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LA EXPERIENCIA SENSORIAL

EN PRIMERA PERSONA
En este módulo continuaremos desarrollando la temática de desafíos
sensoriales, particularmente tomando como eje la experiencia de una
mujer que pertenece al espectro, Temple Grandin. Ella nos ofrece un
recorrido más que interesante sobre el procesamiento sensorial, ya
que logró identificar sus desafíos sensoriales y encontró la forma de
superarlos.

“Soy una mujer de 44 años, autista, que tiene una exitosa carrera

internacional diseñando equipo para el ganado. Completé mis


estudios en Ciencias Animales en la Universidad de Illinois en
Urbana y soy ahora profesora auxiliar de Ciencias Animales en la
Colorado. La intervención temprana a la edad de 2 años y medio
me ayudó a superar mi impedimento. De niña mis sentidos eran
supersensibles al ruido fuerte y al tacto. Los ruidos fuertes herían
mis oídos y trataba de evitar el tacto para no tener sensaciones
intensas”. Temple Grandin.

Como hemos estado conversando anteriormente, el cerebro es el


encargado de organizar, localizar, clasificar y ordenar todas las
sensaciones que nos llegan para formar percepciones,
comportamientos y aprendizajes. Pero ¿qué pasa cuando este
proceso no funciona correctamente?. Como en el caso de Temple:

“A menudo me portaba mal en la iglesia porque las faldas me


producían comezón. La ropa del domingo se sentía diferente de
la ropa de todos los días. La mayoría de las personas se
acostumbran a sentir tipos diferentes de ropa en unos minutos.
Aún ahora, evito de llevar tipos nuevos de ropa interior. Me toma
tres o cuatro días adaptarme a la ropa nueva.

Cuando era niña, en la iglesia, las faldas y las medias me


enloquecían. Mis piernas me dolían durante el invierno frío
cuando usaba una pollera. El problema era el cambio de
pantalones que usaba toda la semana a una pollera el domingo.
Si yo hubiera llevado pollera todo el tiempo, no habría podido
tolerar los pantalones. Hoy en día compro ropas que se sienten
parecidas. Mis padres no tenían ni idea porqué me comporté tan
mal. Unos cambios simples en la ropa habrían mejorado mi
conducta”.

Cuando nuestro cerebro no es capaz de procesar la información


sensorial que le llega, existe una dificultad para utilizar dicha
información en nuestra vida diaria: se produce una incapacidad
neurológica para organizar dichos estímulos sensoriales, por lo que
no podemos dar respuestas adaptadas, Temple lo en su relato lo
expone, la relación con la ropa y lo que a ella le producía. A su vez,
expone el impacto que esta relación tiene en su cotidiano.
Para continuar, les pedimos que visualicen este video:

https://www.youtube.com/watch?v=ZnU1uqZVqwo Pueden
buscarlo como: Claire Danes - Temple Grandin (sub.español).

En la primer parte, podemos ver que ella escucha el ruido del tren,
observa el ventilador, se desestabiliza. Tiene hipersensibilidad a ese
sonido, como le sucede a muchos niños con autismo. Ante esa
situación, busca un estímulo que inhiba esa sensación: en este caso el
tacto profundo que le ejerce la estructura metálica.

En general, la estimulación puede ser alertante o inhibitoria según la


necesidad, en el caso de Temple que ejerce presión de tacto
profundo, es inhibitoria.
En su película se observa otra escena, que de niña cuando caminaba
hacia el colegio y pasaba por las vías del tren sentía tan fuerte ese
ruido y llegaba desregulada, y la mamá no entendía que le pasaba, no
podía entender ni explicar esa situación. En reiteradas ocasiones, nos
llegan casos de niños que no saben que les pasa, saben que les
molesta (por ejemplo ciertos ruidos o texturas), pero no saben por
qué.

“Se pueden desensibilizar algunas sensibilidades táctiles. Alentar

a un niño a frotar la piel con telas de textura diferente, a menudo


ayuda. Las terminaciones nerviosas de mi piel son demasiado
sensibles. Estímulos que eran insignificantes para la mayoría de
las personas, eran para mí como la tortura del agua china. Ayres
(1979) lista muchas sugerencias buenas de métodos de
desensibilizar el sistema táctil”. Temple Grandin.

Temple, en su adolescencia construyó una máquina de apretar. Es un


aparato completamente con espuma de goma o de latex, y el usuario
tiene control completo sobre la duración de la presión aplicada. La
máquina proporciona presión a grandes áreas del cuerpo.
“Un día hace aproximadamente
12 años, la relación con un gato
siamés cambió después de haber
usado la máquina de apretar.
Este gato corría de mí, pero
después de usar la máquina,
aprendí a acariciar a el gato más
suavemente y decidió quedarse
conmigo. Tenía que
conformarme antes de poder
darle consuelo al gato” (Grandin,
1984).
Para ir concluyendo …

El siguiente es un testimonio del Dr. Carlos Marcín relacionado con la


integración sensorial: “Fue en el año de 1980 cuando por primera vez
en mi vida profesional acudieron a mi consultorio unos padres que
habían sido canalizados por tener una hija con el diagnóstico de
autismo. Al entrar al cuarto de evaluación encontré a una niña de 7
años que estaba recostada en el suelo con sus piernas fuertemente
entrecruzadas, y en su mano sostenía un candelabro que hacía girar
rítmicamente con mucha habilidad. Su atención visual se mantenía
concentrada en el movimiento del objeto y el reflejo de la luz sobre éste.
Continué observándola y luego de 20 minutos su actividad continuaba
igual sin probabilidad de detenerse; no se percataba de mi presencia, y
su único mundo parecía el de ese objeto entre sus dedos que capturaba
por completo su interés y la mantenía absorta en un mundo de
sensaciones”.

Traemos esta experiencia, ya que nos parece interesante que el


médico observe estas dificultades sensoriales y las describa con
claridad.

Un poco a modo de ir cerrando este tema, vamos a ir concluyendo


algunas cuestiones.

En primer lugar, y a modo general, podemos observar tres rasgos que


explicarían las desafíos en el procesamiento sensorial.
• En primer lugar, el cerebro de los niños/as con TEA puede no
estar registrando correctamente los datos sensoriales, es decir,
la información que llega a través de los sentidos; sonidos,
imágenes, texturas, olores, movimiento, temperatura. Esto
explicaría porqué unas veces prestan muy poco atención a unas
cosas y reaccionan en exceso a otras.

• En segundo lugar, esos datos sensoriales deben modularse de


forma adecuada. Los niños/as con TEA pueden tener problemas
de modulación sobretodo con los estímulos táctiles y
vestibulares (movimiento), sintiéndose inseguros
gravitatoriamente (no le gusta la hamaca, tienen miedo de subir
a un tobogán o bicicleta) y actúan a la defensiva cuando le tocan
o se sienten incómodos y evitan estar en lugares con muchos
personas.

• Y por último, la parte del cerebro encargada de querer buscar


sensaciones nuevas y descubrir, no funciona correctamente
aveces, por lo que muestran poco o nulo interés en hacer cosas
nuevas.

“Hay una parte en el cerebro (en el sistema límbico) que decide qué
datos sensoriales deben registrarse y atraer nuestra atención…Esta
parte no funciona bien en el cerebro de un niño con Autismo.” Libro:
La integración sensorial en los niños. Desafíos sensoriales ocultos. A .
Jean. Ayres
Todas las conductas observables en los niños/as con Autismo tienen
una explicación desde el punto de vista cognitivo; percepción,
lenguaje, aspectos motores, atención, razonamiento. La misión del
Terapeuta Ocupacional es realizar un buen análisis para llegar
al origen y poder trabajar directamente sobre dicha función.

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