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LA CIENCIA HA DEMOSTRADO QUE EL

CRISTIANISMO ESTÁ EN UN ERROR


—Mi preparación como científico hace que me sea muy difícil aceptar
las
doctrinas del cristianismo —me comentó Thomas, residente en
Medicina y
oriundo de Asia—. Por creer en la evolución, me resulta del todo
imposible
aceptar los relatos precientíficos de la Biblia sobre el origen de la
vida.
—La Biblia está además llena de historias de milagros —añadió
Michelle,
estudiante de Medicina—. Es del todo imposible que todas esas cosas
pasaran de
verdad.
os libros escritos, respectivamente, por Richard Dawkins, Daniel C.
Denett
y Sam Harris, que han sido increíbles éxitos de ventas, dan por
sentado que
la ciencia, en general, y la teoría de la evolución, en particular, han
hecho
que el creer en Dios sea algo por completo innecesario y caduco.
Dawkins ha
sostenido (en célebre comentario) que «aun cuando el ateísmo fuera
ya una
noción sostenible de forma previa a Darwin, este hizo que fuera,
además, posible
ser un ateo de probada solvencia intelectual».1 En El espejismo de
Dios, va más
allá todavía. En su opinión, no puede aspirarse a un pensamiento
científico
inteligente y seguir suscribiendo doctrinas religiosas. O se cree una
cosa, o se cree
la otra. En respaldo de su tesis, señala que un estudio llevado a cabo
en 1998
puso de relieve que tan solo un 7% de los científicos norteamericanos
pertenecientes a la Academia Nacional de Ciencias cree en un Dios
personal.2
Esto quiere decir que cuanto más inteligente, racional y científico
seas, menos
podrás creer en Dios.
¿Está Dawkins en lo cierto? ¿Ha demostrado la ciencia que las
creencias
cristianas sean falsas? ¿Hay, por tanto, que elegir entre pensar
científicamente y
creer en Dios?
¿No son los milagros algo científicamente imposible?
La primera razón por la que muchos piensan que la ciencia ha
demostrado que la
religión tradicional es errónea es por la creencia en los milagros en las
principales
religiones del mundo, como intervención directa de Dios en el orden
natural. Lo
milagroso es particularmente importante en la fe cristiana. El
cristianismo
celebra cada Navidad el milagro de la encarnación en el nacimiento de
Jesús y el
milagro de Su resurrección en la Pascua. El Nuevo Testamento relata
varios
milagros realizados por Jesús durante Su ministerio. La desconfianza
por parte de
los científicos respecto a los relatos bíblicos tuvo su inicio en la
Ilustración con la
idea de que era imposible reconciliar los milagros con una visión
moderna y
racional del mundo. Partiendo de ese presupuesto, los expertos
examinaron la
Biblia y concluyeron: «Los relatos bíblicos no pueden ser fidedignos
por cuanto
incluyen hechos

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