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Reales
Material de estudio para los alumnos del Prof. Francisco de Jongh Sarmiento,
cursantes de la cátedra de Derecho Civil II (Bienes y Derechos Reales) de la
Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad de Los Andes.
lunes, 6 de mayo de 2013
Unidad II
Tema N° 8
Por otro lado, Röder, aunque en nada diferencia con la posición de Thibaut,
plantea que mientras no se demuestre lo contrario, se presume que las relaciones
exteriores del hombre con la cosa son justas y, por ende, merecen ser tuteladas.
Wolff indica que la razón de la protección posesoria viene dada por la paz
ciudadana. Sería ilógico pensar que el poseedor no pueda defender su poderío sobre
la cosa por un medio jurídico, esto llevaría a un estado de anarquía en el que haya uso
de la violencia, lesionando la convivencia ciudadana.
Bruns, citado por Márquez y Carrillo[2], utiliza los siguientes términos para
fundamentar su tesis sobre la voluntad del poseedor; “De los dos factores de la
posesión el poder físico y la voluntad, el primero como simple estado de hecho no
encierra el menor fundamento de una protección jurídica, pero es otra cosa cuando se
trata del segundo. La voluntad que se realiza en la posesión aun cuando en sí no
constituya derecho alguno quizás hasta en contradicción palmaria con el derecho,
debe, sin embargo, ser protegida en razón de su naturaleza general. La voluntad es
por sí en su esencia absolutamente libre y precisamente el reconocimiento y la
realización de esa libertad es lo que constituye todo el sistema jurídico. La coacción y
la violencia ejercida contra la voluntad son injusticias contra las cuales la voluntad
debe ser protegida. La posesión no es sino un hecho y ese hecho es protegido contra
la violencia porque él mismo es manifestación positiva de la voluntad. En palabras
mucho más sencillas y entendibles, la posesión es la manifestación de la voluntad de
la persona sobre una cosa y, al momento de perturbación, se viola esa voluntad, por
tanto debe ser protegida esa manifestación voluntaria, en consecuencia, se protege la
posesión.
Partiendo del artículo 1188 del Código Civil Venezolano, el cual reza que “No es
responsable el que causa un daño a otro en su legítima defensa o en defensa de un
tercero.”, se advierte que no hay una regulación sistemática de la autotutela posesoria
en la legislación venezolana, puesto que este artículo precitado se refiere,
directamente, a las personas y no a los bienes.
Para el Dr. José Román Duque Sánchez, citado por Sánchez Noguera[7], las
acciones interdictales son acciones posesorias mas no petitorias, puesto que con ellas
no se está discutiendo la propiedad sino la posesión. Por otro lado, la querella que se
interpone constituye una medida preventiva o cautelar que tiene por objeto garantizar
la paz social.
Esta posición que considera a los interdictos como una medida cautelar es
reforzada por Piña Valles[8], puesto que para él, los interdictos se constituyen en una
“providencia intermitente” la cual va a decidir temporalmente una situación de hecho,
la cual espera por una decisión definitiva que se perfeccione por un procedimiento
ordinario.
Sin embargo, la doctrina no ha querido fijar una posición clara al respecto, pues
no logra enmarcar las acciones posesorias ni dentro de la categoría de las acciones
reales ni dentro de las acciones personales, por lo que le brindan un carácter de
especialidad, indicando que por tener características propias y típicas que las
diferencian de las demás acciones, son acciones jurisdiccionales especiales.
Son acciones que se ventilan por los canales de los juicios especiales
contenciosos.
Son acciones de naturaleza civil, aún cuando se ejerza sobre bienes que
conforman una sociedad mercantil o cuando la agresión o amenaza esté tipificada
como un hecho punible.
Sin embargo, la doctrina general no es conforme con señalar o admitir los cuatro
tipos de interdicto señalados en el párrafo ut supra, sino que ha realizado una división
de los mismos, atendiendo a la naturaleza y el fin perseguido por ellos, división que ha
sido acogida por el Código de Procedimiento Civil venezolano (Título V del Libro
Segundo) en los artículos 699 al 719, ambos inclusive. En ese sentido, se tienen dos
clases de interdictos, la primera de ellas conocida como Interdictos Posesorios, está
compuesta por el Interdicto de Amparo y el Interdicto de Despojo y, una segunda
categoría, la integran los Interdictos Prohibitivos, conformada por el Interdicto de
Obra Nueva y el Interdicto de Obra Vieja.
a) Interdicto de Amparo: Se desprende del artículo 782 del Código Civil Venezolano al
establecerse que “Quien encontrándose por más de un año en la posesión legítima de
un inmueble, de un derecho real, o de una universalidad de muebles, es perturbado en
ella, puede, dentro del año, a contar desde la perturbación, pedir que se le mantenga
en dicha posesión.” (Subrayado propio).
Este recurso surge cuando existe una perturbación a la relación material que da
origen a la posesión, es decir, toda molestia de hecho o de derecho que lesiona el
poderío de un hombre sobre la cosa, pero que no llega a privarlo de ella.
Que la posesión sea legítima. Del artículo se desprende que debe existir
posesión legítima para el ejercicio de esta acción, sin embargo, el primer aparte del
mismo artículo señala que “El poseedor precario puede intentar esa acción en nombre
y en interés del que posee, a quien es facultativo intervenir en el juicio.” Esto es, el
detentador puede también ejercer esta acción, pero siempre en nombre del verdadero
poseedor, a quien se le faculta intervenir en el juicio, si lo considera conveniente.
b) Interdicto de Despojo: Artículo 783 del Código Civil Venezolano: “Quien haya sido
despojado de la posesión, cualquiera que ella sea, de una cosa mueble o inmueble,
puede, dentro del año del despojo, pedir contra el autor de él, aunque fuere el
propietario, que se le restituya en la posesión.”
Se puede valer de este recurso cualquier poseedor que haya sido desposeído
arbitrariamente.
Los hechos que motivan este recurso son los que privan, total o parcialmente, la
posesión contra la voluntad del propio poseedor, es decir, que salga de la esfera de
disposición del poseedor. La ley no describe cuáles son los hechos que provoquen el
despojo de la posesión, por lo que corresponde al Juez, según su sana crítica, calificar
los actos para la admisión de esta acción.
Dicho despojo debe ser de tal grado que pueda ser considerado como arbitrario
o ilícito, sin que sea requisito indispensable el uso de la violencia, el cual sí estaba
presente en el Código Civil de 1922.
Posesión actual, cualquiera que ella sea. En este sentido se entiende que la
legitimación activa corresponde al poseedor de la cosa (bienes muebles e inmuebles;
corporales o incorporales), cualquiera que sea la condición con la que ejerza el
señorío (legítima, precaria, de buena o mala fe, etc.), en tanto que la legitimación
pasiva recae sobre el autor directo del despojo, sea una persona natural o jurídica.
El bien que se pretende recuperar debe ser el mismo sobre el cual recayó el
despojo.
Las principales diferencias que existen entre las figuras que componen los
Interdictos Posesorios se reducen en las siguientes:
a) Interdicto de Obra Nueva: Artículo 785 del Código Civil Venezolano: “Quien tenga
razón para temer que una obra nueva emprendida por otro, sea en su propio suelo,
sea en suelo ajeno, cause perjuicio a un inmueble, a un derecho real o a otro objeto
poseído por él, puede denunciar al Juez la obra nueva, con tal que no esté terminada
y de que no haya transcurrido un año desde su principio.”
Legitimación Activa
Bienes Protegidos
El artículo precitado señala que los bienes protegidos por la vía de este interdicto
son “… inmueble, a un derecho real o a otro objeto poseído…”, lo que hace pensar o
interpretar que pueden ser inmuebles, muebles y contenido de derechos, sin embargo,
hay posiciones doctrinarias, muy aceptables, que señalan que los bienes muebles no
deberían ser considerados como bienes tutelados, puesto que su naturaleza permite la
fácil movilización en caso de un posible daño.
Término Útil
Un sector doctrinario plantea que no hay que atenerse al lapso del año
solamente, sino que hay que estar pendientes del desarrollo de la obra, por lo que
consideran que el inicio del año debe considerarse desde el momento en que
aparezca la verdadera causa de temor racional.
La finalidad de esta acción se encuentra en el único aparte del artículo 785 del
Código Civil Venezolano, “El Juez, previo conocimiento sumario del hecho, y sin
audiencia de la otra parte, puede prohibir la continuación de la nueva obra o permitirla,
ordenando las precauciones oportunas…”
Es decir, evitar la continuación de la obra o, en el caso conveniente, disminuir los
riesgos existentes sobre el bien poseído.
La obra nueva debe ser capaz de producir el temor racional a sufrir un daño en
el objeto poseído.
La querella debe proponerse dentro del año, contado desde el inicio de la obra.
Los trabajos que causen el temor racional a sufrir un daño no deben haber
concluido.
b) Interdicto de Obra Vieja: Artículo 786 del Código Civil Venezolano: “Quien tuviere
motivo racional para temer que un edificio, un árbol o cualquiera otro objeto amenace
con daño próximo un predio u otro objeto poseído por él, tendrá derecho de
denunciarlo al Juez y de obtener, según las circunstancias, que se tomen las medidas
conducentes a evitar el peligro, o que se intime al interesado la obligación de dar
caución por los daños posibles.”
Legitimación Activa
Bienes Protegidos
Se evidencia en el artículo 786 citado que hay una amplitud en cuanto a los
bienes tutelados, situación que se desprende de la frase “…u otro objeto poseído por
él…”
Por ser una acción de naturaleza preventiva, la finalidad no puede ser otra que
lograr una decisión judicial que ordene las medidas necesarias para evitar el peligro o
exigir una caución al requerido para cubrir los posibles daños.
Requisitos de procedencia del Interdicto de Obra Vieja
De acuerdo con las nociones expuestas, las semejanzas que existen entre las
acciones que conforman los Interdictos Prohibitivos son:
El daño que se teme por una Obra Nueva es futuro y factible; el daño que se
teme por una Obra Vieja es futuro y próximo.
Existe para la aplicación del Interdicto de Obra Nueva un término útil de 1 año,
situación que no existe para el Interdicto de Obra Vieja.
Artículo 698 C.P.C. “Es Juez competente para conocer de los interdictos el que ejerza
la jurisdicción ordinaria en Primera Instancia en el lugar donde esté situada la
cosa objeto de ellos; respecto de la posesión hereditaria lo es el de la jurisdicción
del lugar donde se haya abierto la sucesión.”
Artículo 712 C.P.C. “Es competente para conocer de los interdictos prohibitivos el Juez
de Distrito o Departamento del lugar donde esté situada la cosa cuya protección
posesoria se solicita, a menos que hubiese en la localidad un Tribunal de Primera
Instancia en lo Civil, en cuyo caso corresponderá a éste el conocimiento del asunto.”
Es necesario advertir, de acuerdo con este último dispositivo técnico legal citado,
que los Juzgados de Distrito o Departamento ya no existen dentro del sistema judicial
del país. En efecto, a partir del año 1998, con la reforma de la Ley Orgánica del Poder
Judicial se consagra una nueva estructura del sistema judicial venezolano, en la que
desaparecen los juzgados de Parroquia y de Di#strito como categorías tribunalicias
(Arts. 81 al 85 suprimidos), quedando, como lo señala Sánchez Noguera[13], en la
base del referido sistema los Juzgados de Municipio, continuando con los de Primera
Instancia y, finalmente, los Superiores.
Esta razón esbozada hace entender que la competencia para conocer de los
Interdictos Prohibitivos, de acuerdo al artículo 712 del código procedimental civil,
corresponde, ahora, a los Juzgados de Municipio.
Decreto N° 8.190, mediante el cual se dicta el Decreto con Rango,
Valor y Fuerza de Ley Contra el Desalojo y la Desocupación
Arbitraria de Viviendas.
Texto Original (Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela) Citado
por Relacionados
Vincent
Dado en Caracas, a los cinco días del mes de mayo de dos mil once. Años 201° de la
Independencia, 152° de la Federación y 12° de la Revolución Bolivariana.
Ejecútese,
(L.S.)