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Sonido Sincelejo por el derecho a bailar cumbia ensayo

El Sonido Sincelejo es un sonidero fundado/creado por un soldado retirado de nombre Joel


García, que fue dado de baja voluntariamente, veterano de guerra que se logró enfrentar al
narcotráfico en distintas zonas del país, en especial, la zona del norte, actividad que el
soldado veterano realiza para mantenerse alejado de su vida de violencia que alguna vez tuvo.
El sonido Sincelejo es un espacio de baile, relajación y convivencia libre de violencia,
alcohol y otras sustancias, declararon los asistentes.
La ubicación es en Santa María la Rivera, donde los vecinos acostumbran a bailar como
forma de protesta pacífica para preservar la instalación del sonido Sincelejo en la alameda de
la colonia. Además de baile, los manifestantes, en su mayoría de la tercera edad, ofrecieron
una verbena.
El domingo 19 de febrero, la música tropical y el baile de parejas de la tercera edad fue
sustituido por las percusiones de botas oficiales y la voz solista de la alcaldesa en la supresión
del encuentro musical que cada fin de semana se daba en la alameda que alberga el kiosko
morisco de la colonia Santa María la Ribera, en la alcaldía Cuauhtemoc
“La decisión está tomada, no vamos a permitir ningún sonidero”, había advertido desde su
departamento Sandra Cuevas, por medio de videos difundidos en sus propias redes socio
digitales. Afuera, vecinos y ancianos bailadores protestaban contra lo ocurrido la semana
anterior, cuando los funcionarios de la demarcación simplemente cortaron la luz de la zona
para impedir el encuentro comunitario que ahí se llevaba a cabo desde hace 12 años.
A pesar de la clara represión sufrida por las autoridades, ignorantes de la cultura que este tipo
de congregaciones representa, en la Alameda de Santa María la Ribera, el Sonido Sincelejo
ha dejado de tocar para congregar a la comunidad de la colonia y sus alrededores. A pesar de
la restricción impuesta por la alcaldesa de Cuauhtémoc, Sandra Cuevas, para impedir el
encuentro, los integrantes del colectivo buscan nuevas alternativas para volver a ocupar su
tradicional pasillo. Estos actos contra una cultura diferente o distinta a una mentalidad,
incluso “clasista” no es nuevo, puesto se había visto con los rótulos de los puestos de comida
urbana, al privarlos de identidad y ajustarlos a su visión que si bien no podemos que está
errada, si cerrada al no permitir impregnarse de una cultura ajena a la suya
Después de la difusión de la voluntad de la autoridad local, apareció personal de la alcaldía
en compañía de personajes vestidos de civil, denunciaron los asistentes a la manifestación, y
a punta de zarandeos, porrazos y el “decomiso” del equipo de sonido y discos se consumó la
supresión del baile abierto, conocido como Sonidero Sincelejo.
En el articulo emitido por “Cultura UNAM – Corriente Alterna”, Joel García, responsable del
Sonido Sincelejo, junto con otro compañero, Luis Ángel Salas Ramírez, asesor jurídico del
grupo, dieron a conocer su intención de seguir congregándose domingo a domingo para
seguir tejiendo redes entre vecinos y bailadores, aunque no descartaron un amparo para
volver a instalar el equipo de sonido.
El objetivo de los inconformes fue revocar la prohibición de las autoridades por la ocupación
de uno de los pasillos en el icónico parque. Más allá de haberle quitado el derecho de
transmitir su cariño por la música afrocolombiana y afrocubana a los asistentes, Joel alegó el
despojo a la comunidad de un espacio que abonó a la pacificación de la colonia ante las cifras
de delincuencia que imperaron años atrás.
Uno de los argumentos de Cuevas para restringir la instalación de los sonideros en la alameda
fue “proteger los derechos humanos de todos los que viven alrededor del Kiosco Morisco”,
ante las presuntas quejas de los vecinos por el alto volumen de la música. Al respecto, le
autoridad ofreció a los bailadores instalarse en la casa de cultura de la colonia o el deportivo
Cuauhtémoc.
A diferencia de los domingos donde la música sonorizaba las calles aledañas a la alameda, la
agenda del Sonido Sincelejo contempla reuniones más discretas aunque sin dejar de convivir
entre los asistentes. Cabe mencionar que durante la protesta frente al domicilio de la
alcaldesa, personal delegacional despojó a Joel de parte de su equipo de sonido, sin
contemplar aquel instrumental que sufrió daños.
Ante ello, Luis Ángel Salas confirmó la interposición de quejas ante la Comisión de
Derechos Humanos de la Ciudad de México (CDHCDMX) por las agresiones en contra de
los manifestantes. Por otro lado, presentaron denuncias por robo y daño a la propiedad
privada, aunque otra de las iniciativas más fuertes fue la búsqueda de un amparo para volver
a instalar el sonido.
El ofrecimiento de la autoridad delegacional fue interpretado por el Sonido Sincelejo como
una imposición. En ese sentido, buscan aferrarse a la instalación de sus bocinas en los
alrededores del Kiosco para volver a construir un espacio de encuentro para la comunidad.
Para finalizar, creemos que este choque de cultura, porque es eso un choque entre lo clasista
de una mentalidad que no puede salir de su burbuja de ciertos privilegios, contra la cultura
urbana que de cierto modo, le ha dado una identidad, no solo esa zona de la Ciudad de
México, sino al país, no precisamente con sonideros o rótulos, pero si varía según cada
estado, cada estado cuenta con sus propias identidades, porque si este atropello en contra de
una nos mostró, es que siempre se puede elegir con qué sub cultura se está más cómodo. Los
representantes del pueblo en puestos de poder del estado deben prestar atención a lo que estos
enfoques provocan en la población, tanto bueno para malo, porque también otros espacios de
estas subculturas son negativos para habitantes donde e practican, pero no un soldado
veterano que le da vida a las delegaciones de por si, grises de la Ciudad de México.

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