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Buenas noches,

Para comenzar creo que fue fundamental hacerse estas simples preguntas…

¿Podemos poner en riesgo en una sola movida, por apuro e imprevisión, las vidas de miles de
personas y el futuro de nuestros niños y jóvenes? ¿Cuánto importa la experiencia de docentes
y estudiantes durante 2020? ¿Cómo se construye el regreso seguro que prometen las
autoridades?

Estoy completamente convencido de que nada reemplaza lo que se logra en clase en base
a la prespecialidad. Pero tampoco hay que hacer vista gorda a la problemática que nos
enfrentamos en el mundo entero. Sin duda una pandemia es una catástrofe colectiva:
hablamos de muertos, de encierro, de secuelas psicológicas.

¿Pretendemos que los estudiantes y docentes salgan ileso de esta problemática?

Creo que es totalmente iluso creer que se sale ileso de una pandemia en donde múltiples
factores afectan a la humidad, la educación no está fuera de ellos, no hay ninguna duda de que
fue uno de los sectores más golpeados por la pandemia. Sin embargo los docentes fueron los
encargados de hacer frente y buscar, explorar muchas experiencias nuevas para poder llegar a
los estudiantes.

Volver a las aulas fue un acto muy satisfactorio tanto como para los estudiantes como asi
también para los docentes y la familia, obviamente con nuevas realidad, medidas de cuidados
y prevención, con el molesto tapaboca y mascara a la vez, pero a alegría de volver a ponernos
en contacto mutuo no tiene precio… Este proceso permitió evidenciar en muchos alumnos el
abandono académico que hubo en el año 2.020 que de más esta explicar todos los factores
que ya veníamos hablando y trabajando. Hoy en día estamos trabajando con una adecuación
curricular, la cual va a culminar en marzo de 2.022 para poder acreditar los años 2020, 2021 y
2022.

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