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Sentencia T - 242/22
Asunto:
Acción de tutela interpuesta por Álvaro Uribe Vélez en contra de Daniel Mendoza Leal.
El señor Álvaro Uribe Vélez presentó acción de tutela en contra del señor Daniel Mendoza
Leal, por considerar vulnerados sus derechos fundamentales a la honra, buen nombre,
presunción de inocencia y dignidad humana. Lo anterior, debido a que en la serie
“Matarife: un genocida innombrable” el accionado lo califica de “genocida”, “paramilitar”
y “narcotraficante” y asegura que es dueño de un aparato organizado de poder, por medio
del cual supuestamente lleva más de 30 años ejecutando múltiples crímenes y graves
violaciones de derechos humanos. Estas afirmaciones habrían sido ampliamente publicadas
y difundidas por el señor Mendoza Leal en la cuenta de Twitter @ElQueLosDELATA y
otras redes sociales. En criterio del accionante, estas afirmaciones vulneran sus derechos
fundamentales porque: (i) son abiertamente falaces y difamatorias, (ii) constituyen
discursos de odio que incitan a la violencia y (iii) dada su reiterada y sistemática
publicación y divulgación en internet y redes sociales, configuran un escenario de
ciberacoso y hostigamiento. El señor Mendoza Leal solicitó declarar la improcedencia de la
acción de tutela. En subsidio, argumentó que no ha vulnerado los derechos fundamentales
del accionante porque las afirmaciones cuestionadas están amparadas por la libertad de
opinión y la libertad de creación y expresión artística. El 31 de julio de 2020, el Juzgado
Veintinueve Municipal de Bogotá negó el amparo, al considerar que el accionante no había
agotado el requisito de rectificación previa y no había solicitado el retiro de las
publicaciones ante las plataformas respectivas. Corresponde a la Sala revisar este fallo de
tutela.
Decisión:
3. Ordenar al señor Daniel Mendoza Leal que, en el término de cinco (5) días contados a
partir de la notificación de esta providencia, lleve a cabo las rectificaciones ordenadas en la
presente sentencia conforme a los parámetros descritos en la sección “7. Remedios y
órdenes”.
4. Ordenar a la Asociación Creative Bullets que facilite a Daniel Mendoza Leal el acceso a
las plataformas de difusión de la serie “Matarife: un genocida innombrable” y la cuenta de
Twitter @ElQueLosDELATA para que proceda a realizar la rectificación ordenada en la
presente sentencia.
5. Ordenar al señor Mendoza Leal que, en lo sucesivo, cumpla con las cargas de veracidad
e imparcialidad previstas por el artículo 20 de la Constitución Política y la jurisprudencia
constitucional cuando ejerza la libertad de información y de prensa.
6. Por medio de la Secretaría General, LIBRAR las comunicaciones de que trata el artículo
36 del Decreto 2591 de 1991, para los efectos allí contemplados.
Argumentos:
El señor Uribe Vélez sostuvo que los mensajes publicados por el accionante en sus redes
sociales y en la serie “Matarife: un genocida innombrable” vulneran sus derechos
fundamentales a la dignidad, honra, buen nombre y presunción de inocencia y no se
encuentran amparados por la libertad de expresión. Retractarse de “las afirmaciones
vulneratorias del buen nombre, honra y dignidad humana del señor expresidente Álvaro
Uribe Vélez” [110] que fueron publicadas en su cuenta de Twitter, expresando que “las
mismas no tienen fundamento alguno y que, por esa razón, no es cierto lo manifestado por
él respecto al señor expresidente Álvaro Uribe Vélez” [111].
Argumento en contario
1. La Sala considera que, conforme al artículo 42.9 del Decreto 2591 de 1991 y la
jurisprudencia constitucional, el señor Uribe Vélez se encuentra en una situación de
indefensión frente al señor Mendoza Leal. La Sala reconoce que el accionante es titular de
la cuenta de Twitter @AlvaroUribeVel, la cual tiene más de 5 millones de seguidores. Esta
cuenta es un canal que tiene más seguidores que la cuenta de Twitter
@ElQueLosDELATA, los canales de YouTube en los que se publicaron la entrevista a
Hollman Morris y el comunicado de prensa de 17 de mayo de 2020, y las cuentas de redes
sociales por medio de las cuales se ha difundido la serie “Matarife: un genocida
innombrable”. Sin embargo, en criterio de la Sala, la réplica de los mensajes presuntamente
difamatorios a través de la cuenta @ElQueLosDELATA, o directamente en las cuentas en
las que se han publicado los mensajes cuestionados, es un mecanismo insuficiente para que
el señor Uribe Vélez pueda repeler la presunta vulneración a sus derechos fundamentales.
Argumento en contrario.
El señor Uribe Vélez no cuenta con las herramientas para restringir el acceso, suprimir de la
red, o impedir la circulación o reproducción de los mensajes publicados en las redes
sociales del señor Mendoza Leal y de la serie “Matarife: un genocida innombrable”. Esto,
debido a que estos mensajes no desconocen las “normas de comunidad” de cada una de las
plataformas en las que están siendo difundidas. En efecto, como se expondrá a
continuación, YouTube y Twitter no accedieron a las solicitudes de retiro que el accionante
formuló. Así mismo, la Sala advierte que la serie ha sido difundida por WhatsApp, lo que
implica que puede ser reproducida y divulgada por un número de usuarios
exponencialmente alto.
Argumento de la Corte
3. A título preliminar, la Sala advierte que el requisito de rectificación era aplicable en este
caso, debido a que el señor Mendoza Leal es un periodista. La Corte Constitucional ha
señalado que son periodistas aquellas personas que desarrollan la “actividad periodística”
[274], la cual consiste en “seleccionar la información relevante para el público, confrontarla
y difundirla” [275]. Dicha actividad puede ser realizada “por quien está vinculado a un
medio de comunicación o por quien se desenvuelve de manera independiente” [276]. En
tales términos, el señor Mendoza Leal es periodista, porque (i) las investigaciones que
desarrolló de manera previa a la publicación de la serie se enmarcan en el concepto
jurisprudencial de actividad periodística y (ii) en la contestación al escrito de tutela aseguró
que tiene tal calidad [277] (argumentación teleológica).
3. Retirar de todos los medios de información (i) el teaser y los capítulos 1 y 2 de la serie
“Matarife: un genocida innombrable” y (ii) el comunicado que publicó el 17 de mayo de
2020. Las afirmaciones publicadas por el señor Mendoza Leal a través de sus redes sociales
y la producción audiovisual, tenían una clara “intención dañina” y constituyeron
“ciberbullying” [103], acoso y hostigamiento. La Corte Constitucional ha señalado que la
“expresión reiterada y sistemática de frases injuriosas y calumniosas, constituye un trato
vejatorio que evidencia una intención dañina y ofensiva, no con un fin legítimo, sino por el
contrario difamatorio; independientemente de que el accionante sea servidor público o
particular” [104]. En la sentencia SU-420 de 2019, la Sala Plena estimó que existe “acoso
sistemático” [105] cuando se acredita un rango de reproducciones “de entre 268 y 755”
[106]. En este caso, la intención dañina del señor Mendoza Leal “no es una apreciación
subjetiva (…) sino que por el contrario, es un hecho notorio” [107] en atención a la
sistematicidad y alta difusión de las publicaciones que este realizó, las cuales superan el
umbral fijado en la sentencia SU-420 de 2019.
Argumento en contrario
La Sala considera que la serie “Matarife: un genocida innombrable” puede ser calificada, en
términos generales, como un programa de reportaje o “periodismo investigativo” [541], en
el que prevalece la finalidad de informar a la sociedad sobre hechos, acontecimientos y
sucesos. En efecto, la Sala observa que, en la mayoría de los capítulos, el señor Mendoza
Leal, en la “voz en off”: (i) relata ciertos hechos recientes de la historia del país
relacionados con el conflicto armado, las protestas sociales y la trayectoria de algunos
dirigentes políticos; (ii) luego reproduce el contenido de artículos, testimonios, pruebas
documentales e imágenes de archivo relacionados con tales hechos y, por último, (iii)
presenta sus conclusiones sobre los mismos a manera de informe o de denuncia[542]. En
este formato, ciertamente confluyen elementos simbólicos, expresiones artísticas, opiniones
y contenidos informativos. Sin embargo, la Sala encuentra que un examen global del
contenido de la serie permite concluir que esta busca dar noticia sobre sujetos y hechos
reales, y no presentar representaciones de lo real o historias que sean producto de la ficción
o imaginación del guionista.