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Las universidades en el siglo XXI deben adaptarse a las nuevas necesidades y demandas de la sociedad digital. Deben ofrecer una educación basada en el desarrollo de habilidades analíticas y el manejo de diversos conocimientos, más que la especialización en un solo campo. Asimismo, deben incorporar rápidamente nuevos currículos acordes a las competencias requeridas y fomentar en los estudiantes la capacidad de aprender y usar el conocimiento de forma independiente.
Las universidades en el siglo XXI deben adaptarse a las nuevas necesidades y demandas de la sociedad digital. Deben ofrecer una educación basada en el desarrollo de habilidades analíticas y el manejo de diversos conocimientos, más que la especialización en un solo campo. Asimismo, deben incorporar rápidamente nuevos currículos acordes a las competencias requeridas y fomentar en los estudiantes la capacidad de aprender y usar el conocimiento de forma independiente.
Las universidades en el siglo XXI deben adaptarse a las nuevas necesidades y demandas de la sociedad digital. Deben ofrecer una educación basada en el desarrollo de habilidades analíticas y el manejo de diversos conocimientos, más que la especialización en un solo campo. Asimismo, deben incorporar rápidamente nuevos currículos acordes a las competencias requeridas y fomentar en los estudiantes la capacidad de aprender y usar el conocimiento de forma independiente.
Las Universidades en el mundo juegan un papel importante en la evolución y
desarrollo de la humanidad a lo largo de los años. Las universidades en el mundo entero tienen la responsabilidad de generar conocimiento, difundirlo y evaluar su impacto en la sociedad, en los términos de contribución en el desarrollo científico y tecnológico del país. Para el cumplimiento de su misión y visión, las Universidades del siglo XXI esta dando pasos agigantados, ahora que la comunicación es en tiempo real y en cualquier parte del mundo. Hoy en día el conocimiento es un recurso indispensable para todos los estudiantes y a su vez las instituciones tienen la obligación de crear una nueva educación en base a esta era digital. Una educación que debe estar conforme a las nuevas necesidades y demandas sociales, en especial las Universidades cumplir con esos objetivos. El reto en este siglo debe ser el cambio y la diversificación, para que el egresado sea un profesional que se defienda y desenvuelva en un trabajo o área específica de estudio e ingresar al mercado de trabajo con las aptitudes y actitudes propias que esta sociedad necesita. Para adaptarse, las universidades tienen que ser ellas mismas fuentes de información y en las responsabilidades de enseñanza-aprendizaje unido de la mano con las nuevas leyes. La universidad es una entidad con un fuerte componente territorial que es bien evidente. Por otro lado, toda sociedad actual esta globalizada e interconectada. La nueva era de la información ha generado una nueva clase de profesional que no se caracteriza por su especialización en un área específica de conocimiento, sino por el manejo de diversas habilidades analistas que uno va adquiriendo. Las nuevas necesidades son claras en la sociedad y el conocimiento que se debe utilizar para que la formación y el desarrollo en las competencias sean las más adecuadas y es necesario que se introduzcan rápidamente en el currículo, si se desea un mejor empeño entre las sociedades y la oferta de la Educación Superior. La unión de estos desarrollos formaría aspectos positivos hacia un estudiante para adquirir y usar el conocimiento de forma independiente y autónoma, con una perspectiva amplia de la realidad, con capacidad de liderazgo y al mismo tiempo con la posibilidad de transmitirla de forma integral a las diferentes disciplinas de trabajo. La universidad debe brindar y dar conocer todas las herramientas necesarias para que un estudiante pueda cumplir con las siguientes características o aspectos: El desarrollo de la imaginación, la creatividad, la competencia en la investigación, el liderazgo y el trabajo en equipo. En conclusión, para cumplir con una educación basada en el siglo XXI, se debe contar con planes de estudio dedicados a la vanguardia e innovación, el docente debe hacer pensar, tiene que conmover, emocionar, remover o provocar al estudiante. El docente debe despertar el deseo de los alumnos a que aprendan, que se apropien del conocimiento, que sean creativos y piensen en nuevas ideas y que sean personas de impacto positivo en la comunidad. Todo ello acompañado y facilitado por el motor que es la tecnología.