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Actividad 1
Fuente 1
¡Piratea y Difunde!
En los años ochenta, muchos limeños no sabían quién era Luigi Bruzzone, aunque su labor de
difusión cultural contribuía a que pudieran sobrellevar aquellos tiempos difíciles: Luigi dirigía la
filmoteca del Colegio Raimondi, el lugar donde, por un módico precio, pude ver Zeta, Nos habíamos
amado tanto, El acorazado Potemkin y tantas otras películas inolvidables. Un buen día, Luigi regresó
a Italia y nadie continuó su labor en el Raimondi. Años después, la Filmoteca de Lima fue adquirida
por el Centro Cultural de la Católica, que sólo esporádicamente difunde ese admirable patrimonio.
En Pueblo Libre, cerró también el cine club Melies, que funcionaba en la YMCA. Allí vi Rashomon,
El nacimiento de una nación y varios buenísimos ciclos de Hitchcock. ¿Qué hacen ahora los
cinéfilos ansiosos de ver a Griffiths o Kurosawa? Los buscan en algún puesto especializado en
piratería. Allí, se pueden encontrar también películas europeas o aquellas producciones de
Hollywood que son de tan buena calidad, que las distribuidoras se niegan a exhibirlas en los
multicines que ahora existen en Lima y otras ciudades. Sean obras maestras o estrenos de moda, la
mayoría de peruanos solamente adquiere películas mediante la piratería.
Es verdad que todas estas adquisiciones vulneran el derecho a la propiedad intelectual, pero
también es cierto que éste no es un derecho absoluto. Hace varios años, por ejemplo, los gobiernos
de Sudáfrica y Brasil decidieron enfrentar el VIH mediante medicinas genéricas, a costa de los
derechos intelectuales de los grandes laboratorios, que fijaban precios elevadísimos a sus
productos. Gracias a esta decisión, imitada en otros países, muchas personas pueden llevar una
vida digna. Los productos piratas que muchos peruanos adquieren, también permiten satisfacer
determinadas necesidades o derechos. “Gracias a la piratería miles de personas tienen acceso a
información y educación”, me dice un sociólogo, que no siente ningún problema moral en adquirir
para sus hijos videos educativos. “Si no fuera por la piratería, sería imposible que mis hijos manejen
bien el inglés”, me dice otro amigo, profesor en un colegio particular. “Todos mis libros de la
universidad eran piratas”, recuerda un médico. “Con lo que me pagan no podría comprar ninguno de
estos libros”, me enseña su biblioteca un abogado dedicado a defender campesinos.
Podríamos preguntarnos también cuál es la opción moralmente válida para un padre de familia de
escasos recursos económicos: ¿los derechos intelectuales de la Warner Brothers o el derecho a la
educación, la información o el entretenimiento para sus hijos? ¿Cuál es la opción para un colegio
estatal o una parroquia que desean proporcionar entretenimiento sano a niños o jóvenes? ¿O para
quien desea distraer a un familiar que por motivos de salud no puede ir a un cine? En el Perú se
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acusa a la piratería de disminuir los recursos fiscales, porque no paga impuestos. Habría que
preguntarse si a los ciudadanos les preocupa mucho una pérdida de recursos que normalmente no
se invierte en satisfacer sus necesidades básicas. Algunos consideran a la piratería una especie de
Robin Hood contemporáneo, porque ayuda a muchas personas pobres, a costa de los ingresos de
las transnacionales. Sin embargo, las transnacionales no pierden nada: quien compra un video
pirata jamás pagaría el precio de un video original.
En cuanto a los libros originales, también algunos precios parecen una inducción a la piratería. El
año pasado, después de ver emocionado la película ganadora del Óscar ¿Quién quiere ser
millonario?, me entusiasmó encontrar la novela en una librería… a 160 soles. Parecía que sólo un
millonario podría pagar ese precio. En realidad, la industria piratera puede difundir obras culturales
más allá de los límites de las barreras económicas o geográficas, llegando a ciudades donde no hay
cines ni librerías. En realidad, en casi todo el Perú, ni siquiera hay donde comprar videos originales.
[Adaptado de https://reflexionesperuanas.lamula.pe/2010/01/25/rp-288-piratea-y-difunde/
reflexionesperuanas/ (Wilfredo Ardito 2010)]
RESPUESTA:
Fuente 2
¿Por qué es importante combatir el contrabando, la piratería y la falsificación?
¿Te parece que el contrabando, la piratería o la falsificación son delitos leves o actividades
tolerables? Pues no lo son, en absoluto. Se trata de actividades ilegales con graves consecuencias
para todos. Los delitos aduaneros y los delitos contra la propiedad intelectual mueven millonarias
sumas de dinero, pero, además, perjudican a la industria nacional y a la inversión privada, atentan
contra la generación de empleo formal de calidad y perjudican a los consumidores que reciben
productos de mala calidad. Por si fuera poco, genera que el Estado recaude menos impuestos que
podrían ser empleados en obras e iniciativas que beneficien a toda la población.
Es importante, por todas estas razones, que el Estado redoble sus esfuerzos para combatir estos
delitos. En esa línea, se creó la Comisión de Lucha contra los Delitos Aduaneros y la Piratería (CLC
DAP), presidida por el Ministerio de la Producción e integrada por 16 entidades provenientes del
sector público y privado. El objetivo de esta Comisión es reducir la ocurrencia de ingresos de
mercancía de contrabando al país, así como combatir los delitos contra la propiedad intelectual en
todas sus modalidades, con miras a fortalecer la industria nacional y favorecer la competitividad.
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El contrabando, la piratería y la falsificación constituyen competencia desleal contra las empresas
formales que cumplen con los estándares de control y calidad en los productos y servicios que
brindan, pagan sus impuestos y cumplen con la normativa laboral. Son delitos que no solamente
perjudican a los empresarios; sobre todo, afectan a los trabajadores, pues favorecen la explotación
laboral, el trabajo informal y el subempleo. Asimismo, a causa de estos ilícitos, no se da el justo
reconocimiento a los autores que deberían recibir un justo valor por su creación. Por este motivo, el
contrabando, la piratería y la falsificación desincentiva la creatividad, el emprendimiento y la
innovación.
Tampoco se puede despreciar el impacto que tienen estos delitos en la recaudación de impuestos.
Un informe de la SUNAT indica que a lo largo del 2016 el monto de las incautaciones por
contrabando en todo el país llegó a US$573 millones. Eso es solo una fracción del contrabando que
se mueve por el territorio nacional. Por eso, en el marco de la CLC DAP, se han instalado diversas
mesas de trabajo para la defensa de la Industria contra la piratería, la falsificación y el contrabando
en los siguientes sectores: TV Paga, Radiodifusión, Cigarrillo, Bebidas Alcohólicas, Editorial,
Audiovisual, Software y Cables y conectores eléctricos.
[Adaptado de http://rpp.pe/campanas/contenido-patrocinado/por-que-es-importante-combatir-el-
contrabando-la-pirateria-y-la-falsificacion-noticia-1085941 (RPP 2017)]
RESPUESTA:
- La piratería o la falsificación son actividades ilegales con graves consecuencias para todos.
- Los delitos aduaneros y los delitos contra la propiedad intelectual mueven millonarias sumas
de dinero, pero, además, perjudican a la industria nacional y a la inversión privada, atentan
contra la generación de empleo formal de calidad y perjudican a los consumidores que
reciben productos de mala calidad.
- Generan que el Estado recaude menos impuestos que podrían ser empleados en obras e
iniciativas que beneficien a toda la población.
- Favorecen la explotación laboral, el trabajo informal y el subempleo.
- El contrabando, la piratería y la falsificación desincentivan la creatividad, el emprendimiento
y la innovación.
- En Lima, esto es fácilmente apreciable en centros comerciales. En provincias, la
problemática es similar y claramente apreciable.
Actividad 2:
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Tras revisar las fuentes y discutirlas con tu grupo, completa los siguientes elementos que te permitirán
iniciar la planificación de tu texto.
Actividad 2
Según Wilfredo Ardito(2010) publicó los productos piratas que muchos peruanos adquieren,
permiten satisfacer determinadas necesidades. Si bien estas adquisiciones vulneran el derecho
a la propiedad intelectual, también es cierto que este no es un derecho absoluto. La industria
piratera puede difundir obras culturales más allá de los límites de las barreras económicas o
geográficas. Por otro lado, el medio de comunicación RPP (2017) informó que el contrabando,
la piratería y la falsificación son actividades ilegales con consecuencias para todos. Además los
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delitos aduaneros y los delitos contra la propiedad intelectual mueven millonarias sumas de
dinero. Tampoco se puede despreciar el impacto que tienen estos delitos en la recaudación de
impuestos. Ante esto hay personas que creen que todos tenemos derecho a adquirir ciertos
productos para satisfacer sus necesidades. No obstante hay otras personas que opinan
diferente porque creen que se perjudica económicamente a los propietarios intelectuales de
esos productos. Frente a estas situaciones se genera la siguiente controversia ¿Se puede
considerar la pirateria y el contrabando como actividades tolerables en un país en vías de
desarrollo? Ante esta interrogante, me parece que no se puede considerar a la pirateria y al
contrabando como actividades tolerables en un país en vías de desarrollo. A continuación
explicaré con argumentos mi postura ante esta controversia.
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Actividad 3
Cuadro de autoevaluación
Preguntas Sí No
*Este ejercicio ha sido adaptado del libro Saber escribir, saber argumentar (Castillo y Villanueva 2017).
Integrantes:
N° GRUPO N° 03 Codigo Estudiante
1 Ana Lilian Eche Zapata U23252838
2 Héctor David Paredes García U23256615
3 Pablo Girao Breña U23208052