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Centro de Estudios de la Mujer, CEM-H

LA PARTICIPACIÓN POLÍTICA DE LAS MUJERES


EN HONDURAS

Tegucigalpa, Noviembre de 2010


1
Índice

Introducción...............................................................................................................................................................6

Capítulo I

Feminismo, democracia, ciudadanía y derechos políticos para las mujeres.............................................................9

1. Los derechos políticos de las mujeres y el sufragismo en América Latina........................................................9

2. La ciudadanía de las mujeres y la política........................................................................................................12

Capítulo II

La participación política de las mujeres en la legislación internacional y nacional y en las políticas públicas.......23

1. Instrumentos internacionales de protección a los derechos políticos de las mujeres...................................24

2. Legislación nacional.........................................................................................................................................28

CAPITULO III

Mecanismos de equidad de género dentro de los partidos políticos.....................................................................33

1. Los estatutos de los partidos políticos............................................................................................................33

2. Las políticas de equidad de género de los partidos políticos..........................................................................39

3. La creación de mecanismos para la igualdad de género: las vocalías o secretarías de la mujer....................43

4. Planes estratégicos partidarios........................................................................................................................43

5. Mecanismos de escogencia de autoridades al interior de los partidos..........................................................43

6. Recursos de campaña para las mujeres..........................................................................................................47

CAPITULO IV

La participación política de las mujeres en los procesos electorales......................................................................49

1. La política formal y organizaciones feministas y de mujeres. La incidencia política, sus fines, objetivos y
limitaciones..........................................................................................................................................................49
2.1. Congreso Nacional....................................................................................................................................53
2.2. Parlamento Centroamericano..................................................................................................................58
2.3. Mujeres en Cargos dentro del gobierno central......................................................................................60
3. Limitaciones o dificultades legales y operativas en la consecución de la igualdad entre mujeres y
hombres en la participación política...............................................................................................................64

2
Capítulo V.................................................................................................................................................................69

La participación política de las mujeres como herramienta de cambio. Una visión desde sus protagonistas.......69

1. Características de las mujeres políticas...........................................................................................................69

2. Historia organizativa........................................................................................................................................71

3. Su participación dentro de los partidos políticos............................................................................................73

4. Vinculación con el movimiento de mujeres y feminista y la defensa de los derechos de las mujeres...........74

5. Logros obtenidos en sus carreras políticas......................................................................................................81

6. Dificultades que ha enfrentado su participación política................................................................................83

Capítulo VI

Mujeres en Resistencia y la propuesta de las..........................................................................................................87

mujeres en la constituyente....................................................................................................................................87

1. El golpe de estado y las violaciones a los Derechos Humanos........................................................................87

2. La participación de las mujeres en las elecciones del 2009............................................................................89

3. Los momentos difíciles del golpe de estado....................................................................................................91

3. Las consecuencias de la crisis política en los derechos de las mujeres...........................................................94

CONCLUSIONES......................................................................................................................................................103

RECOMENDACIONES..............................................................................................................................................106

BIBLIOGRAFÍA.........................................................................................................................................................108

3
ÍNDICE DE CUADROS

Cuadros

Cuadro N° 1. Porcentaje de participación política de las mujeres en el poder Legislativo (1981-


2009)……………………………………………………………………………………………………………………………………………….. 52
Cuadro N° 2. Distribución de Hombres y Mujeres Parlamentarias Propietarias por Departamento
(2009)
………………………………………………………………………………………………………………………………………………. 53
Cuadro N° 3. Representación de las mujeres en el Parlamento por Partido (2009)………………………….. 54
Cuadro N° 4. Comisiones del Congreso Nacional precedidas por mujeres en dos períodos (2006-
2009, y 2010-2013) …………………………………………………………………………………………………………………………. 55
Cuadro N° 5. Participación de las mujeres en las Juntas Directivas del PARLACEM (2010) ………………. 58
Cuadro N° 6. Participación de las mujeres en Secretarías de Estado (2009) ……………………………………. 59
Cuadro N° 7. Participación de las mujeres en Entes Descentralizados (2009) ………………………………….. 60
Cuadro N° 8. Participación de las mujeres en Entes Desconcentrados (2009) …………………………………. 61
Cuadro N° 9. Participación de las mujeres en los gobiernos locales (2002-2013) …………………………….. 62
Cuadro N° 10. Mujeres y Hombres en Gobiernos Locales por Departamento (2009) ………………………. 62

Gráficas

Gráfica N° 1. Participación de las mujeres en Comités Departamentales Partido Liberal (2009) ……… 43
Gráfica N° 2. Participación de las mujeres en Comités Departamentales Partido Nacional (2009)…… 44
Gráfica N° 3. Participación de las mujeres en Consejos Municipales Partido Liberal (2009) …………….. 44
Gráfica N° 4. Participación de las mujeres en Puestos de dirección en los Consejos Municipales
Partido Liberal (2009) …………………………….…………………………….…………………………….…………………………… 45
Gráfica N° 5. Participación de las mujeres en los Consejos Municipales Partido Nacional (2009)…….. 45
Gráfica N° 6. Participación de las mujeres en Puestos de dirección en los Consejos Municipales
Partido Nacional (2009) …………………………….…………………………….…………………………….……………………… 46
Grafica N° 7. Participación política de las mujeres en las Cámaras de Diputados antes y después de
la aprobación de leyes de cuotas…………………………….…………………………….………………………………………… 50
Grafica N° 8. Participación política de las mujeres en las Cámaras de Diputados antes y después de
la aprobación de leyes de cuotas…………………………….…………………………….…………………………….………….. 51
Gráfica N° 9. Porcentaje de mujeres en el poder Legislativo (1981-2009) …………………………….…………. 52
Gráfica N° 10. Participación de las mujeres en el Congreso Nacional por Departamento (2009)……… 54
Gráfica N° 11. Porcentajes de Mujeres en Gobiernos Locales (2002-2013) ……………………………………… 61

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SIGLAS

PN Partido Nacional
PL Partido Liberal
PDCH Democracia Cristiana
PINU Partido de Innovación y Unidad
UD Unificación Democrática
INAM Instituto Nacional de la Mujer
TSE Tribunal Supremo Electoral
OMM Oficinas Municipales de la Mujer
LIOM Ley de Igualdad de Oportunidades para la Mujer
LEOP Ley Electoral y de las Organizaciones Políticas
CEDAW Convención para la Eliminación de Todas las Formas de
Discriminación Contra la Mujer
PEG Política de Equidad de Género

5
Introducción
Estamos en un momento de cambios profundos en todo el mundo, en toda América Latina. Estados
Unidos y Europa ven resquebrajarse su economía; pero en América Latina, emergen países como
Brasil, y gran parte de los países de Centroamérica y del cono sur se están ubicando al “rojo” del
mapa, como Guatemala, El Salvador, Nicaragua, República Dominicana, Cuba, Paraguay, Brasil,
Uruguay, Bolivia y Venezuela. Se está dando una reconfiguración de fuerzas en el continente, surgen
nuevas propuestas de pensamiento social, las izquierdas se renuevan y revitalizan, y se abren
posibilidades de cambio para los países más pobres del continente, como Honduras.

Pero todo este proceso de vio frenado por el golpe de estado ocurrido en este pequeño país
centroamericano el 28 de junio. A partir de ese día, la democracia que habíamos construido, con
todas sus debilidades y problemas, colapsa, y entramos en una nueva fase de nuestra historia. Si bien
es cierto el golpe de estado nos ha significado mucha tristeza, dolor, persecución y muerte, también
abrió nuevas posibilidades a los movimientos sociales, y a las feministas, como a los demás
movimientos sociales, nos obligó a repensar nuestras estrategias y los fines de nuestro proyecto
político.

Antes del golpe, nuestro trabajo se centraba sobre todo en la incidencia política hacia el estado, que
habíamos realizado tuvo frutos muy importantes, como la aprobación de leyes y política públicas
contentivas de los derechos de las mujeres, y la creación de una institucionalidad mínima para lograr
el cumplimiento de estos derechos. Pero, de alguna manera, todo nuestro trabajo se apuntaba a
corregir la democracia en la que participábamos. Nuestra aspiración era lograr que más mujeres
llegaran a tener cuotas de poder dentro del estado, para desde allí construir un frente amplio de
mujeres que permitiera darle seguimiento y fuerza a nuestras demandas.

Pero lo sucedido el 28 de junio del 2009, nos obliga a hacer un alto en el camino, a valorar las
fortalezas y debilidades de nuestras estrategias, y a repensar si el estado hacia el cual nos estábamos
dirigiendo era capaz de transformar las condiciones materiales, políticas y económicas que hacen que
gran parte de la población, y sobre todo las mujeres, esté sumida en la pobreza. Hemos comprobado,
a partir de este momento, que el estado no funciona, y que dada las características de nuestro
sistema y cultura política, quienes llegan al poder no representan a los intereses de las mayorías, sino
de grupos económicamente poderosos. Las políticas neoliberales, aplicadas por estos mismos
políticos, han dejado al país en la bancarrota, y han dado pie a un proceso continuado de
pauperización de la vida y de las condiciones sociales de las personas.

Es cierto que logramos que más mujeres llegaran al poder, pero estas mujeres no nos representan.
Los avances en materia legal que hemos conseguido, como la aprobación de la Ley de Igualdad de
Oportunidades para la Mujer, las reformas a la Ley Electoral, y el establecimiento de una cuota
mínima de participación para las mujeres de un 30%, entre otros mecanismos de acción positiva, no
se reflejen en un aumento sustantivo de las mujeres en los listados a cargos de elección popular y en
puestos dentro del gobierno. Y con el golpe de estado, vimos como se fragilizaban aún más nuestros
derechos, como descendían radicalmente el número de mujeres con cargos dentro del gobierno; y
como mujeres políticas ligadas a grupos conservadores y fundamentalistas se han apropiado de estos
espacios.

6
Con el golpe de estado, también comprobamos que formas de democracia más representativas y
incluyentes, como las consultas y los referéndums, no son posibles en un país donde las élites se
aferran al poder, y no están dispuestas a permitir cambios que beneficien a las mayorías. Desde el
Frente Nacional de Resistencia Popular, que es la instancia colectiva que aglutina los movimientos
sociales y personas que estamos en contra de las ilegalidades y arbitrariedades cometidas desde el 28
de junio del 2009, las feministas estamos escribiendo un nuevo camino, participando en los proyectos
de transformación del país como la realización de una Asamblea Nacional Constituyente, desde
donde podamos las mujeres y las feministas lograr que nuestras demandas y derechos sean parte del
nuevo estado que estamos construyendo.

Estamos en un momento en que el país entero se está transformando, cuando se está dando un
cambio profundo en la cultura política y en la mentalidad de las personas. Por todo esto, esta
investigación resulta tan oportuna. Desde el Centro de Estudios de la Mujer, CEM-H, decidimos hacer
esta investigación, para valorar cuales han sido los avances reales que hemos logrado en nuestro
trabajo, para analizar la viabilidad de las estrategias que hemos empleado, y para repensar nuevas
formas de trabajo con y para las mujeres y nuevas formas de incidencia política, acordes con el
contexto y la situación que estamos viviendo. En este marco, este trabajo tiene como objetivo general
contribuir con la democracia real en el país, visualizando los principales obstáculos que dificultan la
real participación de las mujeres en los espacios de toma de decisiones en el engranaje
gubernamental, especialmente en el parlamento hondureño. Los objetivos específicos son: a)
Fortalecer la capacidad de denuncia de las mujeres políticas y del movimiento feminista, al
proporcionar información sobre la situación de la participación política de las mujeres en Honduras;
b) Brindar información al movimiento feminista y las mujeres que incursionan en política sobre el
comportamiento electoral de la población con relación a las mujeres candidatas, y; c) Contribuir al
debate y la propuesta sobre la participación política de las mujeres en el marco del Golpe de Estado
en Honduras.

En el primer Capítulo se hace un breve repaso por la historia del sufragismo en América Latina,
haciendo énfasis en Honduras; y una reflexión teórica sobre la ciudadanía desde la perspectiva
feminista. En el Capítulo II se analizan los instrumentos nacionales e internacionales contentivos de
los derechos políticos de las mujeres. El Capítulo III comienza con una exposición teórica sobre la
incidencia política, la participación ciudadana de las mujeres y las leyes de cuotas, y se presentan
estadísticas sobre la participación de las mujeres en las contiendas electorales en el país, y en
distintas dependencias y órganos del gobierno, finalizando con un análisis de los obstáculos que se
enfrentan relacionados con la aplicación de las leyes y las políticas públicas. El Capítulo IV es un relato
sobre las experiencias e historias de vida de las mujeres políticas que fueron entrevistadas para esta
investigación. Aquí se exponen también datos cuantitativos y cualitativos sobre la participación de las
mujeres en cargos directivos dentro de los partidos políticos, su vinculación o compromiso con el
proyecto feminista, y los logros y dificultades que se han presentado en su carrera política. En el
Capítulo V se hace un análisis de las consecuencias del golpe de estado en la democracia y en los
derechos de las mujeres, finalizando con una reflexión sobre el futuro y las propuestas de las mujeres
de cara a la constituyente.

La metodología empleada para realizar esta investigación consistió en la revisión de las


investigaciones, documentos e informes que se han realizado en Honduras y en Centroamérica sobre
la participación política de las mujeres, así como debates y reflexiones realizadas en el movimiento
feminista en el ámbito nacional e internacional; análisis de las convenciones y tratados

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internacionales, y de leyes y políticas públicas aprobadas en Honduras que contienen disposiciones
sobre los derechos políticos de las mujeres; análisis de las estadísticas y los listados electorales
producidos por el Tribunal Supremo Electoral y otras instituciones afines, como listados electorales,
datos sobre partidos políticos, participación en las elecciones, etc.; recopilación y análisis de
documentos de los partidos políticos, como los estatutos, políticas de género, y listados de
participación en órganos directivos y en cargos de elección popular; y por último, entrevistas a
profundidad realizadas a nueve mujeres del Partido Liberal (PL), Partido Nacional (PN), y Unificación
Democrática (UD)1.

Esperamos que este documento sea útil para obtener herramientas de análisis y acción que nos
permitan ser más efectivas en el cumplimiento de los derechos políticos de las mujeres. Estamos en
un momento crucial en la historia de Honduras, de mucha inseguridad, violencia, y de crisis política,
económica y social; pero también, estamos en un momento en el cual se abren nuevas oportunidades
para la participación de las mujeres en todos los espacios de la vida pública.

1
Para más detalles sobre el listado de las mujeres entrevistadas y la metodología empleada en las entrevistas
ver Anexos 1 y 2.

8
Capítulo I
Feminismo, democracia, ciudadanía y derechos políticos para las mujeres

1. Los derechos políticos de las mujeres y el sufragismo en América Latina

En el mundo, 6 de cada 10 personas pobres son mujeres, y sólo el 1% de la riqueza mundial y el 1% de


la tierra y las propiedades le pertenecen a las mujeres. La tasa mundial de desempleo femenina es un
30% superior a la de los hombres; y un 50% de las mujeres ocupadas se ubica en el sector informal de
la economía, frente al 45% de los hombres. En América Latina, por hora trabajada las mujeres reciben
un 32% menos de salario que los hombres. El 75% de las mujeres del mundo no tienen acceso a
crédito, a pesar de que trabaja un promedio de entre 2 y 10 horas más al día que los hombres.

Estas desigualdades tienen su razón de ser en un sistema que se apropia del cuerpo de las mujeres,
que lo utiliza como sustento para la reproducción de la vida y de las desigualdades entre personas,
grupos y países. Este sistema es el patriarcado, que es una forma de organización política, económica,
religiosa y cultural basada en la idea de superioridad, autoridad y liderazgo del varón. El patriarcado
ha surgido de la toma de poder histórico por parte de los hombres, que legitima y garantiza la
exclusión de las mujeres de las esferas, actividades, roles o papeles considerados como masculinos 2.

Las mujeres son excluidas de las actividades remuneradas y del poder económico en base a la división
sexual del trabajo, según la cual las mujeres deben permanecer en el ámbito privado ocupadas en
labores productivas y reproductivas; mientras que los hombres por derecho tienen la potestad de
ocuparse de las actividades económicas. Este orden social se perpetúa debido a que el capitalismo,
que es el sistema económico dominante en el mundo, necesita de las actividades no remuneradas de
las mujeres para garantizar la reproducción cotidiana de la fuerza de trabajo, y así permitir la
acumulación de la riqueza y el capital.

De allí que el control del cuerpo, la sexualidad y vida de las mujeres sea parte de las reglas que
legitiman ambos sistemas. Por esta razón, continúan vigentes las reglas que refuerzan las
concepciones mujer-naturaleza, que establecen la maternidad y heterosexualidad como obligatorias
para las mujeres, y que definen una serie de reglas que impiden que las mujeres decidan sobre el
número y frecuencia de las hijas e hijos que quieren tener, limitan el uso de métodos anticonceptivos
y el acceso libre a la salud y a los cuidados médicos. Esto hace que todavía en algunas regiones del
mundo la tasa de fecundidad siga siendo muy alta, en detrimento de la salud y posibilidades de vida
de las mujeres; que el VIH/SIDA esté creciendo con más rapidez en las mujeres que en los hombres, y
que las mujeres sigan muriendo por causas relacionadas al embarazo y el parto y por enfermedades
prevenibles, como el cáncer de mama o el cáncer cérvico-uterino.

Estas normas sociales también legitiman la violencia como una práctica generalizada de dominio y
control sobre las mujeres. En todo el mundo, por lo menos 1 de cada 3 mujeres ha sido golpeada, ha
sufrido violencia doméstica o ha sido obligada a tener relaciones sexuales alguna vez en su vida. En
América Latina el femicidio o asesinato de mujeres continúa en asenso, agravado por factores del
contexto como el crimen organizado, las maras y la violencia institucional. Miles de mujeres son
víctimas de violación y otros abusos durante los conflictos armados. Más del 80% de las víctimas de

2
Dolores Reguant. Explicación abreviada del patriarcado. (Barcelona, S/E, 2007). Pp. 3.

9
trata en el mundo son niñas y mujeres, que son sometidas a la fuerza a prácticas vejatorias como la
servidumbre doméstica, el matrimonio forzado, la ablación de órganos, la mendicidad, la adopción y
el reclutamiento ilegal. En América Latina la trata de mujeres y el narcotráfico constituye el 40% del
Producto Interno Bruto o PIB.

La exclusión de las mujeres del mundo público y de la política es una extensión de estas reglas y
normas sociales. Según estadísticas disponibles, sólo 15 países de 241 tienen actualmente una jefa de
estado, y se observa una gran disparidad entre los países con respecto a la representación de las
mujeres en los gabinetes magisteriales, parlamentos y alcaldías. En el mundo sólo el 18.6% de los
parlamentarios son mujeres, un 16% en América Latina. Las causas por las cuales las mujeres han sido
tradicionalmente y son excluidas del mundo de la política son:

 Por el orden patriarcal y de la división sexual del trabajo, las mujeres tienen menos tiempo
para dedicarse a la política, ya que están obligadas a ocuparse del trabajo productivo y
reproductivo.
 Muchas mujeres tienen que enfrentarse a la violencia de sus parejas cuando deciden
organizarse o formar parte de un partido político, dado que se sigue considerando que deben
permanecer en la casa o en el ámbito doméstico.
 Como las mujeres no son dueñas de los recursos y no realizan trabajos remunerados, tienen
menos dinero para financiar sus campañas. Su pobreza no les permite tener independencia y
autonomía de decisión, con lo que condicionan su vida y sus proyectos (incluso, participar en
política u organizarse), a las decisiones de los hombres.
 Los procesos inconclusos de construcción de los estados nacionales, la debilidad de las
democracias, y la fragilidad de los mecanismos para promover la equidad de género, hacen
que aunque se cuenten con leyes y políticas públicas encaminadas a aumentar la
participación política de las mujeres, no se logre equiparar su participación a la de los
hombres.
 Aunque en la mayor parte de los países de América Latina existen leyes de cuotas u otros
mecanismos que obligan a los partidos políticos a incorporar un porcentaje de mujeres en las
planillas a cargos de elección popular, fueron aprobadas de manera que contemplan
mecanismos con los que se logra excluirlas sin violentar los preceptos de estas leyes.
 Aunque las mujeres participan activamente en las campañas, se las relega a las funciones
meramente administrativas o en las que se reproducen los roles reproductivos (se encargan
de la comida, organización y limpieza de los locales de los eventos, etc.), debido a la
persistencia de una cultura política patriarcal, misógina y excluyente en los partidos políticos.
 El acoso, hostigamiento y violencia sexual contra las mujeres por parte dirigentes de partidos
políticos y organizaciones sociales es un obstáculo que impide que las mujeres participen y
tengan puestos de dirección.
 La falta de confianza en las mujeres dentro de los propios partidos políticos acerca de su
capacidad de gobernar.

A pesar de todos estos obstáculos, desde hace más de dos décadas las mujeres comenzaron su lucha
por el logro de sus derechos políticos y sociales, en medio de contextos en los que se produjeron
profundos cambios sociales.

En Europa, durante la primera mitad del siglo XX la mayor parte de los países aprobaron el derecho al
sufragio de las mujeres. La lucha y la organización de las mujeres por sus derechos vinieron a la par de

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profundas transformaciones sociales en el mundo y en la cultura, resultado de la incorporación
masiva de las mujeres en las fábricas, durante la revolución industrial, y la producción de armas
durante la primera y segunda guerra mundial. El que las mujeres salieran de la casa a la calle, a la
fábrica, al espacio público, supuso un cambio profundo en los roles femeninos. De allí, que las
mujeres empezaran a cuestionarse el porqué de su exclusión del mundo público, y empezaran a
organizarse para conseguir poder político.

En América Latina, los antecedentes del sufragismo se encuentran en la primera mitad del Siglo IXX,
cuando las mujeres fueron cobrando visibilidad en las luchas antiimperialistas, en la lucha por los
derechos laborales y obreros, en la denuncia de la explotación de las comunidades indígenas, y
mediante su participación en organizaciones culturales, filantrópicas o de beneficia. Pero no había
movimientos feministas o de mujeres fuertes que lucharan por los derechos específicos de las
mujeres. Fue hasta la segunda década del Siglo XX, cuando las preocupaciones de las organizaciones
de mujeres van a tender a desbordar los márgenes de la acción social para ir conformándose en un
número creciente de agrupaciones femeninas en torno a los “derechos de la mujer”, entre ellos, el
derecho a la educación y el derecho al voto. La organización para la lucha por los derechos civiles y
políticos de las mujeres, que dio origen a lo que sería el movimiento sufragista en casi todos los países
del continente, se generó con la toma de conciencia de algunos grupos de su potencial calidad de
ciudadanas3. Pero este fue un proceso tardío en América Latina cuando se compara con el sufragismo
de Europa o Estados Unidos. Esto se debió a que en este continente la tradición electoral estaba muy
desprestigiada, dado que los procesos electorales eran prácticas dominadas por la violencia, la guerra
y la ilegalidad; y a que el sufragio se concibió como un derecho restringido sólo a los hombres
letrados que formaban parte de las élites políticas y económicas.

La consecución del voto femenino en América Latina no fue un proceso homogéneo en todos los
países, y su aprobación se dio por factores tan diversos como la fuerza de las campañas sufragistas,
los intereses de las élites en el poder, la presión de las fuerzas subalternas, los procesos internos de
modernización y democratización de los estados, y la presión internacional para el ensanchamiento
de la democracia, que cobró fuerza después de la Segunda Guerra Mundial. Los primeros países que
aprobaron el sufragio femenino, en la primera mitad del Siglo XX fueron Ecuador (1929), Cuba (1934),
El Salvador (1939), República Dominicana (1942), Jamaica (1944), Guatemala (1950), Panamá (1945),
Argentina (1947), Venezuela (1947), Surinam (1948), Chile (1949), y Costa Rica (1949). Después, en la
segunda mitad de este siglo lo aprobaron Antigua y Barbuda, Dominica, Granada, San Vicente y las
Granadinas y Santa Lucía (1951); Bolivia (1952); México (1953), Honduras, Nicaragua, Perú (1955), y
Colombia (1957), Paraguay (1961), y Bahamas (1962).

Años después de la consecución del sufragio, fue evidente que aunque se había logrado el
reconocimiento de los derechos civiles y políticos a las mujeres, esto no trajo como consecuencia una
mayor participación de las mujeres en los espacios políticos tradicionales y puestos de decisión. Esto
generó nuevas propuestas y nuevas perspectivas acerca del accionar de las mujeres, y que la
ciudadanía, la democracia y la participación política, como conceptos y propuestas prácticas, fueran
tomando nuevos matices.

3
Asociación Latinoamericana de Organizaciones de Promoción al Desarrollo. Participación política de las
Mujeres en América Latina. Informe regional. (ALOP, S/E, 2007). Pp. 20.

11
2. La ciudadanía de las mujeres y la política

La Ilustración, también conocida como “el siglo de las luces”, que dio inicio en el siglo XVIII, produjo
un cambio profundo en la filosofía, la ciencia, la cultura y el arte; y fue un momento en la historia que
marcó un nuevo rumbo de la humanidad, al sentar las bases de lo que serían los estados modernos.
Aunque inició en Inglaterra y Francia, poco a poco se fue extendiendo por toda Europa y América
Latina. Una de las consecuencias de esta revolución intelectual fue que permitió la gestación de un
movimiento político que logró el paso de la monarquía como forma de gobierno a las repúblicas,
empezando con la revolución francesa de 1789. Aunque tuvo como frutos una crítica radical a los
estamentos filiales, al poder de las iglesias y las monarquías, fue una revolución que tenía como fin el
acenso de una nueva clase social: la burguesía.

Este pensamiento ilustrado se fundamentó en la teoría del contrato social. Según lo planteado por
Hobbes, Locke y Rousseau, los seres humanos superaron sus estados presociales a través del
establecimiento de una especie de “contrato social”, en el que los individuos renunciaban a ciertos
derechos para lograr una convivencia armónica con los demás ciudadanos, y depositaban en un
soberano o en un estado la facultad de dirimir los conflictos entre ellos. Pero desde este contrato
social, aunque se tomaba como axiomas las nociones de igualdad y universalidad, se definió como
“ciudadano” o miembro de una comunidad política con derecho a participar en las decisiones
públicas”, sólo a los hombres blancos propietarios. Del nuevo sistema político y del contrato social
quedaron excluidos los marginados, los pobres, los obreros, los pequeños campesinos, los esclavos, y
por supuesto, las mujeres.

El momento de la ilustración también coincide con el del surgimiento del capitalismo y del liberalismo
como teoría política. En el nuevo orden creado, la sexualidad, la salud, la higiene, el control de las
poblaciones, la demografía, como señala Foucault, vino de la mano de una biopolítica que reasignó a
las mujeres el lugar que habían ocupado desde siempre: la naturaleza, el hogar, la casa, la
maternidad, la moral conyugal, las funciones domésticas. Esta reubicación de las mujeres tenía
también una función práctica: el trabajo no remunerado de producción y reproducción de la especie
permitiría a los hombres ocuparse de las ocuparan de las actividades económicas lucrativas del
mercado, y la acumulación de riquezas y capital.

Amelia Valcárcel señala que “el feminismo es un hijo no deseado de la ilustración, ya que cuestiona la
fundamentación filosófica, ética y política de las teorías contractualistas sobre las cuales se definió
una ciudadanía excluyente diseñada para y por los hombres, en especial, en lo que se refiere al
principio de la igualdad”4. Por esta razón, en el contexto mismo de la ilustración se crea lo que se ha
definido como “género vindicación”, entendiéndose la vindicación como una crítica política a la
usurpación que han realizado los varones de lo que ellos mismos han definido como genéricamente
humano; y que por ello, reclama la igualdad a partir de una irracionalización del poder patriarcal y
una deslegitimación de la división sexual de los roles 5. Desde que el feminismo nace como
pensamiento ilustrado, se encarga de criticar las bases epistemológicas de estas teorías, que excluían
a las mujeres del poder económico y de la política. Por esta razón, las primeras feministas, como
Olympe de Gouges, con su Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana, promulgada en

4
Amelia Valcárcel. La política de las mujeres. (Madrid, Editorial Cátedra, 1997). Pp. 53.
5
Celia Amorós, citada por Rosa Cobo. Democracia paritaria y sujeto político feminista; en
http://www.rebelion.org. pp. 34.

12
Francia en 1791; la Vindicación de los Derechos de la Mujer, de Mary Wollstonecraft, de 1792; y años
después, la Declaración de Seneca FalIs, de 1848, lucharon arduamente desde sus escritos y practicas
por la inclusión de las mujeres en el mundo público, mediante el derecho al trabajo asalariado, la
educación, y por supuesto, el derecho al sufragio.

A lo largo de la construcción del feminismo como teoría, se han ido desarrollando las vindicaciones de
las primeras feministas. En el campo de la teoría política feminista, uno de los aportes más
interesantes y que más claridad ha arrojado acerca de la reflexión sobre la exclusión de las mujeres
del mundo público ha sido la teoría del “contrato sexual”, de Carole Pateman. Esta autora plantea
que “la mujer fue excluida del contrato social originario, y se reafirmó el lugar que había ocupado a lo
largo de toda la historia, a través del “contrato sexual”. Este pacto las apartaba de los derechos civiles
y políticos, y las confinaba al territorio de lo doméstico. El contrato social reaparece bajo la forma de
contrato matrimonial y desde un ideal de feminidad que coloca a las mujeres en una situación de
subordinación con respecto a su marido. La teoría del contrato sexual permite mostrar como la
diferencia sexual es también una diferencia política” 6.

Desde el feminismo, también se ha realizado el desmontaje de los principios de universalidad e


igualdad de la teoría política clásica, lo que ha permitido ampliar los límites mismos del concepto de
ciudadanía. No sólo para categorizar a la mujer como una sujeta política, con derechos y deberes
ciudadanos, como parte con voz, voto y poder decisión en la comunidad política; sino para ampliar los
límites mismos de la ciudadanía al politizar el espacio privado, e incluir dentro de las demandas por la
ciudadanía los derechos sexuales y reproductivos, esenciales para lograr un cambio en la situación y
condición de las mujeres. Estos derechos están vinculados con la seguridad, la libertad, la integridad
física, las decisiones sobre la sexualidad, la maternidad y el rechazo a toda forma de coerción; y son
de vital importancia para las mujeres porque implican la posibilidad y capacidad de poder decidir
sobre nuestros cuerpos y sobre nuestras vidas. Con ello, el ejercicio de la ciudadanía se amplía, ya que
se toman en cuenta derechos propios de la condición de las mujeres, a la vez que se supera la
dicotomía de lo público y privado.

La teoría feminista ha logrado la comprensión de que estos derechos no son separables de los
derechos, civiles, políticos y sociales: 1) Como derechos políticos, se señala que esto se debe a la
presencia de un sujeto político que emprende luchas para la consecución de su reconocimiento e
identidad colectiva basada en la visibilidad de las relaciones de género. Así, el derecho al aborto
representa la conquista del control de su destino y la lucha contra los procesos de instrumentalización
de las mujeres; 2) Como derechos civiles, están ligados al principio de individualización, es decir, la
capacidad de la persona de disponer de sí misma, lo que en este caso representa la superación de las
determinaciones del cuerpo; y 3) Como derechos sociales, se afirma que la libertad reproductiva está
ligada a las políticas de salud pública.

El pensamiento ilustrado se consolida de la mano del liberalismo, que toma al “individuo” como la
unidad básica de la vida democrática. Al igual que sucedió con la teoría del contrato social, desde el
feminismo se argumentó que en el liberalismo no se cuestiona las diferencias que existen entre las
personas, sobre todo, las que limitan o restringen sus derechos políticos y ciudadanos 7. El feminismo
6
Carole Pateman. El Contrato sexual. (México, Universidad Autónoma Metropolitana, 1995). Pp. 215 en
adelante.
7
Inés Castro Apreza. “Género y Ciudadanía”; en Laura Baca Olamendi y otros. Léxico de la Política. (México,
Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, 2000). Pp. 554.

13
se ha encargado de poner en evidencia que estas formulaciones habituales del pensamiento liberal
son “ciegas” a las diferencias individuales o grupales, entre ellas, las diferencias que provienen del
género8. Con este planteamiento se destaca que, en sociedades heterogéneas, la ciudadanía debe
tomar en cuenta esas diferencias, al mismo tiempo que deben ser expresadas en el ámbito público
como identidades colectivas y no individuales.

Algunas de las críticas que desde el feminismo se plantean a este argumento sostienen que al dar
prioridad al grupo se corre el riesgo de centrarse en la diferencia, lo que se convertiría en una política
esencialista o volcarse hacia adentro. Sin embargo, se debe considerar la diferenciación como un
factor clave para la ciudadanía de las mujeres, ya que con esto se logra la visibilización de las
diferentes poblaciones que existen dentro de la sociedad y el reconocimiento de sus derechos
diferenciados. Esta propuesta permite además que no debe imperar una visión homogénea ni
universalizante que responda al patrón masculino, que trate de abarcar a todas las personas dentro
de ese marco.

De esta perspectiva, las luchas por la ciudadanía de las mujeres van desde la apropiación del cuerpo
hasta el derecho a ejercer cargos de decisión a nivel público; potenciar la capacidad propositiva y
negociadora de las mujeres en lo local; promover la prevención y atención de la violencia de género y
salud sexual y reproductiva; y el apoyo al esfuerzo de las mujeres encaminados a su autonomía
económica. La consiga “lo personal es político”, contiene esta preocupación, y expresa un cambio en
las formas de entender los problemas y la ciudadanía de las mujeres. Se ha llegado a la conclusión
que para lograr cambios radicales en la situación de las mujeres son necesarios cambios profundos en
la cultura, en el mundo de lo privado. De esta manera, las demandas feministas se trasladaron
también a la lucha contra la violencia, por la autonomía de las mujeres sobre su cuerpo y sexualidad,
a la maternidad elegida, el derecho al aborto y la diversidad sexual, entre otras demandas.

En relación con sus contenidos prácticos, la ciudadanía también puede ser entendida desde dos
dimensiones: activa y pasiva. La ciudadanía activa es la capacidad de participar en los asuntos
públicos en dos áreas de acción: en el ámbito individual como capacidad de participar, y a nivel social
como solidaridad y cooperación en lo público-social; y a nivel político, como ciudadana/o que pide
rendición de cuentas al Estado. La ciudadanía es pasiva cuando el sujeto de derechos es protegido por
el Estado sin ningún papel real como sujeto político. La importancia de este concepto es que permite
entender que no sirve de mucho el reconocimiento de los derechos de las mujeres sino existe la
posibilidad y capacidad de exigirlos y la posibilidad de obtener la tutela del estado cuando son
violentados.

Esta perspectiva permite también entender que la consecución de la ciudadanía es una lucha
dinámica y rebatida entre las hegemonías y las acciones contrahegemónicas de resistencia entre los
grupos dominantes y los grupos subordinados; dado que toda reivindicación que busque cambiar
cualquiera de los estamentos establecidos va a ser objeto de luchas entre los grupos de poder,
incluidas las luchas por la igualdad y equidad entre los géneros. Por ello, desde el feminismo no se
define la ciudadanía como un proceso acabado, que culmina en el reconocimiento de derechos, sino
como un proceso inconcluso, en constante cambio y transformación. El concepto de “ampliación de la
ciudadanía” da cuenta de este hecho, y permite definir la ciudadanía como “un aumento de la
capacidad de las mujeres de participar en los procesos políticos, en la vida ciudadana de las

8
Carme Castells. Perspectivas feministas en teoría política. (Barcelona, Editorial Paidos, 1996). Pp. 10.

14
comunidades; y como una ampliación de la representación y participación en los poderes del Estado y
de las instituciones políticas y sociales”9.

En América Latina, la consecución de los derechos ciudadanos ha ido de mano por la construcción de
los estados nacionales y la consolidación de la democracia, entendido como el sistema político que
garantiza la igualdad de participación de todas las personas miembras de una comunidad política en
las decisiones públicas. Dado que la historia política de este continente ha estado marcada por la
violencia, la pobreza, y la exclusión social, la definición de la ciudanía y sus contenidos ha ido de la
mano de una crítica radical a la democracia. Las mujeres latinoamericanas, al igual que otros
movimientos sociales, han luchado al mismo tiempo por la consecución de sus derechos políticos,
económicos, sociales y culturales; y por un cambio en las estructuras que han permitido la
persistencia de modelos políticos excluyentes y autoritarios. El feminismo latinoamericano ha
aportado mucho al debate sobre la legitimidad y la viabilidad de las democracias y sus deficiencias,
especialmente en lo referente a la representatividad y a la participación de la sociedad civil en la
toma de decisiones políticas10.

El feminismo, al igual que otras teorías críticas, también ha cuestionado los principios fundadores del
liberalismo que afirman que la democracia es el sistema ideal que permite el desarrollo de la libertad
y de las capacidades individuales; dejando de lado la denominada “democracia social”, que parte de
la noción de igualdad e incluye el bienestar de las mayorías. Es decir, se cuestiona si la democracia
sólo implica el ejercicio de los derechos políticos, como el sufragio, el derecho a ser elegido, etc.; o si
además requiere como condición esencial para su desarrollo la existencia de una sistema político que
permita la redistribución de las riquezas y bienes entre todas las personas.

No es extraño que este haya sido un tema de preocupación central en América Latina. En este
continente, el surgimiento de las repúblicas o los estados modernos en el siglo XIX no implicó un
cambio de las estructuras económicas que mantenían a gran parte de la población sumida en la
pobreza. Tampoco se dio este cambio durante las transiciones democráticas que se gestaron desde la
década de las ochentas, que de hecho, se realizaron en medio de profundas crisis económicas y de
graves violaciones a los derechos humanos. Las feministas además han insistido que no es posible la
construcción de una verdadera democracia mientras las mujeres sigamos excluidas del poder político
y sigamos sin tener acceso a los derechos económicos mínimos, como el derecho al trabajo y al
salario digno.

Estas reflexiones han llevado a dos posiciones encontradas al interior del feminismo: una que
propone que la mayor participación de las mujeres en cargos políticos y en las democracias existentes
no se va a traducir en mejoras a favor de la condición y situación de las mujeres, debido a que la
democracia liberal en sí misma es un sistema excluyente; y otra que afirma que la democracia es el
único modelo político en el cual se pueden lograr cambios a favor de las mujeres. En la primera
posición se ubican las feministas que argumentan que el sistema de la democracia formal le niega a
las mayorías la posibilidad de participar en la toma de decisiones; es decir, que aunque concede a las
personas la ciudadanía como el derecho a ejercer el sufragio para escoger a los gobernantes, luego las

9
Braulia Thillet de Solórzano, Mujeres y percepciones políticas. (Guatemala, Facultad Latinoamericana de
Ciencias Sociales (FLACSO), 2001). Pp. 57.
10
Line Barreiro y Natacha Molina. “Igualdad, Democracia y Ciudadanía. Pre-Informe”; e n Ediciones de las
Mujeres N° 21. De Nairobi a Beijín. Diagnósticos y propuestas. (Chile: Isis Internacional, 1995) Pp. 35 y sig.

15
excluye de los procedimientos del control democrático” 11. Desde esta postura se propone la creación
de una democracia radical, alternativa, y se exigen que los cambios políticos vayan también
acompañados de cambios económicos y culturales. Las que sostienen la segunda posición, aunque
realizan un análisis crítico del contenido real de la democracia, sitúan el problema a nivel de la
validación y legitimación de la participación de las mujeres en el campo de la política tradicional.

Al margen de estas discusiones, hoy en día se plantea que la democracia es la única forma de
organización política que puede permitir una mayor participación de las mujeres en las decisiones
públicas. Pero debe tratarse de una democracia basada en la justicia económica y social, en el
reconocimiento de las diferencias y en la potenciación de medidas que permitan cambios sustanciales
en todo el sistema social.

3. Breve historia del derecho al sufragio y del movimiento feminista y de mujeres en Honduras

En Honduras, en 1894 se presentó por primera vez ante la cámara legislativa una propuesta para
aprobar el sufragio femenino 12, pero fue hasta en 1955 cuando finalmente fue aprobado el derecho al
voto de las mujeres.

Los debates que se realizaron en la cámara legislativa para negar el derecho al sufragio femenino
muestran lo profundamente enraizado que ha estado en el pensamiento de los políticos las ideas
tradicionales acerca de la feminidad y del papel de la mujer en las sociedad. Algunos de los
argumentos que se usaron para negar el voto a las mujeres hacían eco a que por su condición
“natural” de madres, esposas e hijas, debían permanecer en el ámbito de la casa o el espacio
doméstico:
“La ciencia ha consagrado a la mujer para la iglesia y el hogar, y al hombre para el estado”.
(1894)

“El sufragio femenino no descansaría sobre ningún principio natural, ya que la sagrada e
importante misión de la mujer estaría en el hogar doméstico, en donde comparativamente
con el ciudadano hondureño, podría prestar mejor que éste sus servicios a la patria,
edificando la virtud en el corazón de sus hijos”. (1894).

Aún cuando en ese momento se están sentando las bases del estado liberal y ya existía en el mundo
un pensamiento feminista ilustrado que criticaba la división del mundo en lo privado para las mujeres
y lo público para los hombres, el proyecto de modernidad impulsado en nuestro país a finales del
siglo XX no se permeó de estas ideas progresistas. La irracionalidad, la emotividad y la falta de
inteligencia de las mujeres seguían siendo características asignadas a las mujeres, y fueron también
argumentos utilizados para impedir la participación de las mujeres en la política:

11
Monserrat Sagot. Democracia Ciudadana y la participación de las mujeres: de la invisibilidad a la
transparencia. (Costa Rica, Universidad de Costa Rica, 2002). Pp. 2.
12
Esta sección se elaboró en base a tres textos: Rina Villars. Para la casa más que para el mundo: Sufragismo y
Feminismo en la Historia de Honduras. (Tegucigalpa, Editorial Guaymuras, 2001). Pp. 145 y siguientes. También
se utilizaron los libros de Leticia de Oyuela. Mujer, Familia y sociedad. (Honduras, Editorial Guaymuras, 2001)
Pp. 175; y María Luisa Soto de Bertrand Anduray. Historia de la Mujer Hondureña (Época Independiente).
(Honduras, Editorial Guaymuras, 1992) pp. 19.

16
“Siendo la responsabilidad la base del sufragio, éste no puede imponérsele a la mujer, quien
tiene más sentimientos que reflexión (…) La mujer no está llamada a desempeñar las
funciones públicas”. (1934)

“La mujer no tiene ideas fijas, y por lo tanto, sería eco en las votaciones de los hombres”

Honduras, desde la época independentista, fue asolada por múltiples guerras con otros países vecinos
y por guerras internas entre caudillos de los dos partidos políticos tradicionales que se consolidaron
desde finales del siglo XIX (Liberal y Nacional). La supuesta incapacidad de las mujeres para la guerra,
y el carácter violento y viciado de la cultura política de la época fueron también argumentos
invocados por los legisladores para negarles a las mujeres el derecho al voto:

“La mujer sería víctima del ultraje del hombre al momento de ir a votar, y no puede ir a la
guerra”

“Yo voté en contra de la proposición de conceder el voto activo a la mujer, no porque ella esté
menos capacitada que el hombre para ejercer el sufragio, sino porque dado nuestro modo de
ser político, por la falta de observancia de nuestras leyes marchamos casi siempre por las vías
tortuosas y usamos medios ilícitos (…) Por el temor de ver envuelta a la mujer en estos hechos
llamados revoluciones, hemos querido que ella permanezca fuera de las cuestiones políticas”.
(1921).

“La mujer es demasiado pura como para participar en la sucia política. Los comicios
pervierten a la mujer y la desnaturalizan, despojándola de la delicadeza de sus sentimientos,
de su piedad y ternura, del encanto secreto de su hogar”.

“Los partidarios de que la mujer hondureña participe en el voto piensan que ella contribuiría
con su influencia a purificar el ambiente político. No lo creemos así. Está demasiado viciada la
atmósfera política, y lo que sucedería es que la mujer hondureña, delicada y pura, rechazaría
su derecho, asqueada, al sólo sentir el vaho venenoso... Si se instruyera el voto en la
actualidad, luego se derogaría por inútil. Las mujeres se negarían a hacer uso de él, por no
verse mezcladas en luchas políticas que se resuelven a insultos, a dentelladas y a balazos”
Se decía que en el país no existía un movimiento sufragista fuerte detrás de estas demandas, y que
era una lucha “exportada” de los movimientos de otros países:

“El sufragio es un pretensión esnobista, exportada de otros países, ya que en Centroamérica


no hay organizaciones de mujeres que estén luchando por este derecho.”

“La mujer no ha pedido o reclamado el derecho al sufragio, y por lo consiguiente, no sabría


qué hacer si se le diera.” (1874)

“La mujer no reclama su libertad porque ella sólo reclama su derecho a auxiliarnos, y de
entusiasmarse no con sus conquistas sino con nuestras conquistas.” (1874).

También se utilizaron razones jurídicas para negar el voto a las mujeres, como las que se expusieron
en el debate de 1934:

17
“(…) La interpretación auténtica de los artículos 20 y 21 de la Constitución excluye a las
mujeres del ejercicio de los derechos políticos, conforme a la expresión clara y concreta de la
voluntad del legislador constituyente, y por la fuerza de la costumbre” (1934).

Para evitar que esta situación volviera a repetirse, en la Constitución de 1936 se explicitó, por primera
vez, que eran ciudadanos sólo los hondureños varones.

Un hecho que ha quedado registrado en la historia del país fue la aprobación del sufragio femenino
en la Constitución Federal de 1921, proyecto unionista en el que participaron todos los países
Centroamérica con excepción de Costa Rica. De acuerdo con el texto de esta ley, tenían derecho al
voto las mujeres casadas o viudas mayores de 21 años que supieran leer o escribir, y las solteras
mayores de 24 que acreditaran haber recibido educación primaria o que tuvieran capital o renta. En
cambio, el sufragio para los hombres fue concedido sin restricción alguna, con la única condición de
que fueran mayores de 21 años, o mayores de 18 que supieran leer y escribir. Aunque hay que
reconocer el valor de los diputados que votaron a favor de esta moción, los argumentos que
utilizaron fue un traslado de los arquetipos femeninos tradicionales (virtud, pureza, perspicacia, etc.),
al campo de la política:

“La mujer con todos sus atributos de inteligencia y perspicacia llevará a no dudarlo un
elemento nuevo al fenómeno del sufragio, con el aporte de su honradez equilibrará muchos
problemas sociales, porque será el exponente de grandes necesidades y miserias, sólo por
ellas sentidas como guardián fiel de las virtudes del hogar; vicios arraigados hondamente en
las costumbres de los hombres encontraran su correctivo, y la mujer será de todos modos un
apoyo eficaz para la acción ética y asistencia a la que por naturaleza, más emotiva, está
preparada”. (1921).

Este argumento también fue empleado por las primeras organizaciones de mujeres con
planteamientos sufragistas.

Según documenta Rina Villars, quienes impulsaron en Honduras la lucha por el sufragio a inicios de la
década de 1940, fueron mujeres intelectuales como Olimpia Varela y Varela, Lucila Gamero de
Medina, Argentina Díaz Lozano y Paca Navas de Miralda. En esos años, en el país se publicaban cuatro
revistas dirigidas por mujeres, que difundían sus demandas por el derecho al voto 13. Al final de la
dictadura de Carias en 1949, había un fuerte movimiento sufragista en el país. Las organizaciones que
surgieron con este fin formaron en 1950 la Federación de Asociaciones Femeninas de Honduras
(FAFH), que encabezó la lucha por la consecución del voto, aprobado finalmente en 1954 14.

En este año, el Congreso Nacional aprobó un Decreto en el que se otorgó el derecho al sufragio a las
mujeres, pero como un derecho optativo, mientras que era obligatorio para los hombres. La vigencia
del decreto fue condicionada a su ratificación por el Congreso en la siguiente legislatura de 1955,
Como el Congreso no se reunió, el decreto no fue ratificado. El 24 de enero de 1955, Julio Lozano
Díaz, presidente de facto, emitió el Decreto Ley No.29 otorgando los derechos políticos a las mujeres
en los mismos términos que el decreto anterior. En la Constitución de 1957 se eliminó el carácter
13
Rina Villars. Para la casa más que para el mundo…Pp. 312 y siguientes; citada por: Alianza por la
Transformación de la Cultura Política. Investigación. Democracia en Centroamérica: Más mujeres al poder, mas
hombres asumiendo las tareas domésticas. (S/l, S/E, 2006). Pp. 235-237.
14
Idem anterior.

18
optativo del voto femenino, y se instituyó el sufragio universal para hombres y mujeres mayores de
dieciocho años.

El momento posterior a la consecución del voto inaugura otra etapa en la historia de las
organizaciones de mujeres en Honduras, marcada por el surgimiento y fortalecimiento de dos
tendencias organizativas claramente diferenciadas: una representada por la FAFH, constituida
preferentemente por mujeres de clases medias, y articulada en torno a la consecución de cambios en
las estructuras jurídicas que beneficiaran a las mujeres. Aunque ya se podían observar algunos
planteamientos feministas en el discurso de esta organización, no tenían fuerza ni eran elementos
centrales en sus luchas15. La otra tendencia estaba conformada por un nuevo movimiento de mujeres
articulado en torno a demandas de clase, como campesinas y obreras, y los Clubes de Amas de Casa.
La mayor parte de estas organizaciones eran abiertamente antifeministas y poseían una dependencia
orgánica e ideológica a los movimientos populares de la época.

En 1978 surge la primera organización campesina de mujeres, la Federación Hondureña de Mujeres


del Campo (FEHMUC). También surgen organizaciones sindicales de mujeres, aunque debido a que
han sido espacios aún más masculinos, su presencia ha sido menos significativa. En es este momento
cuando el feminismo hace su entrada en Centroamérica y en Honduras, en medio del auge
revolucionario de los movimientos de izquierda que estaban proliferando en todo el continente. Es
una época marcada por las guerras, las dictaduras militares, la ocupación y la presencia militar de
Estados Unidos en la región, por la persecución y asesinato de lideresas y líderes sociales que se
manifestaban en contra de las injusticias cometidas. Guatemala, El Salvador y Nicaragua vivían en
medio del terror y de la muerte. Las luchas de clase, contra el imperialismo y el militarismo eran el fin
principal de los movimientos sociales.

Pero era una lucha de toda Latinoamérica. En este momento se dio una migración fluida de personas
en todo el continente, que buscaban intercambiar ideas y experiencias, y apoyar a otros movimientos
sociales. Muchas mujeres hondureñas tuvieron que irse al exilio para salvaguardar sus vidas, y
aunque fue una experiencia muy dolorosa, permitió que tuvieran contacto con feministas de México
o de Suramérica, donde el feminismo tenía más camino recorrido. Cuando muchas de ellas
regresaron a Centroamérica, volcaron todos sus esfuerzos en “hacer nacer” el movimiento feminista
en la región. Surgen en el país un sinnúmero de organizaciones con planteamientos feministas. En
1986 nace “SOLIDARIAS” Mujeres para el Desarrollo; en 1987 el Centro de Estudios de la Mujer (CEM-
H); en 1988 una sección del Comité Latinoamericano para la Defensa de los Derechos de la Mujer
(CLADEM), del cual se desprendió posteriormente el Centro de Derechos de Mujeres, en 1991; y en
1990 surge la Colectiva de Mujeres Hondureñas (CODEMUH), conformada en su mayoría por
trabajadoras de las maquilas.

A partir de este momento se verifica un aumento sustancial del número de organizaciones de mujeres
en el país. Surgen nuevas organizaciones, como el Movimiento de Mujeres de la Colonia López
Arellano (MOMUCLAA), la Colectiva de Mujeres Universitarias (CMU), Enlace de Mujeres Negras
(ENMUNE), la Asociación de Mujeres Campesinas Yoreñas (AMCY), Acción para el Desarrollo
Poblacional (ADP), la Asociación Andar, la Unidad de Apoyo y Servicio a la Mujer (UNISA), y la
15
Para una historia de los movimientos sufragistas en Latinoamérica ver Teresita de Baribieri y Orlandina de
Oliveira, “La presencia política de las mujeres: nuevos sujetos sociales y nuevas formas de hacer política”; en
Teresita de Baribieri y otras. Presencia política de las mujeres (Cuadernos de Ciencias Sociales N°40). (Costa Rica,
Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), 1991). Pp.10.

19
Asociación de Mujeres Contra el SIDA (AHMC-SI). También, surgen organizaciones que trabajan temas
relacionados con los derechos de las mujeres, como la Asociación Hondureña para el Desarrollo de la
Juventud y la Mujer Rural (AHDEJUMUR), el Centro de Estudio y Acción para el Desarrollo (CESADEH-
H), el Consultorio Jurídico Popular (CJP), el Centro de Investigación y Promoción de los Derechos
Humanos (CIPRODEH), entre otras. Después del Mitch, cobran fuerza muchas redes y organizaciones
de mujeres, sobre todo en las áreas rurales, como la Asociación de Mujeres de la Colonia Cruz Roja,
Casa Luna, la Casa de la Salud de la Mujer, Las Hormigas, la Red de Mujeres contra la Violencia en
Choluteca, etc.

Aunque todas estas organizaciones trabajaban por los derechos de las mujeres, eran muy pocas las
que tenían planteamientos feministas. A las primeras feministas, generalmente mujeres de sectores
medios con estudios universitarios, se les acusaba de traer un discurso importado que no respondía a
los intereses de las mujeres 16. Además, se les criticaba que habían dejado de lado la lucha contra la
pobreza, al enfatizar temas como los derechos sexuales y reproductivos, violencia, etc. Pero a medida
que el feminismo iba ganando espacio y legitimidad, algunas mujeres que formaban parte de estos
movimientos empezaron a cuestionar cuáles debían ser los intereses o las luchas que debían
privilegiar, y poco a poco se fueron distanciando y marcando límites con los movimientos populares.
Sin embargo, este proceso no se vio desprovisto de conflictos. Cuando en 1992 se celebra en
Honduras el Primer Encuentro Feminista en Honduras “Clementina Suárez”, el movimiento de
mujeres en Honduras estaba definido por “la heterogeneidad, la fragmentación y las luchas por el
poder, que provocaron que el encuentro se llevara a cabo en medio de una lucha feroz entre
feministas, integrantes de las organizaciones de mujeres, diputadas y mujeres ligadas a la
organización internacional que financiaba el Encuentro” 17. En ese encuentro se hizo evidente el poco
conocimiento del feminismo de la mayor parte de las mujeres que asistieron 18. Pero poco a poco fue
creciendo el entendimiento de que la lucha por transformaciones sociales radicales a favor de las
mujeres pasa por el cambio en todos los niveles o aspectos de la vida: la lucha contra la pobreza no es
excluyente ni está desvinculada a la lucha contra la violencia, los derechos sexuales y reproductivos y
la participación política de las mujeres.

La fuerza que ha ido cobrando el feminismo nos ha permitido tener avances legales e institucionales
en el reconocimiento de nuestros derechos, sobre todo, a partir de la década de los noventas. A partir
de este momento, se aprueban leyes como la Ley Contra la Violencia Doméstica, la Ley de Igualdad de
Oportunidades, y se aprueban reformas al Código Penal, mediante las cuales se eliminan los
contenidos sexistas de esta ley, se aumentan las penas de la mayor parte de los delitos contra las
mujeres, y se establecen nuevos tipos penales. También se aprueban políticas públicas, como La
Política Nacional de la Mujer y el Primer Plan Nacional de Igualdad de Oportunidades 2002-2007, y
políticas sectoriales; y se crea una institucionalidad mínima para lograr el cumplimiento de estos
derechos, como el Instituto Nacional de la Mujer (INAM), las Oficinas Municipales de la Mujer (OMM),
los Juzgados Especializados de Violencia Doméstica, las Fiscalías Especiales de la Mujer, la Unidad de
Investigación de Delitos contra la Vida de la Mujer en el Ministerio Público, la Unidad de Muertes

16
Teresita de Barbieri y Orlandina de Oliveira. “La presencia política de las mujeres: nuevos sujetos sociales y
nuevas formas de hacer política”…pp. 12.
17
Breny Mendoza. Sintiéndose mujer, pensándose feminista. La construcción del movimiento feminista en
Honduras. (Tegucigalpa, Editorial Guyamuras/Centro de Estudios de la Mujer CEM-H. 1996). Pp. 116.
18
Centro de Derechos de las Mujeres, CDM. “Boletín Mujer”. Memoria del Primer Encuentro Feminista
“Clementina Suarez”. (Tegucigalpa, CDM, 1992). Pp. 17.

20
Violentas de Mujeres de la Dirección Nacional de Investigación Criminal, y se abren unidades de
género en algunas Secretarías de Estado.

La ley marco contentiva de los derechos políticos de las mujeres es la Ley de Igualdad de
Oportunidades para la Mujer, aprobada en el 2000. En esta ley se establece una cuota mínima del
30% de participación de las mujeres en las planillas electorales y en cargos de dirección de los
partidos políticos. Los debates que se dieron en el Congreso Nacional durante la aprobación de esta
ley muestran cómo siguen prevaleciendo los mismos prejuicios que se esgrimieron un siglo antes para
negar los derechos políticos a las mujeres. Los argumentos que se platearon para no aprobar la cuota
exigida fue que “las mujeres debían ganarse estos puestos y no ser otorgados por una ley”. Esta visión
deja ver como subsisten ideas sobre la participación de las mujeres que no tienen en cuenta el papel
fundamental que han jugado en las campañas políticas, y los obstáculos reales que enfrentan en su
participación, relacionados con la falta de recursos para las campañas, violencia, prejuicios machistas
acerca de sus capacidades, etc.

En el 2004, se vuelve a plantear en el Congreso Nacional lo relacionado con las cuotas de


participación política, esta vez, en el marco de la aprobación de la Ley Electoral. Ahora se plantea un
Sistema Proporcional Personalizado, donde la conformación de las planillas sea de forma alterna, de
forma tal que la representación femenina sea el 50%. Esta vez, esta propuesta es asumida por más
organizaciones de la sociedad civil, aglutinadas en el Movimiento Cívico para la Democracia. Pero las
reacciones no se hicieron esperar. Antes de discutirse los artículos 133 y 134, que proponen la
igualdad de oportunidades en la Ley Electoral, el Diputado Oswaldo Ramos Soto dijo a la prensa:
“Creo que hay que apoyar a las mujeres porque sin ellas qué pasaría en el Mundo. No
podríamos reproducirnos. La cuestión política es compleja porque hay que andar en el campo,
cuando un hombre anda en las montañas y tiene que hacer sus necesidades fisiológicas se
hace a un lado y se mete, pero a las mujeres habría que inventarles un aparato especial
porque hay problemas cuando andan en los carros”. (Diario El Heraldo del 25 de marzo del
2004)19.

Estas declaraciones dejan ver cómo a pesar de todo el trabajo que se ha realizado, se sigue afirmando
que el papel protagónico de las mujeres en el mundo es la maternidad, el hogar, la casa; y como se
sigue negando el derecho de la participación política a las mujeres en base a argumentos fisiológicos,
como ocurrió más de cien años atrás. Finalmente, en la Ley Electoral quedó nuevamente fijada una
cuota de participación del 30% de las mujeres.

El golpe de estado político-militar que ocurrió en Honduras el 28 de junio del 2009 abre un nuevo
capítulo en la historia del movimiento feminista y de mujeres en Honduras. A partir de este
momento, todos los avances que habíamos logrado las mujeres en el reconocimiento de nuestros
derechos se vieron en un franco retroceso, dado que las dictaduras, como la que se instaló en el país,
son acompañadas por el avance de los conservadurismos y los fundamentalismos religiosos; que
desde siempre, se han opuesto al avance de los derechos de las mujeres. Este tema va a ser abordado
con mayor detenimiento en el último capítulo de este documento.

19
Instituto Nacional de la Mujer. Estrategia para viabilizar la Participación Política de las Mujeres Hondureñas.
(Tegucigalpa, INAM, 2003-2004)

21
22
Capítulo II
La participación política de las mujeres en la legislación internacional y
nacional y en las políticas públicas

Al hacer un análisis de la legislación internacional y nacional vigente en Honduras, se puede concluir


que las medidas estipuladas para lograr el avance de los derechos políticos de las mujeres son las
siguientes:

 Promover cambios culturales, políticos y económicos que garanticen la equidad e igualdad entre los géneros en
CAMBIOS todos los ámbitos de la vida pública y privada.
ESTRUCTURALES  Garantía de la no discriminación: Las mujeres tienen derecho a votar y a ser electas en condiciones de igualdad con
los hombres.

 Aprobación de leyes o reformas de las leyes existentes, para garantizar una mayor inclusión y participación de las
LEGISLATIVOS Y EN mujeres en la vida pública.
POLÍTICAS  Consignación en las leyes de medidas de acción positiva que permitan eliminar las barreras que enfrentan las
PÚBLICAS mujeres en la participación política.

► Garantía de la no discriminación:
 Realizar reformas dentro de los partidos políticos para eliminar las barreras que impiden la participación plena
de las mujeres.
 Creación de condiciones materiales dentro de los partidos políticos para garantizar la no discriminación hacia
las mujeres, que tengan en cuenta las diferencias entre las mujeres relacionadas con la edad, pertenencia
étnica, clase social, orientación sexual, etc.
► Mecanismos para el avance de los derechos de las mujeres:
 Aprobación de una política de equidad de género dentro de los partidos políticos.
 Creación de una unidad de género dentro de los partidos políticos.
 Asignación de un 10% de los recursos de los partidos para la capacitación y formación política de las mujeres
PARTIDOS  Obligación de los partidos políticos de presentar un informe sobre el cumplimiento de la política de género 6
POLÍTICOS meses antes de la celebración de las elecciones internas.
 Cumplimiento de la cuota de un 30% y progresiva hasta un 50% de mujeres en los órganos de dirección de los
partidos políticos.
► Mecanismos electorales:
 Cumplimiento de la cuota del 30% y progresiva hasta un 50% de participación de las mujeres en los listados a
cargos de elección popular.
 En los listados electorales, alternar hombres y mujeres en los cargos de propietarios y suplentes.

 Impulsar mecanismos de promoción del marco legal de los derechos de las mujeres.
 Una cuota de un 30% y hasta de un 50% de forma progresiva de participación de las mujeres en los administración
pública centralizada y descentralizada, en el poder Judicial, y en las demás dependencias del estado.
ESTADO  Representar al gobierno en las instancias internacionales.
 Promover el desarrollo de campañas educativas y de sensibilización para promover el ejercicio de los derechos
políticos de las mujeres, teniendo en cuenta las diferencias que existen entre ellas relacionadas con la edad,
pertenencia étnica, clase social, etc.

 Participar en organizaciones y asociaciones no gubernamentales desde donde se trabaje por una mayor inclusión de
MOVIMIENTOS las mujeres en la vida política.
SOCIALES  Participar en la definición e implementación de políticas públicas contentivas de los derechos políticos de las
mujeres.
 Fomentar la inclusión de las mujeres en los órganos de dirección de las organizaciones y movimientos sociales.

 Implementar mecanismos de vigilancia ciudadana sobre el cumplimiento de las leyes.


MECANISMOS  Vigilar que se aprueben y distribuyan equitativamente recursos dentro de los partidos políticos para la realización de
DE VIGILANCIA Y programas de capacitación dirigidos a mujeres.
CONTROL  Diseñar un sistema de indicadores de género en el sistema electoral.
 Obligación del INAM y del TSE de de vigilar23
porque se haga efectivo el principio de igualdad y vigilar el cumplimiento
de las leyes.
Para lograr el reconocimiento y cumplimiento de los derechos de las mujeres en cualquier ámbito, es
necesario que se ejecuten de forma conjunta todas estas medidas, y que exista un compromiso real
del estado para hacer efectivos los derechos consignados en las leyes y las políticas públicas. El
entendimiento de que se necesita un cambio global y estructural en todos estos niveles permite
hacer análisis de conjunto sobre los problemas y dificultades que se enfrentan, y ejecutar estrategias
que tomen en cuenta todas estas dimensiones, para que las acciones que se realicen sean efectivas.

1. Instrumentos internacionales de protección a los derechos políticos de las mujeres

Las normas, tratados y convenciones internacionales ha sido un elemento clave en el reconocimiento


de los derechos políticos de las mujeres en casi todos los países del continente. Aunque la lucha de las
mujeres por estos derechos comienza muchas décadas atrás, fue el fin de la Segunda Guerra Mundial
cuando las reivindicaciones de las mujeres fueron incluidas en la normativa internacional. El primer
instrumento en ser aprobado fue la Convención Interamericana sobre la Concesión de los Derechos
Políticos a la Mujer (1948), ratificada por Honduras en 1955. En esta convención se estableció, en el
Art. 1., que “Las Altas Partes Contratantes convienen en que el derecho al voto y a ser elegido para un
cargo nacional no deberá negarse o restringirse por razones de sexo”. Es interesante que esta
Convención fuera aprobada meses antes de la Declaración Universal de Derechos Humanos, que
también fue firmada en 1948. Esta Declaración se establece “el derecho de todas las personas a
participar en el gobierno de su país, directamente o por medio de representantes libremente
escogidos. Toda persona tiene derecho de acceso, en condiciones de igualdad, a las funciones
públicas de su país”20.

En 1953 se aprueba la Convención Sobre los Derechos Políticos de la Mujer, donde en tres artículos se
consignan los principales derechos en esta materia:

Convención Sobre los Derechos Políticos de la Mujer

Artículo I
Las mujeres tendrán derecho a votar en todas las elecciones en igualdad de condiciones con los
hombres, sin discriminación alguna.

Artículo II
Las mujeres serán elegibles para todos los organismos públicos electivos establecidos por la legislación
nacional, en condiciones de igualdad con los hombres, sin discriminación alguna.

Artículo III
Las mujeres tendrán derecho a ocupar cargos públicos y a ejercer todas las funciones públicas
establecidas por la legislación nacional, en igualdad de condiciones con los hombres, sin discriminación
alguna.

En el Pacto Internacional de los derechos Civiles y Políticos, aprobado en 1966, se consigna: “Artículo
3. Los estados partes en el presente Pacto se comprometen a garantizar a hombres y mujeres la
igualdad en el goce de todos los derechos civiles y políticos enunciados en el presente pacto”.

20
Todas las referencias a instrumentos internacionales fueron obtenida de Instituto Nacional de las Mujeres-
México. Compilación de los principales instrumentos internacionales sobre derechos humanos de las mujeres.
(México, INM, 2004)

24
El trabajo de incidencia de las mujeres en los espacios internacionales ha permitido la ratificación de
otros instrumentos, convenios y tratados internacionales donde se establece la igualdad entre los
géneros, y la obligación de los estados de protegerlos y de tomar las medidas necesarias para
garantizar su cumplimiento. Uno de los más importantes es la Convención Sobre la Eliminación de
Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer, conocida por sus siglas CEDAW (1979), suscrita
por el Estado de Honduras en junio de 1980, y ratificada el 3 de marzo de 1982. Esta convención, en
sus primeros artículos:

Convención Sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer

 Define que la discriminación contra la mujer denotará toda distinción, exclusión o restricción
basada en el sexo que tenga por objeto o resultado menoscabar o anular el reconocimiento, goce o
ejercicio por la mujer, independientemente de su estado civil, sobre la base de la igualdad del
hombre y la mujer, de los derechos humanos y las libertades fundamentales en las esferas política,
económica, social, cultural y civil o en cualquier otra esfera (Articulo 1.);
 Establece las obligaciones de los estados para eliminar todas las medidas, leyes y prácticas
discriminatorias contra las mujeres (Art. 2 y 3);
 Consigna la posibilidad de aplicar medidas legales y temporales especiales, y de acciones
afirmativas, como las leyes de cuotas de participación política.

Los artículos 7 y 8 se refieren específicamente a lo relacionado con la vida política:

Convención Sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer

Artículo 7
Los Estados Partes tomarán todas las medidas apropiadas para eliminar la discriminación contra la
mujer en la vida política y pública del país y, en particular, garantizarán a las mujeres, en igualdad de
condiciones con los hombres, el derecho a:
a) Votar en todas las elecciones y referéndums públicos y ser elegibles para todos los organismos cuyos
miembros sean objeto de elecciones públicas;
b) Participar en la formulación de las políticas gubernamentales y en la ejecución de éstas, y ocupar
cargos públicos y ejercer todas las funciones públicas en todos los planos gubernamentales;
c) Participar en organizaciones y en asociaciones no gubernamentales que se ocupen de la vida pública
y política del país.

Artículo 8
Los Estados Partes tomarán todas las medidas apropiadas para garantizar a la mujer, en igualdad de
condiciones con el hombre y sin discriminación alguna, la oportunidad de representar a su gobierno en
el plano internacional y de participar en la labor de las organizaciones internacionales.

Como se desprende de estos artículos, es obligación de los estados promover y garantizar el derecho
al sufragio de las mujeres, su participación en el gobierno, y el derecho a la organización; es decir, se
parte de una definición amplia de la participación política de las mujeres, de acuerdo con las premisas
feministas que insisten en la organización como una estrategia para el empoderamiento y el aumento
de la incidencia de las mujeres en el ámbito público.

25
LaRecomendación
Recomendación General
General N° 23, adoptada por el Comité para la Eliminación de la Discriminación
N° 23
contra la Mujer, en el 16º período de sesiones de 1997, también establece que:
Amplía los contenidos de la Convención, al definir como “vida política y pública” el ejercicio del poder
político, en particular al ejercicio de los poderes legislativo, judicial, ejecutivo y administrativo. El
término abarca todos los aspectos de la administración pública y la formulación y ejecución de la
política en los niveles internacional, nacional, regional y local. El concepto abarca también muchos
aspectos de la sociedad civil, entre ellos las juntas públicas y los consejos locales y las actividades de
organizaciones como son los partidos políticos, los sindicatos, las asociaciones profesionales o
industriales, las organizaciones femeninas, las organizaciones comunitarias y otras que se ocupan de la
vida pública y política. Establece también entre otras medidas, la obligación de los estados de idear y
ejecutar medidas temporales especiales para garantizar la igualdad de representación de las mujeres en
todas las esferas que abarcan los artículos 7 y 8.

Se afirma que entre los factores que obstaculizan el ejercicio del derecho a votar y ser elegida, figuran
los siguientes: i) Las mujeres reciben menos información que los hombres sobre los candidatos y
candidatas, sobre los programas de los partidos políticos y los procedimientos del voto, información que
los gobiernos y los partidos políticos no han sabido proporcionar. ii) El analfabetismo y el
desconocimiento
Las e incomprensión
Conferencias Mundiales de los sistemas
de la Mujer, políticos.
auspiciadas iii) La doble
por Naciones carga son
Unidas, de trabajo
también de espacios
la mujer yde
los apuros económicos limitan el tiempo o la oportunidad que puede tener de seguir las campañas
incidencia
electoralesdel movimiento
y ejercer feminista
con plena y el
libertad dederecho
mujeres. En sus
al voto. iiii)declaraciones y plataformas
En muchas naciones, de acción
las tradiciones y losse
analizan
estereotipos sociales y culturales se utilizan para disuadir a la mujer a ejercer su derecho al voto. Inclusode
los obstáculos que se enfrentan para lograr un mayor acceso de las mujeres a los puestos
decisión,
muchos se amplían
hombres las definiciones
ejercen influencia de las convenciones,
y control sobre el votoy sede establecen
la mujer, estrategias
ya sea por para los gobiernos,
persuasión o por
acción directa.sociales
organizaciones iiiii) En yalgunos
para lospaíses prevalecen
organismos actitudes negativas respecto a la participación política
internacionales.
de la mujer, o la falta de confianza del electorado en las candidatas.

En las Conferencias Mundiales de la Mujer, que son espacios de confluencia y de discusión


internacionales, también se ha hecho análisis de la situación de los derechos políticos de las mujeres,
y de los obstáculos que se enfrentan para lograr una incorporación plena de las mujeres en la
sociedad. Por ejemplo, en la III Conferencia Mundial de la Mujer de Nairobi (1985), se planteó que
entre los principales obstáculos encontrados en la evaluación del Decenio de las Naciones Unidas
para la Mujer, estaba la casi nula participación de las mujeres en las altas esferas de influencia en las
que se dictan las políticas para su igualdad. Las Estrategias de Nairobi orientan a los gobiernos para
que aseguren una igualitaria participación femenina en todos los cuerpos legislativos nacionales y
locales. Llaman a la equidad desde el nombramiento, la elección y promoción a puestos de alto nivel
en los organismos ejecutivo, legislativo y judicial21.

En la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer de Beijing (1995), en su declaración, se afirma que: “La
potenciación del papel de la mujer y la plena participación de la mujer en condiciones de igualdad en
todas las esferas de la sociedad, incluidos la participación en los procesos de adopción de decisiones y
el acceso al poder, son fundamentales para el logro de la igualdad, el desarrollo y la paz”. Luego, en la
Plataforma de Acción, se establecen algunas estrategias que pueden permitir una mayor participación
de las mujeres en todos los ámbitos públicos, como:

IV Conferencia Mundial sobre la Mujer de Beijing

 Revisar los criterios de contratación y nombramiento para verificar que no discriminan contra la
mujer; y aplicar políticas y medidas en materia de empleo y categorías superiores a fin de lograr una
igualdad de mujeres y hombres.
 Adoptar medidas positivas para conseguir que exista un número decisivo de mujeres dirigentes,
ejecutivas y administradoras en puestos estratégicos de adopción de decisiones dentro del gobierno;
21
Asociación Latinoamericana
en las organizaciones no de Organizaciones de
gubernamentales, los Promoción
sindicatos yalelDesarrollo. Participación
sector privado; y en lospolítica de las
organismos
mujeres en Centroamérica
internacionales. y México. (México, ALOP, 2007). Pp. 6.
 Desarrollar estrategias de comunicación para fomentar el debate público sobre los nuevos papeles
de las mujeres y los hombres en la sociedad y 26 en la familia; y realizar campañas para fomentar las
responsabilidades compartidas entre las mujeres y los hombres en el ámbito laboral y en la familia,
que fomenten una mayor participación de la mujer en la vida pública.
 Proteger y promover la igualdad de derechos de las mujeres y los hombres en materia de
participación en actividades políticas y libertad de asociación, incluida su afiliación a partidos
De acuerdo con el Artículo 16 de la Constitución de la República de Honduras, “Todos los tratados
internacionales deben ser aprobados por el Congreso Nacional antes de su ratificación por el Poder
Ejecutivo. Los tratados internacionales celebrados por Honduras con otros estados, una vez que
entren en vigor, forman parte del derecho interno”. Es decir, el contenido y las obligaciones
consignados son de cumplimiento obligatorio por parte de estado una vez que entran a formar parte
de su derecho interno. Sin embargo, la falta de exigibilidad y de mecanismos para lograr su
cumplimiento es un obstáculo que se enfrenta para que los derechos consignados puedan ser
efectivos. Uno de los principales problemas que se enfrentan es que hasta el momento Honduras no
ha ratificado el Protocolo Facultativo de la CEDAW, en donde se establecen los procedimientos a
seguir y las sanciones en caso de incumplimiento de esta Convención.

27
2. Legislación nacional

La Ley de Igualdad de Oportunidades para la Mujer fue la primera ley en ser aprobada después de la
consecución del voto femenino en 1955. En esta ley se establece una cuota de participación mínima
de un 30% para las mujeres, de acuerdo al contenido textual del Artículo 81 22:

Ley de Igualdad de Oportunidades para la Mujer

Art. 81. Para lograr la participación efectiva de la mujer, se establece una base de treinta por ciento
(30%) en forma progresiva, hasta lograr la equidad entre hombres y mujeres, aplicable en lo relativo a
los cargos de dirección de los partidos políticos, diputados propietarios y suplentes al Congreso
Nacional, al Parlamento Centroamericano, Alcaldes y Alcaldesas, Vice-Alcaldes y Regidores en posición
elegibles de conformidad con una escala basada en los resultados de tres elecciones precedentes.

En aquellos departamentos donde la representación recaiga en un solo diputado o donde no se haya


expresado voluntad y participación, no serán aplicables las presentes disposiciones.

En la Ley Electoral y de las Organizaciones Políticas, aprobada en el 2004, se establece también otras
disposiciones relacionadas con los derechos de las mujeres:

Ley Electoral y de las Organizaciones Políticas

Art. 82. (…) Todo partido político está obligado a invertir el diez por ciento (10%) como mínimo de la
cuota asignada en la motivación, capacitación y formación de la mujer y juventud.

Art. 103. IGUALDAD DE OPORTUNIDADES. El estado garantiza la democracia participativa y el ejercicio


pleno de los derechos ciudadanos tanto a hombres como a mujeres en igualdad de oportunidades. Los
partidos políticos deben crear las condiciones materiales que permitan la incorporación real de las
mujeres en todos los aspectos de la vida partidaria.

Art. 104. GARANTÍA DE NO DISCRIMINACIÓN. El estado, por medio del Tribunal Supremo Electoral,
vigilará que en las estructuras de gobierno de los Partidos Políticos y en las candidaturas a cargo de
elección popular, no exista discriminación por razón de género, credo, raza, religión y cualquier otra
forma de discriminación.

Para garantizar la no discriminación por razón de género, los Partidos Políticos aprobarán internamente,
con la participación de las mujeres, una política de equidad de género; cuyo cumplimiento será
supervisado por el Tribunal Supremo Electoral.
Fue hasta en el 2008 cuando se aprueba el Reglamento de la Ley de Igualdad de Oportunidades para la
Mujer. En esta ley
Los Partidos se amplían
Políticos los obligados
estarán contenidosade las dos leyes
presentar anteriores:
al Tribunal un informe del cumplimiento de la
política de equidad de género, seis (6) meses antes de la convocatoria a elecciones internas y primarias.
La violación por parte de los Partidos Políticos de cumplir con la política de equidad de género será
sancionada con una multa equivalente al cinco por ciento (5%) de la deuda política.

Art. 105. DISTRIBUCIÓN EQUITATIVA EN LOS CARGOS DE ELECCIÓN POPULAR. Para lograr la
participación efectiva de la mujer, se establece una base de treinta por ciento (30%) como mínimo,
aplicable a los cargos de dirección de los Partidos Políticos, Diputados propietarios y suplentes al
Congreso Nacional, al Parlamento Centroamericano, Alcaldes, Vice Alcaldes y Regidores. En aquellos
departamentos donde la representación recaiga en un solo Diputado, no serán aplicables las presentes
Aldisposiciones.
igual que el Reglamento a la LIOM, aprobado en el 2008:
Art. 116. Las Planillas Departamentales Municipales y del Parlamento Centroamericano deberán incluir
en las mismas un mínimo de treinta por ciento (30%) de mujeres a fin de cumplir con lo establecido en
22
Instituto
el ArtículoNacional
105 de de la Ley.
esta Mujer. Ley de Igualdad de Oportunidades para la Mujer. (Tegucigalpa, INAM, 2000).

28
Reglamento de la Ley de Igualdad de Oportunidades para la Mujer

Art. 53. El estado garantizará la democracia participativa y el ejercicio pleno de los derechos ciudadanos, tanto
a hombres como a mujeres, en igualdad de oportunidades. Las ciudadanas tienen iguales derechos políticos
que los ciudadanos.

Art. 54. Es obligación del INAM velar porque se haga efectivo el principio de igualdad de oportunidades de las
mujeres respecto a la de los hombres en materia política, y porque no se ejecuten disposiciones o prácticas
discriminatorias por razón de sexo.

Art. 55. Los derechos ciudadanos de las mujeres solo pueden restringirse por los motivos establecidos en la
Constitución de la República y por los Tratados y Convenciones Internacionales aprobados y ratificados por
Honduras.

Art. 56. El porcentaje establecido en el Articulo 81 de la Ley de Igualdad de Oportunidades y el 105 de la Ley
Electoral y de las Organizaciones Políticas, para garantizar la equitativa participación de las mujeres en las
formulas o planillas para optar en elecciones internas a cargos de autoridad de Partido, en los niveles nacional,
departamental y municipal, así como para optar, en elecciones primarias, a cargos de elección popular, en
todos los niveles electivos, son mínimos. Por tanto, dicho porcentaje deberá incrementarse progresivamente a
fin de lograr la participación igualitaria (50%) de mujeres y hombres a más tardar en los procesos electorales a
celebrarse en el año 2016.

Las organizaciones políticas que no participen en elecciones internas y primarias, deberán cumplir con una
asignación del 50% de los cargos tanto de propietarios(as) como de suplentes en los órganos de autoridad de
partido y de las candidaturas a cargos de elección popular en el plazo establecido en el párrafo anterior.

Art. 57. En elecciones internas y primarias los cargos de propietarios(as) y suplentes, deben alternarse entre
mujeres y hombres, de tal manera que si el propietario fuese una mujer el suplente será un hombre y
viceversa.

Art. 58. En la presentación de las planillas en elecciones primarias la colocación del nombre y la fotografía, en
los casos en que proceda, deberán alternarse las mujeres en la papeleta respectiva hasta cumplir con las
proporcionan establecidas en el Articulo 56 de este Reglamento.

Art. 59. El INAM y el Tribunal Supremo Electoral deberán coordinarse para la aplicación de los derechos de las
ciudadanas.

Art. 60. Los Partidos Políticos están obligados a crear las condiciones materiales que permitan la incorporación
real de las mujeres en todos los aspectos de la vida partidaria y ciudadana; para este propósito los Partidos
Políticos aprobarán internamente, con la participación de las mujeres, una política de equidad de género; cuyo
cumplimiento será supervisado por el INAM y el Tribunal Supremo Electoral. Los Partidos Políticos están
obligados a presentar al Tribunal Supremo Electoral un informe del cumplimiento de la política de equidad de
género del respectivo partido, el cual será evaluado y monitoreado por el INAM.

Art. 61. Los Partidos Políticos deberán mantener una Unidad de Género, a cargo de una mujer, encargada de
atender al desarrollo político y liderazgo de las mujeres.

Art. 62. La Administración Pública Centralizada, incluyendo a los entes desconcentrados así como la
Administración Pública Descentralizada deberán dar cumplimiento estricto a lo dispuesto en el Articulo 67 de
la Ley de Igualdad de Oportunidades para la mujer, sin perjuicio de los derechos adquiridos, en el sentido de
promover la presencia igualitaria de las mujeres en todos los niveles de la estructura administrativa del Sector
Público. Para este propósito, en todo nuevo nombramiento o contratación deberá darse preferencia a las
mujeres, salvo que no calificasen en razón de su formación académica o técnica.

Art. 63- El INAM y la sociedad civil deberán fomentar la participación de las mujeres en los procesos de toma
de decisiones de los grupos comunitarios, organizaciones no gubernamentales, sindicatos, cooperativas,
colegios profesionales, asociaciones y demás organizaciones de similar carácter, con el fin de lograr la
incorporación igualitaria en los órganos de dirección de las mismas.
29
Otro de los mecanismos legales que se ha utilizado para lograr la apertura de los espacios políticos y
de los puestos de decisión para las mujeres es la creación de Oficinas Municipales de la Mujer u
OMM. Estas oficinas funcionan dentro de las Alcaldías, y son las encargadas de vigilar la aplicación de
las leyes y de las políticas públicas en los municipios. Hasta el 2010, existen 134 OMM, de los 298
municipios que existen en el país.

La existencia legal de las OMM está consignada en la Ley de Igualdad de Oportunidades y en la


Política Nacional de la Mujer, desde hace algunos años se ha estado luchando para que la creación de
estas oficinas fuera incorporada en el texto de la Ley de Municipalidades, como una manera de volver
obligatoria su creación, y de lograr que se les asigne recursos humanos, técnicos, logísticos y
financieros necesarios para su buen funcionamiento. En la actualidad, el texto de la Ley de
Municipalidades y sus reformas, del 2009, estipula lo siguiente en relación a las OMM:

Ley de Municipalidades

ARTÍCULO 59-E. En cada municipio se formularán y ejecutarán políticas públicas locales, orientados a
atender las necesidades de la mujer 6, la juventud, la niñez, el adulto mayor, los discapacitados, las
etnias y otros grupos prioritarios, las cuales podrán concretarse con la creación de unidades,
departamentos o gerencias de desarrollo social para lo cual la Corporación Municipal asignará los
recursos financieros de su presupuesto anual de ingresos y egresos para la implementación de
programas y proyectos específicos, de acuerdo a sus posibilidades financieras y a las necesidades de
cada municipio.
Aquellas municipalidades que al momento de entrar en vigencia estas disposiciones tengan organizadas
oficinas específicas, podrán seguir funcionando de acuerdo a las presentes disposiciones.

ARTÍCULO 59-G. Son funciones de la unidad, departamento o gerencia, las siguientes:


1) Establecer una agenda municipal de políticas públicas locales relativas a la mujer, infancia, juventud,
adulto mayor, discapacitados, etnias y otros grupos prioritarios para que sean incorporados
activamente en todos los procesos de desarrollo del municipio en concordancia con las políticas
públicas nacionales pertinentes;

Art. 91. (…) De estos ingresos las municipalidades deberán destinar el uno por ciento (1%) para la
ejecución y mantenimiento de programas y proyectos en beneficio de la niñez y la adolescencia, y un
dos por ciento (2%) para los programas y proyectos para el desarrollo económico, social y el combate a
la violencia en contra de la mujer, que se ha incrementado en forma impactante (…)

Artículo 4. (Disposiciones transitorias). Las corporaciones municipales establecerán oficinas y programas


de apoyo a la mujer, para canalizar sus iniciativas y proteger sus derechos. Las Alcaldías Municipales que
ya cuentan con estas dependencias deberán fortalecerlas e incorporar a los grupos de mujeres
organizadas o no de sus respectivas comunidades.

3. Políticas Públicas aprobadas en Honduras relacionadas con los derechos políticos de las
mujeres

En cuanto a las políticas públicas aprobadas en el país, que también forman parte de la legislación
nacional, en la Política Nacional de la Mujer y el II Plan de Igualdad y Equidad de Género de Honduras
2010-2022, aprobado en el 2010, se establece que:

Lineamiento de Política: El estado garantiza a la mujer igualdad de acceso y plena participación en las

30
estructuras de poder y en la adopción de decisiones en el espacio público para fortalecer su liderazgo y
derecho a las prácticas asociativas.
Política 1. Promover y establecer mecanismos para garantizar la participación de las mujeres, fortaleciendo su
actoría en la definición y ejecución de planes, programas y políticas públicas desarrolladas por el gobierno local
y municipal.
OE1.1. Promover y apoyar la formación ciudadana de las mujeres desde un enfoque de género, generacional e
interculturalidad.
OE1.2. Crear mecanismos legales e institucionales para garantizar la participación paritaria de las mujeres
organizadas y no organizadas.
OE1.3. Asegurar la participación de las mujeres en los órganos de alto nivel del estado, organismos de control,
instancias gubernamentales, comisiones y otros.
Política 2. El estado garantiza los mecanismos para el ejercicio y vigilancia de la participación ciudadana, como
fundamento de la democracia.
OE2.1. Asegurar el marco jurídico y los arreglos institucionales para que las mujeres organizadas realicen
acciones de vigilancia ciudadana y auditoria social.
OE2.2. Impulsar mecanismos de promoción y difusión del marco legal de promoción de los derechos humanos
de las mujeres.
OE2.3. Apoyar iniciativas de vigilancia ciudadana a los compromisos asumidos por las mujeres y hombres
electas y electos.
Política 3. Promover y garantizar la participación paritaria de mujeres y hombres en cargos de designación, en
el Ejecutivo, la Administración de la Justicia, Organismos de Control y otras instancias del estado.
OE3.1. Establecer mecanismos de acción positiva para la participación de las mujeres de las diversas etnias.
OE3.2. Establecer la normativa y los procedimientos administrativos para garantizar el ejercicio de los derechos
políticos de las mujeres.
OE3.3. Establecer medidas de acción positiva para asegurar la designación de las mujeres en las
representaciones del gobierno y en las organizaciones intergubernamentales.
OE3.4. Promover y fortalecer la formación política de las mujeres.
Política 4. El Estado promueve y garantiza la participación y representación paritaria de mujeres y hombres e
incorpora el enfoque de igualdad y equidad en el Sistema Electoral, en las organizaciones y movimientos
políticos.
OE4.1. Asegurar que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) establezca los mecanismos jurídicos y los instrumentos
técnicos que le permitan garantizar la aplicación efectiva de la Ley Electoral y de las Organizaciones Políticas en
las candidaturas de las organizaciones y movimientos políticos en todos los procesos electorales, incluidas las
elecciones primarias.
OE4.2. Promover la incorporación del enfoque de género en la Ley Electoral y de las Organizaciones Políticas,
garantizando la paridad, la secuencia y la alternabilidad en la conformación de las listas, así como otras
medidas de acción positiva para las mujeres indígenas y afrodescendientes.
OE4.3. Establecer las condiciones para que las mujeres organizadas realicen acciones de vigilancia ciudadana y
auditoría social a los procesos electorales.
OE4.4. Asegurar que el TSE establezca la normativa correspondiente para garantizar que todas las candidaturas
incluyan la igualdad y la equidad de género en sus planes de gobierno.
OE4.5. Diseñar e institucionalizar un sistema de indicadores de género en el Sistema Electoral.
Política 5. El Estado establece mecanismos y estrategias para garantizar la formación política y la promoción de
candidaturas de mujeres en igualdad de condiciones dentro de las organizaciones y movimientos políticos.

31
OE5.1. Promover la formación política de las mujeres.
OE5.2. Establecer estrategias e instrumentos, desde el TSE, para el seguimiento, control financiero y rendición
de cuentas de las organizaciones y movimientos políticos, a fin de garantizar la distribución equitativa entre
mujeres y hombres de los recursos asignados para la capacitación y campañas electorales en la promoción de
las candidaturas inscritas.
OE5.3. Establecer normas y mecanismos que aseguren la no discriminación en el ejercicio de la participación
política de las mujeres por razones de género, etnia, edad, discapacidad u orientación sexual.

Esta política pública, al igual que otras aprobadas en el país, contiene los lineamientos y la descripción
de las acciones que deben ser llevadas a cabo por el estado en materia de igualdad y equidad para las
mujeres23. Le corresponde al Instituto Nacional de la Mujer, INAM, velar por la implementación de
esta política.

Pero el texto de esta política pública no se corresponde con el documento original que fue
consensuado por las organizaciones feministas y de mujeres, construido en un amplio proceso de
consulta que se realizó antes del golpe de estado perpetrado el 28 de junio del 2009. Como se va a
ver en el capítulo sobre el golpe de estado, en la política aprobada por el gobierno de Pepe Lobo se
restringen los derechos que habían sido reconocidos en el texto original de la política, lo que sin duda,
dificulta aún más la lucha por la consecución de los derechos políticos de las mujeres.

23
La Gaceta. Diario Oficial de la República de Honduras. N°32,275. Miércoles 28 de junio del 2010.

32
CAPITULO III
Mecanismos de equidad de género dentro de los partidos políticos

De acuerdo con el contenido de las leyes, para garantizar la participación igualitaria y equitativa de las
mujeres los partidos políticos están obligados a:

 Realizar reformas dentro de los partidos políticos para eliminar las barreras que impiden la
participación plena de las mujeres.
 Creación de condiciones materiales dentro de los partidos políticos para garantizar la no discriminación
hacia las mujeres, que tengan en cuenta las diferencias entre las mujeres relacionadas con la edad,
pertenencia étnica, clase social, orientación sexual, etc.
 Aprobar una política de equidad de género dentro de los partidos políticos, cuya implementación será
vigilada por el TSE y el INAM.
 Creación de una unidad de género dentro de los partidos políticos.
 Asignación de un 10% de los recursos de los partidos para la capacitación y formación política de las
mujeres.
 Obligación de los partidos políticos de presentar un informe sobre el cumplimiento de la política de
género 6 meses antes de la celebración de las elecciones internas.
 Cumplimiento de la cuota de un 30% y progresiva hasta un 50% de mujeres en los órganos de dirección
de los partidos políticos.
 Cumplimiento de la cuota del 30% y progresiva hasta un 50% de participación de las mujeres en los
listados a cargos de elección popular.
 En los listados electorales, alternar hombres y mujeres en los cargos de propietarios y suplentes.

En este capítulo se va a analizar en qué medida los partidos políticos están cumpliendo con las
disposiciones contenidas en las leyes, para así definir cuáles son las estrategias a seguir para
garantizar su cumplimiento.

1. Los estatutos de los partidos políticos

El trabajo de incidencia del movimiento feminista y de mujeres ha tenido como frutos que todos los
partidos políticos hayan incluido dentro de sus estatutos disposiciones relacionadas con la
participación de las mujeres en estos espacios.

El contenido de estos estatutos es el siguiente:

33
Partido Contenido de los estatutos y reglamentos
Partido Nacional  Garantizar el cumplimiento de la CEDAW. (Art. 12)
 La elección de los miembros de la Comisión Permanente, del Comité Central, de la
Comisión Política, y del Tribunal de Justicia Partidaria se elegirán respetando los
principios de igualdad de oportunidades, y la garantía de no discriminación y la
participación efectiva de la mujer con un mínimo del treinta por ciento (30%). (Art. 36)
 La creación de la vocalía de Asuntos de la Mujer dentro del Comité Central. (Art. 40)
 Las funciones del Vocal de Asuntos de la Mujer: El Vocal de Asuntos de la Mujer
atenderá todo lo concerniente a los asuntos de la mujer, orientando políticas para su
capacitación, bienestar social, económico y su participación efectiva en todas las
actividades del Partido y velando por que se observe la equidad de género, creando al
efecto, equipos de trabajo encargados de detectar posibles impactos discriminatorios
en cualquier estructura de participación del partido y elaborar propuestas para su
eliminación. Esta vocalía estará a cargo de una mujer.
 Obligatoriedad de que las nominas de Candidatos a Convencionales, a cargos de
Autoridad a nivel departamental y municipal en las elecciones internas cumplan con la
base del cincuenta por ciento (50%) como mínimo de participación efectiva de la
mujer. (Art. 89, reformado en la Convención Nacional Ordinaria del Partido, realizada
en el 2008)
 Descripción detallada de las funciones de la Secretaria de la Mujer. (Art. 89)
 En las elecciones primarias: la elección de los Candidatos del Partido Nacional a la
Presidencia y Vicepresidencia de la República, de los Candidatos a Diputados al
Congreso Nacional y al Parlamento Centroamericano y Candidatos a miembros de las
Corporaciones Municipales, deberán cumplir con la base del 30% como mínimo de
participación efectiva de la mujer. (Art. 99)
Partido Liberal  Incluye dentro de sus principios ideológicos la igualdad de oportunidades en el
Estatutos ejercicio de los derechos políticos, en la función pública, en el acceso al trabajo
productivo digno y en la generación y distribución de riqueza. Asimismo, gozan de
igualdad en el tratamiento social y en el disfrute de los servicios públicos (Principios
ideológicos)
 La Secretaría de La Mujer es parte de la estructura del Consejo Central Ejecutivo. (Art.
25)
 Las mujeres deben ser parte de la Asamblea de Participación Ciudadana. (Art.34)
 Incluye dentro de sus estatutos la obligación de que el partido apruebe y ejecute una
política de equidad de género; y la obligación de cumplir con las leyes y tratados
internacionales que establezcan medidas de discriminación positiva.
Partido Liberal  Para la Inscripción de los Movimientos Internos, se establece como requisito cumplir
Reglamento en las nóminas con la base del 30% como mínimo, para lograr la participación efectiva
interno de la mujer, aplicable a los cargos de dirección de partido, diputados propietarios y
suplentes, alcaldes, Vice Alcaldes y Regidores. (Art. 15)
 La Secretaría de la Mujer como parte del Consejo Central Ejecutivo. (Art.61)
 Se incluye, como condiciones reales para la democracia, la participación real y efectiva
de las mujeres en la política; la transformación de ideas, actitudes y comportamiento
que generen discriminación entre sus miembros; el establecimiento de estrategias,
mecanismos y acciones específicas para involucrar a más mujeres en la actividad
política de sus municipios y comunidades, incluyendo acciones positivas. (Art. 177)
 Creación de la Comisión de Equidad de Género del Partido Liberal, adscrita al Consejo
Central Ejecutivo, como una instancia para garantizar el cumplimiento de la Política de
Equidad de Género del Partido Liberal. (Art. 178)

34
DC  El Directorio Nacional es la autoridad del Partido que ejecuta y dirige las actividades
político-administrativas en el ámbito nacional y está constituido por: d) Un Vocal 4to.
Propietario, encargado(a) de los asuntos de la familia, juventud, y de las mujeres. (Art.
46)
 Son atribuciones del Vocal Cuarto Propietario. c) Mantener una permanente relación
con las organizaciones e instituciones que tratan asuntos sobre familia, juventud y
mujeres y conocer la problemática de estos sectores sociales con el propósito de
desarrollar estrategias y actividades que tiendan a su fortalecimiento. e) Promover la
organización de la Juventud y las Mujeres Demócratas Cristianas, y apoyar la
realización de sus actividades. (Art. 60)
 El Directorio Departamental es la autoridad del Partido en el departamento que
ejecuta y dirige las actividades político-administrativas y está constituido por: Un Vocal
Primero propietario encargado(a) de los asuntos obreros, campesinos, profesionales
familia, juventud y mujeres. (Art. 64)
 Atribuciones de los miembros del Directorio Departamental. Son atribuciones del
Vocal Primero Propietario: d) Mantener una relación permanente con los sectores
obreros y campesinos, profesionales, familia, juventud y mujeres en el departamento,
con el propósito de conocer la problemática de estos sectores y desarrollar estrategias
y acciones que los fortalezcan. e) Promover la organización del Frente Demócrata
Cristiano de Trabajadores, así como los grupos de la juventud, mujeres y profesionales
y apoyar la realización de sus actividades. (Art. 73).
 Directorio Municipal. El Directorio Municipal es la autoridad del Partido en el
municipio que ejecuta y dirige las actividades político-administrativas y está
constituido por: Un Vocal Primero propietario encargado(a) de los asuntos obreros,
campesinos, profesionales, familia, juventud y mujeres. (Art. 76)
 Son atribuciones del Vocal Primero Propietario. l) Mantener una relación permanente
con los sectores obreros, campesinos, profesionales, familia, juventud y mujeres, con
el propósito de conocer la problemática de estos sectores y desarrollar estrategias y
acciones que los fortalezcan. m) Promover la organización del Frente Demócrata
Cristiano de Trabajadores, así como los grupos de la juventud, mujeres y profesionales
y apoyar la realización de sus actividades. (Art. 84)
 Son Grupos Funcionales (…) Las Mujeres Demócratas Cristianas de Honduras (Art. 101)
PINU  El Partido garantiza la equidad de género mediante la libre participación de la mujer
en igualdad de oportunidades; de conformidad con la Ley, para ello, orienta sus
esfuerzos a la búsqueda de la participación efectiva de la mujer, y de su pleno derecho
a ser elegible para ocupar cargos en los organismos, autoridades y órganos del
Partido, candidaturas a cargo de elección popular y a integrar de los distintos órganos
del Estado.
 COMISIÓN NACIONAL DE EDUCACIÓN Y CAPACITACIÓN POLÍTICA: En la elaboración de
sus planes, procurará coordinar con las demás Comisiones Permanentes de Apoyo, en
temas transversales tales como: ecología y ambiente, juventud, género, etnias y otros.
(Art. 83.)
 La Comisión vigilará que la capacitación política permanente se oriente a preparar a
los miembros hombres y mujeres, no sólo para las contiendas electorales sino para su
participación activa en organizaciones e instituciones tanto públicas como privadas a
todo nivel. (Art. 84)
 COMISIÓN NACIONAL DE COMUNICACIÓN Y RELACIONES. Divulgar los Principios
Doctrinarios del Partido que se refieren a la equidad de género e igualdad de
oportunidades, con el fin de estimular la participación de la mujer hondureña, en las
actividades políticas y la búsqueda de posiciones en cargos de conducción y
representación del Partido. (Art. 91 Numeral c)
 Para su inscripción, ante la Directiva Central los movimientos internos deberán
presentar: c) Integrar en las planillas a cargos de elección popular como mínimo una
base de treinta por ciento (30%) de participación real y efectiva de mujeres. (Art. 112

35
Numeral c)
UD  Como atribución de la Asamblea Nacional, aprobar la política de equidad de género, y
velar por el cumplimiento de la representación paritaria de hombres y mujeres en
todos los órganos de dirección partidaria y en las candidaturas a cargos de elección
popular. (Art. 27 Numeral j)
 Inclusión en la Junta Directiva Nacional de la Secretaría de la Mujer (Art. 35 Numeral l)
 Atribuciones de la Secretaría de Organización, elaborar planes estratégicos que
garanticen las condiciones para la incorporación efectiva de las mujeres y los jóvenes a
las filas partidarias. (Art. 44 Numeral a)
 Atribuciones de la Secretaría de Formación, diseñar y ejecutar planes y proyectos
educativos y de formación tendientes a mejorar el nivel político, cultural y técnico de
los militantes del partido, en forma paritaria de hombres y mujeres, que potencien la
participación y capacitación política de las mujeres y los jóvenes; incluir en los Planes
de Estudio de las Escuelas de Formación la concepción de Equidad de Género;
incorporar en los planes de estudio el conocimiento de las leyes que protegen a las
mujeres y temas relacionados con la problemática de las mujeres. (Art. 45, Numerales
b), g) y h)
 Descripción detallada de las funciones de la Secretaría de la Mujer. (Art. 50)
 Inclusión en la estructura de Las Juntas Directivas Departamentales y Municipales de
una Secretaría de la Mujer. (Art. 52 y 56)
 El establecimiento de una cuota obligatoria de un 50% a cargos de dirección
partidaria, movimientos internos y planillas a cargos de elección popular. (Art. 105 y
120)

Al hacer un análisis conjunto, podemos observar que hay diferencias entre los estatutos de los
partidos en cuanto al contenido y los alcances de las medidas a implementar:

Contenido PN PL PDCH PINU UD


Referencia a instrumentos internacionales X
Se explica que es la equidad y la igualdad de género X X

Creación de un órgano específico para la atención de las X X X


necesidades de las mujeres
Descripción detallada de la funciones de la secretaría o X X
vocalía de la mujer
Aprobación de una política de equidad de género X X
dentro del partido
Participación de las mujeres en órganos de dirección X X X
dentro de los partidos
30% de mujeres en cargos de convencionales X X
30% de mujeres en comités departamentales X X
30% de mujeres en comités municipales X X
30% de mujeres en las planillas de las elecciones X X X X
internas
30% de mujeres en las planillas de las elecciones X X
generales
Partidas especificas para las mujeres X X
Lenguaje inclusivo X
Capacitación X X

Ahora bien, en el contenido textual de los estatutos, identificamos los siguientes problemas o
dificultades, además de las ausencias de contenidos identificados en el cuadro anterior:

36
Partido Contenido de los estatutos y reglamentos

Partido Nacional  En el Balance General de ingresos y egresos y si existen fondos suficientes, se crearán
partidas especiales con el propósito de impulsar la capacitación y formación de la
mujer nacionalista, así como para atender necesidades urgentes de personas de la
tercera edad que no estén afiliados a ningún sistema de previsión social y que hayan
prestado relevantes servicios al Partido, debidamente calificados por el Comité
Central. (Art. 74)
 Cuando se expresa en los presentes Estatutos los conceptos ciudadano, miembro,
afiliado, Director, Profesional, se debe entender que comprenden a hombre y mujer.
(Artículo 105)
Partido Liberal  Principios Organizativos del gobierno del partido: 7. Igualdad de Género. Es la
consideración de los comportamientos, aspiraciones y derechos igualitarios de las
mujeres y los hombres, sin estereotipos, prejuicios, roles rígidos, costumbres
ancestrales ni diferenciaciones en razón de sexo y de otras particularidades físicas o
psicológicas (Principios organizativos)
 Atribuciones de la Secretaría de la Mujer: Velar por la protección del Estado a la
familia, base de la sociedad, al matrimonio y a la maternidad, en forma tal que
permita una armonía y concienciación para vivir en paz. (Art. 89 Numeral 4)
 Propiciar la construcción de las capacidades creadoras de pensamiento-sentimiento
del principio femenino, que haga efectiva las ideas de justicia, equidad, igualdad y
libertad de manifestar sus necesidades, realidades y experiencias. (Art. 89 Numeral 8)
 Impulsar sistemáticamente la construcción de una cultura de la paz, que contribuya a
la solución de conflictos y a la no violencia en todas sus expresiones. (Art. 89 Numeral
10)
 El Partido Liberal debe promover un estilo de liderazgo que contribuya a la
conformación de una estructura política en igualdad de oportunidades, que conlleve la
conciliación de intereses y posiciones antagónicas de género, así como favorecer una
participación más equilibrada en la toma de decisiones de mujeres y hombres en las
cuestiones políticas. (Art. 177 Numeral 8)
PDCH  El Directorio Nacional es la autoridad del Partido que ejecuta y dirige las actividades
político-administrativas en el ámbito nacional, y está integrada… d) Un Vocal 4to.
Propietario, encargado(a) de los asuntos de la familia, juventud, y de las mujeres
 Dentro de los Directorios Departamentales y Municipales, se incluye la atención de los
problemas específicos de las mujeres en un Vocal Primero propietario encargado(a) de
los asuntos obreros, campesinos, profesionales familia, juventud y mujeres. (Art. 60 y
Art. 76).
UD  En la Comisión de la Mujer y Juventud, a nivel nacional, departamental y municipal, se
diluyen los intereses específicos de las mujeres. (Art. 83)
 Se especifica que se deben asegurar los recursos necesarios para la implementación
de la Política de Equidad de Género.
 “Por esta única vez y en los casos debidamente comprobados donde no se logre
completar la integración de las mujeres en un mínimo del 50%, se aplicara lo
establecido en la Ley Electoral y de las Organizaciones Políticas vigente”. (Art. 147)

Al hacer un análisis del contenido de los estatutos, se observa que:

 En líneas generales, uno de los problemas que se presentan es que no hay una unificación de
criterios en cuanto a los contenidos, alcances y medidas estipuladas en los estatutos para el
avance de los derechos de las mujeres. Así, vemos que el partido cuyos estatutos contemplan
más acciones a favor de las mujeres es Unificación Democrática, seguido por el Partido
Nacional. Llama la atención que la Democracia Cristiana no incluye dentro de sus estatutos
medidas de este tipo, y que en los estatutos del PINU son muy pocas las medidas incluidas.

37
También es de hacer notar que solo el PN y la UD contienen medidas específica sobre la
asignación de recursos a las mujeres; y que solo el PINU y la DC mencionan la capacitación
como una estrategia a realizar.

 Algunos partidos, como el PN, establecen que se asignaran fondos para las mujeres solo en
caso de que haya recursos disponibles dentro del partido. El demás partidos, o sólo lo
mencionan de forma superficial, u omiten disposiciones de este tipo en sus estatutos. A lo
largo de todo este documento hemos insistido que las desigualdades entre las mujeres y
hombres en cuanto a recursos, propiedades, trabajo, salarios, etc., es un obstáculo grande
que se enfrenta para lograr que sean incluidas en cargos con posibilidades de elección. Por lo
tanto, el contenido de este artículo constituye una limitación para hacer efectivos los
derechos de las mujeres.

 No se utiliza un lenguaje inclusivo en todos los estatutos.

 En algunos estatutos, como en el del PL, PDCH y UD se diluye la atención de los problemas
específicos de las mujeres en los de otros grupos “vulnerables”, como los niños, tercera edad,
personas con discapacidad, etc.

 El contenido de los estatutos del PL evidencia como continúan prevaleciendo estereotipos y


normas conservadoras sobre las funciones que deben cumplir las mujeres dentro de los
partidos políticos, por ejemplo, al declarar que son funciones de la Secretaria de la mujer
velar por la protección de la familia, el matrimonio y la maternidad. Igual sucede con
disposiciones literales de los estatutos de este partido cuando se incluyen frases como las
mujeres como “creadoras de pensamiento-sentimiento del principio femenino”. En los
capítulos anteriores de esta investigación, expusimos que uno de los argumentos utilizados
para negar los derechos de las mujeres fue la vinculación de la feminidad con la naturaleza,
con la emotividad y la irracionalidad. Es necesario eliminar este tipo de contenidos sexistas de
los estatutos, como uno de los primeros pasos que se deben tomar para lograr un cambio en
las mentalidades y concepciones dentro de los partidos políticos.

 También en los estatutos del PL, se incluyen disposiciones que afirman que se deben
implementar medidas que permitan “la conciliación de intereses y posiciones antagónicas de
género”; pero este tipo de afirmaciones refuerzan concepciones sobre el feminismo desde las
que se sostiene que su fin es separar la sociedad o provocar conflictos entre las mujeres y los
hombres, cuando en realidad, lo que busca el feminismo como teoría y práctica política es
igualdad entre los géneros.

 Los estatutos de la UD, aunque son de los más completos en términos de contenido y
derechos, tienen disposiciones que contradicen las medidas de discriminación positiva
estipuladas; como cuando establece que en los casos en que no se logre la integración de las
mujeres en las planillas en un porcentaje de un 50%, se puede aplicar el contenido de la
LOAT, que es de un 30%. Es decir, se establecen opciones o vías para violentar los principios
mismos de sus estatutos.

 Solo los estatutos de la UD y el PL incluyen la obligatoriedad de aprobar una política de


género. En el caso de la UD, se específica además que las corrientes internas del partido están

38
obligadas a presentar una propuesta de trabajo paritaria, incorporando una política de
equidad de género y de participación de la juventud.

2. Las políticas de equidad de género de los partidos políticos

Las políticas de género en los partidos políticos son los mecanismos mediante los cuales se
reglamenta las disposiciones de las leyes y los estatutos, se amplían sus contenidos, y se establecen
las estrategias o medidas a adoptar para lograr su cumplimiento. Una investigación realizada por el
Centro de Estudios de la Mujer de Honduras (CEM-H), y el Centro de Derechos de Mujeres, analiza los
contenidos de estas políticas24:

Partido Contenidos de las Políticas de Equidad de Género

Partido Nacional Objetivos:


 Propiciar facilidades para el desarrollo de las capacidades de mujeres y hombres para
el ejercicio pleno y consciente de su ciudadanía.
 Diseñar y perfilar campañas que brinden condiciones que promuevan y faciliten la
participación protagónica y digna de las mujeres.
 Promocionar la imagen de mujeres políticas, asociadas a prácticas de búsqueda de
equidad e igualdad.
 Promover una conciencia dentro de los y las electoras, que admitan y valoren las
candidaturas de mujeres.
 Abrir espacios de poder para que la mujer tenga acceso a un 50% a los cargos
directivos y de elección popular en el Partido Nacional.
 Integrar planillas con ciudadanas que reúnan los requisitos establecidos en los
Estatutos.
 Exigir al interior de cada partido una aportación o asignación presupuestaria para el
trabajo con la mujer.
 Garantizar el acceso equitativo de las mujeres a las instancias de toma de decisiones,
espacios de poder en las estructuras partidarias, especialmente en los órganos de
representación y dirección política.
Objetivos específicos
 Eliminar toda forma de marginación y discriminación que impidan que la mujer
participe en política partidaria y tenga acceso a la igualdad de oportunidades, en
especial en los espacios de poder de la estructura partidaria y cargos de elección
popular”.
 Que se adopten acciones para promover una mayor participación numérica de la
mujer, y que las autoridades del partido incluyan a las mujeres en posiciones de
liderazgo, “asegurando que en las elecciones generales e in ternas la mujer tenga
asegurada su inclusión en un número significativo.
Estrategias
 Que el Comité de la Mujer sea reconocido e incorporado por la magna Convención
como órgano permanente, político, organizativo y de vigilancia, para que de esa
manera se asegure la equidad de género.
 Que se asigne el 30% de los recursos de la deuda política para la capacitación a la
mujer, en especial durante las campañas electorales internas y generales, asegurando
el empoderamiento de las mujeres; asignar un presupuesto para financiar los planes
de acción sobre la equidad.
24
Centro de Derechos de Mujeres (CDM), y Centro de Estudios de la Mujer (CEM-H). Fortaleciendo el Liderazgo
de las mujeres en el espacio público. Dos experiencias de sistematización. (Tegucigalpa, Comunica, 2009) Pp. 23-
30.

39
 Realizar estudios para identificar las barreras que limitan la participación de la mujer
en la política.
 Crear conciencia en el electorado sobre la participación de la mujer como candidatas y
líderes del partido a través de los medios de comunicación.
 Establecer como “norma de inscripción en las planillas el 50% como mínimo de
participación de mujeres en puestos de dirección.

Partido Liberal  La PEG se fundamenta en la Constitución de la República, en la Ley de Igualdad de


(2004) Oportunidades para la Mujer, en la LEOP y en sus documentos internos.
 Objetivo: crear las condiciones para promover la efectiva participación pública de las
mujeres hondureñas en general y las libertades particulares, para el fortalecimiento
del proceso democrático del país, tendente a lograr la igualdad de oportunidades
entre mujeres y hombres”
 Estrategias
 Incorporar a las mujeres en todas las estructuras del partido y del gobierno, en
consecuencia su objetivo es darle a la militancia femenina los espacios de poder a que
tienen derecho y que puedan incidir en las decisiones de tal naturaleza”.
 Fortalecer las Secretarías de Asuntos Femeninos y Sociales, asignándoles los recursos
presupuestarios necesarios para la realización de jornadas de trabajo con el objetivo
de organizar a las mujeres.
 Asignar presupuesto para cubrir eventos de capacitación a nivel nacional,
departamental y municipal.
 Establecimiento de una cuota del cincuenta por ciento (50%) de participación…” en los
cargos de elección popular, tal como lo establece el artículo 105 de la LEOP. Este
porcentaje del 50% se aplicaría en los procesos electora- les posteriores al año 2005 y
es obligatorio también para todos los niveles electivos y los procesos electorales
internos y primarios; el mismo porcentaje se aplica para los delegados propietarios y
suplentes a la convención nacional del partido.
PDCH  En ella se establece que se considera la participación activa y en igualdad de
(2007) condiciones de oportunidades de mujeres y de hombres como una responsabilidad y
un deber, en cumplimiento del marco legal internacional, como la Convención sobre la
Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, la Constitución de
la República, la Ley de Igualdad de Oportunidades para la Mujer, la Ley Electoral y de
las Organizaciones Políticas, además de su Ideario y sus Estatutos.
 Se establece la incorporación del enfoque de género como un principio del partido:
“Por cuanto el hombre y la mujer son iguales en derechos y obligaciones… los
derechos de la mujer y su promoción e igualdad de condiciones con el hombre es una
cuestión de principios que se deriva de nuestra Doctrina e Ideología y, en tal sentido,
plantea su Política de Equidad de Género”.
 Objetivo de la PEG: “lograr la participación efectiva y equitativa de mujeres y hombres
en todos los cargos de elección popular y en las estructuras internas del Partido
Demócrata Cristiano de Honduras: Directorio Nacional, Departamental y Municipal; en
la Comisión Política y en el Comité Disciplinario.
 Estrategias: designar una partida presupuestaria del presupuesto de ingresos del
PDCH, que será utilizada para la ejecución y seguimiento de la PEG”. y la creación de la
Secretaría de Equidad de Género, cuya función es garantizar la ejecución de la PEG.

40
PINU No ha aprobado una Política de Equidad de Género, sin embargo, presentó un informe
ante el TSE en agosto del 2004, donde se menciona que entre las reformas que se le van a
efectuar a los estatutos de su partido, se incluyen las siguientes relacionadas con la
participación política de las mujeres:

 Destinar un 20% de la deuda política del partido para promover la participación


política de las mujeres.
 Identificar las razones de la poca participación de las mujeres para impulsar acciones
que permitan mayor participación de las mismas en los cargos de elección con
“igualdad de oportunidades en las contiendas electorales”.
 Establecer mecanismos para que en las planillas de las estructuras partidarias y de
elección popular se incluya el 50% de mujeres como candidatas.
 Desarrollar un programa integral de capacitación sobre derechos de las mujeres y
desarrollo nacional.
 Elaborar planes permanentes de capacitación política, a fin de “no sólo preparar a la
mujer para las contiendas electorales, sino para su participación activa en
organizaciones, tanto públicas como privadas, a nivel local, departamental o
nacional”.
UD  Se incluye el enfoque de género en todo su contenido.
 Se incorpora el principio de equidad e igualdad.
 Se supera el 30% establecido en la Ley de Igualdad de Oportunidades y se aprueba el
50% para las mujeres en los cargos de elección popular y de dirección partidaria.
 Se crea la Secretaría de la Mujer en todas las estructuras de conducción partidaria, a
nivel nacional, departamental y municipal.
 Se plantea la participación igualitaria de hombres y mujeres en las actividades de
formación política a nivel nacional e internacional.
 Se establece la creación de una partida presupuestaria para financiar las actividades
realizadas por las mujeres.
 Se debe de incluir el enfoque de género en las jornadas educativas de la Escuela de
Formación Política Dionisio de Herrera.

Como se observa en este cuadro, en las PEGs se amplían los derechos establecidos en estas leyes y
estatutos, como es el caso por ejemplo de la consignación de un 50% de la cuota de participación de
las mujeres en los cargos de representación popular, salvo en el caso de la PDCH, donde no se incluye
ninguna disposición al respecto. En las políticas de género también se le da fuerza a la capacitación y
educación política de las mujeres como una estrategia para su empoderamiento y para lograr el
incremento de su participación en las estructuras de los partidos políticos. Es importante también
mencionar que en las PEGs se establecen mecanismos para la asignación equitativa de recursos
financieros para las mujeres, aunque hay diferencias entre los partidos. El PN establece un 30% de los
recursos del partido para la capacitación de las mujeres; el PINU un 20%, y en los demás partidos no
se especifican los montos.

También, en las políticas se suplen omisiones de los estatutos, como la obligación de crear
estructuras dentro de los partidos políticos que impulsen las PEG. Esto se observa por ejemplo en el
caso de la PDCH, donde en la PEG se establece la creación de una Secretaría de la Mujer, aspecto que
no estaba contemplado en los estatutos. El PINU no menciona la creación de este tipo de órganos al
interior de su partido. Es más, en una entrevista realizada al Director Técnico de este partido, en el
2009, el menciona que “La actual dirección del partido asumió a las mujeres como tema prioritario,
pero se dio cuenta que esas estructuras no iban a impulsar el trabajo específico con las mujeres. Por
eso se creó una instancia especializada electoral, la Comisión Nacional de Estrategia Electoral” 25. Esta
25
Centro de Derechos de Mujeres (CDM), y Centro de Estudios de la Mujer (CEM-H). Fortaleciendo el Liderazgo
de las mujeres en el espacio público… Pp. 29.

41
opinión deja ver las grandes limitaciones a las que se enfrentan las mujeres para lograr el
reconocimiento de la necesidad de crear instancias y organismos específicos que las representen, y
que luchen por sus derechos.

En cuanto a los mecanismos de elaboración de las políticas de género de los partidos, dos de las
entrevistadas mencionaron que la aprobación de este mecanismo se dio por la necesidad de lograr el
acceso de las mujeres a los recursos económicos. Todas las entrevistadas respondieron que se habían
elaborado a través de un proceso participativo con mujeres de diferentes regiones, pero las de la UD
mencionan que fue muy importante para su aprobación el trabajo de las directivas y de las dirigencias
partidarias masculinas. Es decir, que en el caso de Honduras, se logró la aprobación de estas políticas
mediante una estrategia combinada de participación de las mujeres y de incidencia política de las
dirigencias partidarias. Las de la UD también mencionaron que la política de género de su partido se
estructuró orientando sus contenidos a los de la Política Nacional de la Mujer, con un eje más que es
el de fortalecimiento institucional, aparte del eje de salud y educación economía, participación
violencia, ambiente, y todo lo que tiene que ver con la participación política de la mujer es diferente a
la política nacional de la mujer.

Las entrevistas dejan ver el grado de apropiación de las mujeres de los contenidos de los estatutos y
de las políticas de género. Las mujeres de la UD son las que más conocen y se han apropiado de esta
política. Solo ellas mencionan más de una de las estrategias u objetivos de las PEG de sus partidos
políticos. Las de los partidos mayoritarios, el PL y el PN, manifestaron un evidente desconocimiento
de estos mecanismos, como queda claro en la respuesta dada por una de ellas ante la pregunta de si
en su partido existía una política de género:

“Política siempre va a haber y las reglas de género también, cuando una está metida en lo
que es la política en sí, uno trabaja, sabemos en género lo que es la mujer, la juventud pero
uno tiene una particularidad como mujer y es que cabe donde sea”. (Brenda Mercedes Flores
Serrano, PL)

Hay que mencionar también que la PEG de la UD es la única que menciona lo relacionado con el
“finiquito social”, que consiste en que no se permita la participación a cargos de elección popular de
candidatos que tiene denuncias por violencia doméstica. Sin duda, esta disposición constituye un
avance en el reconocimiento de los derechos de las mujeres, y en el reconocimiento de que la
violencia y el acoso sexual son obstáculos graves en la carrera política de las mujeres dentro de los
partidos políticos. Se debe trabajar para que los demás partidos políticos incluyan este tipo de
disposiciones en sus estatutos, reglamentos y políticas de género.

42
3. La creación de mecanismos para la igualdad de género: las vocalías o secretarías de la
mujer

Tres de los cinco partidos cuentan con órganos específicos para lograr la incorporación del enfoque
de género en el quehacer político-partidista (El PN cuenta con una Vocalía de la Mujer, el PL, el PDCH
y la UD con una Secretaría de la Mujer).

El PINU no incluye la creación de una secretaría de la mujer ni en los estatutos ni en la PEG, sólo
contempla que la Comisión Nacional de Educación y Capacitación Política se encargue, entre otros
asuntos, de todo lo que tiene que ver con ecología y ambiente, juventud, género, etnias y otros.

4. Planes estratégicos partidarios

Según las entrevistas, todos los planes estratégicos aprobados por sus partidos tienen medidas a
favor de las mujeres. Sin embargo, al igual que sucede con lo relacionado a los estatutos y las políticas
de equidad de género, sólo las de la UD conocen su contenido. Ellas mencionan que dentro de su plan
estratégico se incluyen medidas como fortalecer la equidad de género, el finiquito social, la
realización de asambleas especificas de mujeres, acciones de socialización de la política de género del
partido, la formación de estructuras específicas de mujeres en todos los departamentos, el
fortalecimiento una escuela política de equidad de género y la apertura de centros de cuidado infantil
o guarderías. Es necesario resaltar que este es el único partido que cuenta con este tipo de
disposiciones dentro de sus planes estratégicos.

Otra de las entrevistadas que también mencionó que dentro de los planes estratégicos de los partidos
se incluyen medidas a favor de las mujeres es Doris Elena Gutiérrez, ex integrante de la UD, que
participó en las elecciones generales a través de una candidatura independiente. Ella afirma que en el
movimiento del que ella forma parte, el movimiento “Lucha con Dignidad”, se incluyen, dentro del
plan operativo, que el 60% de las planillas es para mujeres, y que en el comité de apoyo el 80% son
mujeres.

5. Mecanismos de escogencia de autoridades al interior de los partidos

Todos los partidos políticos contemplan en los estatutos o en sus políticas de género medidas para
lograr la paridad en la participación de las mujeres en los organismos de dirección de los partidos, de
acuerdo con lo dispuesto en la LIOM y la LEOP sobre las cuotas de participación para las mujeres.

En el PN, esta cuota es del 50%, de acuerdo con los estatutos y la PEG. En el PL, la cuota es también
de un 50%, aunque sólo se menciona que esta disposición es aplicable a la Convención Nacional. El
PINU también establece un 50% para todos los órganos de dirección, al igual que la UD. Solo el PDCH
no establece ninguna disposición de este tipo.

Aunque según las leyes electorales y los estatutos de los partidos políticos la escogencia de las
autoridades de los partidos se debe dar a través de mecanismos democráticos y respetando las
cuotas de paridad establecidas, en todos los niveles (local y nacional); en la práctica las autoridades se
escogen a través de alianzas entre los lideres hombres de los partidos y mediante el clientelismo y la

43
“compra” de puestos. Dado que las mujeres tienen menos poder dentro de los partidos, tienen
menos posibilidades de ocupar puestos de dirección.

Al hacer un análisis de las estadísticas disponibles sobre la participación de las mujeres en los órganos
de dirección dentro de los partidos políticos, que corresponden al partido Liberal y al Partido
Nacional26, se observa que en el PL, el Consejo Central Ejecutivo, que es máximo órgano de dirección
de este partido, está compuesto en un 33.3% por mujeres. Pero ninguna mujer ocupa uno de los tres
cargos más importantes del Consejo, como la presidencia, la vicepresidencia o la secretaría general.
Las mujeres ocupan cargos como la Secretarías de Formación Política, Relaciones Internacionales,
Promoción Institucional, Mujer, y dos suplencias. En el Partido Nacional hay más participación de las
mujeres, ya que un 52% de las y los miembros del Comité Central son mujeres, aunque sólo hay una
mujer ocupando un cargo importante (la prosecretaria) 27.

En cuanto a las asambleas generales o convenciones, que son también instancias de decisión dentro
de los partidos, en el PL sólo un 11.5% de los convencionales propietarios son mujeres, y un 21.3% de
las suplencias están ocupadas por una mujer. En el PN, un 26.4% son propietarias, y un 67.7% son
suplentes. En el PN hay paridad en los demás órganos de dirección: un 52% de las y los integrantes de
la Comisión Política son mujeres, y un 51% del Tribunal de Justicia Partidaria.

Al analizar los datos de los Comités Departamentales, se observa que en el PL un 33.7% de las
personas que los conforman son mujeres. Más de la mitad de los departamentos tienen un
porcentaje igual o mayor al 50% de participación de las mujeres. Sin embargo, el promedio de
mujeres que ocupan cargos directivos dentro de los comités departamentales es de un 3.4%. Este
porcentaje tan bajo se debe a que hay 11 departamentos en los que ninguna mujer ocupa un puesto
directivo. Los departamentos que tienen más mujeres en puestos directivos son Atlántida (18.8%), y
la Paz (12.5%)

Gráfica N° 1. Participación de las mujeres en


Comités Departamentales Partido Liberal (2009)
100%
90% 17% 22% 22%
80%
70%
60%
50% Mujeres
40% 83% 78% 78% Hombres
30%
20%
10%
0%
Presidencia Vicepresidencia Secretarias
Fuente: Base de datos del Partido Liberal, 2010

En el PN, un 40% de las personas que son parte de los comités departamentales son mujeres. Se
observa también que un 76.9% de los comités departamentales tienen un porcentaje de participación
26
Solamente se analizan los datos de estos partidos porque fueron los únicos disponibles.
27
Los datos se obtuvieron de la página web del Partido Liberal: www.partidoliberaldehonduras.hn; y de la
pagina web del Partido Nacional www.partidoliberaldehonduras.hn.

44
femenina entre el 30% y el 50%. Pero al igual que pasa en el PL, solo un 21% de los puestos directivos
son ocupados por mujeres, siendo mayoritaria la dirección de las mujeres en las secretarías. La
distribución de los cargos es la siguiente:

Gráfica N° 2. Participación de las mujeres en


Comités Departamentales Partido Nacional (2009)
100% 8% 7%
90%
80%
70% 54%
60%
50% 92% 93% Mujeres
40% Hombres
30%
20% 46%
10%
0%
Presidencia Vicepresidencia Secretarias
Fuente: Base de datos del Partido Nacional, 2010

La participación de las mujeres en los concejos municipales aumenta, en comparación con la


participación en los comités departamentales. En el PL, la participación de las mujeres en estas
instancias alcanza a un 39.9%; y un 58% de los municipios tienen un porcentaje de participación
femenina entre el 30% y el 50%.

Gráfica N° 3. Participación de las mujeres en


Consejos Municipales Partido Liberal (2009)

25% 17%

Menos de un 30%
Entre un 30% y un 50%
Más de un 50%

58%

Fuente: Base de datos del Partido Liberal, 2010

El departamento que tiene un mayor número de mujeres en los consejos municipales es Islas de la
Bahía, con un 54.7%, seguido por Yoro (48.8%) y Francisco Morazán (45.1).

También mejora la participación de las mujeres en puestos de dirección en los consejos municipales,
ya que alcanza un 63.7%. Sin embargo, se observa que la mayoría de las mujeres ocupan cargos en las
secretarias:
Gráfica N° 4. Participación de las mujeres en Puestos de dirección en los
Consejos Municipales Partido Liberal (2009)

45
100%
12%
90% 24%
80% 45%
70%
60%
50% Mujeres
88%
40% 76% Hombres
30% 55%
20%
10%
0%
Presidencia Vicepresidencia Secretarias
Fuente: Base de datos del Partido Liberal, 2010

Solo 35 de los 299 municipios tienen una mujer en la presidencia, y solo 70 de los 299 municipios
tienen una mujer en la vicepresidencia. Un 36.3% de los municipios (3 de cada 10) no tienen ninguna
mujer en un cargo directivo.

Al hacer un análisis de la participación de las mujeres en los consejos municipales del PL pero por
departamentos, vemos que Islas de la Bahía es el departamento que tiene una mayor participación de
las mujeres en los consejos municipales, con un 54.7% del total, seguido por Yoro (48.8%), y por
Comayagua, con un 45.2%.

En cuanto al Partido Nacional, la participación de las mujeres en los concejos municipales es de un


45.3%, superior en 7 puntos al PL. La mitad de los municipios tienen un porcentaje de participación
femenina igual o superior al 50%, y un 36.4% mayor al 75%.

Gráfica N° 5. Participación de las mujeres en los


Consejos Municipales Partido Nacional (2009)

13%
36%
Menos de un 30%
Entre un 30% y un 50%
Más de un 50%

51%

Fuente: Base de datos del Partido Nacional, 2010

El departamento que tiene un mayor número de mujeres participando en los Consejos Municipales es
Islas de la Bahía, con un 60%, seguido por Colón (56.36%), y Copán, La Paz y Lempira, con un 50%
respectivamente.

Al analizar los datos sobre los puestos directivos dentro de los consejos municipales ocupados por
mujeres, resulta que la participación alcanza un 32.5%.
Gráfica N° 6. Participación de las mujeres en Puestos de dirección en los
Consejos Municipales Partido Nacional (2009)

46
100%
90% 18%
32%
80%
50%
70%
60%
50% Mujeres
40% 82% Hombres
68%
30%
50%
20%
10%
0%
Presidencia Vicepresidencia Secretarias
Fuente: Base de datos del Partido Nacional, 2010

47 de los 299 municipios tienen una mujer en la presidencia, 92 tienen una mujer en la
vicepresidencia, y 156 tienen una mujer en la secretaría, un poco más de la mitad.

El hecho de que en ambos partidos las mujeres ocupen preferentemente los cargos de secretarías
ejemplifica como dentro de los partidos políticos se reproducen los roles tradicionalmente asignados
a las mujeres. Desde siempre, se ha considerado que por sus “cualidades” las mujeres son buenas
para este tipo de cargos, y no para cargos de dirección como las presidencias o vicepresidencias.

Todas las mujeres entrevistadas han ocupado cargos directivos dentro de su partido. Esto significa
que no sólo han decidido pertenecer a estos espacios, han luchado por tener puestos estratégicos y
de dirección. Sin embargo, solo una de ellas ha sido coordinadora dentro de su partido. Las demás
han sido presidentas de juntas directivas o secretarias, puesto que generalmente se asigna a las
mujeres. Es preocupante también que de todas ellas, sólo cuatro ocupen en la actualidad algún cargo
dentro de su partido. Una de ellas no especificó qué cargo, otra ocupa la vicepresidencia alterna de su
partido, y otra el cargo de presidenta de la Secretaría de la Mujer. Una de ellas es miembra de la
comisión Política Nacional y Presidenta Departamental de Cortés. El que no logren mantenerse en
puestos de dirección, sin duda, tiene que ver con el hecho de que los partidos políticos son
estructuras que no promueven la participación de las mujeres en puestos de dirección.

6. Recursos de campaña para las mujeres

Todos los partidos políticos tienen disposiciones con respecto a la asignación presupuestaria a las
comisiones, vocalías o secretarías de mujeres, y a recursos para la capacitación de las mujeres, pero
hay diferencias en cuanto a la asignación de porcentajes para estos trabajos.

El PN y el PDCH establecen claramente una cuota del 30% y 20%, respectivamente, para las
actividades de capacitación de las mujeres. EL PINU, consiga que un 20% de la deuda pública de su
partido se debe destinar a actividades relacionadas con la participación de las mujeres. Los demás
partidos políticos (PL, PN y la UD), no establecen porcentajes fijos para estas actividades. Sin
embargo, esta obligación no la cumple ninguno de los partidos políticos.

La poca participación de las mujeres en el manejo de los fondos de los partidos políticos se evidencia
también en el hecho que muy pocas de las mujeres entrevistadas saben a cuánto asciende la deuda

47
pública de sus partidos. También, y de acuerdo con las respuestas de las entrevistas, sólo la UD tiene
una política para asignación de fondos a las candidatas de su partido. El mecanismo es la priorización
de candidaturas importantes y la asignación de un 50% o un 30% de los recursos para ellas, aunque
manifiestan que no siempre se realiza este procedimiento.

En los partidos grandes, como el PL, no hay mecanismos para la asignación de fondos a las mujeres,
ya que los recursos se obtienen de aportaciones personales de sus miembras y miembros. La del PN
fue clara al manifestar que cada candidata o candidato debe financiarse su propia campaña:

“Si uno quiere participar en un cargo de elección popular allí no andan viendo cuáles son sus
prioridades económicas, usted debe tener una trayectoria política y por supuesto un fondo
para poder llevar su campaña política, no se la van a dar. Yo me costee mi campaña política”.

Como se mencionó en uno de los capítulos anteriores de este documento, por su pobreza muchas
mujeres no pueden financiarse las campañas políticas, no pueden pagar espacios de campaña en los
medios de comunicación, realizar actos propagandísticos, etc.; con lo que quedan excluidas de la
posibilidad de llegar a ocupar puestos dentro del gobierno.

48
CAPITULO IV
La participación política de las mujeres en los procesos electorales

1. La política formal y organizaciones feministas y de mujeres. La incidencia política, sus


fines, objetivos y limitaciones

Una definición acotada del concepto de participación política hace referencia al acceso a los sistemas
de representación, y al derecho de las personas a elegir y a ser elegidas mediante el voto y a acceder
a cargos de toma de decisiones en los diferentes órganos de gobierno y de las instituciones públicas
por mecanismos legítimamente establecidos 28. Pero en América Latina, los mecanismos formales y las
reglas de participación política son definidos y dominados por las élites en el poder, por lo que se han
buscado conceptos y estrategias de participación política que vayan más allá de la democracia formal
o electoral.

Las feministas le han dado mucha importancia a temas como la definición de estrategias para
participar en el mundo público, el papel de los movimientos de mujeres en este proceso y la
importancia del trabajo dirigido hacia el Estado 29. Esto ha dado lugar a una postura ampliamente
aceptada dentro del feminismo: que la ciudadanía debe ser analizada no sólo en términos del Estado,
sino desde múltiples ciudadanías formales e informales. Se afirma que la ciudadanía sólo concebida
como derechos y limitada a los procesos electorales es una ciudadanía empobrecida, por lo que es
necesario una concepción más sustantiva y fuerte de ciudadanía, más participativa y más responsable
socialmente; es decir, una ciudadanía social vinculada a la participación en los ámbitos comunitarios.
Otro de los conceptos que permite entender mejor este argumento es de la “democratización de la
vida cotidiana”, que hace referencia a las múltiples experiencias de participación política y
manifestaciones ciudadanas de las mujeres que se construyen en la vida cotidiana, y que comprende
ámbitos como la comunidad, la vecindad, le escuela, la familia, etc.; cuyos campos de autonomía
entre unos y otros no están claramente demarcados” 30.

Por esta razón, desde el feminismo se propone que la construcción de la ciudadanía de las mujeres
pasa necesariamente por la organización de grupos y redes sociales, que cumplen con una doble
función: generar una conciencia en las mujeres que les permita cambios en su subjetividad, y en las
identidades individuales y colectivas; y lograr su empoderamiento, entendido como el control sobre
los recursos (físicos, humanos, intelectuales, financieros y de su propio ser) y control sobre la
ideología (creencias, valores y actitudes) 31. El empoderamiento es visibilizado como una de las
estrategias más eficaces para la lucha contra la subordinación genérica y la pobreza en las mujeres 32.
El empoderamiento y ejercicio de la ciudadanía social supone que para el mejor desarrollo y eficiencia
28
Claudia Ranaboldo y Yolanda Solana. Desigualdad de género en la participación política de las mujeres en
América Latina y el Caribe. (Chile, Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural, 2008). Pp. 17.
29
Line Barreiro y Jean Clough-Riquelme. “Nuevas voceras de la ciudadanía plena”, en Ivonne Sui Bermúdez,
Wim Dierckxens y Laura Guzmán (comp.) Antología Latinoamericana y del Caribe. Mujer y género. Período 80-
90, Tomo II. (Managua, Editorial Universidad Centroamericana de Nicaragua (UCA), 1999) Pp. 302.
30
Mirna Flores. “Participación ciudadana, democracia cotidiana y cultura política”, en Taller: “Mujeres,
participación política y ciudadanía”. (Costa Rica, Universidad de Costa Rica (UCR), 1996). Pp. 34.
31
Batliwala, citada por Gita Sen. “El empoderamiento como un enfoque a la pobreza”, en Irma Arriagada y
Carmen Torres (edit.) Género y Pobreza. Nuevas dimensiones. (Chile, Isis Internacional, 1998). Pp. 122.
32
Elsa Moreno. “Los retos de la participación política de las mujeres en Centroamérica. De cara al nuevo
milenio”; en Linda Berrot (comp.) Las mujeres y el poder. (Costa Rica, Editorial Mujeres, 1997). Pp. 14.

49
de los programas dirigidos hacia las mujeres y otros grupos (etnias, clases, castas), se requiere
comprometer en la elaboración y ejecución de los programas a los propios afectados, fortaleciendo
sus capacidades por medio de la organización, el aumento de la autoestima, el acceso a recursos
materiales y la ampliación de la ciudadanía” 33.

La organización de las mujeres también cumple otro fin: lograr que las mujeres adquieran las
destrezas y capacidades necesarias para poder realizar “incidencia política” hacia el estado. El
concepto de incidencia política hace referencia a la capacidad de influencia de un grupo organizado,
tanto en la sociedad civil como en el Estado, dirigida a influir en aquellos que toman decisiones sobre
políticas mediante la elaboración y presentación de propuestas que brinden soluciones efectivas a los
problemas de la ciudadanía, con la finalidad de lograr cambios específicos en el ámbito público que
beneficien a amplios sectores de la población o a sectores más específicos involucrados en el
proceso34. Desde el feminismo, este concepto implica una relación e interacción permanente entre la
sociedad civil y el Estado, es un ejercicio de democracia real que promueve una cultura política más
transparente y que debe transformar las relaciones de poder entre las instituciones del Estado y la
ciudadanía hacia un modelo más democrático 35.

Es por estas razones que para el feminismo la consolidación de las organizaciones de mujeres, que
tengan claridad y firmeza en el discurso y práctica feminista, y con capacidad de incidencia política, se
ha convertido en una de las estrategias más importantes para lograr cambios a favor de las mujeres.
Pero como el pensamiento feminista es un pensamiento diverso y múltiple, también se han generado
posiciones opuestas, que sostienen que la participación ciudadana y la incidencia política no son
estrategias adecuadas para lograr cambios en la vida de las mujeres, dado el carácter neoliberal y
excluyente de los estados y su proyecto democrático 36. Otras feministas también afirman que el
excesivo énfasis en la incidencia política hacia el Estado puede traer como consecuencia la
despolitización del movimiento o impedir la construcción de los movimientos de mujeres como un
sujeto social autónomo y confrontativo37. Sin embargo, y sobre todo en las últimas décadas, se ha
llegado a cierto consenso de que esta estrategia puede resultar muy útil para lograr cambios a favor
de las mujeres. Esto ha hecho que la búsqueda de medidas afirmativas, como las leyes de cuotas,
haya ido cobrando cada vez más fuerza en la región.

Las leyes de cuotas se tratan de medidas tendientes a compensar discriminaciones históricas hacia las
mujeres, es decir, pérdida o menoscabo de derechos; y son parte de las denominadas “acción positiva
o medidas especiales de carácter temporal”, como las denomina la Convención Sobre la Eliminación
de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer o CEDAW. Estas medidas están destinadas a
conseguir la igualdad real o efectiva mediante fórmulas de desigualdad normativa que tratan de

33
Irma Arriaga. “Introducción”, en Irma Arriagada y Carmen Torres (edit.) Género y Pobreza. Nuevas
dimensiones… pp. 12.
34
Jorge Rodriguez Sosa. Manual de Incidencia Política. (Perú, Proyecto Participa Perú, 2003). Pp. 12.
35
Instituto de estudios sobre desarrollo y cooperación internacional. Incidencia política y participación
ciudadana de las mujeres: reflexiones en clave feminista. (Madrid, Hegoa/ACSUR Las Segovias, S/F). Pp. 16.
36
Mirta Kennedy. “Movimiento feminista y participación política en Honduras”, en Linda Berrot (comp.) Las
mujeres y el Poder… Pp. 293.
37
Ana Leticia Aguilar. “El movimiento feminista y el enfoque de género en las instituciones nacionales e
internacionales”. Balances y desafíos; en Edda Gaviola Artigas, Lissette Gonzales Martínez (comp.) Feminismos
en América Latina. (Guatemala, Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, 2001). Pp. 89.

50
eliminar las consecuencias desfavorables de la existencia de diferencias de hecho 38. Entre otras,
incluyen el establecimiento de un porcentaje mínimo de inclusión de las mujeres en las planillas
electorales en los cargos de elección popular.

Los países que han aprobado este tipo de leyes en América Latina son Argentina, Brasil, Bolivia, Costa
Rica, Ecuador, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú y República Dominicana. No las han
aprobado Chile, Colombia, Cuba, El Salvador, Guatemala, Nicaragua, Puerto Rico, Uruguay y
Venezuela. Los países donde se logró la aprobación de las leyes de cuotas fue mediante estrategias
como alianzas interpartidarias amplias, trabajos intensos en el interior de los partidos, apoyos de los
mecanismos para el adelanto de la mujer, un decisivo liderazgo del movimiento de mujeres y
condiciones democráticas que permitían adoptar leyes de cuotas como forma de llegar a la igualdad 39.

En el siguiente cuadro se muestra como las leyes de cuotas han permitido un aumento de la
participación política de las mujeres:

Grafica N° 7. Participación política de las mujeres en las Cámaras de Diputados


antes y después de la aprobación de leyes de cuotas
45%
40%
35%
30%
25%
20%
15%
10% Antes de las leyes
5% de cuotas
0% Despues de las
n a ia si l c a
do
r as ic
o m
á
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y rú na leyes de cuotas
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Re

Fuente: cuadro elaborado con datos de estudios realizados


El año base para comparar el aumento de la participación política de las mujeres va entre 1990 y
1996, de acuerdo con los datos disponibles 40.

En los países que tienen ley de cuotas y que los efectos han sido positivos, como Argentina, Costa Rica
y Perú, su eficacia ha dependido de factores como la naturaleza del sistema electoral y de la dinámica
de los partidos, que actúan como filtros en los procesos electorales; de la cultura política y de las
38
Comisión Económica para América Latina y el Caribe, CEPAL. El aporte de las mujeres a la Igualdad en América
Latina y El Caribe. Quito, 6 al 9 de agosto de 2007. X Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y El
Caribe. (S/L, CEPAL, 2008). Pp. 14-15.
39
Idem. anterior. Pp. 33.
40
Este cuadro se elaboró con información contenida en Line Barrero e Isabel Torres García. El camino hacia la
paridad: evaluación de las cuotas de participación política de las mujeres en América Latina. Revista de Derecho
Electoral N° 7, Primer Semestre 2009. (San José Costa Rica, S/E, 2009). Pp. 6-7.

51
reformas democráticas. También ha sido fundamental la existencia de una amplia y persistente
alianza política a favor del aumento de la representación política de las mujeres.

Grafica N° 8. Participación política de las mujeres en las Cámaras de Diputados antes y después de
la aprobación de leyes de cuotas
45.0%
40.0% 38.6%
35.0%
35.0%
29.2%
30.0%
25.0%
25.0% 23.4%22.6%
19.7% 18.6%18.5%
20.0% 16.7%16.9% 16.7%
15.0%
15.0%
10.0%8.8% 11.1%
10.0% 8.4% 8.2%
4.1%
5.0%
0.0%
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C A o V N El C G
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p.
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En este gráfico se observa que a pesar de que hay países sin leyes de cuotas donde se ha logrado que
más mujeres lleguen a puestos de poder, en promedio, los países que han aprobado estas leyes
tienen una mayor representación de las mujeres dentro de las Cámaras Legislativas.

Si bien es cierto la aprobación de leyes de cuotas ha significado un avance importante en el


incremento de la participación de las mujeres en el ámbito público, también se cuestiona si esta
estrategia es efectiva para el mejoramiento de la situación y condición de las mujeres. Muchas de las
mujeres que son electas llegan porque fueron apoyadas por los caciques de los partidos políticos, por
lo tanto, no critican a sus líderes y obedecen más a las líneas del partido que a los intereses de las
mujeres que dicen representar. Muchas de ellas mujeres no conocen el feminismo, por lo que no se
convierten en voceras de nuestros derechos en los cargos públicos que llegan a ostentar. Otro gran
problema que se presenta es que todavía no se logra que las mujeres indígenas y afrodescendientes,
o las mujeres con menos recursos económicos, lleguen siquiera a ser parte de las listas electorales; es
decir, que dentro de los partidos políticos se reproducen las jerarquías y desigualdades que se dan en
la sociedad, que no han podido ser eliminadas mediante las leyes de cuotas.

En el caso específico de Honduras, desde el año 2000, cuando se aprobó la LIOM, se establecieron las
leyes de cuotas. Sin embargo, y como vamos a ver a continuación, esta ley no se ha cumplido.

2. La participación política de las mujeres en los procesos electorales

2.1. Congreso Nacional

A partir de 1957, las mujeres sólo ocuparon 3 escaños de 58 que existentes en el Congreso Nacional
(5.2%). Desde esa fecha hasta las elecciones de noviembre 2005, después de transcurridos diez

52
comicios electorales, las mujeres no alcanzaron ni el 10% de la representación en el Congreso
Nacional.

A pesar de la aprobación en el año 2000 de la Ley de Igualdad de Oportunidades, donde se establece


como obligatoria la cuota de un 30% de participación de las mujeres en cargos de elección popular,
no se ha logrado aumentar su participación. Mas bien, en este período la cuota de participación
femenina decayó, pasando de un 9.4% a un 7.4%.

Cuadro N° 1. Porcentaje de participación política


de las mujeres en el poder Legislativo (1981-2009)
1981 1985 1989 1993 1997 2001 2005 2009

1.2 6.7 9.4 7.0 9.4 7.4 24.2 19.5


Fuente: Construcción propia con datos del TSE.

En el siguiente gráfico se observa como los porcentajes de participación de las mujeres en el Congreso
Nacional no han seguido una línea ascendente, a pesar de los esfuerzos y del trabajo realizado por las
organizaciones feministas y de mujeres, y de la aprobación de leyes que establecen como obligatorias
cuotas de participación.

Gráfica N° 9. Porcentaje de mujeres


en el poder Legislativo (1981-2009)
30.0%
25.0%
20.0%
15.0%
10.0% % de mu-
jeres
5.0% diputadas

0.0%
1981 1985 1989 1993 1997 2001 2005 2009

Fuente: Construcción propia con datos del TSE.


Durante las elecciones 2005, después de aprobada las reformas a la Ley Electoral en donde se incluye
el 30% como mínimo de participación de las mujeres en las planillas a cargos de elección popular y se
obliga a los partidos a tener una política de equidad de género, se logra recuperar lo perdido en las
elecciones 2001, y se obtiene una cuota del 24.2% en el poder legislativo, aunque no se llega a
cumplir el 30% que plantea la ley.

Durante las recién pasadas elecciones (2009), que fueron altamente cuestionadas y declaradas como
ilegitimas debido al golpe de estado y al contexto de violencia e ilegalidad en que se realizaron, la
representación de las mujeres en el Congreso Nacional bajó a un 19.5%. Esto se debió a una serie de
factores como la obligatoria renuncia de más de 300 personas de las candidaturas en todos los niveles
electivos, de las cuales aproximadamente el 50% fueron mujeres vinculadas al Partido Unificación

53
Democrática (UD) y a los Liberales en Resistencia 41, pues no consideraban que el proceso garantizaba
la transparencia, y por su convicción de que después de un Golpe de Estado lo que cabía era una
Constituyente, pues se había quebrantado el orden institucional en el país. En cuanto a las suplencias,
el porcentaje de mujeres que ocupa estos cargos es levemente superior al de las diputadas
propietarias, con un 24% del total.

Cuadro N° 2. Distribución de Hombres y Mujeres Parlamentarias


Propietarias por Departamento (2009)
DEPARTAMENTOS HOMBRES MUJERES % por depto.
Atlántida 6 2 25%
Colón 4 0 0%
Comayagua 7 0 0%
Copán 7 0 0%
Cortés 13 7 35%
Choluteca 6 3 33%
El Paraíso 5 1 17%
Francisco Morazán 16 7 30%
Gracias a Dios 1 0 0%
Intibucá 3 0 0%
Islas de la Bahía 1 0 0%
La Paz 2 1 33%
Lempira 5 0 0%
Ocotepeque 2 0 0%
Olancho 6 1 14%
Santa Bárbara 8 1 11%
Valle 3 1 25%
Yoro 8 1 11%
Total 103 25 20%
Fuente: Construcción propia con datos del TSE, 2010.
Los departamentos en “rojo”, del mapa presentado a continuación, muestran que la mitad de los
departamentos del país no tienen representación femenina dentro del Congreso Nacional, un 18%
tienen menos del 30%; y solo un 22% cumplen con la cuota del 30%.

Gráfica N° 10. Participación de las mujeres en el


Congreso Nacional por Departamento (2009)

41
Entrevista Martin Pineda; Secretario General del Partido Unificación Democrática y representante por la UD
en el Tribunal Supremo Electoral.

54
Fuente: Construcción propia con datos del TSE, 2010.

Al analizar los datos de las mujeres que lograron ganar un puesto dentro del Congreso Nacional,
vemos que el departamento de Cortés es el que tiene más representación porcentual de mujeres en
el parlamento (35%), aunque en número de Diputadas es igual que Francisco Morazán, 7 por cada
departamento. Es claro que si bien el 30% como mínimo se cumple en cinco departamentos, en el
total de la representación legislativa la cuota no se cumple.

Si las reglas siguen tal y como están en la actualidad, no existe oportunidad alguna para que las
mujeres, sobre todo las mujeres pobres, puedan tener un espacio en la toma de decisiones de los
poderes de gobierno.

Cuadro N° 3. Representación de las mujeres en el Parlamento por Partido (2009)


Departamentos Representación por Partido % de
mujeres por
Partido Político Mujeres Hombres partido
Partido Nacional 13 58 18,31%
Partido Liberal 9 36 20,00%
Partido Demócrata Cristiano 1 4 20,00%
Partido Innovación y Unidad SD 1 2 33,33%
Partido Unificación Democrática 1 3 25,00%
Total 25 103 19,53%
Fuente: Construcción propia con datos del TSE, 2010.
Con respecto a la representación de los partidos políticos en el Congreso Nacional, observamos que el
PN hace mayoría con 71 Diputado (a) (55.46%), de las cuales el 18.3% son mujeres. El PL tiene un 20%
de mujeres, el PDCH y la UD tienen 20% y 25% respectivamente. El PINU es el único que logra tener
más del 30% de mujeres.

Cuadro N° 4. Comisiones del Congreso Nacional precedidas por mujeres

55
en dos períodos (2006-2009, y 2010-2013)
Período Período
COMISIÓN legislativo legislativo
2006-2009 2010-2013

Comisión Ordinaria del Adulto Mayor X


1

Comisión Ordinaria de Asuntos de Género y Equidad X X


2

Comisión Ordinaria de Desastres y Contingencias X X


3

Comisión Ordinaria de Enlace G-16 X X


4
Comisión Ordinaria de Enlace con Organismos
X
Internacionales
5
Comisión Ordinaria de Enlace con el Parlamento
X X
Latinoamericano
6

Comisión Ordinaria de Ética X X


7

Comisión Ordinaria de la Familia X X


8

Comisión Ordinaria de Finanzas X


9

1 Comisión Ordinaria de Moneda y Banca


0

1 Comisión Ordinaria de la Mujer X X


1

1 Comisión Ordinaria de la Niñez X


2

1 Comisión Ordinaria de Economía Social


3

1 Comisión Ordinaria de Soberanía


4

1 Comisión Ordinaria de Medios de Comunicación


5

56
1 Comisión Ordinaria de Educación X X
6

1 Comisión Ordinaria de Asuntos de la Tercera Edad


7

1 Comisión Ordinaria de Asuntos de Integración Económica


8

1 Comisión Ordinaria de Asuntos de Tierras


9

2 Comisión Ordinaria de Vivienda y Urbanismo


0

2 Comisión Ordinaria de Turismo


1

2 Comisión Ordinaria de Transparencia


2

2 Comisión Ordinaria de Trabajo y Seguridad Social


3

2 Comisión Ordinaria de Telecomunicaciones


4

2 Comisión Ordinaria de Salud


5

2 Comisión Ordinaria de Relaciones Exteriores


6

2 Comisión Ordinaria de Recursos Hídricos


7

2 Comisión Ordinaria de Población y Desarrollo X


8

2 Comisión Ordinaria de Obras Públicas, Transporte y Vivienda


9

3 Comisión Ordinaria de Legislación I


0

3 Comisión Ordinaria de Legislación II


1

57
3 Comisión Ordinaria de Industria y Comercio
2

3 Comisión Ordinaria de Gobernación y Justicia


3
Comisión Ordinaria de enlace con Grupos Indígenas y
3
Afrodescendientes
4

3 Comisión Ordinaria de Energía I


5

3 Comisión Ordinaria de Energía II


6

3 Comisión Ordinaria de Enlace con la Sociedad Civil


7
Comisión Ordinaria de Enlace con Organizaciones Obreras y
3
Campesinas
8
Comisión Ordinaria de Enlace con Organizaciones
3 X
Empresariales
9

4 Comisión Ordinaria de Desarrollo Sostenible


0

4 Comisión Ordinaria de Descentralización X


1

4 Comisión Ordinaria de Defensa Nacional


2

4 Comisión Ordinaria de Cultura y Arte X


3

4 Comisión Ordinaria de Competitividad


4

4 Comisión Ordinaria de Control y Seguimiento X


5

4 Comisión Ordinaria de Café


6

4 Comisión Ordinaria de Banano


7

58
4 Comisión Ordinaria de Azúcar
8
4
9 Comisión Ordinaria de Asuntos Municipales I

5 Comisión Ordinaria de Asuntos Municipales II


0

5 Comisión Ordinaria de Asuntos Gremiales y Profesionales


1

5 Comisión Ordinaria de Asuntos Electorales


2

5 Comisión Ordinaria de Asuntos Constitucionales


3

5 Comisión Ordinaria de Asuntos Agrarios


4

5 Comisión Ordinaria de Asuntos Administrativos X


5

5 Comisión Ordinaria de Agricultura y Ganadería I


6

5 Comisión Ordinaria de Agricultura y Ganadería II


7

5 Comisión Ordinaria de Deporte


8

5 Comisión Ordinaria de Asuntos Forestales X


9

6 Comisión Ordinaria de Asuntos Judiciales X


0

6 Comisión Ordinaria de Derechos Humanos X X


1

6 Comisión Ordinaria de la Juventud X


2

6 Comisión Ordinaria de Paz y Democracia X


3

6 Comisión Ordinaria de Medio Ambiente X


4

59
6 Comisión Ordinaria de Recursos Naturales X
5
Fuente: Construcción propia con datos del Congreso Nacional, 2010

El porcentaje de mujeres presidiendo comisiones dentro del Congreso no mostró variaciones de un


período a otro, manteniéndose en un 10.9% en ambas legislaturas 42.

Hay que notar que en ambas legislaturas hay comisiones donde la presidencia ha sido siempre
ocupadas por mujeres, y son las vinculadas al trabajo del cuidado, como la Comisión de la Familia,
Asuntos de Género y Equidad, Desastres y Contingencias, Ética, Familia, Mujer y Derechos Humanos;
aunque existen otras como la de enlace con Organismos Internacionales, Finanzas, Descentralización,
Control y Seguimiento, Asuntos Administrativos y Recursos Naturales que en períodos anteriores
fueron dirigidas por hombres y ahora son dirigidas por mujeres. Existen otras comisiones que en este
período han dejado de ser dirigidas por mujeres como la de Población y Desarrollo, Enlace con
Organizaciones Empresariales, Cultura y Arte, Asuntos Forestales, Asuntos Judiciales, Juventud, Paz y
Democracia, y Medio Ambiente, que son de alta importancia.

Otros datos relevantes son que de las 64 comisiones ordinarias del Congreso actual, en 17 de ellas no
hay mujeres. Estas son las comisiones que trabajan temas como legislación, defensa, asuntos
empresariales, constitucionales, ganadería, entre otras. Vemos que hay comisiones que están
exclusivamente integradas por mujeres, como las de la Niñez, Mujer, Asuntos de Género y Equidad.
Hay comisiones como las de Adulto Mayor, Familia, Educación, Cultura y Arte, que también están
conformadas en un alto porcentaje por mujeres. Esto significa que a pesar de los cambios realizados,
dentro del Congreso Nacional se siguen reproduciendo los roles tradicionales asignados a las mujeres,
es decir, los que tienen que ver con la familia y los asuntos domésticos.

Sólo un 15% de los cargos de vicepresidencia de las comisiones están ocupados por una mujer, y sólo
un 10% de las secretarías. Si se tiene en cuenta que una persona puede estar en varias comisiones al
mismo tiempo, y por lo tanto, ocupar varios cargos, es evidente que en el Congreso Nacional la
participación de las mujeres es muy baja en porcentaje y en calidad de la participación.

En relación a la Junta Directiva actual del Congreso Nacional, un 40% de las personas que la integran
son mujeres. En la legislatura anterior, este porcentaje era de un 53.8%; es decir, que bajó el
porcentaje de mujeres que forman parte de la Junta Directiva en esta legislatura. en el actual
Congreso Nacional, la presidencia está dirigida por un hombre, pero de 8 vice presidencias, 4 están
ocupadas por mujeres. En el período 2006-2009, solo 3 mujeres ocuparon el cargo de
vicepresidencias, aunque en este período en total solo eran 6 vicepresidencias.

En un estudio realizado sobre la población electoral en las elecciones del 2001 y del 2005, se observa
que el porcentaje de electoras ascendió en promedio de 49.1% en 2001 a 50.7% en el 2005. Cabe
entonces preguntarse porqué siendo las mujeres una mayoría de votantes no se ha logrado canalizar
el voto femenino hacia las mujeres que se presentan para las elecciones internas y generales.

Los datos contenidos en este cuadro se obtuvieron de las bases de datos del Congreso Nacional, en la página
42

web www.congreso.gob.hn/; y de la pagina web de la Fundación Democracia sin Fronteras: www. fssf.hn.

60
2.2. Parlamento Centroamericano

En otros niveles electivos, como el Parlamento Centroamericano (PARLACEM), que es una instancia
supranacional conformada por representantes de Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua,
Panamá y República Dominicana43, también se ha luchado por la aplicación de una cuota paritaria
para las mujeres.

Pero al igual que sucede en otras instancias, es un espacio masculino, ocupado mayoritariamente por
hombres. Desde que surge en 1991, en las Juntas Directivas sólo ha habido una mujer presidenta, dos
vicepresidentas, y sólo en dos ocasiones una mujer ha ocupado una secretaría. En el período 2010-
2011, solo hay una mujer en la Junta Directiva. Las mujeres en propiedad únicamente son el 5% del
total, y en la suplencia representan el 25% del total.

En el siguiente cuadro se puede observar como las mujeres hondureñas también han sido excluidas
de este espacio:

Cuadro N° 5. Participación de las mujeres


en las Juntas Directivas del PARLACEM (2010)
Período Representación Cargos
de las mujeres
en la Junta
Directiva
2010-2011 Si Vicepresidencia
2009-2010 No
2008-2009 Si Presidencia
Secretaría
2007-2008 No
2006-2007 No
2005-2006 No
2004-2005 No
2003-2004 No
2002-2003 No
2001-2002 Si Secretaria
2000-2001 Si Vicepresidencia
1999-2000 No
1998-1999 No
1997-1998 No
1996-1997 No
1995-1996 No
1994-1995 No
1993-1994 No

43
Desde el 2009 panamá anunció su retito del PARLACEM, pero las y los diputados que actualmente son
diputados de este organismo han hecho pronunciamientos públicos donde afirman que se van a quedar en sus
puestos hasta que termine el año laboral. Datos obtenidos de la pagina web del PARLACEM:
www.parlacem.org.gt

61
1992-1993 No
1991-1992 No
Fuente: Elaboración propia con datos del PARLACEM

2.3. Mujeres en Cargos dentro del gobierno central

En el período de gobierno anterior, la titularidad de un 37.5% de las 16 secretarias que son parte del
gobierno central o Poder Ejecutivo estaba ocupada por mujeres. En el actual período, este porcentaje
bajó a un 22.2%44.

Cuadro N° 6. Participación de las mujeres


en Secretarías de Estado (2009)
Secretaría Titular
Agricultura y Ganadería (SAG) Jacobo Regalado
Cultura y Deportes Bernard Martínez
Defensa Marlon Pascua
Educación Alejandro Ventura
Finanzas William Chong Wong
Gobernación y Justicia Áfrico Madrid
Industria y Comercio
Obras Públicas y Transporte (SOPTRAVI) Miguel Pastor
Despacho Presidencial Diana Valladares
Recursos Naturales y Ambiente (SERNA) Rigoberto Cuellar
Salud Arturo Bendaña
Relaciones Exteriores Mario Canahuati
Seguridad Oscar Álvarez
Trabajo y Seguridad Social Felicito Ávila
Turismo Nelly Jerez
Desarrollo social Hilda Hernández
Presidencia María Antonieta Bográn
Planificación y Cooperación Externa
Arturo Corrales Álvarez
(SECPLAN)
Fuente: Elaboración propia con datos del Gobierno Central, 2010

En cuanto a los entes descentralizados, en el gobierno anterior el promedio de mujeres que ocupaban
la titularidad de estos organismos era de un 40%. En el gobierno actual este porcentaje bajó a un
27.7%.

44
Los datos se completaron con la información de la página web del Poder Ejecutivo de Honduras: www.gob.hn

62
Cuadro N° 7. Participación de las mujeres
en Entes Descentralizados (2009)
ENTES DESCENTRALIZADOS Titulares
Instituto Nacional de la Mujer (INAM) María Antonieta Botto
Instituto de Acceso a la Información Pública (IAIP) Guadalupe Jerezano
Instituto Nacional de Conservación y Desarrollo Forestal, Áreas
Protegidas y Vida Silvestre (ICF) José Trinidad Suazo
Banco Central de Honduras (BCH) Edwin Araque
Banco Nacional de Desarrollo Agrícola (BANADESA) Johnny Handal
Empresa Hondureña de Telecomunicaciones (HONDUTEL) Romeo Vásquez
Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE) Roberto Martínez Lozano
Empresa Nacional Portuaria (ENP) Maynor Pinto
Escuela Nacional de Ciencias Forestales (ESNACIFOR) Gabriel Barahona Santos
Instituto Nacional de Previsión del Magisterio (IMPREMA) Luis Lara
Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS) Mario Zelaya
Instituto Hondureño para la Prevención del Alcoholismo,
Drogadicción y Farmacodependencia (IHADFA) Rony Portillo
Instituto Nacional de Estadísticas (INE) Ramón Espinoza
Instituto Nacional de Formación Profesional (INFOP) David Chávez
Patronato nacional de la Infancia (PANI) Gladys Suyapa Santos Reyes
Servicio Autónomo Nacional de Acueductos y Alcantarillados
(SANAA) Danilo Alvarado
Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) Julieta Castellanos
Universidad Pedagógica de Honduras Leda Cruz
Fuente: Elaboración propia con datos del Gobierno Central, 2010

Contrario a lo que hemos observado en las demás instituciones del estado, en este período de
gobierno aumentó el porcentaje de mujeres que ocupan la dirección de entidades desconcentradas a
un 45%, frente a un 11.1% en el gobierno anterior.

63
Cuadro N° 8. Participación de las mujeres
en Entes Desconcentrados (2009)
ENTES DESCONCENTRADOS
Comisión Permanente de Contingencias (COPECO) Lisandro Rosales
Comisión de Banca y Seguros Vilma Morales
Comisión Nacional de Telecomunicaciones (CONATEL) Estela Cardona
Dirección Ejecutiva de Ingresos (DEI) Oswaldo Guillen
Tribunal Superior de Cuentas Renán Sagastume
Procuraduría General de la República Ethel Deras
Ministerio Público Luis Alberto Rubí
Registro Nacional de las Personas (RNP) Jorge Arturo Reyna García
Fondo Social de la Vivienda (FOSOVI) José Bustillo
empresa Nacional de Artes Gráficas (ENAG) Marta Alicia García
Ente Regulador de los Servicios de Agua Potable y
Saneamiento (ERSAPS) Ramón Cuellar Hernández
Fondo Hondureño de Inversión Social (FHIS) Tito Asfura
Fondo Vial Hugo Alfredo Ardón Soriano
Instituto de la Propiedad (IP) Reynaldo Sánchez
Instituto Nacional Agrario (INA) Cesar Ham
Programa de Asignación Familiar (PRAF) María Elena Zepeda
Fuente: Elaboración propia con datos del Gobierno Central, 2010

En la Corte Suprema de Justicia, en el anterior gobierno un 60% de los magistrados eran mujeres. Este
porcentaje bajó a un 20% en el actual gobierno. Sólo un 21% de los magistrados que son parte de las
cuatro salas de la Corte son mujeres.

2.4. Gobiernos locales

La participación de las mujeres precediendo Alcaldías ha venido hacia la baja, especialmente en el


último proceso electoral, cuando pasó de un 9% a un 6%.

Gráfica N° 11. Porcentajes de Mujeres en Gobiernos Locales (2002-2013)


100%
90%
80%
70%
60%
50% Mujeres
40%
30% Hombres
20%
10%
0%
2002-2005 2006-2009 2010-2013

Fuente: elaboración propia

64
Los números de puestos ocupados por mujeres en los gobiernos locales también dan cuenta de esta
desigualdad:

Cuadro N° 9. Participación de las mujeres


en los gobiernos locales (2002-2013)
Períodos Hombres Mujeres
2002-2005 271 27
2006-2009 274 24
2010-2013 281 17
Fuente: elaboración propia

Es de enfatizar que los partidos políticos no cumplen con la cuota del 30%, al no postular mujeres a
estos cargos desde las elecciones internas; y que las mujeres sólo obtienen estos cargos en las
Alcaldías cuyos niveles de pobreza son extremos, y por lo tanto no pueden obtener los recursos
necesarios para realizar una buena gestión.

Según los resultados del proceso electoral del 2009, las siguientes alcaldías están en manos de
mujeres: El Rosario, Comayagua; San Antonio, Copán; Duyure, Choluteca; Santa Ana de Yusguare,
Choluteca; El Paraíso, el Paraíso; Valle de Ángeles, Francisco Morazán; Vallecillos, Francisco Morazán;
Brus Laguna, Gracias Adiós; Cololaca, Lempira; Dulce Nombre de Culmí, Olancho; Santa Bárbara,
Santa Bárbara; Nueva Celilac, Santa Bárbara; y Protección, Santa Bárbara.

Cuadro N° 10. Mujeres y Hombres en Gobiernos Locales por Departamento (2009)

Alcaldías Vice alcaldías Regidurías


No Departamentos
Mujer Hombre Mujer Hombre Mujer Hombre

1 Atlántida 0 8 4 4 14 54

2 Colón 0 10 5 5 11 63

3 Comayagua 1 20 4 17 43 97

4 Copán 1 22 4 18 31 119

5 Cortés 0 12 8 4 22 82

6 Choluteca 2 14 4 12 23 89

65
7 El Paraíso 1 18 4 15 31 87

8 Francisco Morazán 2 26 7 21 47 141

9 Gracias a Dios 1 5 4 2 7 32

10 Intibucá 0 17 4 13 20 90

11 Islas de la Bahía 0 4 2 2 3 21

12 La Paz 0 19 6 13 25 85

13 Lempira 1 27 2 26 37 131

14 Ocotepeque 0 16 3 13 17 73

15 Olancho 1 22 6 17 31 131

16 Santa Bárbara 6 22 3 25 47 141

17 Valle 0 9 6 3 19 45

18 Yoro 1 10 4 7 24 66
Total 17 281 80 217 452 1547
Porcentajes 5,70% 94,30% 26,85% 72,82% 22,61% 77,39%
Fuente: elaboración propia
En el ámbito de gobiernos locales si bien existió una reducción en Alcaldesas, se incrementaron las
Vice alcaldesas, que pasan de 66 a 80. En términos porcentuales, se pasa de un 22.2% a un 26.9%;
aunque hay que considerar que este puesto en la corporación no tiene tanta relevancia, únicamente
en ausencia del Alcalde o Alcaldesa.

Solamente en dos municipios de todo el país la totalidad de la corporación municipal es precedida por
mujeres, porque tanto la Alcaldesa y la Vice Alcaldesa son mujeres. (San Antonio, Copán; y Santa Ana
de Yusguare, Choluteca).

66
El porcentaje de mujeres regidoras pasó de un 20.4% a un 22.6% en estas últimas elecciones, lo que
equivale a un incremento de un 2.2%. El departamento de Comayagua es el que porcentualmente
tiene más mujeres en regiduría (30.7%), seguido por Valle (29.7%). Estos son los dos departamentos
más se aproximan a la cuota mínima del 30%. En el resto la cuota es menor, incluyendo aquellos
departamentos que tienen las ciudades más importantes del país como San Pedro Sula, Cortés; y
Tegucigalpa, Francisco Morazán, en los cuales las regidurías ocupadas por mujeres corresponden al
21.2% y 25%, respectivamente.

Únicamente el 24.4% de los 298 gobiernos municipales cumplen con el 30% de mujeres en sus
corporaciones. Han pasado ya tres contiendas electorales a partir de la aprobación de la ley de cuotas
en el país y los resultados no han sido los esperados. Las cifras nos reflejan que no existe coherencia
con el marco legal y la práctica implementada por los partidos políticos y las autoridades en materia
electoral, que no se respeta la ley de cuotas, y que se valen de mecanismos para excluir a las mujeres
de los espacios de toma de decisiones, como colocar mujeres en las planillas en las ultimas regidurías
en la corporación municipal.
 No se aplica la Ley de Igualdad de Oportunidades ni las disposiciones contenidas en las reformas a la
3. Limitaciones
Ley Electoralo con
dificultades
respecto legales y operativas
a la cuota del 30% y laencuota
la consecución de la
progresiva del igualdad
50% para lasentre mujeres
mujeres en losy
hombres
cargosende
la participación política
elección popular, en los órganos de dirección de los partidos y en las instituciones
públicas.
El análisis de las leyes, de la efectividad de los mecanismos de cuotas y otros, y de las estadísticas
 La cuota del 30% para puestos dentro del Congreso Nacional no se aplica en los departamentos
sobre participación de las mujeres, permite concluir que las principales limitaciones o dificultades que
donde la representación recae en un solo diputado, y dada la exclusión que persiste dentro de los
se enfrentan para lograr
partidos políticos, un casos
en estos incremento sustancial
rara vez se en mujer
nombra una la participación
para optar ade laspuestos.
estos mujeres son los
siguientes:
 Las leyes vigentes en el país permiten que en los listados se alternen las mujeres en cargos de
propietarias y suplentes, y por lo general, la cuota se cumple pero solo en los listados de las
suplencias.

 No se aplica lo establecido en las leyes con respecto a la obligatoriedad de asignar recursos a las
mujeres para la realización de trabajo educativo y de sensibilización sobre los derechos de las
mujeres y para campañas políticas.

 No se ha logrado el reconocimiento por ley de las Oficinas Municipales de la Mujer u OMM, con lo
que no se cuenta con una dependencia en el ámbito local que de impulso a los derechos de las
mujeres, entre ellos, los derechos políticos.

 La Política Nacional de la Mujer y el Plan de Igualdad y Equidad de Género aprobada en el gobierno


de Pepe Lobo fue modificada en su contenido original, limitándose muchos de los derechos políticos
consignados en las leyes, y los mecanismos consignados para hacer efectivas estas políticas.

 La debilidad estructural del INAM, incrementada desde el golpe de estado, no permite que sea una
institución con las capacidades políticas, técnicas y logísticas necesarias para vigilar la aplicación de
las leyes e impulsar la ejecución de las políticas públicas aprobadas en la materia.
La cuota del 30% de participación de las mujeres
 El Tribunal Supremo Electoral, que es el órgano encargado de vigilar por el cumplimiento de las leyes
Segúnelectorales
el Art. 81node
estálacumpliendo con lasdel
LIOM, la cuota funciones
30% deasignadas en la ley
participación de con
las respecto
mujeres aenloslos
mecanismos
cargos de
para el impulso de la igualdad de género, sobre todo, en lo relacionado con el monitoreo de la
dirección de los partidos políticos, diputados propietarios
aplicación de las políticas de género de los partidos políticos. y suplentes al Congreso Nacional, al
Parlamento Centroamericano, Alcaldes y Alcaldesas, Vice-Alcaldes y Regidores; debe realizarse “de
conformidad con una escala basada en los resultados de tres elecciones precedentes”. El problema de
esta disposición es que no deja claramente establecido cuales son los criterios para definir la escala
de los porcentajes de participación de las mujeres en los comicios a partir del 2000, que fue el año en

67
el que se aprobó la Ley de Igualdad de Oportunidades. A modo de ejemplo, los porcentajes de
mujeres que ocuparon curules en los Congreso Nacional fueron de 9.4% en las elecciones de 1989,
7.0% en las de 1993, y 9.4% en las de 1997. Al hacer un promedio de las tres elecciones, resulta
aplicable un 8.6%. Pero en el 2001, cuando la ley ya había sido aprobada y tenia vigencia, el
porcentaje de mujeres que resultaron diputadas fue de un 7.4%, más baja incluso que en las
elecciones anteriores de 199745.

Otro problema que hay es que en la reforma a la Ley Electoral del 2004 no se aceptó que la cuota del
30% fuera progresiva ni en cargos elegibles, con lo que se generan contradicciones entre la Ley
Electoral, la LIOM, y lo establecido en el Reglamento de la LIOM del 2008, sobre la obligatoriedad de
alcanzar el 50% de participación de las mujeres para las elecciones del 2016.

De acuerdo con un estudio realizado en el país, los problemas que se presentan en la aplicación de la
LIOM es que “en general, su amplitud y estilo declarativo representa una síntesis esencial de los
principios antidiscriminatorios de género que cumplen con una función de referencia en la legislación
hondureña, considerando las dificultades existentes para realizar una revisión de varios artículos de la
Constitución escritos en lenguaje sexista. Pero estas características de la LIOM hacen que, a su vez,
esta Ley sea a veces percibida como de aplicación poco concreta. Si a esto se le suma su poca
divulgación entre la población, su existencia podría ser vista más como un accesorio legal de uso
restringido a especialistas que significar un instrumento de dominio ciudadano. Pensamos que gran
parte de estos elementos de análisis no dejan de estar intrínsecamente vinculados con el mismo
proceso de construcción de la Ley: un largo y sinuoso camino de dudas, aprendizajes y aciertos 46.

La cuota del 10% de los recursos para las mujeres

En el Art. 82 de la Ley Electoral, se establece que: “(…) Todo partido político está obligado a invertir el
diez por ciento (10%) como mínimo de la cuota asignada en la motivación, capacitación y formación
de la mujer y juventud”. Pero este artículo entra en contradicción con los textos y el espíritu de la
LOAT y se reglamento, que estable porcentajes de un 30% y un 50% en la participación política de las
mujeres. Además, en las leyes no se establece la asignación de recursos de forma obligatoria para
financiar las campañas políticas de las mujeres, sobre todo, de los recursos que proceden del erario
público.

Casos en que las diputaciones recaigan en solo candidato

En el Art. 105 de la Ley Electoral se establece que la cuota del 30% no va a ser aplicada en aquellos
departamentos donde la representación recaiga en un solo Diputado. Esta disposición violenta el
contenido de este mismo artículo, dado que la cuota del 30% o el 50% deberían ser aplicadas sin
excepción alguna, si se tiene en cuenta que lo que se busca con este tipo de disposiciones es paridad
e igualdad en la participación de las mujeres.

La alternabilidad en los listados electorales

45
Alianza por la Transformación de la Cultura Política. Investigación. Democracia en Centroamérica… Pp. 240.
46
María Elena Méndez y Ariel Montes de Oca. Ley de Igualdad de Oportunidades para la Mujer: luces, sombras y
desafíos. (Colección Cuadernos de Desarrollo Humano Sostenible). (Tegucigalpa, Programa de las Naciones
Unidas para el Desarrollo (PNUD), 2003). Pp. 20.

68
En el Art. 57 del Reglamento de la LIOM se consignó que “en elecciones internas y primarias los
cargos de propietarios(as) y suplentes, deben alternarse entre mujeres y hombres, de tal manera que
si el propietario fuese una mujer el suplente será un hombre y viceversa”. Esta disposición ha
permitido que los listados electorales se “rellenen” con la cuota del 30%, pero en los listados de
diputaciones suplentes y no en las de propietarios. También ha permitido que se ubiquen a las
mujeres en las últimas filas de los listados, con lo que no se logra cumplir con el 30% de la cuota de
participación de las mujeres en cargos elegibles.

La participación de las mujeres en los ámbitos locales de conformidad con las reformas del 2009 a la
Ley de Municipalidades

En las reformas a la Ley de Municipalidades del 2008, en lugar de crear de forma oficial las Oficinas
Municipales de la Mujer u OMM, se estipula que la creación de las OMM dependerá de los recursos
de los que dispongan las alcaldías y de la disposición que tengan de transferir recursos de la
Estrategia para la Reducción de la Pobreza (ERP), para este fin en el (Art. 59-B). En su lugar, se
consigna la creación de “gerencias de desarrollo social” (Art. 59-E), que se van a encargar de ejecutar
las políticas públicas relacionadas con los derechos de las mujeres, además de todo lo que tiene que
ver con niñez, juventud, adulto mayor, discapacitados y etnias, entre otros grupos. También, se
consigna que sólo el 2% de los recursos de las municipalidades se deben destinar para los programas
y proyectos para el desarrollo económico, social y el combate a la violencia en contra de la mujer,
(Art. 91). Es evidente que con este tipo de disposiciones se diluye una vez las demandas y necesidades
de las mujeres en los de otros grupos “excluidos”, y se limita una vez más la posibilidad de ampliar la
participación de las mujeres en los espacios de decisión.

La Política Nacional de la Mujer y el Plan de Igualdad y Equidad de Género

En el 2010, durante el gobierno de Pepe Lobo Sosa, quien ganó las elecciones del 2009 efectuadas en
un clima de violencia y falta de legalidad, fue aprobada la nueva Política Nacional de la Mujer y el II
Plan de Igualdad y Equidad de Género de Honduras 2010-2022. Pero como lo señala un informe
feminista realizado sobre las políticas públicas en Honduras después del golpe de estado, este
documento fue modificado en aspectos clave en todos los ejes de derecho, entre ellos, los derechos
relacionados con la participación política de las mujeres 47.
Al comparar el documento aprobado con el documento original de política, se observa que se
suprimieron aspectos relacionados con:

 La asignación de recursos humanos y materiales para la implementación de la Política y el


PIEGH.
 Reformas a la LIOM, a la ley del INAM, la Ley del INAM para lograr la institucionalidad para la
igualdad y equidad de género.
 La creación de mecanismos para garantizar la incorporación del enfoque de género en los
programas de desarrollo locales, como el Programa de Desarrollo Local, PRODEL; y los
municipios.

47
Feministas en Resistencia. Políticas Públicas y los DDHH de las mujeres a partir del golpe de estado.
(Tegucigalpa, Comunica, 2010).

69
 Reformas en la Ley de Municipalidades para garantizar la incorporación del enfoque de
igualdad y equidad de género en la gestión municipal y la institucionalización de las Oficinas
Municipales de la Mujer en todo el país.
 La incorporación del PIEG en el Plan de Nación.

Como se observa, se eliminaron aspectos que tienen que ver con la asignación de recursos a las
instituciones que intervienen en la implementación de la política, y reformas a las leyes que
permitirían hacer operativas estas políticas.

El trabajo del INAM en la implementación de la Política Nacional de la Mujer

El Instituto Nacional de la Mujer, creado en 1998, tiene la función de vigilar la aplicación de las leyes y
la implementación y ejecución de las políticas públicas contentivas de los derechos de las mujeres.
Dentro de su estructura orgánica, cuenta con la Unidad de Participación Social, desde donde se
realizan todo lo relacionado con la implementación de la política en materia de organización de las
mujeres y participación política.

Las debilidades técnicas e institucionales del INAM, relacionadas con la carencia de asignaciones
presupuestarias y la falta de voluntad política para la implementación del Plan, no han permitido que
haya cumplido con sus labores de forma eficiente, lo que ha traído como resultado una
implementación limitada de las políticas públicas contentivas de derechos de las mujeres aprobadas
en el país, sobre todo en las áreas rurales o municipales. El INAM no ha logrado posicionarse frente a
otras instituciones públicas, no ha logrado socializar esta política ni la anterior, ni activar los
mecanismos necesarios para que la incorporación del enfoque de género en el trabajo del estado sea
una realidad.

A todo esto, hay que sumarle el hecho que desde el golpe de estado, el INAM se ha confabulado con
grupos conservadores y grupos fundamentalistas religiosos para impulsar reformas legales que en
lugar de favorecer el avance de los derechos de las mujeres más bien han significado un retroceso,
como las reformas a la Ley de Municipalidades y el Plan de Equidad de Género que fueron aprobados.
Según un artículo que se publicó sobre los efectos del golpe de estado en la vida de las mujeres, “L a
fragilización de la democracia y el rompimiento de las relaciones entre el movimiento feminista y de
mujeres y el estado (incluido el INAM), también provoca que todos los esfuerzos que se han realizado
para lograr un marco legal e institucional adecuado para garantizar y proteger los derechos de las
mujeres se vena en un franco peligro, como lo que está sucediendo con el Instituto Nacional de la
Mujer, INAM. En América Latina, las organizaciones somos vigilantes de las instituciones públicas,
participamos en el monitoreo de las leyes y de la aplicación de la justicia, aportamos nuestra
experiencia y conocimientos a los procesos de implementación del enfoque de género en el estado.
Pero dado que el INAM no dudó en participar y legitimar el golpe de estado, no hay posibilidades de
reanudar el trabajo conjunto. Aunque esto tiene como consecuencia que se deje en manos de los
grupos fundamentalistas el futuro de los derechos de las mujeres, nos hemos quedado sin opción” 48.

El trabajo del Tribunal Supremo Electoral


48
Adelay Carias Reyes. Hacia la liberación de nuestras conciencias. El futuro de la educación sexual y de los
derechos sexuales y reproductivos en Honduras después del golpe de estado. Artículo en versión larga, publicado
en http://www.educacion-nosexista.org.

70
Para que una política pública o un instrumento de naturaleza similar sean efectivos, es necesario que
se cuenten con mecanismos para vigilar su cumplimiento. De acuerdo con nuestras leyes, la función
de vigilar la aplicación de las leyes y el cumplimiento de las políticas de equidad de género aprobadas
por los partidos políticos le corresponde al INAM y al Tribunal Supremo Electoral. En el Art. 104 de la
Ley Electoral y de las Organizaciones Políticas, se establece que los partidos políticos están obligados
a aprobar una política de equidad de género en sus partidos políticos, y a presentar al menos 6 meses
antes de las convocatorias a las elecciones internas y a las primarias un informe sobre su
cumplimiento al TSE.

Sin embargo, el Tribunal Supremo Electoral no está cumpliendo con este cometido, ya que en una
visita de campo a esta institución pudimos constatar que no tienen entre sus recursos los
documentos de las políticas de equidad de género, ni los informes sobre su cumplimiento. De
acuerdo con la información que obtuvimos, el pasado 31 de agosto se abrió en esta institución una
Oficina de Equidad de Género, que tiene como función velar por el fortalecimiento del proceso de
participación de la mujer en el sistema electoral de Honduras. Esperamos que la creación de esta
oficina permita que el TSE cumpla con los mandatos establecidos en las leyes, y que permita que el
estado ejerza una verdadera vigilancia de los partidos políticos en cuanto a los mecanismos para
garantizar la plena participación de las mujeres en los espacios político-partidarios.

71
Capítulo V
La participación política de las mujeres como herramienta de cambio. Una
visión desde sus protagonistas

Las historias de las mujeres que vamos a presentar a continuación reflejan la fuerza, coraje y valentía
de las mujeres políticas para superar todos los obstáculos que enfrentan por su condición de género
dentro de un espacio tan masculino y excluyente como los partidos políticos. En las diferencias en sus
vidas y opiniones, vemos como las posibilidades de participación de las mujeres también dependen
de factores como la educación, pertenencia étnica, edad, clase social, entre otros factores. Sus
historias nos brindan herramientas sobre qué elementos debemos tomar en cuenta para pensar
estrategias que permitan que cada vez más mujeres accedan a puestos de poder.

1. Características de las mujeres políticas

Edad: La edad promedio de las mujeres que son diputadas en la actual legislatura es de 43.9 años,
menor a la edad promedio de los hombres, que es de 48.1 años. La mayor parte de las diputadas
tienen una edad entre 41 y 50 años (37%), seguido por el rango de edades de 51 a 60 años (29%). Es
decir, 7 de cada 10 diputadas tienen una edad entre 40 y 60 años. Los hombres se distribuyen en
porcentajes de un 32% respectivamente, en los rangos de edades de 41 a 50 años, y 51 y 60 años. Es
decir, un 64% de los hombres diputados tiene entre 40 y 60 años. Al comparar las edades de las
mujeres y los hombres, se puede ver que las mujeres son levemente mayores que los hombres dentro
del Congreso Nacional, lo que puede significar que las mujeres deben recorrer mas camino dentro de
la política para obtener cargos dentro de los gobiernos.

Al analizar las edades desagregadas por partidos políticos, se observa que el Partido Nacional la edad
promedio de las mujeres en el Partido Nacional es de 52 años, y en el Liberal, de 41. Se verifica una
situación inversa con los hombres, en el Partido Nacional, la edad promedio es de 46 años, y en el
Liberal, de 48.

Religión: La mayoría de las mujeres entrevistadas profesan alguna religión (80%). Este dato coincide
con la tendencia de la mayor parte de la población en Honduras, donde al menos un 83% de sus
habitantes manifiestan tener creencias religiosas 49. La mitad de las entrevistadas son de la religión
protestante y la otra mitad católica, pero sólo la mitad de ellas son practicantes.

Estado civil: El 90% de las mujeres entrevistadas son casadas. En la legislatura anterior, un 17% de las
diputadas eran solteras, un 3% divorciada, y un 3% viuda, lo que hace un total de un 23% de
diputadas que no están casadas o con pareja. Sin duda, esto tiene que ver con el carácter conservador
de nuestra sociedad, que valora como una característica positiva que las mujeres políticas estén
casadas o tengan pareja.

El número promedio de hijas e hijos que tienen es de 3. La mitad de ellas tiene hijos mayores de 24
años.

49
Consultoría Interdisciplinaria en Desarrollo, CID Latinoamérica. Estudio de Opinión Publica Honduras # 61.
(Versión Internet). Tegucigalpa, S/E, 2006. Pp. 2.

72
Profesión: Un 28% de las y los diputados de la actual legislatura no tienen título universitario. En la
legislatura anterior, un 29% de las diputadas no tenían un título universitario, porcentaje que es
superior al de los hombres (27%), aunque la diferencia no es significativa. En la legislatura anterior,
en el Partido Nacional, un 46% de las mujeres no tienen título universitario, frente al 6% en el Partido
Liberal; lo que puede significar que dentro del Partido Liberal el tener educación universitaria sea un
condicionante de peso para que las mujeres logren acceder a este tipo de puestos. También puede
estarse presentando una situación similar en los partidos pequeños, como la UD, PDCH y el PINU,
donde la mitad tiene título universitario. 5 de las 8 mujeres entrevistadas tienen al menos dos
carreras universitarias.

Distribución de su tiempo vital: Las mujeres entrevistadas no tienen un tiempo definido dedicado a
sus actividades políticas. Las que son diputadas, le dedican de 1 a 6 horas diarias a este trabajo. Las
que no son diputadas, le dedican de 1 a 3 horas al día; aunque este tiempo aumenta cuando están en
período de campaña electoral. El trabajo político es absorbente, ocupa la mayor de su tiempo, y les
deja poco margen para dedicarse a otras actividades. Dado que muchas de ellas no reciben salarios
por su trabajo, tienen además que ocuparse en actividades generadoras de ingresos. 4 de las 8
entrevistadas tienen negocios propios o trabajan de forma independiente, y deben dedicarle entre 8
y 10 horas al día a estas actividades.

También realizan labores de trabajo comunitario. Las que son parte de organizaciones feministas (2
de las entrevistadas), le se dedican a tiempo completo al trabajo comunitario, por la naturaleza y
características de sus actividades. Las demás mencionaron que el tipo de trabajo comunitario que
realizan es en las iglesias.

Aunque sin duda la incorporación de las mujeres al mundo de lo público ha permitido un cambio
material y simbólico en la situación de las mujeres, como lo evidencian numerosos estudios, esto no
se ha traducido en un cambio en los roles de género. Así, las mujeres además de ocuparse en la
política y en sus actividades generadoras de ingresos, tienen que hacerse cargo de las labores
domésticas de su hogar. De acuerdo con las respuestas de las entrevistadas, el tiempo que le dedican
a estas actividades varía, y va de dos y cuatro horas diarias. El empoderamiento de las mujeres que se
dedican a la política se evidencia en el hecho que de las ocho entrevistadas, cuatro comparten con
sus compañeros de hogar las labores domésticas.

La sobrecarga de trabajo en sus actividades partidarias, empleos y trabajo comunitario no les permite
que tengan tiempo libre para dedicarse a otras actividades como el estudio. De las 8 mujeres
entrevistadas, sólo 2 le dedican tiempo al estudio, un aproximado de 2 a 4 horas diarias a la lectura.
Tampoco disponen de tiempo para dedicarse a las actividades recreativas. Solo la mitad de las
mujeres entrevistadas disponen de algún tiempo para este fin, y sólo le dedican entre 2 a 4 horas a la
semana a leer, bailar, ver televisión u otro tipo de actividades recreativas.

Ingresos: Las mujeres políticas ganan un salario más alto que la media en el país, ya que el promedio
para las 8 entrevistadas es de 39,000 lempiras, equivalente a 2,000 dólares americanos. El salario
mínimo está fijado en Honduras en 291 dólares mensuales. Sin embargo, hay grandes diferencias en
el salario devengado por las mujeres. Dos de ellas tienen salarios inferiores a los 500 dólares, 3 de
ellas 1,587 dólares; y una de ellas gana 5,000 dólares al mes. Las que más ganan, como era de
esperarse, son las mujeres que pertenecen a los dos partidos más grandes, el Liberal y el Nacional.

73
Esto no es extraño, ya que en los partidos políticos se reproducen las desigualdades de clase que
existen dentro de la sociedad.

Solo una de las entrevistadas manifestó que tiene ingresos familiares, pero prefirió dejar en reserva la
cantidad.

2. Historia organizativa

Las mujeres que han llegado a ocupar un puesto dentro del Congreso Nacional tienen una larga
trayectoria organizativa. Sus nombramientos los han logrado tras muchos años de trabajo y esfuerzo,
y venciendo todos los obstáculos que este sistema patriarcal les impone a las mujeres que deciden
incursionar en el mundo de lo público. Y no sólo en el mundo de la política partidista tradicional, sino
también en el de las organizaciones y movimientos sociales.

Se puede decir que la pertenencia a una organización o movimiento social es una condición previa o
un factor que favorece la posibilidad de que lleguen a ocupar un cargo de elección popular. Así,
vemos que sólo una de las ocho mujeres entrevistadas no tienen historia previa de pertenencia a
alguna organización, y pertenece a un partido mayoritario. De las que han pertenecido a alguna
organización, dos son parte del movimiento feminista, una a organizaciones cooperativas, y las demás
han participado en patronatos y organizaciones comunitarias. Una de ellas ha participado en una
organización barrial, y tres en organizaciones universitarias.

En el tipo de participación organizativa se observan diferencias entre las que se identifican como
feministas y las que no. Las primeras también han participado en frentes de lucha estudiantiles, y
actualmente, son parte de las organizaciones y frentes que han surgido a raíz del golpe de estado,
como el Frente Nacional de Resistencia y las Feministas en Resistencia. Una de ellas también
pertenece al Movimiento Amplio por la Dignidad y la Justicia, organización que ha sido muy activa
después del golpe de estado. Todas ellas también son parte del partido de izquierda, Unificación
Democrática. Cuatro de las ocho entrevistadas tienen más de 20 años de pertenecer a estas
organizaciones. Tres de ellas tienen 10 años de participar.

Al analizar los datos de las mujeres que fueron diputadas en la anterior legislatura, también se
corrobora que la mayoría tiene una historia organizativa previa. Del total de las mujeres que
ocuparon un curul, un 75% pertenece o ha pertenecido a alguna organización. Un 60% están afiliadas
a dos o más organizaciones. La composición del Congreso Nacional muestra que la mayoría de las
mujeres que ocupan un escaño en el parlamento pertenecen a los partidos tradicionales, por lo que
no es extraño que un 75% de las diputadas anteriores forme parte de una organización religiosa o de
beneficencia (35% y 40%, respectivamente). Es baja la representación de mujeres que pertenecen a
organizaciones empresariales (un 18%), lo que reproduce los patrones de la división sexual del
trabajo, según los cuales la mujer está excluida de los medios de producción y de los trabajos de
generación de ingresos y riqueza. No es extraño tampoco que un 17% de las diputadas sean
integrantes de organizaciones que promueven la salud de las mujeres, niñez y otros “grupos
excluidos”, pero desde una perspectiva conservadora y maternalista.

La composición del Congreso Nacional en cuanto al porcentaje de diputadas que pertenecen a


organizaciones gremiales, sindicalistas o municipalistas deja ver lo excluyente de estos espacios para
mujeres que vienen de otro tipo de organizaciones, ya que sólo un 13% pertenecían a organizaciones

74
gremiales, un 8% a municipalistas, y no había una sola sindicalista. Sólo hay una mujer afiliada a una
organización para personas con discapacidad; y una que pertenece a una organización indígena.
Tampoco había diputadas de organizaciones de mujeres o feministas.

El formar parte de una organización no sólo es un elemento que contribuye a su carrera política
dentro de las estructuras estatales, también es un factor de peso que hayan tenido puestos directivos
o de otro tipo dentro de estas organizaciones. Así, las entrevistas muestran que 6 de 8 han ocupado
puestos directivos, tres como presidentas, una como vicepresidenta, una como tesorera, y dos como
responsables de comunicaciones.

Estas mujeres han logrado hacer carrera y posicionarse dentro de estas organizaciones en puestos de
dirección, a pesar de que también se tratan de espacios sumamente masculinos. De todas las
organizaciones de las que forman o han formado parte estas mujeres, las únicas que cuentan con
políticas de género o que han incorporado en sus principios la equidad de género para lograr una
mayor participación e inclusión de las mujeres son las organizaciones que pertenecen al movimiento
feminista, y a otros espacios “alternativos” a las organizaciones tradicionales, como la Mesa de
Participación Ciudadana, el Movimiento por la Dignidad y la Justicia, y el Frente Nacional de
Resistencia Popular. Sin embargo, la existencia de políticas o mecanismos de género en estas
organizaciones no significa que se apliquen, o que se haya logrado una mayor equidad e igualdad
entre las mujeres y los hombres, ya que siguen siendo espacios manejados por los hombres y muy
machistas.

Cargos de elección popular

Todas las entrevistadas se han postulado a algún cargo de elección popular, pero solo cuatro de ellas
han logrado ganar estos puestos en elecciones. Los puestos ganados son diputaciones en el Congreso
Nacional, y regidoras dentro de la Corporación Municipal. Tres de las entrevistadas tienen
actualmente un cargo dentro del gobierno.

Al analizar la trayectoria de las mujeres que son actualmente diputadas en el Congreso nacional, se
observa que un 22% han sido reelegidas. De las 31 diputadas actuales, 4 han sido reelegidas por
segunda vez, 2 por cuarta, y una por sexta vez es diputada. Este porcentaje es levemente superior a la
tasa de reelección global de mujeres y hombres del Congreso Nacional para la legislatura de 2001-
2005, que es de un 20.4%. Todas las diputadas reelegidas son parte de los partidos políticos
tradicionales, el Liberal y el Nacional.

La participación en puestos públicos como antecedente de su participación en el Congreso Nacional

El haber ostentado un cargo público dentro de las estructuras gubernamentales es un factor que
favorece las posibilidades de que las mujeres lleguen a ocupar cargos dentro de las legislaturas, ya
que un 67.7% de las mujeres de la legislatura pasada han ocupado algún cargo dentro del estado. Un
25% han tenido puestos dentro de alcaldías, el resto en otras instituciones del estado.

3. Su participación dentro de los partidos políticos

Motivación para participar en política

75
Las historias de vida y de la trayectoria política de las mujeres varían dependiendo de si se trata de
mujeres que pertenecen a los partidos políticos tradicionales, o si pertenecen a partidos pequeños o
de izquierda.

Las que son de partidos políticos tradicionales entraron en la política partidista debido a una
“herencia familiar”, su abuelo, papa, o mamá han sido parte de este partido desde hace muchas
décadas:

“Vengo de una familia política, mi madre QEPD viene desde Tiburcio Carias, y ella ya traía eso
y por consiguiente sus hijos, (…) Me dedicaba los fines de semana a la política, no
participando sino coordinando cuando estaban Nora de Melgar y Oswaldo Ramos Soto,
Callejas” (Brenda Mercedes Flores Serrano, PN)

“Mi primera motivación fue mi padre, que en 1957 fue primer diputado por el departamento
de Gracias a Dios. Él nos inculcó el don de servicio hacia nuestra gente” (Edna Carolina
Echeverría Hayloc, PL)

Las mujeres que vienen de otros espacios, como las organizaciones feministas, tuvieron otro tipo de
motivaciones para incursionar en la política partidista. Ellas entraron a estos espacios debido a la
toma de conciencia de la exclusión de las mujeres de la política partidista tradicional:

“En la contienda electoral de 2005 existió mucha discusión de las compañeras feministas
sobre quien se metía en la política partidaria para poder alcanzar un escaño en el parlamento,
dado que se necesitaba de parlamentarias que pudiesen presentar propuestas de ley desde el
feminismo, pues las que habían llegado no tenían vínculos con el feminismo y más bien existía
una escalada fundamentalista que retrocedía cualquier avance en materia de DDHH de las
mujeres. Fue así como me decidí a meterme en la política, porque me dije, ya no trabajaremos
más para las mujeres de la clase burguesa, mejor que llegáramos nosotras y tener frutos de lo
acumulado en tanta lucha del feminismo. Por eso fui candidata a Diputada”. ( Suyapa
Martínez, UD).

Una de las entrevistadas, Honorina Rodríguez, que tiene 10 años de participar en la UD, hace una
reflexión muy interesante sobre la resistencia de las feministas a incursionar en la política tradicional,
pero como, a pesar de este hecho, es necesario que haya una toma de conciencia de las feministas
sobre la participación en la política tradicional como una estrategia viable para lograr cambios
sociales a favor de las mujeres:

“He sido política desde aproximadamente unos 10 años que yo recuerde, desde entonces
estoy involucrada en asuntos políticos, en Unificación Democrática. Nosotras siempre estamos
pidiendo que haya más participación de las mujeres, que haya cuotas, que se respeten, que
hay que ver por los derechos de las mujeres, pero también es cierto que las que tenemos
conciencia en alguna medida o que tenemos el conocimiento no entramos en esos espacios.
Es muy difícil para las mujeres identificar sus necesidades estratégicas, no es que las
desvalorice, pero muy pocas veces las mujeres que tenemos conciencia y que tenemos el
conocimiento entramos en algunos espacios. Lo que me mueve es pensar que puedo hacer

76
algunas cosas con respecto a la participación de las mujeres en el interior del partido”
(Honorina Rodríguez, UD).

En Honduras, al igual que en muchos países del mundo, la política se ha convertido en un juego
mediático, donde los votos del electorado se logran a través del apoyo obtenido por campañas
costosísimas realizadas en los medios de comunicación. Para las mujeres que son parte de los
partidos grandes o tradicionales esto no ha sido un obstáculo para entrar en la política, dado que
generalmente proceden de familias pudientes y cuentan con el respaldo de los líderes de sus
partidos. Pero para las mujeres que tienen otro origen, que no son parte de las clases pudientes del
país, este sí ha sido un factor que les ha impedido participar en la política:

“Desde que me acuerdo siempre he sido participante de la UD, desde que se fundó y desde
que participo en las primeras elecciones, siempre fui simpatizante del partido pero nunca fui
activista, y no participaba porque significada invertir mucho dinero que yo no tenía.
Irónicamente alguien me dijo que tenía que participar y me dijo que iba a ver cómo me
ayudaban económicamente. Yo decidí entrar primero porque sería una experiencia
importante de participación política, y porque siempre se ha cuestionado en el movimiento de
mujeres la no participación activa de las mujeres en ciertos campos, porque no se han
atrevido” (Honorina Rodríguez, UD).

4. Vinculación con el movimiento de mujeres y feminista y la defensa de los derechos de las


mujeres

Las alianzas feminismo-mujeres políticas

Los debates feministas sobre la necesidad de participar en la política partidista tradicional para lograr
cambios a favor de las mujeres también se han extendido a la posibilidad de establecer alianzas con
los partidos políticos y sus dirigentes. Las posturas más radicales dentro de las feministas señalan que
este tipo de alianzas pueden debilitar el movimiento, hacer que perdamos fuerza y que se diluyan los
fines de nuestro proyecto político feminista. De alguna manera, esta ha sido la postura dominante
dentro del feminismo en Honduras.

Esto ha traído como consecuencia la negativa a establecer diálogos con las mujeres líderes de los
partidos políticos, aunque el surgimiento del Partido Unificación Democrática, en 1994, que fue
creado por la iniciativa de líderes de la izquierda que regresaron a Honduras después de años de
exilio, abrió la posibilidad de que mujeres del movimiento feminista decidieran incursionar en la
política tradicional desde este partido:

“Yo ya estaba desencantada de los partidos políticos porque participe en la DC y fue una
completa desilusión. Fui expulsada de ese instituto político por mis ideas revolucionarias. Sin
embargo, cuando surge UD, en donde se aglutinaron cantidad de compañeros y compañeras
de la década de los ochentas con las cuales luche por transformar este país, pensé que era mi
oportunidad de participar en una institución legalmente inscrita en donde mis ideales de
revolucionaria sí eran compartidos por las y los que actuaban en esa institución. Fue así que
decidí afiliarme precisamente un año después de su surgimiento” (Suyapa Martínez, UD).

77
Con la UD ha habido un trabajo constante y comprometido de las feministas de Honduras, lo que sin
duda, ha tenido un efecto directo en que este sea uno de los partidos que tienen más feministas
entre sus integrantes, y en el que se han logrado más beneficios a favor de las mujeres.

Con los partidos tradicionales la relación con el movimiento feminista ha sido más difícil y conflictiva,
dado que en estos partidos ha habido menos apertura para reconocer a las mujeres como líderes y
protagonistas, y por el hecho de que son mucho más verticales y clasistas que los partidos más
pequeños. Sin duda, la dificultad de establecer alianzas para lograr que más mujeres ocupen cargos
de poder dentro de estos partidos y en las listas electorales tiene con el hecho que el ser parte de
estos partidos da más garantía de llegar a ocupar un puesto dentro del estado.

En cuanto a este punto, las mujeres de los partidos políticos tradicionales entrevistadas son claras.
Ellas manifiestan que aunque sí hay algún tipo de relaciones con el movimiento feminista, fueron muy
breves y no lograron concretizarse de manera más formal:

“Fue muy breve el buscar alianzas estratégicas, porque yo sí he sentido que teníamos una
responsabilidad como mujeres diputadas ante el tema de género, pero no se concretizó, y
lamento que no pudimos echarlo a andar” (Edna Carolina Echeverría Hayloc, PL).

Otra de ella menciona que se han logrado alianzas pero a nivel de la dirección del partido de Francisco
Morazán, y no de su departamento:

“Como partido posiblemente sí, porque en Francisco Morazán hay comisiones y están esas
relaciones, pero si yo hablo como diputada del departamento de Cortés mi única coordinación
y los enlaces ha sido con el pueblo, pueblo del partido y no sólo del partido, porque en las
necesidades que hay en las mujeres no tienen color político” (Brenda Mercedes Flores
Serrano, PN).

Las relaciones entre las feministas y las mujeres de los partidos políticos no han estado exentas de
conflictos, como lo relata una de las entrevistadas:

“Mi mayor vinculación era con el CEM-H. En el movimiento llevábamos dos candidatas a
regidoras, pero yo me salí del partido por una serie de conductas que para mí eran inmorales
en política. Sin embargo, el movimiento feminista lamentablemente continuó avalando esa
conducta machista, corrupta, y me condenaron a mí en vez de condenar al ciudadano que
violó los estatutos del partido. Yo fui señalada por el mismo movimiento de mujeres feminista.
Mi vinculación con el movimiento era a nivel partidario y con algunas a nivel personal, pero
casi me trataron de traidora. Esto fue un golpe duro, de tal forma que cuando oigo hablar del
poder para las mujer yo digo que es puro cuento, porque al nivel de la práctica ellas
públicamente dijeron que no apoyaban mi candidatura. Una cosa es el discurso y otra cosa a
nivel de práctica” (Doris Gutiérrez, independiente).

Las mujeres están consientes de que es necesario revisar las estrategias y las formas como se han
construido las relaciones entre las feministas y las mujeres políticas, para que trasciendan de ser
apoyos o relaciones personales, a ser alianzas formales definidas como estrategias dentro de los
partidos políticos.

78
A pesar de todos los problemas que se han presentado, las alianzas entre las feministas y las mujeres
políticas empezaron a cobrar más fuerza en la década de los noventas, cuando se formalizan dentro
del gobierno mecanismos de la mujer 50. Así, en 1991 se constituye la primera Comisión de la Mujer
dentro del Congreso Nacional. La entonces coordinadora, Soad Salomón Hode de Facussé, logró que
se conformara el Foro Permanente de la Mujer, integrado por organizaciones gubernamentales y no
gubernamentales. Este espacio fue concebido como una instancia de apoyo y colaboración a la
Comisión de la Mujer en la definición de las necesidades y vacíos legislativos. También, en 1991 se
logró, a través de una alianza entre mujeres parlamentarias y feministas, que se incluyera un artículo
en la Ley de Reforma Agraria donde se concede el derecho a titulación a las mujeres, lo que dejo ver
la importancia de las alianzas entre mujeres diversas para lograr cambios legales a favor de las
mujeres51.

Pero las relaciones entre las mujeres políticas y las feministas han conflictivas, cargadas de
desaciertos y desconfianzas. Fue hasta el año 2000, en el proceso para la aprobación de la Ley de
Igualdad de Oportunidades, cuando se restablecen las relaciones entre las mujeres políticas y las
feministas. En este entonces, el Colectivo contra la Violencia, plataforma que agrupaba
organizaciones feministas del país, apoyó la iniciativa de la Presidenta de la Comisión de la Mujer del
Congreso y le brindó apoyo técnico haciendo una revisión al anteproyecto que habían elaborado. Esta
ley fue aprobada en 46 artículos en el primer debate en el hemiciclo, pero no se continuó con este
proceso dado que algunas organizaciones y el Instituto Nacional de la Mujer consideraron que no
eran claros algunos de los artículos de la Ley. En una jugada vergonzosa, los diputados de aquel
entonces del Congreso Nacional, aprovechando la ausencia de las diputadas, que asistían a un
encuentro latinoamericano de mujeres parlamentarias, aprobaron en un segundo debate una moción
que sólo reconocía un 30% de participación de las mujeres en cargos de elección popular, y no un
50%, como estaba estipulado en la propuesta original.

Este originó que las diputadas e integrantes de organizaciones feministas y de algunos sindicatos,
protagonizaran lo que se conoció como la “revuelta de la seda”. El 10 de abril del 2000, 20 diputadas
se tomaron la sede del Congreso Nacional, apoyadas por mujeres que en las afueras del Congreso
gritaban consignas para que aprobara la ley pero como había sido consensuada. Esta fue la primera
vez, desde la época del sufragismo, cuando se logra juntar las demandas de las mujeres políticas y las
feministas. Aunque la ley aprobada solo consignó el 30% de participación de las mujeres en las
planillas electorales, este es un antecedente que marcó el rumbo de las relaciones entre las mujeres
políticas y las feministas.

Fue a partir de esta experiencia cuando las organizaciones feministas comienzan a incorporar en sus
agendas el trabajo con mujeres políticas. Pero fue hasta en noviembre 2005 cuando por primera vez
compañeras con una amplia trayectoria dentro del movimiento feminista, como Alba Mejía, Honorina
Rodríguez y Suyapa Martínez deciden lanzarse como candidatas a diputadas. Ellas se pusieron de
acuerdo sobre las demandas que debían impulsar desde sus candidaturas, como la despenalización
del aborto y la diversidad sexual, que eran temas que ya estaban siendo discutidos en los foros de
debate que se realizaron previo a las elecciones. Antes de esta fecha, en 1997, se habían presentado
50
La historia de la “revuelta de la seda”, como se le conoció al proceso de aprobación de la Ley de Igualdad de
Oportunidades, fue tomada de María Elena Méndez/ Ariel Montes de Oca. Ley de Igualdad de Oportunidades
para la Mujer: luces, sombras y desafíos… Pp. 15-19.
51
Carmen Diana Deere y Magdalena León. Género, propiedad y empoderamiento: tierra, estado y Mercado en
América Latina. (Colombia, TM Editores, 2000) Pp. 412.

79
a cargos de elección popular otras compañeras feministas como Emma Mejía y Aminta Navarro, por
parte de una corriente interna del Partido Liberal, pero en este caso, la participación de estas
compañeras no se planteó al interior del movimiento feminista; diferente a lo que sucedió en las
elecciones 2005.

En esta contienda electoral, las feministas por primera vez realizaron una campaña pública para
promover el voto por las mujeres. Esta campaña tenía el lema de “MUJER YA NO PLANCHES, VOTA
POR LAS MUJERES QUE SE IDENTIFICAN CON LOS DERECHOS DE LAS MUJERES”.  Pero las divisiones al
interior del movimiento feminista hicieron que algunos movimientos, como el Visitación Padilla, se
decidieran por apoyar a mujeres de los partidos de derecha y no a las compañeras feministas.

A partir de la realización de esa campaña, se estructuró un trabajo sistemático para promocionar los
derechos políticos de las mujeres. Organizaciones como el Centro de Estudios de la Mujer CEM-H, el
Centro de Derechos de Mujer CDM, y Visitación Padilla, incrementaron sus acciones de incidencia
para lograr la aprobación de leyes y política públicas contentivas de los derechos políticos de las
mujeres, y para lograr la creación o fortalecimiento de las instancias o mecanismos para impulsar los
derechos de las mujeres; y empezaron a realizar programas y escuelas de capacitación para mujeres
de todos los partidos políticos. Desde este accionar, se concretaron estrategias de trabajo con la
Alianza de Mujeres Municipalistas de Honduras, ANAMH, desde donde se capacitó a las mujeres
regidoras, alcaldesas y otras de los partidos más vinculadas al ámbito local, y se les dio asesoría y
acompañamiento a las Juntas Directivas y a las asambleas de este espacio. Otra forma de trabajo ha
sido las visitas a la dirigencia de los partidos políticos, y el acompañamiento a las mujeres en sus
demandas de más participación. También han acompañado a las secretarías de la mujer y a las
comisiones de la mujer dentro de los partidos políticos. También se estableció un trabajo muy
cercano con las diputadas del Congreso Nacional, sobre todo con la Comisión de la Mujer. Pero como
se va a ver en el último capítulo, los fines y las estrategias de trabajo de las organizaciones feministas
han cambiado desde el golpe de estado.

Conocimiento de la agenda feminista

Antes del golpe de estado, y a pesar de las dificultades que se han enfrentado y del rechazo que tiene
el feminismo dentro de los partidos políticos y de los movimientos sociales, los esfuerzos de las
feministas habían dado frutos en la aprobación de leyes y políticas públicas, la conformación de
alianzas y en la generación de una conciencia crítica acerca de la exclusión de las mujeres de la
política partidista tradicional. Lo que ha sido más difícil es lograr una mayor adhesión de las mujeres
políticas, sobre todo de los partidos tradicionales, a las demandas y propuestas feministas. Por
ejemplo, y de acuerdo con las entrevistas realizadas para esta investigación, las mujeres políticas de
los partidos tradicionales manifiestan desconocer los temas de la agenda feminista:

“No, esto del feminismo sólo se maneja a nivel de Francisco Morazán y no así en el
departamento de Cortés. Esto no sólo pasa con las mujeres, sino también con el adulto mayor
y lo que son niños” (Brenda Mercedes Flores Serrano, PN).

Las otras dos entrevistadas, que pertenecen al Partido Liberal, mencionan, entre los temas de la
agenda feminista que conocen y de los que han recibido capacitación o seminarios, los relacionados
con la violencia doméstica y violencia intrafamiliar, abuso sexual, incesto y acoso sexual. Una de ellas
menciona además el apoyo a las mujeres privadas de libertad y microempresas para mujeres.

80
Contrario a lo que manifiestan la que pertenece al movimiento independiente, y las que son parte de
la UD y del movimiento feminista, no mencionan como parte de los temas que conocen los derechos
sexuales y reproductivos de las mujeres; los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales;
el derecho a la participación social y política de las mujeres; y el acceso a los recursos naturales.

Que las mujeres de los partidos tradicionales no mencionen estos temas tiene que ver
probablemente con el hecho de que el movimiento feminista en Honduras, desde su surgimiento, se
centró en la incidencia y en el trabajo político para lograr la aprobación de leyes relacionadas con la
violencia contra las mujeres, por lo que es un tema más conocido por la población en general,
incluyendo las mujeres políticas. Muchas organizaciones feministas de Centroamérica y Honduras han
definido sus programas, estrategias e incluso su identidad colectiva a partir de la lucha contra la
violencia hacia las mujeres. Esto se debe sobre todo, a que es un tema que se negocia con relativa
facilidad en el ámbito de lo público-estatal 52, al carácter conservador de las sociedades
latinoamericanas, que ha permitido que la violencia contra las mujeres sea un hecho social y
culturalmente aceptado, además de extendido 53, y a que es quizás uno de los únicos puntos en común
con el movimiento amplio de mujeres54.

Esto se evidencia también en el hecho que en la anterior legislatura, un 41% de las mociones
presentadas por diputadas versaban sobre la violencia contra las mujeres, como la tipificación del
femicidio y trata de personas, aumento de las penas de violencia doméstica e intrafamiliar;
construcción de casas refugio para mujeres sobrevivientes de violencia; incidencia para la aprobación
de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia; aprobación de la Ley de
Creación de la Comisión Interinstitucional contra la Explotación Sexual Comercial y Trata de Niños,
Niñas y Adolescentes; y la creación de oficinas que atiendan las denuncias de violencia contra las
mujeres en el Congreso, hospitales y estaciones de policía, entre otras mociones. También
presentaron propuestas para la inclusión de la educación de género, y para la creación y
reconocimiento legal de las Oficinas Municipales de la Mujer u OMM.

Los derechos sexuales y reproductivos, por el contrario, no han tenido la fuerza de la lucha contra la
violencia en las demandas feministas, hasta hace poco años. Pero también es necesario tener en
cuenta que este tema no ha sido impulsado por las mujeres políticas, sobre todo las de los partidos
tradicionales, porque también militan en las iglesias y son parte de grupos fundamentalistas como el
Opus Dei, que se han opuesto desde siempre a los derechos de las mujeres, sobre todo, los que
tienen que ver con los derechos sexuales y reproductivos. Esto ha traído como consecuencia que
aunque en los últimos diez años se ha aprobado disposiciones legales relacionadas con la prevención,
atención y sanción de todas las formas de violencia contra las mujeres, también se han aprobado
leyes que van en contra de nuestros derechos, como la prohibición expresa en la Constitución del
matrimonio entre personas del mismo sexo o la penalización de todas las formas de aborto.

Al hacer un análisis de las mociones presentadas por diputadas mujeres en la pasada legislatura, tres
diputadas presentaron anteproyectos de ley que violentan los derechos de las mujeres, como la Ley
52
Virginia Vargas. “Las búsquedas y los nuevos derroteros feministas en su tránsito al nuevo milenio”. En Edda
Gaviola y Lissette Gonzáles (comp.) Feminismos en América Latina… Pp. 242.
53
Elizabeth Jelin. “Los derechos y la cultura del género”, en Eugenia Hola y Ana Maria Portugal (edit .) La
ciudadanía a debate. (Chile: Isis Internacional, 1997) Pp.80.
54
Rina Villars. Para la casa más que para el mundo... Pp. 608.

81
de Paternidad y Maternidad Responsable, el establecimiento del “Día del Niño No Nacido”, y la
transformación del IHNFA y el INAM en Ministerio Social de la Familia (en trámite). Las diputadas que
presentaron este tipo de propuestas representan un 10% del total, aunque son de las que tienen más
poder e influencia dentro del Congreso nacional, de acuerdo al análisis que se ha realizado desde el
movimiento feminista.

La influencia de los sectores fundamentalistas en el Congreso Nacional, y en todas las estructuras del
estado, ha impedido también que se lleven a cabo reformas en el sistema de salud que permitan que
las mujeres tengan acceso a otros derechos, como la información, educación en salud sexual y
reproductiva; y el acceso a programas y servicios de salud adecuados a sus necesidades. Por ejemplo,
en el 2003 se elaboraron y se publicaron unas guías de educación sexual para maestras y maestros de
secundaria, pero el Ministro de Educación de ese momento detuvo su distribución por presiones de
los grupos fundamentalistas, encabezados por Marta Lorena Alvarado Casco, del grupo PROVIDA. En
el 2005 se elaboraron nuevamente otras guías de educación sexual para educación básica y prebásica.
Esta vez, la estrategia usada por los grupos religiosos para detener su implementación fue proponer
la creación de un Consejo de Educación Sexual, que tenía revisar las guías. Finalmente se logró un
acuerdo entre las autoridades del estado, las organizaciones de la sociedad civil y las madres y padres
de familia para su publicación55 .

Estas mismas diputadas presentaron una moción en el Congreso para que en los preservativos se
incluya una leyenda que aclare que el preservativo disminuye pero no evita el riesgo del VIH/SIDA, y
leyes contra la drogadicción. Muchos estudios realizados en el país por feministas señalan que este
tipo de estrategias de prevención y educación no son las más adecuadas para reducir las tasas de
infección de esta enfermedad, dado que en Honduras la población es sexualmente activa desde
edades tempranas.

Otro problema que se presenta es que las diputadas tienen una visión muy conservadora y apegada a
la moral religiosa sobre los “problemas de la mujer”; y sobre las estrategias o acciones que debe
llevar a cabo el estado para lograr un cambio en su situación y condición. Así, vemos que un 51% de
las diputadas presentaron mociones que se pueden clasificar como de “beneficencia”, que son las
relacionadas con atención a madres solteras, niñez, juventud, discapacitados, adulto mayor, bono
escolar, etc. Un 22.5% presentaron mociones relacionadas con la salud materno-infantil, como las
relacionadas con lactancia materna, atención a partos, detección del cáncer de mama, VIH/SIDA. Un
16.5% de las diputadas presentaron proyectos religiosos, sobre todo, para construcción de centros o
exoneración de impuestos a iglesias u ONGs evangélicas.

El golpe de estado y la escala de los fundamentalismos religiosos de los que hemos sido testigas,
detuvo finalmente el proceso de implementación de las guías de educación sexual. También, después
del 28 de junio se aprobó un el Programa de Educación en Ciudanía y Valores, dirigido a los niveles
Pre-Básico, Básico, Medio y Normal del sistema educativo público, que vendría a sustituir los
esfuerzos por promover la educación sexual56.

Después del golpe de estado también se derogó el decreto que permitía el uso y distribución de las
Pastillas Anticonceptivas de Emergencia o PAE, permitidas en el país desde 1991. Esto se hizo a
55
Centro de Derechos de Mujeres y CLADEM-Honduras. Informe sobre la educación para la sexualidad en
Honduras. Para el relator especial sobre educación. (Tegucigalpa, S/E, S/F).
56
Feministas en Resistencia. Políticas Públicas y los DDHH… Pp. 15-16.

82
iniciativa de Marta Lorena Casco y Nely de Jerez, entonces diputadas del Congreso Nacional. Aunque
se presentaron evidencias científicas avaladas por organismos internacionales de que las PAE no son
abortivas, la falta de un estado laico permitió que pesaran más los informes presentados por estas
diputadas, en donde se afirmaba que estas pastillas eran abortivas y que por lo tanto, iban en contra
de la obligación del estado de proteger la vida desde el momento de la concepción.

El golpe de estado también ha traído como consecuencia un retroceso en los derechos políticos de las
mujeres, con las reformas aprobadas a la Ley de Municipalidades, donde no se recogió la demanda de
legalizar las Oficinas Municipales de la Mujer u OMM dentro de las alcaldías municipales, pese a que
en el 53% de los municipios ya existían estos espacios, logrados en la mayoría de los casos con la
legitimidad que le da el ser una demanda de las redes de mujeres en el nivel local 57. Las OMM se
habían convertido en un mecanismo efectivo para lograr una mayor participación política de las
mujeres en los ámbitos locales, y estaban funcionando como mecanismos institucionales para lograr
la implementación de las leyes y las políticas públicas en las ciudades pequeñas del país.

La presencia en el Congreso Nacional y en otras instancias del gobierno de mujeres que pertenecen a
grupos religiosos fundamentalistas, que no conocen los derechos de las mujeres y que no
representan nuestras demandas, sin duda, es otro punto sobre el que debemos reflexionar. Al
respecto, muchos estudios feministas señalan que uno de los problemas que hemos enfrentado es
que nos hemos centrado en aumentar cuantitativamente el número de mujeres que ocupan cargos
públicos, y no nos hemos preocupado porque las mujeres que lleguen al congreso sean
comprometidas con los derechos de las mujeres.

Esta es una discusión que ha estado muy presente en el feminismo latinoamericano. Para algunas
organizaciones y activistas, es fundamental poner el énfasis en la lucha por medidas encaminadas a
lograr la paridad, considerada como una condición básica para la construcción de la democracia a la
que se aspira. Para otras, aún sin oponerse totalmente a este primer factor, es imprescindible vincular
el análisis y las estrategias para elevar los niveles de participación de las mujeres, a la calidad de la
representación, en el sentido de que no sólo se trata de luchar porque hayan más mujeres en los
espacios de toma de decisiones, sino, de qué tipo de mujeres y hombres ocupan esos espacios, que
tipo de decisiones toman, y sobre todo, para que fines utilizan la representación que les otorgan los
resultados del voto popular58.

5. Logros obtenidos en sus carreras políticas

El análisis de las entrevistas deja ver que la valoración de los logros obtenidos por las mujeres en sus
carreras políticas tiene que ver con la pertenencia a un determinado partido político, y con los
objetivos o fines de las mujeres que las impulsaron a participar en la política.

Las mujeres de los partidos tradicionales valoran como logros el apoyo de la gente y la posibilidad de
realizar proyectos para sus lugares de origen o comunidades. Es decir, prevalecen sus intereses
locales y partidistas:

57
Idem anterior.
58
Alianza Feminista Centroamericana para la Transformación de la Cultura Patriarcal. Investigación: Democracia
en Centroamérica…Pp. 7.

83
“Mis logros son haber logrado el cariño, apoyo y reconocimiento de la gente cuando voy a mi
municipio, y poder ayudarles” (Brenda Mercedes Flores Serrano, PN).

“Servirle al pueblo, hacer muchos proyectos. Yo lo hice en Santa Cruz de Yojoa, lo que me tiene
muy contenta, y en este período, aunque hay mucha pobreza, creo que lo vamos a sacar
adelante. Como diputada, he impulsado proyectos que benefician a mi comunidad, como la
propuesta de la creación de una universidad para Gracias a Dios, si los pueblos indígenas no
tienen la oportunidad de educarse igual que el resto de la población, no hay forma de sacarlos
adelante; en el tema de educación logré el 100%; el tema de salud, está colapsado; en
comunicaciones, algo con la telefonía privada; en titulación de tierra, tengo frustración
porque otros intereses me pararon el anteproyecto en el tercer debate” (Edna Carolina
Echeverría Hayloc, PL).

También mencionan como logros la experiencia que han obtenido en su caminar político y el haber
llegado a obtener candidaturas y puestos de dirección dentro de sus partidos, a pesar de las
limitaciones que enfrentan como mujeres en este tipo de espacios. La entrevistada que se lanzó con
una candidatura independiente, Doris Gutiérrez, manifiesta que uno de sus logros es una victoria
electoral a pesar de sus limitaciones de no ser parte de un partido político.

Las mujeres que son parte de partidos minoritarios como la UD comparten como logros estas
experiencias. Sin embargo, ellas también incluyen dentro de sus logros el reconocimiento de los
derechos de las mujeres:

“Desde el Congreso Nacional hicimos bastantes logros, con la Ley de Igualdad de


Oportunidades, cuando como diputadas nos tomamos el congreso con el movimiento de
mujeres para que se aprobara. También, logramos la aprobación de la Ley contra la Violencia
Doméstica y sus reforma, y presentamos varias mociones con relación a los femicidios y quedó
integrada una comisión interinstitucional” (Doris Gutiérrez, independiente).

Ellas también mencionan haber logrado la inclusión del tema de la igualdad y equidad entre los
géneros en las agendas en el accionar de los partidos, la aprobación de una política de género en los
partidos, que los planes estratégicos y los estatutos de los partidos incluyan medidas para apoyar la
participación política de las mujeres, y haber logrado cargos directivos dentro de los partidos. Sin
duda, en espacios tan conservadores, misóginos y excluyentes para las mujeres como los partidos
políticos, lograr que las mujeres tengan un espacio, voz y voto, y que se incluyan medidas positivas
dentro de sus normas internas son grandes logros en la democratización de la política para las
mujeres:
“Un logro grande es que hay una política de equidad de género en el partido, aunque no se
esté aplicando correctamente; un plan estratégico donde hay varios mecanismos que faciliten
o que vayan a apoyar la participación política de las mujeres; que los estatutos tengan una
parte de sancione las agresiones de las mujeres; que los estatutos tengan un 50%, aunque no
puedo atribuírmelo como un logro único mío, pero digo que he contribuido, y estar en una
junta directiva nacional porque es donde se toman decisiones. Otro logro que no es formal
porque no está escrito, pero es funcional porque funciona así, es que los cargos sean alternos.
También, que los hombres en cualquier evento y en cualquier lugar donde estén, estén
pendientes de decir que no incluyeron a las mujeres, ese es un logro, que tomen en cuenta que
nosotras estamos allí y que debemos estar incluidas” (Honorina Rodríguez, UD)

84
Las mujeres entrevistadas están muy orgullosas de ser pioneras en el campo de la política partidista.
Venciendo todo tipo de obstáculos, ellas han logrado ejercer su derecho de participar en las
contiendas electorales, de representar a las mujeres y abrirles camino. Han logrado también que se
reconozca que ha habido desde siempre mujeres valientes que han luchado por el país:

“Entre mis logros, ser la primera candidata a alcaldesa en San Pedro Sula, haber contribuido a
demostrar que las mujeres tenemos capacidad para ejercer una diputación, lograr que se
apruebe un Decreto orientado a elevar a Visitación Padilla a la categoría de heroína nacional
para visibilizar el aporte de las mujeres en la construcción de la Patria, haber sido catalogada
como una de las diputadas con mayor calidad de aportes en los debates del pleno, y la lucha
por la defensa de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres” (Silvia Ayala, UD).

El camino que han recorrido les permite también conocer más a fondo las dificultades que enfrentan
las mujeres para participar en política, sobre todo, las que son más pobres o no son parte de los
partidos tradicionales, como ellas:

“El haber participado en primera persona me permite hacer un balance de mi participación y


poder entender a las otras mujeres que sin acceso a recursos participan en estos espacios,
porque ahora sí puedo decir que las que llegan son las que tienen padrino y se comportan
como los hombres. Además ahora puede afirmar que el techo de cristal existe para las de la
oligarquía, pero que para las mujeres del pueblo es un techo concreto que no puede ser roto
más que por la fuerza del pueblo organizado, y sobre todo, de las mujeres organizadas y las
feministas” (Suyapa Martínez, UD).

85
6. Dificultades que ha enfrentado su participación política

Las mujeres que se atreven a romper los moldes al ingresar a la vida política, deben enfrentar, entre
otras dificultades, la falta de apoyo y solidaridad, la abierta o velada omisión en la aplicación de cuota
electoral obligada en favor de las mujeres, el desconocimiento de las leyes y la normativa
internacional por parte de los impartidores de justicia, la carencia de organismos e instancias de
seguimiento a la validación de sus derechos, entre otros obstáculos. A todo ello habrá que sumar los
diferentes roles que ellas mismas tienen en la sociedad (profesional, ama de casa, estudiante,
activista de organizaciones ya sean políticas, gremiales, cívicas, o como en este caso, Alcaldesas), la
falta del respaldo político de sus organismos, la competencia política en desventaja con los hombres,
el temor a las críticas que cuando se refieren a una mujer son implacables, y los múltiples
procedimientos, que se complican cuando ellas quieren ser candidatas a cargos de elección popular 59.

Las mujeres que fueron entrevistadas para realizar esta investigación mencionaron como dificultades
en su carrera política que no siempre cuentan con el apoyo de su familia. Muchas mujeres, de hecho,
son rechazadas por sus familias cuando deciden volverse “mujeres públicas”. La sobre carga que
implica el trabajo doméstico también es una dificultad que enfrentan. De acuerdo con las entrevistas
realizadas para esta investigación, sólo la mitad de las mujeres comparten con su pareja las labores
de la casa, lo que les resta tiempo para dedicarle a las labores políticas y otras actividades:

“El tiempo es otro problema, cuando los hijos estén pequeños, a mí me tocó el caso que mis
hijos ya están grandes, pero ese es un problema, porque las mujeres tenemos que cuidar a
nuestros hijos” (Edna Carolina Echeverría Hayloc, PL).

Todas las mujeres entrevistadas mencionaron que una de las dificultades más grandes que enfrentan
es que, a pesar de los esfuerzos realizados, no se ha logrado una mayor apertura de los hombres
políticos y al interior de los partidos para la participación de las mujeres. Al igual que todos los demás
espacios del mundo, la política es un campo de lucha entre los géneros, es un ambiente de disputa
constante por el poder.

Aunque las mujeres hemos demostrado que tenemos las capacidades y las habilidades necesarias
para tener puestos directivos y de decisión dentro de los partidos, todavía sigue persistiendo en los
hombres imaginarios y prácticas que desvalorizan a las mujeres:

“Para mí los principales obstáculos son la percepción machista de los hombres que se asumen
como que ellos son los que pueden y los que saben hablando de política, y aunque yo estoy
dentro del partido no siempre me escuchan. Toca ponerse un poco fuerte para que reamente
te escuchen y te tomen en cuenta” (Honorina Rodríguez, UD).

Los cambios a favor de las mujeres son tan difíciles, y hay tanta negativa por parte de los hombres
para reconocernos como sujetas de derechos por que se trata de una lucha por el poder:

“Existe la competitividad con los compañeros, máxime en Cortés que somos 20 diputados que
todos quieren salir. Esto nos lleva al momento que ya no se ve el compañerismo, porque todo
mundo quiere llegar, y es más difícil todavía para uno que es nueva y es mujer, aunque ha

59
Idem anterior. Pp. 263.

86
mejorado la cultura del hombre pero la situación es que ellos quieren salir. Siempre hay
atropellos, no en cuanto a ofensas, sino como humanos que somos, y eso sucede entre las
compañeras mujeres también” (Brenda Mercedes Flores Serrano, PN).

El que las mujeres ocupen puestos dentro de los partidos políticos o en las planillas electorales,
implica que un hombre va a ser “desplazado” para que una mujer ocupe su lugar. Por eso, aunque se
hayan logrado reformas legales para aumentar la participación de las mujeres en estos espacios, las
formas de relacionamiento que prevalecen entre las mujeres y los hombres son tensas y de
confrontación. Esta es otra estrategia empleada por los hombres para evitar que las mujeres se
empoderen y reclamen el lugar que le corresponde. Pero esta dinámica no sólo se da entre las
mujeres y los hombres, sino también entre las mismas mujeres. Esto no es extraño, dado que las
mujeres para hacerse valer en espacios tan masculinos, muchas veces tienen que comportarse como
los hombres, adoptar sus conductas y dinámicas. Por eso debemos trabajar la sororidad y la ética del
cuidado entre nosotras las mujeres, para unir fuerzas en la búsqueda común de nuestra superación
personal y colectiva.

La cultura machista y patriarcal hace que muchas mujeres no se sientan con la capacidad de pelear
estos espacios con los hombres. A nosotras se nos educa para callar, para obedecer, para no levantar
la voz, en cambio los hombres son educados para ser líderes, para mandar y hacerse escuchar.
Muchas de las mujeres políticas entrevistadas manifiestan que la timidez en las mujeres es obstáculo
grande que tienen que enfrentar para estar en estos espacios:

“En lo personal me sentí privilegiada en el Congreso, tal vez por mi personalidad porque soy
peleona y no me dejo, y entendí que para sobrevivir había que imponerse ante los hombres.
Allí no se debe ser tímida. Yo siento que me revelé ante las limitaciones que he enfrentado. De
hecho, en el 2009 renuncié cuando sentía que me atropellaban como mujer y como
parlamentaria. Es de luchar y tener valentía. Hasta para que le cedan la palabra hay que
luchar” (Edna Carolina Echeverría Hayloc, PL).

Otra forma como los hombres impiden que las mujeres tengan cuotas poder dentro de los partidos
políticos y en el Congreso es negándoles el acceso a la información:

“Desde mi posición de directiva tenía dificultades para acceder a la agenda y no podemos dar
información de lo que se va a pasar porque no tenemos acceso a la agenda hasta que llegan
con los decretos y lo ponen sobre la mesa, es que yo podía saber que era lo que iba a entrar.
Esto lo define el presidente y secretario del congreso” (Edna Carolina Echeverría Hayloc, PL).

A pesar de que se ha realizado un trabajo de concientización con las mujeres de los diferentes
partidos políticos, y se les ha dado capacitación en feminismo, género y derechos de las mujeres,
también se pudo ver que las mismas mujeres todavía no logran romper esos esquemas patriarcales, y
reproducen las ideas y argumentos de los hombres en cuanto a las medidas positivas para favorecer a
las mujeres. Una de las mujeres, por ejemplo, manifestó que no considera que las leyes de cuotas
sean justas:

“Las mujeres tenemos el 50%, pero para mí no debería de haber porcentaje sino que de
acuerdo a la capacidad de la mujer, la disciplina y oportunidades que tenga y la experiencia”
(Brenda Mercedes Flores Serrano, PN).

87
Este tipo de ideas no toman en cuenta las dificultades históricas que las mujeres han enfrentado para
obtener puestos directivos dentro de los partidos políticos y el estado. No tienen en cuenta que las
mujeres desde siempre han participado en estos espacios, pero desde labores que reproducen los
roles tradicionales de las mujeres (se ocupan de arreglar los lugares de las reuniones, de la comida, de
la “logística”, etc.); y que las leyes de cuotas, entre otras medidas, permiten equilibrar las fuerzas
entre los géneros, en la búsqueda de una mayor igualdad y equidad para las mujeres.

En Honduras, al igual que en otros países de América Latina, el juego de la política se basa en la
manipulación de las preferencias electorales en campañas mediáticas. La mayor pobreza de las
mujeres, resultado de estas desigualdades en el empleo y salario, hace que las mujeres tengan menos
posibilidades de financiar sus campañas políticas y de obtener puestos dentro del gobierno:

“Los recursos nos limitan, pues las campañas y la participación política en el país están
diseñadas para que participe la oligarquía que tiene recursos y no las y los pobres. Sólo para
una diputación hay que hacer una campaña casi presidencial para quedar y eso requiere de
muchos recursos humanos y materiales, y las mujeres por lo general no los tenemos” (Suyapa
Martínez, UD).

Los medios de comunicación tampoco apoyan a las mujeres en sus campañas. De hecho, hemos visto
como desde que se empezaron a celebrar elecciones “democráticas”, los medios se encargan de
desprestigiar a las mujeres o de hacer “contracampañas”, donde se les ridiculiza o se les minimiza por
el hecho de ser mujeres.

Otro de los obstáculos que enfrentan las mujeres es que no son valoradas por su capacidad o por su
trayectoria política, sino por el apoyo o las alianzas que logren con hombres que tienen poder dentro
de los partidos políticos:

“Yo no creo que yo llegué a la junta directiva ni por mi capacidad o por mi profesión, porque
ellos no habían medido mi capacidad profesional. Definitivamente, yo llegué allí por los
poderíos y por la voluntad del aspirante a presidente Roberto Micheletti, que de alguna
manera tenía amistad conmigo. La política sigue estando en manos en manos de los hombres
y cuando uno llega allí es por instancias de los poderíos. En mi caso Roberto Suazo me anunció
que ya le había dicho a Micheletti que debía estar en la junta directiva y que me iban a ofrecer
la tercera vice-presidencia, pero me dijo, vos decí que no, deciles que tú quieres la
prosecretaria. Me dijo ¿sabes porque? Porque cuando lleguen los otros partidos van a querer
esa tercera vicepresidencia y vos te vas a quedar sin nada, mientras que la prosecretaría
nadie las pelea. Yo pude esta allí porque seguí el consejo y logré que después de 49 años,
fuera la primera mujer del departamento que logró integrar la junta directiva. Creo que esto
fue por una cuota de don Jaime Rosenthal, las cuotas que se pelean”. (Edna Carolina
Echeverría Hayloc, PL)

Las mujeres políticas deben entonces asegurarse el patrocinio de hombres líderes dentro de los
partidos para llegar a ocupar puestos dentro del gobierno. Si bien es cierto esto sucede también con
los hombres, las mujeres tienen que duplicar esfuerzos para que sean reconocidas y obtener este
apoyo. De otra manera, es muy difícil que una mujer logre escalar en sus posiciones políticas.

88
Capítulo VI
Mujeres en Resistencia y la propuesta de las
mujeres en la constituyente

1. El golpe de estado y las violaciones a los Derechos Humanos

El 28 de junio del 2009 se produjo en Honduras la ruptura del orden constitucional, mediante un
golpe de estado político-militar perpetrado por las oligarquías del país, en contubernio con el ejército,
las jerarquías de las iglesias católicas y evangélicas, y los medios de comunicación. Desde este
momento, y para detener a la población que se volcó a las calles a repudiar el golpe de estado, se ha
utilizado una política de terror y de represión, que ha dejado como saldo al menos 100 personas
asesinadas bajo circunstancias que pueden calificarse como asesinatos políticos, por las circunstancias
en las que ocurrieron (todas las personas eran miembros de La Resistencia, muertes ejecutadas
durante las marchas, ejecuciones extrajudiciales, etc.). Entre las personas asesinadas, 12 son mujeres.
Han sido asesinadas 20 personas de la comunidad de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Travestis,
Transexuales, Transgénero e Intersex (LGBTTTI), entre el 20 de junio y el 30 de diciembre del 2010,
como resultado del incremento de la homofobia y la impunidad. También se verifica un incremento
de los femicidios o muertes de mujeres después del golpe de estado; y se registran al menos 12 casos
de violaciones sexuales cometidas por uno o más policías contra mujeres de La Resistencia.

Entre 4,000 y 6,000 personas han sido detenidas de forma ilegal desde ese día. Muchas de ellas
sufrieron graves lesiones a consecuencia de la violencia militar y policial. Al menos 227 personas han
sido acusadas en los tribunales por delitos como sedición, asociación ilícita, robo, desorden público,
usurpación, entre otros. La mayor parte de las personas fueron detenidas durante o después de las
marchas y manifestaciones.

El derecho a la libre expresión del pensamiento ha sido constantemente coartado, ya que en


numerosas ocasiones han sido cerradas emisoras y estaciones de radio de la Resistencia. La libertad
de locomoción y manifestación también fue coartada mediante los “toques de queda”, que eran
decretos ejecutivos que se dictaban para impedir la libre circulación y movilización de las personas en
el territorio nacional. Estos decretos se dictaron sin respetar las disposiciones legales vigentes en el
país sobre las condiciones y duración de este tipo de medidas.

En los días previos a las elecciones, el gobierno recrudeció las medidas represivas, y se militarizó todo
el país. Se emitió un decreto mediante el cual se autorizaba a 5,000 reservistas del ejército a que
“apoyaran” la labor de la policía y del ejército en la custodia del material electoral y del proceso; otro
decreto mediante el cual se autorizó a la Secretaría de Defensa para que comprara todo el material
militar necesario para garantizar “el libre sufragio”, y se decretó un estado de desarme general de la
población. El TSE solicitó al Ministerio Público una investigación en contra de los líderes de la
Resistencia por haber manifestado que las elecciones serían boicoteadas; y las Fuerzas Armadas
giraron instrucciones a las autoridades municipales para que dieran los nombres de las personas de la
Resistencia. Ante este panorama, la UD y líderes de otros partidos que se opusieron al golpe de
estado decidieron no participar en estas contiendas electorales, que han sido calificadas como las
más viciadas y violentas de la historia del país 60.
60
Comité de Familiares y Desaparecidos en Honduras, COFADEH. Violaciones a los Derechos Humanos en
Honduras. En el marco del golpe de estado en Honduras. (Tegucigalpa, COFADEH, 2009). Pp. 99-101.

89
En todo el país se registraron actos violentos previo a las elecciones, como el sucedido en
Choluteca, donde el candidato a alcalde permitió que sus seguidores y la policía reprimieran a los
opositores al proceso electoral por considerarlo ilegal, con un saldo de 15 personas heridas y 4
personas acusadas por sedición 61. Al mismo tiempo que en los medios de comunicación afines al
golpe de estado se transmitían mensajes llamando a la población a votar, en los que se repetía que
estaba garantizada la seguridad y la libertad para asistir a las urnas, se giraron instrucciones a todas
las dependencias de salud para preparar un “plan de contingencia”, que consistía en desocupar las
instalaciones o unidades de salud entre el 19 de noviembre al 4 de diciembre. Es decir, se estaba
preparando la posibilidad de que ocurrieran actos violentos durante y después de los comicios
electorales62. De hecho, si ocurrieron actos violentos, pero no por parte de la Resistencia, sino de los
terroristas que dieron el golpe de estado. Según un documento del Comité de Familiares y
Desaparecidos en Honduras, COFADEH, del 27 de noviembre del 2009 al 29 de noviembre (solamente
tres días) se registraron 187 denuncias por violaciones a los derechos humanos, como allanamientos
ilegales, amenazas y persecución, detenciones, entre otras 63. Este es el clima de incertidumbre, miedo
y represión en el que se realizaron las elecciones el 28 de noviembre del 2009.

Porfirio Lobo Sosa, candidato del Partido Nacional que resultó electo, ha continuado con la impunidad
y las políticas de terror de estado implementadas desde el 28 de junio del 2009. Hasta marzo del
2010, el Comité de Familiares y Desaparecidos de Honduras, COFADEH, registra al menos 1,115
denuncias por violaciones a los derechos humanos, que van desde asesinatos, lesiones, detenciones
ilegales, persecución, amenazas, secuestros, violación de domicilios, entre otras. De este total, 707
denuncias (un 63% del total) se han cometido durante el gobierno de Pepe Lobo. 43 de los asesinatos
han sido cometidos en el gobierno de Pepe Lobo, casi 5 asesinatos por mes, cifra que es similar a la de
los asesinatos políticos cometidos durante el gobierno de Roberto Micheletti.

Dos días antes de que Pepe Lobo asumiera el poder, se dictó sobreseimiento definitivo a seis militares
imputados por crímenes de lesa humanidad; y un día el Congreso Nacional aprobó un decreto de
amnistía que deja en la impunidad las violaciones a los derechos humanos que han sido cometidas
desde el golpe de estado. Este decreto de amnistía no abarca todos los delitos por los cuales ha sido
acusado Manuel Zelaya, lo que sin duda es una medida de persecución política que tiene como fin
evitar su retorno al país. Además, hasta donde tenemos noticias, este decreto no ha sido aplicado a
las personas de La Resistencia contra quienes se tienen abiertos juicios políticos.

El sistema político está en crisis, no hay independencia entre los poderes del estado, como es
evidente con el despido realizado el 2 de junio del 2010 de 5 funcionarias y funcionarios del Poder
Judicial que se han negado a hacerle el juego al golpismo. En su gobierno, Pepe Lobo creó una
Comisión de la Verdad, que tiene como función investigar las violaciones a los derechos humanos
cometidos después del golpe de estado; nombró a una Ministra Asesora de Derechos Humanos, creó
al interior de la Secretaría de Seguridad una Unidad Policial de Derechos Humanos, y abrió la Unidad
61
Comité de Familiares y Desaparecidos en Honduras, COFADEH. Segundo Informe. Violaciones a derechos
humanos en el marco del golpe de estado en Honduras. “Cifras y Rostros de la Represión”. (Tegucigalpa,
COFADEH, 2009). Pp. 9.
62
Comité de Familiares y Desaparecidos en Honduras, COFADEH. Violaciones a los Derechos Humanos en
Honduras… Pp. 99-101.
63
Plataforma de Derechos Humanos. Identificación de casos de violaciones a los DDHH en el marco de las
elecciones (Material mimeografiado)

90
de Investigaciones de Violaciones a los Derechos Humanos en el Ministerio Público, pero las personas
encargadas de estos organismos son las mismas que han ejecutado violaciones contra los derechos
humanos, o que se han posicionado claramente a favor del golpe de estado 64.

Muchas mujeres, incluidas muchas mujeres políticas, se han unido a la causa de La Resistencia, y
desde el primer día del golpe de estado, han estado en las calles y en los distintos espacios políticos
que han ido surgiendo para denunciar las violaciones cometidas, y para buscar estrategias que
permitan que permitan un cambio sustancial en las relaciones de poder entre las mujeres y los
hombres, que tengan como resultado una verdadera inclusión de las mujeres en los espacios políticos
tradicionales y en los nuevos que se han abierto a raíz de este suceso.

2. La participación de las mujeres en las elecciones del 2009

Aunque todavía es temprano para medir las consecuencias del golpe de estado en la cultura política
del país, para muchos y muchos de nosotras ha significado un repensar de nuestro quehacer político,
ha implicado un proceso de reflexión sobre la legitimidad y garantía de representación de las formas
tradicionales de la política partidista. La renuncia de 337 candidatas y candidatos a alcaldesas y
alcaldes, diputadas (os), regidoras (os), y diputadas (os) al Parlamento Centroamericano entre otros
cargos65, a participar en las elecciones del 2009, fue resultado también de un hecho insólito en la
historia de Honduras, ya que por primera vez en muchos años los movimientos sociales y los partidos
políticos se sentaron en una mesa a dialogar, y tomaron juntos una decisión que evidenció el
compromiso personal de muchas y muchos políticos con los procesos de transformación del país,
impulsados desde la resistencia.

Pero las diferencias que surgieron al interior de los partidos con respecto a la renuncia de las
candidaturas y al boicot de las elecciones también dejaron ver las rupturas y falta de unanimidad de
criterios que son parte de La Resistencia, y que constituyen nuestro principal reto de cara a la
conformación de un movimiento social cohesionado que se convierta en una fuerza de peso en la
arena política del país. Antes de las elecciones, se llevó a cabo un profundo debate sobre si la
renuncia a las candidaturas y por ende, renunciar a la participación en el nuevo gobierno, era la
estrategia indicada. De las mujeres que nos brindaron entrevistas para la realización de esta
investigación, sólo una decidió renunciar a su participación en los comicios electorales, y es Silvia
Ayala, candidata a diputada por la UD. Ella renunció a su candidatura:
“Porque no puede haber elecciones democráticas en el marco de una dictadura, porque mi
partido condicionó su participación en el proceso electoral al cumplimiento de cuatro puntos
(restitución, desmilitarización, cese de la persecución contra la resistencia y acceso equitativo
a los medios) y porque estoy convencida que el golpe de estado no fue solamente contra el
gobierno del ex presidente Zelaya, sino que también es una amenaza a los gobiernos
patrióticos y revolucionarios del Continente”. (Silvia Ayala, UD)

64
Adelay Carias Reyes. ¿Democracia con violaciones a los derechos humanos? Muerte y represión en Honduras a
raíz del golpe de estado del 28 de junio. Ponencia presentada en el Congreso Latinoamericano de Crítica
Jurídica, realizado en la ciudad de México, del 18 al 21 de octubre del 2010.
65
Instituto Nacional Demócrata para Asuntos Internacionales. 2009 Elecciones Generales de Honduras. Informe
Final. Misión Internacional de Estudio y Acompañamiento. (Tegucigalpa, NDI, 2010). Pp. 9.

91
Para otra de las entrevistadas, que también es parte de la UD pero que decidió no renunciar a su
candidatura política, renunciar a las candidaturas no fue una buena estrategia, dado que íbamos a
perder la oportunidad de lograr más poder dentro del gobierno:

“No renuncié porque estaba convencida que la única manera de arrebatarles el poder a los
golpistas era participando, aún a sabiendas que tenían el control en el Tribunal Supremo
Electoral. Situación como la que sucedió en Honduras con el golpe de estado sólo se vive cada
determinado tiempo en la historia, que el pueblo rechace el bipartidismo era una oportunidad
para que fuerzas progresistas se tomaran el congreso y convocaran a una constituyente.
Cuando el triunfo es tan grande no hay fraude que pueda ocultarse. Las constituyentes en
otros países han sido convocadas desde la institucionalidad, o sea, las ha convocado el
presidente o el Congreso, y yo pensé que ese era el mejor camino. Sigo pensando que el
movimiento popular y el FRNP se equivocaron al no integrarse en las planillas de la UD que las
abrió y conformar el frente amplio electoral, estoy segura que ya estuviéramos llamando a la
constituyente que tanto queremos”. (Suyapa Martínez, UD)

Ella hace un análisis de la situación internacional, y de cómo es necesario democratizar los liderazgos:

“Al no conformar el frente amplio, lo que se hizo fue darle más oxígeno al golpismo, pues
ahora tienen tiempo de convencer a los países del mundo, que ya gran parte lo reconoció, sólo
quedan los del ALBA, y estos con el escenario de guerra van a reconocer a Honduras porque
necesitan bajar las aguas. Ahora se requiere de un mayor trabajo y más tiempo porque las
cosas en el país se enfriaran, y ya lo podemos ver con muchas situaciones dentro de La
Resistencia. Pienso que si bien Mel realizó su parte un fuerza no puede depender de una
persona, los movimiento que tienen caciques no se sostienen en el tiempo, por lo tanto el
frente tendrá que democratizar sus liderazgos para poder llegar al poder de la nación”.
(Suyapa Martínez, UD).

De igual manera opina Honorina Rodríguez, también integrante de la UD y de Feministas en


Resistencia:

“Yo no retiré mi candidatura porque consideré que a mi juicio que esa no era la vía. No
compartía ese criterio porque estaba convencida de que no se iba a lograr el propósito, y si
hubiéramos hecho un frente común con todas las fuerzas políticas hubiéramos podido
invalidar el proceso”. (Honorina Rodríguez, UD)

Las mujeres de los partidos políticos tradicionales (el Partido Liberal y el Partido Nacional),
manifestaron razones partidarias para no renunciar, lo que evidencia como el pensamiento del
partido como enclave ideológico, y como un espacio de pertenencia inamovible y al que se le debe
lealtad está presente en las mujeres. Una de ellas, del PL, manifestó que un principio había decidido
no participar en las elecciones, dada la situación que se estaba atravesando en el país a causa del
golpe de estado, y a que ella es parte del movimiento “Liberales en Resistencia”, que aglutinó a la
disidencia del Partido Liberal que decidió apoyar a Manuel Zelaya, e hizo un llamado a no votar en las
pasadas elecciones. Pero luego, se impuso el interés de no permitir que su partido perdiera poder en
el nuevo gobierno, y decidió presentarse como candidata a diputada:

92
“Yo participé, gané las elecciones primarias, pero dos semanas antes de las elecciones decidí
que debía irme. Cuando me llamo Rasel para decirme que el Presidente pedía que
renunciáramos, yo no lo vi desde el punto de vista del Presiente. Yo vi desde el punto de vista
que soy o era una diputada uninominal, sobre la que descansaba el futuro del partido. Yo
recibía llamadas de los alcaldes, y me decían que si yo no iba no tenían opción y que todo iba
a ser azul, y yo dije es cierto; el partido puede desaparecer en un departamento como Gracias
a Dios, que ha sido históricamente nacionalista. Algo había que rescatar para el partido para
las siguientes, y entonces decidí ir, y yo si confiaba en que podía ganar. Pero ya estaba todo
controlado y mi responsabilidad no estaba ante la figura del presidente Zelaya sino del
partido. Como responsable del partido yo si fui, y aquí la gente se sorprendió, y para ganar se
necesita un partido unido y el partido estaba fraccionado totalmente. Ese día me dijeron,
diputada nosotros a usted la queremos, la apoyamos, pero no podemos hacer unas elecciones
en estas condiciones. Yo si me siento tranquila, aún con las cosas que pasamos”. (Edna
Carolina Echeverría Hayloc, PL)

3. Los momentos difíciles del golpe de estado

Las vivencias y las reflexiones sobre las dificultades que enfrentaron como mujeres políticas a raíz de
este suceso son completamente distintas, dependiendo de si pertenecen a uno de los partidos
tradicionales, o sin son parte de los partidos pequeños y de la resistencia. Las mujeres de los partidos
tradicionales, como el Partido Nacional y el Liberal, señalan que si bien es cierto vivieron mucha
inseguridad y zozobra debido a la situación del país, su principal miedo fue que el pueblo no acudiera
a las urnas a votar:

“Si hablamos de la campaña política la que yo experimenté, me he sacrificado, por la situación


actual del país, recordemos que lo que ocurrió el 28 de mayo fue histórico. Aparte de eso, la
situación precaria del país. Fue difícil, por la situación amenazadora que hubo el 29 de
noviembre, hubo mucha intimidación de que iba a ocurrir algo, pero gracias a dios ni hubo
nada, más bien el pueblo acudió a mayor participación a ejercer el sufragio”. (Brenda
Mercedes Flores Serrano, PN)

La misma noche de las elecciones, el TSE anunció que la participación ciudadana en las elecciones
había sido del 61%, pero no explicó cómo había obtenido este resultado ni con qué mecanismos.
Después, el TSE publicó los resultados finales, donde se indicó que la tasa real de participación fue de
un 50%. Sin embargo, observaciones de equipos de La Resistencia que se trasladaron a distintas
partes del país indican que la participación fue mucho menor, dadas las condiciones en las que se
realizaron estos comicios. La postura de esta diputada, que manifiesta que “el pueblo acudió en masa
a ejercer el sufragio”, es acorde con la de los golpistas y las candidatas y candidatos que resultaron
electos, que de esta forma, buscaban darle legitimidad al nuevo gobierno.

Pero no puede denominarse como legítimo un gobierno elegido en las condiciones en que se
realizaron las elecciones de noviembre del 2009. En un estudio realizado sobre el golpe de estado en
Honduras, se señala que “el candidato Lobo Sosa puede constituir un perfil quebrantador del pacto
democrático que merece la suspensión de su derecho al sufragio pasivo conforme a los precedentes
internacionales (por su aval tácito al golpe de Estado por continuar con la impunidad de los golpistas
y la situación grave de violación de derechos humanos), sino también dado que es electo en un

93
proceso precedido en un contexto de violaciones graves a los derechos humanos que pone en duda la
libertad y autenticidad del sufragio”66.

Según otra diputada de este mismo partido, el golpe de estado también produjo una crisis económica
en todos los niveles, y esto ha traído como consecuencia la disminución de la deuda pública y los
recursos de los partidos políticos.

“La economía del país se vino abajo a raíz del 28 de junio, y estamos preocupados. Bueno, las
finanzas, siempre que cambia de un partido liberal y toma el poder el partido nacional, las
finanzas están destruidas, pero en este caso ha sido peor, pero todos unidos vamos a salir
delante de esta crisis económica”. (Brenda Mercedes Flores Serrano, PN)

Otra de las entrevistadas, integrante del PL, señala que a raíz de haber manifestado claramente su
postura en contra del golpe de estado ha sufrido discriminación dentro del Nacional. Ella relata que le
han negado la palabra dentro del Congreso, y que no ha podido darle seguimiento a las iniciativas que
había presentado para obtener presupuesto para proyectos de desarrollo dentro de su comunidad:

“Mis amigos ministros me dijeron, tenemos órdenes de trozar a todos los diputados que estén
contra el Golpe de Estado, pero yo por decisión propia consideré que no reconociendo a don
Roberto como presidente de la República y su gobierno de facto, tampoco iba a pedir favores,
así que nunca visite ningún ministerio. Salí en la radio y le informé al pueblo mi decisión, dije
que no iba a seguir dando las ayuda que hasta ese momento había dado, la situación política
había cambiado. Dos semanas después del golpe yo regresé al Congreso, para lograr la
aprobación de presupuesto para mi departamento, para lograr que se llevaran a cabo dos
proyectos, la conversión del único hospital de área en regional, y la creación de 2 subsedes de
la Universidad Pedagógica Nacional, por la cual tenía que ir a pelear 6 millones de Lempiras.
Entonces decidí ir, ya preparada con el presupuesto del año anterior, y después en el
momento de la aprobación yo miré que había salvado lo del hospital, pero no aparecía lo de la
universidad… Yo le pregunté al Director del Presupuesto que qué pasaba, y me dijo que es
porque lo de la universidad no lo mandé, pero ya no podía hacer nada, estaba contra el golpe.
Esas fueron limitantes, el marginamiento”. (Edna Carolina Echeverría Hayloc, PL)

Sin duda, las pocas mujeres que lograron ocupar algún puesto dentro del gobierno van a vivir
situaciones similares, si conservan su postura de seguir apoyando a La Resistencia y manifestando su
repudio al golpe de estado.
Aunque las mujeres de los partidos tradicionales reconocen que la violencia e inseguridad que se vivió
fue un factor que les dificultó su actividad política, para las mujeres de los partidos pequeños, que son
parte de la Resistencia, la situación fue aún más grave:

“La situación del Golpe de Estado que violentó los derechos humanos de la población, en
medio del miedo nadie podía hacer campaña, además nadie quería hacer campaña sabiendo
que te podían matar y que aún no se revertía el golpe”. (Doris Gutiérrez, UD)

66
Luis Efrén Ríos Vega. Elecciones libres y candidaturas golpistas; en Joaquín A. Mejía y Víctor Fernández
(coordinadores). El golpe de estado en Honduras desde una perspectiva de Derechos Humanos. (Tegucigalpa,
Editorial Casa San Ignacio, 2010) Pp. 213.

94
“La militarización y las violaciones a los derechos humanos que se dieron en el contexto del
golpe de estado y antes de las elecciones, hizo que la población tuviera miedo de ir a las
urnas, además, no permitió que se hicieran campañas políticas.”

Una de las entrevistadas, que es parte de la UD, partido que se unió a La Resistencia, también relata
que ella y su familia, por ser parte de la oposición, ha vivido momento dramáticos, de persecución y
dolor:

“Yo he vivido persecución política, campañas denigratorias por la prensa golpista


responsabilizándome de actos vandálicos, acciones intimidatorias armadas contra mi persona
y madre e hijos, gases lacrimógenos, represión en varias movilizaciones, intentos de captura
por el ejército y la policía, despido de mi esposo de su centro de trabajo”. (Silvia Ayala, UD).

Para una de las integrantes de la UD, el problema que se dio en el país a raíz del golpe de estado fue
que prevalecieron los intereses personales y partidistas, y no se tomaron decisiones que podían
beneficiar a la población y a los sectores políticos tradicionalmente excluidos, como los partidos
pequeños y las candidaturas independientes. Para el ella, la decisión de Mel Zelaya de llamar a no
votar a los integrantes de su mismo partido y a retirar las candidaturas de estas elecciones fue un
error, ya que no se vio la oportunidad que la coyuntura política representaba para dirigir el voto hacia
las y los candidatos dentro del partido Liberal que estaban en contra del golpe de estado, y así lograr
un cambio dentro de las estructuras de gobierno:

“ Una de las principales dificultades es la influencia de algunas personas o de algunos líderes


políticos, que sin importar tanto lo que es el objetivo primordial o principal se fueron por la
línea de demostrar su fuerza, y siempre caemos en la cuestión de que son los hombres, porque
según mi análisis, el presidente Zelaya lo que hizo fue primero estar coordinando con la
resistencia, pero después quiso hacer una demostración de fuerza a su partido político, y pudo
más esto que el querer romper el bipartidismo. Porque si él hubiera hecho otra cosa, llamado
a toda su gente que estaba en cargos de elección popular eso significaba romper el
bipartidismo, porque la mayor parte de su gente no golpistas no están en su partido. Por otro
lado, gente del movimiento social que siempre a adversado los procesos electorales y siempre
ha llamado a no votar por ejemplo, la gente de la coordinadora general de resistencia, y la
gente del Bloque Popular siempre han llamado a no votar, pero en esta ocasión tenían una
oportunidad”. (Honorina Rodríguez, UD)

La falta de una posición común al interior de la resistencia hizo muy difícil la realización de campañas
políticas para las mujeres que si decidieron participar en las elecciones. Además, algunas esta vez no
contaron con el apoyo del movimiento de mujeres y feminista, que decidió no reconocer estas
elecciones.
3. Las consecuencias de la crisis política en los derechos de las mujeres

En los últimos meses, las feministas publicamos un documento donde hacemos un análisis de los
retrocesos que hemos experimentado en nuestros derechos. En este informe, en el apartado sobre
participación política, se menciona entre los retrocesos y dificultades que estamos viviendo las
mujeres desde el golpe de estado los siguientes:

95
 Una reducción significativa del porcentaje de mujeres que lograron obtener puestos dentro
de todas las estructuras del gobierno, como se expuso en los capítulos anteriores.
 La renuncia a sus candidaturas de mujeres de los cinco partidos políticos, pero sobre todo, de
la UD, que es uno de los partidos más beligerantes y progresistas en lo que se refiere a los
derechos de las mujeres.
 La reducción de la participación política de las mujeres en los espacios locales, en tanto se
reactivaron las prácticas de control y ejercicio vertical y autoritario de poder masculino,
impuestos por los grupos de poder golpista.
 Las mujeres que resultaron electas en estas elecciones violentas y fraudulentas, representan
los sectores más conservadores de la sociedad hondureña, dado que están ligadas a grupos
ultraconsevadores y fundamentalistas, como el Opus Dei. Esto no va a permitir que en el
Congreso Nacional y en otras instituciones clave para impulsar los mecanismos de derechos
de las mujeres. Según el informe mencionado, esto trae como consecuencia el deterioro de
las condiciones de funcionamiento de las comisiones de la mujer y la de género dentro del
Congreso Nacional, y una reducción de las oportunidades para todas las mujeres de aspirar a
reformas legales que reviertan los retrocesos legales experimentados en el contexto de la
crisis política67.

Las mujeres entrevistadas también aportan otros elementos que enriquecen este análisis. Una de
ellas, que es parte de la UD, menciona que uno de los efectos del golpe de estado en los derechos de
las mujeres es la violencia institucional, policial y militar, producto de la reactivación de las
estructuras paramilitares y de represión que surgieron en nuestro país en la década de los ochentas.

Otro elemento que aportan es la necesidad de diferenciar y analizar los efectos de la violencia en la
vida de las mujeres, y no solo de la violencia estatal, sino de la violencia doméstica y la violencia
intrafamiliar que se ha generado a raíz de la situación vivida por el golpe de estado:

“En este proceso no todos han reconocido que las mujeres se han llevado la peor parte en
todos los casos, no sólo con la violación de derechos humanos, sino con la violencia como tal,
con los hombres saliendo a la resistencia totalmente furiosos. No hemos hecho un análisis de
qué pasó con las mujeres que se quedaron en la casa y que han tenido que aguantar esas
descargas. Las mujeres han sido más afectadas en todos los espacios de manifestación y
protesta con el Golpe de Estado, ya que las violaciones sucedidas en otras ocasiones no tienen
la misma dimensión con las que ha sucedido en este momento. Se ha dado toda una
reactivación de estructuras paramilitares y de inteligencia para controlar y violar los derechos
humanos. Es un poco difícil porque este proceso electoral vino a fortalecer el golpe de estado,
y si participamos es porque no vivimos en una isla por un lado, y por otro lado, yo lucho por
alcanzar el poder político y no puedo alcanzarlo parada en un calle únicamente, eso es un
complemento”. (Honorina Rodríguez, UD)

Otra de las entrevistadas, en estas mismas líneas, hace énfasis en la necesidad de velar por la
seguridad de las mujeres, y de establecer estrategias de seguridad que tengan en cuenta los tipos de
violencia que vivimos las mujeres por nuestra condición de género:

67
Feministas en Resistencia. Políticas Públicas y DDHH de las mujeres… Pp. 12-13.

96
“Es importante que las mujeres nos apoyemos y seamos solidarias con las mujeres que
ocupan cargos de dirección partidaria o cargos de elección popular. En el marco del golpe de
estado, en la resistencia se preocuparon por la seguridad de los dirigentes varones, las
mujeres, como siempre, quedamos doble y triplemente expuestas”. (Silvia Ayala, UD)

Pero el ejercicio de medir las consecuencias de la violencia en nuestras vidas producida por un hecho
como un golpe de estado es muy diferente dependiendo de la historia y del partido político al que
pertenezcan las entrevistadas. Por ejemplo, las que son de los partidos conservadores no hacen una
crítica radical al sistema electoral y a la situación que se enfrenta en el país. Más bien, mencionan que
es necesario incentivar la participación de las mujeres y de toda la población en la política. Una de
ellas, que es más radical en sus propuestas y que consideró la posibilidad de retirar su candidatura,
manifiesta que es necesario buscar un diálogo entre todos los sectores que se están confrontando
desde el golpe de estado.

“Da tristeza la lamentable situación que hay en nuestro país, debe haber más participación de
las mujeres y no sólo las mujeres, sino de todo ciudadano que quiere el bien para su país. Si
usted me pregunta por qué participé en la campaña política, soy una mujer profesional que
pudiera estar en mi casa tranquila, pero soy muy activa, soy una mujer que es no conformista,
porque yo critico la situación del país, y me cansé de criticar, porque mucha gente critica el
comportamiento político o de funcionarios, pero, ¿Qué hacemos nosotros para combatir eso?
¿Qué hacemos con criticar? ¿Qué hacemos para mejorar eso? ¿Por qué no participamos? ¿Por
qué no mejor decimos que es lo que podemos hacer por Honduras?” (Brenda Mercedes Flores
Serrano, PN)

La visión tradicional de las mujeres de los partidos mayoritarios se refleja también en la siguiente
opinión, donde se manifiesta que una de las consecuencias del golpe de estado fue “la desunión
familiar”, y la división de la sociedad:

“La participación de las mujeres es vital y que nos revistamos de rebeldía. Creo que por
nuestra sensibilidad natural Dios nos hizo de esa manera, emocionalmente nos afectó más a
las mujeres que a los varones, el golpe nos dio un golpe moral y emocional, la división en la
familia nos afecta mucho. Yo veo madres que para navidad no recibieron las llamadas de
felicitación de sus hijos por el golpe, y entonces sí nos ha afectado, terriblemente. Es momento
de hacer un alto y de hacerle entender a los sectores extremistas, porque tenemos sectores
extremistas en los dos sectores, en los golpistas y en los no golpistas, para poder unirnos
nuevamente. Honduras es un país de todos y en este comienzo las mujeres tenemos mucho
que ver, queremos más las cosas o por lo menos lo demostramos. Creo que los varones en
todo lo que tenemos que existir lo han llevado a los niveles de impopularidad y de desprestigio
más absoluto, y quiere decir que las mujeres estamos ahí para cambiar eso”. (Edna Carolina
Echeverría Hayloc, PL)

Es cierto que el golpe de estado produjo una mayor ruptura y polarización en la sociedad hondureña,
pero también es cierto que antes del golpe de estado, la mayor parte de la población estaba
completamente despolitizada y no se interesaba por la situación del país. Desde nuestro punto de
vista, el golpe de estado y el surgimiento de La Resistencia abrieron nuevas posibilidades para el país,
sobre todo, para los grupos que han sido tradicionalmente excluidos de la política tradicional, como
las mujeres, los campesinos, el movimiento gay, etc. Pero aún quedan muchas cosas por hacer y por

97
construir, porque La Resistencia, al igual que otros espacios mixtos, sigue siendo un espacio muy
masculino, excluyente, y las mujeres y las feministas tenemos que luchar y pelear nuestro lugar y
hacer escuchar nuestra voz, y para que nuestras demandas sean incluidas en el nuevo país que
queremos y soñamos. Otra discusión que tenemos pendientes las mujeres y las feministas es cómo y
bajo qué condiciones vamos a participar dentro de los espacios políticos partidistas.

4. Posibilidad de cambiar de partido político

A pesar de las dificultades que enfrentan las mujeres dentro de sus partidos políticos, ninguna de las
mujeres entrevistadas considera que cambiar de partido político puede ser una solución o una
alternativa. Pero las razones que expresan para este hecho son radicalmente distintas, dependiendo
de si son integrantes de un partido tradicional o si pertenecen a uno de los partidos minoritarios.

Las integrantes de los partidos mayoritarios, como el Partido Liberal y el Nacional, manifestaron sobre
todo, que no cambiaran de partido político por “principios” o por tradicionalismo:

“ No, no lo he pensado y no creo que me cambie, puede ser muy tradicional lo que le voy a
decir pero soy totalmente azul, y me gusta la visión de partido, máximo ahora que promueve
el humanismo cristiano, que priorizamos aparte del señor al humano, y no veo porque habría
que cambiar” (Brenda Mercedes Flores Serrano, PN).

“Es cuestión de principios” (Victoria Carrasco García, PN).

Ellas consideran que todos los partidos tienen los mismos vicios, por lo tanto su situación como
mujeres no cambiaria al cambiarse de partido. Más bien, proponen que se deben realizar cambios al
interior de sus partidos:

“Eso es lo primero, los liberales no esperamos mucho, yo estoy incorporada a partir de


diciembre en un grupo llamado Iniciativa de Dignidad y Reconciliación Liberal, y el primer
objetivo a parte de formar parte del G-14 que nos hacíamos llamar, porque éramos los 14
diputados contra el Golpe de Estado, estamos haciendo alianza con otro grupo de políticos
que hicieron campañas y que renunciaron a su candidatura y que no participaron en las
generales. Todos nos estamos sentando para hablar de esos cambios, lo que hay que hacer es
reencontrar el partido” (Edna Carolina Echeverría Hayloc, PL).

También mencionan que se debe apoyar a otras mujeres y dejar de lado las dinámicas de pleitos por
el poder para poder trabajar en forma conjunta:

“Viendo los resultados pareciera que la diferencia es poca. Yo siento que la política debería ser
un reto para todas las mujeres, apoyarnos y dejarnos de celos partidaristas para entrar a una
política enteramente de género, porque el cambio de un país está en manos de las mujeres,
porque somos diferentes. El razonamiento de mi pueblo, un pueblo olvidado, aislado,
analfabeta, fue que me iban a dar el voto por ser mujer y que las mujeres no abandonan a sus
hijos” (Edna Carolina Echeverría Hayloc, PL).

98
De hecho, una de las entrevistadas, que pertenece a uno de los partidos tradicionales, manifestó que
su consejo para las mujeres es que cuando decidan incursionar en política lo hagan dentro de un
partido grande, porque así pueden tener más posibilidades de llegar al gobierno.

“Los partidos políticos grandes son los tradicionales, porque en los pequeños los espacios son
más reducidos. Si me tocara aconsejar a alguna mujer que participara le diría que lo hiciera
con los partidos grandes” (Victoria Carrasco García, PN).

Las razones que dan las integrantes de los partidos pequeños para no cambiarse partidos, por otra
parte, tienen que ver más bien con el hecho que consideran que hay mejores oportunidades para
ellas dentro de estos partidos, y que su proyecto político y de vida está dentro de esos partidos:

“Primero es que no hay un espacio donde se me facilitaría la participación y segundo, yo


tengo un proyecto de vida hacia el interior del partido, quiero hacer algunas cosas en el
partido, como lo de la escuela política de equidad de géneros, el algo a lo que le voy a
apostar. Otro es el centro de cuidado infantil y de que lo hagamos funcionar” (Honorina
Rodríguez, UD).

En cuanto a las candidaturas independientes, sólo las mujeres de la UD contestaron que esta sería
una posibilidad. Sin embargo, también hacen el análisis de que no existe en el país la cultura política
necesaria que permita que este tipo de candidaturas sean exitosas:

“En la cuestión de independientes, este país no está preparado para que haya personas de
mayoría independientes, aquí no se puede actuar aisladamente, ese es el sistema que hay. Me
imagino a un presidente ganando él solo y sin tener un equipo, así no funciona claramente.
También me imagino lo marginado que sería un diputado llegando al Congreso de manera
independiente. Para que ese sistema funcione se necesita hacer un montón de cosas o tal vez
que haya un nuevo pacto social, pero eso no es para cinco años” (Honorina Rodríguez, UD).

Las palabras de una de las integrantes de la UD dejan ver que la participación política para las mujeres
deja mucho cansancio, dado todos los obstáculos que tienen que enfrentar, y que no perciben que su
trabajo les haya generado más logros personales, políticos y para su movimiento.

“Bueno yo ya no voy a participar en política, estoy cansada, y siento que mas fueron los costos
que los logros en mi caso personal. Sin embargo pienso que otras feministas pueden sentirse
motivadas y ahora dentro del FRNP pueden lograrlo, les deseo la mejor de las suertes a las
que se candidateen y yo por supuesto las apoyaré” (Suyapa Martínez, UD).

El que todas ellas manifiesten que no se cambiarian de partido puede ser un obstáculo de cara a los
procesos que se están gestando desde el golpe de Estado. Si desde La Resistencia decidimos construir
un nuevo partido político para participar en las próximas elecciones, las mujeres debemos
preguntarnos entonces si cambiar de partido puede ser una opción adecuada para llegar el poder.

5. El futuro de la participación política de las mujeres

Las mujeres entrevistadas, sobre todo las de los partidos pequeños, manifiestan que a consecuencia
de la crisis política generada por el golpe de estado se han perdido los espacios políticos que se

99
habían ganado a favor de las mujeres. Esto es evidente en el hecho que se redujo cuantitativamente
el número de mujeres que actualmente están ocupando un puesto dentro del gobierno, y en que las
que lograron llegar al poder pertenecen a las clases sociales más altas, y están más comprometidas
con sus intereses de clase y partidistas que con los derechos de las mujeres, además de que son parte
de los grupos más conservadores del país como el Opus Dei.

A pesar de este hecho, para las entrevistadas lograr que más mujeres ocupen puestos de poder
dentro del gobierno sigue siendo una estrategia posible y viable para lograr cambios a favor de las
mujeres:

“Si bien la política de la presencia no es suficiente para lograr las transformaciones en este
mundo, sigue siendo importante que más mujeres comprometidas con los derechos de las
mujeres ostentes cargos en los engranajes de gobierno, sólo así lograremos que nuestras
demandas sea incluidas en las políticas públicas y las leyes que son un factor importante para
cambiar la cultura patriarcal. Aunque no necesariamente deban de ser feministas las que
ocupen los escaños, sí es importante que sean mujeres que se vinculen al movimiento y que
estén consientes de la necesidad de las transformaciones para erradicar el sistema
patriarcal”.” (Suyapa Martínez, UD).

Algunas mujeres plantean la necesidad de conformar nuevos espacios, nuevas formas organizativas
diferentes a las de los partidos políticos tradicionales:

“Estamos en la obligación de buscar una nueva alternativa para el pueblo quizá de una forma
diferente, no directamente como partido político. Debemos democratizar los partidos políticos
y sobre todos, que existan los aspectos éticos y no solo los aspectos políticos o económicos. A
mí me gustaría también un movimiento político no tanto un partido donde haya verdadera
participación de la mujer y no que tengan otros que son los que deciden y son los que hacen
los comunicados”. (Doris Gutiérrez, UD)

Según las palabras de Suyapa Martínez, otra de las mujeres entrevistadas, el movimiento feminista
debe hacer un debate interno sobre las posibilidades de continuar apoyando a las mujeres políticas,
pero bajo otros parámetros y condiciones. Este trabajo se debe hacer fomentando la autonomía
entre las mujeres, para que decidan de acuerdo con sus propias valoraciones y experiencias, y no en
base a las líneas políticas dictadas por los partidos o los movimientos sociales. Ella habla de una nueva
cultura política para las mujeres, que les permita apropiarse de la participación y la incidencia política
como una herramienta imprescindible para lograr el reconocimiento y cumplimiento de los derechos
de las mujeres.

“El movimiento feminista debe hacer un debate fuerte sobre la política de la presencia de las
mujeres y la estrategia del movimiento para que sus demandas sean incluidas en los
gobiernos. Cuando una feminista decide participar debe tener claro que no siempre el
movimiento la apoyará, por tanto es su decisión muy personal hacerlo y no una decisión del
movimiento, esto evitará que el movimiento se contamine con los espacios partidarios y/o de
candidaturas independientes. El apoyo que se requiere lo puede hacer conformando su propia
organización política específica para su candidatura, en donde pueden estar algunas
compañeras feministas que quieran acompañarla. Si bien el movimiento como tal no apoya
las candidaturas, siempre existen compañeras que sí le apuestan y te acompañan, porque

100
están convencidas o por sororidad y no importa la situación, eso me pasó a mí en la última
contienda. Aunque el movimiento llamó a no votar, algunas sí lo hicieron, haciendo uso de su
autonomía y derecho a decidir, el mismo derecho que utilicé yo, porque no se trata de ser
seguidoras de líneas impuestas desde arriba cuando no te convencen de ello. Se trata de estar
convencida una misma de los pasos que das y no seguir líneas políticas porque vengan de
máximos dirigentes, se trata de discernir. Las estrategias son diferentes, lo importantes es que
caminamos hacia las transformaciones y las refundaciones tanto personales como de país”.
(Suyapa Martínez, UD)

Estas últimas palabras cobran especial relevancia si se tiene en cuenta que estamos en un momento
de profundos cambios socioculturales y en nuestra cultura política. Es necesario entonces repensar
nuestra estrategia feminista de cara a la participación de las mujeres en los partidos políticos y en
otros espacios, definir claramente que tipo de mujeres vamos a apoyar, y que es lo que queremos con
esta estrategia.

Las mujeres entrevistadas, desde su experiencia y su aporte personal, manifestaron que para mejorar
la participación de las mujeres, tanto en calidad como en cantidad, es necesario hacer una profunda
restructuración dentro de los partidos políticos, e implementar medidas que permitan que sean
espacios verdaderamente incluyentes, donde se respete a las mujeres y a sus derechos. Entre los
cambios necesarios mencionan:

 Un trato de respeto a las mujeres.


 Tener en cuenta las necesidades específicas de las mujeres (sus labores de cuidados a sus
hijas e hijos, los horarios de trabajo)
 Más democratización dentro de los partidos, y romper con las viejas prácticas de clientelismo
y concentración del poder en unos pocos.
 Dentro de los partidos, no asignar a las mujeres labores relacionadas con sus roles
tradicionales.
 Más vinculación de las mujeres que participan en política con el movimiento feminista.
 Impulsar organizaciones propias de las mujeres al interior de los partidos.
 Reformas estatutarias que impulsen la paridad y las acciones afirmativas.
 Crear otras formas de organización política para la participación en los cargos de elección
popular como las candidaturas independientes.
 Garantizar a las mujeres acceso permanente a la formación política, capacitarlas para que
cuenten con más herramientas para participar y tener influencia dentro de los partidos
políticos.
 Impulsar la organización de las mujeres dentro de los partidos, y potenciar más candidaturas
independientes para las mujeres.
 Realizar reformas a los estatutos y planes que garanticen una mayor inclusión de las mujeres.
Entre ellos, lograr que se regrese al sistema de listas cerradas con participación alterna de las
mujeres, y no al sistema que prevalece actualmente en los partidos, que si bien es cierto
cumplen con el 30% de participación en las elecciones internas, no es aplicado para las
elecciones nacionales, con lo que no se logra cumplir con esta cuota de asignación de mujeres
a los puestos de dirección pero dentro del gobierno.

101
Tenemos claridad en cuanto a que es necesario reestructurar todos los espacios de participación
política, incrementar la participación de las mujeres en todos los espacios, pero también sabemos que
debemos dirigir nuestros esfuerzos hacia una transformación radical de la sociedad.

Las feministas y las mujeres, como los demás movimientos sociales del país que desde el 28 de junio
del 2009 han estado en las calles luchando contra el golpe de estado, nos hemos unido a la causa de
La Resistencia, y estamos demandando la realización de una Asamblea Nacional Constituyente. Desde
allí, estamos peleando por la reforma de los artículos constitucionales y de los textos de otras leyes y
códigos, para que se incluya el principio de igualdad y de equidad entre los géneros como la base
ética y política fundamental del estado de derecho. Luchamos por la refundación del estado, por un
estado laico, por la transformación de las estructuras estatales y los poderes públicos, por la
refundación del Instituto Nacional de la Mujer, que después de golpe se ha aliado con los sectores
más conservadores del país, lo que ha provocado un franco retrocesos a nuestros derechos humanos.
Exigimos que los presupuestos del estado sean articulados desde la perspectiva de género, de manera
que todos los programas y proyectos contemplen recursos equitativos para las mujeres. Luchamos
por la abolición del ejército, y por la depuración de la Policía Nacional. Peleamos por nuevas formas
de participación política, donde las mujeres tengamos acceso a los puestos públicos, y seamos parte
de los procesos políticos de transformación del país.

Entre nuestras demandas, también estamos exigiendo el reconocimiento y libre ejercicio de los
demás derechos sexuales y derechos reproductivos de las mujeres, como el derecho a la elección
libre y voluntaria de la maternidad, a la interrupción legal del embarazo, a la diversidad sexual, y la
derogación de las leyes que prohíben el uso y distribución de las Pastillas Anticonceptivas de
Emergencia. Exigimos al estado la obligatoriedad del estado de impulsar reformas en la currícula
educativa y en los planes de estudio de las escuelas, colegios y universidad encaminadas a instituir la
educación en derechos humanos de las mujeres, sobre todo, en lo relacionado con el derecho a la
vida no violenta y a los derechos sexuales y los derechos reproductivos de las mujeres. La lucha
contra todas las formas de violencia hacia las mujeres también es parte de nuestras demandas.
También, estamos peleando por que se detengan las muertes, las agresiones, y las violaciones a los
derechos humanos que se están cometiendo contra el pueblo indefenso.

La participación política de las mujeres como estrategia de empoderamiento y de incidencia para el


logro de nuestras demandas adquiere en este contexto nuevos matices. No renunciamos a trabajar
para que más mujeres lleguen al poder político y ocupen puestos dentro de los partidos y el gobierno,
pero debemos redefinir y tener más claridad acerca de cuáles van a ser nuestras formas de trabajo y
estrategias con las mujeres de los partidos políticos, dado que hemos comprobado que muchas de las
mujeres a las que hemos apoyado desde nuestras organizaciones no representan a las mujeres, al
contrario. Lo sucedido después del golpe de estado nos ha dejado claro que muchas mujeres política,
sobre todo las de los partidos tradicionales, obedecen líneas de su partido, y no están disputas a
impulsar nuestra agenda y a luchar por nuestras derechos.

La crisis política y social desatada evidenció que estas estrategias, en un contexto marcado por la
violencia y el terrorismo de estado, la fragilidad de las democracia y la pobreza, no van a tener
resultados a largo plazo cuando se promuevan cambios profundos en la sociedad. Un documento del
Centro de Derechos de Mujeres da cuenta de esta situación:

102
“En los últimos años, antes del 28 de junio de 2009, de alguna manera se reconocían
formalmente los derechos civiles y políticos (…) Después del 28 de junio, el pueblo hondureño
constató con tristeza e indignación que ya no teníamos ni el reconocimiento formal de
nuestros derechos civiles y políticos. Se dio cuenta de que el legítimo derecho del pueblo a ser
consultado había sido confiscado (…) El pueblo hondureño comprendió que le habían vendido
la palabra democracia vacía de contenido, que realmente quienes tomaban las decisiones
más importantes en el país era la clase política en contubernio con el poder económico
nacional y transnacional, haciendo prevalecer sus intereses por sobre los de un pueblo
ingenuo y empobrecido”68.

Después del 30 de junio, se ha reabierto el debate en el feminismo hondureño sobre los alcances de
las estrategias que hemos utilizado en nuestro accionar político. Nuestro discurso y nuestra práctica
se ha radicalizado, y ha cobrado más fuerza el imperativo de ampliar los límites de la ciudadanía a
derechos que han encontrado más resistencia para ser incluidos en las leyes, como los derechos
sexuales y derechos reproductivos, entre los que se incluyen la elección libre y voluntaria de la
maternidad, la interrupción legal del embarazo y la diversidad sexual 69.

Aunque el movimiento feminista nunca ha sido un movimiento de masas, lo sucedido también nos
hizo ver que era necesario ampliar las fronteras de nuestro proyecto feminista, y buscar estrategias
de acción que nos permitieran un mayor acercamiento a los movimientos de mujeres y a otros
movimientos sociales. Estamos luchando para que las palabras ciudadanía, participación y democracia
adquieran significado y realidad. Como lo señalan compañeras feministas: “Uno de los aprendizajes
de los movimientos de mujeres es que mucho del esfuerzo encaminado a sensibilizar y a lograr
pequeños cambios en el marco legal, no funcionó como lo pensamos. Si bien estas acciones no han
sido en vano, y en su momento representaron ganancia para las mujeres, hoy necesitamos repensar
nuestro accionar en la construcción de una democracia real, diferente e incluyente. Hoy por hoy, la
resistencia de las mujeres se convierte en una de las formas más reales en la defensa de nuestros
derechos humanos”70.

Las crisis políticas y sociales, al radicalizar las condiciones del contexto abren posibilidades a los
movimientos sociales para repensar sus proyectos políticos y estrategias de acción. Pero al igual que
ha sucedido en otros países, es necesario buscar estrategias que nos permitan darle continuidad a
nuestras acciones, y que la represión desatada no detenga nuestro proyecto político.

Dentro de La Resistencia se está discutiendo hoy si la vía electoral es la más adecuada para llegar al
poder, y en este contexto, las feministas y el movimiento de mujeres estamos definiendo nuevas
estrategias y líneas de trabajo. Queda entonces en nuestras manos escribir ahora una historia
diferente, y lograr que cada vez más mujeres comprometidas con nuestro proyecto feminista decidan
involucrarse en la política partidista, pero bajo nuevas reglas y condiciones, de manera que logremos
que en la nueva sociedad que queremos, los derechos de las mujeres sean reconocidos, respetados y
cumplidos, y que sean parte de la agenda y de los planes de gobierno de los partidos políticos.
68
Centro de Derechos de Mujeres. “Tiempo de Leer”. Abril 2010. Tegucigalpa, CDM, 2010.
69
Adelay Carias Reyes. ¡Seguimos en Lucha! Las Feministas en Resistencia-Honduras. Artículo publicado en
http://feministascontraelgolpehn.blogspot.com/2010_06_01_archive.html.
70
Maritza Paredes y Carolina Sierra. Las mujeres y el golpe de estado; en Joaquín Mejía y Víctor Fernández. El
golpe de estado en Honduras desde una perspectiva de los Derechos Humanos. (Tegucigalpa, Editorial
Guaymuras, 2010). Pp. 135.

103
104
CONCLUSIONES

 El análisis del contexto del país deja ver que para lograr un cambio en la participación política de
las mujeres es necesario cambiar todas las estructuras de la sociedad sobre la cual descansa esta
exclusión, como la falta de acceso y oportunidades para las mujeres de obtener buenos ingresos y
fuentes de trabajo, vivienda, acceso a créditos, a tierra, etc.; porque solo de esta manera, se
puede lograr que las mujeres tengan las capacidades y los recursos necesarios para incrementar su
poder dentro de la política partidista.

 Las luchas de las feministas y del movimiento de mujeres han tenido como frutos la aprobación de
leyes contentivas de los derechos de las mujeres, como la Ley de Igualdad de Oportunidades
(2000), y las reformas a la Ley Electoral (2004), la Ley de Municipalidades y sus reformas (2009) y
el Reglamento de la LIOM (2008). En estas leyes se establecen medidas como la aplicación de una
cuota mínima de participación de las mujeres en los cargos de elección popular de un 30% a un
50%, obligación de los partidos políticos de reformar sus estatutos y aprobar políticas de Equidad
de Género, asignación de recursos a las mujeres, capacitación y sensibilización en derechos
humanos y derechos políticos de las mujeres, etc. También se han aprobado políticas públicas
como la Política Nacional de la Mujer y el I Plan de Igualdad de Oportunidades 2002-2007, y el y el
II Plan de Igualdad y Equidad de Género de Honduras 2010-2022; que establecen los lineamientos
para hacer efectivos los derechos consignados en las leyes y en estas políticas.

 A pesar de todos estos avances en las leyes y en las políticas públicas, no se ha logrado estructurar
mecanismos que permitan hacerlos efectivos. Vemos que no se ha logrado un crecimiento
continuado del número de mujeres que ocupan cargos elegibles en los listados de las elecciones,
ni el número de mujeres que ocupan puestos dentro del gobierno. De hecho, en el Congreso
Nacional, secretarías de estado, entes descentralizados y desconcentrados, y en las alcaldías, el
porcentaje de mujeres que han resultado electas o que ocupan cargos de dirección ha bajado en
este último período electoral.

 Al hacer un análisis de la aplicación de las leyes de cuotas a nivel regional, constatamos que sólo se
cumple el porcentaje del 30% de diputadas femeninas en 4 de los 18 departamentos del país
(Francisco Morazán, La Paz, Valle y Cortés. También, se observa que 9 de los 18 departamentos no
tienen diputadas mujeres en el Congreso.

 Cuando se hace el análisis de las estadísticas de representación de las mujeres en el Congreso


Nacional por Partido Político, vemos que el único que cumple con la cuota es el PINU, con un 33%,
seguido por la UD (25%). El PL y el PDCH tienen un 20%, y el PN es el que tiene la cuota más baja,
con un 18.3%.

 De acuerdo con el análisis realizado en esta investigación, las causas por las cuales no se logra el
cumplimiento de las leyes y los demás mecanismos establecidos son múltiples y complejas. Una de
las más importantes son los vacios que persisten en las leyes, y que muchos de sus contenidos
tienen un carácter declarativo y no prescriptivo, con lo que no son de cumplimiento legal
obligatorio. Esto sucede por ejemplo con la aplicación de la cuota del 30% para las mujeres para
cargos de elección popular y cargos dentro del gobierno. Desde las instancias locales de elección
de los partidos políticos, se utilizan mecanismos como ubicar a las mujeres en las suplencias, en los

105
últimos lugares de las listas electorales, o en cargos en los cuales no van a resultar electas, con los
que logran evadir el cumplimiento de las leyes. Otra de las estrategias que emplean para no
cumplir con las cuotas es que solo las aplican en las elecciones primarias, lo que provoca que si no
obtienen los votos necesarios no logren llegar en un porcentaje de un 30% a las elecciones
generales. También utilizan el recurso de cumplir con el 30% en las planillas de las elecciones
internas, y luego presionan a las mujeres para que renuncien a sus candidaturas a favor de un
hombre en las elecciones generales.

 La falta de aplicación de las leyes también tiene que ver con las debilidades políticas, técnicas,
logísticas y operativas de las instancias encargadas de vigilar su cumplimiento, como el INAM y el
TSE. Por ejemplo, aunque se ha incluido en las leyes la obligación de que los partidos políticos
aprueben e implementen políticas de equidad de género, no se ha logrado monitorear el
cumplimiento de este tipo de disposiciones, con lo que queda al arbitrio de los partidos aplicarlas.
Además, al hacer una revisión de las políticas públicas aprobadas por los partidos políticos, vemos
que tienen serios problemas en la definición y entendimiento de que es la equidad y la igualdad de
género, que tienen disposiciones sexistas basadas en una moral religiosa conservadora o
tradicional. Otro problema que tenemos es que si bien se ha creado una oficina de género en el
TSE, esto es más simbólico que un avance en la vigilancia de la participación política de las
mujeres, pues lo que se solicitó fue una instancia específica para las mujeres.

 Las características de nuestra democracia y de los partidos políticos hacen que los cargos de
elección popular se definan a partir de prácticas como el clientelismo, el compadrazgo y la compra
de puestos, lo que crea élites dentro de los partidos políticos y el gobierno. Además de que estas
son prácticas viciadas, que atentan contra la democracia y sus principios, se trata de pactos entre
hombres, por lo que las mujeres no logran ni siquiera negociar su participación en espacios de
poder.

 La falta de una verdadera educación en valores cívicos y políticos hace que las campañas políticas
se desarrollen como juegos mediáticos, donde gana votos quien tiene más dinero y más acceso a
los medios de comunicación. Pero las mujeres por su pobreza no pueden financiarse sus campañas
políticas, por lo se ven imposibilitadas para lograr ser electas.

 Los partidos políticos son espacios sumamente misóginos y patriarcales. Aunque las mujeres
demuestran que tienen las capacidades necesarias para ser líderes y para ocupar puestos en los
partidos y en las listas electorales, son inferiorizadas y menospreciadas por su condición de
mujeres. Al analizar las estadísticas sobre participación de las mujeres en todos los órganos
directivos de los partidos (juntas Directivas, asambleas, comités departamentales y municipales),
vemos que son muy pocas las que ocupan cargos de presidencia o vicepresidencia, y que siguen
siendo relegadas a cargos como las secretarías.

 Aunque no es un tema que salió en las entrevistas realizadas para esta investigación, otros
estudios señalan que uno de los principales obstáculos que enfrentan las mujeres para participar
en espacios como los partidos políticos es la violencia, el acoso y el hostigamiento sexual que viven
de parte de sus propios compañeros.

 Las mujeres que logran llegar a puestos dentro del gobierno tienen una amplia trayectoria política,
y son mujeres con un buen nivel educativo y con ingresos superiores al promedio del país. Para

106
llegar a puestos de poder, han tenido que dedicarle años al activismo político, y dado que no han
cambiado las condiciones de vida de las mujeres, tienen que soportar triples jornadas de trabajo,
ya que además se deben ocupar de las labores domésticas y de los demás proyectos en los que
participan. Por esta razón, es necesario que se dé un cambio en la cultura y en las relaciones de
poder entre los géneros, porque solo de esta manera se va a lograr que dispongan con más
recursos para incursionar en la arena política.

 La investigación arroja como resultado que casi todas las mujeres que logran puestos en el
gobierno han pertenecido o pertenecen a organizaciones o movimientos sociales. Sin embargo, el
carácter excluyente de los partidos políticos y del estado, hace que las mujeres vinculadas a
organizaciones asistencialistas o religiosas sean las que tienen más posibilidades de llegar a estos
puestos. Mujeres con otra historia organizativa, como las feministas, sindicalistas, de
organizaciones gremiales o pertenecientes a una organización étnica, tienen pocas posibilidades
de insertarse y obtener cuotas de poder dentro de los partidos políticos y el gobierno.

 Las alianzas que se gestaron entre las feministas y las mujeres políticas desde la aprobación de la
LIOM en el 2002, ha traído como fruto que muchas congresistas hayan luchado desde el Congreso
Nacional y otros espacios por los derechos de las mujeres. Pero sus esfuerzos e intereses se han
centrado en la aprobación de leyes y en reformas institucionales relacionadas con la erradicación
de la violencia contra las mujeres. Otras demandas de la agenda feminista, como las que tienen
que ver con salud sexual y reproductiva, acceso a recursos, etc.; no han encontrado eco dentro de
las mujeres políticas.

 Uno de los problemas a los que nos estamos enfrentando es que muchas de las mujeres que son
parte del Congreso o de otras instancias gubernamentales no conocen o no se han apropiado de
las propuestas feministas. Al contrario. Sobre todo después del golpe de estado, muchas mujeres
de grupos ultraconservadores como PROVIDA o el Opus Dei han logrado posicionarse dentro del
Congreso, y desde allí, han conseguido la aprobación de leyes que van en contra de nuestros
derechos, como la prohibición de las PAE y las reformas a la Ley de Municipalidades, en las cuales
se desconoce la creación de las Oficinas Municipales de la Mujer u OMM. Muy pocas de las
mujeres que ocupan actualmente puestos del poder están vinculadas al movimiento feminista.

 El golpe de estado también ha tenido un efecto directo en los derechos de las mujeres. En las
últimas elecciones cayó significativamente el porcentaje y número de mujeres que llegaron a
ocupar puestos en el gobierno. También, las instituciones creadas para vigilar el cumplimiento de
los mecanismos de adelanto de la mujer, como el INAM, se han aliado con estos gobiernos
conservadores y terroristas, y ya no son instancias con las que podamos colaborar y trabajar, con
lo que se pierde la posibilidad de lograr cambios a favor de las mujeres.

 Todo lo que ha sucedido después del golpe de estado fragiliza el marco legal e institucional que
habíamos construido para lograr un aumento de la participación de las mujeres en la política. La
violencia y el terrorismo de estado que se ha instalado en el país desde el 28 de junio, también
está teniendo un efecto directo en el accionar de las mujeres políticas y de las organizaciones
feministas y de mujeres que trabajamos con ellas.

107
RECOMENDACIONES
 Revisar los contenidos de las leyes aprobadas en materia de participación política de las mujeres,
para tener un marco legal que garantice la real inclusión de las mujeres en la participación política.
Se debe especificar con claridad que el contenido de estas leyes es de cumplimiento obligatorio, y
se deben derogar las disposiciones ambiguas o poco definidas que permiten que los partidos
políticos evadan sus obligaciones. Se deben incluir artículos que permitan la aplicación de reglas
como el cupo reservado para las mujeres, puestos alternos, recursos para campañas y formación
política, tiempo de las campañas, rendición de cuentas; e i implementar mecanismos como el de “la
trenza”, es decir, que el orden en las planillas sea hombre, mujer, hombre, mujer, y así a todo lo largo
de la lista. Con este modelo se aseguraría que las mujeres no sean relegadas a los últimos puestos de
las listas al interior de los partidos políticos. También, se pueden efectuar reformas en las leyes
electorales, que permitan por ejemplo la posibilidad de las listas abiertas con más de una candidatura,
de manera que se garantice la participación de las mujeres mediante el voto directo del electorado.

 Es necesario hacer una revisión de los estatutos y políticas de género de los partidos políticos, para
eliminar disposiciones sexistas y discriminatorias; y para incluir mecanismos que permitan hacer
efectivos los derechos consignados, sobre todo, la aplicación de las cuotas y la asignación
obligatoria de recursos para las mujeres. También, debemos luchar para que en estas normas se
incluya el denominado “finiquito social”, que permitiría que hombres que han sido acusados por
violencia doméstica o intrafamiliar, acoso sexual y otros delitos contra las mujeres, no se incluyan
en los listados electorales a cargos de elección popular, ni obtengan puestos de dirección dentro
de los partidos políticos. El cumplimiento de estas políticas debe ser supervisada de forma
obligatoria por el INAM.

 Se deben establecer mecanismos eficientes para garantizar el cumplimiento de estas leyes,


fortaleciendo las instancias que se encargan de esta labor, como el TSE y el INAM. Sin embargo,
debemos tener en cuenta que estas instituciones antes y después del golpe de estado han
manifestado su adhesión clara a las reglas de la dictadura que se ha instalado, por lo que debe
repensarse si el fortalecimiento de estas instituciones es una estrategia adecuada para lograr el
avance de los derechos políticos de las mujeres.

 Debemos buscar nuevos liderazgos, apoyar a las mujeres que han estado excluidas o subordinadas
dentro de los partidos políticos; teniendo en cuenta también las diferencias entre las mujeres
relacionadas con la pertenencia étnica, clase social, lugar de residencia, etc. Es necesario lograr
una mayor organización de las mujeres, promover su empoderamiento dentro de los partidos
políticos, mediante la realización de procesos educativos y de capacitación sobre sus derechos.

 Las organizaciones feministas y de mujeres debemos repensar las estrategias que hemos
empleado para lograr el cumplimiento de estos derechos, ya que hemos comprobado que las
mujeres que logran llegar a puestos dentro del gobierno no representan los derechos de las
mujeres, porque pertenecen a la oligarquía que defienden el status quo y el proyecto neoliberal.

 Después del 30 de junio, se ha reabierto el debate en el feminismo hondureño sobre los alcances
de las estrategias que hemos utilizado en nuestro accionar político. Nuestro discurso y nuestra
práctica se ha radicalizado, y ha cobrado más fuerza el imperativo de ampliar los límites de la
ciudadanía a derechos que han encontrado más resistencia para ser incluidos en las leyes, como

108
los derechos sexuales y derechos reproductivos, entre los que se incluyen la elección libre y
voluntaria de la maternidad, la interrupción legal del embarazo y la diversidad sexual. Tenemos
que identificar en los partidos políticos y en los movimientos sociales mujeres que estén
dispuestas a luchar por estos derechos; y concientizar a las mujeres de la necesidad de que
luchemos por estos derechos, ya que solo de esta manera lograremos un cambio sustancial en la
sociedad y en la vida de las mujeres.

 Incidir en los medios de comunicación para que den más apoyo a las mujeres en sus campañas
políticas, y trabajar con las y los periodistas para que ayuden a crear una cultura de aceptación de
las mujeres en lo público, sin que se les demande la perfección por el hecho de ser mujeres. Estas
campañas deben promover un cambio cultural en la sociedad y en la cultura,

 Debemos trabajar entre nosotras las mujeres formas de relacionamiento basadas en la igualdad y
la sororidad, para que logremos como colectivo tener más fuerza y capacidad de incidencia frente
a los hombres y el estado.

 El golpe de estado demostró la fragilidad de nuestra democracia, la corrupción dentro de los


partidos políticos; y dejó claro que la búsqueda de mecanismos de democracia participativa mas
incluyentes se van a enfrentar a la oposición violenta de políticos, empresarios, terratenientes y de
las iglesias, y a la oposición de una clase política internacional que no va a permitir que mas países
se sumen a proyectos alternativos de cambio. Por esta razón, las feministas debemos continuar
apoyando el proceso de realización de la Asamblea Nacional Constituyente, para desde allí, lograr
que nuestros derechos sean incluidos en la nueva constitución.

 Brindar apoyo a las mujeres de los partidos políticos que decidieron participar o no participar en
las elecciones pasadas, ya que los partidos políticos han tomado medidas drásticas contra las
compañeras que fueron en contra de las directrices de sus partidos, mientras que las
organizaciones feministas a pesar de haber llamado a no votar, fueron respetuosas con las
compañeras feministas que decidieron participar en el proceso.

 Continuar denunciando las ilegalidades y violaciones a los derechos humanos de la población en


general, y específicamente de las mujeres que se han cometido desde el golpe de estado, ante la
comunidad nacional e internacional. Las mujeres debemos también fortalecer alianzas con otras
mujeres políticas del continente, para aprender de sus experiencias y buscar mecanismos de
apoyo fuera del país en caso que las mujeres sean perseguidas y se vean en peligro sus vidas o las
de su familia. También, debemos establecer estrategias de seguridad para las mujeres, dentro de
las organizaciones que forman parte de La Resistencia, y dentro de los partidos políticos.

109
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112
Leyes, políticas públicas y otros

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Estatutos del Partido Nacional de Honduras.
Estatutos del Partido de Innovación y Unidad PINU
Estatutos del Partido Demócrata Cristiano de Honduras, PDCH.
Estatutos del Partido Unificación Democrática, UD.
Ley de Municipalidades y sus reformas. 2009.
Ley de Igualdad de Oportunidades para la Mujer. 2000.
Ley Electoral y de las Organizaciones Políticas y sus reformas. 2004
Política Nacional de la Mujer y el II Plan de Igualdad y Equidad de Género de Honduras 2010-2022
Política Nacional de la Mujer y I Plan de Igualdad de Oportunidades 2002-2007
Reglamento de la Ley de Igualdad de Oportunidades para la Mujer, 2008.

Páginas webs

Bases de datos del Congreso Nacional: www.congreso.gob.hn/


Fundación Democracia sin Fronteras: www. fssf.hn.
PARLACEM: www.parlacem.org.gt
Poder Ejecutivo de Honduras: www.gob.hn
www.partidonacional.hn
www.partidoliberaldehonduras.hn/

113
ANEXOS

114
ANEXO 1

LISTADO DE MUJERES ENTREVISTADAS

Brenda Mercedes Flores Serrano San Pedro Sula Diputada,


Partido Nacional (PN)
Doris Elena Gutiérrez Tegucigalpa Unificación Democrática (UD)
Edna Carolina Echeverría Hayloc Tegucigalpa Partido Liberal (PL)
Enna Guadalupe Mejía Tegucigalpa Unificación Democrática (UD)
Honorina Rodríguez Tegucigalpa Unificación Democrática (UD)
Suyapa Martínez Tegucigalpa Unificación Democrática (UD)
Victoria Carrasco García Cortés Diputada,
Partido Nacional
Silvia Ayala Tegucigalpa Unificación Democrática (UD)

115
ANEXO 2

GUÍA DE LAS ENTREVISTAS

INVESTIGACIÓN PARTICIPACIÓN POLÍTICA DE LAS MUJERES Y


EL ACCESO A RECURSOS DE CAMPAÑA

DATOS GENERALES

1.- Nombre:

2.- Edad: 3. Sexo:

4. Religión: a) activo (a)________b) inactivo (a)_______

5.-Estado Civil: a) Soltera (o)_____ b) Casada(o)____ c) Unión libre _______

6.-Lugar de residencia: _________________________

a. Departamento: b. Municipio:
c. aldea, barrio, colonia________________________________________________________

7. Nivel educativo:
a. Primaria completa_______ b. primaria incompleta_______c. secundaria completa_______d.
secundaria incompleta___________universitario___________

8. Hijos (as)

RANGOS DE MASCULINO FEMENINO TOTAL


EDAD
0 A 5 AÑOS
6 A 11 AÑOS
12 A 17 AÑOS
18 A 23 AÑOS
MAYORES DE 24
AÑOS

9.- Niveles de Ingresos

a) Ocupación actual
a.1) Empleada: ______a. 2) Negocio propio__________a. 3) Mixto______________

b) Ingreso mensual:

116
Otros Ingresos familiares:

Grado de parentesco Valor en lempiras


Esposo(a) o compañero(a)
Hijo(a)s
Otros :

10.- Distribución del tiempo

Tipo de ocupación Número de horas semanal


Empleo de generación de ingresos
Trabajo domestico o tareas del cuidado
Trabajo político
Trabajo comunitario
Estudio
Esparcimiento o recreación

Su compañero de hogar cumple con su responsabilidad del trabajo domestico y tareas del cuidado

PARTICIPACIÓN ORGANIZATIVA.

11. ¿Ha pertenecido usted a alguna organización del movimiento social? _____

A cual organización (s): ___________

12. ¿Ha ocupado algún cargo dentro de esa organización? Si_______No_______

¿Qué cargo ocupó?: __________________________________________________________

13. En que período de tiempo: _______________________________________________

14. Esta organización cuenta con una política de género Si______No_______

15. Es aplicada la política de género

a. Si______No______Ocasionalmente________En casos específicos__________

INFORMACIÓN POLÍTICA PARTIDARIA

Partido Político a que Pertenece: _____________________________________

16.- Cual fue su motivación para participar en política:

17.- ¿Ha ocupado usted cargos directivos de partido?: Si________No________

117
¿Cuáles? _____________________________________

18-¿Que cargo ocupa actualmente en la estructura partidaria?___________________________

19.-¿Ha ostentado usted a algún cargo de elección popular? Si__________No______ cual


(s)1.___________________________2._____________________3.__________________

20.- ¿Ha sido candidata usted a algún cargo de elección popular? Si__ ____No______¿A que cargos?

1.________________________2.________________________

21.- ¿Ostenta usted actualmente algún cargo de elección popular? Si: ______No: ________¿Qué
cargo?__________________________________________________

22.- ¿Gano usted algún cargo de elección popular en las pasadas elecciones?
¿Cuál?:

MECANISMO DE GÉNERO AL INTERIOR DE LA ORGANIZACIÓN POLÍTICA PARTIDARIA.

23. Existe una política de equidad de género al interior de su partido.

Si_____No______No lo sabe________No la conoce____________

24. Como fue elaborada esa política de equidad de género:

a) Con participación amplia de las mujeres


b) Con participación de solo algunas mujeres directivas
c) Consultora independiente
d) Con participación de la dirigencia partidaria
e) Otras:

25. Cuáles son los contenidos de la política de género del partido

a) Cuotas mínimas de participación política a cargos populares


b) Cuotas mínimas de participación a estructuras de partido.
c) Asignación priorizada de recursos para campañas de mujeres candidatas
d) Asignación priorizada de recursos para fortalecimiento de liderazgo
e) Acciones afirmativas para impulsar más mujeres en espacios de toma de decisiones
f) Otras que usted
recuerde__________________________________________________________________

26. Los estatutos de su partido contemplan acciones positivas a favor de las mujeres Si _____No
______No lo sabe ______________No las conoce______________

¿Puede describir algunas? 1._________________________________


2._______________________________________________________________________

118
3._______________________________________________________________________
27.- Su partido político cuenta con un Plan Estratégico Partidario

Si_____No_____No lo sabe________No lo conoce_______

28. El Plan Estratégico partidario contempla acciones positivas a favor de las mujeres.

Si_____No______No lo sabe_____No lo conoce___________

Puede describir algunas 1. ________________________


2.______________________________________________________________________________
3.______________________________________________________________________________
4._______________________________________________________________________________

29) Cual es el mecanismo de escogencia de las máximas autoridades de su partido político

a. Urna independiente en elecciones abiertas________


b. Mediante asamblea partidaria abierta_____________
c. Asamblea partidaria representativa_______________
d. Mediante cociente Electoral ______________________
e. No lo sabe__________________No la conoce__________

30) Como está estructurada la Dirección Nacional de su partido político?

a. Numero de cargos que integran__________


b. Numero mujeres en cargos________c. Numero de hombres en cargos________

31.- En las estructuras partidarias existe representación formal de las mujeres

Si ______No _____No lo sabe_________ ¿Cual?______________________________________

RECURSOS DE CAMPAÑA

32.- Aproximadamente a cuanto asciende los gastos en campaña política de su partido?

a. 1 millón a 5 millones de lempiras________


b. 5 millones a 10 millones de lempiras______
c. 10 millones a 15 millones de lempiras_______
d. 15 millones de lempiras en adelante_______
e. No lo sabe____________

33. ¿Sabe usted a cuanto equivale la deuda política de su partido?

Si_____No______Cuanto_________________________________________

34. Sabe usted la procedencia de otros fondos que se utilizan en campaña?

119
a. Aportes personales de los miembros del partido_______Cuanto?_______________
b. Aportes de empleados públicos miembros del partido_____Cuanto_____________
c. Aporte de Empresarios miembros del Partido_______Cuanto____________________
d. Aportes otras fuentes: ( donaciones, herencias, legados, organizaciones extranjeras, partidos
políticos de otros países, gobiernos extranjeros)
Si_____No_____No lo sabe________

35. Existe una política de asignación de fondos para las candidatas de su partido?

Si ________No ______No lo sabe ______No la conoce_________

36.¿ Cual es el mecanismo de asignación de fondos a candidatas?

a. Porcentaje Fijo_____Porcentaje No fijo______Cuanto?_________________


b. Priorización por candidaturas importantes_______Cuanto?_____________

VINCULACIÓN CON EL MOVIMIENTO DE MUJERES Y FEMINISTA

37.- Tiene su partido político o usted algún tipo de vinculación con el movimiento feminista y de
mujeres en el país Partidaria __________Personal _________¿Con que organizaciones?_
38. Su Partido político o usted han hecho algún tipo de alianza político-lectoral con organizaciones
del movimiento feminista

Si_______no___________

qué tipo de alianza: personal___________partidaria_______

a. diputaciones________b. alcaldías___________otras______________________________

39. Qué puntos de la agenda feminista conoce usted:

Derecho a una Vida libre de violencia contra las mujeres (acceso a la justicia y políticas preventivas)
1. Penalización de la Violencia domestica y Violencia intrafamiliar.
2. Tipificación del femicidio.
3. Persecución penal para el Abuso sexual, Incesto y Acoso sexual.

Derechos Sexuales y Derechos Reproductivos


1. Derechos a decidir sobre nuestro cuerpo
2. Despenalización del aborto
3. No penalización de la Píldoras de Anticoncepción de Emergencia
4. Derecho a la utilización del método anticonceptivo que más desee
5. Derechos a la calidad de vida para mujeres VIH SIDA positivas

c) Derechos Económicos, sociales, culturales y ambientales.


1. Derecho a la tierra, vivienda, empleo digno
2. Derecho a la educación no sexista, acceso a la salud integral
3. Derecho a la participación social y política

120
4. Acceso a los espacios de toma de decisiones en igualdad de oportunidades
5. Acciones positivas o afirmativas cuota del 50% de participación política y social como mínimo o la
paridad entre hombres y mujeres
6. Alterabilidad en los puestos de elección popular
7. Una nueva constitución de la república, a través de una constituyente que incluya los derechos
humanos de las mujeres.

40.- Cuales de los puntos de agenda del movimiento feminista y de mujeres comparte usted?

41.- Cuales son las principales dificultades que ha enfrentado su participación política?

a. económicas_______b. Disponibilidad de tiempo________c. familiares___________


partidarias___________otras______________________________________________________

42) ¿Cuáles son las principales dificultades enfrentadas por usted en la participación política en el
marco de la crisis política actual?

43) ¿Renuncio usted a participar en el último proceso electoral? si: _______no:_______, ¿Por qué?_

44. - cuales son los principales logros obtenidos en su carrera participando en política?

En el congreso, 45.- Que aspectos deberían mejorar los partidos políticos para facilitar la
participación política de las mujeres en los diferentes espacios del accionar político?

a____________________________________
b________________________________________
c. ___________________________________
d.________________________________________

46. Cree usted que otro partido político diferente al suyo o en candidaturas independientes existen
mejores condiciones de participación para las mujeres?

a. si_________b. no___________c. pocas diferencias_________d. son iguales_________

47. ¿Contempla usted la posibilidad de hacer un cambio de partido político o de espacio en el cual se
facilite su participación política?

a. si_______b. no.__________c. A cual partido o espacio se

Cambiaria?_

48.- Algo más que tenga que decir sobre esta crisis política y su participación en política y el impacto
en las mujeres políticas y en los derechos de las mujeres.

121

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