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LA IMPORTANCIA DE LA

SUPERVISIÓN CLÍNICA
Angélica Mancilla.

5 DE FEBRERO DE 2023
COLEGIO INTERNACIONAL DE EDUCACION SUPERIOR
Supervision Colectiva 1
Más allá del simple hecho de supervisar los casos

La primera vez que vi a un paciente, que le recibí, le escuche y trate de llevar a la practica todo
lo aprendido en clases, fue, bueno, a mi perspectiva un desastre, lo primero que pensé fue; lo
arruinare todo, esto no esta bien, olvide “tal cosa”, no debí decir eso o este aun más constante
“¿y ahora que hago con esto?”, tenía más dudas que cuando lo estudiaba, los profes muchas
veces lo pintaron “facilito”, pues claro, años de práctica, podían hacerlo casi con los ojos
cerrados, yo no, esa vez, ese primer paciente fue lo más aterrador y emocionante que me había
pasado en ese momento, saliendo de esa primera sesión, en la que trate de indagar y preguntar lo
que en clase de entrevista me habían dicho que se preguntaba, me di cuenta que no tenía ni la
más mínima idea de que se hacia con eso ya que lo tienes y claro que este paciente no hizo lo que
en los libros decía que hacían, no contaba toda su historia tan solo con decir; “cuéntame, que te
trae por aquí”.
Por este primer paciente y por los que siguieron luego de el, te cuento como entendí lo
importante y valioso de la supervisión.

Entonces, este primer paciente, llego de un antiguo tratamiento, con una situación particular, yo
no sabía que podría hacer para ayudarle, no sabía como iba yo a “servir” para que se sintiera
mejor, pasaron algunas sesiones en las que trate de escuchar activamente el discurso, pero cielos,
un discurso de casi 45 minutos, no sabía que podría ser tan diverso cuando se trata de un sujeto,
trate de llenar la historia clínica, con la más de la información que podía, preguntaba e incluso,
llevaba a todas partes este libro de “entrevista” por si hubiese algo que se me pasara, tal vez
podría encontrarlo ahí. Claro que en la practica no sirve mucho revisar la teoría, incluso en ese,
mi primer encuadre, pensé, “sueno como un total robot, esta horrible” deteste hacer el encuadre
aquella vez, sin embargo era lo más importante, ¿no?, decirle al paciente que sería confidencial,
cuantas veces y cuando nos veríamos, cuales eran mis honorarios, que en ese momento pensé
excesivos, pues yo era inexperta en este sitio, casi pensaba, yo debía dar gratis por dejarme
practicar lo aprendido en la escuela, por suerte, este primer paciente, no me juzgo, hasta pienso
que ni siquiera noto lo nerviosa que estaba de no saber si eso que le devolvía en cada sesión era
correcto. Sé que no soy la primera, ni la ultima novata que atraviesa por todas estas dudas e
incertidumbre y por eso hacía mi mayor esfuerzo porque no se notara, pensaba que no podía
cometer errores en este espacio, estaba ahí para hacerlo “bien”, la vida de este paciente puede
estar dependiendo de lo que yo diga aquī, cargaba demasiada responsabilidad y demasiadas
dudas.

Aun sigo pensando que la vida de ese paciente puede depender de lo que yo diga en consulta,
pero también sé que el paciente tiene que hacerse cargo de lo que le toca trabajar, y si alguien
puede encontrar inconsistencias entre sus palabras y sus actos, soy yo, pero no yo como persona,
sino yo como escucha, como analista, como su analista. Y entonces, cuando entendí esto, me

Angélica Mancilla
hice cargo de lo mio, que era exactamente, soltar, “lo mio” dentro del espacio analítico, para que
hubiera espacio para lo del paciente.

Al darme cuenta que pese a que yo había empezado como cooterapeuta y que “sabía” o ya había
trabajado con pacientes incluso antes de concluir mis estudios, estaba en un sitio digamos
“desconocido” trabajando por cuenta propia, pues ya no había guía y el peso de mis “errores”
caería únicamente en mí, y claro en el paciente, que no habría empresa ni especialista que pusiera
el frente ante mi paciente por mi, supe que debía hacerme cargo, trabajar en mi misma, para
trabajar lo del paciente, entonces, llegue a supervisión, porque en análisis ya estaba, pero ese
espacio, como bien saben, ese si es mio.

Llegue contenta, emocionada por contarle a quien pedí me supervisara, sobre este primer caso y
que fue lo primero que encontré; falta, la horrible y maravillosa falta, los ojos y oídos de mi
supervisora, vieron y escucharon cosas que yo no había podido, vieron posibilidades donde yo
había encontrado un muro, me mostró una forma distinta de ver el discurso, escucho la historia
del paciente y fuimos deshilando, las formas en que podría intervenir y entender que se buscaba
con cada intervención. Más allá de puntualizaciones y preguntas, me ayudo a distinguir entre lo
que era mío y debía por lo tanto llevarlo a mi análisis, y lo que era del paciente. S E P A R A R,
que importante, palabra, que importante la acción, cuando trabajas con historias y discursos,
algunos aprendidos y otros construidos, que llevan dentro emociones y sentimientos que han
construido a los pacientes. Escuchar, activamente, con la claridad de que esa historia de la que
hablan no es tuya, no te pertenece y lo único que puedes hacer con ella es devolverla bajo otra
mirada, y que eso impulse a la consciencia, es algo que se aprende en la practica, sí, pero que
también, te impulsa la supervisión.

Las intervenciones que yo hacia vs las intervenciones que he aprendido.

Al principio me limitaba a preguntarle a mi paciente, ¿cómo?, ¿por qué?, ¿cuándo?, ¿tu que
quieres? Y preguntas varías que me dieran más contexto, tal vez así podría entender y ayudarle
mejor. Esto, Tuckkett lo clasificaría como un #3, que son intervenciones que ayudan a clarificar
la información que brinda el paciente. El día que hable con mi supervisora sobre las
intervenciones y el encuadre fui entendiendo que cada uno le impregna algo propio a su consulta
y esto ayuda a que no se haga mecánicamente e incluso apertura la posibilidad de un mejor
trabajo con los pacientes.

Y hablando de Tuckkett; el menciona 6 tipos de intervenciones, la primera; es aquella que ayuda


a mantener el encuadre con el paciente, aclararlo e incluso hacer ajustes, esta por más sencilla
que pueda parecer, es muy importante, me ha pasado en ocasiones, y seguramente a varios, en las

Angélica Mancilla
que los pacientes comienzan a romper el encuadre ya sea por resistencia o por falta de claridad,
ahí es importante recordarle y aclarar las posibles dudas que se presenten. Así le ayudamos
también a hacerse responsable por su parte del “contrato” en el que entramos al iniciar el
tratamiento.
El segundo tipo de intervención, son aquellas que ayudan a la elaboración de procesos
inconscientes, que le ayudan a ir más allá de la superficie consciente, el autor comenta que en
este tipo, las preguntas cortas de palabras que incluso el mismo paciente ha dicho, son las que
ayudarán a un proceso de mayor análisis del discurso propio.
Las de tipo #3 ya la he explicado arriba con un ejemplo propio, así que pasemos al tipo cuatro,
que muestran y aclaran situaciones que suceden en ese momento, sobre lo que se puede estar
movilizando transferencialmente entre el paciente y el analista.
En el quinto tipo de intervención, Tuckkett, dice que sirve para recuperar algún momento,
palabra o situación de otras sesiones, algo que ya se haya elaborado con anterioridad, que incluso
puede estar sucediendo de nuevo en la actualidad.
Y al final, el sexto, son aquellas que salen abruptamente en el análisis, que incluso suelen
interrumpir la asociación o limitar el trabajo analítico, por lo agresivas o inadecuadas que pueden
resultar.

Saber todo esto puede facilitarnos la practica analítica, desde la consciencia del discurso y la
transferencia, sin embargo, cuando estamos en el espacio analítico con el sujeto, no estamos
pensando: “oh aquí cabe el tipo de intervención numero tal”, claro que no, ni que fuéramos
maquinas, pero revisar nuestras sesiones y ser conscientes nosotros como analistas de lo que
sucede en sesión, nos puede aventajar en el aprendizaje e incluso para futuras intervenciones,
consideremos que no todos los pacientes reaccionan igual, que cada intervención puede vivirse
distinto y parte de nuestra labor es la de observar, atentamente, a las reacciones y cambios que
genere, transferencialmente hablando.

Muchas veces al empezar la practica analítica, no hay claridad de cual es la mejor forma de
intervención, como ayudar al paciente, e incluso a veces no escuchamos del todo la historia y al
aperturar un espacio de supervisión se pueden movilizar pensamientos y mejorar la practica. La
escucha de otro analista y la intervención da pie a que el tratamiento se lleve con mayor eficacia,
puntualiza en muchas ocasiones situaciones que pueden ser para el espacio de análisis personal.
Entonces en conclusión con todo esto, la supervisión da ventajas en el análisis, para el analista y
para el analizado, ya que ambos nos beneficiamos de este, en supervision, se abre el panorama y
se terminan de concretar o incluso anular hipótesis que surgen en la practica.

Angélica Mancilla

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