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¿QUÉ ES EL SECUESTRO DE CARBONO 

EN EL SUELO?

Se trata de la remoción del carbono de la atmósfera, mediante la fotosíntesis de las plantas y su


almacenamiento como formas de materia orgánica estables y de larga vida en el suelo. Para que
esto ocurra, es necesario que los agricultores tomen conciencia de la necesidad de efectuar
cambios en las prácticas agrícolas tradicionales, buscando aportar más materia orgánica, que ésta
sea más estable, y/o que retarde su descomposición.

Es importante destacar que estas prácticas tienen grandes beneficios tanto en la productividad
agrícola como en la mitigación del cambio climático. Pero si el agricultor decide dejar de hacerlas y
volver a realizar sus antiguas prácticas, el carbono orgánico que se había almacenado en el suelo,
es nuevamente liberado a la atmósfera. Por lo que es sumamente importante que el cambio sea
permanente.

¿QUÉ BENEFICIOS TIENE EL SECUESTRO DE CARBONO PARA EL PRODUCTOR?

Mejora la estructura del suelo al formar agregados estables (terrones) más resistentes a la
compactación, mejorando la aireación del suelo.

Aumenta la capacidad de infiltración y retención de agua.

Aumenta la fertilidad del suelo, ya que la materia orgánica contiene nutrientes como fósforo y
nitrógeno.

Aumenta la diversidad y la biomasa microbiana, como hongos micorrízicos que llevan nutrientes a
las plantas, bacterias promotoras de crecimiento, etc.

Disminuye el riesgo de erosión hídrica y eólica.

¿CÓMO SECUESTRAR CARBONO EN EL SUELO?

Existen numerosas prácticas que nos ayudan a proteger el suelo y recuperar su materia orgánica.
Entre estas destacan:

 Aplique enmiendas orgánicas como el compost, estiércol, biosólidos y abono orgánico.

 Deje los residuos de cosecha de cultivos (rastrojos) en el suelo sin quemarlos.

 Adopte la cero labranza o mínima labranza para evitar la perturbación mecánica del suelo
y la oxidación de la materia orgánica.

 Realice rotaciones y elimine el monocultivo.

 Implemente rotaciones con mayor diversidad de cultivos, incluyendo praderas.

 Combine árboles y arbustos con cultivos (agroforestería) o praderas (silvopastoreo).

 Acorte o elimine los períodos de barbecho de verano.

 Incorpore cultivos orgánicos o biológicos que permitan mantener y mejorar el equilibrio


ecológico del suelo.
 Mejore la fijación biológica de nitrógeno, cultivando leguminosas, como la alfalfa u otras
especies pratenses, o leguminosas de grano.

 Establezca praderas.

 Incorpore cubiertas vegetales en viñedos y huertos frutales.

 Manejo de la intensidad de pastoreo

Todas estas prácticas crean una interface protectora biológica entre el perfil del suelo y la
atmósfera, entregando protección contra el viento, las precipitaciones y el tráfico de maquinaria y
animales. De esta manera el suelo tendrá las herramientas para funcionar a su máximo potencial.

El suelo posee una gran capacidad para almacenar carbono. Sin embargo, esta capacidad es
limitada, lo que depende de una combinación de factores, entre los que se encuentran el
contenido y tipo de arcillas, así como la densidad y profundidad del suelo. Las características
climáticas como precipitación, temperatura y radiación solar, también son importantes. Por
último, las prácticas de manejo como la fertilización, sistemas de labranza, rotaciones,
incorporación de residuos de cosecha y riego y drenaje, otorgan a los suelos distinta capacidad de
almacenamiento de carbono orgánico.

En Chile existe un claro gradiente norte – sur en el contenido de materia orgánica de los suelos.
Este establece suelos pobres en el norte y con mayor contenido de materia orgánica hacia el sur,
por lo que el manejo agronómico y el potencial secuestro de carbono son muy diferentes.
Asimismo, el impacto de prácticas de conservación de suelo en la materia orgánica va a ser mayor
en suelos degradados que en suelos fértiles, siempre y cuando estos manejos se mantengan en el
tiempo.

Resumen: Secuestro de carbono en bosques – El papel del suelo, Robert Jandl, Centro de
Investigación Forestal, 1131 Viena, Austria

Los suelos forestales son los mayores depósitos de carbono en los ecosistemas terrestres.
Contienen cuatro veces la cantidad de carbono que la vegetación. Por eso merecen atención
cuando se buscan mecanismos del secuestro de carbono. Aumentar el nivel de C en el suelo podría
ser un servicio ambiental precioso. El carbono del suelo se encuentra en la hojarasca, en el sistema
radicular vivo y muerto, y el ”carbono negro”. En promedio, las moléculas orgánicas son
mineralizadas en cuatro años; una parte de ellas es extremamente recalcitrante y su tasa de
mineralización es baja. La edad de esta fracción de la materia orgánica, ligada a óxidos y arcillas, es
de algunos cientos a miles de años. Es necesario entender los procesos claves en el suelo y su
relación con otros factores como la temperatura, la humedad del suelo, y los nutrientes
(particularmente nitrógeno). Dado este entendimiento, es posible manejar los bosques de manera
que fijen y conserven sosteniblemente carbono en el suelo, el cual se puede manipular mediante
la selección de especies de árboles, la ordenación de bosques, con medidas de mejora de los
suelos y por la duración del turno de los bosques.

La materia orgánica de los suelos forestales


El control más importante de la cantidad de materia orgánica en el suelo sigue siendo la erosión y
la forma del manejo de la tierra; pero también tiene influencia el cambio de la vegetación. El
carbono del suelo es un subsistema bastante complicado; hay componentes que son utilizados en
horas, como los carbohidratos con energía abundante y partes oxidadas de los cuales los
microorganismos no pueden captar casi ninguna energía.

La restauración de suelos degradados tiene un gran valor para el secuestro de carbono; Incluso en
los suelos agrarios hay 2 de 10 hectáreas de tierras degradadas que podrían almacenar todo el
carbono de emisiones antropogénicas durante 25 y 50 años.

Los océanos son considerados los principales sumideros de carbono naturales, ya que son capaces
de absorber alrededor del 50 % del carbono emitido a la atmósfera. En concreto, el plancton, los
corales, los peces, las algas y otras bacterias fotosintéticas son los organismos encargados de esta
captura.

En el caso de los bosques y otras áreas forestales, el secuestro de carbono se realiza mediante la
fotosíntesis. Las especies vegetales absorben CO2 de la atmósfera, almacenan una parte del
carbono y devuelven oxígeno a la atmósfera.

El problema de los sumideros de carbono naturales es que tienen un límite, provocando la


acidificación de los océanos cuando se sobrepasa. Esta acidificación consiste en un descenso del
pH provocado por la absorción de dióxido de carbono.

ROL DE LOS ACIDOS HUMICOS Y FULVICOS EN EL SUELO:

UNIVERSIDAD TÉCNICA DE BABAHOYO FACULTAD DE CIENCIAS AGROPECUARIAS

“Influencia de los ácidos húmicos y fúlvicos como alternativa para el manejo en suelos afectados
por acidez en el cultivo de maíz, en el Ecuador”.

En el documento se detalló la información sobre la influencia de los ácidos húmicos y fúlvicos


como alternativa para el manejo en suelos afectados por acidez en el cultivo de maíz, en el
Ecuador. El cultivo de maíz es uno de los principales cultivos del país, por su demanda y volumen
de producción; además la cantidad de productos que se generan de este cultivo sirven para la
alimentación humana y animal e uso industrial. Los ácidos húmicos y fúlvicos son moléculas
complejas orgánicas, formadas por la descomposición de materia orgánica, lo que influye
directamente a la fertilidad del suelo, incidiendo en la absorción de nutrientes y por ende un
crecimiento adecuado de las plantas. Las conclusiones determinan que los ácidos húmicos
solucionan de los diferentes efectos que ocurren en los suelos tales como salinización,
calcificación, disminución de la fertilidad y destrucción de los microorganismos útiles, incremento
de la erosión y desertificación, presencia de enfermedades, acumulación de residuos tóxicos por la
aplicación de productos químicos; los efectos que causan los ácidos húmicos en el suelo es que si
el terreno es arcilloso se mejora su estructura y aireación, por lo que se aumenta su
permeabilidad, lo que permite que las plantas mejore sus actividades metabólicas y el poder
germinativo; en las raíces mejora su capacidad de absorción lo que junto con la fotosíntesis de las
hojas aumenta el vigor y productividad y el bajo rendimiento del cultivo de maíz se debe a la falta
de aplicación de ácidos húmicos con dosis adecuadas durante el ciclo del cultivo, lo que ha hecho
imprescindible aplicar productos a base de ácidos húmicos y fúlvicos para mejorar el desarrollo.

SUELOS ORGANICOS:

PROCESO DE FORMACIÓN DE SUELOS ORGÁNICOS

Para la formación de suelos orgánicos es fundamental que ocurra un proceso de acumulación,


descomposición y almacenamiento de materia orgánica. Esta materia del suelo deriva de residuos
animales y vegetales.

Inicialmente, en la superficie se acumulan cantidades de materia orgánica no descompuesta,


principalmente donde hay humedad y bajas temperaturas. Al transcurrir el tiempo, las bacterias,
lombrices y hongos aprovechan dichos residuos, transformando compuestos orgánicos en
inorgánicos.

Los residuos de plantas son los principales «ingredientes»  del suelo orgánico. Estos son
procesados por organismos como bacterias, hongos o lombrices para aportar a la superficie una
importante proporción de nutrientes.

Los compuestos orgánicos influyen directamente en las propiedades físicas y químicas del suelo.


Son indispensables para la fertilidad de la tierra y el desarrollo de los cultivos. Están dispuestos
siempre en el horizonte edáfico más superficial, es decir, en el horizonte A.

CARACTERIZACIÓN DE LOS HORIZONTES A

Los horizontes A son capas minerales formadas en la superficie del suelo o por debajo de un
horizonte O. En ellos se desintegra toda o parte de la estructura de la roca original. Son zonas de
lavado vertical y conforman el manto donde se arraiga la vegetación herbácea. Su color es más
oscuro, debido a la abundancia de materia orgánica descompuesta o humus.

Estos horizontes poseen propiedades resultantes de la labranza o pastoreo. La actividad biológica


es máxima en ellos. Por contener la materia orgánica, se les considera la plataforma del suelo
orgánico.

HORIZONTES H Y O

Los Horizontes H son estratos o capas dominadas por material orgánico formado a partir de
acumulaciones de materia orgánica fresca, no descompuesta. También pueden contener materia
parcialmente descompuesta en la superficie del suelo, la cual permanece saturada de agua
durante largos periodos.

Los horizontes O constan de material orgánico consistente de desechos intactos, frescos y


ligeramente descompuestos. Entre estos se encuentran hojas, ramas, musgos y líquenes que se
han acumulado sobre la superficie. Dicha superficie no es afectada por los encharcamientos.

EL HUMUS EN EL SUELO ORGÁNICO

Cuando la materia orgánica se descompone en los suelos, se forma un compuesto nuevo llamado
humus. Es una sustancia que contiene abundante carbono, que le da su color negruzco
característico.
El humus posee, en mayor o menor proporción, proteínas, ácidos urónicos y otros elementos
combinados. La composición química es diversa, depende de la acción de organismos vivos del
suelo, como los hongos, bacterias y protozoos.

El humus al descomponerse genera como productos finales sales minerales, dióxido de carbono y
amoníaco. Estas sustancias se acumulan en el suelo constituyendo nutrientes para cultivos, cuyo
desarrollo dependen mucho del contenido de humus disponible.

CONTAMINANTES ORGÁNICOS DEL SUELO

Es importante acotar que existen contaminantes orgánicos del suelo de origen variado. Entre estos
se encuentran los residuos de petróleo, aceites, gasolinas y fitosanitarios en general. Todos llegan
a los suelos gracias a la acción humana, por actividades agrícolas, industriales y de transporte.

Los fitosanitarios en particular, pueden ser considerados como la causa más común de
contaminación porque son utilizados en la agricultura. Entre sus beneficios están la protección de
los cultivos y el mejoramiento de la calidad y cantidad de la producción.

Dentro de los fitosanitarios están los plaguicidas, herbicidas y fertilizantes, todos de significativa


necesidad. A pesar de ello, su uso constante y excesivo causa daños en el suelo, muchas veces
irreversibles.

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