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¿IDOLO DE BOLSILLO?

1 Corintios 6:12 y 1 Corintios 10:23,

aprendemos que hay cosas que NO son pecado, pero no convienen en nuestra vida pues no
edifican, y nos pueden llegar a dominar. Muchos de nosotros sin darnos cuenta, hemos caído
en una forma de idolatría moderna; a pesar de que jamás nos inclinaríamos ante un ídolo de
piedra, madera o metal, lo hacemos ante un aparatito tecnológico: nuestro celular.
Como cristianos no estamos en contra del smartphone, pues tiene muchas ventajas:
comunicación con personas lejanas, información al instante, oportunidades de estudio,
publicidad de bajo costo, noticias en tiempo real, entre muchas otras. Sin embargo, debemos
tener cuidado y guardar el corazón, porque es algo que fácilmente puede hacernos adictos, y
tomar el lugar de Dios.
Estadísticas muestran que muchas personas toman su celular antes que cualquier otra
cosa en la mañana, y lo dejan en la noche antes de dormir. Otros lo revisan
compulsivamente en el día. Algunos no son capaces de conversar con su prójimo sin estar
revisando su teléfono. Muchos lo ven mientras comen, cuando van al baño, cuando ven la
televisión y aun cuando están en la iglesia.
¿Realmente puede ser un ídolo? El adicto al teléfono/redes sociales pasa horas en dicha
actividad; sin saberlo pone su mirada en las cosas de la tierra ( Colosenses 3:1-8 ). No ora ni
lee la Biblia, o lo hace poco ( Salmos 1:1-3 y Josué 1:8 nos muestra nuestra necesidad de
hacerlo). Su alma puede ser envenenada con pornografía e inmoralidad (ver Filipenses 4:8 ).
Ha sustituído el estudio de la Palabra y hasta el congregarse, por pasar su tiempo en una
pantalla de teléfono. Muchos caen en chatear con quien no deberían hacerlo (adulterio y
fornicación) y ver lo que no deberían ver. Ezequiel 14:1-6 nos dice que estos ídolos del
corazón nos pueden llevar a pecar gravemente contra Dios.
Una persona con idolatría al teléfono busca más ser aprobado por los demás (likes), que ser
aprobado por Dios en su conducta ( 2 Timoteo 2:15 ). Se vuelve experto en presentar una
imagen, pues quiere alimentar su ego y orgullo, descuidando su corazón. Pretende llenar sus
vacíos, necesidad de afecto, aceptación y amor en las redes sociales. Va en busca de
sabiduría a Google. Pasa la vida envidiando, codiciando y criticando a los demás, por lo que
sus ojos ven en las redes (Éxodo 20:17).
¿Cómo puedo ser libre? ¡Cristo rompe toda cadena de idolatría y adicción (ver Juan 8:31-
36 )! Comienza por entregarle tu vida y recibir su perdón. Luego dale prioridad a tu tiempo
con Dios. Medita en su Palabra y ora. Practica la memorización. En la medida que su Espíritu
te llena y te deleitas en Él, obtendrás ese dominio propio que solo Dios da. ¡Congrégate en
persona y no te dejes distraer por el celular!
¡Limita el uso del teléfono! Toma medidas radicales para que no te domine. Haz un “ayuno
de redes”. ¡Corta radicalmente con lo que te hace caer! Cuando lo uses, dale un uso sabio y
evangelista (compartir versículos, prédicas, alabanzas, invitar a la iglesia o célula, etc.)
¡Ocupémonos con gente de carne y hueso! Disfrutemos a la familia, conversemos,
recibamos vecinos en casa para hablarles de Jesús. Preocupémonos de sus necesidades,
oremos por ellos y sirvámosle.
GUARDA TU ALMA!!

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