SDF:SDD 23 de diciembre de 2017

A LOS CUERPOS DE ANCIANOS

Asunto: Actuación en temas de seguridad

Estimados hermanos:

Dado que vivimos en tiempos donde la violencia ha aumentado, nos place compartir algunas
sugerencias para la seguridad de los publicadores en general (véase también Organizados, páginas
161-163, párrafos 13-18). El cuerpo de ancianos puede examinar si algunas de estas sugerencias
resultan prácticas para la congregación y podrían presentar un discurso de necesidades de la con-
gregación en el que se consideren los puntos.

1. Mantenerse alerta para evitar el peligro. Ayuden a los publicadores a ser precavidos.
Hay que fijarse en la gente de alrededor y, en lo posible, evitar lugares oscuros (Ecl.
2:14), carreteras sin iluminación o con mucha vegetación, calles desiertas y edificios
donde podría ocultarse un posible atacante. Si ven delante un grupo de personas sospe-
chosas, sería sensato cambiar de dirección. Si el peligro es inminente, corran o pidan
ayuda. Recuerden, además, que se corre mejor con zapatos bajos que con zapatos de ta-
cón alto.

En público, deben mantenerse a los niños siempre a la vista. Nunca dejen solos a los que
son muy pequeños. No envíen a un niño a hacer recados solo. No permitan que ninguno
salga del Salón del Reino o del Salón de Asambleas si no va acompañado de un familiar
mayor. Los padres deben enseñar a sus hijos qué hacer y qué decir si se ven frente al pe-
ligro de un secuestrador u otra persona con malas intenciones (g 10/07 págs. 4-8); tam-
bién deben asegurarse de que sus hijos saben de memoria por lo menos un número de te-
léfono al que llamar en caso de emergencia.

2. Horario de reuniones. Teniendo presente el principio de Proverbios 22:3, el cuerpo de

ancianos podría considerar la posibilidad de tener las reuniones a una hora más temprana,
a fin de que los publicadores puedan volver pronto a casa. Esto es probablemente posible
con la reunión del fin de semana.

3. Viajar en grupo en vez de solos. Quizás no siempre sea posible celebrar las reuniones a
una hora temprana. Además, algunos Salones del Reino y viviendas se ubican en lugares
aislados o en vecindarios de alto riesgo. Por lo tanto, viajar en grupo, siempre que sea
posible, puede ser una protección. Animen a los hermanos a que vayan en grupo cuando
salgan del Salón del Reino después de las reuniones, en lugar de caminar solos hasta casa
(Ecl. 4:9, 12). En lo posible, nunca viajen solos de noche.

4. Evitar la ostentación de riqueza. Eviten “la exhibición ostentosa del medio de vida de
uno” (1 Juan 2:16). Se ha observado que alardear de riquezas puede atraer a los delin-

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UNA ASOCIACIÓN SIN FINES DE LUCRO
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cuentes. Los mismos deseos que llevan a algunos a comprar cosas costosas pueden moti-
var a otros a robar o secuestrar. Por lo tanto, seguir el consejo bíblico de vestir modesta-
mente puede ayudarnos a no llamar la atención y evitar problemas (1 Tim. 2:9).

5. Acomodadores. Como norma general, el coordinador del cuerpo de ancianos supervisa

directamente a los acomodadores y comprueba que se siguen adecuadas medidas de se-
guridad. Sin embargo, puede asignarse a otro anciano para que le ayude. En realidad, to-
dos los ancianos deben estar alerta y preocuparse por la seguridad. Den instrucciones a
los acomodadores de mantener los ojos abiertos durante las oraciones de inicio y conclu-
sión.

6. Puertas del Salón del Reino. En la puerta de entrada debe haber dos acomodadores ma-
duros asignados a vigilar quién entra. Si ven a alguien de aspecto sospechoso, deben ha-
cerle preguntas con tacto antes de permitirle la entrada. Tal vez sea conveniente que se
controle el acceso al estacionamiento del Salón del Reino. O podrían decidir cerrar los
portones una vez comiencen las reuniones y tener asignados acomodadores para que
puedan abrir los portones en el caso de que alguien llegue tarde.

7. Iluminación. Procuren eliminar posibles escondites dentro de la propiedad. Si el Salón

cuenta con electricidad e iluminación, asegúrense de que todas las luces exteriores fun-
cionan y las instalaciones están bien iluminadas cuando las reuniones se celebren des-
pués del anochecer.

8. Policía. Los ancianos deben tener los números de teléfonos actualizados de la policía. Se
debe designar a dos ancianos (o a un anciano y a un siervo ministerial capacitado) para
que mantengan relaciones cordiales con la policía local, especialmente en lugares con al-
to riesgo de criminalidad. Cuando haya varias congregaciones en las inmediaciones de la
misma comisaría de policía, debe haber buena comunicación y coordinación sobre cómo
se mantendrá el contacto con la policía.

9. Asambleas regionales. Insistan en que es necesario que los hermanos lleven puestas sus
tarjetas de solapa de la asamblea en todo momento. No se permite fotocopiar o reprodu-
cir las tarjetas de solapa de las asambleas regionales.

10. Cómo tratar a los alborotadores. Es mejor pasar por alto las perturbaciones de menor
importancia provocadas por alguna persona durante las reuniones de congregación. Pero
si alguien persiste en un comportamiento que distrae a otros, dos ancianos deben pedirle
que se vaya. Si solo hay un anciano disponible, este puede pedirle a un siervo ministerial
maduro que lo acompañe. Si el alborotador se niega a irse, díganle que si no se va y si-
gue distrayendo a los demás, llamarán a la policía para que se ocupe de él. Si la persona
no colabora, deben llamar a la policía. Cuando esta llegue, expliquen que la persona está
causando perturbación y que, en su caso, la invitación implícita de asistir a las reuniones
queda sin efecto. También pueden informar a la policía que están dispuestos a presentar
cargos de invasión de la propiedad si parece prudente y necesario dadas las circunstan-
cias.

Los ancianos sabiamente evitarán dejarse provocar para sacar físicamente de las instala-
ciones a un alborotador, ya que la persona podría estar buscando una base para empren-
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der acción legal. Por lo tanto, los ancianos por lo general no deben tratar de sacar a la
fuerza a una persona alborotadora del Salón del Reino. Si una persona se comporta de
forma violenta desde el principio, se puede llamar a la policía inmediatamente. No hay
necesidad de advertirle. En caso de que se ataque físicamente a alguien, la persona tiene
derecho a defenderse del daño, y los ancianos deben hacer lo que razonablemente puedan
para proteger a la persona. Si quien recibe el ataque no puede escapar de un atacante que
parece determinado a causarle daño, un cristiano puede tratar de repeler el ataque e in-
cluso usar la fuerza en defensa propia si fuera necesario. Por supuesto, el objetivo de
cualquier acción defensiva solo sería protegerse él mismo o proteger a otros del atacante
hasta que llegue la policía (g 6/08 págs. 10, 11).

11. Ser discretos. Eviten al máximo las situaciones cuestionables mientras participa en el
servicio del campo. La Biblia dice: “el sagaz considera sus pasos” (Prov. 14:15). Tam-
bién aconseja: “antes de que haya estallado la riña, retírate” (Prov. 17:14). Considerar
nuestros pasos con sagacidad implica evitar lugares donde es probable que haya peligro.
Si va a predicar en un lugar donde no es prudente estar solo, pídale a otro publicador que
lo acompañe. Al predicar en edificios de apartamentos, quizás convenga que varios pu-
blicadores trabajen en el mismo edificio, y si hay hermanos disponibles, que estos lleven
la delantera. Usen discernimiento antes de aceptar invitaciones para entrar en casas o
apartamentos.

12. Actuación en casos de vandalismo en el Salón del Reino. Si un Salón del Reino es
vandalizado, sigan estrechamente estas pautas:

· Informar inmediatamente el delito a la policía.

· Si el edificio sufre un incendio, llamar a los bomberos.
· Informar del incidente a todos los ancianos de las congregaciones que usan el Salón
del Reino.
· Dos ancianos deben informar inmediatamente al Departamento de Asuntos Legales.
· Tomen medidas para conservar las pruebas del vandalismo hasta que las autoridades
locales hayan completado su investigación.
· Tomen fotografías claras de los daños y de cualquier pintada que se haya hecho. To-
men fotos además de todo el Salón del Reino.
· Llenen un informe policial y obtengan copia de él.
· Pidan un informe del incidente al departamento de bomberos y a la policía.
· Si hay algún daño, llenen el Informe de incidente (TO-5).

Jehová protege a su pueblo en conjunto, pero no interviene en cada caso para proteger a
sus siervos de los robos o los secuestros. Aunque Job fue extraordinariamente fiel, Dios permitió
que los bandidos saquearan su ganado y que sus servidores perdieran la vida (Job 1:14, 15, 17).
Dios también permitió que el apóstol Pablo se viera en “peligros por parte de salteadores” (2
Cor. 11:26). No obstante, Jehová enseña a sus siervos a vivir según principios que reducen el
riesgo de secuestro. Además, nos da el conocimiento que nos ayuda a reaccionar a los intentos de
secuestro o robo reduciendo la probabilidad de lesiones.
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Esperamos que estas sugerencias les sean útiles en su empeño por cuidar a las ovejas del
rebaño de Dios puestas a su cuidado (1 Ped. 5:2).

Reciban nuestros saludos y amor cristiano.

Sus hermanos,

c. c. superintendentes de circuito