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EN EL SUELO?
Es importante destacar que estas prácticas tienen grandes beneficios tanto en la productividad
agrícola como en la mitigación del cambio climático. Pero si el agricultor decide dejar de hacerlas y
volver a realizar sus antiguas prácticas, el carbono orgánico que se había almacenado en el suelo,
es nuevamente liberado a la atmósfera. Por lo que es sumamente importante que el cambio sea
permanente.
Mejora la estructura del suelo al formar agregados estables (terrones) más resistentes a la
compactación, mejorando la aireación del suelo.
Aumenta la fertilidad del suelo, ya que la materia orgánica contiene nutrientes como fósforo y
nitrógeno.
Aumenta la diversidad y la biomasa microbiana, como hongos micorrízicos que llevan nutrientes a
las plantas, bacterias promotoras de crecimiento, etc.
Existen numerosas prácticas que nos ayudan a proteger el suelo y recuperar su materia orgánica.
Entre estas destacan:
Adopte la cero labranza o mínima labranza para evitar la perturbación mecánica del suelo
y la oxidación de la materia orgánica.
Establezca praderas.
Todas estas prácticas crean una interface protectora biológica entre el perfil del suelo y la
atmósfera, entregando protección contra el viento, las precipitaciones y el tráfico de maquinaria y
animales. De esta manera el suelo tendrá las herramientas para funcionar a su máximo potencial.
El suelo posee una gran capacidad para almacenar carbono. Sin embargo, esta capacidad es
limitada, lo que depende de una combinación de factores, entre los que se encuentran el
contenido y tipo de arcillas, así como la densidad y profundidad del suelo. Las características
climáticas como precipitación, temperatura y radiación solar, también son importantes. Por
último, las prácticas de manejo como la fertilización, sistemas de labranza, rotaciones,
incorporación de residuos de cosecha y riego y drenaje, otorgan a los suelos distinta capacidad de
almacenamiento de carbono orgánico.
En Chile existe un claro gradiente norte – sur en el contenido de materia orgánica de los suelos.
Este establece suelos pobres en el norte y con mayor contenido de materia orgánica hacia el sur,
por lo que el manejo agronómico y el potencial secuestro de carbono son muy diferentes.
Asimismo, el impacto de prácticas de conservación de suelo en la materia orgánica va a ser mayor
en suelos degradados que en suelos fértiles, siempre y cuando estos manejos se mantengan en el
tiempo.
Resumen: Secuestro de carbono en bosques – El papel del suelo, Robert Jandl, Centro de
Investigación Forestal, 1131 Viena, Austria
Los suelos forestales son los mayores depósitos de carbono en los ecosistemas terrestres.
Contienen cuatro veces la cantidad de carbono que la vegetación. Por eso merecen atención
cuando se buscan mecanismos del secuestro de carbono. Aumentar el nivel de C en el suelo podría
ser un servicio ambiental precioso. El carbono del suelo se encuentra en la hojarasca, en el sistema
radicular vivo y muerto, y el ”carbono negro”. En promedio, las moléculas orgánicas son
mineralizadas en cuatro años; una parte de ellas es extremamente recalcitrante y su tasa de
mineralización es baja. La edad de esta fracción de la materia orgánica, ligada a óxidos y arcillas, es
de algunos cientos a miles de años. Es necesario entender los procesos claves en el suelo y su
relación con otros factores como la temperatura, la humedad del suelo, y los nutrientes
(particularmente nitrógeno). Dado este entendimiento, es posible manejar los bosques de manera
que fijen y conserven sosteniblemente carbono en el suelo, el cual se puede manipular mediante
la selección de especies de árboles, la ordenación de bosques, con medidas de mejora de los
suelos y por la duración del turno de los bosques.
La restauración de suelos degradados tiene un gran valor para el secuestro de carbono; Incluso en
los suelos agrarios hay 2 de 10 hectáreas de tierras degradadas que podrían almacenar todo el
carbono de emisiones antropogénicas durante 25 y 50 años.
Los océanos son considerados los principales sumideros de carbono naturales, ya que son capaces
de absorber alrededor del 50 % del carbono emitido a la atmósfera. En concreto, el plancton, los
corales, los peces, las algas y otras bacterias fotosintéticas son los organismos encargados de esta
captura.
En el caso de los bosques y otras áreas forestales, el secuestro de carbono se realiza mediante la
fotosíntesis. Las especies vegetales absorben CO2 de la atmósfera, almacenan una parte del
carbono y devuelven oxígeno a la atmósfera.
“Influencia de los ácidos húmicos y fúlvicos como alternativa para el manejo en suelos afectados
por acidez en el cultivo de maíz, en el Ecuador”.
SUELOS ORGANICOS:
Los residuos de plantas son los principales «ingredientes» del suelo orgánico. Estos son
procesados por organismos como bacterias, hongos o lombrices para aportar a la superficie una
importante proporción de nutrientes.
Los horizontes A son capas minerales formadas en la superficie del suelo o por debajo de un
horizonte O. En ellos se desintegra toda o parte de la estructura de la roca original. Son zonas de
lavado vertical y conforman el manto donde se arraiga la vegetación herbácea. Su color es más
oscuro, debido a la abundancia de materia orgánica descompuesta o humus.
HORIZONTES H Y O
Los Horizontes H son estratos o capas dominadas por material orgánico formado a partir de
acumulaciones de materia orgánica fresca, no descompuesta. También pueden contener materia
parcialmente descompuesta en la superficie del suelo, la cual permanece saturada de agua
durante largos periodos.
Cuando la materia orgánica se descompone en los suelos, se forma un compuesto nuevo llamado
humus. Es una sustancia que contiene abundante carbono, que le da su color negruzco
característico.
El humus posee, en mayor o menor proporción, proteínas, ácidos urónicos y otros elementos
combinados. La composición química es diversa, depende de la acción de organismos vivos del
suelo, como los hongos, bacterias y protozoos.
El humus al descomponerse genera como productos finales sales minerales, dióxido de carbono y
amoníaco. Estas sustancias se acumulan en el suelo constituyendo nutrientes para cultivos, cuyo
desarrollo dependen mucho del contenido de humus disponible.
Es importante acotar que existen contaminantes orgánicos del suelo de origen variado. Entre estos
se encuentran los residuos de petróleo, aceites, gasolinas y fitosanitarios en general. Todos llegan
a los suelos gracias a la acción humana, por actividades agrícolas, industriales y de transporte.
Los fitosanitarios en particular, pueden ser considerados como la causa más común de
contaminación porque son utilizados en la agricultura. Entre sus beneficios están la protección de
los cultivos y el mejoramiento de la calidad y cantidad de la producción.