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La Fiesta del Pésaj o Pascua Judía

Pésaj es la primera y más importante fiesta del calendario judío; comienza


el día de Nisán, y se celebra durante siete días (ocho en la diáspora), de los
cuales el primero y el último son días de reposo, y en los que está prohibido el
trabajo cotidiano. En ella se festeja la liberación del pueblo judío de la esclavitud
de Egipto obrada por Dios a través de Moisés.

El sacrificio del Cordero y los panes ácimos


El cordero pascual

La víctima debía ser "macho" (considerado la fuente de vida), "sin defecto" (a fin
de que sea aceptable a Dios), "de un año" (primicia), "lo guardaréis" (la separación
del rebaño como señal de santificación). (cf. Ex 12,5-6).

En lo sucesivo, el sacrificio del cordero de Pésaj se siguió celebrando cada año,


en recuerdo de aquel ofrendado en Egipto. (cf. Ex 12,14).

Los panes ácimos

A la repentina orden de salida se debe la tradición de los panes ácimos o Matzot,


que también caracterizan a esta fiesta: el tiempo no alcanzó para cocer en los
hornos el acostumbrado pan de cada día, sino que hubo que dejar la masa al sol
para que se cociera al calor de éste. Resultaron unas galletas chatas y sin
fermentar, en recuerdo de las cuales se come hasta el día de hoy, las tradicionales
matzot de Pèsaj durante los siete (u ocho) días de fiesta..

Por lo tanto “los panes ácimos que Israel come cada año en la Pascua
conmemoran la salida apresurada y liberadora de Egipto.”[2] La Fiesta de los
panes ácimos seguía a la de la Pascua, como se puede ver en Levítico 23,5.

Durante los siete días de la fiesta estaba prohibido comer pan con levadura,
porque la levadura era símbolo de corrupción y del pecado.

También “en la fiesta de los ácimos estaba significado Cristo como Pan de vida,
que no está sometido a la corrupción sino que, al contrario es germen de la vida
eterna “pues el que come este pan vivirá eternamente”(Jn.6,58)”

La fiesta de las primicias


La Fiesta de la Primicias es la fiesta en la que se ofrece una gavilla de los
primeros frutos. El Día de Resurrección es igual que la Fiesta de las Primicias del
Antiguo Testamento, que se celebra el día siguiente del primer Día de Reposo (el
primer domingo) que sigue a la Fiesta de los Panes sin Levadura. El Día de
Resurrección se originó de la fiesta en la que los israelitas traían al sacerdote una
gavilla por primicia de los primeros frutos y la mecían delante de Dios. Esta es la
razón por la que fue llamada Fiesta de la Primicias, en la que se ofrecen los
primeros frutos a Dios (Levítico 23:4-11).

En el tiempo del Antiguo Testamento, la Fiesta de las Primicias se guardaba


meciendo una gavilla como primicia de los primeros frutos delante de Dios, razón
por la cual también se le denominaba “la fiesta de la ofrenda mecida”, y como era
la época de cosechar cebada, también se le conocía como la “fiesta de la siega”
(Éxodo 23:16).

La fiesta de Pentecostés

Como la Pascua, la fiesta de Pentecostés tiene un origen judío.

Para el pueblo judío, Pentecostés (en hebreo, Shavuot) tiene lugar


cincuenta días después de la Pascua. Recuerda el momento en que Dios entregó
los Diez Mandamientos a Moisés. En el año agrícola, Pentecostés era la segunda
fiesta del calendario, la fiesta de la cosecha. Se celebraba cincuenta días después
de Pascua (Pesaj), que recordaba la salida de Egipto del pueblo de Israel. En
Pentecostés, los primeros frutos se ofrecían a Dios en ofrenda. La fiesta de
Pentecostés ponía término también a las festividades agrícolas.

Lentamente, se asoció a esta celebración el recuerdo de la transmisión de las


Tablas de la Ley a Moisés, es decir, la fundación de la religión judía. La fiesta de la
cosecha se convirtió, entonces, en la celebración de la Antigua Alianza entre el
Señor y su pueblo.

Como los judíos, los cristianos celebran Pentecostés cincuenta días después de
Pascua. Y si la Pascua es para ellos la conmemoración de la Resurrección de
Cristo, Pentecostés marca el momento en que el Espíritu Santo se posó sobre los
discípulos. En el día de Pentecostés ellos abrieron su inteligencia a la fe. Para los
cristianos, esto significa la alianza renovada entre Dios y su pueblo, una nueva
alianza. En otras palabras, para la Iglesia, Pentecostés constituye su «certificado»
de nacimiento.

La fiesta de los Tabernáculos


La fiesta de los Tabernáculos, o de las tiendas, era una de las tres grandes
solemnidades judías, que, si no había obstáculos graves, debían acudir al Templo
para celebrarla. Se recordaba la peregrinación de los hebreos por el desierto antes
de su instalación en la tierra prometida, y los muchos beneficios recibidos por Dios
en aquellos tiempos. Se levantaban tiendas por toda la ciudad. También era la
fiesta de la recolección, y se daba gracias a Dios por las cosechas. Duraba ocho
días, en octubre. Era una fiesta popular, con múltiples manifestaciones alegres y
gozosas, que, a menudo, acababan en excesos.
Día del Perdón Yom Kippur

Hebreo Yom Hakkippurim. Vulgata, Dies Expiationum, y Dies


Propitiationis - Levítico 23, 27-28)

Los ritos a ser observados en el Día de la Expiación están plenamente


expresados en el capítulo dieciséis del Levítico (cf. Exodo 30, 10; Levítico 23,
27-31, 25, 9; Números 29, 7-11). Es un ayuno muy solemne, en el cual no
puede tomarse ningún alimento durante todo el día y los trabajos serviles
están prohibidos. Es celebrado el día 19 de Tischri, que cae entre
Septiembre/Octubre. Pero la ceremonia distintiva del día es la ofrenda de dos
machos cabríos.

La Fiesta de Purim
La Fiesta de Purim, recuerda un episodio que constituye una
tragicomedia en la historia del pueblo judío. Unas veces se festeja en
febrero, pero otras veces cae en Marzo.
La historia del Purim esta relatada en los diez capítulos del Libro de
Ester.
Hay cinco libros de la Biblia, conocidos en el ritual de la sinagoga como
“rollos”, que son leídos en cinco fiestas. El Cantar de los cantares es leído en
Pesach, el libro de Rut en Shavuot, las Lamentaciones en Tisha Beav,
Eclesiastés en Sucot, y el libro de Ester en Purim.
El nombre Purim es el plural hebreo de una voz persa, pur (“rifa” o
“sorteo”) y se lo menciona varias veces en el Libro de Ester (3,7 y
frecuentemente a fines del capítulo noveno).

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