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Isabel Tavares Duarte 63291

Juan 1:1-18 es el prólogo del Evangelio de Juan, que presenta una visión teológica de la
vida de Jesús. El pasaje comienza declarando la eternidad y la divinidad de Jesucristo:
"En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios". El Verbo se
refiere a Jesucristo, quien es identificado como la fuente de la vida y la luz del mundo.
El pasaje también habla de Juan el Bautista, quien fue enviado para dar testimonio de
la luz y preparar el camino para la venida de Jesús. Juan el Bautista reconoció a Jesús
como el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo y testificó acerca de él. El
pasaje continúa hablando de cómo Jesús vino a su propio pueblo, pero su pueblo no lo
recibió. Sin embargo, aquellos que lo recibieron y creyeron en él, recibieron el poder
de convertirse en hijos de Dios. Este es el regalo de Dios para aquellos que creen en él:
la vida eterna y la adopción como hijos suyos. En resumen, Juan 1:1-18 presenta una
visión teológica del Evangelio de Juan, enfatizando la divinidad y la eternidad de
Jesucristo, la importancia del testimonio de Juan el Bautista y la adopción de los
creyentes como hijos de Dios.

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