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DERECHO PENAL

El Derecho penal es la rama del derecho público que regula y norma


la potestad punitiva es decir que regula la actividad criminal dentro de un Estado,
siempre a partir de un principio de proporcionalidad y de imparcialidad. El derecho
penal asocia a la realización de determinadas conductas, llamadas ,
comunicación, delitos, penas y medidas de seguridad como consecuencias
jurídicas. También es una agrupación de normas que regulan los tres pilares del
debido proceso, con la finalidad principal de la aplicación de las leyes de fondo, o
derecho sustancial.
Cuando se habla de derecho penal, se hace uso del término con diferentes
significados, de acuerdo con aquello a lo que se desee hacer referencia; de tal
manera, puede hablarse por una parte de un Derecho penal sustantivo y, por otro
lado, del Derecho penal adjetivo o procesal penal. El primero de aquellos está
constituido por lo que generalmente se le reconoce como código
penal o leyes penales de fondo, que son las normas promulgadas por el Estado,
que establecen los delitos y las penas, mientras que el derecho procesal penal es
el conjunto de normas destinadas a establecer el modo de aplicación de las
mismas.
No se reduce al listado de las conductas consideradas delitos y la pena que a
cada uno corresponde, sino que principalmente su misión es proteger a
la sociedad. Esto se lograría a través de medidas que por un lado conducen a la
separación del delincuente peligroso por el tiempo necesario, a la par que se
reincorpora al medio social a aquellos que no lo son mediante el tratamiento
adecuado en cada caso para lograr esta finalidad.
Los delitos así sean estos por comisión (se realiza una acción prohibida por la ley:
secuestrar, matar, estafar, robar) o por omisión (se deja de realizar una
acción que la ley manda u ordena, lo que trae como consecuencia la violación del
bien protegido por el legislador). Ejemplo típico para diferenciarlos es el homicidio,
que deja de alimentar a su propio hijo hasta que muere por desnutrición (delito por
omisión).No siempre es necesaria la producción de un daño para que una
conducta pueda encuadrarse como delictiva, ya que también existen los delitos
denominados “de peligro”. Tienen lugar se produzca. Por ejemplo: será penado
quien causare un incendio y, con él pusiere en peligro bienes de otras personas, o
bienes de la comunidad. No significa que, efectivamente, debe haber lesión sobre
esos bienes, sino que con la sola puesta en peligro es suficiente para poder
afirmar que hay delito.
MARCO CONSTITUCIONAL Y COMUNIDADES INDIGENAS

Los pueblos y las personas indígenas tienen derecho a pertenecer a


una comunidad o nación indígena, de conformidad con las tradiciones y
costumbres de la comunidad o nación de que se trate. No puede resultar ninguna
desventaja del ejercicio de ese derecho.

Costumbres y tradiciones. La ciudadanía indígena no menoscaba el derecho de


las personas indígenas a obtener la ciudadanía de los Estados en que viven.
Los pueblos indígenas tienen derecho a determinar las estructuras y a elegir la
composición de sus instituciones de conformidad con sus propios procedimientos.
Los individuos y comunidades indígenas tienen derecho a pertenecer a los
pueblos indígenas, de acuerdo con las tradiciones y costumbres de los pueblos
respectivos

En los últimos 20 años, los derechos de los pueblos indígenas se han reconocido
cada vez más mediante la adopción de instrumentos internacionales como
el Acuerdo Regional sobre el Acceso a la Información, la Participación Pública y el
Acceso a la Justicia en Asuntos Ambientales en América Latina y el Caribe en
2021, la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos
Indígenas en 2007, la Declaración Americana sobre los Derechos de los Pueblos
Indígenas en 2016, y el Convenio sobre Pueblos Indígenas y Tribales de 1991.

Al mismo tiempo, se han creado mecanismos institucionales mundiales para


promover los derechos de los pueblos indígenas, como el Foro Permanente de las
Naciones Unidas para las Cuestiones Indígenas, el Mecanismo de Expertos sobre
los Derechos de los Pueblos Indígenas y el relator especial sobre los derechos de
los pueblos indígenas.

Los pueblos indígenas han conservado características sociales, culturales,


económicas y políticas que son distintas a las de las sociedades dominantes en
las que viven. A pesar de sus diferencias culturales, los diferentes grupos de
pueblos indígenas de todo el mundo comparten problemas comunes relacionados
con la protección de sus derechos como pueblos distintos, si bien los pueblos
indígenas poseen, ocupan o utilizan parte de la superficie del mundo, ellos
protegen el 80 % de la biodiversidad que aún queda en el planeta.
ACUERDO SOBRE IDENTIDAD Y DERECHOS DE LOS PUEBLOS

INDIGENAS Y EL DERECHO CONSUETUDINARIO

Hoy en día los indígenas representan más de la mitad de la población total de


Guatemala, alrededor de 6 millones de habitantes. El Acuerdo sobre Identidad y
Derechos de los Pueblos Indígenas, firmado en 1995, reconoce que la nación
guatemalteca tiene un carácter multiétnico, pluricultural y multilingüe, y que los
pueblos indígenas incluyen a los pueblos Maya, Garífuna y Xinca constituyen más
del 75% de la población. Las estimaciones sobre la población indígena varían,
ya que no hay cifras exactas. Sin embargo el Estado guatemalteco confirmo que es
de un 60%. Los Mayas, a su vez, están subdivididos en 21 grupos lingüísticos y los
Garífunas son esencialmente de ascendencia africana. El resto de la nación
guatemalteca, desde el punto de vista étnico, está constituida por los ladinos o
mestizos y la población eurodescendiente.

Derechos de los pueblos indígenas


Los indígenas han sido excluidos políticamente, discriminados culturalmente y
marginados económicamente en la sociedad nacional. Además de los indicadores
de desarrollo humano y social que hablan de la situación extremadamente difícil
encarada por los indígenas, éstos se enfrentan a la discriminación racial y étnica
cotidiana, que se manifiesta con actitudes de desprecio y rechazo hacia los
indígenas. Los pueblos indígenas se quejan de las dificultades de acceso a los
juzgados y tribunales, de discriminación contra su derecho consuetudinario y de la
falta de intérpretes en lenguas indígenas en los tribunales, así como de defensores
de oficio.

El Derecho consuetudinario: es un conjunto de costumbres, prácticas y


creencias que los pueblos indígenas y las comunidades locales aceptan como
normas de conducta obligatorias y que forma parte intrínseca de sus sistemas
sociales y económicos y su forma de vida.
CONVENIO 169 DE LA ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL DEL

TRABAJO RELATIVO A LOS PUEBLOS INDIGENAS

El Convenio núm. 169 tiene dos postulados básicos: el derecho de los pueblos
indígenas a mantener y fortalecer sus culturas, formas de vida e instituciones
propias, y su derecho a participar de manera efectiva en las decisiones que les
afectan. Desde su creación en 1919, la OIT ha prestado especial atención
a la situación de los pueblos indígenas y tribales. En 1957, se adoptó un primer
instrumento internacional vinculante, el Convenio núm. 107 sobre Poblaciones
indígenas y tribales en países independientes. En junio de 1989, la Conferencia
Internacional del Trabajo de la OIT adoptó en forma tripartita con participación de
los gobiernos, organizaciones de empleadores y de trabajadores, el Convenio núm.
169 sobre Pueblos indígenas y tribales en países independientes. En el proceso de
revisión del Convenio (1987-1989) también fueron consultados y participaron un
gran número de pueblos indígenas.

La Conferencia observó que en muchas partes del mundo estos pueblos no


gozaban de los derechos en igual grado que el resto de la población en los Estados
donde viven y que han sufrido a menudo una erosión en sus valores, costumbres y
perspectivas.

En Noviembre de 2014, el Convenio núm. 169 ha sido ratificado por 22 países, la


mayoría de nuestra región: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica,
Dominica, Ecuador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Paraguay, Perú y la
República Bolivariana de Venezuela, además de Dinamarca, España, Fiji, Nepal,
Noruega, los Países Bajos y República Centroafricana. El Convenio núm. 169 es
hoy un punto de referencia a nivel internacional no solo para los organismos de las
Naciones Unidas y las instituciones financieras internacionales, sino también para
organismos regionales sobre derechos humanos y tribunales nacionales de justicia.
Su efecto se deja sentir en las reformas constitucionales llevadas a cabo en varios
países de la región así como en el desarrollo legislativo de muchos otros países.
DERECHO ALTERNATIVO EN AMERICA LATINA

El Derecho alternativo se plantea, entonces, como una alternativa teórica frente a las
tendencias monistas y estatalistas en el campo de la filosofía; este nuevo derecho,
referenciado de manera cercana a la realidad latinoamericana, desmonta la ilusión de una
teoría autónoma del derecho. Los exponentes del Derecho alternativo critican, desde
diferentes ángulos, las construcciones jurídicas modernas que han configurado, de una
manera anómala, la historia de los Estados latinoamericanos. Esta corriente nos sitúa en la
perspectiva de un desarrollo jurídico que no sigue los lineamientos históricos del capitalismo
y el liberalismo, y que por el contrario, los desmonta de una manera convincente.

El Derecho alternativo promueve el cuestionamiento de las doctrinas y prácticas jurídicas


que informan la axiología liberal-capitalista y el monismo jurídico moderno ínsito en el
Estado-nación contemporáneo; en la raíz de esta actitud crítica se encuentra la convicción
de que tales elementos han coadyuvado a la crisis global de nuestros días. También
promueve una clave de lectura substantiva, concreta, solidaria y pluralista de los derechos
humanos en términos de la problemática global actual.

El Derecho Alternativo viene a constituirse como un esfuerzo por reconcebir el Derecho en


términos de la situación de los oprimidos. En este contexto, resuena claramente la opción
por los pobres defendida por la Iglesia católica post-Concilio Vaticano II, especialmente en
el ámbito latinoamericano. Esta práctica ha transformado la práctica jurídica en una clara
opción por cambiar las estructuras sociojurídicas injustas de América Latina. Tal y como es
sugerido por el término “alternativo”, esta corriente jurídica conlleva el reconocimiento de
prácticas jurídicas que difieren del Derecho dominante, esto es, el monista-estatalista.

Finalmente, es conveniente recordar que el Derecho alternativo, en tanto apuesta por el


pluralismo jurídico, no niega necesariamente el Derecho estatal. Se plantea, en todo caso,
una flexible utilización de los sistemas jurídicos estatales y comunitarios, en aras de
conseguir una sociedad más justa e incluyente. En este sentido, el Derecho alternativo
realza los elementos emancipatorios del Derecho estatal, los derechos humanos en su
sentido más avanzado, los derechos sociales. En este sentido, el Derecho alternativo nos
presenta una perspectiva desde la cual se puede elaborar diferentes estrategias para
buscar una sociedad más justa.
CONCLUSIONES

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