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Introducción:
Los Israelitas tenían la promesa de Dios de entrara a Canaán, la cual sería su hogar.
Quiere decir que su estadía en el desierto no fue para siempre, sino temporal.
Por esa razón no vivían estables, sino que vivían en campamentos, viajaban ligero,
solo con lo necesario, porque sabían que su hogar era en otro lugar.
Nosotros también somos peregrinos de este mundo como dice 1 Pedro 2:11
“Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los
deseos carnales que batallan contra el alma”.
I. Los Israelitas levantaron sus campamentos 41 ocasiones por 40 años (Números 33:1-2, 49).
A. Porque su casa no era el Egipto o el desierto
1. La promesa para ellos: Éxodo 3:8; Números 14:33-34; Éxodo 13:5
2. La promesa para nosotros: Juan 14:1-4; Filipenses 3:20; Apocalipsis
21; 14:13
B. Porque confiaron en la promesa de Dios
1. La primera generación no confió en la promesa de Dios, y por eso no
entraron a la tierra prometida (Números 14:33-34)
2. La segunda generación obedeció y confió (Josué 1:1-6)
II. Los Israelitas levantaron su campamento por última vez para entrar a la tierra prometida
(Josué 1:10-13)
A. Significaba el fin del peregrinaje (Josué 1:14-15 No había vuelta atrás)
B. Significaba el inicio de una mejor vida (Josué 24:13; 2 Pedro 3:10-13)
Conclusión:
Cada Cristiano debe vivir con la mentalidad de que su hogar es el cielo como dice
Filipenses 3:20.
Cada Cristiano debe vivir fielmente para no perder su oportunidad de entrar al cielo
(Filipenses 2:12).
Pero si eres un Cristiano que ha fallado y que ha olvidado su compromiso con Dios,
hoy es el día para ponerte a cuentas con Dios (Apocalipsis 3:20), y comienza a vivir
con la mentalidad de un peregrino.
Si tu no eres un hijo de Dios debes saber que Apocalipsis 22:12-15 nos recuerda que solo los que
han sido lavados en la sangre del Cordero tienen parte en el cielo.