DOMINGO 8 DE JUNIO DE 2008 No.

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a reciente incursión de campesinos

Tierras de Santiopan
L poblanos con armas largas en tie-
rras del suroriente del estado de
Morelos, sucedida el pasado jueves 29 de
◆ Dr. Paul Hersch Martínez ◆
mayo, amerita algunas reflexiones, que no
se agotan, por supuesto, en las líneas que
siguen. Ese día, varios centenares de cam-
pesinos procedentes del municipio de Jo-
lalpan, ubicado en el extremo suroccidental
de Puebla, se internaron en tierras de San-
tiopan, en Tlaquiltenango, el municipio
morelense más extenso de Morelos. De
acuerdo con las notas periodísticas, los
poblanos fundamentan derechos sobre
esas tierras apoyándose en títulos que da-
tan del virreinato… al tiempo que los po-
bladores morelenses en la zona se recono-
cen escasos en número como para enfren-
tar al grupo procedente del vecino estado
(Alvarez, 2008; Barberi, 2008).
Sin la pretensión de abundar aquí en la
escasa respuesta que ha recibido la situa-
ción por parte del gobierno del estado de
Morelos y en la indiscutible necesidad de
proteger a los agredidos y sus derechos,
¿qué es lo que enfrentan en realidad ambos
grupos? ¿qué denota esta situación?
Empiezan apenas las lluvias en la zona,
lluvias inciertas, irregulares, caprichosas.
Luego de derribar cercas e iniciar el des-
monte, la pretensión confesa de los jolalpe-
ños es la de preparar y sembrar las tierras,
en un contexto nacional actual de progresi-
vo abandono forzado de la labranza tradi-
cional en aquellas vastas regiones de nues-
tro país donde es más aguda la crítica situa-
ción de la agricultura de temporal. En am-
bas vertientes de esa olvidada colindancia
interestatal entre el sur de Morelos y Gue-
rrero se vive, como en tantas otras regio-
nes del México rural y también urbano, una
importante expulsión de mano de obra cam- Casa campesina en la comunidad de Las Pilas, Jolalpan, colindante con Santiopa. Nótese la pieza tallada de piedra, de origen
prehispánico, en el basamento.
pesina, buena parte de ella destinada a los
Estados Unidos. Y en este contexto, emer- cuando se diseñó el tratado de libre comercio de América del prendedores ex migrantes morelenses o poblanos, haciendo acá lo
ge un título virreinal expedido en 1545, año Norte: la sistemática sangría de migrantes mexicanos hacia los allá aprendido, inspirados a su vez en la comida de otros migrantes
de la fundación del pueblo de Jolalpan a Estados Unidos y el abandono progresivo de un modelo de con iniciativa, más clásicos y cosmopolitas, italianos o chinos.
partir de diversos asentamientos, un título agricultura que constituye una expresión, a su vez, de toda Pero regresemos a Santiopa o Xantiopan. El nombre de
confirmado entre los años 1768 a 1772 y una cultura y un proceso civilizatorio. esa población, cuyos terrenos orientales son motivo de la in-
rescatado por los comuneros hace medio Acerquémonos a la cabecera municipal de Tlaquiltenango en vasión referida, muy posiblemente proviene de Centeupa, co-
siglo (García, 1991). Morelos o a la también morelense ciudad de Axochiapan, que es el munidad de habla náhuatl, una de las unidades políticas rele-
Así, como recurso justificatorio en el centro urbano de referencia comercial y de servicios de los munici- vantes en esa misma región en el momento del contacto con
diferendo, un documento que proviene pios de Teotlalco y de Jolalpan, ubicados en el extremo surocci- los españoles al iniciar la década de 1520. Comunidad aledaña
de la época colonial española irrumpe hoy dental del estado de Puebla. Las sencillas agencias de viajes anun- y aún más importante políticamente era la de Teutlalco (Teot-
en ésta mal disfrazada época colonial ac- cian en sus paredes, al lado de aviones rústicamente dibujados, lalco), cabeza de la jurisdicción ubicada en lo que hoy es el
tual, caracterizada entre otras cosas por sus destinos en “Mahatan”, “Miniapolis”, Chicago, “Neu Jersey” estado de Puebla pero muy cercana a Ayoxochiapa, hoy Axo-
dos procesos que hoy sabemos estaban o Los Angeles, entre otros tantos, al tiempo que nos topamos con chiapan en Morelos; Teotlalco, pueblo incluso visitado por el
perfectamente previstos y calculados pizzerías o con fondas que ofrecen chop suey, instalados por em- A página 3
 II
“La Parota”: Ejemplo de arquitectura
palaciega del Posclásico Mesoamericano
Llegada de los tlahuicas y fundación
de “La Parota”
e acuerdo con las fuentes del siglo
D XVI dentro de los grupos que mi-
graron hacia el altiplano Central en
el periodo Posclásico Medio (1150—1350)
se encuentran los de habla Náhuatl. Como
resultado de la presión tepaneca en el Nor-
te de la Cuenca de México, hacia el año
1220dC, los grupos chalcas, tepanecas y
acolhuas ocuparon el Sur del territorio; así
mismo, los xochimilcas ocuparon también
la parte Noreste del estado de Morelos. Los
tlahuicas fueron el antepenúltimo grupo
que entró a la cuenca de México, pero al
encontrarla ocupada, continuó su migra-
ción hacia el estado de Morelos, conquis-
tando así los señoríos de Cuauhnáhuac y
Huaxtepec, y fundando otros dos señoríos,
el de Yautepec, y Yacapichtlán (Yecapixt-
la). La ocupación de la zona caliente por
parte de los Tlahuicas les permitió dispo-
ner de recursos como el amate y el algodón,
fundamentales para las elites gobernantes
de todos los grupos mesoamericanos. Lo
que originó que su territorio fuera ambicio-
nado por todos los estados emergentes del
altiplano central. Es muy probable que el
Sitio Arqueológico de la Parota comience
su ocupación en este momento.
El Sitio Arqueológico de la Parota
El sitio arqueológico de La Parota se en-
cuentra en el área que ha sido definida como
el “Glacis de Buenavista”, al Poniente del
Estado. El Glacis de Buenavista está forma-
do por una serie de lomeríos, separados por
cañadas, que corren en dirección Norte –
Sur, que van desde la elevación del Cerro “El
Mirador” a los bordes de Tetlama, con una
extensión de18km en dirección Norte – Sur y
8km en dirección Este – Oeste. (Figura 1). El
origen de este paisaje es consecuencia de su
formación geológica, la cual está compuesta
por la sedimentación de cenizas y lodos de
erupciones de los volcanes del Chichinau-
tzin y a la cual los geólogos le llamaron for-
mación Andesita Zempoala.
La parte alta de estos lomeríos es donde
se encuentra la gran ocupación tlahuica que
ocupa prácticamente la totalidad del Glacis,
de tal manera se tiene en el registro más de 70
asentamientos. Este gran número de asenta-
mientos se observa como un continuo de
áreas habitacionales, limitando centros polí-
ticos y religiosos. Las áreas habitacionales
estaban compuestos por un gran patio, que
pudo haber funcionado como huerta delimi-
tado por una barda y al centro tenía una es-
tructura con uno o dos cuartos. El centro
cívico religioso estaba formado por grandes
plataformas que funcionaron como palacios,
así como basamentos piramidales sobre los
cuales se encontraban los templos, forman-
do plazas donde se llevaban a cabo las cere-
monias comunitarias. En los límites Este y
Oeste a lo largo de las lomas se cultivó el
maíz. Como ejemplo, el sitio arqueológico de
La Parota es un claro ejemplo de este patrón
de asentamiento. De su centro cívico religio-
so aún se conservan cuatro montículos, sien-
◆ Arqlgos. Giselle Canto Aguilar, Jaime Francisco Reséndiz Machón ◆
Vista del Tecpan, tomada desde el Noroeste.
do la estructura del palacio la principal (figu-
ra 2). Estos cuatro montículos están forman-
do una plaza de la cual el palacio está ocu-
pando el costado Norte.
Hacia 1350 el área del Glasis quedó suje-
ta al señorío de Cuauhnáhuac. Hacia 1438
la Triple Alianza conformada por Tenochti-
tlan, Texcoco y Tlacopan conquistaron los
señoríos tlahuicas, incluyendo al sitio de
La Parota. Finalmente la conquista realiza-
da por los Españoles en 1521, llevó al aban-
dono del área del glacis. Es importante re-
saltar que en el momento de la capitulación
de los tlahuicas, de acuerdo con las fuen-
tes, el señorío de Cuauhnáhuac tenía un
total de veintisiete señoríos o Altépetl su-
jetos. De estos, veinticinco son poblacio-
nes que actualmente existen y dos se des-
conoce dónde se ubicaban en el momento
de la conquista. Éstos eran los señoríos de
Molotlán y Ocpayucan. De tal manera, es
muy probable que el Altépetl que se encon-
traba en La Parota, tuviera por nombre en
época prehispánica uno de estos dos.
El Palacio de La Parota, estructura
de gobierno de un Altepetl
De los cuatro montículos que forman el asen-
tamiento de La Parota, sólo se ha explorado
parcialmente uno de sus montículos, que
por sus características arquitectónicas re-
sultó ser el un Palacio o Tecpatl (casa de
piedra). En este lugar era donde habitaba el
Tlatoani con toda su familia, sus diferen-
tes esposas, y algunos familiares cercanos.
También era el lugar en el que se reunían
los Jueces y el consejo gobernante, donde
se recibía a las embajadas de otros Altepetl.
Así mismo era el lugar en el cual se reunía el
tributo de los Calpulli y se enviaba al Se-
ñorío de Cuauhnáuac. De tal manera, este
edificio es representativo de la arquitectura
civil durante el Posclásico.
Para poder definir la función de la es-
tructura, fue contrastada con otras estruc-
turas habitacionales exploradas en varios
sitios del posclásico en el estado de More-
los. La mayoría de las estructuras habita-
cionales son un conjunto de pequeños cuar-
tos que pueden desplantar o no en una pla-
taforma muy baja. Son cuartos que tienen
una planta rectangular de entre 6 y 20m2 y
cuya plataforma podía medir entre los 20cm
y 1.20m de altura. En muchos casos la cons-
trucción de mampostería se limitaba a la pla-
taforma y el arranque de los muros, mien-
tras que, el resto de la estructura se realiza-
ba con materiales perecederos, tales como
el adobe y el bajareque. La cubierta era sen-
DOMINGO 8 DE JUNIO DE 2008
cilla, con un sistema de viguería sostenida
por postes o los muros dependiendo de la
calidad de los mismos. Por el contrario, la
estructura excavada en la Parota tuvo en su
momento de mayor tamaño una superficie
de cuando menos 2400m2. La plataforma en
la cual se construyó tuvo una altura dife-
rencial que va de los 50cm a los 2m de altu-
ra, adaptándose a la forma del terreno y lo-
grando formar un espacio nivelado con la
extensión antes mencionada. Contó con
por lo menos seis habitaciones unidas por
un patio central, que probablemente fun-
cionó como patio de iluminación para los
cuartos. Así mismo tuvo un cuarto o tem-
plo con una plataforma que estaba sobre la
plataforma principal. Los muros del palacio
fueron construidos con una técnica que
consiste en dos cuerpos de mampostería
que conforman los paramentos del muro.
Entre estos paramentos se colocó un relle-
no de piedra sin trabajar cementada con
lodo. Por encima de los muros y los pisos
se le dio un terminado con un enlucido de
cal, que en algunos puntos recibió una capa
de pintura roja. Por lo que respecta a las
cubiertas del palacio, a diferencia de la ma-
yoría de las estructuras habitacionales, re-
cibió una cubierta plana, realizada con una
loza de cal y tezontle soportada por un sis-
tema de vigas, traviesas y tarugos de ma-
dera (Figura3). El acceso principal del pala-
cio desafortunadamente no ha podido ser
explorado, ya que se encuentra en un terre-
no privado y ha sufrido constantes y re-
cientes mutilaciones; sin embargo, contó
con por lo menos dos accesos secundarios
para los servicios que esta estructura re-
quería. Todos estos elementos arquitectó-
nicos, son los que permiten definir a la es-
tructura principal de la Parota como una
estructura residencial de elite, o si se pre-
fiere, como un palacio (Figura 4).
Secuencia constructiva
Con base en las evidencias encontradas en
las exploraciones, el palacio es producto de
cuando menos tres etapas constructivas.
En una primera etapa, el palacio estaba
compuesto por dos estructuras separadas,
la plataforma que se encuentra al Suroeste
y la esquina Noreste que actualmente se en-
cuentra parcialmente excavada. Al parecer el
palacio en ese momento se encontraba en la
plataforma suroeste y tenía una extensión de
una cuarta parte de la que actualmente pre-
senta. La plataforma de la esquina Noroeste
al parecer estuvo dedicada a actividades cí-
vico-religiosas de tipo público, tal vez un
templo o una gran plataforma.
La primera modificación consistió en la
unificación de estas dos estructuras con la
construcción de la esquina Noroeste del
palacio, así como la ampliación que se ob-
serva en la cara Norte del mismo. De tal
manera, las dos estructuras originales for-
maron una sola unidad, extendiendo el área
de habitaciones al doble y uniendo el área
de culto a la parte habitacional.
La siguiente etapa constructiva, repre-
sentó un cambio en la altura de la estructu-
ra, pero sin modificar, al parecer, su planta
original. Muy probablemente se derribaron
las cubiertas y la parte alta de los muros de
la segunda fase constructiva, reutilizándo-
se éstos como cajones constructivos en los
cuales se colocó un relleno. Sobre este re-
lleno se construyó el tercer palacio colo-
cando nuevos muros y evidentemente nue-
vas cubiertas. Este relleno fue el que permi-
tió conservar los elementos que formaron
la segunda etapa constructiva del palacio y
que son los que actualmente se exponen.
Así mismo, en este relleno que se encontra-
ba debajo del piso de la última ocupación,
se realizó una gran cantidad de entierros
producto de los decesos naturales de los
pobladores del palacio, así como de los sacri-
ficios realizados por la casta dirigente y que
serán descritos en un artículo posterior.
Abandono del Altépetl de “La Parota”
Por lo que se puede apreciar en el contexto
arqueológico, el Tecpan o palacio, fue aban-
donado en el momento de la conquista, sin
que se encontrasen materiales asociados a
una ocupación colonial. Por lo tanto, a fina-
les del siglo XVI esta población debió des-
aparecer por completo a consecuencia de los
enormes cambios ocasionados por la con-
quista. Tal vez la mayor parte de la población
fue víctima de las plagas traídas por los espa-
ñoles, que diezmaron la población. Quizás
Hernán Cortés, como autoridad del marquesa-
do, decidió que este Altépetl se encontraba de-
masiado lejos de las principales rutas de comu-
nicación y decidió que lo mejor era congregar a
los habitantes en otros Altépetl. Tal vez el aban-
dono del sitio fue producto de varios de estos
factores. Muy probablemente la población tuvo
que dirigirse a una de las dos poblaciones
más importantes del área, ya fuera Acatlipa o
la propia capital Cuauhnáhuac.
Reconstrucción hipotética del tecpan
de La Parota.
 DOMINGO 8 DE JUNIO DE 2008 III
DE PAGINA 1 campesina en similar reacción que generan en varias zonas rurales de Guerrero y
Tierras de Santiopan Puebla los cambios de horario decretados fuera de la región: en Jolalpan se distin-
protomédico toledano Francisco Hernández en sus viajes exploratorios dedicados al guen dos horarios diferentes: la “hora de Dios” y la “hora loca”. Las campanas de las
estudio de la flora medicinal en la Nueva España, llegó a ser anexada por un tiempo iglesias anuncian la hora de Dios, que es la que siguen los pájaros, no la prescrita
a la alcaldía mayor de Chiautla, colindante al oriente, hoy Chiautla de Tapia, “la perla gubernamentalmente para ahorrar energía o para adecuar la economía nacional a las
de la Mixteca Poblana”; la liga principal de Teutlalco era justamente al sur, con las bolsas de valores foráneas.
comunidades de Xolalpa, Teutla y Mitepec (Gerhardt, 1986). Estos tradicionales límites de tiempo y de espacio, que persisten rebeldes al cambio,
Jolalpan sigue siendo un área relevante de abasto comercial de resina de copal y lo ha parecieran proyectarse territorialmente, en el caso que nos ocupa, a la antigua colin-
sido de plantas medicinales durante muchos años (Hersch, 1996). Las dos vías preponde- dancia reconocida entre los antiguos obispados de Tlaxcala y de México, enmarcan-
rantes de salida de esos productos desembocan justamente al estado de Morelos: Axo- do hoy una confrontación que puede incluso negarse (García y Barberi 2008) o
chiapan y la feria de cuaresma de Tepalcingo. Sin embargo, la región ha sido afectada por interpretarse como un asunto banal, como un problema aislado, provocado por la
la sobrecolecta de especies silvestres, al grado que el mismo desabasto y también de mera ocurrencia de unos violentos vecinos, como un atropello que ciertamente no
manera refleja las autoridades comunales y municipales han ya limitado esa actividad y quisiéramos sufrir en nuestra propia vivienda. Sin embargo, éstos límites en litigio
ahora las áreas de procedencia principales de algunas plantas sobrecolectadas como las nos hablan a su vez de la confrontación entre precariedades llevadas justamente a límite.
quinas, la cancerina o el cuachalalate se encuen- Se trata en otras palabras, sin ánimo de jus-
tran en otros municipios colindantes o remotos. tificar el proceder de nadie, de no soslayar la
Ahora bien, Jolalpan no tiene solamente un realidad de una violencia estructural cotidia-
diferendo de tierras limítrofes interestatales. En na, vivida por buena parte del campesinado
contraste con lo que sucede en la frontera occi- nacional, eludida mediante el conocido recur-
dental de ese municipio, donde su poblado de so de subrayar la naturaleza aislada y local de
Las Pilas colinda con el morelense de Santio- una transgresión que pareciera gratuita u ocu-
pan, al sur, en el límite de Jolalpan con el esta- rrente, cuando constituye una burda expresión
do de Guerrero, ha existido por años otra pug- más de una política de abandono gubernamen-
na por tierras de cultivo; sin embargo, habien- tal de todo un sector de la población del país,
do tenido anteriormente alcances graves, cuan- que es lo que constituye el verdadero factor
do llegó a acarrear la muerte de campesinos de de transgresión social y económica subyacente
ambos municipios, la intensidad de la confron- en éste tipo de conflictos.
tación entre la comunidad poblana de Mitepec Las comunidades enfrentadas en la zona limí-
y la guerrerense de Temalac en el municipio de trofe que nos ocupa, al margen de mojoneras o
Atenango del río, ha disminuido sustancialmen- de representaciones cartográficas, se encuentran,
te. La paradoja es que la creciente salida de a pesar de la grave incursión armada de una de
migrantes desde Temalac fue justamente el prin- ellas en la otra, hermanadas. Hermanadas por su
cipal factor que aminoró la presión sobre esas historia relativamente reciente, pues esas colin-
tierras en litigio, las cuales pueden ahora ser tra- dancias fueron áreas de activa presencia zapatis-
bajadas por campesinos de Mitepec sin graves ta y luego jaramillista que nunca se confinó a
consecuencias y en relativa calma. Morelos; se encuentran hermanadas por carac-
En realidad, los conflictos limítrofes entre terísticas fisiográficas compartidas, donde figura
Morelos y Puebla no son nuevos ni se reducen una vegetación que tira sus hojas durante toda la
a poblaciones de Tlaquiltenango y Jolalpan; temporada seca y que brota luego apurada, por-
abarcan a otras comunidades y municipios, tentosa y verde en los escasos meses de lluvias;
siendo una muestra de ello el caso de la comu- hermanadas están al pervivir en un territorio casi
nidad poblana de San Marcos Acteopan, inva- siempre muy caliente y muy seco, de cerros ári-
dida en 1999 por campesinos morelenses pro- dos y agua escasa; hermanadas por la existencia
cedentes de Tetelilla, Tenango y San Antonio de antiguas explotaciones mineras: de un lado el
La Esperanza, lo que motivó en esos años la mineral de Huautla y del otro, el mineral de Tlau-
formación de una Comisión Mixta de Límites cingo; hermanadas, en fin, por la precariedad eco-
Morelos-Puebla; de hecho, Morelos ha tenido nómica y política actual, por la deliberada expul-
conflictos limítrofes también con el estado de sión de mano de obra campesina, y por la caren-
México, con Guerrero y el Distrito Federal, re- cia de un proyecto de país donde quepan nues-
gistrados por la Comisión Estatal de Límites tros campesinos dignamente.
Territoriales. Sin embargo, ya desde entonces
se reconocía que los conflictos interestatales La jurisdicción de Teutlalco y su colindancia con el actual estado de Morelos Algunas Referencias
más riesgosos de Morelos se sitúan precisa- en la época colonial española. El número 21 corresponde a la jurisdicción Álvarez, E. “Se agrava conflicto territorial en
de Cuautla de Amilpas; el 22 a la de Cuernavaca y el 29 a la de Chilapa.
mente con las comunidades del estado de Pue- La línea punteada corresponde al límite entre los obispados de México y de Santiopan”, Síntesis, junio 2, 2008 (http://
bla, “en virtud de que pertenecen a la parte de Tlaxcala (Gerhadt, 1986:319). puebla.sintesisdigital.net/
mayor marginación”, afirmándose hace ya casi diez index.php?mod=article&cat=
años que “en tanto no se resuelva la conflictiva social agraria, la línea limítrofe que existe Municipios&article=24698), Puebla.
en el territorio de los conflictos no podrá ser delimitada” (Miranda, 1999). Barberi, H. “Invadidos de Santiopan piden presencia de Adame”, La Jornada de More-
Ahora bien, en entrevista con doña Isabel Castillo, en la versión jolalpeña de los los, junio 1 de 2008 (http://www.lajornadamorelos.com/noticias/primera-plana/10-prime-
hechos se refiere que hace algunas semanas, los campesinos poblanos hallaron, r a - p l a n a / 6 3 8 0 8 - i n v a d i d o s - d e - s a n t i o p a n - p i d e n - p r e s e n c i a - d e - a d a m e -
cercados con alambre, terrenos correspondientes al municipio de Jolalpan en el ?e3bd6c93d11e6a668420a2c5b129b323=f71cfaaf3d3821ef2b4e08fbfc00ea21).
paraje de Las Garzas, refiriendo: “los que llegaron son de Morelos y agarraron terre- Duverger, C. 2005. La flor letal. Economía del sacrificio azteca. México: Fondo de Cultu-
no por parte de Puebla”, así que fueron al lugar y “despegaron todo el alambre que ra Económica.
metieron los de Santiopa”. García, M.A. y H. Barberi, “Niega gobierno invasión; piden presencia militar”, La Jorna-
Como quiera que sea o “haiga sido”, un punto de anclaje de los jolalpeños en su da de Morelos, 3 de junio de 2008 (http://www.lajornadamorelos.com/noticias/primera-
incursión es no sólo una memoria apergaminada que aún cuando controversial o plana/63902?task=view).
discutible, debe ser motivo de referencia para comprender mejor el diferendo que García, F. 1991. “Cuando los caciques pierden, arrebatan”, México Indígena, 32:49-55.
nos ocupa: cabe referir otro factor de índole cultural: la empecinada costumbre de Gerhardt, Peter. 1986. Geografía histórica de la Nueva España 1519-1821. México:
disponer de terrenos para la siembra ahí donde se han dejado de cultivar, lo que en UNAM.
épocas antiguas era considerado como una medida legítima. pues todo macehualli Hersch, P. 1996. Destino común: los recolectores y su flora medicinal. México: INAH.
tenía derecho a una parcela, que sin embargo podía serle retirada si dejaba de culti- Miranda, J., “Se reunieron autoridades de Puebla y Morelos, donde campesinos disputan
varla por tres años consecutivos (Duverger, 2005). 5 mil 304 hectáreas, desde 1928”, El Universal, noviembre 7, 1999. (http://
El diferendo que nos ocupa resulta a su vez una expresión indirecta de resistencia www2.eluniversal.com.mx/pls/impreso/noticia.html?id_nota=3075&tabla=estados).

NOTA
◆ El contenido de los artículos que se publican es responsabilidad de sus autores
 IV
Difusión Centro INAH Morelos
a fotografía es la evidencia,
L ya sea impresa o digitaliza
da, de nuestra historia; en
ella se plasman aspectos de la vida
cultural, social y política de un lu-
gar. Conociendo ese valor que la
imagen tiene como patrimonio cul-
tural, el Instituto Nacional de An-
tropología e Historia cuenta con
el acervo fotográfico más grande
del país con más de novecientas
mil imágenes que abarcan alrede-
dor de ciento sesenta años de la
vida en México. El material de la
Fototeca Nacional, localizada en
la ciudad de Pachuca, contiene
diversos temas referentes a la fo-
tografía misma, así como a múlti-
ples disciplinas y especialidades.
También el INAH, cuenta con
el Museo de la Fotografía, ubica-
do en parte de lo que fue el con-
vento de San Francisco, donde se
puede ver gran parte del acervo
de la Fototeca Nacional.
Pero, a nivel regional, el Insti-
tuto Nacional de Antropología e
Historia, también posee Fototecas
en otros estados, como es el caso
PATRIMONIO CULTURAL
EN IMAGENES
Las fototecas: Un resguardo de nuestra memoria
◆ Vianey C. Arroyo ◆
de la Fototeca Juan Dubernard del de Habsburgo, hoy Jardín Etno-
Centro INAH Morelos, la cual fue botánico y sede del Centro
fundada en 1995 para salvaguar- INAH Morelos.
dar y recopilar los archivos foto- La Fototeca Juan Dubernard
gráficos de este Centro. La obra realiza exposiciones dentro y fue-
que a la fecha conforma 25 fondos ra del estado, lo mismo que apoya
fotográficos va del año 1900 a en trabajos de investigación a
nuestros días. En ella se incluyen quien lo requiera tanto de la pro-
los trabajos de investigación y
proyectos que se llevan a cabo al
interior del Instituto, así como do-
naciones de particulares.
La Fototeca Juan Dubernard
pertenece al SINAFO (Sistema
Nacional de Fototecas) y su fun-
ción es: registrar, catalogar, con-
servar y difundir el Patrimonio
Cultural Gráfico del Estado de
Morelos. Se encuentra al interior
de lo que fuera la Villa Olindo o
casa de descanso de Maximiliano
Calle Matamoros en Acapantzingo a principios del siglo XX. Antigua finca de Maximiliano de Habsburgo
(Hoy sede del Centro INAH Morelos). Archivo Fototeca Juan Dubernard.
El Centro INAH Morelos
El Jardín Etnobotánico
El Museo de Medicina
Tradicional y Herbolaria
y La Sociedad de Amigos
del Jardín Etnobotánico A.C.
Invitan
a Informes : Tels: 3 12 31 08 3 12
La Caminata Arqueobotánica
en la Sierra de Montenegro.
Sábado 14 de junio
10-14 hrs
Expositores: Biólogo Héctor Ló-
pez Flores y Arqueóloga Giselle
Canto Aguilar
A través de esta caminata cono-
Director General INAH: Consejo Editorial: Ricardo Melgar Bao, Lizandra Patricia Salazar Goroztieta, Jesús
Alfonso de María y Campos Castelló. Monjarás-Ruiz, Luis Miguel Morayta Mendoza y Bárbara Konieczna Zawadzka
Coordinador Nacional de Difusión INAH:
Benito Adolfo Taibo Mahojo.
Director Centro INAH Morelos:
Eduardo López Calzada
Subdirector Técnico Centro INAH Morelos:
Eduardo Sigler Islas Matamoros 14, Acapantzingo. Correo electrónico: vianey_contreras@inah.gob.mx
DOMINGO 8 DE JUNIO DE 2008
pia institución como al público en
general. En este año será anfitrión
del Primer Encuentro Regional de
Fototecas que se llevará a cabo los
días 19 y 20 de junio en el Museo
Regional Cuauhnáhuac, donde se
presentarán conferencias magis-
trales, dos mesas redondas, una
cerás algunas características
de los asentamientos prehispá-
nicos de esta zona y el valor et-
nobotánico de algunas especies
de la Selva Baja Caducifolia.
Cupo limitado
Maximiliano en Acapantzingo
Jueves 19 de junio
10-12 hrs
Expositor:
Historiador Carlos Barreto Mark
Conocerás cómo fue que
Maximiliano de Habsburgo
Coordinación: Vianey C. Arroyo
Formación: Arturo Mendoza Vázquez
exposición fotográfica y una pre-
sentación editorial. El objetivo de
un encuentro de esta naturaleza
es propiciar la reflexión y el inter-
cambio de experiencias en relación
a la recuperación, manejo y difu-
sión de los archivos fotográficos.
La memoria de nuestro pue-
blo está viva en las imágenes
que se conservan en la fotote-
cas, las cuales dan “a la luz pú-
blica” todo el saber familiar, re-
gional, municipal, estatal y na-
cional en imágenes de todos los
tiempos, a través de la mirada de
artistas y aficionados que han
ido sumando y enriqueciendo
nuestro patrimonio cultural.
incidió en la fundación del es-
tado de morelos y el valor ar-
quitectónico de su casa impe-
rial en Acapantzingo
Entrada Libre
59 55 3 14 40 48 ext. 102
Correo:
jardin.mor@inah.gob.mx
O directamente en las oficinas
del Centro INAH Morelos.
Matamoros 14. Colonia
Acapantzingo. Cuernavaca,
Morelos