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El sofista era admirado por sus conocimientos en retórica, que enseñaba en las ciudades griegas

con unas tarifas muy elevadas, pero algunos lo miraban con un gesto de aquiescencia que conlleva
la intención de ignorar, las personas mas interesadas frecuentaban ir a este sitio apersonas que
vienen a pagar con el oro del Rey el frenesí oratorio que enloquece al pueblo.

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