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Universidad Nacional Autónoma de México

Facultad de Derecho, Maestría en Derecho

Maestría en Derecho

Asignatura: Libertad de

Expresión y Derechos de los Periodistas

Profesor: Dra. Socorro Apreza Salgado

Equipo 3

Integrantes:

● Cantero Morán Viridiana


● Cruz Galván Claudia Nalleli
● Flores Hinojosa Carlos
● Gama Miranda Elizabeth
● González González Ángel Martín
● Gorgonio Hernandez Carlos Rafael
● Luna Naveda Gerardo
● Marín Pérez Ricardo David
● Padilla Santana Ana Karen
● Sánchez Castañeda Roberto
● Zamudio Cortés Leticia

Semestre: Tercero

Tarea 5: Corte Constitucional de Colombia, Sentencia T-242 de 2022, Álvaro Uribe


Vélez en contra de Daniel Mendoza Leal.
Hechos

“Matarife: un genocida innombrable”, es una serie del periodista y penalista Daniel


Mendoza Leal, a través de la cual el autor explica las razones por las cuales es
considerado Álvaro Uribe Vélez, senador y expresidente de Colombia, es considerado un
“genocida”, “asesino”, “presidente de una fábrica de muerte”, “narcotraficante” y
“paramilitar. Asimismo, Mendoza Leal dio una entrevista a Hollman Morris en la que
afirmó que el señor Uribe Vélez “estructuró un aparato organizado de poder (…) una
fábrica del crimen, que hoy en día es una corporación homicida que genera muerte,
desolación y dolor al pueblo colombiano”1 dichas acusaciones fueron reproducidas en la
serie y difundidas a través de diversas plataformas como WhatsApp, YouTube, Telegram,
Instagram, Twitter y Twitch.

Ante esta situación, Álvaro Uribe Vélez presentó acción de tutela en contra del señor
Daniel Mendoza Leal, por considerar vulnerados sus derechos fundamentales a la honra,
buen nombre, presunción de inocencia y dignidad humana.

Derechos que la Corte considera violados

1. Derecho al buen nombre: El artículo 15 de la Constitución Colombiana reconoce el


derecho fundamental al buen nombre, como aquel que protege la “reputación, buena
fama el mérito” o “apreciación” que los miembros de una sociedad otorgan a una persona
por sus acciones, trayectoria o comportamiento.

2. Derecho a la honra: El artículo 21 de la Constitución reconoce el derecho fundamental


a la honra, la es definida como la “estimación o deferencia con la que cada persona debe
ser tenida por los demás miembros de la colectividad que le conocen y le tratan, en razón
a su dignidad humana”.

3. Derecho de presunción de inocencia: La Constitución reconoce el derecho


fundamental a la presunción de inocencia, el inciso 4º del artículo 29 de la Constitución
prescribe que “toda persona se presume inocente mientras no se la haya declarado
judicialmente culpable”. La presunción de inocencia es el presupuesto básico de todas las
garantías judiciales que integran el ámbito de protección del derecho al debido proceso.

Lo que implica el derecho a la libertad de expresión para la Corte

La libertad de expresión tiene un contenido amplio y complejo, puesto que su ámbito de


protección comprende la garantía de derechos y libertades diversos que atienden las
distintas facetas del proceso comunicativo” En particular, este derecho comprende:

❖ La libertad de información. La libertad de información es el derecho fundamental


que tiene por objeto de protección de esta libertad son aquellas expresiones que
tienen como propósito comunicar “sobre hechos, eventos y acontecimientos”, es
decir, aquellas formas de comunicación en las que “prevalece la finalidad de
describir o dar noticia de lo acontecido” .2 Asimismo, la Constitución de Colombia
prevé que la información transmitida en ejercicio de esta libertad debe cumplir los
principios de veracidad e imparcialidad.
1
Corte Constitucional, sentencia T-242 DE 2022.
2
Ibidem pp. 52 y 53.
❖ La Libertad de opinión. Tiene dos dimensiones: una interna y otra externa. La
dimensión interna, relacionada con el derecho a la vida privada y la libertad de
pensamiento, garantiza el derecho a pensar por cuenta propia; y la dimensión
externa, también denominada libertad de expresión strictu sensu, protege la
publicación y divulgación de los pensamientos, opiniones e ideas personales de
quien se expresa.

❖ La libertad de prensa. Los artículos 20 y 73 de la Constitución reconocen la


libertad de prensa como derecho fundamental. El ámbito de protección de esta
libertad está integrado principalmente por cuatro facultades, prerrogativas y
garantías: (i) la facultad de los particulares de “fundar medios de comunicación
masiva y de administrarlos sin injerencias”, (ii) el derecho de los medios de
comunicación masiva y de los periodistas a informar a la sociedad de forma “libre,
pluralista e independiente” (iii) la garantía de la reserva de fuente y (iv) la
prohibición de censura previa.

❖ La libre creación y expresión artística. Es una manifestación del libre desarrollo


de la personalidad, un discurso protegido por la libertad de expresión y una faceta
del derecho a la cultura; su objeto es la protección de este derecho fundamental
son las obras de arte o expresiones artísticas. Estas incluyen aquellas formas de
expresión que tienen una dimensión estética, simbólica o creativa.

Metodología que emplea la Corte para el estudio del Caso.

Las tensiones que surgen entre el ejercicio de la libertad de expresión y la protección de los
derechos a la honra y buen nombre de los funcionarios públicos se resuelven por el juez a
través del juicio de ponderación. A dichos efectos, debe adelantar tres pasos. Primero,
definir el alcance o grado de protección que la libertad de expresión le confiere a la
información, opinión o discurso publicado. Segundo, determinar el grado de afectación que
dichos discursos causan a los derechos a la honra y buen nombre del afectado. Tercero,
comparar la magnitud de la afectación a los derechos al buen nombre y a la honra con el
grado de protección que la libertad de expresión le otorga al discurso publicado, para
determinar cuál derecho debe primar en el caso concreto.

Consideraciones generales en torno a si la serie implica discurso de odio o


actos de ciber acoso.

La Sala considera que la serie “Matarife: un genocida innombrable” puede ser calificada,
en términos generales, como un programa de reportaje o “periodismo investigativo” en el
que prevalece la finalidad de informar a la sociedad sobre hechos, acontecimientos y
sucesos. De la misma manea, la Sala discrepa de la posición del accionante debido a que
la jurisprudencia constitucional, la prohibición de los discursos de odio es de aplicación
restrictiva. Solo pueden prohibirse aquellas expresiones que, de forma clara y evidente (i)
estén cubiertas por la definición de “apología al odio”, lo que implica que deben ser
expresiones abierta y manifiestamente humillantes, insultantes y peyorativas que
exteriorizan “emociones intensas e irracionales de oprobio, enemistad y aversión” y (ii)
constituyen una incitación a hacer daño a una persona o grupo de sujetos que genere una
amenaza seria y razonablemente probable para el sujeto afectado.
❖ Primero. Los mensajes publicados por el señor Mendoza Leal no exteriorizan
emociones intensas e irracionales de oprobio, enemistad y aversión en contra del
señor Uribe Vélez.

❖ Segundo. Los mensajes publicados por el señor Mendoza Leal no incitan a la


audiencia, de manera clara y evidente, a cometer actos de violencia,
discriminación y hostilidad en contra del señor Uribe Vélez.

En este sentido, la Sala considera que las publicaciones llevadas a cabo por el señor
Mendoza Leal no configuran ciberacoso ni hostigamiento en los términos de la
jurisprudencia constitucional, porque (i) no satisfacen el umbral de reiteración y
sistematicidad requerido y (ii) no fueron llevadas a cabo con una intención dañina. A
continuación, se describen los principales argumentos que la Corte desarrollo en la
sentencia, así como las consideraciones que el equipo considera importantes en el análisis.

Primera afirmación: autorización de juez de tutela para tratar al señor Uribe


Vélez de “paramilitar”, “asesino”, “corrupto” y “narcotraficante”

❖ Naturaleza de la afirmación. La Sala considera que la afirmación cuestionada tiene


un contenido informativo.

❖ La afirmación publicada no cumple con el principio de veracidad. La Sala


encuentra que la afirmación publicada por el señor Mendoza Leal en el primer
capítulo de la serie no satisface el principio de veracidad

❖ La Sala considera que la publicación de la afirmación cuestionada vulneró los


derechos fundamentales a la honra y buen nombre del señor Uribe Vélez. Esto, por
tres razones:

❖ Primero, afecta significativamente la reputación del accionante.

❖ Segundo, fue publicada por el señor Mendoza Leal, quien tiene la calidad de
abogado y periodista, lo que implica que sus afirmaciones tienen un alto grado de
credibilidad y la audiencia está predispuesta a darlas por ciertas.

❖ Tercero, la afirmación ha tenido una amplísima difusión.

Consideraciones del Equipo

● En nuestra opinión se considera que las razones de la corte por este


pronunciamiento no tienen validez, toda vez que no cumple con el principio de
veracidad e imparcialidad, debido a que la serie en comento contempla contenido
falaz el cual se puede considerar que tiene al engaño o inducción al error, por lo
que no respeta la verdad y distorsiona la realidad de las cosas.

● La reproducción de dicha serie incurrió en el engaño, al no contar o exhibir


elementos para acreditar la narración que permitieran afirmar que el C. Uribe Vélez
era un “paramilitar”, “narcotraficante”, “asesino” y “corrupto”, por lo que al no poderlo
acreditar se convierte en falsedad.
● Por lo que respecta al C. Mendoza Leal, este con su formación profesional y
desempeño laboral, conlleva a incitar a la población en creer en sus palabras,
situación que carece de la verdad toda vez que cómo se ha indicado no cuenta con
elementos para tener credibilidad.

● Por lo que respecta a una difusión masiva por un medio electrónico de


entretenimiento como es el caso de la plataforma de Youtube, no garantiza la
efectividad de su contenido, si bien tiene un profundo impacto en el comportamiento
y las decisiones de las personas.

● Sin embargo, YouTube contiene una amplia variedad de contenido no verificado


que puede promover comportamientos y actividades fuera de lo real, toda vez que
como se ha señalado su contenido que se transmite en ocasiones carece de
elementos, vulnerando los derechos fundamentales del C. Uribe Vélez (accionante)
a la honra y buen nombre.

Segundo grupo de afirmaciones: la presunta atribución de la creación y


liderazgo de un aparato organizado de poder con fines criminales

❖ La Sala clasificó las aseveraciones que Uribe Vélez consideró como difamatorias
en dos grupos: El primero, aquellas afirmación en los que el señor Mendoza Leal
utiliza las expresiones “paramilitar”, “narcotraficante” o “líder de corporación
criminal”, etc., como herramientas retóricas para transmitir sentimientos de
indignación y resaltar el reproche y desacuerdo frente a las conductas del señor
Uribe Vélez que considera arbitrarias, abusivas e ilegales, están amparadas por la
libertad de opinión. El segundo, aquellas afirmaciones en las que en tono frio y
objetivo atribuye un delito, además, asegura que Vélez estructuro un aparato de
poder con paramilitares y narcotraficantes; y asevera que tales conductas están
corroboradas y probadas, tales aseveraciones las definió como informaciones.

Examen constitucional de las afirmaciones:

❖ Afirmaciones que constituyen opinión: La sala considera que no son simples


insultos publicados con una intención netamente dañina, sino por el contrario son
expresiones que fueron publicadas en el marco de un discurso que tenían una
finalidad de crítica y denuncia pública.

❖ Afirmaciones que constituyen información: La Sala considera que las


afirmaciones publicadas por el señor Mendoza Leal según las cuales el señor Uribe
Vélez (i) estructuró un aparato organizado de poder, (ii) compuesto por, entre otros,
funcionarios públicos, “organizaciones paramilitares”, “narcotraficantes”, “bandas
sicariales” y “grandes terratenientes colombianos”, (iii) a través de la cual ha dictado
“políticas homicidas” y “parámetros de comportamiento homicida” y ha ejecutado
múltiples crímenes, no están amparadas por la libertad de información. Esto es así,
por tres razones:

 Primero. Las afirmaciones que constituyen atribuciones claras e inequívocas


de conductas punibles, que fueron llevadas a cabo directamente por el señor
Mendoza Leal no están cobijadas por el principio de reportaje fiel o neutral
porque no constituyen reproducciones de otras fuentes o de declaraciones
de terceros, son acusaciones que el señor Mendoza Leal llevó a cabo a título
personal en su calidad de entrevistado, autor de los trinos y guionista y titular
de los derechos de la producción audiovisual

 Segundo. La Sala considera que el señor Mendoza Leal incumplió la carga de


veracidad, porque las afirmaciones que publicó no están razonablemente
soportadas en sus fuentes e inducen a error a la audiencia.

 Tercero. El señor Mendoza Leal no cumplió con la carga de imparcialidad, por


cuanto presentó una versión unilateral y pre valorada de los hechos.

❖ La Sala encuentra que las afirmaciones publicadas por el señor Mendoza Leal
provocaron un daño tangible, desproporcionado e injustificado al patrimonio moral
del accionante. Esto es así, porque i) las acusaciones del señor Mendoza Leal que
inducen a error a la audiencia son de la mayor gravedad dado que atribuyen al
señor Uribe Vélez haber creado y ser el líder de una red de macro criminalidad
que ha venido operando de forma predeterminada y sistemática desde hace más
de 30 años; ii) estas afirmaciones han sido publicadas de manera reiterada a
través de medios que son de libre acceso y tienen una alta difusión; y iii) la
publicación reiterada de afirmaciones incriminatorias de este tipo, no protegidas
por la libertad de información, generan escenarios de culpabilización social que
afectan injustificadamente la presunción de inocencia de los funcionarios públicos
acusados que están vinculados a investigaciones penales.

Consideraciones del equipo

● Compartimos la conclusión de la Sala, respecto de que las expresiones que utiliza


el autor de la obra sobre “paramilitar”, “narcotraficante” o “líder de corporación
criminal”, etc., son herramientas retóricas para transmitir sentimientos de
indignación y resaltar el reproche y desacuerdo frente a las conductas del señor
Uribe Vélez que considera arbitrarias, abusivas e ilegales, están amparadas por la
libertad de opinión.

Esto es, dentro de la dimensión externa de la libertad de opinión se integra por aquellas
formas de comunicación en la que predomina la expresión se subjetividad del emisor de
sus valoraciones o sentimientos sobre determinados hechos, situaciones o personas.
Además, la carga de veracidad e imparcialidad no son aplicables a la libertad de opinión,
por tato, expresiones como “paramilitar”, “narcotraficante” o “líder de corporación criminal”,

son utilizadas en la obra como apreciaciones y valoraciones personales del autor y no


tiene que estar valoradas como verdaderas o falsas, ya que la Constitución de Colombia -
señala la Sala- protege el derecho de hacer juicios de valor infundadas, es decir, se
protege al mismo nivel las opiniones equivocadas que las acertadas y ecuánimes.

● Respecto de los argumentos que señala la Sala sobre las afirmaciones que
define como informaciones, se tiene que:

Criterio de reportaje fiel o neutral: La Corte distingue aquellas afirmaciones que están
protegidas por el principio de reportaje fiel o neutral y aquellas que no. Respecto de las
primeras, señala que al ser reproducciones de otras fuentes o declaraciones de terceros
su veracidad e imparcialidad no debe ser demostrada, por tanto, se mantienen en la serie.
Respecto de las que no están protegidas, la Sala afirma que al ser acusaciones que el
autor afirma a título personal deben satisfacer los principios de veracidad y parcialidad.

En relación a este último argumento, se estima que la Corte no debió clasificar las
afirmaciones del autor de esta manera, debido a que el objeto de la serie denominada
“Matarifeː Un genocida innombrable” corresponden a una denuncia en contra de un
servidor público de alto nivel, la cual debió ser clasificada como un ejercicio de la libertad
de expresión, específicamente en su vertiente de libertad de opinión.

Lo anterior, por que es claro que en la serie se mezclan sentimientos de indignación frente
a las actuaciones del servidor público y que, si bien realiza afirmaciones particularizadas
sobre conductas específicas, estas derivan de hechos investigados los cuales si bien
generan noticia no debe olvidarse que devienen de apreciaciones del autor. Ello, lo pudo
determinar la Corte de la aplicación de su propia metodología, es decir, la Sala afirma que
las denuncias y críticas publicadas en ejercicio de la libertad de opinión se distinguen por
lo siguiente:

● Son publicadas en medios que en principio no tienen una finalidad informativa. En


el caso en concreto, la serie fue publicada tanto en redes sociales como en
whats app y Telegram.
● Se dan en un contexto generalizado de controversia pública en relación con la
gestión de un funcionario público. Durante los dos mandatos de Álvaro Uribe en
Colombia, impulsó una política de seguridad aplaudida por los sectores más
conservadores por su mano dura, pero al mismo tiempo señalada como
caldo de cultivo de los llamados falsos positivos, cientos de ejecuciones
extrajudiciales de civiles presentados después por los militares como
guerrilleros caídos en combates a cambio de beneficios. Según un informe
de la Fiscalía publicado el año pasado hubo al menos 2.248 ejecuciones
extrajudiciales entre 1998 y 2014 En agosto de 2020, la Corte Suprema de
Colombia ordenó este martes la detención preventiva del expresidente
Álvaro Uribe por un delito de soborno y manipulación de testigos[1].
● Están fundadas en argumentos emotivos, vagos y abstractos; donde prevalece un
tono subjetivo de reproche e indignación. En la serie, prevalece un tono de
indignación por parte del autor, por ello, se resaltan diversos conceptos a
manera de enfatizar en la culpabilidad del servidor público.
● No contiene imputaciones de responsabilidad penal. Si bien en la serie se hacen
aseveraciones sobre posibles responsabilidades de Álvaro Uribe, éstas no
son de manera directa e inequívoca, la misma Corte señala que aun y cuando
el autor utiliza términos o palabras que desde el punto de vista técnico-
jurídico o social podrían sugerir una conducta punible estas no pueden ser
equiparados a una responsabilidad penal.

Análisis de las fuentes: El artículo 74 de la Constitución de Colombia señala que el


Secreto Profesional es inviolable, razón por la cual el señor Mendoza Leal no está
obligado a informar sus fuentes, sin embargo, dentro de los deberes que pretenden
evitar los excesos de los periodistas a nivel internacional se encuentran los siguientes:

● El deber de contrastar las fuentes y de no omitir datos informativos esenciales


(UNESCO).
● El deber del periodista de no publicar material informativo falso, engañoso, o
deformado, e incluso que el ejercicio del periodismo no debe condicionar ni
mediatizar la información veraz con la pretensión de crear opinión pública, ya que
su legitimidad radica en hacer efectivo el derecho fundamental de la información.
● El deber de respetar el derecho de las personas a su propia intimidad e imagen,
donde solo la defensa del interés público justifica las intromisiones en la vida
privada.

Motivo por el cual las afirmaciones incriminatorias de este tipo, no protegidas por la
libertad de información, que realizado el señor Mendoza Leal, generaron escenarios de
culpabilización social que pudieran afectar injustificadamente la presunción de inocencia
de los funcionarios públicos acusados que están vinculados a investigaciones penales.

Afirmaciones contra un servidor público: La conclusión de la Corte para afirmar que se


vulneraron los derechos a la honra, buen nombre y presunción de inocencia del Se.
Álvaro Uribe, se basaron en tres elementos (1) error en la audiencia por el nivel de
acusación, (2) la publicación de manera a través de medios de libre acceso y (3) las
afirmaciones no protegidas por la libertad de información. No obstante, se estima hay un
mayor número de elementos para determinar que debió haber prevalecido la libertad de
expresión frente a la vulneración de tales derechos, debido a:

● La propia Sala reconoce que el servidor público Uribe Vélez que en el momento de
ser señalado por distintas denuncias se ostentaba como funcionario público y que
las conductas denunciadas se desarrollan cuando ocupó cargos como Presidente,
Gobernados y Senador, por lo que su actuar debe ser entendido de relevancia e
interés público. Por tanto, las afirmaciones que se hagan sobre dicho personaje
deben considerarse como “discursos especialmente protegidos”.
● La Corte señala que la libertad de informar y opinar sobre la gestión de los
funcionarios públicos debe ser tanto las expresiones socialmente aceptadas e
inofensivas, así como aquellas que cuestionan, chocan, irritan o inquietan a estos
sujetos. Esto es, la propia Corte señala que la Constitución protege el derecho de
los particulares, medios de comunicación y periodistas a denunciar ya sea a través
de opiniones o informaciones que los funcionarios públicos están vinculados o han
incurrido en conductas arbitrarias, abusivas o delictivas, así como en graves
violaciones de derechos humanos.
● Finalmente, reconoce con base en las pruebas que le fueron entregadas durante
el proceso que el Uribe Vélez actualmente está vinculado a investigaciones
penales, ante la Fiscalía General de la Nación y la Comisión de Investigación y
Acusación de la Cámara.

Tercer grupo de afirmaciones: la presunta atribución de la conducta punible


de genocidio

❖ De acuerdo al caso, en el análisis sobre la presunta vulneración a los derechos


fundamentales de la honra, el buen nombre, presunción de inocencia y dignidad
humana del Señor Uribe Vélez, en este apartado se analizará el grupo de
afirmaciones publicadas en la cuenta Twitter @ElQueLosDELATA y en múltiples
episodios de la serie, en virtud de los cuales, según el afectado, el señor Mendoza
Leal le atribuye de manera directa, clara e inequívoca la conducta punible de
genocidio.

❖ En ese orden, a juicio de Uribe Vélez estás afirmaciones le atribuyen


responsabilidad penal por la comisión de múltiples crímenes atroces y graves
violaciones de derechos humanos, a pesar de que no existe una sentencia penal
condenatoria en su contra.

❖ Por lo que, en este punto la Sala examina si el señor Mendoza Leal vulnera los
derechos fundamentales al buen nombre, honra y presunción de inocencia de
Uribe Vélez al haberle atribuido conductas punibles y graves violaciones de
derechos humanos, sin que exista sentencia penal condenatoria en su contra.

❖ Al respecto, es necesario hacer énfasis en el análisis que hace la Corte sobre el


derecho fundamental de libertad de expresión, que tiene toda persona natural y
jurídica, a buscar, recibir y difundir ideas e informaciones de toda índole, así como
el de recibir y conocer las informaciones e ideas difundidas por los demás.

❖ Así la libertad de expresión garantiza la libertad de información y la libertad de


opinión, entendiendo por la primera de ellas, la libertad de las personas de
informar y recibir información y que ésta sea veraz e imparcial.

❖ El principio de veracidad, obliga al emisor a que transfiera información que sea


verificable y plausible, es decir, le impone dos cargas al emisor: 1) constatar con
un grado razonable de diligencia los hechos en los cuales basa las
información que publica y 2) presentar información de forma tal que no
induzca al error o confusión de la audiencia.

❖ Por lo que hace al principio de imparcialidad, exige que la información sea


transmitida con una pretensión seria e impone al emisor la carga de realizar un
esfuerzo razonable por informar a la audiencia de las diferentes aristas, o
versiones de un mismo suceso. Ahora bien, por lo que hace a la libertad de
opinión, en su dimensión externa, protege la divulgación de los pensamientos,
opiniones e ideas personales de quien las expresa, exceptuando a esta libertad de
las cargas de veracidad e imparcialidad, ya que la verdad o falsedad se predica
sólo respecto de hechos, no de los juicios de valor.

❖ Dentro del apartado de la libertad de expresión la Corte señala que los discursos
sobre funcionarios públicos son especialmente protegidos, y esto encuentra
sustento por el valor instrumental que tienen para el ejercicio de otros derechos y
la preservación de la democracia. La Corte ha señalado que los discursos que
denuncian que los servidores públicos están vinculados o han incurrido en
conductas delictivas pueden ser publicados en ejercicio de la libertad de
información o de opinión y será el juez quien determine la naturaleza del discurso,
es decir, si tiene una finalidad informativa o constituyen meras apreciaciones
personales o juicios de valor sobre los hechos.

❖ En consecuencia, la Corte atiende a las afirmaciones en las que el señor Mendoza


Leal, califica, afirma, y compara a Uribe Vélez de genocida. Para ello, analiza las
afirmaciones en las que se le vincula con el delito de genocidio, y encuentra que
los mensajes publicados por Mendoza Leal contienen dos tipos de afirmaciones:
1) aquellas que califican a Uribe como genocida pero como una herramienta
retórica que expresa sentimientos de indiganción, es decir, lo que significa
que solo exteriorizan un juicio de valor subjetivo sobre su proceder como
funcionario público, son meras opiniones que no son susceptibles de un
juicio de veracidad e imparcialidad. 2) determina que algunas de las
afirmaciones atribuyen a Uribe de manera más seria y clara una conducta
delictiva, estas constituyen información.

❖ Para el primer grupo de afirmaciones queda claro que no requieren y no se les


exige un juicio de valor, o bien acreditar el cumplimiento de los principios de
veracidad e imparcialidad. Sin embargo, para el segundo bloque de afirmaciones,
la Corte señala que constituyen información y deben satisfacer los principios
señalados, no obstante está no cuenta con un criterio definido sobre la forma o
prueba con la que deban contar los particulares para publicar o divulgar estas
denuncias.

❖ Para esta segunda afirmación comentada en el párrafo anterior ,existen dos


posturas: la primera que indica que para hacer ese tipo de aseveraciones el
emisor debe contar con la certeza de una sentencia firme que acredite que el
imputado es culpable; la segunda menciona que contar con la sentencia no
es un requisito sine qua non, sino que deben ser cuidadosos con el manejo
de este tipo de información, obligándolos a acreditar el deber de veracidad a
través de constatar la información, asegurar que las fuentes en las que se base
tengan un alto grado de confiabilidad, y la precisión en la presentación de los
hechos sobre los cuales informan, así también debe acreditar el principio de
imparcialidad obligando al emisor a que contraste la información con la
versión de los funcionarios denunciados. Esta Corte ha adoptado la segunda
postura sobre los discursos que refieren a funcionarios en la comisión de delitos.

❖ Así que la Sala reconoce que estas expresiones son ciertamente hirientes,
chocantes e irritantes. Sin embargo, el señor Uribe Vélez era un funcionario
público para la fecha en que la mayoría de estas expresiones fueron publicadas,
es hoy una figura pública y estas expresiones versan sobre asuntos relacionados
con su trayectoria política.

❖ Esto implica que el umbral de tolerancia a la crítica es especialmente alto, y para


el primer bloque de afirmaciones que constituyen opiniones, se determina que
fueron publicadas en el marco de un discurso especialmente protegido por la
libertad de expresión y no corresponde a la Sala verificar si son fundadas o
infundadas.

❖ Por lo que, hace al segundo bloque de afirmaciones y que se determina


constituyen información, a pesar de que el señor Mendoza Leal aportó más de 350
fuentes de información incluidas sentencias judiciales, después del análisis de la
Sala se considera que las denuncias publicadas por el accionado, según las
cuales el señor Uribe Vélez es un genocida, no sólo no están amparadas por la
libertad de información, sino que además causaron una vulneración a los derechos
fundamentales a la honra, buen nombre y presunción de inocencia del señor Uribe
Vélez por la publicación reiterada de dichas afirmaciones incriminatorias que no
son protegidas por el derecho a la libertad de información afectando gravemente la
reputación del funcionario público, así también, la Corte señala que estas
afirmaciones generan escenario de culpabilización social, afectando el derecho de
la presunción de inocencia.

Consideraciones del Equipo

● Nosotros nos quedamos con la postura de la corte que en un principio estableció


donde señala que los discursos que denuncian que los servidores públicos están
vinculados o han incurrido en conductas delictivas pueden ser publicados en
ejercicio de la libertad de información o de opinión, pues finalmente la Corte tiene
conocimiento de que existen investigaciones en curso; entonces, el argumento
posterior de la Corte respecto a la publicación previa de la generación de las
pruebas no nos parece que sea determinante.

● Si bien es cierto, las pruebas o los expedientes iniciaron posterior a la emisión de


la serie pero los hechos mostrados en la serie dan origen a esas investigaciones.
Es decir, los hechos ocurrieron antes de la emisión de la serie; la publicación de
esta serie se da con base en los hechos que posteriormente dan lugar a las
averiguaciones judiciales.

● En ese sentido, las pruebas presentadas por el señor Mendoza cumplen con la
veracidad necesaria para que las autoridades correspondientes de acuerdo a su
competencia realicen las investigaciones y procesos penales correspondientes, así
también, cada una de las pruebas presentadas en la serie no son más que hechos
que la propia sociedad de Colombia a podido constatar durante la actividad
gubernamental que realizó el Señor Uribe, es entonces que existe ya una postura
e inclinación por parte de la población ante el desarrollo y hechos realizados por el
funcionario Uribe y la población de Colombia tienen plena libertad para ver o no
dicha serie y esta no necesariamente causa una culpabilización social o un daño a
la reputación del Señor Uribe.
● Finalmente, como funcionario público es mayormente susceptible a la observancia
social y al escrutinio público viéndose siempre ante los reflectores su reputación
por lo que, los hechos presentados en la serie son solo una réplica de lo que
claramente realizó el Señor Uribe.

Cuarto grupo de afirmaciones: los asesinatos de Rodrigo Lara Bonilla, Jaime


Garzón y Guillermo Cano.

❖ La Sala considera que las denuncias publicadas por el accionado, según las cuales
el señor Uribe Vélez es el asesino determinador de los homicidios de Rodrigo Lara
Bonilla, Guillermo Cano y Jaime Garzón no están amparadas por la libertad de
información.
❖ Causaron una vulneración a los derechos fundamentales a la honra, al buen
nombre y presunción de inocencia del señor Uribe Vélez.
❖ Esto es así, porque tal y como ocurre con el segundo y tercer grupo de afirmaciones
supra, le atribuyen injustificadamente conductas punibles de especial gravedad que
afectan de forma intensa su reputación frente a la opinión pública y generan
escenarios de culpabilización social.
❖ De acuerdo con la interpretación de la Sala, el señor Mendoza Leal le atribuye
responsabilidad penal al señor Uribe Vélez por los homicidios de Rodrigo Lara
Bonilla, Guillermo Cano y Jaime Garzón, a través de sus afirmaciones.
❖ El C. Mendoza Leal tiene como finalidad informar a la audiencia sobre un hecho.
❖ Hace referencia a algunos indicios, pruebas y declaraciones de terceros que
vincularían al señor Uribe Vélez con tales hechos delictivos, luego presenta
aseveraciones mediante las cuales atribuye al accionante el homicidio de estos
sujetos. No obstante, al tratarse de delitos tipificados en la normatividad nacional y
existiendo un proceso por medio del cual le corresponde a la autoridad determinar
la culpabilidad de los indiciados en ellos, dentro de los cuales no ha sido
identificado el accionante Uribe Vélez, los indicios, pruebas y declaraciones de
terceros presentados por el señor Mendoza Leal, no son suficientes para corroborar
la veracidad de sus dichos que presenta como afirmaciones a la audiencia, porque
no es verificable en los términos de la jurisprudencia constitucional, son apenas
inferencias del señor Mendoza Leal que son publicadas irresponsablemente como
una realidad constatada.
❖ En ese sentido se considera que el atribuir de manera directa las muertes de
Rodrigo Lara Bonilla, Jaime Garzón y Guillermo Cano al señor Uribe Vélez, tiene
como consecuencia la vulneración a los derechos fundamentales tales como, la
presunción de inocencia, ya que, la muerte de una persona es un delito tipificado.
Por lo tanto, la atribución directa de las muertes sin pruebas fehacientes que
sustenten el dicho, no puede constituir el derecho de libertad de información, pues,
como se estableció en la sentencia, no cumplen con la carga de veracidad al
tratarse de cuestiones subjetivas y no objetivas que den cuenta de la
responsabilidad directa del señor Uribe.
❖ Por otro lado, en relación a la honra y buen nombre, se estima que también se
materializó una afectación en estos derechos fundamentales. Toda vez que, se
trata de dichos sobre delitos que, al no estar comprobados, causan una afectación
en la imagen de una persona y por ende en su esfera íntima y de desarrollo dentro
de una sociedad.

Consideraciones del Equipo

● No pasa desapercibido que, la exposición de las testimoniales, los indicios,


pruebas y declaraciones de terceros presentados, son una evidente muestra de la
frustración del comunicador, abanderado por la libertad de expresión, ante la
posible impunidad con la que se determinó la responsabilidad de los homicidios de
Rodrigo Lara Bonilla, Guillermo Cano y Jaime Garzón, por las autoridades locales,
orillándolo con esto, a la búsqueda de “justicia” por medio del señalamiento
público.
● Finalmente, no es óbice señalar que, derivado de las pruebas aportadas, la
exposición de las mismas de forma tal que, no consistan en una afirmación de un
hecho, sino más bien un estímulo para que la audiencia genere sus propias
conclusiones, si podrían ser objeto de tutela de la libertad de expresión. Siempre y
cuando, se exhibiera como un posible vínculo del señor Uribe con las personas
responsables por cada uno de los asesinato de las tres personas, es decir, una
probable relación en atención a los argumentos que se exponen, no así un vínculo
directo con los asesinatos.

uinta afirmación: la atribución de acceso carnal violento

❖ Naturaleza de las afirmaciones. La Sala considera que la afirmación publicada


constituye una opinión, no una aseveración de hecho de la cual se derive la
atribución seria de la conducta de acceso carnal violento. La Sala reconoce que, en
repetidas ocasiones, la cuenta de Twitter @ElQueLosDELATA ha sido usada por el
señor Mendoza Leal como un medio principalmente informativo y de denuncia
pública de las actuaciones del señor Uribe Vélez. Por esta razón, en secciones
anteriores, la Sala ha concluido que algunas de las denuncias que han sido
publicadas a través de esta cuenta con un tono frío y objetivo constituyen
informaciones que la audiencia está predispuesta a recibir como aseveraciones de
hecho, no simples opiniones o juicios de valor3.

Consideraciones del equipo

● En concordancia con la Sala coincidimos en que la afirmación del señor Mendoza


Leal no fue una acusación directa hacia el señor Uribe Vélez, debido a que, el
señor Mendoza Leal compartió un enlace a un artículo en el cual se relataba que
la periodista Claudia Morales había denunciado haber sido violada y sugería, a
través de pistas, que el agresor habría sido el señor Uribe Vélez.
● Sin embargo, consideramos que la Sala Constitucional de Colombia debió efectuar
en su análisis una ponderación de derechos, esto entre el derecho a la libertad
opinión y el derecho al buen nombre y honra, pues podemos advertir
primeramente que, si bien la opinión del señor Mendoza Leal realizada en Twitter
corresponde a una serie de señalamientos en contra del señor Uribe Vélez, estos
3
Ver sección 6.4.3 supra.
no vulneran sus derechos del buen nombre ni su derecho a la honra, ya que el
señor Mendoza Leal no acusa directamente de violación al señor Uribe, sino que
comparte un artículo de una periodista en el que se denuncia una violación y se
sugiere u opina que dejó pistas de que el violador había sido Uribe Vélez.
● Por otra parte, conviene señalar que la Corte Constitucional ha determinado en
diversas ocasiones que las cargas de veracidad e imparcialidad no son aplicables
en el ejercicio de la libertad de opinión, toda vez que la verdad o falsedad
solamente corresponde acreditarse en los hechos y no así en los juicios de valor.
De ahí que no existen ideas o pensamientos falsos o verdaderos, sino que la
opinión es, por naturaleza, un producto subjetivo y parcializado que pertenece al
ámbito de la conciencia de quien la emite.
● Por lo tanto, las opiniones equívocas y parcializadas gozan de protección
constitucional que aquellas que resultan ser acertadas, y en ningún caso son
susceptibles de ser rectificadas.
● En conclusión, la manifestación de opinión por parte del señor Mendoza Leal en
una red social no puede ser considerada una violación a los derechos al buen
nombre y honra del señor Uribe Vélez, ya que, las ideas y opiniones expresadas
no pueden estar sujetas a juicios de veracidad o falsedad, en este sentido la
opinión particular del señor Mendoza Leal tiene una especial protección por el
derecho a la libertad de expresión y como se sustentó en anteriores párrafos, esta
opinión no vulnera el derecho del buen nombre y de la honra del señor Uribe
Vélez.

Remedios y órdenes

❖ Continuando con la metodología empleada por la Corte Colombiana en su


jurisprudencia Constitucional, la decisión adoptada implica la adopción de lo que
denomina: “Remedios y Órdenes”; y conforme a los argumentos desarrollados a lo
largo de la sentencia, determina resarcir el daño provocado a mediante la
adopción de medidas que satisfagan el test tripartito, es decir:

1. Que estén orientadas al logro de finalidades constitucionales imperiosas, y

2. Que las limitaciones que se impongan a la publicación y difusión de las expresiones


sean idóneas, necesarias y estrictamente proporcionadas.

❖ Lo anterior, considerando que la base de las restricciones a los discursos sobre


funcionarios públicos es que deben ser excepcionales y se presumen
inconstitucionales.

❖ En este tenor, la Corte Constitucional determina que el remedio que mejor


armoniza los derechos fundamentales de Álvaro Uribe es la rectificación de las
afirmaciones en condiciones de equidad, misma que debe realizarse a mediante
el cumplimiento de 5 elementos:

1. Que sea llevada a cabo por Daniel Mendoza Leal.

2. Que se realice de forma pública.

3. Que tenga un despliegue informativo equivalente al que tuvo inicialmente.


4. Que reconozca expresamente que la afirmación contenida en el capítulo 1 de la serie,
en la que se afirma que Álvaro Uribe es un “matarife”, “paramilitar”, “asesino”,
“corrupto” y “narcotraficante” es falsa.

5. Que se acuda a la misma plataforma en que se realizó la publicación, es decir, a través


de la cuenta de Twitter @ElQueLosDelata y la producción audiovisual “Matarife, un
genocida innombrable”.

❖ Con lo anterior, la Corte considera que la violación al derecho al honor, buen


nombre y presunción de inocencia de Álvaro Uribe, quead resarcido.

[1] Torrado Santiago. La Corte Suprema de Colombia ordena la detención del expresidente Álvaro Uribe. El
País. Bogotá 4 de agosto de 2020. En: https://elpais.com/internacional/2020-08-04/la-corte-suprema-de-
colombia-ordena-la-detencion-del-expresidente-alvaro-uribe.html

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