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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL


“FRANCISCO DE MIRANDA”
PROGRAMA NACIONAL DE FORMACIÓN EN FISIOTERAPIA
TRAYECTO III - TRAMO I
PSICOLOGÍA SOCIAL

TEMA 4

SUBJETIVIDAD E IDENTIDAD

Autor:
DOCENTE: Wilfredo Martínez Ramphy Jiménez
C.I. 29.939.662
Sección 01

Santa Ana de Coro, marzo del 2023


Construcción Social de la Identidad
Desde una perspectiva sociológica la identidad se adquiere en el proceso de
socialización. Socialización (primaria), se entiende como la manera en que los
miembros de una colectividad aprenden los modelos de su sociedad, los asimilan,
los integran en las estructuras de la personalidad (que probablemente tenga bases
biológicas) y los hacen propios. Se aprende, por ejemplo, a andar, a comer, a
pensar, a sentir, a comportarse, a ser… de una determinada manera, a ser A o a
ser B, o una cosa ahora y otra después o las dos a la vez (que también pasa), etc.
Se adquiera una identidad social y, también, personal. Nos incorporamos, eso que
podría llamarse hacerse persona, en el mundo dado por descontado, que lo
hacemos nuestro.
En este sentido, socializarse es integrarse en él, ese mundo que estaba ahí
cuando “vinimos al mundo”. Nos identificamos, pues, y adquirimos nuestra
identidad en ese proceso. Es un proceso, no un acto puntual. La identidad, que
siempre tiene esa dimensión social, la que está implicada en el proceso de
socialización, siempre es de un sujeto. Cierto que podríamos hablar de
identidades de colectivos, de instituciones, de pueblos o naciones, etc., pero
requeriría otra reflexión. “Yo soy”… todo eso que uno/una puede ser. El sujeto
(humano) es el que soporta una identidad, tiene una identidad, se configura con
una identidad, se identifica con… Por lo tanto, aquello que se reconoce como
“subjetividad” es todo aquello que reconozco como propio, estructurando y dando
forma a lo que soy Yo.
Por otra parte, un problema con la “subjetividad” es que nos remite al ámbito
de la autonomía, de la singularidad, del yo como el centro de lo que se es, se
piensa, se conoce, se siente, se anhela… y todo eso que Descartes decía que era
la cosa que piensa. Se podría referir a ello como “la conciencia” pero requeriría
también de muchos matices. Al tener también un cuerpo, se ha complicado el
término subjetividad, pero este vuelve a ser un terreno pantanoso. Quedémonos
con la “subjetividad” (en tanto que aquello que pertenece a un sujeto humano)
como el fundamento ontológico de lo que somos. Yo (ese-sujeto) soy… tal y
cual…
En este orden de ideas, se podría decir que el sujeto es todo lo que es
porque lo ha incorporado socialmente. Se hace haciendo. Somos lo que hacemos
y lo hacemos en un determinado mundo, el nuestro. Somos seres sociales hechos
en un mundo (dentro de unos horizontes de sentido) que nos precedían en tanto
que sujetos y es necesario ese proceso en el que nos “identificamos” y nos
incorporamos en un mundo en el que somos algo. Subjetividad, por más que apela
a autonomía y singularidad (yo soy eso que soy) no implican “subjetivismo” (en el
mal sentido del término), ni solipsismo.
Esta construcción social de la identidad consiste entonces en una relación
negociada con el entorno social, en libertad y voluntariamente, pero no de manera
auto determinada, sino en coparticipación con los otros en la conformación de lo
que somos, es decir, de nuestra propia identidad y de nuestra historia. La
construcción social de la identidad se refiere al carácter, actitudes y otras
características de un individuo pero vistas con los ojos de la sociedad.
Cabe destacar, las características de la construcción social de la realidad:
Autoconciencia: si se es consciente del auto concepto de uno mismo y del
contexto que le rodea, podemos optimizar la adaptación de lo que evocamos.
Siendo conscientes de cómo somos y qué nos rodea, somos capaces de tomar la
decisión de cómo dar la mejor respuesta a las necesidades de nuestro entorno.
Autodeterminación: podemos ser conscientes de que la retroalimentación que
recibimos es información sobre cómo los demás nos reciben. De esta forma
podemos pensar cómo desarrollarnos mejor y enfocarnos y obtener nuestros
objetivos. Sentido autocrítico: de la misma forma que la información de la
retroalimentación puede ayudarnos a conseguir objetivos, también puede
servirnos para el crecimiento personal. Saber que utilizar de lo que nos dicen para
mejorar, o bien qué áreas nos está mostrando que aún nos falta fortalecer. En este
caso es importante saber reconocer qué necesidades nos satisface a nosotros
nuestro entorno. Autorregulación: la capacidad de poder ser más o menos flexibles
en cada una de las partes del “ser”. Tanto saber exponernos de forma auténtica
como poner defensas cuando toque, tanto saber sacar el máximo provecho de qué
nos dicen como desecharlo si está muy contaminado. El hecho de optimizar los
recursos y nuestra propia gestión.
Al respecto, mucho del malestar psicológico viene dado porque sentimos que
“no recibimos lo que damos”, o que “no somos cómo queremos ser” y la fuerza de
estas creencias puede provocar mucho sufrimiento y trastornos psicológicos como
la depresión si se vuelven persistentes e insidiosos.
Cabe destacar, a Berger y Thomas Luckmann, en base a la obra la
construcción social de la realidad. Para estos autores, la realidad se establece
como consecuencia de un proceso dialéctico entre relaciones sociales, hábitos
tipificados y estructuras sociales, mirado desde un punto de vista social.
De igual manera Aguado (1991) "La construcción de la identidad requiere de
mecanismos sociales que permitan la permanencia y reproducción de un grupo,
así como los procesos colectivos que repiten la distinción y las prácticas culturales
que posibilitan la identificación" (pág. 31). Es decir, que la construcción social de
la identidad consiste entonces, en una relación negociada con el entorno social, en
libertad y voluntariamente, pero no de manera autodeterminada, sino en
coparticipación con los otros en la conformación de lo que somos, es decir, de
nuestra propia identidad y de nuestra historia.
En fin, la subjetividad social es la forma en que se integran sentidos
subjetivos y configuraciones subjetivas de diferentes espacios sociales, formando
un verdadero sistema en el cual lo que ocurre en cada espacio social concreto,
como familia, escuela, grupo informal, etc. Es la percepción y valorización
personal y parcial sobre un asunto, idea, pensamiento o cultura. La identidad
social se refiere entonces a aquella parte de un individuo que se deriva de la
afiliación que hacen de los individuos, las instituciones sociales a grupos sociales,
conjuntamente con el significado valorativo y emocional asociado a esta
pertenencia.

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