ¿Cómo actúan o reaccionan las personas que


aparecen en el relato?

- ¿Qué dice Jesús? ¿cómo se sitúa?

- ¿Qué nueva perspectiva o valoración nos aporta?

- ¿Cómo nos vemos reflejados cada uno en lo que


ha ido apareciendo?

- ¿Qué llamada nos hace el Señor desde estos hechos


y esta reflexión?

ACTUAR:
¿A qué acción o compromiso me llama el Señor
a partir de lo que he descubierto?:

- En el terreno de mis actitudes personales;


- En relación con las personas, ambientes, estructuras
que me rodean,

- ¿Qué me planteo hacer? ¿Cómo ? ¿Con quién? ¿Cuándo?

- ¿Cómo revisaré este compromiso?

25
Conclusión

Concluimos nuestro encuentro compartiendo:

Una Convicción Un Sentimiento Un Compromiso

Oración final

Ayúdanos, Señor, a mirar la vida, las personas,


desde tu corazón. Sana nuestras cegueras que nos impiden ver
el dolor y el sufrimiento de quienes caminan a nuestro lado.
Santa María de los Ojos Grandes, ruega por nosotros.

26
Comisión Diocesana
Justicia y Paz
Justicia y Paz fue fundada por Pablo VI en 1967
como fruto del Concilio Vaticano II. JUSTICIA
Y PAZ TENERIFE es una Comisión Diocesa-
na creada en el 21 de junio de 2001 por el entonces obispo Don Felipe
Fernández García. Su misión es dar a conocer la Doctrina Social de la
Iglesia, la defensa y promoción de los Derechos Humanos y de los pue-
blos, la justicia, la paz, la solidaridad y el cuidado del medio ambiente. Las
personas voluntarias difunden la D.S.I.:
1. A través de documentos escritos, charlas y publicaciones tanto en el
blog de la entidad como en los grupos abiertos en las redes sociales.
2. Mediante signos visibles en los que se evidencia que la DSI es algo vivo
y que puede servir de elemento tanto de promoción social y educativa
como de transformación y participación comunitaria:

- Desarrollo personal: Habilidades sociales y cognitivas.


- Educación en valores: Talleres en los centros escolares.
- Instrumentales: Refuerzo Escolar, Inglés, Alfabetización Informática.
- Medio ambiente: “proyecto Xerco”.
- Ocio vacacional: Campamentos urbanos.
- Orientación laboral: Técnicas de búsqueda de empleo, ...
- Proyecto “Educando juntos”.
- Trabajo en red: Banca ética, Red contra la Prostitución y la Trata...

¿Cómo contactar con JyP Tenerife?


• Para hablar en persona, acudir a: C/. Santiago Beyro nº 15A,
38007 Santa Cruz de Tenerife. Telfs.: 922-882917 y 680-418472
• Correo electrónico: justiciaypaz.tenerife@gmail.com
• Blog: “Justicia y Paz Tenerife”: http://justiciaypaz-tenerife/blogspot.com.es/

27
Tema 4 Primacía de la persona
“...llegó a donde estaba él...” (Lc 10,33)

Oración inicial

Después de invocar al Espíritu Santo con un canto o una oración,


leemos todos esta plegaria:

Dichoso quien cuida del pobre y desvalido.


Dichoso quien tiende su mano al necesitado.
Dichoso quien sabe amar y comprometerse.

Del Evangelio de Marcos:


“El ciego alzando la vista, dijo: “Veo a los
hombres; los veo como árboles, pero que
andan.”
Después, Jesús le volvió a poner las manos
en los ojos y comenzó a ver perfectamente
y quedó curado, de suerte que veía de lejos
claramente todas las cosas”(Mc 8,24-25).

Ésta es la sanación que necesitamos: ver las personas como tales, no


como simples objetos: Pasar del “ello” al “tú”.

“La crisis financiera que atravesamos nos hace olvidar que en su origen hay
una profunda crisis antropológica: ¡la negación de la primacía del ser huma-
no!” EG 55).

“La primacía en el orden social la tiene la persona. La economía está al servi-


cio de la persona y de su desarrollo integral. El hombre no es un instrumento
al servicio de la producción y del lucro. Detrás de la actual crisis, lo que se
esconde es una visión reduccionista del ser humano que lo considera como
simple “homo oeconomicus”, capaz de producir y consumir.

28
Necesitamos un modo de desarrollo que ponga en el centro a la persona; ya
que, si la economía no está al servicio del hombre, se convierte en un factor de
injusticia y exclusión. (Obispos españoles: Iglesia, servidora de los pobres, 23).

Después de un espacio de silencio, compartimos en forma de oración


personal, quienes lo deseen, los sentimientos y peticiones que surjan en
nuestro corazón.

Terminamos con esta oración:

Señor Jesucristo, danos tu Espíritu de amor


para servir a las personas débiles y necesitadas.
Haz que nuestro servicio esté marcado por la caridad y la misericordia,
el trabajo por la justicia y la promoción de la dignidad de la persona.
Amén

Lo que pasa y lo que nos pasa.

Está muy extendida entre la gente una cierta fatalidad ante las situacio-
nes de pobreza y desigualdad: “siempre ha sido así”, “esto es lo que hay”,
“no hay alternativa posible”, “siempre ha habido ricos y pobres”, “no se
ve salida a esta situación”, “el que tiene dinero es el que manda”, “esto
no hay quien lo cambie”...
Comentamos estas frases y compartimos nuestra conformidad o dis-
conformidad con las mismas.

A la escucha de la Palabra

“Dios creó entonces los grandes monstruos marinos y todos los seres
que viven en el agua según su especie, y todas las aves, según su especie.
Y vio Dios que todo ello era bueno.

Los bendijo Dios, diciendo: «Crezcan, multiplíquense y llenen las aguas


del mar, y multiplíquense asimismo las aves sobre la tierra.»

29
Dijo Dios: «Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza. Que
tenga autoridad sobre los peces del mar y sobre las aves del cielo, sobre
los animales del campo, las fieras salvajes y los reptiles que se arrastran
por el suelo.»

Y creó Dios al hombre a su imagen. A imagen de Dios lo creó. Macho y


hembra los creó.

Dios los bendijo, diciéndoles: «Sean fecundos y multiplíquense. Llenen la


tierra y sométanla. Tengan autoridad sobre los peces del mar, sobre las
aves del cielo y sobre todo ser viviente que se mueve sobre la tierra.»

Dijo Dios: «Hoy les entrego para que se alimenten toda clase de plantas
con semillas que hay sobre la tierra, y toda clase de árboles frutales.
A los animales salvajes, a las aves del cielo y a todos los seres vivientes
que se mueven sobre la tierra, les doy pasto verde para que coman.» Y
así fue. Dios vio que todo cuanto había hecho era muy bueno” (Génesis
1, 26-31).

“Dios coloca la criatura humana en el centro y en la cumbre de la crea-


ción: al hombre (en hebreo «adam»), plasmado con la tierra («adamah»),
Dios insufla en las narices el aliento de la vida (cf. Gn 2,7). De ahí que,
« por haber sido hecho a imagen de Dios, el ser humano tiene la digni-
dad de persona; no es solamente algo, sino alguien. Es capaz de conocer-
se, de poseerse y de darse libremente y entrar en comunión con otras
personas; y es llamado, por la gracia, a una alianza con su Creador, a
ofrecerle una respuesta de fe y de amor que ningún otro ser puede dar
en su lugar». (Compendio de la Doctrina social de la Iglesia 108).

“El hombre y la mujer tienen la misma dignidad y son de igual valor,


no sólo porque ambos, en su diversidad, son imagen de Dios, sino, más
profundamente aún, porque el dinamismo de reciprocidad que anima el
« nosotros » de la pareja humana es imagen de Dios. En la relación de
comunión recíproca, el hombre y la mujer se realizan profundamente a

30
sí mismos reencontrándose como personas a través del don sincero de
sí mismos. Su pacto de unión es presentado en la Sagrada Escritura como
una imagen del Pacto de Dios con los hombres (cf. Os 1-3; Is 54; Ef 5,21-
33) y, al mismo tiempo, como un servicio a la vida. La pareja humana puede
participar, en efecto, de la creatividad de Dios: « Y los bendijo Dios y les
dijo: “Sed fecundos y multiplicaos, y llenad la tierra”» (Gn 1,28) (CDSI
211-214).

“¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él;


el ser humano, para darle poder?
Lo hiciste poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad,
le diste el mando sobre las obras de tus manos,
todo lo sometiste bajo sus pies” (Salmo 8).

La clave del salmo se halla aquí: la criatura humana se mantiene en pie


delante de Dios al reconocer que cuida de ella; su pequeñez no la lleva
al abatimiento, antes bien, la impulsa a tenerse serena y confiada ante su
Creador.

La tercera estrofa (vv. 6-7) explicita el asombro del ser humano ante su
Señor, que le ha otorgado una dignidad por sobre las demás criaturas.
La expresión literaria evita que la criatura quede absorta en su dignidad:
todos los verbos -hiciste, coronaste, diste, sometiste- tienen por sujeto
a Dios, remiten a Él como fuente de la grandeza humana.

En la última estrofa (vv. 8-9) la criatura humana se complace al contem-


plar la tierra y todos sus habitantes, que es el dominio confiado a ella
por parte de Dios. Se pone de relieve a la vez su precariedad y su digni-
dad: son el varón y la mujer que participan del señorío de Dios sobre la
creación (Génesis 1).

“Somos Hijos de Dios, creados a su imagen y semejanza, y en esa expe-


riencia radica el sentido más profundo de nuestra dignidad: lo humano
es sagrado. Por consiguiente, todas las personas y cada una de ellas,
poseen una dignidad radical. Son un fin en sí mismas, y nada está por

31
encima de esa condición. Esa dignidad, que deriva de la voluntad con que
Dios creó al hombre, no es algo otorgado por otros, es inseparable del
hecho mismo de vivir, aunque las condiciones reales de existencia y el
pecado personal y colectivo la condicionen y la hagan más difícil de re-
conocer. Descubriéndose amado por Dios, el ser humano comprende su
propia dignidad trascendente, aprende a no contentarse consigo mismo
y a salir al encuentro del otro creando una red fraterna y solidaria de re-
laciones humanizadoras. Por eso, toda la vida social debe ser expresión
inconfundible de un único protagonista: la persona humana”. (Modelo de
Acción Social . Cáritas Española, pág. 13).

¿Qué buena noticia me ofrecen estos documentos? ¿A qué me


invitan? ¿A qué me comprometen?

Manos a la obra

Respetar la dignidad de la persona, pasa por respetar y luchar por sus


derechos. Leemos la Declaración Universal de Derechos Humanos o , al
menos, los números 1.2.3.22.23.24.25.26 y 29. ¿Cuál crees que es el más
vulnerado en el ambiente en que te mueves? ¿Qué crees que puedes
hacer para defender esos derechos?

Conclusión

Concluimos nuestro encuentro compartiendo:

Una Convicción Un Sentimiento Un Compromiso


Oración final
Recitamos o cantamos el salmo 8.
32
CONFER
La Confederación Española de Reli-
giosos/as es un organismo que coordina la
Vida Religiosa en España en comunión con el
Obispo en cada diócesis. Una de sus Áreas es
la de Justicia y Solidaridad.

Este Área en nuestra Diócesis cuenta con una gran riqueza de comu-
nidades de religiosas y religiosos al servicio de enfermos, personas ma-
yores, infancia, mujer, familia, personas con necesidades especiales, asis-
tencia domiciliaria, hogares de acogida, apoyo a inmigrantes, comedores
sociales, promoción y desarrollo integral en países emergentes.

Además, muchas de estas Congregaciones y Sociedades de Vida Apos-


tólica han generado entidades que, con el estilo y espíritu de cada una,
sirven a las personas más vulnerables:

• Familia Salesiana: Fundación Proyecto Don Bosco.


• Familia Vicenciana: Asociación de Caridad de San Vicente de
Paúl y Conferencias de San Vicente de Paúl.
• Proyde, de los Hermanos de las Escuelas Cristianas (La Salle).
• Proclade (Misioneros Claretianos).
• Fundación Juan Ciudad (Hermanos de San Juan de Dios).

Para más información, consulte la web del Obispado de Tenerife,


obispadodetenerife.es entrando en el enlace “Área de Pastoral Social”.

Persona de referencia: sor Casimira González, Hermanas Hospitala-


rias del Sagrado Corazón de Jesús. Centro de EE “Acamán”, San Miguel
de Geneto, 73. 922 255 040/41. La Laguna. acaman@planalfa.

33
Con las personas
Tema 5 empobrecidas y
contra la pobreza
“Se compadeció de él...” (Lc 10,33)

Oración inicial
Invocamos al Espíritu Santo:

Espíritu Santo, ven en nuestra ayuda,


ilumínanos, fortalécenos,
para que seamos capaces de conmovernos
y movernos desde lo profundo del corazón
para acudir a dar una mano, y la vida toda,
a las personas rotas y caídas
en las cunetas de los caminos,
para hacer posible el mundo nuevo
del Reino prometido.

Escuchamos la Palabra
“ Yo he venido para que tengan vida y vida abundante” (Jn 10,10).

Comentamos esta Palabra


¿Qué buena noticia nos ofrece Jesús? ¿ a qué me invita?

Preces
- Por la Iglesia. Para que comunique vida, amor y esperanza, a un mundo
necesitado de Dios. Roguemos al Señor.
- Por el respeto a la vida humana, desde su nacimiento hasta la muerte.
Roguemos al Señor.
- Por quienes luchan por un mundo más justo y solidario. Para que no
decaigan en su compromiso. Roguemos al Señor.

34
Lo que pasa y lo que nos pasa

En todos nosotros hay una aspiración profunda: vivir, vivir más y vivir
mejor, amar y ser amados, ser libres, buscar y vivir en la verdad, en la
fraternidad, en el respeto mutuo, en la paz, en la justicia...
Es también el proyecto de Dios sobre la Humanidad. Es lo que Jesús
llamaba “El Reinado de Dios”: un vivir “como Dios manda”, una vida
vivida con hondura, con dignidad, desde el inicio hasta el final, abierta a
un futuro definitivo.
Y frente a ese impulso vital, aparece el anti-Reino, las estructuras de
pecado: el egoísmo, el afán de acumular, la corrupción a pequeña y gran
escala, la envidia, el afán de quedar bien, de aparentar..., con todas sus
consecuencias: ham-
bre, guerra, terrorismo,
personas refugiadas, es-
candaloso número de
abortos, personas sin
la protección social que
necesitan y merecen,
desempleo, precariedad
en los puestos de tra-
bajo, condiciones labo-
rales abusivas, personas
en situación de sin hogar, infancia que sufre privaciones básicas, personas
mayores abandonadas, mujeres y hombres que sufren explotación y vio-
lencia, emigrantes a quienes se les recortan sus derechos, exageradas
desigualdades sociales y económicas, dirigentes políticos y sindicales que
no responden a las necesidades reales del pueblo, personas creyentes
poco comprometidas...
Podemos añadir otras situaciones opuestas al plan de Dios.
Compartimos nuestra opinión sobre esta mirada a nuestra realidad, cau-
sas y consecuencias.

35
A la escucha de la Palabra

A lo largo de la Biblia, aparece continuamente esta lucha entre el bien y


el mal, entre los que responden a la llamada de Dios y los que se alejan
de sus caminos.

El Pueblo de Israel anhelaba ese don y lo pedía ansiosamente: “Cielos,


destilen el rocío, nubes, derramen la victoria; que se abra la tierra y brote
la salvación y con ella germine la justicia” (Isaías 45,8).

Los grandes personajes bíblicos colaboraban con Dios en la construc-


ción del Reino, especialmente los profetas: con su libertad para decir las
cosas, denunciaban los pecados del pueblo y de los reyes, defendían la
Alianza que Dios había hecho con su Pueblo y lo alentaban, comunicán-
dole esperanza en un futuro mejor:

“Palabra que vino a Jeremías de parte del Señor, diciendo: Párate a la


puerta de la casa del Señor y proclama allí esta palabra, y di: “Oigan la
palabra del Señor, todos los de Judá, los que entran por estas puertas
para adorar al Señor.” Así dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel:
Enmienden sus caminos y sus obras, y los haré morar en este lugar. No
confien en palabras engañosas, diciendo: “¡Éste es el templo del Señor, el
templo del Señor, el templo del Señor!”.

Porque si en verdad enmiendan sus caminos y sus obras, si en verdad


hacen justicia entre el hombre y su prójimo y no oprimen al extranjero,
al huérfano y a la viuda, ni derraman sangre inocente en este lugar, ni
andan en pos de otros dioses para su propia ruina, entonces, los haré
morar en este lugar, en la tierra que di a sus padres para siempre”. (Je-
remías, 7,1-7).

Jesús de Nazaret, por su parte, vive su misión en lucha y esperanza e


invita a sus discípulos a hacer lo mismo:

36
“El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha
ungido para anunciar el Evangelio a los pobres.
Me ha enviado para proclamar libertad a los
cautivos y la recuperación de la vista a los ciegos;
para poner en libertad a los oprimidos;
para proclamar el año favorable del Señor”
(Lucas 4,14-19).

Fue una existencia entregada totalmente a los demás: predicando la Bue-


na Noticia una veces, curando otras, enfrentándose con el mal siempre,
defendiendo al pobre y al débil frente a la opresión de los poderosos,
hasta dar su vida por nosotros, con la esperanza puesta en su Padre...

Sus discípulos saben que mientras aguardan la llegada de su Señor, deben


tener la “lámpara encendida” (Mt 25,13), han de hacer fructificar los ta-
lentos de cada uno (Mt 25,31-46).

Nos dice el Concilio Vaticano II:



“Se equivocan los cristianos que, pretextando que no tenemos aquí
ciudad permanente, pues buscamos la futura, consideran que pueden
descuidar las tareas temporales, sin darse cuenta que la propia fe es un
motivo que les obliga al más perfecto cumplimiento de todas ellas según
la vocación personal de cada uno.

Pero no es menos grave el error de quienes, por el contrario, piensan


que pueden entregarse totalmente del todo a la vida religiosa, pensando
que ésta se reduce meramente a ciertos actos de culto y al cumplimien-
to de determinadas obligaciones morales. El divorcio entre la fe y la vida
diaria de muchos debe ser considerado como uno de los más graves
errores de nuestra época. Ya en el Antiguo Testamento los profetas re-
prendían con vehemencia semejante escándalo” (GS43).

37
Dice el Papa Francisco : “La propuesta del Evangelio no es sólo la de
una relación personal con Dios. Nuestra respuesta de amor tampoco de-
bería entenderse como una mera suma de pequeños gestos personales
dirigidos a algunos individuos necesitados, lo cual podría constituir una
«caridad a la carta», una serie de acciones tendentes sólo a tranquilizar la
propia conciencia.

La propuesta es el Reino de Dios (cf. Lc 4,43); se trata de amar a Dios que


reina en el mundo. En la medida en que Él logre reinar entre nosotros, la
vida social será ámbito de fraternidad, de justicia, de paz, de dignidad para
todos. Entonces, tanto el anuncio como la experiencia cristiana, tienden a
provocar consecuencias sociales” (EG 180).

Tras un breve momento de silencio y reflexión, compartimos lo que nos


dice el Señor con esta Palabra: qué buena noticia me ofrece, qué denun-
cia en mí, a qué me invita...

Manos a la obra

Seguir a Jesús es intentar colaborar y continuar su obra.

Es poner nuestro granito de arena para que este mundo sea mejor. Para
ello, es bueno recordar.

1. Actúa como si todo dependiera de ti y confía, como si todo depen-


diera de Dios.

2. Nadie salva la historia, sólo colabora humildemente.

3. Desde el futuro definitivo del Reino se ve mejor nuestro presente.

4. “Con estos bueyes hemos de arar”.

5. Lo mejor es enemigo de lo bueno.

38
Estamos invitados a pasar:

* De no querer complicarnos la vida, a ESTAR AL LADO


DEL QUE LO NECESITA.

* De buscar que todo “nos lo den hecho”, a BUSCAR


CÓMO AYUDAR A LOS DEMÁS.

* De callarnos ante los abusos e injusticias, a PROTESTAR


ADECUADAMENTE.

* De creer que no necesitamos de nadie, a CONFIAR EN


DIOS Y TRABAJAR ORGANIZADAMENTE Y EN
RED POR MEJORAR LAS SITUACIONES.

Cada uno/a honestamente, piensa ante el Señor qué debe cambiar en su


vida en este campo.

Conclusión

Concluimos nuestro encuentro compartiendo:

Una Convicción Un Sentimiento Un Compromiso

39
Finalizamos con esta oración:

¡Señor, haz de mí un instrumento de tu paz!


Que allí donde haya odio, ponga yo amor;
donde haya ofensa, ponga yo perdón;
donde haya discordia, ponga yo unión;
donde haya error, ponga yo verdad;
donde haya duda, ponga yo fe;
donde haya desesperación, ponga yo esperanza;
donde haya tinieblas, ponga yo luz;
donde haya tristeza, ponga yo alegría.

¡Oh, Maestro!, que no busque yo tanto


ser consolado como consolar;
ser comprendido, como comprender;
ser amado, como amar.
Porque dando es como se recibe;
olvidando, como se encuentra;
perdonando, como se es perdonado;
muriendo, como se resucita a la vida eterna.

40
Manos Unidas
Manos Unidas es la Asociación de la
Iglesia Católica en España para la ayuda a
la promoción de los países en vías de de-
sarrollo.

Es, a su vez, una Organización No Gubernamental para el Desarrollo


(ONGD), de voluntarios, católica y seglar.

Manos Unidas mantiene dos líneas de trabajo:

- Dar a conocer y denunciar la existencia del hambre y del subdesarrollo,


sus causas y sus posibles remedios.

- Reunir medios económicos para financiar los programas, planes y pro-


yectos de desarrollo integral encaminados a atender estas necesidades.

Está presente en todo el territorio nacional, a través de 71 Delegaciones.


En cada Delegación hay una Presidenta Delegada al frente de un equipo
de voluntari@s para su funcionamiento.

Sus fondos proceden de las cuotas de los socios, una colecta anual en
parroquias, aportaciones de colegios, empresas, organismos públicos, do-
nativos de particulares, etc.

En nuestra Diócesis hay unos 100 voluntari@s, presentes en diversas


parroquias.

La persona que quiera ser voluntaria de Manos Unidas, puede contac-


tar con nosotros en la siguiente dirección de correo electrónico:
tenerife@manosunidas.org, o informándose en su parroquia.

41
Tema 6 La austeridad
compartida
“...sacó dos monedas de plata y se las dio al dueño del alojamiento...”
(Lc 10,35)

Oración inicial

Invocamos al Espíritu Santo:

Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles


y enciende en ellos el fuego de tu amor.

Envía tu Espíritu, Señor, y serán recreadas todas las cosas.

Oh Dios, que instruiste los corazones de tus fieles


con la luz del Espíritu Santo,
danos por el mismo Espíritu, la verdadera sabiduría
y el gozo continuo de su consuelo.
Por Cristo, nuestro Señor.
Amén.

Escuchamos la Palabra

“Dos cosas te he demandado…


Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí;
no me des pobreza ni riqueza; asígname mi ración de pan,
no sea que me sacie, y te niegue, y diga: “¿Quién es el Señor?”
O que siendo pobre, hurte, y blasfeme el nombre de mi Dios”
(Proverbios 30, 7-9).
“Ustedes conocen el generoso amor de nuestro Señor Jesucristo,
quien, siendo rico, se hizo pobre por ustedes, para que por medio de
su pobreza, ustedes se hicieran ricos” (II Cor. 8, 9-11).

42
Hablo con Cristo pobre, le pido el don de la pobreza, del saber com-
partir.

Oramos juntos a María:



Madre de los pobres, de los humildes y sencillos,
de quienes confían siempre en Dios.
Tú, la más pobre porque nada ambicionaste,
que un pesebre ofreciste al rey del cielo;
toda tu riqueza fue tenerlo solo a Él.
Tú que en sus manos sin temor te abandonaste,
danos un corazón pobre, sencillo, austero.
Amén.

Lo que pasa y lo que nos pasa


Cuentan que Sócrates iba a ve- mentos, de la comida que caduca,
ces al mercado de Atenas, mira- el “usar y tirar”, acumulación de
ba todo con atención y volvía sin objetos innecesarios, manipula-
comprar nada. Cuando le pre- ción engañosa de la publicidad...
guntaban la razón Al compar-
de su actuar, con- tir, tomaremos
testaba: “disfruto conciencia de
viendo tantas co- que estamos in-
sas que no nece- mersos en una
sito para ser feliz”. sociedad con-
Compartimos ex- sumista; que
periencias propias d e r ro c h a m o s ,
o ajena de la fie- dilapidamos, gas-
bre consumista que nos devora, tamos y consumimos más de lo
de los mecanismos de la sociedad estrictamente necesario.
que nos incita al consumo, a com- Es un ansia concupiscente de te-
prar compulsivamente cosas que ner toda clase de superfluidades
no necesitamos con dinero que cuando una gran parte de la hu-
no tenemos, al desperdicio de ali- manidad carece de lo necesario.

43
A la escucha de la Palabra

“Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los


Cielos.” (Mt 5,1).

“Nadie puede servir a dos señores, pues menospreciará a uno y amará


al otro, o querrá mucho a uno y despreciará al otro. No se puede servir
a la vez a Dios y a las riquezas.” (Mt 6,24).

El dinero es un amo implacable. Ahoga la palabra del Evangelio y hace


olvidar lo esencial: la soberanía de Dios y la necesidad del hermano.

Por eso es feliz la persona que elige ser pobre, vivir con austeridad.

En el episodio de Zaqueo, vemos cómo Jesús cumplió con los ricos el


precepto de amar a los enemigos y nos enseñó cómo practicarlo: no
claudicó un ápice de sus principios, pero tampoco cedió lo más mínimo
de su humanidad y su compasión: se enfrentó con ellos sin olvidar nunca
que el rico era una persona digna de respeto, hijo de Dios.

Y si por lo primero les dijo cosas duras, por lo segundo, les abrió los
brazos, apostó por su conversión, confió en ellos y les ofreció la buena
noticia de que ellos podrían cambiar, desprenderse en favor de los po-
bres. Y no por táctica sino porque Jesús sabía muy bien que la persona
no es totalmente reducible a su clase.( cf. Lucas 19,1-10).

“¿De dónde proceden esas guerras y esas riñas entre ustedes? De aquí
abajo, por supuesto; son el fruto de las codicias, que hacen la guerra den-
tro de ustedes mismos. Ustedes quisieran tener y no tienen, entonces
matan; tienen envidia y no consiguen, entonces no hay más que discusio-
nes y peleas”(Stgo 4,1-2).

44
“Los que quieren hacerse ricos, caen en tentaciones, trampas y mil afa-
nes insensatos y funestos, que hunden a los hombres en la ruina y en la
perdición, porque la raíz de todos los males es el amor al dinero; por
esa ansia, algunos se desviaron de la fe y se infligieron mil tormentos”
(ITim 6,9-10).

Hacerse pobre, optar por la pobreza, no es otra cosa que renunciar al


individualismo, a la codicia, al consumismo desenfrenado, al materialismo
dominante, y abrir paso a la cultura de la moderación, eligiendo la auste-
ridad solidaria que hace posible que Dios reine y que todos los hombres
y mujeres compartan la mesa de la vida.

Es fomentar una economía que ponga a la persona en el centro, es pro-


mover con gestos concretos, la distribución y no la acumulación, dar
paso a una ética de compasión, de liberación y de solidaridad.

“Si alguien se siente ofendido por mis palabras, le digo que las expreso
con afecto y con la mejor de las intenciones, lejos de cualquier interés
personal o ideología política. Mi palabra no es la de un enemigo ni la de
un opositor. Sólo me interesa procurar que aquellos que están esclavi-
zados por una mentalidad individualista, indiferente y egoísta, puedan
liberarse de esas cadenas indignas y alcancen un estilo de vida y de pen-
samiento más humano, más noble, más fecundo, que dignifique su paso
por esta tierra” (EG 208).

Comentamos lo que nos llama la atención, lo que queremos aclarar, lo


que denuncia en nosotros y nuestra sociedad, la llamada que percibi-
mos...

45
Manos a la obra

He aquí unas propuestas para que cada persona vea, aterrice y concrete,
sin agobios, pero con responsabilidad.
1. Formarnos e informarnos sobre la realidad de nuestro entorno social
y económico y sobre sus causas.
2. Ser autocríticos con nuestro nivel de consumo que provoca destruc-
ción de la naturaleza y pobreza en gran parte de la humanidad: revisa tu
dieta de manera que sea más sana y sostenible. Compra sólo lo que vas
a consumir, evita que se te estropeen o caduquen los alimentos. Com-
prueba la fecha de caducidad de los productos que vas a comprar.
3. REDUCIR el consumo de productos y recursos. Comprar lo que
realmente necesitamos y no lo que nos hacen creer que necesitamos.
No dejarnos influir por la publicidad; REUTILIZAR objetos para alar-
gar su vida útil, aprovechar algunas de sus partes o piezas que aún sirvan
o bien transformarlos para otro uso práctico; RECICLAR el vidrio, el
papel, el cartón, el plástico, la ropa, el calzado y el aceite, separándolos
adecuadamente.
4. Hacer un consumo ecológico: Informarnos acerca de las condiciones
medioambientales en las que un producto o servicio ha sido elaborado
y, una vez usado, cuáles son las consecuencias para el medio ambiente.
5. Fijarnos en la condiciones laborales. Nunca comprar productos de
empresas o multinacionales que no respeten los derechos laborales de
sus trabajadores, informándonos a través de internet y de las denuncias
que hacen algunas ONG`s al respecto. Comprar productos del Comer-
cio justo.
6. Fomentar la economía local. Optar por los pequeños comercios de
barrio frente a las grandes superficies.
7. Hacer que nuestras comunidades cristianas sean referentes y signo de
austeridad compartida.

46
8. Examinar, cuando hay elecciones, las propuestas que se nos hacen en
este campo y contrastarlas con el Evangelio y la Doctrina Social de Ia
Iglesia, teniendo en cuenta la persona a la que votamos, el partido y el
programa, conscientes siempre que debe ser un voto responsable y que
ningún partido responde plenamente a lo ideal.

9. Apostar por la Banca Ética.

10. Tener presente en el acompañamiento espiritual, y la confesión, la


dimensión social de nuestra fe en Jesús y en un Dios que es el Dios de
las personas empobrecidas.

Conclusión
Concluimos nuestro encuentro compartiendo:

Una Convicción Un Sentimiento Un Compromiso

Oración final

María de Nazaret,Virgen y Madre,


modelo de sencillez, pobreza y disponibilidad.
Ayúdanos a construir un mundo de hermanos y hermanas,
muéstranos el camino hacia una economía de comunión,
mantén nuestra lucha y nuestra esperanza.
Amén.

47
Delegación Diocesana
de Migraciones
Tiene como objetivo principal el “promover
cauces que ayuden a sensibilizar a la Iglesia y
la sociedad sobre la realidad y el desafío que
supone la movilidad humana y las migraciones
en sus aspectos sociales y pastorales, ofrecien-
do medios para capacitarnos en la atención, la
acogida, la integración y el diálogo ecuménico e interreligioso”.

Dentro del Área de Pastoral Social donde nos coordinamos, a la Dele-


gación de Migraciones le toca la tarea de planificar, coordinar y animar
las acciones que se planteen para llevar a cabo la pastoral de migraciones
en los niveles parroquiales, ariciprestales y diocesano.Y para eso pretende:

- Favorecer que nuestras comunidades parroquiales sean sensibles a la


realidad de las migraciones y puedan dar respuestas concretas.
- Potenciar la formación sobre la realidad de las migraciones y la res-
puesta pastoral a la misma.
- Dar a conocer la voz de la Iglesia en relación al tema de las migracio-
nes y, al mismo tiempo, comunicar lo que se hace en este campo.
- Potenciar la comunicación y coordinación con otros organismos e ins-
tituciones que desarrollan su labor en esta realidad.

La Delegación fue creada en el año 2003 y está formada por un equipo


de personas vinculadas a diferentes realidades pastorales. Para las per-
sonas interesadas en participar en este ámbito pastoral, ofrecemos los
datos de contacto:

C/ San Agustín, 28 38201 La Laguna . Teléfono 922258640

Correo electrónico: migraciones@obispadodetenerife.es


Facebook: Delegación de Migraciones Tenerife.

48
Tema 7 Custodios de la
Casa común
“...lo condujo a una posada” (Lc 10,34)

Oración inicial

Invocamos al Espíritu Santo

Espíritu Santo, que con tu luz


orientas este mundo hacia el amor del Padre
y acompañas el gemido de la creación.
Tú vives también en nuestros corazones
para impulsarnos al bien, a la belleza, a la verdad.
Alabado seas.

Escuchamos la Palabra comentada por el Papa Francisco;

“Jesús asume la fe bíblica en el Dios creador y destaca un dato fundamental:


Dios es Padre. En los diálogos con sus discípulos, Jesús los invitaba a reconocer
la relación paterna que Dios tiene con todas las criaturas, y les recordaba con
una conmovedora ternura cómo cada una de ellas es importante a sus ojos:
«¿No se venden cinco pajarillos por dos monedas? Pues bien, ninguno de ellos
está olvidado ante Dios» (Lc 12,6). «Mirad las aves del cielo, que no siembran
ni cosechan, y no tienen graneros. Pero el Padre celestial las alimenta” (LS 96).

Preces

- Tú, que has creado este mundo por amor,


¡Bendito seas, Señor!
- Tú, que has puesto en nuestras manos las maravillas de tu creación,
¡Bendito seas, Señor!
- Tú, que cuidas con amor todas tus creaturas,
¡Bendito seas, Señor!

49
Lo que pasa y lo que nos pasa

¿Qué paisaje de nuestra tierra te impacta más?

Comentamos esta reflexión del Papa Francisco en su Encíclica “Laudato


si´” sobre el cuidado de la Casa Común:

“Las predicciones catastrófi-


cas ya no pueden ser miradas
con desprecio e ironía. A las
próximas generaciones po-
dríamos dejarles demasiados
escombros, desiertos y sucie-
dad. El ritmo de consumo, de
desperdicio y de alteración
del medio ambiente ha su-
perado las posibilidades del
planeta, de tal manera que el
estilo de vida actual, por ser insostenible, sólo puede terminar en catástrofes,
como de hecho ya está ocurriendo periódicamente en diversas regiones. La
atenuación de los efectos del actual desequilibrio depende de lo que hagamos
ahora mismo, sobre todo si
pensamos en la responsabili-
dad que nos atribuirán los que
deberán soportar las peores
consecuencias” (LS 161).

¿Qué sensibilidad tiene


nuestra gente frente al
cuidado del medio am-
biente, de la Creación?

50
A la escucha de la Palabra

“Llenen la tierra y sométanla: manden en los peces del mar y en las aves
del cielo y en todo animal que repta sobre la tierra” (Génesis, 1,28).

El mar, los cielos y la tierra, representan la totalidad del cosmos. Al igual


que el rey ideal ejerce su soberanía para asegurar la paz y la armo-
nía (salmo 72), así, el ser humano debe actuar como representante del
Creador. La dominación de la tierra debe ser para el bienestar de la
persona, lo que excluye el abuso: debe regir, no tiranizar.

“El desafío urgente de pro-


teger nuestra casa común
incluye la preocupación de
unir a toda la familia huma-
na en la búsqueda de un de-
sarrollo sostenible e integral,
pues sabemos que las cosas
pueden cambiar. El Creador
no nos abandona, nunca dió
marcha atrás en su proyecto
de amor, no se arrepiente de

51
habernos creado. La humanidad aún posee la capacidad de colaborar para
construir nuestra casa común.

Deseo reconocer, alentar y dar las gracias a todos los que, en los más variados
sectores de la actividad humana, están trabajando para garantizar la protec-
ción de la casa que compartimos.

Merecen una gratitud especial quienes luchan con vigor para resolver las con-
secuencias dramáticas de la degradación ambiental en las vidas de los más
pobres del mundo. Los jóvenes nos reclaman un cambio. Ellos se preguntan
cómo es posible que se pretenda construir un futuro mejor sin pensar en la
crisis del ambiente y en los sufrimientos de los excluidos” (LS 13).

“Lamentablemente, muchos esfuerzos para buscar soluciones concretas a la


crisis ambiental suelen ser frustrados no sólo por el rechazo de los poderosos,
sino también por la falta de interés de los demás. Las actitudes que obstru-
yen los caminos de solución, aun entre los creyentes, van de la negación del
problema a la indiferencia, la resignación cómoda o la confianza ciega en las
soluciones técnicas. Necesitamos una solidaridad universal nueva” (LS 14).

“La naturaleza no puede ser simple objeto de dominio al servicio de un pre-


tendido e incontrolado desarrollo económico. Frente al deseo desmedido por
poseer cosas, hemos de relacionarlas con la verdad recuperando aquella ac-
titud desinteresada, gratuita, estética, que nos lleva a contemplar la creación
como don original del Creador y ver en ella la obra de Dios” (I Sínodo Dioce-
sano Nivariense pág 180).

Releemos en silencio estos textos, subrayamos lo que nos ha llamado la


atención y lo compartimos.

¿Los problemas ambientales están relación con la


pobreza y la desigualdad? ¿Qué tiene que ver todo ello con
nosotros, con nuestros modos de vida,
con nuestra fe?

52
Manos a la obra

“Estamos llamados a ser los instrumentos del Padre Dios para que nuesro
planeta sea lo que Él soñó al crearlo y responda a su proyecto de paz, belleza
y plenitud” (LS53·) porque “son inseparables la preocupación por la naturale-
za, la justicia con los pobres, el compromiso con la sociedad y la paz interior”
(LS10).

Te sugerimos estas cinco acciones concretas:

1. AHORRA el agua.

2. EVITA las bolsas de plástico.

3. USA el coche lo menos posible. Opta por el transporte colectivo.

4. AHORRA electricidad. Usa lámparas LED.

5. ASUME los costes de una vida respetuosa con la Naturaleza.

Conclusión

Concluimos nuestro encuentro compartiendo:

Una Convicción Un Sentimiento Un Compromiso

53
Terminamos rezando este Cántico de las criaturas de
San Francisco de Asís

Altísimo y omnipotente buen Señor,


tuyas son las alabanzas,
la gloria y el honor y toda bendición.
A ti solo, Altísimo, te convienen
y ningún hombre es digno de nombrarte.
Alabado seas, mi Señor,
en todas tus criaturas,
especialmente en el Señor hermano sol,
por quien nos das el día y nos iluminas.
Y es bello y radiante con gran esplendor,
de ti, Altísimo, lleva significación.
Alabado seas, mi Señor,
por la hermana luna y las estrellas,
en el cielo las formaste claras y preciosas y bellas.
Alabado seas, mi Señor, por el hermano viento
y por el aire y la nube y el cielo sereno y todo tiempo,
por todos ellos a tus criaturas das sustento.
Alabado seas, mi Señor, por el hermano fuego,
por el cual iluminas la noche,
y es bello y alegre y vigoroso y fuerte.
Alabado seas, mi Señor,
por la hermana nuestra madre tierra,
la cual nos sostiene y gobierna
y produce diversos frutos con coloridas flores y hierbas.
Alabado seas.
Amén.

54
Delegación de Pastoral
Penitenciaria
Dentro del Área de de Pastoral Social de
nuestra Diócesis, la Pastoral Penitencia-
ria acompaña a los hombres y mujeres vin-
culados al mundo penitenciario, a través de
programas de atención integral que incenti-
ven su crecimiento en la fe y provoquen cambios de actitud. Actualmen-
te, hay dos equipos formados por capellanes y personas voluntarias que
trabajan en el Centro Penitenciario de Santa Cruz de La Palma y en los
Centros Tenerife I y Tenerife II. Esta Delegación ha abierto un Hogar de
Acogida para los internos que salen con permiso.

Asimismo, ofrece la posibilidad de que haya familias que acojan y/o acom-
pañen a las personas que salen de algún Centro y están en un proceso
de reinserción.

Con vocación de servicio, asumimos el compromiso de promover pro-


cesos de sensibilización frente a la realidad penitenciaria.

Además de cumplir su labor evangelizadora y misionera detrás de las


rejas, la Pastoral Penitenciaria ofrece diversos programas de atención y
promoción social integral para las familias, deportados de las cárceles del
exterior, personal de la guardia y funcionarios del servicio penitenciario.

A las personas que sienten esta vocación, se les ofrece un cursillo de


iniciación, así como una formación permanente para responder a las
necesidades de este servicio.

Delegado: Agustín Domingo Marrero Delgado. 630199827. C/ Nava y


Grimón 8, 1º 30201. La Laguna Tenerife. paspenivaria@hotmail.com

55
Tema 8 Espiritualidad
samaritana
“Le tuvo compasión” (Lc 10,33).


Oración inicial

Invocamos al Espíritu Santo

Espíritu Santo:Tú, que nos ha sido dado


para que el proyecto del Padre se realice en nosotros
al servicio de las personas empobrecidas,
danos un corazón orante, como el de María,
la mujer del silencio y la escucha,
para que sepamos reconocer a Jesucristo
en todas las fuentes por las que Él se da a conocer:
El Evangelio, la Iglesia, la Eucaristía, la historia.
Que, gracias a Ti, estemos unidos a Jesucristo para dar
frutos de amor y de justicia.
Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

Escuchamos la Palabra

“Yo soy la vid y ustedes los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése
da mucho fruto porque sin mí, no pueden hacer nada” (Jn 15,5).

Sólo unidos a Él, asimilados a su vida y muerte, expresión de su amor, pode-


mos comprometernos en favor de los demás; no es un voluntarismo sino una
capacitación que se recibe con la nueva vida comunicada en la eucaristía.

56
Compartimos en clima de oración, lo que dice la Palabra, lo que me dice,
lo que le digo a Jesús y a qué me invita...

“Invito a cada cristiano, en cualquier lugar y situación en que se encuentre,


a renovar ahora mismo su encuentro personal con Jesucristo o, al menos, a
tomar la decisión de dejarse encontrar por Él, de intentarlo cada día sin des-
canso” (EG3).

Comentamos estas palabras del Papa.

Peticiones

- Por el Pueblo de Dios. Para que, alimentado por la Palabra y la Euca-


ristía, sea testimonio de entrega y amor solidario. Roguemos al Señor.

- Por las personas consagradas. Para que, al celebrar la Eucaristía, memo-


ria de tu vida entregada, tengan los ojos abiertos, los oídos atentos y las
manos prontas ante la persona sola y abandonada. Roguemos al Señor.

- Por todos los que ejercen el servicio de presidir en el amor a la Iglesia,


especialmente nuestro Obispo Bernardo y el Papa Francisco. Para que,
llenos del Espíritu Santo, sepan acompañarnos en nuestra misión. Rogue-
mos al Señor.

Todo esto te lo pedimos, Padre, por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Lo que pasa y lo que nos pasa

¿Qué papel juegan en nuestra vida cristiana, en nuestro seguimiento de


Jesús, los espacios de oración, la lectura de la Palabra, la Eucaristía, la
Celebración del perdón...?

¿Veo relación entre acción y contemplación? ¿La oración la veo como un


lujo, reservado sólo a quienes tienen tiempo?

57
A la escucha de la Palabra

« En aquellos días, Elías continuó por el desierto una jornada de camino,


y, al final, se sentó bajo una retama y se deseó la muerte: «¡Basta, Señor!
¡Quítame la vida, que yo no valgo más que mis padres!» Se echó bajo la
retama y se durmió. De pronto un ángel lo tocó y le dijo: «¡Levántate,
come!» Miró Elías, y vio a su cabecera un pan cocido sobre piedras y un
jarro de agua. Comió, bebió y se volvió a echar. Pero el ángel del Señor
le volvió a tocar y le dijo: ¡Levántate, come!, que el camino es superior
a tus fuerzas.» Elías se levantó, comió y bebió, y, con la fuerza de aquel
alimento, caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta el monte Horeb,
el monte del Señor” (I Reyes, 19, 4-8).
El profeta Elías, desilu-
sionado y desencantado,
cansado de caminar por
el desierto, huyendo de
quien le persigue impla-
cablemente, se desea la
muerte. El Señor, dándole
pan, le reconforta para que
siga un camino superior a
sus fuerzas.

Necesitamos comer, repo-


ner fuerzas para no desfa-
llecer y afrontar el camino
que nos queda por hacer y,
con frecuencia, nos desborda. La oración, la Eucaristía, es ese pan.

“Evangelizadores con Espíritu quiere decir evangelizadores que oran y traba-


jan. Desde el punto de vista de la evangelización, no sirven ni las propuestas
místicas sin un fuerte compromiso social y misionero, ni los discursos y praxis
sociales o pastorales sin una espiritualidad que transforme el corazón. Esas
propuestas parciales y desintegradoras sólo llegan a grupos reducidos y no tie-
nen fuerza de amplia penetración, porque mutilan el Evangelio. Siempre hace

58
falta cultivar un espacio interior que otorgue sentido cristiano al compromiso y
a la actividad. Sin momentos detenidos de adoración, de encuentro orante con
la Palabra, de diálogo sincero con el Señor, las tareas fácilmente se vacían de
sentido, nos debilitamos por el cansancio y las dificultades, y el fervor se apaga.
La Iglesia necesita imperiosamente el pulmón de la oración, y me alegra enor-
memente que se multipliquen en todas las instituciones eclesiales los grupos
de oración, de intercesión, de lectura orante de la Palabra, las adoraciones
perpetuas de la Eucaristía. Al mismo tiempo, «se debe rechazar la tentación
de una espiritualidad oculta e individualista, que poco tiene que ver con las
exigencias de la caridad y con la lógica de la Encarnación». Existe el riesgo de
que algunos momentos de oración se conviertan en excusa para no entregar
la vida en la misión, porque la privatización del estilo de vida puede llevar a
los cristianos a refugiarse en alguna falsa espiritualidad” (EG262).

“Urge recobrar un espíritu contemplativo, que nos permita redescubrir cada


día que somos depositarios de un bien que humaniza, que ayuda a llevar una
vida nueva. No hay nada mejor para transmitir a los demás” (EG264).

“La caridad «es una fuerza que tiene su origen en Dios, Amor eterno y Verdad
absoluta», «de la que Jesucristo se ha hecho testigo con su vida terrenal y, so-
bre todo, con su muerte y resurrección». Como dice san Juan, es la experiencia
de ser amados por Dios la que nos posibilita amar a los hermanos. Por eso, la
caridad hunde sus raíces en la fe en Dios: «La experiencia de un Dios uno y
trino, que es unidad y comunión inseparable, nos permite superar el egoísmo
para encontrarnos plenamente en el servicio al otro».

Nuestras instituciones de caridad y de compromiso social, como Cáritas y Ma-


nos Unidas y otras asociaciones eclesiales, están llamadas a vivir una profunda
espiritualidad. Por eso, en el documento “La Iglesia y los pobres” se advirtió
ya que «más de una vez, dentro de la Iglesia, hemos caído en la tentación de
contraponer la vida activa y la contemplativa, el compromiso y la oración y,
más concretamente, hemos considerado la lucha por la justicia social y la vida
espiritual como dos realidades no sólo diferentes —que sí lo son en cuanto a
su objeto inmediato—, sino independientes y hasta contrarias, cuando no lo
son en modo alguno, sino más bien complementarias y vinculadas entre sí».

59
Es el Amor personificado de Dios, -el Espíritu Santo- «el que transforma y pu-
rifica los corazones de los discípulos, cambiándolos de egoístas y cobardes en
generosos y valientes; de estrechos y calculadores, en abiertos y desprendidos;
el que con su fuego encendió en el hogar de la Iglesia la llama del amor a
los necesitados hasta darles la vida». Es muy importante no disociar acción y
contemplación, lucha por la justicia y vida espiritual. Estamos llamados a ser
evangelizadores con Espíritu, evangelizadores que oran y trabajan. «Siempre
hace falta cultivar un espacio interior que dé sentido al compromiso» (Iglesia
servidora de los pobres 36 y 37).
Aclaramos lo que no entendemos, subrayamos lo que nos llama la aten-
ción, compartimos las llamadas que el Señor nos hace...

Manos a la obra
Este tema es una buena ocasión para revisar, dentro de mi proyecto de
vida, la dimensión espiritual: mi oración diaria, la lectura de la Palabra,
la participación semanal en la Eucaristía, la Celebración del perdón, mi
devoción a María... ¿En qué tengo que mejorar?

Concluimos nuestro encuentro compartiendo:

Una Convicción Un Sentimiento Un Compromiso


Conclusión

Recitamos o cantamos juntos:

Madre de los creyentes, que siempre fuiste fiel,


danos tu confianza, danos tu fe (bis).

60
Delegación de
Pastoral de la Salud
Su fin es promover, alentar y coordinar la acción
evangelizadora de la Iglesia en el campo de la
salud, la enfermedad y el duelo.

Su labor:
- Presencia evangelizadora en los centros sanitarios.
- Impulso de la Pastoral de la Salud en las comunidades parroquiales.
- Coordinación y colaboración pastoral de todas las fuerzas y agentes
de pastoral que trabajan en este campo.
- Sensibilización de la Diócesis en este campo de acción pastoral.
- Formación de los agentes de Pastoral de la Salud.

En nuestra Diócesis, la labor de esta Delegación en lo que se refiere a


la formación de los agentes de Pastoral de la Salud, se desarrolla, funda-
mentalmente, a través de los grupos parroquiales, así como en la Escuela
Diocesana de Agentes de Pastoral.

Asimismo, se llevan a cabo jornadas de formación específicas sobre te-


mas como la relación de ayuda al enfermo y a su familia, la atención
pastoral a los ancianos o el acompañamiento en el duelo. Además, se
celebra un Encuentro diocesano de Pastoral de la Salud coincidiendo
con la Jornada Mundial del enfermo (11 de febrero) y se coordina la
celebración a nivel parroquial de la Pascua del enfermo (VI Domingo de
Pascua).

En la Delegación están representadas distintas realidades de atención a


los enfermos como son la Fraternidad Cristiana de Enfermos y Personas
con discapacidad (FRATER) y Profesionales Sanitarios Cristianos (PRO-
SAC). Para contactar: Jorge Andrés Robles Hernández (686033280
- jorgeandres73@yahoo.es) o la Subdelegada diocesana Carmen Simón
Castro (636927537 - carmensimoncastro@gmail.com).

61
Tema 9 Parábola del buen
samaritano
“El que tuvo compasión” (lLc 10,37)

Oración inicial

Invocamos al Espíritu Santo

Espíritu Santo:
Tú que, conforme a la promesa de Jesús,
fuiste enviado a tu Iglesia naciente reunida con María:
Enséñanos a responder a la libre iniciativa de Dios que nos llama
a continuar la obra de Jesús en la historia.
Que tu Iglesia, como el Buen Samaritano,
siga recorriendo los caminos, acercándose a tantas personas
apaleadas por la vida y, compadecida,
sea posada acogedora y cure las heridas
con el aceite del consuelo y el vino de la esperanza.
Por Jesucristo Nuestro Señor,
Amén.

Lo que pasa, lo que nos pasa

¿Qué imagen ofrece nuestra Iglesia en su labor de servicio a


las personas necesitadas?

62
Compartimos la Palabra

Parábola del buen samaritano


“En esto se presentó un experto en la ley y, para poner a prue-
ba a Jesús, le hizo esta pregunta:
—Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?
Jesús replicó:
—¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo la interpretas tú?
Como respuesta el hombre citó:
—“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser,
con todas tus fuerzas y con toda tu mente”, y: “Ama a tu próji-
mo como a ti mismo.”
—Bien contestado —le dijo Jesús—. Haz eso y vivirás.
Pero él quería justificarse, así que le preguntó a Jesús:
—¿Y quién es mi prójimo?
Jesús respondió:
—Bajaba un hombre de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de
unos ladrones. Le quitaron la ropa, lo golpearon y se fueron,
dejándolo medio muerto. Resulta que viajaba por el mismo ca-
mino un sacerdote quien, al verlo, se desvió y siguió de largo.
Así también llegó a aquel lugar un levita, y, al verlo, se desvió y
siguió de largo. Pero un samaritano que iba de viaje llegó adon-
de estaba el hombre y, viéndolo, se compadeció de él. Se acercó,
le curó las heridas con vino y aceite, y se las vendó. Luego lo
montó sobre su propia cabalgadura, lo llevó a un alojamiento
y lo cuidó. Al día siguiente, sacó dos monedas de plata y se las
dio al dueño del alojamiento. “Cuídemelo —le dijo—, y lo que
gaste usted de más, se lo pagaré cuando yo vuelva.” ¿Cuál de
estos tres piensas que demostró ser el prójimo del que cayó en
manos de los ladrones?
—El que se compadeció de él —contestó el experto en la ley.
—Anda entonces y haz tú lo mismo —concluyó Jesús”
(Lucas 10, 25-37).

63
• ¿Qué dice el texto? Personajes que intervienen, verbos, palabras que
se repiten...

• ¿Qué me dice el texto? Dios me habla a mí, aquí ahora: me interpela,


anima, corrige...

• ¿Qué le digo yo al Señor? Dialogo con Jesús: doy gracias, pido per-
dón, luz y fuerza...

• ¿Cómo respondo a su interpelación? Llamadas concretas que me


hace el Padre a través de este Evangelio y compromiso o compromisos
que me invita a tomar..

Notas para una mejor comprensión del texto.

• Esta sección aparece entre dos enseñanzas de Jesús sobre la oración.


Es una forma de recordarnos que no hay encuentro con Dios si no hay
encuentro con el hermano.

• Tanto el sacerdote como el levita que pasan de largo, quieren evitar


contraer impureza ritual si tocan a un muerto. Jesús denuncia la falta de
amor y compasión en estos hombres del Templo, que leen la Ley con una
mirada meramente legalista.

• Para los judíos, los samaritanos eran ciudadanos marginales.

• El prójimo es el que se acerca y practica la misericordia.

• Jesús, el buen samaritano, le dice el maestro de la Ley que quería


ponerle a prueba: no se trata de elucubrar teorías, sino de mojarse: el
prójimo es cualquier persona, la misericordia no tiene fronteras. “Haz
esto y tendrás vida”, no te limites a decirlo. “Anda y haz tú lo mismo”.

64
Para la reflexión personal.

La primera pregunta que hizo el sacerdote y el levita fue: “Si me detengo


a ayudar a este hombre, ¿qué me va a pasar a mí?”. Pero... el buen sama-
ritano invirtió la pregunta: “Si no me detengo a ayudar a este hombre, ¿qué
pasará con él?” (Martin Luther King).

Quien vive atento a su hermano necesitado que encuentra en su camino,


descubre un gusto nuevo a la vida. Según Jesús, heredará la vida plena.
(J. A. Pagola).

Si a la Iglesia no se le conmueven las entrañas ante los heridos de las


cunetas, haga lo que haga y diga lo que diga, será bastante irrelevante.
Sólo la compasión puede hacer hoy a la Iglesia de Jesús más humana y
más creíble. (J. A. Pagola).

Señor, no puedo invocarte como Dios,


si no me estremece el dolor
de los doloridos (A. Ginel).

Para compartir

De las siete características de una Iglesia Samaritana que se indican en la


pagína siguiente, señala una positiva y otra mejorable de nuestra Iglesia Dio-
cesana:

65
UNA IGLESIA SAMARITANA ES UNA IGLESIA...

1. Que está en camino, que baja del templo a la arena de lo cotidiano, a


las periferias, que no se encierra en sí misma, en sus batallitas internas,
sino que corre el riesgo de la intemperie.
2. Que se acerca a la persona apaleada. Sólo bajando al infierno del
dolor y de la exclusión, puede ofrecer la Iglesia una Palabra salvadora,
puede anunciar al Resucitado, evitando la palabrería inútil y un culto
vacío que se esconde tras el incienso de las ceremonias.
3. Que ve a la persona que sufre. Una mirada global que pasa de la
persona concreta a todas las personas y al ‘sistema mundo’, sin perder
por eso ninguna de las dos perspectivas.
4. Que siente lástima, que experimenta una conmoción interior, una
reacción visceral, que conmueve las entrañas como respuesta al dolor
ajeno infligido injustamente; un amor práxico que surge ante el sufri-
miento y se compromete a erradicarlo, sin buscar excusas para dar un
rodeo.
5. Que ama con amor inteligente, que venda la heridas, después de
echar aceite y vino. No basta la buena voluntad. No bastan las buenas
intenciones. Hace falta cabeza.
6. Que acompaña hasta la posada: Se trata de un acompañar que no
subordina, que no somete, que no hace demostración de lo que sabe,
que no hace inútil a quien no es o ignora lo que es, que cuenta con el
otro como protagonista.
7. Que trabaja en red: pide a otros que cuiden y colaboren al servicio
de la persona sola y desamparada. Trabajar en red es dar un paso cua-
litativo sobre la mera coordinación. Supone aprender a que nadie deba
renunciar a lo sustancial suyo, sin por ello dejar de ser eficaces en la
acción. Supone pasar de una concepción piramidal de las relaciones a
otra en la que hay un centro pero no una cúspide.

SÓLO UNA IGLESIA QUE SIRVE, SIRVE

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Terminamos recitando juntos este Prefacio:

En verdad es justo darte gracias,


y deber nuestro alabarte, Padre,
en todos los momentos
y circunstancias de la vida,
en la salud y en la enfermedad,
en el sufrimiento y en el gozo,
por tu siervo Jesús, nuestro Redentor.
Porque Él, en su vida terrena,
pasó haciendo el bien
y curando a los oprimidos por el mal.
También hoy, como buen samaritano,
se acerca a toda persona que sufre
en su cuerpo o en su alma
y cura sus heridas
con el aceite del consuelo y
el vino de la esperanza.
Por este don de tu gracia,
incluso cuando nos vemos
sumergidos en la noche del dolor,
vislumbramos la luz pascual
en tu Hijo muerto y resucitado.

67
Tema 10 Aterrizando
“Vete y haz tú lo mismo” (Lc 10,37)

Si la oración y la reflexión son importantes porque la mejor praxis


necesita una buena teoría y “si el Señor no construye la casa, en vano
se afanan los albañiles” (Salmo 127,1), no podemos quedarnos en ello.
Es preciso que, como grupo, en este curso, hagamos un discernimiento
a ver cómo trabajar para cumplir los objetivos propuestos para este
Curso pastoral en el Plan Diocesano.

Para ello, ofrecemos algunas pistas de trabajo que llevan implícitas una
planificación: se trata de que cada proyecto o tarea que asumamos des-
pués de haber visto lo que debemos hacer, tenga su secuencialidad para
lograr eficacia y eficiencia en la medida que se pueda hablar de ello en
el campo social o/y pastoral, en el que tenemos la tentación constante
de la eficacia inmediata.

Por ello, es preciso elaborar un proyecto en el que, después de explicitar


el motivo y la motivación que nos lleva a su realización, se tenga claro
qué vamos a hacer, a qué o a quiénes vamos a responder, quiénes, cuán-
do, con qué medios y cómo evaluar lo que nos proponemos.

En otras palabras: objetivo general y específico a conseguir, las perso-


nas destinatarias, medios humanos y materiales necesarios para ello;
la temporalización y, por último, evaluación, a ver en qué medida se
han alcanzado el objetivo u objetivos propuestos.

A continuación, ofrecemos algunas pistas para que de, acuerdo con


el territorio (parroquia, varias parroquias o arciprestazgo), sus necesi-
dades y los medios materiales y humanos con que se cuenta,, programe-
mos algunas acciones misioneras que incidan especialmente en jóvenes
y familias:

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• Estudiar la realidad social: valores y contravalores de la gente joven de
la zona: aspiraciones, necesidades, potencialidades, recursos...

• Lo mismo sobre el núcleo familiar.

• Crear una Cáritas parroquial o interparroquial o, en su caso, renovarla


para que, desde la comunidad cristiana, sea espacio de acogida, escucha,
denuncia, acompañamiento y atención a las personas más vulnerables.

• “Apadrinar” algún proyecto concreto en la Diócesis que incida en la


mejora de la familia y de los jóvenes: Ataretaco, “Proyecto Hombre”,
“Fundación Proyecto D. Bosco”, los que gestionan los Institutos de Vida
Consagrada, o alguno de los que desarrolla Cáritas Diocesana.

• Formar un grupo de sensibilidad y solidaridad con proyectos concre-


tos de desarrollo y evangelización, en contacto con un misionero/a, la
Delegación de Misiones, Manos Unidas, Cáritas Diocesana... en la que
nuestra gente joven podría tener un papel muy importante.

• Celebrar vigilias de oración, implicando a los jóvenes en los diferentes


tiempos litúrgicos o en Campañas Institucionales.

• Programar un proyecto de apoyo escolar, o de crecimiento personal,


o de juegos o de contacto con la naturaleza, con niños/as, adolescentes,
jóvenes.

• Realizar talleres de educación afectiva y sexual para adolescentes y


jóvenes.
• Crear un servicio de asesoramiento jurídico para ayudar a las familias.

• Apoyar el Centro de Orientación Familiar sito en el Seminario.


• Crear un servicio de asesoramiento psicológico para jóvenes y familias.

• Crear una Vocalía Socio-caritativa en Hermandades y Cofradías Parro-


quiales.

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• Ofrecer talleres de crecimiento de la persona, desarrollando su con-
ciencia crítica, sus potencialidades, su cualificación laboral y sus habili-
dades sociales.

• Ofrecer apoyo, cercanía, y espacios de encuentro para personas ma-


yores, especialmente a las que no salen de sus hogares.

• Sensibilizar sobre la realidad del desempleo, del trabajo precario y di-


namizar proyectos de formación, empleabilidad e inserción laborar.

• Crear un equipo de Apostolado del Mar en aquellas zonas donde se


detecte esta necesidad.

• Crear o, en su caso, potenciar el Equipo parroquial o interparroquial


de Pastoral de la salud.

• Sensibilizar, apoyar y promocionar al voluntariado para la Pastoral Pe-


nitenciara con el fin de trabajar tanto dentro como fuera de los Centros
Penitenciarios.

• Contactar con la Delegación de Migraciones para apoyo puntual en


Celebraciones y Vigilias.

• Crear Equipos parroquiales o arciprestales para, en contacto con Justi-


cia y Paz, promuevan campañas de sensibilización sobre el cuidado de la
Tierra y difusión de la Doctrina Social de la Iglesia.

• Acoger y promover toda acción destinada a la evangelización y apoyo


a la familia: Signo de Vida, Delegación de Familia y Vida, Encuentros de
Matrimonios, Grupo SED, Cof...

• Apoyar al Movimiento de Scouts Católicos.

Para más información consultar Guía de Recursos del Área de Pastoral


Social. Enlace: http://obispadodetenerife.es

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Acciones significativas

• Surgen de motivaciones claras.

• Buscan la construcción de una sociedad alternativa basada en los va-


lores evangélicos.

• No se agotan en sí mismas: son signos que traslucen y construyen el


Reino.

• Cuidan tres dimensiones: la denuncia propositiva, el anuncio y el tes-


timonio.

• Invitan a otros a ponerse en marcha y a trabajar en red.

Y todo ello, impregnado de una pasión por el Reinado de Dios: el pro-


yecto que Dios tiene para la humanidad, proyecto de filiación y fraterni-
dad, con un amor eficaz, creíble e inteligible. (MAS pág 20 y ss.).

Como iluminación y orientación para este Curso, se nos invita en el Plan


Diocesano de Pastoral a leer con calma todo el capítulo tercero de la
Evangelii Gaudium.

Subrayamos de un modo especial cuatro orientaciones del Papa Francisco,


válidas para esta ocasión pero también para nuestro trabajo pastoral e
incluso para nuestro proyecto personal de vida:

“El tiempo es superior al espacio”


“La unidad prevalece sobre el conflicto”
“La realidad es más importante que la idea”
“El todo es superior a la parte”. (EG 221-236)

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1. El tiempo es superior al espacio: el bien común de un pueblo re-
quiere de sus actores tiempo, dedicación y generosidad. Hay una tensión
bipolar entre la plenitud y el límite. Este principio nos invita a trabajar a
largo plazo, sin estar obsesionados por los resultados inmediatos; a darle
prioridad al tiempo a la hora de iniciar procesos. Se trata de privilegiar
las acciones que generan dinamismos nuevos y de hacerlo sin ansiedad,
pero sí con tenacidad y convicciones claras.

2. La unidad prevalece sobre el conflicto: Es preciso aceptar y su-


frir el conflicto, resolverlo y transformarlo en el eslabón de un nuevo
proceso. Se trata de evitar dos peligros: ignorar el conflicto o dejarnos
atrapar por él, perdiendo la perspectiva de la unidad.

Es importante el discernimiento para evitar caer en un sincretismo que


eluda los problemas. El Espíritu viene en nuestra ayuda para superar
cualquier conflicto, armonizando la diversidad para lograr una nueva sín-
tesis, y así emerja una diversidad reconciliada.

3. La realidad es más importante que la idea: La idea debe estar


en diálogo con la realidad porque la idea desconectada de la realidad,
origina idealismos ineficaces.

En lo que se refiere a la evangelización, este criterio ayuda a la encarna-


ción de la Palabra y a su puesta en práctica.

“El criterio de realidad, de una Palabra ya encarnada y siempre buscando


encarnarse, es esencial a la evangelización.

Este criterio nos impulsa a poner en práctica la Palabra, a realizar obras


de justicia y caridad en las que esa Palabra sea fecunda. No poner en
práctica, no llevar a la realidad la Palabra, es edificar sobre arena, perma-
necer en la pura idea y degenerar en intimismos y gnosticismos que no
dan fruto, que esterilizan su dinamismo” (EG133).

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4. El todo es superior a la parte: Hay que ampliar la mirada para
reconocer un bien mayor que beneficie a todos. Entre la globalización y
la localización también se produce una tensión.

Por eso, hay que prestar atención a lo global, para no caer en lo mezqui-
no, en una cerrazón. Al mismo tiempo, es necesario no perder de vista
lo local, que nos hace caminar con los pies bien enraizados en nuestra
tierra.

Las dos cosas unidas, la “glocalización”, nos impiden caer en los ex-
tremos: el de vivir en un universalismo abstracto, admirando los fuegos
artificiales del mundo; y el de convertirnos en un museo folklórico de
ermitaños localistas, que se miran el ombligo, incapaces de dejarse inter-
pelar por el diferente y de valorar la belleza que Dios derrama fuera de
nuestros límites.

Se trata de trabajar en lo pequeño, en lo cercano, en el territorio, pero


con una perspectiva mucho más amplia.

“El modelo no es la esfera, sino el poliedro, que refleja la confluencia de todas


las parcialidades que en él conservan su originalidad” (cf EG 236).

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Calendario 2017 - 2018
Octubre 2017 Noviembre 2017 Diciembre 2017
Lun Mar Mié Jue Vie Sáb Dom Lun Mar Mié Jue Vie Sáb Dom Lun Mar Mié Jue Vie Sáb Dom
1 1 2 3 4 5 1 2 3
2 3 4 5 6 7 8
6 7 8 9 10 11 12 4 5 6 7 8 9 10
9 10 11 12 13 14 15
13 14 15 16 17 18 19 11 12 13 14 15 16 17
16 17 18 19 20 21 22
20 21 22 23 24 25 26 18 19 20 21 22 23 24
23 24 25 26 27 28 29

30 31 27 28 29 30 25 26 27 28 29 30 31

Enero 2018 Febrero 2018 Marzo 2018


Lun Mar Mié Jue Vie Sáb Dom Lun Mar Mié Jue Vie Sáb Dom Lun Mar Mié Jue Vie Sáb Dom

1 2 3 4 5 6 7 1 2 3 4 1 2 3 4

8 9 10 11 12 13 14 5 6 7 8 9 10 11 5 6 7 8 9 10 11

15 16 17 18 19 20 21 12 13 14 15 16 17 18 12 13 14 15 16 17 18

22 23 24 25 26 27 28 19 20 21 22 23 24 25 19 20 21 22 23 24 25

29 30 31 26 27 28 26 27 28 29 30 31

Abril 2018 Mayo 2018 Junio 2018


Lun Mar Mié Jue Vie Sáb Dom Lun Mar Mié Jue Vie Sáb Dom Lun Mar Mié Jue Vie Sáb Dom

1 1 2 3 4 5 6 1 2 3
2 3 4 5 6 7 8
7 8 9 10 11 12 13 4 5 6 7 8 9 10
9 10 11 12 13 14 15
14 15 16 17 18 19 20 11 12 13 14 15 16 17
16 17 18 19 20 21 22
21 22 23 24 25 26 27 18 19 20 21 22 23 24
23 24 25 26 27 28 29

30 28 29 30 31 25 26 27 28 29 30

Formamos el grupo:
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Calendario litúrgico básico 2017 - 2018

2017 2018
8 enero Bautismo del Señor 7 enero
1ª Semana del Tiempo
9 enero 8 enero
Ordinario
1 marzo Miércoles de Ceniza 14 febrero
5 marzo I de Cuaresma 18 febrero
9 abril Domingo de Ramos 25 marzo
16 abril Domingo de Resurrección 1 abril
28 mayo Ascensión del Señor 13 mayo
4 junio Pentecostés 20 mayo
Reanudación del Tiempo
5 junio (9ª semana) 21 mayo (7ªsemana)
Ordinario
Jesucristo, Sumo y Eterno
8 junio 24 mayo
Sacerdote
11 junio Santísima Trinidad 27 mayo
18 junio Corpus Christi 3 junio
23 junio Sagrado Corazón de Jesús 8 junio
Inmaculado Corazón
24 junio 9 junio
de María
3 diciembre I de Adviento 2 diciembre
31 diciembre Sagrada Familia 30 diciembre

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Luces, llamadas, sentimientos,
convicciones y compromisos

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