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DE GUATEMALA
NOMBRES:
Wilmary Odaliz Leonardo Milián – 2450 22 19080.
Beverly Lariza Dubón
Andrés
Melanie
Clemencia
GRUPO: No. 3
Derechos humanos
Los derechos humanos son derechos y libertades fundamentales que tenemos todas las personas
por el mero hecho de existir. Respetarlos permite crear las condiciones indispensables para que los
seres humanos vivamos dignamente en un entorno de libertad, justicia y paz. El derecho a la vida, a
la libertad de expresión, a la libertad de opinión y de conciencia, a la educación, a la vivienda, a la
participación política o de acceso a la información son algunos de ellos.
Los derechos humanos son universales, indivisibles e interdependientes. Engloban derechos y
obligaciones inherentes a todos los seres humanos que nadie, ni el más poderoso de los Gobiernos,
tiene autoridad para negarnos. No hacen distinción de sexo, nacionalidad, lugar de residencia,
origen nacional o étnico, color, religión, lengua, edad, partido político o condición social, cultural o
económica.
En el sistema regional, la Declaración Americana sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas
(2016), reconoce "la urgente necesidad de respetar y promover los derechos intrínsecos de los
pueblos indígenas, que derivan de sus estructuras políticas, económicas y sociales y de sus
culturas, de sus tradiciones espirituales, de su historia y de su filosofía, especialmente los derechos
a sus tierras, territorios y recursos". Asimismo, establece parámetros de protección relacionados con
derechos colectivos; identidad cultural; derechos organizativos y políticos; y derechos sociales,
económicos y de propiedad.
En el año 2001, el Constituyente Permanente reformó la Constitución Federal del país con el fin de
establecer las bases jurídicas para el ejercicio de los derechos humanos de los pueblos indígenas,
contemplando en el artículo 2° que: “la Nación mexicana es única e indivisible. La Nación tiene una
composición pluricultural sustentada originalmente en sus pueblos indígenas que son aquellos que
descienden de poblaciones que habitaban en el territorio actual del país al iniciarse la colonización y
que conservan sus propias instituciones sociales, económicas, culturales y políticas, o parte de
ellas”.
El trabajo sobre la DUDH comenzó en 1946, con un comité de redacción integrado por
representantes de una gran diversidad de países, entre ellos Estados Unidos, Líbano y China. El
comité de redacción se amplió posteriormente para incluir a representantes de Australia, Chile,
Francia, Reino Unido y la Unión Soviética, lo que permitió que el documento se beneficiara de
aportaciones de Estados de todas las regiones y de su diversidad de contextos religiosos, políticos y
culturales. Después, la Declaración fue debatida por todos los miembros de la Comisión de
Derechos Humanos de la ONU y, finalmente, fue adoptada por la Asamblea General en 1948.
La Declaración contiene 30 derechos y libertades que pertenecen a todas las personas y que nadie
nos puede arrebatar. Los derechos que se incluyeron siguen siendo la base del derecho
internacional de los derechos humanos. Actualmente, la Declaración sigue siendo un documento
vivo. Es el documento más traducido del mundo.
El 16 de diciembre de 1966 la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó dos pactos en su
resolución 2200 A (XXI): el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP) y el Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC). Estos pactos son un
refuerzo a la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948.
Los Derechos Civiles y Políticos son derechos humanos, considerados también como «derechos de
libertad». Asimismo, estos derechos implican una abstención de la intervención del Estado en la
libertad de todo ser humano.
Históricamente, estos derechos permitieron el reconocimiento del ser humano y sus libertades,
especialmente con los derechos a la ciudadanía y a la protección de la integridad física. Además,
existen la libertad individual, la libertad de expresión y pensamiento, la prohibición de la tortura y la
esclavitud, el derecho a votar.
Este pacto fue adoptado por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 16 de diciembre de
1966 y entró en vigor el 23 de marzo de 1976. En mayo de 2012 la Convención había sido ratificado
por 167 estados.
El pacto desarrolla los derechos civiles y políticos y las libertades recogidas en la Declaración
Universal de los Derechos Humanos.
Bajo el artículo 1 del Pacto, los estados se comprometen a promover el derecho a la
autodeterminación y a respetar ese derecho. También reconoce los derechos de los pueblos a
disponer, comerciar y poseer libremente sus recursos y riquezas naturales.
Entre los derechos individuales garantizados por el Pacto se encuentran:
Artículo 2
Derecho al recurso legal cuando sus derechos hayan sido violados, incluso si el violador actuó en
cargo oficial.
Artículo 3
Derecho a la igualdad entre hombres y mujeres en el disfrute de sus derechos civiles y políticos.
Artículo 6
Derecho a la vida y la supervivencia.
Artículo 7
Inmunidad frente al castigo o al trato inhumano o degradante.
Artículo 8
Inmunidad frente a la esclavitud y servidumbre.
Artículo 9
Derecho a la libertad y seguridad de la persona y la inmunidad frente al arresto o detención
arbitraria.
Artículo 11
Inmunidad frente a la prisión por deudas.
Artículo 12
Derecho a la libertad y al libre movimiento
Artículo 14
Derecho a la igualdad ante la ley; el derecho a la presunción de inocencia hasta que se pruebe la
culpabilidad y a un juicio justo y público por un tribunal imparcial.
Artículo 16
Derecho a ser reconocido como una persona ante la ley.
Artículo 17
Derecho a la privacidad y su protección por la ley.
Artículo 18
Libertad de pensamiento, conciencia y religión.
Artículo 19
Libertad de opinión y expresión
Artículo 20
Prohibición de la propaganda que promueva la guerra o el odio nacional, racial o religioso.
Artículo 2
Derecho a la asamblea pacífica.
Artículo 22
Derecho a la libertad de asociación.
Artículo 23
Derecho al matrimonio y a fundar una familia
Artículo 24
Derechos para los niños (situación como menores, nacionalidad, registro y nombre).
Artículo 25
Derecho a participar en el curso de asuntos públicos, al voto y a ser elegido y acceder al servicio
público.
Artículo 2
Derecho a la igualdad ante la ley y a una misma protección.
Artículo 27
Derecho de las minorías religiosas, étnicas o lingüísticas a disfrutar su cultura, practicar su religión y
usar su lenguaje.
Desde un punto de vista histórico, los derechos que tienen los pueblos en materia económica, social,
cultural y ambiental constituyen un paulatino logro jurídico que la modernidad logra en una de sus
fases más avanzadas, cuando se ha desarrollado ya una conciencia acerca del relativismo cultural y
de la validez universal e igualitaria de la persona humana como sujeta de derechos. Como se sabe,
un punto culminante de este proceso es la Declaración Universal de Derechos Humanos. Esta
Declaración es un conjunto de garantías individuales que los Estados que la suscriben están moral y
políticamente obligados a cumplir. Estas garantías constituyen también principios cuya observancia
contribuye a respetar la dignidad de la persona individual sin distingos de raza, credo, sexo, edad e
ideología política. Se trata de un conjunto de normas interdependientes que han sido declaradas
irrenunciables, imprescriptibles e inherentes al individuo. Esta Declaración fue aprobada y
proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948, en París,
como contrapunto a la experiencia violatoria de la dignidad humana durante las dos guerras
mundiales. La Asamblea proclamó esta Declaración “como ideal común por el que todos los pueblos
y naciones deben esforzarse, a fin de que tanto los individuos como las instituciones, inspirándose
constantemente en ella, promuevan, mediante la enseñanza y la educación, el respeto a estos
derechos y libertades, y aseguren, por medidas progresivas de carácter nacional e internacional, su
reconocimiento y aplicación universales y efectivos, tanto entre los pueblos de los Estados Miembros
como entre los de los territorios colocados bajo su jurisdicción”. El conjunto que forman esta
Declaración y los Pactos internacionales de derechos humanos, conforman la llamada Carta
Internacional de Derechos Humanos, la cual es el referente obligado para quien necesite
comprender la naturaleza y la función de estas disposiciones. La Declaración contiene los derechos
personales, civiles, políticos, económicos, sociales y culturales de la persona humana, los cuales
sólo están limitados por los derechos de los demás y por el bien común. Tales derechos básicos del
individuo son, entre otros, el derecho a la vida, a la propiedad, al honor, a la libertad de expresión, de
conciencia, de locomoción, a la intimidad. A estos se han agregado otros derechos que tienen que
ver con conglomerados en desventaja con relación al resto de la sociedad, como los niños, los
ancianos, las mujeres, los desempleados y otros. También se han agregado derechos relativos a la
solidaridad humana, los cuales tienen que ver con el medio ambiente, la paz, el desarrollo y el
patrimonio de la humanidad. Los derechos económicos, sociales y culturales (DESC) son, entonces,
un corolario obligado de los derechos humanos como atributos de todas las personas sin distingos
particulares. De aquí que Amnistía Internacional se refiera de la siguiente manera a los DESC:
“…La Declaración Universal de Derechos Humanos proclamó un amplio abanico de derechos
humanos, inherentes a toda persona sin discriminación de ningún tipo. Entre ellos figuran no sólo el
derecho a la libertad de expresión y a no sufrir torturas ni malos tratos, sino también el derecho a la
educación y a una vivienda adecuada, así como otros derechos económicos, sociales y culturales”.
“Los derechos económicos, sociales y culturales constituyen una amplia categoría de derechos
humanos garantizados en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y
en otros tratados internacionales y regionales sobre derechos humanos jurídicamente vinculantes.
Casi todos los países del mundo son Estados Partes en alguno de los tratados jurídicamente
vinculantes que garantizan dichos derechos”. la Declaración Universal de Derechos Humanos
proclamó un amplio abanico de derechos humanos, inherentes a toda persona sin discriminación de
ningún tipo. Entre ellos figuran no sólo el derecho a la libertad de expresión y a no sufrir torturas ni
malos tratos, sino también el derecho a la educación y a una vivienda adecuada, así como otros
derechos económicos, sociales y culturales”. “Los derechos económicos, sociales y culturales
constituyen una amplia categoría de derechos humanos garantizados en el Pacto Internacional de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales y en otros tratados internacionales y regionales sobre
derechos humanos jurídicamente vinculantes. Casi todos los países del mundo son Estados Partes
en alguno de los tratados jurídicamente vinculantes que garantizan dichos derechos”.
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