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Las primeras civilizaciones históricas

Las primeras civilizaciones históricas surgieron en torno a las cuencas de los grandes ríos del
Próximo Oriente. Fue en Egipto, a lo largo del río Nilo, y en Mesopotamia, en las cuencas de los
ríos Tigris y Eufrates, donde se desarrollaron las primeras civilizaciones consideradas históricas.
Según fueron pasando los siglos otros pueblos o imperios fueron surgiendo sustituyendo a algunos
de los existentes, de manera que hay que prestar atención también a los persas, los fenicios y los
hebreos.
En esa zona del Creciente Fértil el hombre había descubierto la agricultura. Las posibilidades que
para el desarrollo de la agricultura proporcionaban el agua y la fertilidad de la tierra de los valles de
estos ríos hizo posible el aumento de la producción de alimentos. Con ello creció la población y
aparecieron los excedentes agrícolas que permitieron el intercambio de alimentos por otros
productos, dando así lugar al nacimiento del comercio y al desarrollo y especialización en otros
trabajos que no fueran el de agricultor.
Hacia el IV milenio A.C. los pueblos que habitaban estas zonas habían transformado ya las
pequeñas aldeas en ciudades, cuya organización supuso el nacimiento de una organización
administrativa que se encargara de establecer leyes y normas para el buen funcionamiento de la
ciudad.
La necesidad de registrar los intercambios comerciales y de dar a conocer las leyes hizo posible al
nacimiento de la escritura.
1. La llegada del ser humano a América
Generalmente, cuando hablamos acerca de la historia antigua de México hacemos referencia a las
civilizaciones mesoamericanas como los olmecas, los mayas o lo aztecas, sin embargo, cuando nos
adentramos al estudio de dichas culturas, encontramos un pasado migratorio y de supervivencia
basado en la caza-recolección, lo cual nos crea la necesidad de remontarnos al origen del hombre en
América. Se torna fundamental saber cómo llegó el ser humano al continente, cómo sobrevivió a los
embates climatológicos y como fue emigrando hacia el sur hasta constituir (por lo menos
refiriéndonos a México) la primera gran civilización de la llamada época mesoamericana, ubicada
en el territorio de lo que ahora es México. ¿Sabes cómo llegó el ser humano a América? ¿Sabes en
qué época arribó a nuestro continente? ¿Bajo qué circunstancias climáticas llegó? Pues bien, te
cuento…
El proceso de poblamiento de América se produjo hace 40,000 años a.C., dicho periodo
corresponde a la era del pleistoceno, cuya característica es el descenso del nivel de los mares,
aunado a la existencia de grandes regiones cubiertas de hielo, por lo que se le conoce como la era
glacial.
2. La teoría del origen único: el estrecho de Bering
Esta teoría es una de las más reconocidas en relación a la llegada del ser humano a América. Según
su autor Alex Hrdlicka (Sánchez et al., 2018), la glaciación Wisconsin cubrió de hielo la zona del
estrecho de Bering, lo que facilitó el paso de Asia a América; este hecho natural fue aprovechado
por el joven Homo sapiens sapiens, pues al bajar el nivel del mar y aflorar la masa terrestre, se dio la
posibilidad de que grandes contingentes de seres humanos transitaran por dicha región, logrando
llegar a lo que ahora es el continente americano.
3. La teoría del origen múltiple
Otra postura teórica sobre el origen del ser humano en América es la del origen múltiple. En
resumen, sugieren sus autores que el ser humano no solo llegó por el estrecho de Bering, sino que
existe la posibilidad de que también hayan llegado por aguas del Pacífico en la parte sur de nuestro
continente, concretamente en el suroeste de lo que hoy es Chile, y el sureste de lo que hoy es
Argentina (Sánchez et al., 2018).
3.1. Teoría polinesia – australiana
Esta teoría que data de 1925 sostiene que los primeros grupos de humanos llegaron a América por
una ruta migratoria australiana. Su autor, el portugués Antonio Méndez Correia, encontró en sus
investigaciones características autraloides y melanesoides en cráneos del continente americano,
además encontró similitudes etnográficas, físicas y lingüísticas entre los vestigios humanos de dichas
regiones.
Hacia 1942, el antropólogo francés Paul Rivet postuló la teoría de un origen
australiano-melano-polinesio. En términos generales, concluyó que América fue poblada por
cuatro grupos raciales diferentes (Sánchez et al., 2018):
● Mongoles y esquimales, llegados de Asia por el estrecho de Bering.
● Un grupo procedente de polinesia que navegó por el Pacífico.
● Otro grupo que llegó desde el archipiélago melanesio.
● Un último grupo proveniente de Australia que colonizó el sur del continente.
Estas teorías, aunque tuvieron un sustento muy importante en cuanto a las relaciones étnicas, físicas
y lingüísticas, no gozaron de gran aceptación, dado que su debilidad radica en que no queda claro
cómo el hombre primitivo pudo tener los conocimientos y tecnología en navegación para
emprender rutas marítimas tan largas.
4. Posturas mitológicas o no científicas
Alternativamente a las teorías sobre el origen del ser humano en América expuestas anteriormente,
existen relatos basados en leyendas o creencias que han sido transmitidos a lo largo de la historia de
generación en generación. Evidentemente, estas inquietudes por conocer el origen del hombre
americano datan de la época de la llegada de los europeos al continente americano, pues en aquél
tiempo estaba a debate la condición humana de los nativos americanos. Por ello, surgen varios
relatos en relación a tan mencionado origen, por mencionar algunos me referiré al: origen bíblico,
el cual postula que algunos de los habitantes de América habían sido miembros de una de las 10
tribus perdidas de Israel; origen fenicio, el cual sostiene que los fenicios y los cartagineses (por sus
grandes dotes como navegantes) habían podido llegar al continente americano; origen vikingo que
se basa en el hecho de que los pueblos nórdicos o escandinavos (por sus condiciones de
exploradores) bordearon el continente y pudieron llegar a poblarlo, incluso hay relatos que cuentan
que los vikingos llegaron al continente americano aproximadamente 500 años antes del arribo de
Cristóbal Colón a América; origen atlántico, el cual se sostiene en el mítico relato sobre la
existencia de un antiguo continente llamado la Atlántida, en el que sus pobladores habían generado
una civilización muy avanzada, sin embargo, habían sufrido una catástrofe natural que resultó en el
hundimiento del continente en el océano Atlántico, por lo que sus sobrevivientes fueron los que
llegaron al continente americano a poblarlo (Sánchez et al., 2018).
El desarrollo de la agricultura y la ganadería, como hemos visto en el tema anterior, llevó al
establecimiento de aldeas próximas a cursos de agua. Recordaremos también que esas aldeas fueron
creciendo en tamaño y en habitantes, desarrollándose entre estos una diferenciación de funciones y
una jerarquía social. Además, ya hemos estudiado cómo el desarrollo de la metalurgia provocó que
algunas de estas poblaciones acabaran sometiendo a otras de distintas formas. Añadamos a esto la
invención de técnicas para controlar el agua de los ríos y mantener grandes extensiones de
agricultura de regadío, aumentando así las cosechas y facilitándose la alimentación a poblaciones
muy numerosas.
Como resultado de este proceso, las antiguas aldeas se transformaron en ciudades de considerable
tamaño y poderío, que albergaron las primeras civilizaciones de la historia, conocidas como
civilizaciones fluviales: la mesopotámica (entre el Tigris y el Éufrates), la egipcia (al lado del Nilo),
la india ( junto al Indo y el Ganges) y la china (en torno al Huang He).
Estas civilizaciones desarrollaron tal tamaño y nivel de complejidad social que provocaron la
aparición de estructuras de poder político capaces de organizar aspectos tan importante como el
desarrollo de las infraestructuras necesarias para el regadío o las leyes que ordenaban la vida social.
Así se materializó la concentración de poder político en pocas manos y la aparición de la figura del
rey.
En torno al 3.250 a.C., en Mesopotamia, los sumerios inventa un sistema de escritura, con lo que
inauguran la Historia, aunque la Prehistoria seguirá vigente mucho tiempo aún entre otras muchas
poblaciones ágrafas por todo el planeta. La escritura surgió como respuesta a la necesidad de
controlar la contabilidad de los impuestos que recibía el templo, y su primera manifestación fue la
pictografía, en la que cada palabra era representada por un dibujo.

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