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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL SIMÒN RODRIGUEZ


NUCLEO MATURÌN
PNF- MEDICINA VETERINARIA

BOLÍVAR REVOLUCIONARIO

PROFESOR: PARTICIPANTE:
RUBENS GONZÁLEZ LUISANNY
VILLAFRANCA
SECCIÒN: 01
ENERO DE 2023

ENSAYO
BOLÍVAR REVOLUCIONARIO.

La vida y obra de Bolívar ha motivado no solo a intelectuales, sino


también a políticos, hombres y mujeres de todas las condiciones sociales de
América Latina y del mundo entero a lo largo de la historia. Han pasado 200
años desde que Bolívar se convirtió en el Libertador de cinco repúblicas y en el
padre de sus cinco naciones, en el mundo se estudia su obra y se debaten
diferentes tópicos sobre sus logros y fracasos.

Desde su infancia se fue forjando los ideales patrióticos, que generaban


en él, un profundo amor por su país y una fuerte convicción, dichos idearios se
fueron haciendo más latente a través de los años, cabe resaltar que a través de
personajes importantes en la vida de Bolívar, como era el caso del maestro
Simón Rodríguez se vio influenciada ese apego a la igualdad y la libertad de
toda una nación, Rodríguez, no solo fue el maestro del Libertador, también fue
su guía y consejero, predomino su vida al punto que Bolívar en una carta le
expresó  “Usted formó mi corazón para la libertad, para la justicia, para lo
grande, para lo hermoso. Yo he seguido por el sendero que usted me señaló.
Usted fue mi piloto...".

Su concepción socio-política y económica, sus representaciones e


impronta en el devenir del proceso histórico. Desde su vinculación a las luchas
independentistas granadinas, Bolívar se mostró como un demócrata decidido,
partidario de adelantar la guerra apoyado en los sectores subalternos de
campesinos, peones, vaqueros, indígenas, jornaleros y esclavos.

Al mismo tiempo combatió la ideología y los métodos de conducción de


las élites que detentaban el poder político, el militar y el administrativo y
obstruían la gesta independentista. En oposición a ello y al calor de las
experiencias de la guerra, Bolívar profundizó las acciones militares
acompañadas de medidas sociales favorables a los sectores subalternos.
Bolívar desarrolló un gran sentimiento patriótico durante su juventud que
le llevó a jurar en el año 1805 que lucharía por liberar a su nación. Sus
primeras luchas, aunque fracasadas, le sirvieron como laboratorio para
preparar una nueva tentativa más estratégica. Después de la primera derrota
escribió el manifiesto de Cartagena (1812) donde enumeró los múltiples errores
que le han llevado al fracaso y donde pretende involucrar al pueblo.

Un año más tarde, su capacidad de resiliencia y su testarudez le harían


proseguir en la lucha, presentando siempre su ideología, y compartiendo con el
pueblo sus proyectos y sus preocupaciones mediante diferentes textos, como
por ejemplo, la Carta de Jamaica (1815) o el discurso de Angostura (1819). La
batalla final, ganada por su lugarteniente Sucre en 1824, le confirió el mérito de
la liberación de Latinoamérica.

Sin embargo, su imagen parece borrarse durante el transcurso del siglo


XIX y resurgir en el siglo XX, puesto que varias ideologías lo tomaron como
modelo: en 1930 representó una referencia para el fascismo italiano y fue, a
finales del siglo XX, inspirador a ciertas corrientes revolucionarias
latinoamericanas. En el siglo XXI la imagen de Bolívar parece haberse
desvanecido en Europa pero en América Latina su leyenda está todavía muy
presente y su discurso en Angostura es, todavía hoy, una referencia para
muchos.

Simón Bolívar sobresalió entre sus contemporáneos por su inteligencia,


voluntad y abnegación. Estas cualidades le permitieron combatir por la libertad
de varias naciones. A lado de José de San Martín, encabezaron movimientos a
favor de la emancipación de los territorios americanos.

Es cierto que, Bolívar ejerció el liderazgo de la empresa política "más


grandiosa que ha conocido la humanidad", pero el empeño de este hombre no
se agotaba en la aventura de destruir colonias y fundar patrias como quien
corona cordilleras. La mayor empresa de Bolívar fue precisamente aquélla en
que nunca triunfaría plenamente: la de construir repúblicas sólidas mediante la
edificación de un Estado fuerte y un sistema democrático liberal.

En su vertiente social y política, el estallido de la crisis de la sociedad


colonial venezolana permitió en su momento la maduración de un conjunto de
situaciones que merecen destacarse. En primer término, la guerra facilitó la
decantación de las llamadas "ideas francesas" hasta convertirlas en ideas
bolivarianas, es decir, en ideas nacionales.

Dicho de otro modo, las consignas de libertad, igualdad, fraternidad y


propiedad que alimentaban el ideario claramente burgués de la Revolución
Francesa fueron reelaboradas por la elite política que acompañaba a Simón
Bolívar, quien, al constatar las consecuencias sociales que había producido la
difusión de dichos postulados entre los esclavos, los mulatos y los indígenas,
encontró en el cuerpo de los militares republicanos al sector social que le
permitió cumplir con el doble propósito de crear una república independiente y,
al mismo tiempo, satisfacer las aspiraciones de los individuos integrantes de la
sociedad de ese momento con respecto a la libertad, la igualdad y la propiedad.

La figura de Simón Bolívar ha adquirido, de manera singular, una


dimensión extraordinaria. Aún hoy, a su pensamiento sobrevuela, con la
majestuosidad de los pesar del tiempo transcurrido desde su etapa vital,
cóndores del sur, por encima de las angustias y las esperanzas de los pueblos
que tuvieron noticia cercana de los hechos que él protagonizó: la liberación de
muchos territorios americanos de la dominación colonial española y el
planteamiento casi utópico de un proyecto de unidad continental que, por un
breve lapso de tiempo, se creyó como un sueño perfectamente posible.

De hecho, ese sueño de Bolívar, que comprendió desde el siglo XIX las
ventajas de la posición geográfica de nuestro istmo de Panamá, mantiene su
vigencia en múltiples formas y cada día parece recobrar una mayor relevancia.
Prueba de ello son los esfuerzos encaminados hacia la unificación de intereses
comunes que, desde hace algunos años han venido tomando forma a lo largo y
ancho de Latinoamérica.

Es así como hoy se puede hablar del Pacto Andino, del Grupo de Río o
del Mercado Común Suramericano, por una parte, y del Plan Puebla-Panamá,
hacia el centro y el norte del continente, por la otra. De esa manera, esta parte
del subcontinente recobra sus fortalezas, se hace consciente del valor de sus
recursos naturales y humanos.

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