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Esa igualdad básica o igualdad moral como la han llamado otros autores es
hasta cierto punto utópica, pues por las diferencias individuales de cada quien, la
verdadera igualdad se puede ver muy limitada a ciertos aspectos de la vida en
sociedad. Por ejemplo en la Polis griega la igualdad ante el Estado se obtenía de la
ciudadana y no por nacimiento; en temas religiosos también se consigue otro tipo de
igualdad entre todos los seres humanos, al asegurar la creencia que todos fueron
hechos a imagen y semejanza de Dios.
A pesar de esas diferencias, las teorías que forman parte del igualitarismo y
sus seguidores basan sus tesis en alcanzar una repartición igualitaria de recursos y
oportunidades para obtener sobre todo la igualdad económica. Sin embargo, las
principales teorías no comparten la forma de alcanzar esa anhelada igualdad, ni
siquiera en la forma de conseguirla, pues existen discrepancias entre quienes afirman
que se debe buscar el disfrute igualitario de la riqueza obtenida y otros que se debe
perseguir la igualdad de recursos y oportunidades para generar esa riqueza.
La envidia es otra crítica a las teorías de la igualdad, pues según estos mismos
autores, el seguir la igualdad es una manifestación de envidia hacia quienes pueden
estar más favorecidos, pues, según Rawl, citado en Alegro, Montero y Monti (2015),
“solo la envidia puede llevar a alguien a preferir que los más afortunados vean
empeorada su situación sin que los que más sufren vean aumentado en un ápice su
situación” p 1061.
A pesar de todas estas críticas y de que la palabra igualdad puede tener tantos
puntos de vista y límites en sus conceptos, con solo ver los titulares de prensa en toda
Latinoamérica y un poco más allá, es fácil percatarse de que es una de las ofertas
electorales más repetitivas. Igualdad económica y social son de las más ofrecidas.,
aunque también en los últimos años se tiene la igualdad de género que va mucho más
allá de la búsqueda de igualdad entre hembras y varones. Pues se pide matrimonio
igualitario y otro tipo de beneficios para personas con otras tendencias sexuales
diferentes a la heterosexualidad.
Entonces aunque la igualdad está siendo usada sobre todo con fines políticos
tanto con orientación electoral como de las minorías (Sexuales, religiosas) que
quieren imponer la agenda, lo que si es cierto es que la igualdad vista desde el punto
de la ética y la moral es la que pudiera ser llamada a que sea respetada por todos. Al
respecto, Varcarcel, citada por Villegas y Toro (2010) dice que
Dicen Villegas y Toro que tomando esto como punto de partida, un asunto a
promover en la convivencia, en la sociedad, la política, la economía, la educación y
en cualquier otro aspecto, es la equidad, que es la decisión de hacerle frente a la
injusticia mediante acciones de redistribución y reconocimiento, pues las sociedades
más desiguales permiten que individuos no tengan oportunidades de surgir, pero
aquellas que buscan la igualdad, terminan por igualar a todos hacia abajo. Así que la
equidad, dando a cada quién lo que merece y lo que necesita, según sus propias
condiciones y sus propios esfuerzos, sería la tesis ideal para buscar cuando se
persigue el crecimiento y el desarrollo de la sociedad.
Conclusión
Es por ello que lo más acertado es el seguir la tesis de la libertad solo desde el
punto de vista moral y ético, dejándole a la justicia y al mérito individual la
posibilidad de que cada individuo consiga los beneficios y recursos que le son
merecidos y que le son necesarios para lograr desarrollarse según sus convicciones.
Teniendo igualdad de oportunidades pero con la seguridad de que su esfuerzo sea
recompensado con equidad y justicia, solo así, una sociedad puede avanzar hacia el
desarrollo, sabiendo que el propio esfuerzo es el único medio para conseguir los fines
que cada individuo se plantee.
Bibliografía