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La importancia del quechua

“El Perú es un crisol de múltiples lenguas, ancestrales, supervivientes, es


decir, inmensos y preciosos modos de concebir y percibir lo que
conocemos. Es una inmensa ventaja diferencial a nivel cultural poco
aprovechada.”

29/08/2021 Gardner, el conocido psicólogo, sostenía la tesis de las múltiples


inteligencias. Todos tienen competencias, habilidades y destrezas distintas, que
cualquier parámetro que mida solo una de ellas no solo es injusto, sino falso
científicamente. Por lo tanto, poseemos diversas inteligencias que deben ser optimizadas
mediante la educación. Entre esas inteligencias está aquella vinculada con lo lingüístico.
Un escritor, un poeta, utilizan esa inteligencia. También aquellos que aprenden y saben
idiomas. Un bilingüe, por ejemplo, o quienes tienen esa maravillosa oportunidad de
incorporar en sus vidas diversos idiomas para comunicarse. Así, tienen mayores
herramientas para desarrollarse como personas y entender el mundo con perspectivas
más amplias.

Rubén Quiroz Ávila

Presidente de la Sociedad Peruana de Filosofía, profesor universitario

Cada idioma es una caja de herramientas para descifrar el mundo. Mediante la práctica
idiomática es como sentimos, creemos y conocemos los límites y las posibilidades de
nuestras propias vidas. Somos desde el idioma que manejamos. Algunos
fundamentalistas fabricaron una categorización jerárquica y racial impregnada en los
idiomas. Como parte de una estrategia de exclusión, ubicaron a los idiomas en
categorías. Para estos radicales del pensamiento, habría idiomas más bonitos que otros,
más teóricos que otros, o mejores que otros. Un supuesto errado y discriminador. No
hay idiomas superiores a otros. Esto es totalmente inaceptable en la actualidad.

El Perú es un crisol de múltiples lenguas, ancestrales, supervivientes, es decir, inmensos


y preciosos modos de concebir y percibir lo que conocemos. Es una inmensa ventaja
diferencial a nivel cultural poco aprovechada. Tal como nos enorgullecemos de la
variedad gastronómica o turística, lo mismo sucede con la heterogeneidad lingüística.
Uno de esos idiomas es el quechua. Más allá de su latinización a fines del siglo XVI,
para facilitar la evangelización cristiana, fue un modo de resistencia cultural y de vida.
Por eso la atroz persecución contra el levantamiento de Túpac Amaru II, a fines del
siglo XVIII, implicó también la prohibición de usarlo. Se le identificó como un signo
rebelde, como una lengua de una comunidad que había que desaparecer. Entonces, tuvo
que ocultarse, camuflarse, resguardarse hasta oportunidades históricas más favorables.
La nación republicana de 1821 se fundó en una posición letrada y castellana, pero hostil
a todo lo que representaba lo andino. El quechua, para una posición criolla blanca,
europeizada, era solo para los derrotados, los marginados, los vencidos.

Por eso, el uso actual del quechua no es una defensa nacionalista. Se tiene que entender
que es de un valor cultural inmenso, de una ventaja estratégica como país, no solo para
caprichosos usos comerciales. También su difusión es útil para modificar ese
pensamiento plano, excluyente, racista, que todavía se resiste a desaparecer.

Tomado de El Peruano:
https://elperuano.pe/noticia/127903-la-importancia-del-quechua?
fbclid=IwAR2oDsHTv0I8HwAfmDpPEdZ7pDc_UmPAeRWQJiGL47wCxVyD4N_qc5gd
TdQ
Consultado el martes, 31 de agosto de 2021

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