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Derecho Civil II - Bienes y Derechos

Reales
Material de estudio para los alumnos del Prof. Francisco de Jongh Sarmiento,
cursantes de la cátedra de Derecho Civil II (Bienes y Derechos Reales) de la
Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad de Los Andes.
lunes, 6 de mayo de 2013

Unidad II. Tema N° 8. LA PROTECCIÓN


POSESORIA
Derecho Civil II. Bienes y Derechos Reales
Prof. Francisco de Jongh Sarmiento

Unidad II
Tema N° 8

LA PROTECCIÓN POSESORIA(Resumen y anotaciones de los libros de Florencia


Márquez de Krupij y Cruz Omayda Carrillo; José Luis Aguilar Gorrondona; Ovelio Piña
Valles; Abdón Sánchez Noguera; Eloísa Sánchez Brito; Germán Rojas González)

Habiendo conocido el concepto de la posesión, su ubicación en el mundo


jurídico, sus diversas clases y grados, así como las formas en las que se adquiere y/o
pierde la misma, para finalizar esta unidad académica de la materia, se abordará la
forma en la cual la legislación venezolana consagra los medios para proteger la
posesión.

Es necesario recordar que, si bien la posesión es un estado fáctico, es decir, de


hecho, que nace con una relación material entre una persona y la cosa, no es menos
cierto que ese hecho ha de convertirse en un hecho jurídico en razón de los efectos
que produce, entre ellos la tutela posesoria, pues de no consagrarse los medios
idóneos para proteger el ejercicio de la posesión, cualquier persona, a su antojo,
pudiera vulnerar la situación o relación existente, quedando indefenso el poseedor y
alterando, de alguna manera, la paz y la seguridad social.

Fundamento de la Protección Posesoria

La doctrina, como lo plantean Márquez y Carrillo[1], ha contemplado la


protección posesoria sin ninguna discusión, ningún autor o legislación ha negado la
existencia y posibilidad de acciones o medios que tienden a brindar la seguridad
jurídica a todas aquellas personas que están en una relación material con una cosa.
Sin embargo, las discusiones si radican en cuanto al fundamento de la tutela
posesoria, esto es, las razones por la cual se consagra tal situación, es por ello que se
encuentran diversas posiciones doctrinarias al respecto, entre las que se pueden
destacar las siguientes:

 Para Savigny el fundamento radica en la relación entre el hecho mismo de la


posesión y la persona que la ejercita, puesto que atentar contra la posesión es,
directamente, un delito contra el poseedor. Todo esto lleva a pensar que debe tutelarse
la posesión para proteger al sujeto.

 Para Ihering, por ser la posesión la exteriorización material del derecho de


propiedad, es necesario proteger la posesión para poder complementar la propiedad.

 Thibaut parte del principio “Nadie puede vencer jurídicamente a otro, si no


tiene motivos suficientes en que apoyar su prerrogativa, por tanto, si alguien no
demuestra, hay que respetar el poder de hecho del poseedor”. Este principio sustenta
el artículo 775 del Código Civil Venezolano, el cual señala que “En igualdad de
condiciones es mejor la condición del que posee.”

 Messineo sustenta su tesis en la sociedad; señala que la protección posesoria


es de carácter social, puesto que es interés general mantener al poseedor en ejercicio
de la posesión.

 Por otro lado, Röder, aunque en nada diferencia con la posición de Thibaut,
plantea que mientras no se demuestre lo contrario, se presume que las relaciones
exteriores del hombre con la cosa son justas y, por ende, merecen ser tuteladas.

 Wolff indica que la razón de la protección posesoria viene dada por la paz
ciudadana. Sería ilógico pensar que el poseedor no pueda defender su poderío sobre
la cosa por un medio jurídico, esto llevaría a un estado de anarquía en el que haya uso
de la violencia, lesionando la convivencia ciudadana.

 Bruns, citado por Márquez y Carrillo[2], utiliza los siguientes términos para
fundamentar su tesis sobre la voluntad del poseedor; “De los dos factores de la
posesión el poder físico y la voluntad, el primero como simple estado de hecho no
encierra el menor fundamento de una protección jurídica, pero es otra cosa cuando se
trata del segundo. La voluntad que se realiza en la posesión aun cuando en sí no
constituya derecho alguno quizás hasta en contradicción palmaria con el derecho,
debe, sin embargo, ser protegida en razón de su naturaleza general. La voluntad es
por sí en su esencia absolutamente libre y precisamente el reconocimiento y la
realización de esa libertad es lo que constituye todo el sistema jurídico. La coacción y
la violencia ejercida contra la voluntad son injusticias contra las cuales la voluntad
debe ser protegida. La posesión no es sino un hecho y ese hecho es protegido contra
la violencia porque él mismo es manifestación positiva de la voluntad. En palabras
mucho más sencillas y entendibles, la posesión es la manifestación de la voluntad de
la persona sobre una cosa y, al momento de perturbación, se viola esa voluntad, por
tanto debe ser protegida esa manifestación voluntaria, en consecuencia, se protege la
posesión.

 Putcha, por último, plasma su tesis de la protección posesoria, sustentándose


en la personalidad humana. Dice, que siendo la posesión la exteriorización de la
personalidad en el mundo externo, debe ser respetada, reconocida y protegida por el
derecho.

Organización de la Protección Posesoria

Adoptando el criterio doctrinario general, la posesión puede tutelarse de dos


maneras, bien a través de la defensa privada, acción directa o autotutela posesoria, o
bien a través de la defensa judicial o interdictal. Instituciones, ambas, que se
analizarán por separado, así como sus características, requisitos y procedimientos.

a)    La Acción Directa o Autotutela Posesoria

La autotutela, en sentido amplio, consiste en la defensa de la persona, de los


derechos o de los bienes por parte del propio interesado, sin que medie, por ningún
lado, órgano jurisdiccional alguno.

Aplicando el concepto propuesto al ámbito de la posesión, pudiera entenderse


como el rechazo inmediato del poseedor, con sus propias fuerzas, contra agresiones
ilegítimas o ilícitas que los terceros ejerzan contra la posesión que está ejercitando.

Características de la Aututotela Posesoria

 Extraprocesalidad: Se lleva a cabo prescindiendo de un proceso judicial, es


decir, con la ausencia de un juez imparcial, distinto a las partes.

 Excepcionalidad: Sólo se puede alegar en los casos previstos en la ley o


permitidos por la ley, por lo que son, entonces, de interpretación restrictiva.

 Subsidiariedad: Opera al momento de la agresión ilegítima sólo en aquellos


casos en que no intervenga el Estado a través de sus órganos competentes.

 Imposición de la decisión por la parte agredida: Aquél que resulta agredido


ilegítimamente es quien tendrá la facultad de imponer la decisión a través de la
reacción.

 Preventividad y Represividad: Por la primera ha de entenderse que el


ofendido busca evitar la molestia posesoria, oponiéndose a la conducta del agresor, en
tanto que en la represividad el poseedor persigue la recuperación del bien objeto del
despojo.

Requisitos o Presupuestos que condicionan la Autotutela Posesoria

 Agresión ilícita y actual de la posesión.

 Que vaya dirigida contra la posesión.

 Que la agresión de la posesión se dirija en contra de la voluntad del poseedor.

 Que haya necesidad de la defensa.

 Proporcionalidad del medio empleado para repeler la agresión.

 Relación de causalidad entre agresión y acto defensivo.

Es de advertir que para que se configure la autotutela posesoria deben estar


presentes todos estos requisitos, es decir, deben concurrir todos estos elementos
estructurales.

La Legítima Defensa en Venezuela

Partiendo del artículo 1188 del Código Civil Venezolano, el cual reza que “No es
responsable el que causa un daño a otro en su legítima defensa o en defensa de un
tercero.”, se advierte que no hay una regulación sistemática de la autotutela posesoria
en la legislación venezolana, puesto que este artículo precitado se refiere,
directamente, a las personas y no a los bienes.

El único aspecto en el que la legislación venezolana pareciera consagrar la


legítima defensa sobre los bienes se encuentra en el artículo 423 del Código Penal,
cuando señala en su encabezado y primer aparte que “No será punible el individuo
que hubiere… De defender sus propios bienes contra autores del escalamiento, de la
fractura o incendio de su casa, de otros edificios habitados o de su dependencia,
siempre que el delito tenga lugar de noche o en sitio aislado, de tal suerte que los
habitantes de la casa, edificios o dependencias, puedan creerse, con fundado temor,
amenazados en su seguridad personal…”

Esta norma, de carácter penal, se configura como un eximente de


responsabilidad penal, sin embargo, dispone los requisitos para ese eximente, y es
precisamente uno de ellos, el sentirse amenazados en su seguridad personal, lo que
puede pensarse que la legítima defensa no viene a ser para la defensa de sus bienes
propiamente, sino que protege la integridad física de las personas que habitan en esos
lugares que están siendo violentados, según este precepto.
b)   La Defensa Judicial o Acción Interdictal

Plasma en su obra Aguilar Gorrondona[3] que uno de los efectos principales de


la posesión es la protección interdictal, la cual tiene por finalidad, como señala Rojas
González[4], conservar o recuperar la posesión de bienes raíces, o de derechos reales
constituidos en ellos.

Abdón Sánchez Noguera[5] define a los Interdictos como los medios procesales


a través de los cuales se garantiza la defensa de la posesión legítima que se ejerce
sobre las cosas, mediante un procedimiento breve, frente al despojo, la perturbación o
la amenaza de obra nueva o vetusta.

En palabras de Ovelio Piña Valles[6], el interdicto “es una figura jurídica


mediante la cual se protege la posesión a través de un juicio breve, especial y
contencioso, para garantizar la paz social.”

Se puede interpretar de ambas definiciones propuestas que los interdictos son


medios jurisdiccionales especiales consagrados por la ley, los cuales tienen por
finalidad proteger la relación material existente entre una persona y una cosa, para
garantizar la paz y la seguridad social.

Naturaleza Jurídica de los Interdictos

Para el Dr. José Román Duque Sánchez, citado por Sánchez Noguera[7], las
acciones interdictales son acciones posesorias mas no petitorias, puesto que con ellas
no se está discutiendo la propiedad sino la posesión. Por otro lado, la querella que se
interpone constituye una medida preventiva o cautelar que tiene por objeto  garantizar
la paz social.

Esta posición que considera a los interdictos como una medida cautelar es
reforzada por Piña Valles[8], puesto que para él, los interdictos se constituyen en una
“providencia intermitente” la cual va a decidir temporalmente una situación de hecho,
la cual espera por una decisión definitiva que se perfeccione por un procedimiento
ordinario.

Sin embargo, la doctrina no ha querido fijar una posición clara al respecto, pues
no logra enmarcar las acciones posesorias ni dentro de la categoría de las acciones
reales ni dentro de las acciones personales, por lo que le brindan un carácter de
especialidad, indicando que por tener características propias y típicas que las
diferencian de las demás acciones, son acciones jurisdiccionales especiales.

Características comunes de los Interdictos


 Son instrumentos consagrados por el legislador con el objeto de proteger la
posesión de agresiones o amenazas de daño.

 El objeto o pretensión de estas acciones versa sobre el hecho, mas no sobre el


derecho a poseer.

 Son acciones que se ventilan por los canales de los juicios especiales
contenciosos.

 Brindan una tutela judicial temporal o interina, puesto que lo decidido en un


juicio interdictal puede ser modificado, parcial o totalmente, en un juicio petitorio
ordinario.

 Son acciones de naturaleza civil, aún cuando se ejerza sobre bienes que
conforman una sociedad mercantil o cuando la agresión o amenaza esté tipificada
como un hecho punible.

Clasificación de los Interdictos

La defensa de la posesión, específicamente del derecho privado, como bien se


ha dicho hasta el momento, está sustentada en los llamados interdictos o acciones
posesorias, como son el interdicto de amparo, de despojo, el de obra nueva y el de
obra vieja, los cuales, como señala Sánchez Brito[9], requieren elementos
estructurales específicos para su procedencia y cada uno de ellos tienen sus propios
efectos.

Sin embargo, la doctrina general no es conforme con señalar o admitir los cuatro
tipos de interdicto señalados en el párrafo ut supra, sino que ha realizado una división
de los mismos, atendiendo a la naturaleza y el fin perseguido por ellos, división que ha
sido acogida por el Código de Procedimiento Civil venezolano (Título V del Libro
Segundo) en los artículos 699 al 719, ambos inclusive. En ese sentido, se tienen dos
clases de interdictos, la primera de ellas conocida como Interdictos Posesorios, está
compuesta por el Interdicto de Amparo y el Interdicto de Despojo y, una segunda
categoría, la integran los Interdictos Prohibitivos, conformada por el Interdicto de
Obra Nueva y el Interdicto de Obra Vieja.

1. Interdictos Posesorios: Recurso extraordinario dirigido a recuperar la


posesión de una cosa provisionalmente, sin que con ello se discuta la legitimidad o la
legalidad de la posesión.

a)    Interdicto de Amparo: Se desprende del artículo 782 del Código Civil Venezolano al
establecerse que “Quien encontrándose por más de un año en la posesión legítima de
un inmueble, de un derecho real, o de una universalidad de muebles, es perturbado en
ella, puede, dentro del año, a contar desde la perturbación, pedir que se le mantenga
en dicha posesión.” (Subrayado propio).

Este recurso surge cuando existe una perturbación a la relación material que da
origen a la posesión, es decir, toda molestia de hecho o de derecho que lesiona el
poderío de un hombre sobre la cosa, pero que no llega a privarlo de ella.

Posibilita esta acción la protección a la posesión contra los actos de perturbación


que puedan afectarla, constituyendo requisitos para su procedencia los siguientes,
conforme a la norma citada:

 Que la posesión sea legítima. Del artículo se desprende que debe existir
posesión legítima para el ejercicio de esta acción, sin embargo, el primer aparte del
mismo artículo señala que “El poseedor precario puede intentar esa acción en nombre
y en interés del que posee, a quien es facultativo intervenir en el juicio.” Esto es, el
detentador puede también ejercer esta acción, pero siempre en nombre del verdadero
poseedor, a quien se le faculta intervenir en el juicio, si lo considera conveniente.

 Ultra-anualidad. Se requiere el ejercicio de la posesión legítima por más de un


año, empero, no sólo significa un ejercicio ultra-anual de la persona que posee pues,
teniendo un interés legítimo y cuando las condiciones estén dadas, puede unir el
tiempo que lleva poseyendo personalmente al tiempo de posesión que ejerció su
causante.

Esta posibilidad de continuidad de posesión está prevista en el único aparte del


artículo 781 del sustantivo civil, este dispone que “El sucesor a título particular puede
unir a su propia posesión la de su causante, para invocar sus efectos y gozar de ellos.”
Por lo que sólo cuando la posesión ha pasado de manos del de cujus a sus herederos
es que existe la posibilidad de aplicar una ultra-anualidad especial para poder accionar
en caso de perturbación.

 Que se trate de posesión de un inmueble, de un derecho real o de una


universalidad de muebles.

 Que la posesión sea perturbada. Como lo señalan Márquez y Carrillo[10], la


perturbación a la posesión debe ser real y efectiva (Subrayado propio). Esta posición
está tomada de la legislación alemana, la cual establece que no bastan sólo las
amenazas para fundamentar el recurso, por lo que se exige, indispensablemente, la
consumación de la lesión o agresión para su procedencia.

 Que la acción se intente dentro del año siguiente a la perturbación. El artículo


que dispone este recurso obliga su aplicación dentro del año, contándose desde el
momento en que se consuma la perturbación, bien sea constituido por un hecho o por
varios hechos que se relacionen, pudiéndose aplicar, en este último caso, desde el día
siguiente del primero de los actos. Ahora bien, si son varios los actos de perturbación y
no se relacionan entre sí, sino que se configuran con diferente naturaleza, cada uno de
ellos da origen a la aplicación de interdictos de amparo por separado.

Este lapso legal para el intento de la acción ha de entenderse como un lapso de


caducidad, mas no de prescripción, puesto que el artículo 709 del Código de
Procedimiento Civil dispone que “Después de pasado el año fijado para intentar los
interdictos, no podrá pedirse la restitución o el amparo sino por el procedimiento
ordinario; pero si se hubiese hecho uso de la fuerza contra el poseedor, dicho lapso no
comenzará a contarse mientras no haya cesado la violencia.” Es decir, una vez
vencido el lapso establecido por el artículo 782 del Código Civil Venezolano, no se
podrá intentar dicha acción, sino accionar por la vía de las acciones reales ordinarias.
Sin embargo, se flexibiliza el cómputo legal cuando hay uso de la violencia, puesto que
no basta que se cuente desde el día siguiente de la agresión, sino que se empiece a
contar, realmente, desde el momento en que cesa la violencia ejercida sobre el
poseedor.

 Que la ejerza el poseedor legítimo. Es consecuencia del primer requisito; si es


necesaria la existencia de la posesión legítima, es lógico pensar que el titular de la
misma es el legitimado activo de esta acción.

 Que se intente contra el ejecutante de los actos de perturbación. Al existir un


legitimado activo debe existir una legitimación pasiva, recayendo ésta,
necesariamente, sobre el actor de la perturbación que dio origen al recurso.

Se admite, tanto en doctrina general como en la doctrina jurisprudencial, que la


legitimación pasiva puede recaer tanto en personas naturales como jurídicas, siempre
que hayan sido los causantes de la agresión injusta, real y efectiva contra la posesión.

Objeto del Interdicto de Amparo

Al promoverse el interdicto posesorio de amparo no se busca una consecuencia


o un fin distinto al de la obtención de una decisión judicial en la que se disponga el
cese de los actos perturbadores a la posesión y, por tanto, la preservación de la paz
posesoria.

b)   Interdicto de Despojo: Artículo 783 del Código Civil Venezolano: “Quien haya sido
despojado de la posesión, cualquiera que ella sea, de una cosa mueble o inmueble,
puede, dentro del año del despojo, pedir contra el autor de él, aunque fuere el
propietario, que se le restituya en la posesión.”
Se puede valer de este recurso cualquier poseedor que haya sido desposeído
arbitrariamente.

Los hechos que motivan este recurso son los que privan, total o parcialmente, la
posesión contra la voluntad del propio poseedor, es decir, que salga de la esfera de
disposición del poseedor. La ley no describe cuáles son los hechos que provoquen el
despojo de la posesión, por lo que corresponde al Juez, según su sana crítica, calificar
los actos para la admisión de esta acción.

Dicho despojo debe ser de tal grado que pueda ser considerado como arbitrario
o ilícito, sin que sea requisito indispensable el uso de la violencia, el cual sí estaba
presente en el Código Civil de 1922.

Requisitos para la procedencia del Interdicto de Despojo

 Posesión actual, cualquiera que ella sea. En este sentido se entiende que la
legitimación activa corresponde al poseedor de la cosa (bienes muebles e inmuebles;
corporales o incorporales), cualquiera que sea la condición con la que ejerza el
señorío (legítima, precaria, de buena o mala fe, etc.), en tanto que la legitimación
pasiva recae sobre el autor directo del despojo, sea una persona natural o jurídica.

 Despojo consumado contra la voluntad del poseedor. Lógicamente, de existir el


consentimiento o la voluntad del poseedor, no se calificaría de arbitraria o ilícita el
despojo de la posesión.

 El bien que se pretende recuperar debe ser el mismo sobre el cual recayó el
despojo.

 Término útil. Aplicándose las mismas reglas dispuestas para el Interdicto de


Amparo.

Objeto del Interdicto de Despojo

El querellante o recurrente que intente este interdicto lo hace con la intención de


que el Juez que conozca y admita tal acción, dicte la inmediata restitución de la
posesión que ha perdido sin la venia del poseedor.

Semejanzas y Diferencias entre el Interdicto de Amparo y el Interdicto de


Despojo

Como semejanzas entre ambas instituciones se pueden considerar que:

 En ambos interdictos la acción que los motiva se realiza en contra de la


voluntad del poseedor.
 El lapso legal o término útil para su interposición, haya o no violencia, es el
mismo para ambas instituciones, es decir, 1 año y considerado como un lapso de
caducidad.

Las principales diferencias que existen entre las figuras que componen los
Interdictos Posesorios se reducen en las siguientes:

 El hecho que da lugar al Interdicto de Amparo es una perturbación, en tanto


que para el Interdicto de Despojo sería el despojo del bien poseído.

 En el Interdicto de Amparo no se protegen bienes muebles singularmente


considerados; en el Interdicto de Despojo se tutelan bienes muebles.

 En el Interdicto de Amparo se requiere una posesión legítima y ultra-anual, en


tanto que en el Interdicto de Despojo se requiere sólo la posesión actual.

 En el Interdicto de Amparo se busca el cese de la perturbación a la posesión,


mientras que en el Interdicto de Despojo se tiene por finalidad la restitución del bien
despojado.

 Para el Interdicto de Amparo no es necesaria una garantía o medida preventiva


sobre el bien, en tanto que para el Interdicto de Despojo el artículo 699 del Código de
Procedimiento Civil prevé la constitución de una garantía pecuniaria o la medida
preventiva del secuestro para resguardar el bien despojado.

2. Interdictos Prohibitivos: Román Duque Corredor, citado por Ovelio Piña


Valles[11], indica que estos interdictos no protegen la posesión como sí lo hacen los
interdictos posesorios, sino que tienen por finalidad tutelar los bienes poseídos por una
persona, pretendiendo el impedimento de daños a éstos por causa de otros bienes.

Estos interdictos tienen la característica, entonces, de crear una protección


cautelar que implica una prohibición o medidas tendentes a evitar un daño temido.
(Subrayado propio).

a)    Interdicto de Obra Nueva: Artículo 785 del Código Civil Venezolano: “Quien tenga
razón para temer que una obra nueva emprendida por otro, sea en su propio suelo,
sea en suelo ajeno, cause perjuicio a un inmueble, a un derecho real o a otro objeto
poseído por él, puede denunciar al Juez la obra nueva, con tal que no esté terminada
y de que no haya transcurrido un año desde su principio.”

Este interdicto se aplica cuando la violación de la posesión es motivada por la


realización de una obra nueva que amenace con causar un perjuicio a un inmueble, un
derecho real u otro objeto.
Antes de su profundización, es necesario conocer el concepto de “Obra Nueva”,
es decir, qué se entiende como tal. En ese sentido, apoyados en Borjas, citado por
Márquez y Carrillo[12], Obra Nueva son todos aquellos trabajos de construcción,
reforma, demolición o excavación que produzcan un cambio o modificación en el
estado de los lugares, con perjuicio de aquellas personas que intentan el interdicto.

Legitimación Activa

En cuanto al querellante, debe ser un poseedor legítimo o un poseedor en


nombre propio, por lo que un sector doctrinario opina que el poseedor precario no
tiene la condición de legitimado activo, sino que debe notificar la situación al
propietario para el ejercicio de la acción.

Bienes Protegidos

El artículo precitado señala que los bienes protegidos por la vía de este interdicto
son “… inmueble, a un derecho real o a otro objeto poseído…”, lo que hace pensar o
interpretar que pueden ser inmuebles, muebles y contenido de derechos, sin embargo,
hay posiciones doctrinarias, muy aceptables, que señalan que los bienes muebles no
deberían ser considerados como bienes tutelados, puesto que su naturaleza permite la
fácil movilización en caso de un posible daño.

Término Útil

El lapso legal es de 1 año, contado a partir del inicio de la obra y mientras no se


haya concluido, puesto que una vez concluida la obra, el daño temido ya se habría
consumado.

Un sector doctrinario plantea que no hay que atenerse al lapso del año
solamente, sino que hay que estar pendientes del desarrollo de la obra, por lo que
consideran que el inicio del año debe considerarse desde el momento en que
aparezca la verdadera causa de temor racional.

Objeto del Interdicto de Obra Nueva

La finalidad de esta acción se encuentra en el único aparte del artículo 785 del
Código Civil Venezolano, “El Juez, previo conocimiento sumario del hecho, y sin
audiencia de la otra parte, puede prohibir la continuación de la nueva obra o permitirla,
ordenando las precauciones oportunas…”
Es decir, evitar la continuación de la obra o, en el caso conveniente, disminuir los
riesgos existentes sobre el bien poseído.

Requisitos de procedencia del Interdicto de Obra Nueva

Los siguientes requisitos deben concurrir para la procedencia del recurso.

 El emprendimiento de una obra nueva.

 La obra nueva debe ser capaz de producir el temor racional a sufrir un daño en
el objeto poseído.

 El daño debe ser futuro y factible.

 La querella debe proponerse dentro del año, contado desde el inicio de la obra.

 Los trabajos que causen el temor racional a sufrir un daño no deben haber
concluido.

 Relación de causalidad entre la obra nueva y el daño que se teme.

b)   Interdicto de Obra Vieja: Artículo 786 del Código Civil Venezolano: “Quien tuviere
motivo racional para temer que un edificio, un árbol o cualquiera otro objeto amenace
con daño próximo un predio u otro objeto poseído por él, tendrá derecho de
denunciarlo al Juez y de obtener, según las circunstancias, que se tomen las medidas
conducentes a evitar el peligro, o que se intime al interesado la obligación de dar
caución por los daños posibles.”

Legitimación Activa

Es legitimado activo de este recurso cualquier persona que ejerza el poder de


hecho sobre el bien amenazado de daño próximo.

Bienes Protegidos

Se evidencia en el artículo 786 citado que hay una amplitud en cuanto a los
bienes tutelados, situación que se desprende de la frase “…u otro objeto poseído por
él…”

Objeto del Interdicto de Obra Vieja

         Por ser una acción de naturaleza preventiva, la finalidad no puede ser otra que
lograr una decisión judicial que ordene las medidas necesarias para evitar el peligro o
exigir una caución al requerido para cubrir los posibles daños.
Requisitos de procedencia del Interdicto de Obra Vieja

        Tomando como fundamento la letra legislativa y las diversas opiniones


doctrinarias, los elementos estructurales para el ejercicio del Interdicto de Obra Nueva
son:

 Temor racional a sufrir un daño.

 El daño debe ser futuro y próximo.

 El daño temido debe provenir de un objeto existente.

 Relación de causa y efecto entre el objeto y el daño temido.

Semejanzas y Diferencias entre el Interdicto de Obra Nueva y el Interdicto de


Obra Vieja

De acuerdo con las nociones expuestas, las semejanzas que existen entre las
acciones que conforman los Interdictos Prohibitivos son:

 Existencia de un temor racional a sufrir un daño.

 La relación de causalidad entre la obra y el daño.

 Pueden ser ejercidas por cualquier poseedor.

 En ambos se protegen bienes muebles e inmuebles.

 Ambos tienen por finalidad impedir que se produzca un daño en el objeto


poseído.

En sentido opuesto, estas instituciones se diferencian en los siguientes aspectos:

 Los Interdictos de Obra Nueva se accionan tras el emprendimiento de una obra


nueva, en tanto que los Interdictos de Obra Vieja son aplicados sobre construcciones u
obras preexistentes.

 El daño que se teme por una Obra Nueva es futuro y factible; el daño que se
teme por una Obra Vieja es futuro y próximo.

 Existe para la aplicación del Interdicto de Obra Nueva un término útil de 1 año,
situación que no existe para el Interdicto de Obra Vieja.

Diferencias entre los Interdictos Posesorios y los Interdictos Prohibitivos

 Para la aplicación o interposición de las Interdictos Posesorios, el hecho que


sirve de fundamento para los mismos debe haberse consumado, en tanto que para los
Interdictos Prohibitivos se recurre por el temor racional a experimentar un daño que se
produzca al consumarse un eventual hecho.

 Con los Interdictos Posesorios se busca la restitución de la situación posesoria


alterada, pero con los Interdictos Prohibitivos se persigue impedir un daño a la
posesión, de allí su naturaleza preventiva.

 Los Interdictos Posesorios son conocidos por el Juez de Primera Instancia en


lo Civil de la jurisdicción donde esté situada la cosa objeto de la posesión, por su
parte, los Interdictos Prohibitivos pueden ser conocidos por los Jueces de Municipio
cuando en la jurisdicción en que se encuentre la cosa no haya acceso inmediato a los
Tribunales de Primera Instancia en lo Civil. (Arts. 698 y 712 del Código de
Procedimiento Civil)

Artículo 698 C.P.C. “Es Juez competente para conocer de los interdictos el que ejerza
la jurisdicción ordinaria en Primera Instancia en el lugar donde esté situada la
cosa objeto de ellos; respecto de la posesión hereditaria lo es el de la jurisdicción
del lugar donde se haya abierto la sucesión.”

Artículo 712 C.P.C. “Es competente para conocer de los interdictos prohibitivos el Juez
de Distrito o Departamento del lugar donde esté situada la cosa cuya protección
posesoria se solicita, a menos que hubiese en la localidad un Tribunal de Primera
Instancia en lo Civil, en cuyo caso corresponderá a éste el conocimiento del asunto.”

Es necesario advertir, de acuerdo con este último dispositivo técnico legal citado,
que los Juzgados de Distrito o Departamento ya no existen dentro del sistema judicial
del país. En efecto, a partir del año 1998, con la reforma de la Ley Orgánica del Poder
Judicial se consagra una nueva estructura del sistema judicial venezolano, en la que
desaparecen los juzgados de Parroquia y de Di#strito como categorías tribunalicias
(Arts. 81 al 85 suprimidos), quedando, como lo señala Sánchez Noguera[13], en la
base del referido sistema los Juzgados de Municipio, continuando con los de Primera
Instancia y, finalmente, los Superiores.

Esta razón esbozada hace entender que la competencia para conocer de los
Interdictos Prohibitivos, de acuerdo al artículo 712 del código procedimental civil,
corresponde, ahora, a los Juzgados de Municipio.
Decreto N° 8.190, mediante el cual se dicta el Decreto con Rango,
Valor y Fuerza de Ley Contra el Desalojo y la Desocupación
Arbitraria de Viviendas.
Texto Original (Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela) Citado
por Relacionados
Vincent

DECRETO CON RANGO, VALOR Y FUERZA DE LEY CONTRA EL DESALOJO


Y LA DESOCUPACIÓN ARBITRARIA DE VIVIENDAS
ARTÍCULO 1 Objeto
El presente Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley tiene por objeto la protección de
las arrendatarias y arrendatarios, comodatarios y ocupantes o usufructuarios de bienes
inmuebles destinados a vivienda principal, así como las y los adquirientes de viviendas
nuevas o en el mercado secundario, contra medidas administrativas o judiciales
mediante las cuales se pretenda interrumpir o cesar la posesión legítima que ejercieren,
o cuya práctica material comporte la pérdida de la posesión o tenencia de un inmueble
destinado a vivienda.
ARTÍCULO 2 Sujetos objeto de protección
Serán objeto de protección especial, mediante la aplicación del presente Decreto con
Rango, Valor y Fuerza de Ley, las personas naturales y sus grupos familiares, que
ocupen inmuebles destinados a vivienda principal en calidad de arrendatarias o
arrendatarios, comodatarias o comodatarios, así como aquellas personas que ocupen de
manera legítima dichos inmuebles como vivienda principal. El presente Decreto con
Rango, Valor y Fuerza de Ley deberá aplicarse además en protección de las adquirientes
y los adquirientes de viviendas nuevas o en el mercado secundario, cuando sobre dichos
inmuebles, destinados a vivienda principal, se hubiere constituido garantía real, siendo
susceptible de ejecución judicial que comporte la pérdida de la posesión o tenencia.
ARTÍCULO 3 Ámbito de aplicación
El presente Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley será de aplicación en todo el
territorio de la República Bolivariana de Venezuela de manera preferente a todas
aquellas situaciones en las cuales, por cualquier medio, actuación administrativa o
decisión judicial, alguno de los sujetos protegidos por este Decreto-Ley, sea susceptible
de una medida cuya práctica material comporte la pérdida de la posesión o tenencia de
un inmueble destinada a vivienda principal.
ARTÍCULO 4 Restricción de los desalojos y desocupación forzosa de
viviendas
A partir de la publicación del presente Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley en
Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela, no podrá procederse a la
ejecución de desalojos forzosos o a la desocupación de viviendas mediante coacción o
constreñimiento contra los sujetos objeto de protección indicados en este Decreto Ley,
sin el cumplimiento previo de los procedimientos especiales establecidos, para tales
efectos, en el presente Decreto-Ley.
Los procesos judiciales o administrativos en curso para la entrada en vigencia de este
Decreto-Ley, independientemente de su estado o grado, deberán ser suspendidos por la
respectiva autoridad que conozca de los mismos, hasta tanto las partes acrediten haber
cumplido el procedimiento especial previsto en este Decreto-Ley, luego de lo cual, y
según las resultas obtenidas, tales procesos continuarán su curso.
ARTÍCULO 5 Procedimiento previo a las demandas
Previo al ejercicio de cualquier otra acción judicial o administrativa que pudiera derivar
en una decisión cuya práctica material comporte la pérdida de la posesión o tenencia de
un inmueble destinado a vivienda principal, en perjuicio de alguno de los sujetos
protegidos por este Decreto-Ley, deberá tramitarse por ante el Ministerio con
competencia en materia de hábitat y vivienda, el procedimiento descrito en los artículos
subsiguientes.
ARTÍCULO 6 Inicio
El interesado deberá consignar solicitud escrita, debidamente motivada y documentada,
por ante el Ministerio del Poder Popular con competencia en materia de vivienda y
hábitat, en la cual expondrá los motivos que le asisten para solicitar la restitución de la
posesión del inmueble y, por tanto, el desalojo de alguno de los sujetos objeto de
protección de conformidad con el presente Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley.
ARTÍCULO 7 Audiencia conciliatoria
El funcionario competente procederá a citar a la otra parte, para que comparezca
acompañada de abogado de su confianza a exponer sus alegatos y defensas en audiencia
conciliatoria que se llevará a cabo en un plazo que no podrá ser menor a diez (10) días
hábiles ni mayor de quince (15) días hábiles, contado a partir del día siguiente al de su
citación. Si dicha parte manifestare no tener abogado, o no compareciere dentro del
plazo antes indicado, el funcionario actuante deberá extender la correspondiente
citación a la Defensoría especializada en materia de protección del derecho a la vivienda
y suspenderá el curso del procedimiento hasta la comparecencia del Defensor
designado, oportunidad en la cual fijará la fecha de la audiencia conciliatoria,
notificando debidamente a todos los interesados.
Si la parte interesada, o el sujeto objeto de protección y demás notificados, de ser el
caso, no comparecieren a la audiencia conciliatoria, se declarará desierto el acto,
debiéndose fijar una nueva oportunidad dentro de los diez (10) días hábiles siguientes a
éste. Si, una vez fijada la nueva oportunidad para la celebración de la audiencia, se
verificare la incomparecencia de alguna de las partes, el operador de justicia procederá a
dictar su decisión. Todas las actuaciones serán recogidas en un acta, que al efecto
formarán parte integrante del expediente.
La inasistencia de la solicitante o el solicitante a la última audiencia fijada, o a
cualquiera de sus sesiones, se considerará como desistimiento de su pedimento, dando
fin al procedimiento.
La audiencia conciliatoria se celebrará en presencia de todos los interesados y será
presidida por las funcionarias o los funcionarios designados a tal efecto. De ser
necesario, podrá prolongarse, suspenderse o fraccionarse la audiencia cuantas veces sea
requerida para lograr la solución del conflicto, sin que el plazo total, contado a partir de
la primera audiencia, exceda de veinte (20) días hábiles.
En todo caso, el funcionario actuante dejará constancia de todas las situaciones,
actuaciones y circunstancias en el curso del procedimiento, mediante actas levantadas a
tal efecto.
ARTÍCULO 8 Culminación del procedimiento
Culminada la audiencia conciliatoria, los presentes suscribirán un acta en la cual se
hagan constar los acuerdos o soluciones que las partes hubieren adoptado, o de la
infructuosidad de las gestiones conciliatorias realizadas.
ARTÍCULO 9 Resultado de la audiencia conciliatoria
Celebrada la audiencia y llegado a un consenso de solución, ambas partes manifestaran
la forma y tiempo de ejecución de lo acordado.
Cuando no hubiere acuerdo entre las partes, el funcionario actuante deberá motivar la
decisión que correspondiere, con base en los argumentos y alegatos presentados por
éstas.
Si la decisión fuere favorable a la parte contra la cual obra la solicitud, el funcionario
actuante dictará una resolución mediante la cual dicha parte quedará protegida contra el
desalojo, habilitando la vía judicial para el solicitante. Si, por el contrario, la decisión
fuere favorable al solicitante, el funcionario actuante Indicará en su resolución el plazo
tras el cual podrá efectuarse el desalojo, el cual sólo podrá ejecutarse por orden judicial,
conforme a lo dispuesto en el presente Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley y el
resto del ordenamiento jurídico vigente.
ARTÍCULO 10 Acceso a la vía judicial
Cumplido el procedimiento antes descrito, independientemente de la decisión, las partes
podrán acceder a los órganos jurisdiccionales competentes para hacer valer sus
pretensiones.
No podrá acudirse a la vía judicial sin el cumplimiento previo del procedimiento
previsto en los artículos precedentes.
ARTÍCULO 11 Garantía del derecho a la defensa
Cuando alguna de las partes, conforme a lo establecido en el artículo anterior, optare por
acudir a los órganos jurisdiccionales, el juez competente se asegurará de que el sujeto
objeto de protección cuente con asistencia o representación jurídica durante todo el
proceso, y aún en la fase de ejecución. Si dicho sujeto manifestare la imposibilidad de
proveérsela por medios propios, el juez suspenderá el proceso a los fines de la
notificación a la Defensa Pública, la designación y comparecencia de un defensor
designado. De igual forma procederá cuando el Defensor designado deba ser sustituido.
ARTÍCULO 12 Procedimiento previo a la ejecución de desalojos
Los funcionarios judiciales estarán obligados a suspender, por un plazo no menor de
noventa días (90) días hábiles ni mayor a ciento ochenta (180) días hábiles, cualquier
actuación o provisión judicial en fase de ejecución que implique la terminación o cese
sobre, la posesión legítima del bien destinado a uso de vivienda, bien sea que se
encuentre tanto en ejecución voluntaria como forzosa, debiendo notificar al sujeto
afectado por el desalojo y, cualquier otra persona que considere necesaria en resguardo
y estabilidad de sus derechos.
ARTÍCULO 13 Condiciones para la ejecución del desalojo
Dentro del plazo indicado en el artículo anterior, el funcionario judicial:
1. Verificará que el sujeto afectado por la medida de desalojo hubiere contado
durante el proceso con la debida asistencia u acompañamiento de un
abogado de su confianza o, en su defecto, de un defensor público en materia
de protección del derecho a la vivienda. SI esto no hubiere ocurrido, se
deberá efectuar el procedimiento previo establecido en los artículos 5, 6, 7 y
8 del presente Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley, sin cuyo
cumplimiento no podrá precederse a la ejecución del desalojo.
2. Remitirá al Ministerio competente en materia de hábitat y vivienda una
solicitud mediante la cual dicho órgano del Ejecutivo Nacional disponga la
provisión de refugio temporal o solución habitacional definitiva para el
sujeto afectado por el desalojo y su grupo familiar, si éste manifestare no
tener lugar donde habitar.
En todo caso, no se procederá a la ejecución forzosa sin que se garantice el destino
habitacional de la parte afectada, por ser este un derecho de interés social e inherente a
toda persona.
ARTÍCULO 14 Ejecución material del desalojo
Cuando hubiere de ejecutarse un desalojo, cumplidas las previsiones del presente
Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley, la ejecución por ningún motivo podrá
llevarse a cabo en horario nocturno, de madrugada, ni los días viernes, sábados o
domingos.
Así mismo, el uso de la fuerza pública se requerirá sólo cuando sea estrictamente
necesario, circunstancia que deberá certificar un Defensor Público con competencia en
materia de defensa y protección del derecho a la vivienda, el cual deberá presenciar el
desalojo y garantizar la protección de la dignidad del afectado y su familia.
El uso de la fuerza pública se hará en condiciones tales que garanticen el respeto y
ejercicio pleno de los derechos humanos por parte del afectado y su grupo familiar. La
fecha para la ejecución material del desalojo deberá ser notificada al afectado con un
plazo previo de, al menos, noventa (90) días continuos.
ARTÍCULO 15 Garantía del derecho a la vivienda
Toda autoridad administrativa y judicial que tuviere a su cargo la ejecución de desalojos
forzosos está en la obligación de poner a disposición del público en general y,
especialmente de los interesados directamente, así como de las Organizaciones Sociales
que se creen legalmente para la Defensa de los derechos de los arrendatarios y
ocupantes, la información relativa a los desalojos previstos, dentro del plazo de noventa
(90) días continuos previo a la ejecución.
ARTÍCULO 16 Prohibición de decretar secuestros cautelares
A partir de la publicación en Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela
del presente Decreto con Valor, Rango y Fuerza de Ley, queda prohibido dictar medidas
cautelares de secuestro sobre viviendas que constituyan el hogar de una familia, en las
demandas por incumplimiento o resolución de contrato y en aquéllas por cobro de
bolívares o ejecución de hipoteca.
ARTÍCULO 17 Adquirientes de vivienda
Cuando el desalojo deba efectuarse sobre un inmueble destinado a vivienda o habitación
por el beneficiario de un crédito inmobiliario, como consecuencia del atraso o cesación
de pagos, se seguirán los procedimientos establecidos en el presente Decreto con Rango,
Valor y Fuerza de Ley, debiendo el juez competente además, informar de la ejecución a
la Superintendencia de Bancos y otras Instituciones Financieras (SUDEBAN) y al
Banco Nacional de Vivienda y Hábitat (BANAVIH), a los fines de que dichos
organismos evalúen la situación del crédito fallido y gestionen lo conducente a efectos
de coadyuvar a la solución de la situación del afectado, en cuanto sea posible.
ARTÍCULO 18 inhabitabilidad del inmueble
Cuando el desalojo forzoso deba efectuarse de manera urgente por haber sido declarada
la inhabitabilidad del inmueble a solicitud de algún organismo público, o cuando el
inmueble vaya a ser objeto de demolición o de reparaciones que ameriten su
desocupación, la autoridad a la cual corresponda la ejecución del desalojo forzoso podrá
obviar el cumplimiento del procedimiento descrito en el presente Decreto con Rango,
Valor y Fuerza de Ley. Pero, en todo caso, deberá remitir de manera urgente, al
Ministerio del Poder Popular con competencia en materia de vivienda y hábitat, la
solicitud de ubicación del afectado y su familia en un refugio temporal o en una
solución habitacional definitiva.
Cuando el desalojo se efectuare para realizar reparaciones al inmueble, el sujeto
afectado por el desalojo, y su grupo familiar, tendrán el derecho de regresar a dicho
inmueble, una vez restituidas las condiciones de habitabilidad del mismo.
ARTÍCULO 19 Preeminencia del presente Decreto-Ley
El presente Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley tendrá aplicación preferente
respecto de la legislación en materia de arrendamientos inmobiliarios y la legislación
procesal vigente, en lo referente a las condiciones, requisitos y procedimiento de
ejecución de desalojos de los sujetos objeto de protección.
ARTÍCULO 20 Creación de Defensoría Pública especializada
La Defensoría Pública dispondrá lo conducente para la designación de Defensores
Públicos o Defensoras Públicas con competencias en materia de defensa y protección
del derecho a la vivienda, dentro de los noventa (90) días siguientes al de la publicación
del presente Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley en Gaceta Oficial de la
República Bolivariana de Venezuela.
En todos los procesos en los cuales existan o puedan dictarse sentencias o medidas
cautelares que pudieren generar el desalojo o la pérdida de posesión por parte de alguno
de los sujetos protegidos por el presente Decreto-Ley, si el demandado no dispusiere de
defensor privado, deberá solicitarse a la Defensoría Pública la designación de defensor.
Cuando el proceso ya hubiere dado inicio, el juez ordenará la suspensión de la causa
hasta tanto sea designado un defensor público que asista o represente al demandado.
Hasta tanto sea creada la defensoría especializada, los Defensores Integrales deberán
asumir la defensa en juicio de los sujetos objeto de protección por el presente Decreto
con Rango, Valor y Fuerza de Ley, de conformidad con las disposiciones en él
contenidas.
ARTÍCULO 21 Vigencia
El presente Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley entrará en vigencia a partir de su
publicación en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela.

Dado en Caracas, a los cinco días del mes de mayo de dos mil once. Años 201° de la
Independencia, 152° de la Federación y 12° de la Revolución Bolivariana.

Ejecútese,

(L.S.)

HUGO CHÁVEZ FRÍAS

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