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ELEMENTOS DE LOS ALTARES

El altar de muertos es una construcción simbólica resultado del sincretismo de las ideologías de dios,
la vista endémica de las culturas mesoamericanas y las creencias religiosas europeas de
carácter abrahámico traídas por los conquistadores y misioneros españoles encomendados a
la colonización y conversión de los pueblos nativos del actual territorio mexicano. Las creencias
mesoamericanas sincréticas, para rendir tributo a los antepasados familiares, a los difuntos
cercanos o a personajes importantes.
Aromas
En su forma más tradicional, se incluyen diversos elementos aromáticos que simbolizan la
purificación del alma, así como diversas especies de hierbas de olor, las cuales también representan
los frutos de la tierra. Su origen simbólico se concentra en el aroma embelesante, capaz de guiar o
atraer a los difuntos a su ofrenda.
Diversas versiones del altar tradicional incluyen la infusión de hierbas de olor como
el laurel, tomillo, mejorana, romero y manzanilla, que se ponen a hervir en una olla tapada por una
penca de nopal perforada. La infusión de estas hierbas producirá un olor atractivo que se colará a
través de las perforaciones del nopal y guiará a las almas a la tierra.7
La resina del copal es un elemento frecuente en la representación de altares de muertos por su
capacidad natural de producir un aroma distintivo. Tiene diferentes significados en las diversas
regiones y culturas de América, solía utilizarse en rituales de atracción de la lluvia y ceremonias de
purificación del alma de los vivos, de ahí su relación en la utilización en el día de muertos.8
El incienso es un elemento aromático de origen asiático cada vez mas frecuente en los altares cuyo
uso empezó a adoptarse desde tiempos de la Nueva España como sustituto común para el copal y
otras esencias
Arco
Se coloca arriba del último piso un arco hecho de carrizo, palmilla o fierro, flores que simbolizan ser
la puerta de entrada al mundo de los muertos, el octavo nivel que se debe seguir para llegar al
Mictlán y encontrarse con Mictlantecuhtli. Frecuentemente se decora con flores de cempasúchil y
puede contener otro tipo de ofrendas como frutos y golosinas.9
Papel picado[
Los aztecas utilizaban papel amate, un tipo de fibra hecha de la corteza de árboles, para representar
el viento en los altares; posteriormente tras el mestizaje esta fibra fue reemplazada con el papel
actual. En aquellos papeles amate se pintaban diferentes deidades y debido a su versatilidad podía
ser teñido de diferentes colores disponibles para la época; como ejemplo notable se encuentran
los códices y jeroglificos que relataban eventos trascendentes dentro de diferentes culturas
mesoamericanas. Con la influencia española aparecieron diferentes tipos de papel, colores y
patrones.10
El color amarillo y el color morado empleados en el papel picado o las cadenas de papel representan
respectivamente pureza y duelo. El papel picado comercial regularmente incluye variedad de
colores y diseños basados en las caricaturas de José Guadalupe Posada, aunque también se utiliza
con otro tipo de motivos y diseños para otras fiestas de la cultura popular mexicana como la
celebración del inicio de la batalla de independencia de México.11
Representación del fuego[
pero esto... no es así...Como representación del elemento fuego suelen añadirse velas, veladoras y
cirios por su fácil manejo y su relación con los símbolos religiosos. En su versión menos frecuente
pueden añadirse antorchas y fogatas controladas que representan la guía para el alma, incluso la
luz en su camino de vuelta al mundo de los muertos. Se colocan cuatro cirios para representar una
cruz y los cuatro puntos cardinales.
Representación del agua
El agua tiene múltiples significados, el principal, se utiliza para calmar la sed del espíritu. Se colocan
diferentes objetos que representan el agua como un vaso lleno de ésta, el cual el difunto utilizará
para aliviar su sed en su camino.Además se colocan diferentes objetos de tocador y aseo personal
para el difunto.
Los mayas tenían la creencia de que los cenotes, que ellos consideraban sagrados, eran una puerta
al inframundo. En muchas representaciones de altares suele colocarse una vajilla con agua,
simbolizando un cenote y la entrada al inframundo.
Representación de la tierra[
En la representación de la tierra se debe incluir diversas semillas, frutos, especias y otras bondades
de la naturaleza. Se utilizan diferentes semillas como el maíz y el cacao para formar patrones en el
suelo. En una idea moderna, la representación de la tierra se relaciona con el principio de la
ideología cristiana "Polvo eres, y en polvo te convertirás" (Génesis 3,19).
Flores
Las flores fungen como ornato en todo altar y sepulcro. La flor de cempasúchil, la nube y el amaranto
o moco de pavo son las especies más utilizadas para el adorno de un altar, como símbolo para dar
la bienvenida con un elemento bello para el altar ya que antiguamente para Mesoamérica era la flor
mas bonita.
Calaveras
Las calaveras son dulces que representan alusiones a la muerte pueden ser de azúcar, chocolate o
amaranto. También representa que la muerte puede ser dulce y no amarga. Son coloridas calaveras
de azúcar, barro, chocolate o yeso con adornos y patrones en ellas, gustan por su rico sabor y olor.
También son una burla hacia la muerte y se les escribe en la frente el nombre del comprador o de
una persona viva. El posible origen de las calaveritas puede relacionarse con el tzompantli, una
hilera de cráneos de guerreros sacrificados colocados en un palo.
Se le llama calavera o calaverita a un fragmento poético o epitafio que constantemente alude a la
muerte, dedicado a personajes vivos.14
La imagen de La Calavera Garbancera (mejor conocida como La Catrina), creada por José Guadalupe
Posada, no se relaciona con una función específica del día de muertos, ni con algún atributo
específico para honrar a los muertos. Esta caricatura es una representación de una dandizette de
la época porfiriana, es decir, una mujer de clase social alta caracterizada por su aparente intelecto
y su sobrerrefinamiento que conformó la sociedad alta en el periodo presidencial de Porfirio Díaz.
La caricatura fue diseñada como una burla hacia las mujeres que escondían su origen mexicano para
remplazarlo por una apariencia refinada y un chauvinismo europeo. La Catrina se considera un
elemento de la cultura mexicana, concebido popularmente como una percepción jocosa que se
burla de la noción tradicional de la muerte.
COMIDA
La comida, según la tradición, debe ser del agrado del fallecido. Debido a la dieta del mexicano
promedio, es frecuente ver la cocina criolla nacional como mole, pozole, tacos, tamales etc.,
presente en muchos altares. Se deben incluir diferentes frutos de temporada como la calabaza,
el tejocote, jícama, naranja, y por supuesto, alimentos hechos de maíz.
El pan de muerto es un tipo de pan dulce que se coloca como ofrenda hacia los muertos. Tiene un
par de tiras sobre la corteza que representan un par de huesos y ajonjolí que representa las lágrimas
de las almas que no pueden descansar en paz. Este pan desciende del pan de maíz hecho por las
civilizaciones del México antiguo.
Bebidas alcohólicas[
Algunos altares contienen bebidas alcohólicas como tequila, rompope y pulque servidos en
recipientes de barro, utilizados para mantener el tradicionalismo. Puede incluirse cualquier otra
bebida que le haya gustado al difunto. De igual manera se le podía poner bebidas que no consideran
alcohol como lo que es el chocolate.
Objetos personales
En los altares se utilizan prendas de vestir del ya fallecido, objetos representativos del oficio al que
se dedicaba o sus objetos preferidos. En el caso de los menores suele colocárseles juguetes y dulces.
Y se puede poner también algunas de sus canciones favoritas ya sea en música o en el disco.
Adornos
Infinidad de adornos alusivos a la muerte han surgido del arte popular mexicano y se han agregado
al altar de muertos. Figuras con cuadros de entierros, velorios o cementerios, o representando
escenas de la vida cotidiana con esqueletos como personajes realizados en figuras de alfeñique,
cartonería, madera, barro o yeso, son típicos de la fecha, así mismo como hermosos arreglos frutales
o florales.
También en muchos altares se incluyen cadenas elaboradas con papel crepé, de color morado y
amarillo, un eslabón de cada color, alternados. El morado representa la muerte y el amarillo la vida,
por lo que con este adorno queda representada la delgada línea existente entre la vida y la muerte.
Elementos religiosos

 Cruz
En todo el altar se colocan símbolos referentes a la cruz, la cual es un elemento que agregaron los
evangelizadores españoles con el fin de incorporar el catolicismo entre los nativos y en tradición tan
arraigada como era la veneración de los muertos. Una cruz se coloca en la parte superior del altar a
un lado de la imagen del difunto. Se coloca una cruz pequeña de sal en el altar que sirve como medio
de purificación de los espíritus, y una cruz de ceniza que le ayudará al espíritu a salir del purgatorio.

 Imágenes religiosas
Se coloca una imagen o escultura del santo de devoción de la persona a la que se dedica el altar.
También se coloca una imagen o cromo de las benditas ánimas del purgatorio, para facilitar la salida
del difunto, si se encontrara en el purgatorio, debido a no poder alcanzar la gloria (entrada el cielo),
según la teología católica quienes han muerto habiendo cometido pecados veniales sin confesar,
pero sin haber cometido pecado mortal, deberá expiar sus culpas en el purgatorio.
Semblanza
Consuelo Velázquez
No se necesita ser experto en música para saber que la canción mexicana más popular
en el mundo es Bésame mucho. Y tampoco es necesario serlo para saber que su autora
es la compositora jalisciense Consuelo Velázquez. En México se le conoce como
“Consuelito”, y se sabe que los Beatles cantaron su canción, lo mismo que Elvis
Presley, Nat King Cole y Frank Sinatra. Es sabido que en cualquier lugar del mundo en
que se cante, el público siempre corea: “Bésame mucho” en español. Es quizá, el
verso en español más conocido fuera de nuestra lengua.
Su autora, Consuelo Velázquez Torres, nació en Ciudad Guzmán, Jalisco, el 21 de
agosto de 1916, cuando todavía se llamaba Zapotlán el Grande. Zapotlán: tierra de
artistas como el compositor José Rolón, el muralista José Clemente Orozco, el creador
del mariachi moderno Rubén Fuentes, y el escritor Juan José Arreola. En 1951, la
compositora dijo, en una entrevista: “Nací en Ciudad Guzmán, aunque muy pequeña
me llevaron a Guadalajara… Me da pena hacer esta confesión: que no conozco mi
tierra.” Años más tarde, en 1981, fue nombrada Hija Predilecta de su ciudad na tal.

Fue hija del militar y poeta Isaac Velázquez del Valle y de María de Jesús Torres Ortiz.
Muy niña, a los cuatro años, recibió de parte de un tío, un pequeño piano de una sola
octava. “Fue mi juguete predilecto desde que era muy niña. Allí con un dedo, tocaba
yo melodías que ni sabía cuál era su nombre; de la única que me acuerdo es de la
música del Himno Nacional que escuché en un desfile militar en Guadalajara, un 16
de septiembre. Me impresionó tanto, que la repetía en mi pianito como una obsesión.”

Al notar su inclinación musical, sus padres la enviaron a la academia del maestro


Ramón Serratos, en donde él y su esposa Aurora Garibay se convirtieron en sus
maestros de piano. En esta escuela adquirió la formación que le permitió trasladarse
a la Ciudad de México a estudiar la carrera de Pianista Concertista en el Conservatorio
Nacional. En 1938 presentó su examen profesional en la sala de conciertos del Palacio
de Bellas Artes. Fue entonces, antes de destacar como compositora, que brotó la idea
de la más popular de sus canciones, como ella misma lo recordaba:
Más o menos en el año de 1938, cuando estaba yo terminando mi carrera de pianista
concertista, y lógicamente tenía que estudiar muchas horas al día, ya como descanso
me ponía a improvisar una que otra melodía que al día siguiente no recordaba. Ni me
interesaba recordarlas porque todavía no me iniciaba como compositora. Un buen día
decidí procurar memorizar una de esas cositas que se me ocurrían como descanso
mental. Y al día siguiente procuré recordar una que más tarde se llamó Bésame
mucho. Digo más tarde porque hice la melodía, la memoricé y algunos años después
le acomodé una cierta letra que dice: Bésame, bésame mucho…

Sin embargo, todavía habrían de pasar algunos años antes de que Consuelo diera a
conocer sus piezas. Antes habría de participar en el Curso de Perfeccionamiento de
Obras que impartió el célebre pianista chileno Claudio Arrau (1908 -1991). Su
interpretación de la Sonata para piano n.º 23 de Beethoven (más conocida como
Apassionata), le valió los elogios de Arrau, quien le dedicó la partitura de esta sonata:
“Para la señorita Consuelo Velázquez, en quien encuentro extraordinarias cualidades
pianísticas”.

Al día siguiente de su titulación, recibió una llamada telefónica, invitándola a tr abajar


en la XEQ, estación hermana de la XEW, de Emilio Azcárraga. En esta estación tuvo
un programa diario en que acompañaba a la soprano Irma González, y en que el locutor
era José Ángel Espinosa “Ferrusquilla”. Por entonces, la compositora también fue
solista de la Orquesta Sinfónica Nacional. También en XEQ, conoció a su futuro esposo,
Mariano Rivera Conde, quien era Director de Programación de la radiodifusora.
Contraerían matrimonio el 25 de octubre de 1944.

Lo fundamental en Consuelo Velázquez es la doble vertiente de su sensibilidad


musical. En ella confluye el talento como intérprete de música de concierto y la
comprensión que tuvo de la música popular. El piano fue su vehículo para transmitir
emociones, como escribió Elena Poniatowska: Escuchar a Consuelito Velázquez tocar
sus propias composiciones es una experiencia inolvidable. Desde el momento en que
se sienta frente al piano, la atmósfera se electrifica. Va conquistando al más
renuente, la pasión en cada uno de sus arpegios, su fuerza de carácter.
Semblanza
José José
Fue un hombre que trascendió la imagen de un simple cantante. Rebasó una época y
la idea de alguien producido por una televisora. Es una figura legendaria y sin duda, la
mejor voz de la segunda mitad del siglo XX mexicano. Él representa una ruptura y una
transición. Se educó en la época del jazz, el bolero y el bossa nova. Incluso se alimentó
de personajes como Frank Sinatra y Pepe Jara, a quien tenía como sus grandes ídolos.
Con José José, el bolero dio paso a la balada; y él le dio una impronta más histriónica,
más hacia afuera.Mientras que el bolero pasó de un país a otro, la balada encontró su
epicentro en las televisoras, lo que hizo del género un fenómeno transnacional. Cantó
aquí, pero lo replicaron en todo el mundo. Frank Sinatra lo admiraba tanto como para
proponerle hacer un disco. Lamentablemente el proyecto nunca se concretó.

Fue hijo del tenor José Sosa y se hizo en una época en donde la voz de la balada
llenaba el escenario, el teatro y era acorde a los espectáculos de Las Vegas. José José
desmenuzó su autobiografía y sufrimiento ante todos nosotros y lo hizo de una manera
explosiva. La grabación de 1970, en el Teatro El Ferrocarrilero interpretando “El triste”,
es uno de los momentos cumbres y definitorios de la música mexicana. José José es
la mayor representación del baladista que canta hacia afuera, aun así y sin temor a
parecer contradictorio, fue el más introspectivo de nuestros cantantes. Nadie como él
se comprometió a mirar hacia adentro y a darnos un repertorio de ese nivel. José José
es patrimonio de los comprometidos con la autodestrucción.

Para ser José José se necesita algo más de una voz potente. Fue un artista que hizo
de la autobiografía un estilo. Por más que los cantantes aspiren a ser como él, su éxito
y fatalidad radica en que recorrió el camino de los solitarios.

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