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El juego es considerado por muchos una de las actividades más agradables. Los niños
y hasta los adultos juegan desde tiempos remotos con la intención de entretenerse y
socializar. Sin embargo, dentro de un aula el juego posee una connotación de trabajo
la cual involucra esfuerzo, tiempo, concentración y expectativa. También, le brinda al
maestro la oportunidad de estimular su creatividad y cambiar un poco la rutina,
haciendo el proceso de aprendizaje ameno para los alumnos.
Pensé en que tema del currículum podría adaptarse a un juego. En primero de primaria
se le hace mucho énfasis al desarrollo de la lecto escritura. Invitamos a los estudiantes
a que suenen las palabras para crear oraciones completas. nuestra esperanza es que
más adelante puedan llegar a escribir historias cortas. Sin embargo, muchas veces los
niños se frustran porque confunden una letra por otra o se les dificulta separar las
palabras (por ejemplo, quieren escribir ‘Me gusta el queso’ pero en cambio escriben
‘Megusta el keso’). Por eso, elegí crear un juego para trabajar las habilidades
fonéticas.
El juego cuenta con tres partes y se puede realizar tanto con grupos grandes como con
grupos pequeños. No se requieren más materiales que un papel con instrucciones
previamente anotadas para que el maestro pueda guiarse.
Jugué con mis estudiantes todas las mañanas por tres semanas seguidas para ver si se
daba alguna mejora en su escritura. Debido a que el tiempo de prueba fue corto, debo
de admitir que los resultados no son evidentes a simple vista. Muchos siguen
escribiendo saltándose letras y sin dejar espacios, pero se han vuelto más conscientes
de cuando lo hacen y ahora se autocorrigen.
Conclusión